Laurent Malalt

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Re: Laurent Malalt

#11

Mensaje por Pagliacci » 02 Oct 2020, 17:21

https://www.youtube.com/watch?v=y-ythWgSf1s

Christiania 2009

El Toreador sacó una botella de vino, le había costado una pequeña fortuna, claro que, lo que había dentro no era vino. Se la ofreció a Alex, que la descorchó con los dientes y vertió el líquido purpúreo sobre tres vasos de whiskey. Era el tercer día de octubre y celebraban un gran golpe, habían conseguido desplumar a Michelsen y hacerse con su territorio, además, era un día especial para el Caitiff, hacía diez años que lo habían acogido entre los suyos. El huérfano probablemente prefiriera mala sangre cortada con heroína, pero aquella noche Malalt había insistido en sacar una botella de la bodega.

-Dicen que perteneció a María Antonieta, en serio- dijo el francés con una sonrisa afilada, como si la sangre de la última reina de Francia pudiera conservarse en barrica durante 200 años- Brindemos. Por la revolución!

Laurent vació la copa lentamente y disfrutó del poso aristocrático de aquella vitae, sintió el miedo que había impregnado sus glóbulos rojos antes de ser decapitada y la incomprensión, la incapacidad de entender el porqué aquellos campesinos se levantaban en armas contra ella.

-Bebe, chico, este es tu cumpleaños- Le dijo mientras le daba una palmada en el hombro.

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Re: Laurent Malalt

#12

Mensaje por Voivoda » 02 Nov 2020, 23:49

Como comentaba en el otro tema, no tiene mucha lógica subir de golpe 2 puntos de una Disciplina y menos en el caso de una en el que el primer y el segundo nivel sean tan distintos (si fuera Dominación u Ofuscación aún podría ser debatible). Así que Laurent pasaría a Presencia 1 (y lógicamente tienes ahí puntos sobrantes).
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Re: Ayudas para la ambientación. Copenhague

#13

Mensaje por Pagliacci » 11 Dic 2020, 18:50

https://www.youtube.com/watch?v=k_mkp9pUBpk



Christiania, 2015



Malalt estaba sentado en el sofá con las piernas sobre un taburete, llevaba horas contemplando ese cuadro, mientras que Jaspers yacía tirado en el suelo a pocos metros, surfeando la última ola de hacko que convertía sus pupilas en dos alfileres sobre un océano azul.

-Creo que, en el fondo, el problema es la maldita manía de convertir en inmortales a adolescentes.

El contrabandista se recostó cómodamente y el cuero maltratado del viejo sofá emitió un correoso gemido. El francés contemplaba la obra con enorme atención, concentrándose absolutamente en cada detalle del enorme cuadro saqueado por los nazis. Filosofía, pintada en 1907, había sido exhibida en la Universidad envuelta en un gran escándalo. Las mentes preclaras de los médicos austríacos se habían excitado en exceso y habían acusado al pintor de pornográfico, Malalt disfrutaba enormemente imaginando el sonrojo de aquellos mojigatos freudianos.

Aquellas mújeres con sus curvas elevándose a las estrellas parecían compuestas de humo, musas y querubines surgidos de la mente del anciano filosósofo que se arrastraba en la parte inferior de la obra. Los colores, casi monocromáticos, sugerían una cualidad etérea, casi fantasmal. Al igual que el retrato de Trude Steiner, que el contrabandista ocultaba, las dos obras poseían una cualidad maldita, acrecentada por la leyenda de su destrucción. El extranjero imaginó con horror el destino de aquellas obras, ardiendo en el castillo de Schloss Immendorf, mientras los nazis se retiraba y le daban la espalda al fuego. Afortunadamente, eso nunca ocurrió.

Pero lo que atraía la mirada atenta del anarquista esta noche era la sensualidad oculta, el erotismo del cuerpo desnudo, incluso del anciano, que se transmitía con total naturalidad, con absoluto desdén por el posado. Laurent creía que su clan se había fosilizado en gran medida al guiarse por el aspecto y la belleza de sus integrantes, más que por su auténtico ingenio. Niñatos como Larsson eran adolescentes atrapados en el cuerpo de medio hombre, por toda la eternidad, la clase de efebos que el marqués disfrutaba sodomizando.

¿Cómo no iban los Primogénitos a comportarse como niños? Nunca habían tenido la oportunidad de madurar, de vivir una vida plena, de enamorarse o tener hijos. Vacíos y sin significado, los vástagos malgastaban sus noches disputándose la carroña política, resquicios de influencia que les permitían sentirse superiores a los demás. Los anarcas no eran mejores, sólo más hipócritas, todos eran unos condenados adolescentes. Títulos huecos, bandas, coteries, todo era mentira.

Malalt casi podía escuchar la risa del marqués cuando sus pensamientos llegaban hasta ese punto, el desdén y paternalismo que desbordaba, podía sentirlo emergiendo del cuadro, como humo, la niebla del amanecer en un castillo austríaco.


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Re: Ayudas para la ambientación. Copenhague

#14

Mensaje por Pagliacci » 24 Dic 2020, 13:48

https://www.youtube.com/watch?v=_91hNV6vuBY



Christiania, 2019

El Toreador lanzó otro dardo sobre la pared, aquella noche no había nadie más en el refugio y el golpe sobre la madera retumbó por todo el salón. Álex y Jaspers se habían ido a disfrutar de la navidad en algún club y a vaciar las venas saturadas de alcohol de alguno de los jóvenes que dejaban se bebían la vida entre copa y copa de ginebra. El francés estaba solo aquella noche y se odiaba a sí mismo, en su último encuentro con Kat se había reído de ella, de sus grandes ideales y sus rimbombantes causas, la había humillado, ridiculizado y, en consecuencia, la Brujah le había echado a patadas de su casa.

¿Porqué hacía eso? ¿Para sentirse superior? El contrabandista sonrió al verse reflejado en el espejo que cubría la pared, por un momento, creyó ver a su sire. Cada vez se parecía más a él, cada vez sentía una mayor auto-aversión por quién y en qué se había convertido. Quizás creyera que no se merecía ser feliz y por eso se esforzaba en joder todas las relaciones, quizás necesitara el castigo y lo anhelara con tanta fuerza, con tanta desesperación, que estaba dispuesto a arruinarse la vida todas las veces que fuera necesario.

El marqués tenía unos cuatrocientos años a estas alturas y él, con poco más de un siglo de vida, quemaba las etapas que lo alejaban de él. Laurent estaba permanente de mal humor y el cinismo y la ironía que desbordaba escondían el miedo y el dolor que le atenazaban, miedo a estar solo, miedo a convertirse en el tirano que le había asesinado, miedo a ser él. Y, sin embargo, lo era.

¿Porqué le había gritado a Álex? ¿Porqué se esforzaba en humillar a Jaspers? ¿Acaso el sucio Caitiff no tenía bastante con la mierda que tragaba cada día? Los dos comían de su mano y los trataba como perros y en el fondo temía el día en el que se alejaran de él, un día que llegaría tarde o temprano. Quizás le tranquilizaba saber qué iba a pasar, ponerse en lo peor, anticipar el abandono y por eso se comportaba de ese modo.

Malalt arrojó un dardo sobre el cristal, que se partió en una docena de fragmentos afilados que le devolvieron una mirada llena de rabia y tristeza. Más tarde sus ghouls tendrían que limpiarlo.

-Feliz navidad a ti también.

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Re: Ayudas para la ambientación. Copenhague

#15

Mensaje por Pagliacci » 13 Feb 2021, 18:54

https://www.youtube.com/watch?v=_AEK1fCJYUQ


Malalt se llevó las manos a la chaqueta de cuero, en la que llevaba la carta que le había escrito a Kat, una despedida que no se atrevía a pronunciar, que cobardemente estaba decidido a evitar. El suave sobre color crema estaba lacrado y sellado elegantemente con una rosa espinada, en su interior, la firma estilizada del francés remataba unas palabras llenas de nostalgia, le ofrecía su reino a cambio de la protección de sus vasallos, le ofrecía su alma sin mirarle a los ojos, esquivando la ira de la tormenta y el fulgor de la estrella ensangrentada. "Siempre nos quedará Copenhage" había escrito con un sentimentalismo patético y no sin cierta ironía, burlándose de su propia miseria. El Toreador deslizó el papel entre las pertenencias de Jaspers, junto al condenado router. Se imaginó sobrevolando el Atlántico hacia el Nuevo Mundo o, quizás, surcando el Bósforo en un bajel blanco, hacia el ocaso, con una luz púrpura rompiendo en el horizonte.

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Re: Laurent Malalt

#16

Mensaje por Pagliacci » 01 May 2021, 12:59

https://www.youtube.com/watch?v=AigXBl3hdcg

Copenhagen, 1949.

Las luces púrpura rompían las sombras en un horizonte de piedra y metal, el aire era húmedo y cálido, pues todavía retenía la caricia de los últimos rayos del día. El Toreador se adentraba en la ciudad temeroso, dejando atrás todo lo que conocía, llevado por el miedo a que pasado le alcanzara. El marqués le había puesto en contacto con Hauptmann y le había asegurado que mientras le fuera útil, no tendría que temer a los patriotas franceses que se habían autoimpuesto acabar con los últimos de Vichy. Los últimos días de Sigmaringen habían sido apocalípticos, mientras esperaban a su captura, los jerarcas nazis se entregaban al desenfreno sexual y las enfermedades corrían tan libremente como el alcohol entre los decadentes aristócratas. Los degenerados habían hecho honor a su nombre, atiborrándose con la sangre caliente de aquellos últimos vestigios del Ancient Regime.

Había escapado de la purga por los pelos y Malalt sospechaba que los Hohenzollern, cuyo apellido ostentaban poderosos miembros de la Camarilla, habían enviado vástagos acompañando a los soldados de Jean de Lattre, en venganza por el castillo que les había sido arrebatado. Brinon, Luchaire y Darnand fueron ejecutados por el tribunal. Lavand huyó a España y Pétain fue capturado en Suiza. Sus hermanos de sangre, Hellene d´Aveyron y Dean Lancaster fueron sentenciados a muerte por los arcontes, la familia Volgirre sufrió un duro revés aquella noche.

Pero habían pasado cuatro años desde entonces, cuatro años en los que se había arrastrado por una Alemania en ruinas y hacia un destino incierto, siempre huyendo de los arcontes y dejando atrás su nombre y su regio linaje. Fue así como entró en Dinamarca, como un fugitivo avergonzado que esperaba dejar su pasado atrás. Aquella ciudad olía a humo y sal, nadie le conocía, podría al fin, descansar.

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Re: Laurent Malalt

#17

Mensaje por Pagliacci » 15 Jun 2021, 17:53


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Re: Laurent Malalt

#18

Mensaje por Voivoda » 23 Jun 2021, 12:56

INICIO DEL EPISODIO 10

Hagamos lo que hagamos, nuestro destino es la soledad.

Tu Sire era un Toreador atípico. Si bien buscaba constantemente la interacción social, era consciente de que no era más que un autoengaño, una simple representación teatral de una realidad que no existía, que no era más que un velo con el que intentar tapar la auténtica Realidad, la que se escribía con mayúsculas. Una Realidad en la que el vampirismo era una condenación en la que poco a poco quien la sufre va quedándose sin apoyo alguno. Primero son los seres queridos de la vida mortal, luego es la propia independencia de quien te ha creado y, finalmente, los propios compañeros de una Coterie. Al final, hagamos lo que hagamos, nuestro destino es la soledad.

Esas palabras resuenan en tu mente mientras observas a través de la ventana el manto de luces nocturnas de la ciudad de Copenhague, una sinfonía de blanco y negro apenas rota por las luces rojas y azules de algunas sirenas policiales que de vez en cuando se distinguen en algunas calles. El gobierno de la ciudad había desplegado a la policía después de una jornada de violentos disturbios entre grupos antisistema y paramilitares cercanos a grupos de extrema derecha. Unos enfrentamientos que te sonaban muy lejanos, pero que probablemente eran el reflejo de la propia tensión nocturna en la capital danesa.

Sólo había una consecuencia directa que te causaba un perjuicio difícil de arreglar en la situación actual. Varios de tus contactos en Christiania te habían escrito para contarte todo tipo de inconvenientes, desde la aparición de nuevos suministradores de droga en la zona hasta alguna agresión directa contra ellos. Se habían sucedido las redadas y los mensajes a base de violencia que habían dejado muy tocada tu red de ingresos y de información en ese barrio. Notabas cómo te desprendías sin querer de otro de tus lazos, aunque una punzada en tu interior te hacía sentir culpable por las víctimas de tu propio bando. En el fondo sentías que los agredían por tu culpa. Que en realidad era un mensaje dirigido a ti que se escribía con hematomas en cuerpos de personas que, si bien no encajaban en el concepto de "inocentes", tampoco eran merecedores de verse en situaciones de peligro o violencia.

La soledad sabía a cenizas y sangre.

Miras el móvil con una desazón creciente. Kat no contesta a tus mensajes y al llamar a su teléfono salta de inmediato el contestador. Un temor primitivo se aloja en tu interior. La marcha de Álex y de Jasper te ha sumido en una creciente melancolía, pero obedecen a un bien mayor para todos. El silencio de Kat sólo arroja nubes de desasosiego sobre tus pensamientos.

Un rato después

Tal y como había anticipado Greta, y te ha confirmado en un mensaje esta misma noche, al decir que vas de su parte puedes acceder al interior de la sede de Christiani&Nielsen, uno más de los edificios de última generación y carentes de alma del centro de Copenhague. Sientes en tu interior una seguridad creciente en ti mismo. El encargado de seguridad se ha mostrado especialmente dispuesto a permitirte el acceso como si su voluntad fuera arcilla en tus manos. Es una sensación parecida a la que tuviste hace algunas noches en el rascacielos en el que citaron a Jasper. Una sensación embriagadora de poder creciente, de un carisma sobrenatural que parece abrir todas las puertas.

Una sensación que se entremezcla con el Hambre, que resulta punzante y desagradable, no tanto como para desorientarte, pero lo suficiente como para sobrevolar constantemente tus pensamientos.

El párking del edificio es inmenso y las luces siguen una programación inteligente de modo que se van encendiendo a tu paso. Hay unos pocos coches aparcados, todos de gama alta, y el único sonido que acompaña a tus pasos es el zumbido constante de los fluorescentes. Después de unos diez minutos de reconocimiento en soledad, te topas con una puerta metálica pequeña, de esas que suelen dar acceso a un cuarto de contadores. Está encajada entre varias columnas y estas han sido empapeladas con cinta por parte de la policía y el indicativo "no pasar", de modo que queda un pequeño espacio vacío en el medio de las columnas y delante de la puerta. Un espacio en el que no se distingue nada especial.

Tu móvil vibra.

Lo miras, comprobando que es un mensaje de un remitente con número desconocido.

Han rastreado nuestras comunicaciones. Lindhart va para allá.


-8 puntos de Sangre y -1 de FV
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Re: Laurent Malalt

#19

Mensaje por Pagliacci » 23 Jun 2021, 14:50

https://www.youtube.com/watch?v=uU4W8944o_k

Cuando Malalt abandonó el refugio y, no sabiendo si volvería a él, se llevó consigo la pintura de su amigo y las dos máscaras de cuero, anticipando el peligro de la peste que afrontaría. Recorrió las calles en silencio, sintiendo un vacío tranquilo, ajeno al caos de luces, ruidos y disturbios que le rodeaba. El recuerdo del marqués corroía sus pensamientos, sintiendo que, de un modo inevitable, seguía todos y cada uno de sus pasos. Aquel bastardo aristocrático, nacido en una época de príncipes y duques, había moldeado a su hijo a su imagen y semejanza. Laurent tenía la sensación de que no podía escapar a la maldición, a aquella ausencia fría que le envolvía. Y volvió, entonces, a envidiar a aquellos que enredaban sus eternidades en causas baldías.

Pero él tenía una causa, se recordó a sí mismo, su familia. Esperó desesperadamente la respuesta de Kat, atravesó la ciudad como un fantasma, esperando respuesta del más allá. Los estragos que causaban las redadas sobre sus hombres eran los últimos estertores de un barco que se hundía, cuyo capitán hacía tiempo que había abandonado. En el fondo, sentía compasión por ellos, no merecían sufrir en su nombre, pero no podía salvarlos.

Cuando se adentró en el párking sintió la tentación de alimentarse del guardia, pero no quería dejar un rastro tan evidente a su paso. Aquel lugar desalmado parecía una extraña elección para un portal a otro mundo. Solo de pensar en las implicaciones de toda aquella charada, la cabeza le parecía apunto de estallar. Buscó el router de un modo ya instintivo, la aparente conexión con aquel fenómeno extraño. Y fue entonces cuando recibió el mensaje.

Kat, tenía que ser Kat. Pensó en la oportunidad que todavía tenían de reencontrarse, el corazón le dio un vuelco. Aunque también sintió miedo, miedo a que fuera una trampa y miedo a enfrentarse a la mirada de su furibunda amante, una vez más. El francés vaciló unos segundos antes de enviarle la dirección en la que se encontraba. Después se puso la máscara de doctor de la peste, olió el aroma seco del láudano mezclándose con el cuero y dio un paso hacia ese renacimiento, hacia ese siglo de luces y sombras.

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Re: Laurent Malalt

#20

Mensaje por Voivoda » 28 Jun 2021, 13:18

Abres con cuidado la puerta metálica. La señalización de las cintas de la policía convierte esa puerta en un faro para quien sabe lo que está buscando, por extraño que pueda ser, tal y como es tu caso. Tus experiencias y las de tu Coterie en la isla de Saltholm vinieron precedidas también de un hallazgo policial. Y quienes sois capaces de vivir para siempre comprendéis pronto que las coincidencias no existen, por lo que das por hecho que los aliados de Greta, esas cintas de la policía y la puerta que tienes delante guardan una relación directa.

Al observar el espacio al que da acceso la puerta confirmas esos pensamientos. Es un pequeño cuarto de mantenimiento eléctrico donde hay una pequeña mesa de patas metálicas sobre la que hay un router cuyas luces verdes parpadean constantemente. Al otro lado hay otra puerta. Una puerta que estás seguro que no has visto durante tu recorrido por el párking. Durante una décima de segundo piensas en lo irreal que resulta lo que estás a punto de hacer. Te vas a guiar por tus propias visiones de noches pasadas y por el relato de un vampiro adicto a las drogas que oye voces en el interior de su cabeza. Piensas por un instante si los Malkavian no estarán sumiendo a todos los que vivís en Copenhague en experiencias que vistas desde fuera resultan grotescas. Piensas en Kat mientras te pones la máscara y casi crees escuchar la risa burlona de tu Sire. Acto seguido, abres la otra puerta.

Segundos después

Miras al cielo de modo instintivo por el sonido rasante de un avión que cruza sobre los tejados de la ciudad dejando una estela amarillenta a su paso. El cielo tiene una extraña tonalidad anaranjada, hace un calor antinatural, huele a gasolina, cenizas y humo. Tardas unos segundos en asimilar el espacio que tienes a tu alrededor. Estás en un callejón de edificios de ladrillo visto apenas iluminado por viejas farolas. Luz eléctrica. Algo no va cómo pensabas. Es evidente que no estás en el tiempo en el que esperabas estar.

A un centenar de metros cruza una calle de mayores dimensiones en la que ves una montaña de cascotes. El edificio que tienes justo enfrente en esa calle presenta multitud de ventanas rotas y el vidrio llena parte de la calzada. Escuchas una explosión a cierta distancia que sobresalta a tu Bestia, que suma el temor al Hambre que empieza a ser punzante. Te obligas a mantener la calma casi diciéndotelo a ti mismo en el interior de la máscara que te tapa el rostro.

Miras a tu alrededor. En el suelo hay varios pasquines tirados, la mayoría arrugados o rotos. Coges uno de los papeles. Reconoces una tipografía de corte gótico. El texto está en alemán y no sabes qué dice. Pero sí reconoces el sello que hay al final del texto.

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