Episodio 3. ORMEHUL

[Voivoda]

Los tres podéis notar la lucha interna de Pilou Munk. Se mezcla el miedo, la desconfianza y la desesperación. Mira de reojo al exterior, seguramente al hogar al que ha tenido que trasladar a toda velocidad a su familia dándoles las menores explicaciones posibles mientras su nombre empezaba a aparecer en las noticias vinculado con un escándalo de corrupción nunca visto en un país tan transparente como Dinamarca. Podéis notar cómo vuestras propias Bestias se desperezan como felinos que husmean una presa temblorosa, que se sabe encerrada, pero aún tiene la esperanza de poder encontrar una escapatoria. Munk no es más que una presa fácil, prescindible. ¿Quién iba a preguntar por un político que al verse acorralado por el peso de la ley se cortara las venas?.

Apartáis esa sensación de vuestros pensamientos, aunque Birgitte es consciente de que su contacto está caminando por una cuerda muy tensa que en cualquier momento puede llevarle al precipicio, dejando así de ser realmente un aliado útil. La Tremere siente cierta empatía hacia él, no en el sentido de que crea que es inocente (tampoco le preocupa en exceso) como porque siente cierta compasión por la debilidad de alguien de voluntad frágil.

La lucha interna termina con el señor Munk echando la cabeza hacia atrás hasta donde le da el respaldo del asiento trasero, lo que ofrece una tentadora visión de las venas de su cuello a Alexander, que es quien está más cerca. Sacar a colación el niño muerto le pone más nervioso. Vuestras Bestias se relamen.

- No, de eso sí que no sé nada, de verdad... -Birgitte sabe que dice la verdad. Pero necesita exprimir un poco más el miedo de Munk, por lo que permanece impasible, sintiéndose un poco más culpable por llevarle hasta el extremo. Él es consciente de que no saldrá del coche hasta que no diga algo más- No sé nada de eso, que conste, ¿eh?. Y esta es la última vez que te digo nada -dice mirando a Birgitte- ¡la última! Tenéis que echarme una mano o me mandarán a la cárcel.

Birgitte se queda impasible, Vincent mira al pobre desgraciado por el espejo retrovisor y Alexander observa la conversación como si viera una escena de una película.

- La jefa de ingenieros de MT, Kuivonen -empieza diciendo- hizo firmar un papel a los funcionarios del ayuntamiento que es una cláusula de confidencialidad por la que ninguno puede decir una palabra del desarrollo de las obras. Los contratos de los obreros, los proveedores de los materiales, los diseños de los planos... todo es secreto. MT paga muy bien por el silencio -su voz parece calmarse y en su mirada veis un deje de pesar. Es evidente que no es inocente de los cargos de los que se le acusa. La rápida carrera hacia el dinero fácil tiene un descenso igual de rápido hacia una celda- Por alguna razón, esos cabrones querían excavar debajo del mar, algo que evidentemente requiere de una serie interminable de permisos de todo tipo de instituciones -su voz se queda convertida en un susurro- Espero que el crío ese no estuviera husmeando lo que no debía. A veces algunos hacen autostop en el puente, se prostituyen allí, ¿sabéis?. No sé, MT dejó claro que los accesos daneses del puente, los ascensores de los pilares, sólo podían usarlos trabajadores suyos.

Un largo silencio sigue a las palabras de Munk, que mira por la ventana totalmente hundido. Es consciente de que cada palabra que dice le puede incriminar más, pero es más fuerte la esperanza que tiene de que le pueda valer para intentar salir indemne con vuestra ayuda. Su mirada es poco más que la de un niño suplicante.

- Ayudadme, por favor.

[Theazlin]

Vincent escucha con la atención dividida. El coche que les ha acompañado buena parte del trayecto ha pasado de largo en el cruce pero por algún motivo su instinto le decía que algo no andaba bien. Y uno debe aprender a hacer caso a su instinto cuando éste ha demostrado en numerosas ocasiones acertar. Así que cuando Munk ruega ayuda sobre algún lío en el que anda metido y del cual cree que Birgitte y Alexander pueden sacarle Vincent enciende el motor.

— Proseguiremos esta conversación en circulación —dice accionando el seguro de las puertas y poniendo la primera. A continuación mira por el retrovisor y fija su vista en Birgitte—. Volveremos a dejar al señor Munk pero, de momento, nos movemos.

Su voz suena firme. En ese momento están sucediendo varias cosas, o al menos pueden estar sucediendo varias cosas. Por un lado Birgitte y Alexander mantienen una conversación con Pilou a fin de sonsacarle algo de información relevante y, por otro, alguien puede estar siguiéndoles la pista. Si era así iba a hacerles creer que llevaban a Munk a algún sitio. Eso podría despistarles si buscaban información; si les buscaban a ellos... bueno, entonces no importaba aquí que allí, pero al menos tendrían el factor inercia a su favor.

Spoiler

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Vincent pretende prestar especial atención a si el coche de antes está por algún sitio o si algún otro coche parece sospechoso de seguirles.

[PeteryPan]

Alexander agradece que sea Vincent quien conduzca, pudiendo así divagar al máximo sobre los útlimos acontecimientos. Viajes en el tiempo, acontecimientos acaecidos siglos ha, rituales, misterio... Ese niño... ¿Un sacrificio para realizar el ritual? ¿Por eso traspasa el velo del tiempo junto a sus ritualistas? Es una probabilidad... Aunque la opción de que fuera colocado allí como parte de un plan mayor también sigue siendo plausible... Por que, si no, ¿para qué dejar un cuerpo a la vista de todo el mundo y en mitad de la frontera entre dos entes políticos con una relación tensa? ¿O es parte de un engaño dentro de un engaño? Acertijos en la oscuridad... ¿Dónde había escuchado?

El joven cainita seguía meditando en el asiento posterior, desconectando por completo de sus sentidos exteriores y de su conexión corporal para únicamente recrearse en la utilización de su mente, nadando entre datos, pistas e información. Una mezcla de nerviosismo y ansiedad pugna por exteriorizarse, pues lleva varios días sin poder dedicarse a sus estudios y sin alimentarse, dos situaciones poco convencionales y poco recomendadas. Sus ojos contemplan la noche exterior, el cielo casi sin estrellas, aunque ven sin ver, abstraído como está en sus interiores. Tamborilea con los dedos la carcasa de la puerta, inconscientemente. Las luces de los otros coches, cada vez más escasas, le iluminan las pupilas sin afectarle. Parece una escultura de mármol grisáceo sentada anacrónicamente en un coche actual.

No es consciente de que se han detenido permanentemente, pues en otros momentos se han parado en semáforos o señales de "STOP", pero un cuerpo cálido, humano y nutritivo se ha sentado a su lado. En ese momento su mente no puede mantenerse al margen del mundo físico o no-mental y gira la cabeza, sin humor para enfrentarse a aquel hombrecillo cuya única ambición en la vida es escalar socialmente y ganar dinero, ya sea noblemente o a través de la corrupción que ahora le salpica. Como la última vez no tiene intención de inmiscuirse y mira con ojos vacíos el miedo que exhuda el hombrecillo. Deja el peso de la conversación a Birgitte, no sólo por comodidad, sino por contención, pues su Hambre comienza a tener fuerza en su interior y la visión de ese cuello desprotegido le aprieta el estómago. Por un momento gira la cabeza hacia atrás, simulando que investiga el exterior. Se relaja y vuelve a mirarlo, cuando ya esa postura apetitosa se desvanece.

Alexander piensa que no van a sacar nada del tipejo hasta que comienza a hablar de MT. Excavar debajo del mar... ¡Es una locura! Podían afectar estructuralmente a toda la placa marina, poniendo en peligro hasta la vida de los habitantes de ambos lados. Y tan cerca de la costa... ¿Qué narices buscaban que fuera tan importante como para mover semejante cantidad de dinero y de influencias para conseguir hacer algo tan descabellado? No pudo mantenerse ajeno a la conversación; ahora hasta su padre podía correr peligro, más si se acababa apuntando a las revueltas en el puerto.

- ¿Has dicho excavar bajo el mar? ¿Con qué propósito? ¿Escuchaste en algún momento o leeíste en algún sitio algo que pudiera insinuar el proyecto real?

[Voivoda]

Vincent conduce a poca velocidad por la amplia extensión de chalets y casas de campo, llevando el coche hacia una zona de marismas que termina desembocando en el mar. A pesar de que avanzáis con lentitud, podéis notar cómo la brisa que llega del Mar del Norte golpea los cristales del vehículo. Birgitte observa por el rabillo del ojo al conductor, alerta al comprobar que Vincent parece intranquilo por algo. Éste mira de vez en cuando por los retrovisores, comprobando que nadie parece seguiros. De hecho, estáis prácticamente solos en la carretera, un par de faros que iluminan un inmenso manto de oscuridad y humedad. Definitivamente, le gustan más las ciudades.

Munk sigue intranquilo, suplicando con su mirada que alguien atienda sus demandas. Birgitte trata de tranquilizarle sin caer en una excesiva cercanía para que mantenga el grado de nerviosismo suficiente como para seguir contestando. A la Tremere le llama la atención la repentina irrupción de Alexander, que hasta hace unos segundos parecía absorto. Casi puede notar la propia Bestia de su hermano, que se retuerce entre el deseo y la sensación de peligro derivada de las explicaciones del concejal. Alexander prácticamente se olvida de pestañear, dejando su pregunta en el aire como una gélida advertencia.

- Saberlo no lo saben más que ellos... -Pilou Munk evita cruzar la mirada con Alexander, y prefiere perder la vista en la oscuridad infinita que se intuye al otro lado del cristal- Rumores hay de todas clases... que han encontrado una veta petrolífera en un entorno protegido y por eso quieren inspeccionarla sin que las autoridades lo sepan, que quieren construir una conexión subterránea entre Dinamarca y Suecia, que quieren instalar laboratorios para ensayos clínicos en colaboración con el Ejército... -Munk vuelve a mirar a Birgitte- A saber, precisamente lo que teníamos que hacer era no enterarnos.

[DarkOsca]

Suficiente. Demasiada tensión. Ya no puede aguantar más. Esto tiene que finalizar.

-Por favor, Pilou, dinos dónde quieres que te dejemos.

Birgitte sabe que la parte dura viene ahora. ¿Qué tiene que hacer? ¿Qué debe hacer? ¿Qué puede hacer? ¿Qué quiere hacer? Cualquier persona debería merecer una segunda oportunidad pero, ¿está en sus manos dársela? quizá prometió demasiado. Se hace así misma la promesa de que sí, de que intentará ayudarle, intentará mover a sus contactos para que el peso que ahora mismo sostiene Munk sobre sus hombros sea menor, pero sabe que ese intentar no es suficiente, no servirá de nada.

-Respecto a lo tuyo, tengo que hacer unas llamadas, te mantendré informado.

Recopilando información: Una misteriosa excavación, una empresa, MT, de la cual ya conocían su implicación y un nombre, una persona, Kuivonen que, en opinión de Horm, debería ser el siguiente objetivo de sus pesquisas. Kuivonen, parece nombre finlandés. Lo pondrá en común con sus compañeros cuando Monk ya no esté presente.

Aunque trate de no fijarse en ello hay otro posible objetivo, más sórdido, menos racional, calmar la Bestia, quizá todavía sea pronto, quizá no sea imprescindible, sólo quizá.

[Voivoda]

Observáis a Munk por los espejos retrovisores del vehículo. El pobre tipo apura un cigarrillo en medio de la madrugada gélida antes de volver a entrar en la casa en la que se ha escondido de los focos mediáticos. Alexander observa a su hermana. Él es consciente desde hace tiempo de que poco a poco se van apagando sus emociones más humanas. Se aferraba a su relación con su padre como el último clavo al que sujetarse, pero aunque no le gustaba reconocerlo, sentía últimamente una mayor emoción intelectual por lo abstracto y místico que por lo mundano. Pero Birgitte era diferente. La vitalidad de tiempos pasados aún fluía por debajo de su piel muerta. Birgitte se había quedado en silencio, sintiendo lástima por Munk. No podía evitarlo, además de su evidente utilidad, no dejaba de ser alguien débil. Quizá esa misma debilidad le había llevado a la espiral en la que estaba metido y que parecía que, de un modo prácticamente irrefrenable, le llevaba hacia un precipicio.

Vincent enfiló con tranquilidad la autopista de vuelta a Copenhague. Vuestro vehículo era el único en la carretera a excepción de algunos camiones que a esta hora comenzaban sus repartos dentro o desde la capital danesa. La intranquilidad del viaje de ida no era ahora tan fuerte en sus sensaciones, pero aún así no se sentía del todo cómodo. Las palabras del asesor retumbaban aún en su mente, donde intentaba establecer un hilo que uniera cada uno de los elementos. Las referencias a una finlandesa le ponían aún más tenso. Quizá todo era una casualidad, pero... era demasiada casualidad que la tal Koivunen fuera doctora por la Universidad de Tampere. No quería que su pasado volviera justo en este momento en que estaba construyéndose una reputación por sí mismo en una ciudad de la importancia de Copenhague. Podía notar cómo crecía su impaciencia, y preguntó a sus compañeros si habían sacado alguna conclusión.

[PeteryPan]

Si respirase habría inhalado y exhalado con ansiedad y su cara habría reflejado impaciencia y nerviosismo. Pero para su sorpresa, y extrañamente sin sorprenderse del todo, poco de eso se refleja en la forma en que pregunta al pobre miserable que tiene al lado. Sí nota a la Bestia moverse dentro, y sí siente los ojos interrogadores de su hermana de sangre cuestionando su animalidad contenida, pero se ve a sí mismo ajeno a la situación, mucho más calmado y evadido de la situación de lo que años atrás hubiera estado. Sus pensamientos siguen girando en torno a la idea del viaje en el tiempo y sólo la preocupación por su padre, su único ancla real al mundo mortal que dejó atrás, lo mantiene mínimamente cuerdo para los estándares humanos, haciéndolo saltar en una pantomima de humanidad salvaje. Lo que comenzó con su tesis florecía poco a poco en su interior, enraizando en el vacío que había dejado su alma mortal, obsesionándolo cada día más y volviéndolo cada día menos y menos "promedio".

La mirada de su hermano lo ha molestado de una forma que no llega a comprender y es la primera vez (sin ser consciente de ello realmente) que justifica internamente su actitud como algo más allá de lo humano, más allá de lo estándar, no como algo más allá de lo ético. Ya hacía tiempo que los rumores sobre ciertos cambios en sus actitudes habían comenzado a circular y, a veces, son más perspicaces los rumores incipientes que la propia mente del que los genera.

Su racionalidad no quiere admitirlo, pero su Bestia se relame por un momento con el temor que Munk exterioriza con sus preguntas. No deja de observarlo, fijamente, entre ido y violentamente atento, y cuando ve que no puede obtener más que un nombre vuelve a mirar hacia la ventana, como si un hombre comatoso volviera a la realidad física para volverse a enfrascar en su realidad mental. Las luces de Copenhague vuelven a aparecer, cada vez más cerca. Con un hilo de voz sugirió volver a la ciudad e investigar a esa tal "Kuivonen", no sin antes pasar a cenar algo.

[DarkOsca]

Podía notar cómo crecía su impaciencia, y preguntó a sus compañeros si habían sacado alguna conclusión.

Ensimismada en sus pensamientos, Birgitte da un respingo cuando oye la voz de Vincent. Los compañeros que tenían eran más de reflexión que de acción, eso estaba claro, la paciencia de la pequeña Tremere estaba siendo puesta a prueba.

-Kuivonen. Un nombre sobre el que poder trabajar. Esa excavación es la clave, en mi opinión. ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Qué buscan?. No perdería más tiempo e iría a preguntarle directamente a la susodicha.

Se recuesta en el asiento, haciendo que mengue su tamaño, cruza los brazos y espera a ver qué deciden Vincent y Alexander, trabajar en equipo es eso, unir voluntades en torno a un objetivo común.

[PeteryPan]

Dada la falta de contactos que posee, Alexander prueba a buscar directamente con su móvil el nombre de la implicada para ver si pueden obtener un mínimo de información de contexto que les ayude a ubicarla. También piensa, si la primera opción falla, en hacer una llamada a Lindhart, a ver qué sabe él. No era la mejor alternativa, pues implicaba ceder información a alguien cercano a los altos círculos de la ciudad, pero la alternativa podría ser un callejón sin salida.

- Estoy buscando su nombre en la web, a ver qué nos puede contar el mundo virtual de ella.

[Voivoda]

Realizáis el resto del viaje prácticamente en silencio. Vincent está sumido en sus pensamientos y mira de un modo un tanto obsesivo el espejo retrovisor. Birgitte le observa y él tiene que terminar reconociendo que durante el viaje de ida sospechó que alguien pudiera estar siguiéndoos. La idea hace que Birgitte se sume a la preocupación del conductor, aunque tanto la autopista como las principales calles de Copenhague están prácticamente desiertas mientras las atravesáis con el vehículo que la Capilla pone a vuestra disposición. Alexander apenas presta atención a la charla, sumido en la búsqueda que realiza con su teléfono. El entorno digital es un ambiente en el que se desenvuelve bien, donde se encuentra a gusto, refugio en ocasiones de una realidad que teme comprender.

Ya en la Capilla

Vincent se excusa unos minutos y se dirige hacia la zona que se le ha asignado en el edificio que el Clan utiliza como Capilla. Alexander se dirige hacia la habitación de Birgitte, y se sienta en la cama mientras su hermana de Sangre enciende las luces, cuya intensidad se puede regular para que no resulten molestas. Es curiosa la sensación de fraternidad que compartís sin haber sido familiares en vida. El Abrazo de Lars os ha convertido a cada uno en la principal manera que tiene el otro de combatir la soledad de tan larga duración que puede tener que afrontar un Vampiro. Os sentís protegidos el uno por el otro, fruto también del especial Vínculo que suele crear la pertenencia al Clan Tremere.

Birgitte le pregunta a Alexander qué ha descubierto. Él pone en orden sus ideas según describe a su hermana de Sangre lo que la Red ofrece sobre Saara Koivunen. Tiene un amplio perfil en una red social dedicada a los contactos profesionales. Jefa de Ingenieros en MT Hojgaard, su carrera ha sido meteórica desde sus inicios como investigadora de materiales en distintas grandes empresas finlandesas. Alexander ha descubierto con cierto pesar que ella ha sido una de las mentes creadoras de distintas plataformas de extracción de crudo en alta mar por toda Escandinavia. Su amor por la naturaleza se siente herido cuando comprueba el resultado de las ambiciones del mundo actual. Koivunen pasó a formar parte de MT Hojgaard hace apenas tres años, fichada directamente como directiva. Sumando la cronología de su currículum, Alexander llega a la conclusión de que o realmente está su identidad muy bien oculta, o se trata de una mujer mortal.

No obstante, más interés tiene lo que Alexander ha podido descubrir a través de distintos chats de la Red, algunos en abierto y otros de CyberScan. Koivunen tiene perfil en distintas páginas de contactos en los que busca pareja. Allí apenas da datos sobre su actividad profesional, describiéndose a sí misma como "amante del cine, el senderismo y el vino francés". Incluso evita poner su apellido completo, aunque por su fotografía Alexander sabe que se trata de la misma Jefa de Ingenieros. Ya en CyberScan, en diversas salas protegidas para Cainitas, usuarios que reconocen su simpatía por el movimiento digital anarquista FSociety la nombran en algunas de sus listas de "enemigos a batir" para hacer frente a los efectos del capitalismo. Curiosamente, uno de los agitadores e influencers vampíricos más conocidos de la ciudad, Klaus Jeller, chiquillo del chiquillo de la Príncipe para más señas, habla maravillas en uno de sus vídeos de MT Hojgaard como fuente de "progreso para la ciudad y sus habitantes diurnos y nocturnos" y nombra de refilón a Saara Koivunen como "prometedora fuente de nuevas ideas que quizá en algún momento haya que sumar a la causa", sin acabar de explicar a qué "causa" se refiere.

OFF: He sacado a Vincent de la escena para que podáis seguir, aunque en cualquier momento él puede regresar y sumarse (cuando Theazlin pueda).