Iberia Nocturno XXI aniversario

La edad oscura, la larga noche.
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Alexander Weiss
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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#31

Mensaje por Alexander Weiss » 19 Abr 2020, 21:16

Imagen
LLEIDA
Los orígenes de la ciudad de Lleida se remontan a antes de la época romana, al asentamiento íbero de Ilirta, aliado con los cartagineses durante las Guerras Púnicas. En aquellos tiempos en el asentamiento se encontraba habitada por un pequeño grupo de Cainitas Brujah con fuertes lazos con Cartago, pero eso cambió en el año 215 a.C., cuando el general romano Escipión derrotó a los cartagineses y sus aliados, los caudillos Indíbil y Mandonio, y la ciudad fue conquistada, convirtiéndose en un municipio romano. Varios Ventrue romanos se trasladaron al asentamiento, expulsando o destruyendo a sus rivales Brujah.
A comienzos del siglo III la ciudad pasó a llamarse Ilerda, y se encontraba en el centro de amplias zonas de cultivos que fueron destruidos durante la invasión de los visigodos. Siguió un período de confusión, en el que los Brujah regresaron, después de haber permanecido ocultos y renovaron la batalla contra sus enemigos Ventrue.
Los musulmanes se apoderaron de Lleida y sus alrededor con facilidad hacia el año 716. El emir Al-Aahm hizo capitular la ciudad y el conde Fortún se convirtió al Islam para conservar el poder. La vida en la ciudad continuó igual, sin grandes cambios, con el culto cristiano reducido a determinadas zonas. Los gobernantes musulmanes de Larida resistieron los ataques de los francos carolingios, que saquearon la ciudad en el año 801. Aunque los musulmanes retuvieron el territorio, la ciudad se encontraba en un estado ruinoso, y en gran parte despoblada. Sin embargo, Almanzor la reconstruyó y fortificó, utilizándola para lanzar expediciones de castigo contra los condados cristianos a finales del siglo IX.
El Qabilat al-Khayal, los Lasombra musulmanes, llegaron a principios del siglo VIII, y aprovecharon la conquista para desplazar a los Ventrue y Brujah. El sultán Yúsuf ibn Musa tomó el poder, y fue el principal artífice de su resistencia al avance del cristianismo, contribuyendo a crear un reino de taifa que mostraba una lealtad nominal al emir de Córdoba, y que consiguió mantenerse durante más de un siglo después de la caída del califato de Córdoba.
Los almorávides conquistaron la ciudad a principios del siglo XII, y trataron de mantener la ciudad aliándose con los cristianos. Sin embargo, en el año 1149 el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona y el conde Ermengol VI de urgel hicieron capitular al último rey de Larida, otorgando una carta de población y creando el Marquesado de Lleida.
El sultán Yúsuf se mantuvo en su dominio hasta el final, cuando había sido abandonado por el resto de los Ashirra, y sólo contaba con el apoyo de sus descendientes del Qabilat al-Khayal. Conservó su autoridad durante un tiempo, a pesar de la llegada de Cainitas cristianos.
Quizás el sultán hubiera podido ganar tiempo, pero en el año 1150 se celebraba en Lleida el matrimonio entre Ramón Berenguer y Petronila, que unió el reino de Aragón y Cataluña, y desde entonces la ciudad adquirió una gran importancia como residencia real. De hecho, desde principios del siglo XIII ha sido la sede de las Cortes Generales y de las asambleas del reino.
Cuando el rey de Aragón decidió convertir Lleida en su residencia, un grupo de Lasombra cristianos bajo la dirección de Anchel de Melgarejo entraron en la ciudad y decidieron purgar de manera sistemáticamente a sus hermanos musulmanes, a pesar de que el sultán Yusuf apeló a los Amici Noctis para que intervinieran.
Desde entonces el Príncipe Anchel ha ejercido el dominio completo sobre los Cainitas de Lleida. Abundan los rumores de que algún superviviente de la prole del sultán Yúsuf pudo haber sobrevivido a la purga, lo cual suele preocupar al Príncipe, que ha creado una inquisición para encontrar a los Ashirra musulmanes (si es que existen) y eliminarlos de una vez por todas.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
Debido a su posición estratégica, Lérida siempre ha sido una importante posesión (y muy fortificada), primero de los musulmanes y luego de los cristianos. Su fortaleza primaria es la Alcazaba o Castell de la Suda, construida en el año 1149, que domina la porción de la ciudad construida en la orilla derecha del río Segre. La estructura actual es un desarrollo de una ciudadela musulmana anterior. De hecho, alcazaba es una palabra árabe que significa “fortaleza”. Durante el gobierno musulmán, el sultán Yúsuf de Lárida utilizó la Alcazaba como su refugio, una práctica que el príncipe Ánchel no ha continuado.
La catedral románica de Santa María de Lleida está siendo construida sobre el terreno de una basílica visigoda que posteriormente fue convertida en mezquita. Tras la conquista cristiana la nueva basílica comenzó a construirse en el año 1203.El edificio muestra influencias bizantinas y góticas, frente a la influencia musulmana de otros edificios de Lleida, y se encuentra en estado de construcción.Esta tarea monumental ha traído a artesanos, albañiles e ingenieros de toda Europa para participar. El actual obispo es Ramón de Siscar, que antes fue abad en el monasterio cisterciense de Poblet.
La importancia de Lleida deriva de la presencia de la corte del Rey Jaime I de Aragón. Huérfano desde que era niño, bajo la dirección de sus tutores ha abandonado el proyecto fallido de su padre Pedro II de consolidar su presencia en el sur de Francia, y ha buscado extender sus posesiones hacia el sur y el Mediterráneo, conquistando el reino de Mallorca y el reino de Valencia.

ASUNTOS CAINITAS
Durante mucho tiempo la Herejía Cainita trató conseguir influencia sobre el rey Pedro II de Aragón, pero una y otra vez sus intentos fueron frustrados por el poder de los Lasombra aragoneses. Los antiguos Magistri han evitado que nadie (ni siquiera los herejes de su propio clan) perturbaran sus planes para el crecimiento y expansión del reino de Aragón. Lucía Ramírez, hermanastra del rey Pedro II, fue Abrazada en el año 1190 como parte de estos planes. Aunque Lucita ha viajado por Europa al servicio de su señor Ambrosio Luis Monçada y otros miembros de los Amici Noctis, mantiene agentes en Lleida y la corte real. El Príncipe Ánchel de Melgarejo, del clan Lasombra, se ha mantenido hasta el momento como aliado de Lucita, aunque teme que con el tiempo se convierta en una rival e intente arrebatarle su dominio.
Ánchel y su corte ocupan una serie de edificios cerca de la catedral en construcción de la ciudad. Entre los constructores y obreros también han llegado algunos Cainitas, incluyendo a Petronio Capela, un antiguo Ventrue de época visigoda que desea recuperar su posición anterior en Lleida, y que llega acompañado de su bufón “Sacamuelas” (Arrencaqueixals), un pequeño y risueño Malkavian, que a menudo ameniza las veladas de la corte cuando se presenta con su ingenio y humor. Sin embargo “Sacamuelas” es algo más que un divertimento inofensivo, observando y espiando para su señor, ayudándole a preparar su puja por el poder. Estos recién llegados han incrementado las preocupaciones del Príncipe Ánchel por su gobierno, una preocupación que también comparten otros antiguos del clan Lasombra.
Una rama escindida de la Herejía Cainita, los Apóstoles del Tercer Caín, tuvo éxito situando a uno de los suyos en la corte del rey Pedro II de Aragón. Guillem Savall, del clan Toreador, no actuó de forma directa ni a través de sus agentes mortales, limitándose a observar dentro del palacio del rey. Sin embargo, la muerte del rey en la Batalla de Muret alteró por completo los planes de los Apóstoles. Guillem consiguió situarse entre los tutores del joven Jaime I, encontrándose en medio de la guerra silenciosa entre la Herejía Cainita y los Lasombra de Aragón, con los Apóstoles de Caín en medio.
Sin embargo, recientemente la Herejía Cainita se ha desmoronado, después de la desaparición de muchos de sus líderes más importantes. En esta situación, los Lasombra de Aragón han dirigido su atención hacia los Apóstoles de Caín, decididos a expulsarlos de la corte aragonesa. Guillem Savall ha pasado de estar en una posición envidiable a encontrarse bajo asedio y cada noche que pasa se encuentra cada vez más presionado. Ahora mismo está jugando un juego peligroso, manteniendo una lealtad aparente hacia los Apóstoles del Tercer Caín, pero preparándose para desertar al bando de los Lasombra aragoneses si se ve acorralado.
Última edición por Alexander Weiss el 19 Abr 2020, 21:48, editado 1 vez en total.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#32

Mensaje por Alexander Weiss » 19 Abr 2020, 21:17

Justo en esas escaleras que has puesto casi me dejo los dientes hace dos meses. No aporta nada, pero bueno, ahí pudo acabar el Voivodato
Menos mal que no fue así. Si alguien tiene alguna idea interesante para una semilla de aventura medieval o algún personaje que pueda introducir, sin problema.

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Pagliacci
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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#33

Mensaje por Pagliacci » 19 Abr 2020, 21:29

Sería un divertido homenaje poner un cainita sacamuelas Tzimisce en la ciudad.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#34

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Abr 2020, 00:02

Imagen
PERPIÑÁN
El origen de la villa de Perpiñán no está claro, aunque parece haber sido una colonia agrícola romana, que no se convertiría en una población hasta época medieval, hacia el siglo X, cuando se convirtió en capital del condado de Rosellón con el conde Guislabert, tras el abandono de Ruscino. En las décadas siguientes también se convirtió en sede episcopal. Los condes del Rosellón participaron en la política de los reinos vecinos, con los condados de Ampurias, Trencavel y Béziers, enfrentándose en ocasiones.
Aunque modesto, el condado terminó atrayendo la atención de los Cainitas. El conde Girard recibió el Abrazo en el año 1102 por parte de un Toreador de Tolosa, que de esta forma extendía su influencia en la zona. El conde Girard pronto estableció una corte Cainita. A la muerte de su último descendiente sin hijos, influyó en el conde Girard II para que nombrara como heredero al rey de Aragón.
Girard mantuvo buenas relaciones con los Lasombra de Aragón y los Toreador de la corte de Esclaramonde la Negra, por lo que con el comienzo de las guerras albigenses a principios del siglo XIII se mantuvo junto con a sus aliados en contra del expansionismo de los cruzados y de los Toreador franceses. En 1222 abandonó su condado para partir en ayuda de su señora Esclaramonde, dejando a su chiquilla Joana de Rosselló al mando.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
La villa de Perpiñán creció, como muchas población del Rosellón, alrededor de la iglesia parroquial de San Juan Bautista y su cementerio. El primer hospital de peregrinos de la villa, también dedicado a San Juan, se encuentra también de la iglesia, actualmente catedral. Desde el año 1197 la villa dispone de una carta municipal emitida por el rey Jaime I de Aragón, con privilegios extensos como poder elegir a los cónsules municipales, uno por cada clase social. La villa también construyó para su protección una muralla defensiva.
La iglesia colegiata de San Juan, a punto de terminarse, es un templo románico, que también es la sede de una comunidad de monjes agustinos, depende del obispo de Elna. El obispo actual es Bernat de Berga, que ha contribuido a mediar entre los nobles de la zona, y que durante largas temporadas reside en Perpiñán. El prior dominico Pons de Lesparre también ha recibido permiso del rey de Aragón para establecer un monasterio en el lugar.

ASUNTOS CAINITAS
Libre de la tutela de su sire, Joana de Rosselló se ha convertido en la Reina del Amor. Habiendo mantenido una posición recatada y de seguimiento del conde Girard, sin su presencia la joven Cainita está probando sus fuerzas y está demostrando ser una gobernante muy capaz. Mientras las cruzadas albigenses y los conflictos entre los Cainitas franceses y occitanos continúan, por una parte Joana desea que la guerra no altere la tranquilidad de su dominio, y por otra que el conde Girard no regrese nunca.
Joana mantiene una corte de artistas y trovadores, varios de los cuales han llegado a Perpiñán huyendo de la guerra. Entre estos refugiados se encuentra un joven y seductor juglar llamado Martin, que de la misma manera que es capaz de levantar los ánimos con su voz y su música, también tiene una gran habilidad como saltimbanqui y con trucos de magia. Aunque Joana cree que el joven pertenece a su propio clan, lo cierto es que Martín pertenece al clan Ravnos, e intenta pasar desapercibido después de haber destruido a un caballero Ventrue que acompañaba a los cruzados franceses. El hecho de que sea un creyente cátaro y se muestre dispuesto a predicar entre algunos seguidores secreto, puede que contribuya a alterar la paz en un futuro...

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#35

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Abr 2020, 12:38

Imagen TARRAGONA
La ciudad de Tarragona se encuentra en el sur de Cataluña, a orillas del Mar Mediterráneo, surgiendo de un pequeño asentamiento ibérico del siglo V a.C. que sería colonizado posteriormente por los cartagineses. En el año 217 a.C. llegó el ejército romano de Publio Cornelio Escipión, y los habitantes del asentamiento pasaron a ser aliados de los romanos. De hecho, la historia de la ciudad romana pasaría a estar ligada a la familia de Escipión. Los tarraconenses se aliaron con Julio César durante la guerra con Pompeyo y recibieron el título de colonia, y durante el reinado del emperador Augusto pasaría a ser la capital de la provincia Tarraconense, la más extensa de Hispania.
Cainitas Lasombra, Malkavian y Ventrue acudieron a la ciudad de Tarraco, pero pronto el antiguo Lucio Sergio Escauro, del clan Ventrue, se convirtió en Príncipe de la ciudad. Aunque concedió posiciones de autoridad a otros clanes, se erigió como uno de los gobernantes vampíricos más poderosos de la península.
Como capital de la Tarraconense, Tarraco atravesó un período de esplendor, aunque a finales del siglo II sufrió dificultades económicas. Durante este período también surgió una comunidad cristiana, que sufrió persecuciones. El obispo Fructuoso y sus diáconos fueron ejecutados en el anfiteatro de la ciudad. Durante las reformas provinciales posteriores, Tarraco pasó a ser capital de un territorio más reducido.
El Príncipe Lucio Sergio colaboró con otros Ventrue, como Flavio Sidonio de Caesaragusta o Silvano de Barcino, actuando conjuntamente para fortalecer la posición de su clan, y al mismo tiempo apoyarse mutuamente contra las ambiciones de otros linajes, especialmente los Lasombra, que constituían sus principales rivales en la Tarraconense. Con el tiempo a esta alianza se sumarían Ventrue de otros lugares de la península.
En el año 260 Tarraco sufrió algunos daños debido a las incursiones de francos y alamanes, aunque las murallas consiguieron detener a los invasores. No obstante, tras la caída del Imperio Romano en el año 476, el rey visigodo Eurico ocupó la ciudad, aunque la conquista fue relativamente pacífica.
No ocurrió así entre los Cainitas de la ciudad. El Príncipe Lucio Sergio confiaba en que su autoridad sería respetada por los Cainitas visigodos, pero fue traicionado. En el año 498 se produjo lo que fue conocida como “La traición de Helios.” La tumba donde dormía el Príncipe de Tarraco y los refugios de varios Cainitas romanos fueron expuestos a la luz del día. Esa misma noche los Cainitas visigodos, dirigidos por un soldado Brujah llamado Turisio, cayeron sobre los supervivientes, y sólo unos pocos consiguieron huir. Turisio se convirtió en Príncipe de Tarraco, aunque en una posición asediada frente a la hostilidad de otros Príncipes vecinos. Sería asesinado hacia el año 576, y muchos culparon a los Ventrue hispanorromanos. Siguió un período de confusión en Tarraco, en el que Cainitas romanos y visigodos se enfrentarían de manera intermitente y que duraría hasta la llegada de los musulmanes.
Tarragona fue conquistada por los árabes en el 715, comenzando un período de decadencia provocada por el distanciamiento de la ciudad del emirato de Córdoba y el auge de otras ciudades hispanas, lo que provocaría una progresiva despoblación. Las campañas de Carlomagno contra los musulmanes no consiguieron reconquistar Tarrakuna, y los intentos de los cristianos por consolidar su dominio resultaron bastante precarios hasta el siglo XI, con el desmoronamiento del califato de Córdoba.
Durante el período de ocupación musulmana, la ciudad fue entregada a un sultán del Qabilat al-Khayal, Yahya al-Mamún. Sin embargo, Yahya no constituyó un gobernante efectivo, más preocupado de su enriquecimiento personal que de la prosperidad de su dominio. Dejó los asuntos de la ciudad en manos de los mortales, mientras al mismo tiempo se dedicó a reunir un fabuloso tesoro que se convirtió en una leyenda entre los Cainitas. En varias ocasiones desapareció cuando la ciudad fue amenazada, para reaparecer, ante el descontento de los Ashirra de Tarrakuna. Sin embargo, una prueba de la fortaleza de su dominio fue que ninguno de los conspiradores que intentaron derrocarlo tuvo éxito, sufriendo una serie de inesperados obstáculos o coincidencias accidentales.
Cuando Tarragona fue conquistada por el conde de Barcelona en el año 1117, el sultán Yahya desapareció de nuevo. Muchos creían que volvería a reaparecer cuando la situación se estabilizara, como había ocurrido en otras ocasiones, pero no fue así. Muchos Ashirra huyeron y los Cainitas cristianos eligieron un nuevo Príncipe, un Ventrue de origen normando llamado Serlón de Apulia.
La elección del “príncipe normando” no fue casual. Entre los mortales el arzobispo Olegario de Tarragona había nombrado príncipe de Tarragona al caballero normando Robert Bordet, que había servido al rey de Aragón con un ejército de mercenarios, que se instalaron en la ciudad y la repoblaron, reordenando la vida urbana y comenzando la construcción de una catedral. No obstante, la ciudad volvería a la jurisdicción de los condes de Barcelona en el año 1151.
Debido a su situación como “extranjero” para los Cainitas cristianos de Tarragona, el Príncipe Serlón de Apulia buscó otros apoyos como Manfredo, un mercenario Gangrel que había acompañado al Príncipe en sus viajes, y también entre los Ashirra musulmanes que habían permanecido en la ciudad, especialmente del clan Toreador. Sin embargo, en el año 1198 el Príncipe sufrió un atentado contra su persona, cayendo en letargo. Manfredo ocupó su lugar como regente, creando una prole entre los mercenarios normandos, y realizó una purga entre los Cainitas cristianos, principalmente Lasombra. Una de ellos, Adosinda de Urgel, incluso había llegado a proclamarse Príncipe.
El gobierno del regente Manfredo fue especialmente implacable, y muchos Cainitas creían que realmente terminaría convirtiéndose en el Príncipe. Sin embargo, el Príncipe Serlón despertó en el año 1204, y Manfredo se retiró del poder. Muchos Cainitas lo consideraron todo un alivio.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
Tarragona creció sobre la antigua ciudad romana, en una zona de amplios monumentos y castillos señoriales. En la zona de los antiguos templos romanos comenzó a construir la catedral en el año 1171. Los normandos se establecieron en la Torre del Pretorio, un antiguo edificio romano, donde establecieron su castillo.
Fuera del recinto urbano se encuentra el barrio del Corral, construido en el antiguo circo romano, dedicado al comercio y la artesanía, y la Vila Nova, que se extiende hasta el puerto y está llena de huertos, cultivos y molinos. Más allá de la ciudad también se extiende una amplia zona agrícola.
La construcción de la catedral de Santa Tecla de Tarragona se realizó sobre una antigua mezquita. Tras las protestas de los vecinos por los elevados impuestos, el arzobispo declaró en el año 1214 que las aportaciones para su construcción serían voluntarias. Los canónigos de la catedral son monjes agustinos.
Desde 1237 el arzobispo de Tarragona es Pedro de Albalat, procedente de una noble familia aragonesa y doctor en Teología. Durante su pontificado ha participado en la conquista de Valencia y ha fundado un monasterio dominico.

ASUNTOS CAINITAS
El Príncipe Serlón vuelve a gobernar Tarragona, con el apoyo de los Cainitas normandos, especialmente Gangrel y Ventrue, y los Ashirra musulmanes del clan Toreador. Manfredo vuelve a ser su mano derecha, y se ha convertido en el blanco del descontento de los Cainitas cristianos, que sufrieron especialmente durante su regencia mientras su señor estaba en letargo.
Desde su regreso el Príncipe se ha mostrado conciliador con sus vasallos, aunque sigue mostrando desconfianza hacia los Lasombra que intentaron derrocarle, procurando vigilar sus movimientos. Por su parte los Lasombra procuran mostrar un perfil bajo, pero han contactado con Lucía Ramírez y los Lasombra de Aragón, buscando apoyos para recuperar el poder.
Sin embargo, la principal amenaza contra la autoridad del Príncipe no procede de los Lasombra, sino de las filas de su propio clan. Varios Ventrue de su prole se resienten de que la regencia fuera ejercida por Manfredo, y la confianza que Serlón muestra hacia su lugarteniente, por encima de su linaje. Algunos temen que Manfredo o los Gangrel, tras haber sujetado las riendas del poder, estén preparando otro golpe y están buscando la forma de prescindir de ellos.

INTRIGAS CATALANAS
Refugiados: En el dominio de Barcelona se encuentran varios refugiados de origen bizantino. Algunos de ellos han sido admitidos en la sociedad Cainita, pero otros se encuentran acampados extramuros, especialmente los que pertenecen a los Bajos Clanes. El descontento ha provocado que los Furores encuentren reclutas entre ellos, y con el tiempo podrían constituir una amenaza para los Cainitas barceloneses. Los problemas para ser aceptados pueden dar lugar a una buena historia y también para introducir personajes de Crónicas de Constantinopla o la Amarga Cruzada.
Libelo de sangre: Los ataques antijudíos contra el call de Girona aumentan y durante la fiesta del Viernes Santo un sacerdote acusa a los judíos de haber asesinado a un niño de la ciudad para realizar una parodia de la crucifixión. La multitud asesina a varios judíos, y las autoridades apenas consiguen evitar el saqueo del call. El Príncipe Harpalión o Menahem investigan lo que está ocurriendo y reclutan la ayuda de los personajes. Los responsables de la falsa acusación son varios sacerdotes vinculados a la catedral y relacionados con el Lasombra Melquiado, aunque éste no ha sido el instigador directo.
Juegos cortesanos: La corte del rey Jaime I es un nido de intrigas que enfrenta a los Lasombra de Aragón con los Apóstoles del Tercer Caín. Los Lasombra creen que ha llegado el momento de acabar con los herejes, mientras que Guillem Savall busca a los personajes para que intenten alcanzar un acuerdo satisfactorio. Sin embargo, varios asesinatos en la corte enturbian las relaciones entre ambas partes. Para complicar las cosas los agentes de la Inquisicion en la Sombra acuden para proteger al rey.
La corte hereje: El juglar Martín está seduciendo a la Príncipe Joana y en el proceso ha convertido la villa de Perpiñán en un refugio para los herejes albigenses. Siguiendo a los refugiados, varios Cainitas que acompañan a los cruzados franceses dirigen su atención hacia la villa. Los personajes pueden actuar como mediadores, quizás en nombre de la Príncipe Joana o aprovechar la oportunidad para tratar de derrocarla.
Amor prohibido: La confianza entre el Príncipe Serlón y su lugarteniente Manfredo va más allá de la confianza y la amistad. Desde hace tiempo ambos son amantes en secreto. Cuando la relación entre ambos se descubre, los Cainitas de Tarragona reaccionan con rechazo. Los adversarios del Príncipe lo consideran una muestra más de su decadencia, mientras que sus partidarios reaccionan con desagrado y consideran que debería dejar su posición a alguien más adecuado. Los debates se suceden y la estabilidad del dominio se tambalea, mientras la fama del “Príncipe sodomita” se extiende.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#36

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Abr 2020, 19:52

Imagen EL REINO DE MALLORCA Y LAS ISLAS

CAINITAS DEL REINO DE MALLORCA
Amina (Hechicera Assamita de 9ª Generación), liberadora de esclavos.
Julio Baleárico (Gangrel de 7ª Generación), ermitaño de Ibiza.
María “la Hungaresa” (Ravnos de 9ª Generación), condesa pirata.
Pere Sanç (Lasombra de 8ª Generación), Príncipe de Mallorca.
Taiat (Gangrel de 6ª Generación), sire de Julio y terror de Cabrera.
Zara (Toreador de 8ª Generación), representante de los Ashirra y sultana de Menorca.

Las islas Baleares han estado habitadas por lo menos desde al menos el 5000 a.C., siendo una parada habitual para comerciantes fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos y musulmanes. Los baleáricos originales vivían en casas de piedra y fabricaban joyería y alfarería. La pesca también es una actividad importante en todas las islas, junto con la artesía tradiional.
El archipiélago está formado por dos grupos de islas y numerosos islotes: las islas Gimnesias (Mallorca, Menorca, Cabrera y los islotes cercanos) y las islas Pitiusas (Ibiza y Formentera y los islotes que las rodean). Los veranos son calientes y secos y los inviernos frescos y húmedos.
Las islas han sido conquistadas recientemente por el rey Jaime I de Aragón, que las ha convertido en un nuevo reino. El reparto de tierras no ha sido sencillo, y a menudo todavía hay disputas entre los conquistadores cristianos. La población musulmana ha sido diezmada y los supervivientes han sido reducidos a la esclavitud.

LAS ISLAS BALEARES
Las islas Baleares fueron colonizadas hacia el 5000 a.C. por comunidades humanas que vivían de la agricultura y la ganadería, y que construyeron túmulos funerarios con piedras gigantescas. Estas comunidades vivieron en gran parte aisladas durante milenios, con contactos esporádicos entre las islas. Cuando llegaron los primeros viajeros fenicios se encontraron con comunidades asentadas, donde sus habitantes destacaban en el manejo de la honda. Con el tiempo los honderos baleáricos se harían famosos en el mundo antiguo, y varios de ellos fueron reclutados como mercenarios.
Los fenicios se establecieron en la isla de Ibiza, fundando una ciudad comercial en el 654 a.C., y posteriormente pasaría al imperio cartaginés. De hecho, los cartagineses reclutarían a los honderos baleáricos en sus ejércitos. Algunos Cainitas cartagineses, especialmente Assamitas y Brujah, visitaron las islas Baleares durante esta época, aunque no se instalaron permanentemente.
Los baleáricos se aliaron con los cartagineses durante las Guerras Púnicas, y tras la derrota de Cartago, y argumentando supuestas incursiones piratas, Roma decidió apoderarse de las islas en el año 123 a.C. El general romano Quinto Cecilio Metelo fue el encargado de la conquista, que duró dos años y fundó las ciudades de Palma y Pollentia en Mallorca. Se cree que durante esta época los Cainitas asentados entre los baleáricos huyeron o fueron destruidos. Los honderos de las islas pasaron a servir en el ejército romano y acompañaron a las legiones de Julio César en la conquista de la Galia. En el siglo IV el emperador Teodosio organizaría todas las islas en una provincia romana.
Algunos Cainitas romanos se asentaron en el archipiélago. A finales del siglo I a.C. un triunvirato formado por tres vampiros Lasombra, Malkavian y Ventrue se asentaron en Mallorca, mientras la isla de Ibiza era reclamada como su dominio por un Gangrel que había nacido en el lugar y Menorca era asignada a un Toreador. En general los Cainitas de las islas Baleares mantuvieron buenas relaciones entre ellos, e hicieron un pacto común para protegerse sus dominios de las injerencias extranjeras.
Sin embargo, el pacto entre los Cainitas baleáricos terminó en el año 425, cuando las islas fueron invadidas y saqueadas por los vándalos, un pueblo germánico que se había asentado en el norte de África. Los vampiros romanos fueron atacados y destruidos por un grupo de vampiros vándalos de los clanes Brujah y Gangrel, que los persiguieron y cazaron uno tras otro.
Los vándalos permanecieron en las islas hasta el año 534 cuando llegaron los bizantinos y el general Apolinario conquistó rápidamente todo el archipiélago. Junto a los bizantinos llegaron varios Cainitas al servicio del Triunvirato de Constantinopla, que colocaron las islas bajo su influencia. Amelio de Cesarea, un vampiro del clan Toreador, era el líder de los recién llegados. Los vampiros bizantinos lucharon durante varios años contra los vampiros vándalos, hasta que consiguieron expulsarlos. Contaron con la ayuda de Julio Baleárico, un Cainita romano del clan Gangrel, que había permanecido en letargo durante el dominio de los vándalos.
El dominio bizantino sobre las Baleares duró varios siglos, sobreviviendo incluso a la pérdida de las posesiones bizantinas en la costa de la península ibérica. Sin embargo, al contrario que en época romana, las relaciones entre los Cainitas bizantinos eran tensas. El Príncipe Amelio de Mallorca desconfiaba de Julio Baleárico, que pasaba la mayor parte del tiempo en su dominio de Ibiza. Su relación pasó de un frío distanciamiento a un enfrentamiento, pues varios Cainitas bizantinos opuestos al gobierno del Príncipe intentaron reclutar a Julio para que les ayudar a derrocarle. Aunque el antiguo Gangrel prefería mantenerse neutral, su enfrentamiento con Amelio no hizo sino empeorar.
A comienzos del siglo VIII los musulmanes comenzaron a atacar las islas Baleares, aunque sin llegar a ocuparlas de manera efectiva, que llegaron a tomar como rehenes a los gobernadores bizantinos. Un siglo después una flota vikinga provocó la despoblación de varias islas, y los invasores del norte regresarían en los siglos siguientes. La presencia bizantina se fue debilitando progresivamente hasta que en el año 903 el archipiélago fue conquistado por el emirato de Córdoba.
Los ataques de los musulmanes llevaron al Príncipe Amelio a acusar a Julio de estar aliado con los invasores, y finalmente ordenó su ejecución. Sin embargo, el antiguo Gangrel optó por el exilio. Poco tiempo después los Ashirra llegaron para la ocupación efectiva de las Baleares, y el Príncipe bizantino y su corte decidieron huir. Julio Baleárico también aprovechó el momento para regresar a su dominio de Ibiza, mostrándose conciliador con los Ashirra y dispuesto a colaborar con ellos. Aunque algunos vampiros musulmanes desconfiaban del antiguo pagano, pronto estableció buenas relaciones con el sultán Omar al-Jaulani, un hechicero del clan Assamita, quien lo consideraba un aliado valioso.
Gracias a su distanciamiento de las zonas de conflicto, los gobernadores de Mayurca disfrutaron de un estilo de vida relajado, prsoperando gracias a una serie de familias de comerciantes como los Abu-Kalifa, Al-Myrani, Al-Tikriti y Al-Ubaiyid. Tras la caída del califato de Córdoba, las islas quedaron bajo el gobierno de la taifa de Denia, y en el siglo XII pasaron al dominio de los almorávides, aunque el cambio de poder entre los musulmanes no afectó a los Ashirra
Las islas Baleares fueron atacadas en los siglos siguientes por los vikingos y en el año 1115 sufrieron una expedición de castigo por parte de catalanes y pisanos que destruyó Mayurca. Varios Ashirra resultaron destruidos, entre ellos el sultán Omar, que fue sustituido por su chiquilla Jasmin, quien reclutó a varios guerreros Banu Haqim para que protegieran su dominios. Su dominio fue conquistado en el año 1203 por una pequeña fuerza almohade, y Kassib, un joven guerrero Banu Haqim, llegó entre ellos. Mostrándose conciliadora le ofreció el dominio de la isla de Formentera, y la formación de un grupo de guerreros Ashirra para hacer frente a una eventual invasión cristiana.
Kassib intentó volver a la sultana Jasmin contra el antiguo Julio de Ibiza, afirmando que sabía demasiado y tenía contactos entre los Cainitas cristianos. Sin embargo, la sultana dudaba, y a pesar de que Julio intentaba advertirla del fanatismo de su subordinado, Jasmin tardó en actuar hasta que fue demasiado tarde. En vísperas de la conquista cristiana de Mallorca, Kassib dio un golpe de estado y se proclamó sultán de Mayurca.
En 1229 una flota dirigida por el rey Jaime I de Aragón atacó la isla de Mallorca. El asalto fue seguido de una matanza indiscriminada sobre la población. Los miles de cuerpos sin enterrar provocaron una epidemia entre los conquistadores y la intención de la nobleza de reclamar todo el botín provocó una revuelta entre peones y caballeros. Los musulmanes supervivientes huyeron a las montañas, donde resistieron un tiempo más antes de ser convertidos en esclavos. Las matanzas de Mallorca provocaron que el gobernador musulmán de Menorca solicitara vasallaje al rey de Aragón, que viéndose debilitado para continuar la conquista, aceptó. La isla de Ibiza no sería conquistada hasta el año 1235, por parte del arzobispo Guillem de Montgrí, arzobispo de Tarragona. Sus habitantes también serían masacrados o esclavizados.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
En el año 1230 el rey Jaime I creó el reino de Mallorca, instituido mediante una carta de privilegios, dando libertad a los repobladores, en su mayoría procedentes de Cataluña. No se crearon cortes ni instituciones comunes para las islas, salvo la figura de un virrey. Menorca e Ibiza también recibieron gobernadores nombrados por el virrey , que reside en el alcázar musulmán, que todavía conserva su fortaleza, a pesar de haber sufrido daños durante la conquista.
Inmediatamente tras la conquista, el rey Jaime I ordenó la destrucción de la mezquita mayor de Majurca y la construcción de una catedral dedicada a Santa María, aunque todavía tardará más de un siglo en completarse. El obispo del reino de Mallorca es Raimundo de Torrelles, hermano de uno de los anteriores virreyes. Desde el inicio de su pontificado ha conseguido asegurar varios impuestos y beneficios para la nueva diócesis de las islas (salvo Ibiza, que se encuentra bajo la autoridad del arzobispo de Tarragona), así como una décima parte de las propiedades conquistadas.
Sin embargo, la situación política, a pesar de los años pasados se caracteriza por la reconstrucción y los conflictos legales. Muchos de los nobles que participaron en la conquista todavía disputan por los despojos y territorios, y a vece estos enfrentamientos llegan a la violencia.

MALLORCA
La más grande de las islas Baleares, está dominada en la costa noroeste por la sierra de Tramontana. A pesar de los daños sufridos todavía conserva su belleza natural, con paisajes de olivares, pinos y pequeños pueblos. El litoral es escabroso, con una serie de bahías arenosas y amplias playas, mientras que la costa sur está dominada por acantilados de rocas. El centro de la isla es una meseta fértil, llena de granjas y asentamientos agrícolas.
Palma de Mallorca es la única ciudad de la isla, un laberinto de calles empedradas en el que todavía se ven las heridas de la reciente conquista y muchos edificios en construcción. Los baños árabes parecen haber resistido la violencia de la conquista, pero quienes recuerdan el pasado esplendoroso de la ciudad sólo pueden ver un panorama de desolación.

MENORCA
Menorca, la más oriental de las islas, tiene un clima más frío y húmedo que sus hermanas. Sin embargo, en invierno la isla es azotada por vientos fríos. El principal asentamiento es la ciudad es Mahón, situado en uno de los precipicios al este de la isla. La mitad norte consiste en una serie de verdes colinas y un litoral lleno de rocas. La mitad sur, más llana y seca, tiene una costa más uniforme, con playas arenosas y acantilados. Llena de ruinas prehistóricas, en la costa sur se encuentran varios grupos de cuevas y túmulos de los primeros asentamientos de la isla.
Menorca es la única isla de las Baleares que todavía conserva el esplendor musulmán anterior a la conquista cristiana, con una comunidad comercial adinerada. El vasallaje al rey Jaime I de Aragón ha tranquilizado un poco los ánimos de los nobles menorquines, pero muchos temen que los cristianos no se detengan y que terminen conquistando la isla, por lo que existe cierto ambiente de nerviosismo y varias familias se están preparando para abandonar sus hogares.

IBIZA
Ibiza recibe pocas lluvias y la isla es bastante inhóspita y rocosa. Además de pinos, en la isla se encuentran olivos, higueras y almendros. Sin embargo, sus habitantes no han escapado a la desolación de la conquista cristiana, que llegó más tarde, y que permitió que varios de los nobles musulmanes pudieran huir.

FORMENTERA
Formentera es la más pequeña de las cuatro islas principales del archipiélago balear. Es en casi totalidad llana y áspera, con unos escasos pinares, salinas y tierra yerma, con pequeñas aldeas pesqueras. Sin embargo, tras la conquista la isla se encuentra casi despoblada, y sus habitantes han huido o han sido esclavizados.

CABRERA
Salvo por las ocasionales visitas de barcos comerciales o piratas que aprovechan para aprovisionarse, la pequeña isla de Cabrera se encuentra prácticamente despoblada. Azotada por los vientos, dispone de ciertos fondeaderos naturales y colonias de aves marinas.

ASUNTOS CAINITAS
En 1229 la sultana Jasmin de los Banu Haqim fue derrocada en un golpe de estado por el guerrero Kassib, que se proclamó nuevo sultán de Mayurca. Sus partidarios atacaron a los aliados de la sultana, entre ellos el antiguo Julio Baleárico, al que pensaban destruir.
Sin embargo, Julio consiguió sobrevivir al ataque y como último recurso decidió despertar a su sire, un antiguo Gangrel cuyo letargo custodiaba desde hacía siglos. El antiguo diezmó las filas de los Ashirra y se fortaleció con su sangre, destruyendo al sultán Kassib y también a su prisionera Jasmin. Los pocos Ashirra que sobrevivieron huyeron aterrorizados.
Y poco después llegaron los conquistadores cristianos. Los Cainitas que los acompañaban se encontraron con escasa resistencia, sólo unos pocos vampiros que huían aterrorizados. Sin embargo, por fortuna para ellos, la antigua Gangrel había desaparecido.
De la misma forma que los conquistadores aragoneses y catalanes, los Cainitas comenzaron a repartir territorios. Pere Sanç, un capitán pirata del clan Lasombra y hermano de sangre de la Príncipe de Barcelona, fue reconocido como Príncipe de Mallorca, situando como lugarteniente a María “la Hungaresa”, una vampira Ravnos que se había aliado con él en la invasión. Tanto el Príncipe como María tienen contactos con varias flotas de piratas Cainitas del Mediterráneo.
Julio Baleárico se retiró a su dominio en Ibiza, gravemente herido. Tras la muerte de varios de sus amigos Ashirra en el frenesí asesino de su sire, su furia le llevó a enfrentarse a él en un encarnizado combate, hasta que consiguió ponerlo en fuga. Aunque se ha mantenido apartado, los Cainitas cristianos han respetado el dominio de Julio, al menos por el momento.
Entre los Ashirra supervivientes se encontraba Zara, una poetisa y amante del mar del clan Toreador. A raíz del despertar del sire de Julio, se ha apartado del antiguo Gangrel para refugiarse en Menorca, donde se ha convertido en sultana. Teme con razón a los Cainitas cristianos y se ha aliado con Amina, una chiquilla de la sultana Jasmin. Ambas están planeando salvar lo que puedan y buscar refugio y aliados donde puedan. Por su parte y de forma discreta Amina se dedica a liberar a los esclavos musulmanes que puede, mientras aguarda su oportunidad para vengarse de los Cainitas cristianos y también de Julio, a quien considera responsable de la muerte de su sire.

INTRIGAS BALEARES
Reliquias perdidas: La destrucción ocasionada por la conquista ha provocado la pérdida de muchos objetos de gran valor, destruidos o saqueados. Dos Cainitas cristianos han encontrado uno de estos objetos valiosos y han comenzado a enfrentarse por él. Sin embargo, el objeto aparece en manos de los personajes, y son acusados de haberlo robado. Sin embargo, el Príncipe de Mallorca decide que las tres partes en conflicto deben ponerse de acuerdo y cesar su enfrentamiento o serán expulsados de su dominio. Mientras tanto, el propietario, uno de los Ashirra, espera su momento para recuperar el objeto, que para él tiene un gran valor, al haber pertenecido a su sire.
Sangre y odio: María la Hungaresa siente un especial odio por los musulmanes, ya que en vida fue esclavizada y vendida en los mercados de El Cairo, donde recibió el Abrazo, lo que le permitió huir y dedicarse a la piratería con otros Cainitas. Desde entonces no ha dejado de acosar los dominios de los Ashirra con su navío. La conquista de Mallorca ha resultado de su agrado, pero no piensa detenerse hasta haber destruido o expulsado a todos los vampiros musulmanes del archipiélago, mostrándose dedicida a atacar Menorca.
Camino hacia la libertad: Un Ashirra contacta con los personajes y les ofrece recompensarles si le ayudan a liberar a uno de sus descendientes mortales, que se encontraba en Mallorca durante la conquista de la isla y ahora se ha convertido en esclavo de un Cainita cristiano. Los personajes deben actuar como mediadores, tratando de no mostrar lo valioso que es el mortal, y conseguir liberarlo de alguna manera y reunirlo con su ancestro Ashirra. Sin embargo, si su dueño vampírico descubre el verdadero valor de su propiedad se negará entregarlo y lo utilizará como baza de chantaje.
El hambre dormida: Después de que su chiquillo Julio se volviera contra ella, la antigua Taiat se refugió en la pequeña isla de Cabrera para recuperarse de sus heridas. Sintiéndose traicionada aguarda el momento para regresar. In embargo, ha despertado en un lugar muy diferente al que conoció la última vez y necesita adaptarse, por lo que decide observar desde la distancia, aprendiendo y aguardando, haciéndose pasar por una neonata, llegado el momento. Puede que incluso comience a tratar con los personajes para aprender de ellos.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#37

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Abr 2020, 22:23

Imagen EL REINO DE VALENCIA

CAINITAS DEL REINO DE VALENCIA
Abdalá el Sabio (Malkavian de 7ª Generación), Sultán de Valencia.
Abú al-Fulani (Lasombra de 8ª Generación), Imán depuesto de los Ashirra.
Doña Clara de Rocamora (Lasombra de 8ª Generación), representante de los Cainitas cristianos de Valencia.
El Ángel Negro (Azaneali de 6ª Generación), el mal oculto de Valencia.
Jimén Garcés (Lasombra de 8ª Generación), Príncipe de Castellón.
Judit (Nosferatu de 9ª Generación), madre de los desamparados.
Laila (Salubri de 8ª Generación), cruzada contra las tinieblas.
Peronella Milá (Brujah de 9ª Generación), Príncipe de Xátiva.
Sabela (Gangrel de 7ª Generación), la noble salvaje.
Shabaqo el Nubio (Gangrel de 5ª Generación), líder de los Gangrel de Taifa.
Teodosia (Visir Assamita de 9ª Generación), sultana depuesta de Xátiva.


El reino de Valencia es otro reino de reciente creación. Tras la conquista de las islas Baleares, el rey Jaime I de Aragón inició la conquista del territorio valenciano, que no terminó hasta el año 1245. A pesar de compartir monarca, el rey Jaime instauró fueros (els furs) para el reino de Valencia, creando un reino con identidad propia, instituciones, moneda y administración. La creación del reino provocó el descontento de los nobles aragoneses, que veían imposibilitadas sus intenciones de extender sus señoríos en las tierras conquistadas.
El reino de Valencia se extiende desde Vinaroz en el norte hasta Biar en el sur. Por todo el reino el campo está salpicado de fortificaciones, algunas de ellas dañadas o destruidas recientemente por la conquista. Al norte de Valencia se encuentra la Costa de Azahar, una tierra verde y montañosa llena de campos de naranjos y antiguas ruinas romanas. En el centro se encuentra la ciudad de Valencia, la más importante de la zona y una de las más importantes de la península, con extensas llanuras regadas por los ríos Júcar y Turia, una comarca conocida por sus cultivos regados con azequias y azudes, que producen cereales, arroz y hortalizas para alimentar a la numerosa población. El sur del reino es bastante montañoso, lleno de montes y valles fluviales.

VALENCIA
Valencia es un importante puerto de mar, una ciudad situada en un recodo del río Turia, en el centro de la costa oriental de la península ibérica. Sus primeros habitantes eran pueblos íberos, aunque no crearon asentamientos importantes en la zona, aunque hubo cierto comercio con griegos y cartagineses. Finalmente en el año 138 a.C., después de las campañas en Lusitania y Gallaecia, el cónsul romano Décimo Junio Bruto Galaico licenció a sus tropas y como recompensa les concedió tierras en el levante de Hispania, en una isla fluvial cerca de la desembocadura del río Turia, que se encontraba ubicada en la Via Heraclea. El nuevo asentamiento romano de unos 2.000 colonos recibió el nombre de Valentia Edetanorum, y pronto obtuvo el rango de colonia.
Un triunvirato de Cainitas ibéricos del clan Lasombra, que se habían aliado con Roma, se instalaron en la ciudad y la convirtieron en su dominio, aunque muy brevemente, ya que en el año 75 a.C. el general Pompeyo arrasó la ciudad durante la guerra civil entre Sila y Mario. Los vampiros que habitaban la ciudad fueron destruidos.
La ciudad de Valencia quedó despoblada hasta la época del emperador Augusto, que hacia el 15 a.C. ordenó su refundación. Pero los vampiros no volverían a habitarla hasta mucho más tarde, con la llegada de los primeros cristianos. Los romanos establecieron el pueblo como centro agrícola, construyendo sistemas de irrigación y plantando los cimientos de la reputación posterior de la región como el huerto de España. Estos sistemas serían expandidos y mejorados con la llegada de los musulmanes.
Nuevamente los Lasombra reclamaron el dominio de la ciudad. Muy poco se sabe de estos nuevos colonizadores, aunque algunas leyendas fragmentadas aseguraban que se trataba de un grupo decadente y cruel, llamados los Angellis Ater, seguidores de una oscura filosofía conocida como la Via Noctis. Estos Lasombra practicaban macabros ritos en adoración de la oscuridad y los demás vampiros prefirieron dejarlos solos
Cuando Roma cayó, los visigodos llegaron, pero fueron a su vez desplazados por la primera ola de invasores musulmanes, que conquistaron Valencia en el año 718 y con ellos llegó una nueva oleada de vampiros, principalmente Assamitas y Lasombra. Los Angellis Ater permanecieron recluidos en un laberinto secreto bajo la ciudad y evitaban la compañía de los demás vampiros. Ante los intentos de desalojarlos los Angellis Ater invocaron una terrible oscuridad que enloqueció a la población valenciana y la llevó a sublevarse. El emir de Córdoba, Abderramán I, ordenó que la ciudad fuera arrasada. Ninguno de los vampiros musulmanes o Ashirra volvió a ser visto.
Adbalá I reconstruyó la ciudad con el nombre de Balansiya y nuevos vampiros se instalaron, aunque los Angellis Ater les dejaron bien claro que aunque su presencia no les incumbía, preferían que los dejaran solos. El sultán Abdalá el Sabio, del clan Malkavian, tomó el poder, asentando la paz entre las distintas facciones: progresivamente vampiros Assamitas, Gangrel, Lasombra, Nosferatu y Toreador se irían instalando en el actual territorio valenciano.
Valencia se convirtió en un reino de Taifa en el año 1011, en medio de fuertes disputas que también afectaron a los demás vampiros. Sin embargo, ninguna facción era lo suficiente fuerte como para imponerse al resto y al final la neutralidad del sultán Abdalá le permitió sostenerse en el trono frente a los demás aspirantes. Durante esta época los Angellis Ater desaparecieron. Se dijo que habían acompañado al diablo en un viaje a oriente, pero en cualquier caso, nadie los echó de menos.
El Cid conquistó Valencia en 1095 y un grupo de Lasombra cristianos asumió el gobierno vampírico de la ciudad, aunque respetaron a los musulmanes Ashirra. Tras la muerte del Cid los musulmanes almorávides reconquistaron la ciudad en 1102 y Abdalá reasumió el gobierno, aunque no tomó medidas contra los vampiros cristianos, permitiendo quedarse a quienes desearan. Sin embargo, los almorávides fueron incapaces, sin embargo, de evitar al ascenso de Muhammad ben Mardanish (El Rey Lobo), que con apoyo de Castilla y Aragón tomó el control de Murcia y Valencia en 1146. Ben Mardanish mantuvo a sus enemigos a raya hasta su muerte en 1172, después de lo cual los almohades se hicieron rápidamente con el control.
Sin embargo, la paz no duraría mucho. Cuando el Rey Lobo tomó la ciudad, un pequeño grupo de fanáticos Ashirra decidió pasar a la acción ante lo que consideraban una actitud de permisividad ante los infieles por parte del sultán Abdalá. El Imán Abu al-Fulani, del clan Lasombra, derrocó al antiguo Malkavian y lo condenó a muerte por colaborar con los cristianos. Abdalá consiguió escapar, refugiándose en Sagunto. Durante el siglo XIII reuniría varios aliados, entre ellos el Matusalén Shabaqo el Nubio, del clan Gangrel, pero también algunos vampiros cristianos.
Algunos nobles aragoneses emprendieron a nivel particular campañas militares contra la taifa de Balansiya, que había surgido de la fragmentación del imperio almohade. El propio rey Jaime I de Aragón, tras la conquista de las Baleares comenzó la conquista de los territorios musulmanes al sur de su reino. Tras la Batalla del Puig, la ciudad de Valencia capitulaba ante los cristianos en 1238.
Abu al-Fulani y sus aliados fueron destruidos con la reconquista cristiana y Abdalá reasumió su posición como sultán, aunque sobre una ciudad cristiana. Sin embargo, como había hecho durante el período musulmán, estableció la paz entre las diferentes facciones.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
Valencia todavía muestra una fuerte presencia musulmana, gracias a las capitulaciones de la conquista, que han permitido permanecer a la mayor parte de los habitantes, entre los que se mezclan cristianos, musulmanes y judíos. La ciudad es un importante centro agrícola y artesanal, famosa por sus azulejos, cerámicas, papel, seda, cuero, cítricos y hortalizas. Con el reparto de territorios entre los conquistadores, también han llegado numerosos colonos, aragoneses, catalanes y navarros, así como algunos cruzados de más allá de los Pirineos.
El centro de la ciudad está ocupado por el mercado, que también es lugar de asambleas y reuniones. Los barrios de los mercaderes rodean el mercado hacia el este y oeste. Los jueves se celebra el Tribunal de las Aguas, en el que los campesinos locales resuelven sus conflictos por el uso de fuentes y manantiales. Al sur de la ciudad se encuentra el barrio de los artesanos. Más allá del río Turia, al este y el nordeste se encuentran las casas de los adinerados y poderosos, mientras que al norte se encuentra el barrio más antiguo y pobre.
La catedral de Santa María de Valencia fue reconsagrada tras la conquista. Su emplazamiento se encuentra sobre un antiguo templo romano, que fue convertido en iglesia cristiana, y posteriormente en mezquita. Junto a la catedral se encuentra la casa de la almonia, para asistir a los numerosos necesitados de la ciudad.
El obispo de Valencia es Arnau de Peralta, un clérigo aragonés, que debido a la escasez de eclesiásticos, ha concedido numerosos privilegios a las órdenes religiosas. También ha tenido dificultades en sus tratos con la comunidad musulmana.

ASUNTOS CAINITAS
Aunque la capitulación de Valencia ante los cristianos fue relativamente pacífica, no ocurrió así entre sus habitantes Cainitas. El imán Abú al-Fulani y sus aliados, especialmente entre los Ashirra almohades, atacaron a los Cainitas cristianos. Sin embargo, fueron derrotados por la llegada del antiguo sultán Abdalá el Sabio, del clan Malkavian, y sus aliados Gangrel, que destruyeron a la mayoría, aunque perdonaron a quienes se rindieron.
Tras una sería de negociaciones, el sultán Abdalá reasumió su posición como sultán, aunque admitió en su consejo a un representante de los Cainitas cristianos y a otro de los judíos. El regreso de Abdalá también convenció a muchos Ashirra para que depusieran las armas, y por el momento los vampiros de distintas religiones están conformes con el ambiente de tolerancia y justicia que ha establecido el sultán.
Los Cainitas cristianos están representados por Doña Clara de Rocamora, una Lasombra de origen castellano, pero que nació en Valencia durante el reinado del Cid. Aunque aspira a ocupar el trono de la ciudad de Valencia, se muestra pragmática, consciente de que la ciudad todavía mantiene una considerable población de mortales y vampiros musulmanes, y considera que su momento de actuar llegará dentro de varias generaciones. Por ahora no tiene prisa, y colabora con el sultán para mantener la paz entre los Cainitas cristianos. La antigua Sabela, una Gangrel de época visigoda, constituye su principal apoyo, habiendo representando anteriormente a los Cainitas cristianos, pero que está pensando en abandonar la ciudad.
Judit, del clan Nosferatu, representa a los Cainitas judíos en el consejo del sultán. Una figura maternal, a menudo protege a los desamparados, especialmente a los niños sin hogar de Valencia, una labor en la que cuenta con el apoyo del sultán.
La protección de Valencia se encuentra en manos de los Gangrel de Taifa, una facción del clan educada en las enseñanzas islámicas. Aunque su líder es el anciano Shabaqo el Nubio, éste viaja a menudo por la península ibérica, y en su ausencia el liderazgo es asumido por Laila, una guerrera y protegida de Shabaqo que en realidad pertenece al linaje de los Al-Amin (Salubri), pero que prefiere mantener su verdadera identidad en secreto.
Sin embargo, a pesar del clima de tolerancia y paz que por el momento se respira en Valencia, otras fuerzas actúan en secreto. El imán Abú al-Fulani, del clan Lasombra, no fue destruido durante la conquista de Valencia. Ahora, con su rostro deformado por el fuego y haciéndose pasar por un Nosferatu, acecha en las noches de Valencia, recorriendo el campo y aguardando el momento de su venganza, acudiendo a los mudéjares intranquilos y apretando el yugo de los señores cristianos, al tiempo que siembra poco a poco las semillas de una sublevación, que utilizará para derrocar a los indignos que usurparon el lugar de los verdaderos creyentes.
Y su amo sonríe en las sombras...

LA LEYENDA DEL RAT PENAT DE VALENCIA
Circulan varias leyendas en torno a los murciélagos en Valencia. Según se dice, los musulmanes crían murciélagos para acabar con los mosquitos que plagan las zonas pantanosas cercanas a la ciudad, como la Albufera y los marjales de Oliva-Pego.
Durante al asedio del ejército del rey Jaime I a Valencia, un imán auguró que mientras los murciélagos sobrevolaran la ciudad, no caería en manos cristianas. La profecía llegó a oídos del monarca, y cuando un murciélago anidó en su tienda mientras acampaba en el arrabal de Russafa, ordenó a sus servidores que lo trataran lo mejor posible, para que se sintiera a gusto en el campamento cristiano.
Al poco tiempo, mientras el campamento dormía, los musulmanes intentaron un ataque por sorpresa durante la noche. Sin embargo, el sonido del redoble de un tambor despertó a los cristianos, que rápidamente tomaron las armas y expulsaron a sus enemigos, causándoles muchas bajas.
Tras la batalla, el rey Jaime quiso recompensar al vigía que había tocado el tambor y despertado a tiempo a sus tropas. Fue toda una sorpresa descubrir que había sido el murciélago el que había tocado el tambor golpeando el cuero con sus alas. Como gesto de agradecimiento el rey colocó al murciélago (“rat penat” en catalán) en lo alto de su casco y como emblema en su escudo, que posteriormente pasaría a ser el de la ciudad de Valencia.
Lo cierto es que esta leyenda sobre el murciélago no aparecerá entre los mortales hasta dentro de un siglo, y en el escudo del monarca aragonés aparece en estos momentos un dragón. Sin embargo, entre los Cainitas circulan ciertas interpretaciones y rumores. Algunos sospechan que para expulsar a los fanáticos almohades de Valencia, los Gangrel de Taifa no sólo aprovecharon la invasión cristiana, sino que incluso la apoyaron. Uno de estos vampiros habría asumido la forma de un murciélago y vigilado al rey Jaime para evitar que sufriera daño, al mismo tiempo que lo advirtió del inesperado ataque nocturno de los musulmanes de Valencia. Verdad o leyenda, no puede negarse que los Gangrel de Taifa y sus aliados se han beneficiado de la conquista cristiana.
Última edición por Alexander Weiss el 21 Abr 2020, 14:24, editado 7 veces en total.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#38

Mensaje por Pagliacci » 20 Abr 2020, 23:03

Echo en falta algún apellido catalán, la nobleza catalana puso dinero y tropas, quedándose las ciudades costeras con colonos catalanes y las de interior con colonos aragoneses. De hecho, en Valencia hay una línea imaginaria que separa ambas zonas y en pueblos como Requena o Utiel nunca se ha hablado catalán. En cambio en otros, prácticamente no se habla castellano.

En cuanto al dominio árabe, de Valencia fueron de gran importancia los azulejos y la poesía también. Creo que los musulmanes aguantaron bastante tiempo tras la caída, manteniendo sus costumbres. También creo que es muy apropiada la leyenda de los rat penats levantando el vuelo a la entrada de Jaume I a la ciudad, desde entonces símbolo de la ciudad. Si eso no es un augurio vampírico...

Creo que el depuesto Abu al Fulani podría estar dipuesto a todo por recuperar el poder, incluso venderle su alma a un amigo personal de Azaneal…

[mention]Alexander Weiss[/mention] en Xativa y Gandia se estableció una familia aragonesa no poco conocida que alcanzó el papado y la gloria 2 siglos después. Creo que sería buena idea poner de Príncipe a uno de ellos.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#39

Mensaje por Alexander Weiss » 21 Abr 2020, 12:32

Imagen[/] CASTELLÓN
El territorio de la villa de Castellón ha estado habitado desde tiempos antiguos, con pequeños asentamientos íberos y romanos. Los romanos llegaron en el siglo II a.C. y crearon una fortaleza para proteger las minas de plata cercanas. Con la llegada de los musulmanes en el siglo VIII surgirían varias aldeas agrícolas y alquerías.
Aunque el territorio no atrajo el interés de los Cainitas romanos, pero otros vampiros, de origen ibérico, frecuentaron la zona, especialmente del clan Gangrel, encontrando los túneles de las minas de su agrado, que utilizaban como refugio temporal, a menudo como parada en sus viajes por la costa oriental de la península ibérica.
Con la conquista del Cid en el siglo XI el reino de Aragón comienza a establecer su influencia en la zona, que comienza a aparecer en los documentos como “Castilion.” En el año 1181 el rey Alfonso II de Aragón, considerando que su conquista era inminente, cedió los territorios al obispo de Tortosa.
Sin embargo, no sería hasta 1233 que el ejército del rey Jaime I de Aragón conquista el territorio y lo reparte en señoríos. El obispo de Tortosa reclamó las donaciones de Alfonso II, iniciándose un largo pleito que no se resolvería hasta 1242, cediéndose la fortaleza de Castellón al monarca quien a su vez la cedió al infante Pedro de Portugal a cambio de sus derechos sobre las islas Baleares.
La Reconquista en la Sombra ha traído a sus parásitos Cainitas, que han ocupado el territorio. Los Lasombra dominan la fortaleza de Castellón y sus alrededores, pero se han dado cuenta de que no están solos...

POLÍTICA Y RELIGIÓN
La villa de Castellón es un asentamiento reciente, y que todavía se está extendiendo con una planta cuadrada cerrada con una muralla en la ruta hacia Valencia. La principal iglesia es un templo sencillo dedicado a Santa María.
El territorio está salpicado de pequeñas aldeas dedicadas a la pesca y la agricultura, así como de imponentes fortalezas en Morella, Onda, Peñíscola, Villafamés, Xivert y otros lugares. El territorio pertenece al infante Pedro de Portugal, que lo intercambió a cambio de sus derechos sobre las islas Baleares. El obispo Pedro de Segorbe administra la diócesis eclesiástica.

ASUNTOS CAINITAS
Jimén Garcés, un caballero Lasombra de origen aragonés, ha reclamado la villa de Castellón como su dominio, al mismo tiempo que ha comenzado a frecuentar el entorno del infante Pedro. Sin embargo, se ha encontrado con que el espacio de su dominio se encontraba ocupado por otros Cainitas. Una noche se presentó ante él un joven ciego llamado Juan, quien afirmaba representar a un grupo de Gangrel y Nosferatu que habitaban en la zona desde mucho antes de la llegada de los cristianos.
Jimén se encuentra algo contrariado y ha tomado cautelosamente el título de Príncipe, considerando a los demás Cainitas de la zona como sus vasallos. Sin embargo, ha hecho poco por imponer su autoridad, limitándose a extender su influencia entre los nobles de la zona para respaldar su autoridad con poder. También ha tanteado la posibilidad de crear una prole entre la nobleza local.
Por su parte Juan y sus compañeros se limitan a observar, teniendo poco interés por las luchas religiosas, tratando simplemente de sobrevivir. Bajo los cimientos de los castillos que se alzan majestuosos se encuentran catacumbas y túneles secretos que se extienden por toda la zona, donde los no muertos han acechado durante siglos.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#40

Mensaje por Pagliacci » 21 Abr 2020, 13:05

Relato inicial. Borrador 1. Siempre nos quedará Gharnata:


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“Entonces se desmayó y las llamas lo envolvieron. Se derramaron silenciosas lágrimas de odio, pero las lágrimas no bastaron para apagar las hogueras encendidas aquel día.” Tariq Alí. A la sombra del granado.


El sol del atardecer rompía contra las montañas de la sierra, derramando su luz anaranjada sobre un ocaso de tonos ambarinos. El polvo del camino había ensuciado su túnica blanca, un tejido otrora excelente, elaborado por las exquisitas damas del Banu Hudayl. Los rigores del largo recorrido a través de las montañas habían arañado y desgastado sus sandalias y la barba que había lucido finamente recortada entre los palacios de piedra blanca a la orilla de al-Buḥayra ahora crecía descuidada, igualando su aspecto al del resto de peregrinos y refugiados.

Gharnata continuaba su vida, ajena a las guerras más allá de sus dominios, conflictos siempre lejanos, más allá de sus preocupaciones. Tan solo una sombra ominosa cubría los rostros de aquellos extranjeros que, como él, buscaban cobijo en aquella gran ciudad. Las calles estaban repletas a esta hora del día en la que el calor cedía paso a los vientos suaves y frescos procedentes del Mulay Hasan, tumba de reyes de esta dinastía nazarí que gobernaba un reino de esplendor y decadencia.

El peregrino descendió por el Rabbad al-Khul, la calle de los productores de antimonio, cuyos elixires alquímicos habían oscurecido los ojos de miles de damas de alta cuna. Las copas de plata contenían aquel veneno verdoso y el olor se elevaba en el aire tenuemente, tiñendo los colores de la puesta de sol con el matiz vidrioso de sus vapores.

No faltaba mucho tiempo para la hora del rezo, un momento en el que cual la voz del imán se elevaría grave sobre las calles de Gharnata, con belleza y veneración, llamando a los fieles a la oración. El extranjero descendió por el antiguo mercado de seda de Bab al-Ramla, lugar de recreo donde se reunían los caballeros moros para competir y atraer la mirada de las damas.

Era el año 638, las arenas del tiempo habían caído largamente desde aquellas belicosas tribus guerreras de Arabia que habían vivido apegadas únicamente al acero de su espada y a la piel de sus caballos. No pocos creían que la aristocracia se había vuelto autocomplaciente y débil, las conquistas cristianas tan solo eran la consecuencia directa de su propia indolencia o quizás, el castigo por sus pecados.
El rezo se elevó entre las calles cuando el poeta llamó a la puerta de su viejo amigo, buscando refugio ante la tempestad invisible que se cernía sobre ellos, pero pocos reconocían. Fue entonces cuando recordó las palabras de Abd Allāh ibn Sulaimān al-Tanūẖī al-Maʿarrī, el ciego:

“La falsedad ha corrompido al mundo,
las sectas discuten sus doctrinas en el campo de batalla.
La religión es una doncella tan cercana,
que ningún ojo puede verla.
Y de toda la noble doctrina que proclaman desde el púlpito,
mi corazón no ha aceptado jamás una sola palabra.”

Cuando los criados de Ibn Farid le abrieron las puertas de su palacio, el forastero sonreía. El olor a harissa empapaba el ambiente, un aroma delicioso a carne, arroz, pimienta y garbanzos. Se descalzó en la entrada y siguió al viejo Yazid hacia el interior, donde Ibn Farid rezaba. Esperó, pues no podía hacer otra cosa. Su mirada se deslizó sobre la figura postrada de su honorable y viejo amigo, su voz era grave y profunda, como el romper de las olas contra la piedra. Junto a él descansaba un viejo ajedrez, sus piezas exquisitamente talladas mostraban los imanes y caballeros de los Taifas en una batalla que nunca estaba igualada.

-Bienvenido, Umar bin Abdallah, esta también es tu casa. Toma asiento junto a mi mesa y compartamos esta cena.

El extranjero así lo hizo, pero no sin antes lavarse las manos, si había algo que no soportaba de los cristianos no era su fanatismo y sus extraños dogmas, sino la falta de higiene en sus costumbres. Cuandos los soldados aragoneses habían traspasado las murallas, más bien parecían cerdos impuros por el olor que despedían.

-Así pues, Balansiya ha caído. No volveremos a pasear por sus jardines cuajados de jazmines, por sus patios de azahar y miel o por sus extensas marismas hasta que la recuperemos- Ibn Farid había sido un gran guerrero en su juventud, su espada había acabado con docenas de caballeros en duelo en nombre del sultán y creía que una reconquista todavía era posible. El invitado asintió como toda respuesta.

-Disculpad mi grosería hermano, ha sido un largo viaje desde el Levante y parecéis cansado, quizás queráis hablar de esto en otro momento- le dijo el anfitrión.

-No, no importa. En efecto, Balansiya ha caído, la sangre de toda una generación regó los campos al norte de la ciudad y cuando las tropas del rey cristiano entraron al caer la noche, los quirópteros extendieron sus alas negras y alzaron el vuelo sobre la mezquita- El poeta hablaba con tristeza, había visto aquel augurio en persona, no tenía esperanzas de regresar a su hogar.

El viejo Yazid retiró los platos de la mesa y sirvió un té negro fuerte y denso, hierbas molidas del otro lado del mediterráneo. La estancia estaba únicamente iluminada por una gran lámpara que pendía del techo, filtrando su luz a través de un mosaico geométrico que arrojaba sombras angulares.

-Quizás, los ejércitos del sultán deberían haber acudido en ayuda de sus lejanos parientes, desde lo alto de estas montañas, no parece haber mundo más allá. Y sin embargo lo hay- El guerrero le dió un fino sorbo al amargo brebaje- En cualquier caso, prevaleceremos, porque nuestra misión es sagrada y nuestra guerra es justa. Llevamos en estas tierras mucho antes que ellos, hemos traído la luz y la ciencia, ellos en cambio, no tienen nada.

-Saquearon las bibliotecas y tomaron como rehenes a los primogénitos, una táctica que han aprendido de nosotros, todo sea dicho. Nadie alzará una mano contra los cristianos en tanto las vidas de sus hijos estén en juego- El poeta parecía muy seguro de lo que decía.

Esta vez fue el anfitrión el que guardó silencio, sopesando el sentido de sus palabras. Las luces y sombras de la sala bailaban sobre las piezas del ajedrez, creando un silencioso espectáculo alegórico. Ibn Farid reconocía la importancia de aquellos rehenes y lo difícil que sería recuperar el este si, a la poca disposición del sultán, se sumaba el miedo de los pueblos conquistados.
Qué fácil sería desenfundar la cimitarra y cabalgar sobre las murallas, degollar a esos kuffār con el acero de Tolaitola y volver a contemplar, una vez más, la luna llena a las puertas de la ciudad. Pero incluso el belicoso Ibn Farid sabía que, sin la unión de los Taifas, aquello sería imposible.

Su viejo amigo, aquel poeta que había conocido tanto tiempo atrás se encontraba ahora desterrado sin hogar, sin palacio y sin libros, debía sentirse tan desnudo como lo haría él sin una espada. ¿Debían acaso comportarse ahora como judíos, agachar la cabeza y huir en su éxodo perpetuo? Ibn Farid detestaba a los cristianos, caníbales de su salvador, bebedores de sangre, sucios, zafios y proselitistas.

-Tranquilo, ashirra, al-Hamra se eleva tras nosotros, este el pináculo de la gloria y el esplendor de nuestro pueblo, en sus paredes resuena grabado el eco de los poetas y nunca se atreverán, ni podrán, entrar en ella. Sus patios de nenúfares alzan oraciones al cielo, las damas de ojos oscuros pasean por entre sus manantiales y una legión de nuestros nobles hijos monta caballos purasangre. Siempre nos quedará Gharnata.

Al poeta aquellas palabras no pudieron parecerle más vacías.



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Última edición por Pagliacci el 21 Abr 2020, 23:22, editado 1 vez en total.

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