Episodio 3. ORMEHUL

[PeteryPan]

Alexander no suelta el móvil ni saliendo del coche, atravesando puertas y pasillos navegando por la red como un zombie cibernético, mientras su cuerpo navega por la realidad física como una cáscara vacía. Su mente se va empapando de todo el flujo de datos que corren por la telaraña virtual, tanto mortal como cainita. El nuevo objetivo que les ocupa es mucho más visible y destacado en ambas sociedades que los nombres hasta ahora descubiertos, haciendo que el cainita ponga especial atención en analizar los datos que encuentra.

Se deja llevar por su hermana de sangre hasta su habitación, donde las cuatro paredes lo relajan y lo hacen sentir en un lugar más protegido y seguro. Se sienta en la cama, respaldado por Birgitte y la sensación de fraternidad y complicidad entre ellos. Tras explicar todo lo descubierto hasta el momento cuando ella le pregunta, Alexander deja el móvil y se reclina en la cama.

- La situación se está complicando Birgitte. Nos estamos adentrando en los profundos pozos de la corrupción de la ciudad, tanto mortal como cainita, sociedades siempre entretejidas. Esta figura no sólo es pública, es poderosa, y los datos que tenemos hasta ahora pueden hacerla perfectamente viable como sospechosa, la mano que mueve los hilos de lo que investigamos, al menos hasta cierto punto. Seguro que otras manos la mueven a ella, como de costumbre. Muñecas dentro de muñecas. Pero creo que es una pista viable e importante, y tu contacto debe de ser recompensado por esto, aunque eso lo dejo a tu decisión.

El Griego se masajea el puente de la nariz con los dedos mientras sigue hablando.

- En mi opinión, haría lo siguiente. Avisaría a Lindhart, activando los mecanismos que él controla aún a riesgo de perder control sobre la situación. Si lo ponemos sobre la pista tendremos a un chiquillo de la sire en el buen camino, y nos verá con buenos ojos o al menos sospechará menos de nuestra condición... mágica. Fuerzas poderosas en el mundo cainita rodean a esta figura coorporativa, así que activar un engranaje como Lindhart nos permite mover la situación desde dentro. Por nuestra parte informaría a Lars, si está disponible, y pensaría nuestro siguiente paso, aunque creo que el puerto sería un buen lugar a investigar. Podríamos ir directamente al encuentro con ella, pero no soy partidario de la acción directa, ya me conoces... Y el asunto del ritual temporal sigue pendiente. ¿Qué opinas?

[DarkOsca]

Al entrar en el cuarto de Alexander, Birgitte se deja caer exhausta en la cama. Mentalmente la situación le sobrepasa. No es el tipo de trama superficial a la que está acostumbrada. Esto es algo gordo que puede hacer tambalear los pilares de la ciudad, al menos en su vertiente nocturna. Escucha a su compañero con toda la atención que puede, pero el cansancio y el hambre le impiden que esta sea el 100%.

-Sí, estoy de acuerdo. Todo eso está muy bien. Antes quiero hacer algo. ¿Te acuerdas de mi amiga Sidse? Te he hablado de ella alguna vez. Es activista ecologista. Seguro que sabe algo sobre Koivunen.

-Pero ahora lo que necesito es que me abraces, lo necesito para continuar con esto. Un respiro no nos vendrá mal, nos lo podemos permitir. Todavía podemos permitírnoslo.

Dicho esto se acurruca junto a Alexander, esperando que su amigo logre reconfortarla. Sabe que esos buenos momentos son siempre demasiado cortos.

-Si no tienes inconveniente llamaré a Sidse de inmediato.

[Voivoda]

Ese "de inmediato" de Birgitte queda flotando durante un instante, apagándose en un eco inaudible que poco a poco deja espacio a un silencio cómodo para ambos. Birgitte necesita ordenar sus ideas, mientras que Alexander, cuya mente analítica poco a poco va situando cada elemento en su casilla, no tiene prisa. El Método, con mayúsculas, ha sido siempre la piedra angular del progreso intelectual del Clan Tremere. Orden, análisis y acción desarrollada sobre la reflexión previa. Alexander sabe que Birgitte es más activa y directa, Vincent parece serlo aún más, pero él es consciente de que sólo se alcanzan las metas siguiendo un Método ordenado. Algo dentro de él seguía además rebelándose ante la teoría acogida por Lars. Tenía que existir una manera de entender lo incomprensible dentro de los parámetros de estudio del propio Clan.

Birgitte finalmente busca el número de Sidse. No pone el manos libres para que su contacto no desconfíe, pero acerca el terminal lo suficiente como para que Alexander pueda escuchar la conversación. Sidse tarda varios tonos en coger el teléfono, y su voz al otro lado demuestra que básicamente la llamada la ha despertado. Esa voz, ya algo anciana, sin embargo es siempre amable.

- ¿No puedes dormir, querida?

[DarkOsca]

Siempre es agradable escuchar la voz de Sidse. La sensación que provoca en Birgitte es de madurez, de calma, de ser parte de lo que la propia cainita querría ser, alguien que es coherente entre sus acciones y sus palabras.

-Me has pillado. No podía dormir pensando en tí.

Espera la risa de su interlocutora. Es una broma privada.

-Necesito hablar contigo, pronto, es un tema serio. Dime una hora y un lugar y allí estaré. Llevaré a un viejo amigo, de confianza, nada que temer sobre él.

Implícitamente, pedir una cita para hablar presencialmente indica la importancia del tema a tratar. Sabe que Sidse lo entenderá.

[Voivoda]

La mujer efectivamente sonrió al otro lado. Era una risa natural, espontánea, vital. Escucharla era reconfortante para el corazón no-muerto de Birgitte y, al mismo tiempo, un recordatorio de que esa misma vitalidad se le había escapado a ella y a otros tantos condenados a vagar noche tras noche alimentándose de otros seres vivos. Birgitte nunca se adentraba demasiado en esas sensaciones casi filosóficas, pero no podía evitar que toda interacción agradable con un mortal estuviera rodeada siempre de esa sensación de cenicienta amargura.

- Venid a casa, claro, os esperaré con un té.

Un rato después


A Birgitte y a Alexander les incomodaba caminar por los alrededores de Christiania. Por un lado, eran conscientes de que estaban bordeando, si es que directamente no estaban dentro, territorios de otros Vástagos que, por lo que se decía del barrio, no eran precisamente los más tranquilos y diplomáticos dentro de la particular estructura democrática de la Estirpe de Copenhague. Por otro lado, eran calles escasamente iluminadas, en las que se intuían callejones oscuros, se percibían olores desagradables, destellos de pequeñas llamas que se utilizaban para encender todo tipo de sustancias prohibidas.

Podéis intuir en el horizonte las altas arboledas de la propia Ciudad Libre, territorio que a la vez os resulta fascinante y peligroso, hogar del Movimiento Anarquista de la ciudad y, al mismo tiempo, de todo tipo de grupos radicales en cuyo seno los mortales organizaban sus propias protestas contra el orden establecido. Al fin y al cabo, sois Tremere, y el mantenimiento del orden establecido es la base sobre la que habéis sido educados en la noche.

Finalmente llegáis al humilde bloque de pisos claramente necesitado de una reforma en el que vive Sidse. Alexander deja hacer a su hermana de Sangre, fascinado en cierto modo porque vuestras investigaciones y la comodidad de vuestra Capilla tuvieran algún tipo de conexión con un lugar tan... simplemente mundano.

Ya en el piso


Sidse es una mujer que seguramente ha cumplido los sesenta con rostro duro, pero gestos y voz amables. Lleva su pelo largo y repleto de canas que se reflejan en el cabello que aún mantiene su color moreno original sujeto en un moño y se ha puesto una bata sin molestarse en esconder que debajo va prácticamente en pijama. Toda la casa huele a té, que os ofrece amablemente aunque rechazáis con la misma amabilidad la oferta. Hace un calor agradable frente al frío del exterior, proporcionado por una serie de radiadores desvencijados. La mujer saluda muy cariñosamente a Birgitte y trata con la misma deferencia a Alexander.

Os sentís como depredadores que estuviérais en un lugar que no os pertenece. Vuestra Bestia ronronea ante la cercanía de la sangre de Sidse, que puede detectar fluyendo por sus venas y arterias. Intentáis acallar ese llamado ancestral y violento que os hace sentir miserables frente al sincero interés de la anciana. Donde ella es vida y genuina hospitalidad, vosotros traéis la muerte.

- Bueno, ¿qué pasa, Birgitte? ¿Por qué estas prisas en plena noche?

[PeteryPan]

De una cómoda cama en la Capilla, al margen del mundo fisico y exterior, reflexionando sobre todo lo que tenían entre las manos para seguir investigando, habían pasado -Alexander no sabía cómo- a caminar por una zona totalmente ajena a su persona. Aquel contexto, pese a no ser del todo contrario a su mentalidad en lo que respecta a lo primario y primitivo, no encajaba con la ideología personal que priorizaba el orden y la jerarquía sobre el individuo. El desvencijado aspecto que mostraba el barrio era un símbolo claro y evidente de que la anarquía sólo conducía a la decadencia y el caos. La falta de un propósito ordenado, dentro de múltiples niveles jerárquicos, se filtraba en cada acto de cada individuo, con las consecuencias que eso implicaba a la larga. Al igual que el fanatismo que el cristianismo ha llevado en su ADN desde su exaltación en los primeros siglos de la Era Común, pocos eran los anarquistas que ni siquiera se planteaban debatir sobre los límites entre el orden y el caos, entre la jerarquía y la libertad, confundiendo las nubes con el cielo, los árboles con el bosque. Como niños traumatizados, cualquiera que oliera o pareciera "jerárquico" se convertía en la peor escoria. Si supieran que vivían en edificios realizados gracias al orden geométrico...

Alexander optó por dejar aquella línea de pensamiento, pues comenzaba a sentirse intranquilo. Así que se enfocó en hablar con Birgitte:

- Doy por hecho que conoces bien a esta mujer y que tu "peculiar" insomnio no la intranquiliza. ¿Crees que nuestra visita pueda mover fichas que no vemos?

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Una vez en la casa, Alexander tenía problemas para relajarse. Había pensado en ir a cazar en breves porque cada vez notaba más el Hambre, sobre todo en situaciones así, de tal indefensión y amabilidad. No le atraía la idea de alimentarse de una mujer, menos de una anciana, pero el Hambre, a medida que crecía, no entendía de ideologías o preferencias, sólo de sangre y muerte. La edad de la mujer le trajo a la cabeza a su padre, cosa que lo indujo a un estado de incomodidad y silencio mayor de lo que era habitual en él cuando de socializar se trataba. Buscó no ser maleducado en ningún momento, pero dejó por completo la iniciativa a su compañera.

[DarkOsca]

Mantenerse activa, mantenerse en movimiento, eso hacía que su cabeza lograra recuperar el equilibrio. Ir a ver a Sidse le traía muy buenos recuerdos. Ella había sido una especie de mentora ideológica. Una persona que vive de acuerdo con sus creencias, algo que Birgitte admira y envidia profundamente. De camino a casa de la ecologista, Alexander, siempre tan callado, rompe su silencio y pregunta:

- Doy por hecho que conoces bien a esta mujer y que tu "peculiar" insomnio no la intranquiliza. ¿Crees que nuestra visita pueda mover fichas que no vemos?

-El tema del insomnio nunca lo hemos tratado abiertamente. Creo que sospecha que algo extraño hay, pero es una persona tolerante. Ya sabes que no debemos decírselo a nadie. A nadie de fuera de nuestro mundo. Hay fichas que no vemos que se mueven, independientemente de lo que hagamos. No creo que sea negativo ir a ver a Sidse, si es a lo que te refieres. No tenemos muchas más opciones, y tenemos que explorar cada pista, cada información que podamos conseguir, ¿no estás de acuerdo?

Tras esta desordenada argumentación que demuestra el estado de la mente de la pequeña Tremere, llegan a Christiana. El barrio supone un rara avis dentro de una ciudad liberal del norte de Europa. La vida nocturna es abundante, jóvenes charlan animadamente en la calle, compartiendo litronas y porros. Jóvenes llenos de vida, jóvenes que podrían suponer acallar a la Bestia que quiere asomarse esta noche y tomar el control de Horm.

-Cómo puedes imaginar, tenemos algo importante que hablar contigo. Y urgente.

Toman asiento en un sofá cubierto por una manta colorida que intenta dar un toque juvenil en una casa que ya empieza a oler a senectud, a personas ancladas en tiempos pasados en los cuales su cuerpo, su salud, les permitía todo tipo de excesos, para conocerse, para conocer el mundo. En la actualidad estas personas se mueven entre el ridículo y la dignidad. Sidse, según Birgitte, es claro exponente de lo segundo.

-Un nombre, Koivunen. Sabemos que es la jefa de ingenieros de MT y que es blanco de algunas organizaciones con las que tienes algún tipo de relación. ¿Qué nos puedes decir sobre ella?

[Voivoda]

Sidse se sienta con calma en un sofá de un solo asiento enfrente de vosotros. Alexander nota cómo crece la inquietud en su interior, sobre todo porque intenta resultar amable, empático y humano... y es consciente de que está haciendo un esfuerzo de interpretación y teme que se le note. En su fuero interno está deseando salir de allí lo más rápido posible, aunque aprovecha el momento para fisgonear de reojo algunos detalles de la casa de Sidse que le gustan. Desde libros de teoría ecologista, tratados de herbolaria, manuales de cocina, cuadros de animales. Incluso cree distinguir un pequeño terrario entre las sombras de un pasillo, lo que le hace pensar que quizá la mujer tiene algún tipo de mascota a la que cuida. Son pequeños detalles que enlazan a la amiga de Birgitte con sus propios principios, incluso con sus propios conocimientos naturales Taumatúrgicos, por lo que, aunque su Bestia se mantiene incómoda en los (últimamente muy numerosos) encuentros sociales, siente que está en presencia de alguien con quien le puede resultar más sencillo empatizar.

Birgitte observa con cierto cariño a la mujer, sintiendo algo de repulsión por ella misma, por la Bestia que habita en su interior y que susurra aburrida ante quien considera poco más que alimento o entretenimiento para sus perversiones. Birgitte desearía no tener a esa Bestia dentro de sí, pero por desgracia será su compañera hasta la última noche en que esté en el actual estado entre la vida y la muerte.

Sidse aprovecha la taza para calentarse un poco y parece hacer memoria.

- Me temo que no la conozco de nada. No me suena de nada ese nombre, la verdad. De MT podemos hablar largo y tendido, claro -sorbe algo de té- Están detrás de todas las grandes obras de ingeniería de las últimas décadas en Escandinavia. Plataformas petrolíferas, puentes y construcciones sobre montañas, fiordos, lagos y hasta sobre el mar. Prospecciones con tuneladoras para la construcción de autopistas, líneas de tren o ampliaciones de Metro. Y todo ello con los consecuentes vertidos de escombros de toda clase en parajes naturales.

La mujer se calla durante unos segundos.

- Como podéis imaginar, su aportación al Producto Interior Bruto conlleva que esquiven denuncias, juicios y todo tipo de acusaciones. Invierten en campañas supuestamente medioambientales de gobiernos y organizaciones supranacionales, patrocinan fundaciones de partidos políticos, crean becas de formación de prometedores estudiantes y tienen un equipo de marketing descomunal que encima vende a la empresa como un ejemplo de responsabilidad climática solo porque sus oficinas se apagan por la noche o porque han invertido para un par de parques eólicos y así limpiar su imagen.- la mujer vuelve a beber otro sorbo- Tenían más presencia al norte del país, en zonas menos urbanizadas, pero aquí lograron un contrato para la ampliación de las instalaciones subterráneas del puente de Oresund. Para construir una central eléctrica, un aparcamiento y no sé qué más. Ahora está el asunto en todos los periódicos porque parece que unos cuantos han metido la mano en la caja. Ellos no, claro, ellos dicen ser víctimas del asunto.

Sidse se ríe, mostrando una dentadura gastada por la edad.

- ¡Soy una vieja que no deja de hablar! Y decidme, ¿por qué os interesa tanto esa mujer?

[DarkOsca]

Muchos datos, pero nada nuevo, Sidse no parece ser una buena fuente de información en este caso. Birgitte, no te impacientes, sonríe. Suele ser una buena técnica para ganar tiempo y evitar problemas.

-Precisamente queríamos informarnos sobre ese proyecto en el puente de Oresund. Han ocurrido extraños sucesos y estamos tras la pista.

Mira a Alexander, le guiña el ojo por enésima vez. Se aproxima a Sidse, siente su corazon, huele su ligero perfume, sudor y debajo de todo ello, su esencia, tan apetitosa, tan cercana. Le habla como si le estuviera diciendo una confidencia.

-Tenemos constancia de que están realizando una extraña excavación, probablemente violando decenas de leyes medioambientales. Si lo estimas necesario, avisa a tus contactos, quizá ellos puedan obtener algo.

-Una última cosa antes de irnos, ¿Sabes de alguien que pueda informarnos sobre Koivonen?

[Voivoda]

- Son una panda de hijos de puta.

Sidse es categórica en su juicio respecto a MT Hojgaard y sus actividades. Birgitte siente la atracción de la vitalidad de su amiga, de esa llama reivindicativa y luchadora que aún mantiene encendida a pesar de que los años de mayor vigor de su juventud van quedando atrás. La Tremere piensa por un momento que hay no-muertos que se quedan congelados y atrapados en sus mismas obsesiones durante décadas mientras que una simple mortal mantiene la pasión independientemente del paso de los años. Quizá la inmortalidad no trae tantas ventajas como uno puede pensar al principio...

La mujer se queda pensando después de escuchar la segunda pregunta de Birgitte y vuelve a beber de la taza con cierta parsimonia.

- Como puedes imaginar, no es que tenga amigos en los consejos de administración de esos nidos de buitres que son empresas como MT -Sidse sonríe ante su ocurrencia de una manera tan natural que el gesto contagia cierta sensación de bienestar en vosotros dos- Pero bueno, siempre conoces a alguien que conoce a alguien... Un momento.

Sidse se levanta y rebusca en una balda abarrotada de cosas que quedaba detrás de ella. Finalmente saca un pequeño bloc de notas y un bolígrafo y anota rápidamente un par de nombres. Dobla el papel y se lo entrega a Birgitte.

- Sólo se me ocurren estos dos que puedan ayudaros. Mette Marie es una mujer maravillosa. Culta, independiente, liberal. Ha escogido una profesión que para muchas es una esclavitud y para ella es una elección... -Sidse da a entender entre líneas que se trata por tanto de una prostituta- y trabaja con muchos ejecutivos, políticos, abogados... Quizá pueda echaros una mano. El otro nombre, Sam, nos ha echado alguna vez una mano cuando hemos necesitado obtener información de alguien con discreción. Si se le paga al contado y con puntualidad no hace preguntas.

Casi al mismo tiempo ambos sentís una especie de mal presentimiento cuando Sidse habla de Sam.