[Análisis] Companion: El dominio de Bath
Publicado: 05 Ago 2019, 13:22
Continuando la reseña del capítulo romano presentado anteriormente, escribo ahora la correspondiente al capítul segundo, Bath. Esta podía parecer una ciudad sin importancia, insignificante para la política y estrategia de los mortales y lo es. No así para los vampiros, pues Bath es un elíseo mithraico, un centro de reclutamiento importantísimo para los seguidores de Mithras, un oasis de paz y entendimiento entre los clanes o debería.
Lo cierto es que Bath está atestada de cainitas, su población de casi un centenar excede la capacidad de los humanos de mantenerla y el territorio está muy codiciado, la ciudad se ha convertido en un refugio para los Salubri, debido al desprecio Mithraico por los Tremere y, además, cualquier crímen o pecado es perdonado si juras lealtad al Sol Invicto, con lo que la población de vástagos y el ejército de pretorianos de Mithras no deja de crecer.
De origen céltico, la ciudad aún conserva vestigios de sus orígenes como un lugar de curación y sanación, pero fueron los baños y termas contruidas por los romanos las que le dieron la importancia que tiene ahora. Las aguas minerales fluyen volcánicas e hirvientes, calentando a los cruzados que regresan de Tierra Santa y curando las heridas de los leprosos. Los mismos vampiros se bañan en estas aguas y las reuniones tienen lugar entre vástagos de cuerpo desnudo en las termas.
La historia de la urbe comienza su narración a través de Evnyssen, el sangriento, un Prometeo (anarquista) Lhiannan que odia profundamente a los romanos a y a cristianos. Evnyssen cuenta como las ciudad es un polvorín, atestada como está de vástagos. Cuenta como el Rey Arturo la defendió de los sajones y su espada sagrada cortaba cabezas de vampiro de un modo únicamente comparable a la espada de Nul. Pero al final Arturo y sus caballeros fueron expulsados y la ciudad cayó en manos del culto de Mithras y, desde entonces, es su cuartel general.
Arcadius Rufus, Cónsul de la ciudad y descendiente de Mithras, hace verdaderos malabarismos para gobernar la ciudad sin ejecutar a nadie, manteniendo la frágil paz del elíseo. Para ello se apoya de sus pretorianos ventrue y brujah y de sus consejeros capadocios, en los que más confía. Pero el propio culto mithraico esconde sus propias conspiraciones. La rígida jerarquía de la Via Equites está a punto de dar a luz a una escisión y el culto a Mithras de convertirse en un camino por sí mismo. El heliodromo (sacerdote) Malkavian conspira para hacerse por el poder, mientras Rufus desea realmente soltar las riendas y largarse.
Mientras tanto, los Tremere conspiran e intrigan para cazar a los Salubri, los Prometeos para imponer restricciones a la llegada de más extranjeros y, al mismo tiempo, acabar con el Mithraismo y los Heraldos Capadocios esconden una conspiración aún peor, buscando el caos por el caos para sembrar un mayor número de muertes. Por si fuera poco, un Perro Negro fantasmal, una leyenda galesa, persigue y da caza a los que van a morir próximamente y tortura y preocupa a los habitantes de Bath.
Lo cierto es que Bath está atestada de cainitas, su población de casi un centenar excede la capacidad de los humanos de mantenerla y el territorio está muy codiciado, la ciudad se ha convertido en un refugio para los Salubri, debido al desprecio Mithraico por los Tremere y, además, cualquier crímen o pecado es perdonado si juras lealtad al Sol Invicto, con lo que la población de vástagos y el ejército de pretorianos de Mithras no deja de crecer.
De origen céltico, la ciudad aún conserva vestigios de sus orígenes como un lugar de curación y sanación, pero fueron los baños y termas contruidas por los romanos las que le dieron la importancia que tiene ahora. Las aguas minerales fluyen volcánicas e hirvientes, calentando a los cruzados que regresan de Tierra Santa y curando las heridas de los leprosos. Los mismos vampiros se bañan en estas aguas y las reuniones tienen lugar entre vástagos de cuerpo desnudo en las termas.
La historia de la urbe comienza su narración a través de Evnyssen, el sangriento, un Prometeo (anarquista) Lhiannan que odia profundamente a los romanos a y a cristianos. Evnyssen cuenta como las ciudad es un polvorín, atestada como está de vástagos. Cuenta como el Rey Arturo la defendió de los sajones y su espada sagrada cortaba cabezas de vampiro de un modo únicamente comparable a la espada de Nul. Pero al final Arturo y sus caballeros fueron expulsados y la ciudad cayó en manos del culto de Mithras y, desde entonces, es su cuartel general.
Arcadius Rufus, Cónsul de la ciudad y descendiente de Mithras, hace verdaderos malabarismos para gobernar la ciudad sin ejecutar a nadie, manteniendo la frágil paz del elíseo. Para ello se apoya de sus pretorianos ventrue y brujah y de sus consejeros capadocios, en los que más confía. Pero el propio culto mithraico esconde sus propias conspiraciones. La rígida jerarquía de la Via Equites está a punto de dar a luz a una escisión y el culto a Mithras de convertirse en un camino por sí mismo. El heliodromo (sacerdote) Malkavian conspira para hacerse por el poder, mientras Rufus desea realmente soltar las riendas y largarse.
Mientras tanto, los Tremere conspiran e intrigan para cazar a los Salubri, los Prometeos para imponer restricciones a la llegada de más extranjeros y, al mismo tiempo, acabar con el Mithraismo y los Heraldos Capadocios esconden una conspiración aún peor, buscando el caos por el caos para sembrar un mayor número de muertes. Por si fuera poco, un Perro Negro fantasmal, una leyenda galesa, persigue y da caza a los que van a morir próximamente y tortura y preocupa a los habitantes de Bath.