SELECCIÓN DE CHIQUILLOS
Sin ser un linaje numeroso ni diverso, como no podía ser de otra forma la mayoría de los Telyavos son Abrazados dentro del Culto de Telyavel. Sin embargo, aunque la devoción a Telyavel ocupa una posición preeminente, con el paso del tiempo se han ido añadiendo cultos a otros dioses del Báltico, y elementos de la diversidad esotérico y religiosa de los diversos pueblos paganos de la zona. Junto a Telyavel conviven dioses del panteón lituano como los Asvieniai, los jinetes gemelos que tiran del sol; Ménuo, dios de la luna; Saulé, diosa del sol; Dalia la diosa del destino, y otros.
El Culto de Telyavel es selectivo con su Abrazo, buscando fidelidad y devoción a los dioses, pero al mismo tiempo, y especialmente en los últimos tiempos en la que el culto se encuentra dividido en varios círculos, los Telyavos suelen adoptar algunas preferencias locales, especialmente entre los pueblos que protegen. Si en el pasado, y especialmente debido a la decisión de sus líderes, los cultos Telyavos eran más ecuménicos y eclécticos, en estos tiempos se han vuelto más cerrados, favoreciendo a los dioses locales, ya sean prusos, estonios, livonios, lituanos o de otros pueblos.
La decisión de Abrazar se toma conjuntamente, en parte buscando elementos necesarios para el culto, aunque las decisiones de los Telyavos más poderosos suelen ser preferentes, y no siempre altruistas, evitando Abrazar a quienes pudieran convertirse en amenazas potenciales a la jerarquía establecida. Aunque el poder esotérico es apreciado, suele quedar en segundo lugar frente a la devoción y la lealtad. En demasiadas ocasiones un exceso de ambición puede llevar a un chiquillo a buscar poder más allá del culto o a arriesgar demasiado por sus intereses egoístas, algo desaconsejable en estos momentos de precariedad.
Aparte de la observación directa o indirecta, dentro de cada círculo del culto los Telyavos suelen crear una serie de misterios religiosos y míticos para poner a prueba a los iniciados, y en función de su respuesta ascenderán a la posición de servidores o quedarán relegados a las funciones mundanas del culto, aunque no por ello menos necesarias. Entre los servidores, los más destacados terminan ascendiendo hasta ser considerados “elegidos” y dignos del Abrazo, todo un proceso que se realiza de forma discreta. Algunos sacerdotes ambiciosos y carismáticos pueden sentirse bien situados para recibir la “bendición” de los Telyavos y la sangre del dios, pero una devoción sincera y sin ambición puede encontrar una mejor acogida entre las filas del linaje.
El poder místico también es apreciado, pero los Telyavos saben bien por la experiencia transmitida por sus ancestros que la magia de los mortales se marchita y consume tras el rigor del Abrazo. Aunque los místicos se adaptan al aprendizaje de la magia de la sangre, a menudo lamentan la pérdida del poder que esgrimieron en vida, lo que puede generar resentimientos contra el culto. Frente al poder mágico en bruto es preferible conocimiento y sabiduría que puedan ser utilizados tras recibir la sangre de Telyavel.
Pero más allá de los cultos organizados que constituyen la seña de identidad de la línea de sangre, los Telyavos se encuentran en tiempos turbulentos, y no siempre pueden ser tan selectivos como quisieran. Asediados por sus enemigos u obligados a actuar en solitario existen miembros del linaje que actúan con pragmatismo y poniendo su supervivencia como principal objetivo. Estos chiquillos Abrazados al margen del Culto de Telyavel, aunque pueden tener un trasfondo pagano suelen ofrecer mucha diversidad. Entre ellos se cuentran hechiceros autodidactas, pero también fugitivos, renegados, herejes e incluso guerreros e individuos reclutados para utilizar sus talentos en beneficio de sus sires. Si bien este tipo de chiquillos eran individuos excepcionales, en los lugares donde no alcanza el Culto de Telyavel se están convirtiendo en un fenómeno cada vez más frecuente, y quizás mejor adaptados para sobrevivir en los lugares donde no se encuentran los viejos dioses.