Alexander Zabat Hjort “El Griego”

Moderador: DarkOsca

Alexander “El Griego” (PeteryPan)
Académico obsesivo

Alexander Zabat Hjort “El Griego”

#1

Mensaje por PeteryPan » 28 Ago 2019, 21:33

Alexander Zabat Hjort “El Griego”
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Clan: Tremere.
Conceptos: académico obsesivo buscador de conocimientos antiguos.
Trabajo: investigador dentro del mundo académico mortal y cainita, investigador del Clan (rituales).
Refugio: Capilla.
Edad: 43 años. 30 como mortal. 13 como cainita.

Curioso-Obsesivo
Apasionado-Fanático
Orgulloso-Arrogante

Información pública o de fácil acceso
Hijo de padre danés y huérfano de madre griega, Alexander suple desde su más tierna infancia la falta materna desarrollando una pasión profunda por todo lo relacionado con el país de su ascendencia mediterránea, haciendo de Grecia, especialmente su período más antiguo, el leitmotiv de su vida. Grecia se convierte en el lazo más estrecho y cercano con su madre ausente. Ávido lector de mente preclara, su padre alimenta esta llama intelectual, leyéndole todo tipo de relatos adaptados para niños: mitología, textos clásicos como la Odisea o la Ilíada, historia del país… Se suman a estas lecturas las anécdotas propias de su progenitor, tanto aquellas de su periplo como soltero por el país como aquellas relacionadas con su madre. La imaginación del pequeño va coloreándose con multitud de divinidades, semi-héroes y monstruos, mientras nombres como Micenas, Agamenón o Alejandro Magno se cimentan profundamente en su realidad, eclipsando los dibujos animados televisivos del momento. Esto va desarrollando en Alexander un sentimiento de diferenciación, tanto por su situación familiar con un solo padre como por su formación precoz y alejada de la mayoritaria.

Sus primeras vacaciones fueron, como no podía ser de otra manera, a Grecia, haciendo que la canción de sirena de esta región acabase de envolver por completo su alma y no silenciándose jamás. Se volvería una tradición entre padre e hijo escapar a las raíces de la esposa y de la madre, casi como un rito sagrado que calmaba el corazón de ambos. Aprenderá, motivado por su padre, el idioma materno, aventurándose con los años en la versión más antigua del mismo, viaje que lo convence por completo para estudiar Filología Clásica en la Universidad AARHUS de Copenhague. Sorprende a su profesorado con el bagaje tan completo de conocimientos clásicos para una persona de su edad en una época desencantada con el pasado y en un país alejado del epicentro de la cultura griega, y desarrolla una carrera meteórica, disfrutando de todo tipo de becas y proyectos. Consigue, en una evolución natural, un doctorado, el cual desarrolla en torno a la oscura figura de los dioses ctónicos de la Edad del Bronce y su relación y posible sustrato en Anatolia, Creta y Mesopotamia, fundamentos de la posterior mitología griega y, siglos después, del cristianismo.

En los años siguientes que dedica a la investigación de su tesis profundiza en sus conocimientos informáticos, de gestión de datos y de motores de búsqueda, articulando la investigación más puramente académica y clásica con las nuevas tecnologías y el uso interdisciplinar de la lingüística, la historia, la antropología y la arqueología, recorriendo textos, fuentes materiales e investigaciones preexistentes, tanto viajando como en consultas virtuales. Tras varios años de intenso proceso académico, haciendo girar su vida casi por completo alrededor del desarrollo de la tesis, presenta su hipótesis, defendiendo la idea de que la proto-religión existente en la cuenca mediterránea en la Edad del Bronce puede remontarse a como mínimo la Edad de Piedra, bebiendo de sustratos muy antiguos que, con el ejemplo revelador del templo de Göbekli Tepe, revelan un universo mitológico y mágico complejamente desarrollado del que crece el resto de mitologías y religiones posteriores de esta zona del planeta. Este universo posee una serie de ideas-seres que se convierten en pilares de todo desarrollo futuro: una idea-ser de Kaos (Χάος, “caos”, “lo impredecible”), una idea-ser de Kosmos (κόσμος, “orden”), ideas-seres relacionadas con la inmortalidad o la resurrección, la idea-ser de Gran Madre y de Dios Salvaje, los profundos y crudos ritos relacionados con la Tierra (χθόνιος khthónios, ‘perteneciente a la tierra’, ‘de tierra’) que incluyen sacrificios tanto vegetales como animales y humanos, así como el concepto, profundamente arraigado, de que la sangre, el semen y la saliva son sustancias en esencia mágicas y enormemente potentes, en especial la sangre y el semen.

La defensa impresionó a sus jueces, pues el conocimiento acumulado y las pruebas reunidas permitían sustentar las ideas expuestas y reseguir, a partir de estos conceptos raíz, el resto de los rituales, divinidades y mentalidades mágicas y religiosas posteriores. La brillantez de su exposición auguraba un doctorado cum laude y sus jueces se miraban cómplices de ver frente a ellos a un futuro regenerador de sus disciplinas. Así fue y Alexander comenzó a trabajar como investigador adjunto en el Centro de Estudios Clásicos de la ciudad, compaginándolo con la enseñanza de algunas asignaturas en las carreras de Filología Clásica e Historia. Su doctorado se expandió como la pólvora entre los círculos académicos humanistas y llegó a oídos del Clan Tremere, abrazándolo sin dudar para conservar su intelecto y su ambición, ofreciéndole los recursos necesarios para que continuase con sus fructíferas investigaciones a cambio de cumplir para con el Clan.

Información privada, maquillada o escondida por Alexander y/o por el Clan
Alexander fue un niño difícil desde el primer momento que nació. Extremadamente sensible a todo, lloraba casi en un continuo quejido roto que rompía la voluntad y la paciencia de cualquiera, incluso de su propia madre. Ella, Carisia, presa de una depresión postparto y sin las fuerzas para gestionar la naturaleza susceptible de su primer hijo, actuó de la manera más terrible que una madre puede llegar a actuar. La fortuna quiso que aquel día Gavril, el padre, llegase antes a casa y encontrase a su esposa intentando ahogar al hijo de ambos en la bañera. Horrorizado, apartó de un empujón a la mujer y salvó por segundos al pequeño. El padre se separó de aquella Medea cruel, viéndose en la necesidad de denunciarla para conseguir un divorcio favorable que los Servicios Sociales aprobaron al ver el estado mental de la denunciada. Un amigo en la policía ayudó a aquel progenitor desesperado a que la noticia no trascendiera y a ocultar el verdadero motivo de aquella separación.

Gavril Zabat Hjort, de ascendencia griega al contrario que en la versión oficial, hizo todo lo que estuvo en su mano para criar aquel niño sensible y asustadizo, el cual demostró poco a poco una curiosidad y una inteligencia extraordinaria. Los cuentos griegos cantados por la voz rota y profunda de aquel hombre sereno y rudo parecían ser lo único que calmaba a Alexander, volviéndose un hábito inamovible en cada biberón y en cada intento de dormir. Lenta y calmadamente la relación entre padre e hijo fue creciendo y solidificándose: el pequeño confiaba sin reparos en su padre, calmado y fuerte, y Gavril amaba cada día más a aquel hijo que demostraba una inocencia y una sensibilidad mental y emocional fuera de lo normal.

A partir de aquí la versión oficial del relato y la auténtica coinciden en su gran mayoría, haciendo padre e hijo varios viajes a Grecia y creciendo en el segundo una gran pasión por el país de sus raíces. Animado por su padre, que iba creando en la mente del niño y del adolescente un imaginario enorme con respecto a la cultura griega, Alexander desarrolló su personalidad alrededor de “lo griego”: literatura, arte, deporte, gastronomía… Gavril crio a su hijo desde el amor, pero también desde la melancolía de vivir en un país que lo entristecía, que le marchitaba por dentro, tanto por el cariño que sentía cuando regresaba a la patria de sus abuelos como por los recuerdos que constantemente le asaltaban sobre el pasado oculto de su exesposa cuando volvía a Dinamarca. Por ello, sin hacerlo a propósito, pero sin poder evitarlo, convirtió a su hijo en el enlace más humano y cercano con sus raíces. Alexander creció como un griego en territorio extranjero, pareciendo a los quince años que no había nacido en Copenhague, sino en la mismísima Grecia, siendo apodado por los que lo conocían como “El Griego”, algunos usándolo como una forma despectiva de referirse a él, como llamándolo extranjero.

Pero por muy fuerte que sea una relación entre padre e hijo la adolescencia genera, en un sano crecimiento, cierta actitud rebelde y cuestionadora en la que afloró sin remedio el tema materno, inteligentemente escondido por su padre como una muerte prematura. Gavrel supo que era necesario que su hijo, mal le pesara, tenía el derecho a saber la verdad y con 17 años Alexander supo que ocurrió con su madre. La verdad lo trastornó hasta el límite de tener que ser ingresado en un hospital y durante un año estuvo internado en un centro para menores con problemas psicológicos, recibiendo tratamiento y evitando que pudiese autolesionarse. Cumplió la mayoría de edad y pareció recuperarse, recibiendo el alta. Regresó a su último año de instituto, aunque en uno diferente, pues no se atrevía a regresar con la vergüenza y la culpa de lo ocurrido. La relación con su padre se restableció, aunque el fantasma de su madre se instaló entre ellos, creando una barrera invisible que tardó años en disolverse. Retomó sus estudios y su pasión por lo griego y, en consonancia con la versión oficial, entró en la universidad y se doctoró.

En este punto vuelve a haber un cambio, una media verdad, en el momento exacto en que defendía su tesis doctoral. El desarrollo de su defensa fue ejemplar y excelente y dejó a sus jueces impresionados. Todo iba rodado, mirándose entre ellos aquellos académicos con la idea segura de que tenían delante de sí a un cum laude. Pero llegó la idea fatal, la sutil sugerencia que torció gestos y levantó cejas. Tras argumentar y exponer las raíces de la religiosidad y la ritualística más primaria conocida de la zona del Mediterráneo oriental, sus palabras hicieron surgir la subyacente propuesta de que en el origen de todo aquello habían existido seres reales que habían dejado su huella en la mente humana y habían dejado tal marca que la concepción del mundo para la humanidad partió de estos; a lo largo de la Historia habían sido llamados con multitud de nombres, siendo dioses, daimones, monstruos o vampiros (Utukku en la antigua Mesopotamia) algunos de ellos, siendo múltiples también sus formas y aspecto. Una risa pobremente escondida, una cara de escepticismo y un gruñido de estupefacción dieron la nueva nota a aquella tesis, mucho más baja que un cum laude. Le aconsejaron eliminar esas últimas conclusiones y quedarse con aquellas que presentaban la situación actual de los estudios historiográficos y filológicos de los estratos más antiguos de la religiosidad mediterránea, consiguiendo si lo hacía el cum laude. Alexander se resistió en un primer momento, pero reflexionó sobre sus opciones y prefirió ceder ante la propuesta; ya tendría tiempo tras obtener su doctorado de seguir investigando sobre sus premisas, de las que estaba totalmente convencido. Presentó oficialmente la tesis censurada, guardándose la versión original, que imprimió y publicó meses después, cuando ya había conseguido trabajo como investigador adjunto en la universidad. Para su sorpresa, sus conclusiones no trascendieron, siendo rápidamente bloqueado cualquier acceso al documento y desapareciendo mención alguna a su trabajo.

A los pocos días, un hombre que se presentó como Lars Sigurdsson, prestigioso académico, apareció en la biblioteca de la universidad, donde Alexander tenía permiso para quedarse hasta altas horas de la noche investigando. Tras una charla enriquecedora para ambas partes que también tuvo momentos tensos con opiniones divergentes, Lars planteó la verdadera razón de su presencia allí y le dio a elegir: el ostracismo académico y profesional más severo, dando igual el lugar o el puesto, dentro y fuera de Dinamarca, tanto para él como para su querido padre, o formar parte de los utukku, de aquellos seres a los que su tesis había dado forma. Una sonrisa cínica y siniestra fue lo único que Alexander obtuvo como respuesta cuando el joven preguntó, incrédulo, si aquello era una broma.

Abrazo
Cuando fue consciente de que el asunto iba en serio, un cosquilleo frío le recorrió todo el cuerpo y supo que sus investigaciones habían hecho saltar la liebre. Ahora, las consecuencias venían a buscarlo. Algo en su interior se revolvió, aterrorizado, aunque aquel hombre no transmitía nada inquietante. Por un momento se quedó en blanco y cuando se decidió sólo pidió dejar las cosas listas con respecto a su padre. Haría una llamada y le avisaría de que se iba de urgencia a un congreso de última hora, estando varios días fuera. Siguió a aquel desconocido y se convirtió en parte de la Estirpe, bajo el auspicio de los Brujos.

Pero el Abrazo es una primera muerte y un segundo nacimiento, como los antiguos recreaban en sus Misterios, y toda alma o mente -según el paradigma que cada cual posea- no sale indemne de una transformación semejante. Y Alex guardaba recuerdos de inestabilidad, que un ritual como el Tremere volvió a sacar a la luz, aunque no de la manera que permite que dichas memorias sanen. Más bien fue como sacar la podredumbre a la superficie y mezclarla con la sangre cainita, empantanándolo todo y atascando el mecanismo. Participar en semejante rito junto con el traspaso a la no-vida aumentó el interés y la pasión del Brujo por los antiguos rituales y las formas de religiosidad arcaicas, pues había formado parte de uno que había amplificado cualquier expectativa o hipótesis. Estas formas, que sólo habían sido parte de su vida en la teoría académica, se entretejían ahora con su vida diaria, con sus gestos cotidianos, despertando en el neonato algo más que sed de sangre. Comenzó a sentir sed de poder, sed de conocimientos arcanos, una sed que iba más allá del mero estudio formal y académico. Esto congratuló a sus superiores y a su sire, que buscaban precisamente esto en sus nuevas adquisiciones, pero no esperaban que todo aquello era real afectara de una manera tan profunda al nuevo chiquillo.

Tras superar el shock inicial de su nueva condición, el ánimo y la personalidad de Alex se oscurecieron, como si estuviera más cerca de aquellos ritualistas extasiados cercanos a lo salvaje que de los de su propia época. Detrás de su pose académica comenzó a crecer una personalidad más obsesiva, más primaria, más profunda y oscura, ya que una pregunta brotó dentro de él y comenzó a corroerle por dentro: si los vampiros eran reales, criaturas ancestrales presentes en los albores de la humanidad, ¿qué más podía haber? ¿Dioses, daimones, espíritus? Y la sangre, como él había estudiado, era ciertamente poderosa, muy poderosa, y su nueva condición así lo expresaba, además del poder de los rituales taumatúrgicos. ¿Hasta dónde llegaba ese poder? ¿Qué habrían descubierto los antiguos que tanto hablaban de hechicería? Si el Clan le iba a dar todo lo necesario a cambio de su lealtad incuestionable, él se la daría, pues el poder que se escondía en el pasado era mucho más importante que su libertad.

Actualidad y datos relacionados con el Clan
-Sus investigaciones están calando tanto en su mente y en su personalidad que hace unos años que su simpatía por los movimientos ecologistas y neopaganos ha crecido exponencialmente, aunque no lo hace público ni lo comenta demasiado. Sus reflexiones académicas lo están inclinando cada vez más por aquellas actitudes que transgreden lo social y cultural, viendo en dichos movimientos este punto de rotura de moldes mentales tan marcado de algunos de los temas que está estudiando más allá de los rituales taumatúrgicos. Además, la religión antigua estaba vinculada sin duda alguna a lo natural y a lo salvaje, especialmente en las sociedades nómadas o proto-sedentarias, y el interés del Brujo por la naturaleza y lo vegetal ha aumentado paralelo, explorando nuevos poderes taumatúrgicos.

-Mantiene su estética mortal: elegante pero no demasiado, arreglado, con polos y camisas, pantalones remangados y deportivas o zapatos de vestir. Pese a no darle gran importancia a la moda intenta llevar un aspecto juvenil sin parecer desfasado, un poco hípster pijo quizás.

-Gusto cada vez más acusado por lo griego y oriental. Su parte de la Capilla parece desde hace unos años un pequeño museo de antigüedades, decorado con elegancia y orden, perfumado siempre con aceites vegetales y en muchas ocasiones con música clásica o recreaciones de melodías antiguas de fondo. Algunos del Clan hacen bromas, más o menos oscuras, sobre si su lealtad estuviese cambiando hacia el Clan de la Rosa.

-Es Tradicionalista: los métodos antiguos y de siempre son los que cimentan el mundo y los que mantienen el orden y la estabilidad; el futuro crece del pasado. El pasado más lejano sigue teniendo sus raíces en los tiempos actuales; por mucho que se quiera el pasado está en todo.

-Pidió a su sire aprender la senda taumatúrgica de la Senda Verde por su relación con sus investigaciones de cultos relacionados con la naturaleza, los ciclos naturales y similar.

-En el último año se ha vuelto más activo social y políticamente, sorprendiendo a su sire. Algo en sus últimas investigaciones o en algún experimento taumatúrgico ha cambiado a Alexander… o eso se rumorea.

-Ha conseguido mantener bajo control la Bestia en todo estos años como cainita, aunque la preocupación sobre su padre cada vez le pone en una situación de mayor inestabilidad emocional.

II Guerra Mundial y AVB-18
Todo lo que sabe sobre el Gran Conflicto lo conoce por otros testimonios y por ciertos datos que maneja del campo de la historia, aunque en su mayor parte fue a partir del Abrazo y del papel de su sire en el conflicto que aumentó su interés en este y su información al respecto. Pese a todo, no es un tema que le preocupe en demasía y a no ser que el contexto o la conversación derive a ello, no investiga por iniciativa propia.
Últimamente ha comenzado a repasar parte de sus apuntes al respecto por el estado meditabundo de su sire.

El virus anti-cainita causó en Alexander una profunda impresión, pues ocurrió pocos años después de ser Abrazado. Creyéndose más invulnerable y eterno de lo que era en realidad, la extraña enfermedad despertó cierta paranoia en el cainita, que ajustó más aún sus ya exigentes preferencias de alimentación y comenzó a ver fantasmas por todos lados. Restringió sus contactos mortales y se sumió aún más en sus investigaciones, buscando aumentar su comprensión de la sangre para entender y adelantarse a los hechos.
Tras el freno a la expansión del virus y su casi erradicación, Alexander se ha relajado, aunque no ha reducido las exigencias de alimentación, siempre proporcionadas por un intermediario seguro. Se ha instalado en él cierta desconfianza hacia los mortales que no conoce o los que carecen de referencias.

Relación con el resto de la Capilla
-Anders Laurensen (Regente): Alexander tiene sentimientos encontrados con Anders. Por un lado, encuentra en él el interés y la pasión por sus estudios que no siente su sire, inmerso en lo matemático y la fría lógica, y le despierta simpatía su actitud discreta enfocada al estudio. Sus investigaciones y conocimientos médicos sobre la sangre le parecen muy interesantes, pese a alejarse de los campos que domina y partir de otras perspectivas, y las conversaciones que han mantenido acerca de la ritualística ancestral, especialmente la relacionada con el uso de la sangre y con la obtención de nuevos conocimientos, lo revigorizan y lo hacen sentirse mucho más en casa que con cualquier otro cainita. Por otro lado, Anders no es su sire y sabe la competición latente que existe entre ambos, siendo patente la falta de apoyo total que el Regente ofrece a Lars, hecho que hace desconfiar a Alex.

-Claudia Kaldrup: con Claudia las relaciones son diplomáticamente cordiales, aunque ninguno de los dos tiene interés en el otro; al menos el Griego no tiene ningún interés en esa estirada, que considera una envidiosa y una miembro rabiosa poco sutil del Clan. Sus campos de conocimiento son diferentes y sus inclinaciones y asociaciones contrarias, teniendo en cuenta que Alexander es chiquillo de Lars y lo respalda frente a su rival directa. Dicha rivalidad le afecta más de lo que quiere expresar y las situaciones de tensión entre ellos le pasan factura.

-Lars Sigurdsson (sire): la relación entre sire y chiquillo es estable y cercana, al menos lo cercana que puede ser una relación entre cainitas. Pese a no coincidir en métodos y paradigmas, se respetan intelectualmente y el dominio que cada uno posee sobre sus respectivos campos de estudio. A veces, sus diferencias han conseguido que cada uno avance en sus investigaciones, pues enfocan las hipótesis y las problemáticas desde ángulos totalmente distintos. Dado el papel político de Lars en Copenhague alguna vez ha llevado a su chiquillo con él; el joven cainita ha demostrado cierto talante para los contextos sociales, especialmente después de ser Abrazado, pero claramente no es el entorno en el que sobresale. Al menos sabe no armar jaleo ni decir palabras destempladas y ha aprendido atentamente los entresijos de la sociedad cainita, cosa que satisface la naturaleza diplomática Sigurdsson.

Se sabe que en ocasiones han compartido espacio de investigación, charlando y comentando sus propias investigaciones como dos colegas de universidad, cada uno ensimismado en su propia mente. Algunos sospechan y rumorean que investigan juntos nuevos rituales taumatúrgicos o que están perfeccionando alguno, seguramente en contra de sus rivales.

La relación de Alexander con Isak Hussein ha generado cierta disconformidad entre ellos, que la obligación de proporcionar informes continuos no ha acabado de suavizar.

-Job: su actitud transgresora y su demostrada capacidad con la tecnología, propia de una mente sumamente estructurada y avanzada, causa en Alexander un sentimiento de simpatía hacia él, siendo agradable e interesante las veces que se han cruzado. Los conocimientos tecnológicos del filólogo tienen sus límites, que más allá de la investigación académica o de la búsqueda de datos poco puede hacer con la tecnología.

Relaciones con otros miembros destacados de Copenhague
-Elsa Borgstaad: la relación entre Elsa y Alexander es casi nula, quedando reducida al conocimiento mutuo. Ella sabe quién es él, pues Lars pidió el permiso para Abrazarlo, y él sabe quién es ella.
Seguramente ella sepa muchísimo más de Alex que este de ella, aunque es algo a lo que el Brujo no le da demasiadas vueltas. La opinión que ella le merece es bastante neutral: aunque desconfía de un Clan tan inestable como es el Malkavian, la ciudad ha permanecido bastante estable bajo su mandato. El joven cainita no tiene un interés especialmente acusado por la política, así que tampoco genera demasiada desconfianza entre los círculos más políticos de la ciudad; aunque ya se sabe que un vampiro que no muestre públicamente un interés en la política no implica que no tenga interés real en ella, más si es del Clan de los Brujos.

-Kasper Klaesson: similar a la relación con Elsa Borgstaad.

-Stefan Larsson: conocen la fama que tienen ambos en asuntos históricos y las pocas veces que han coincidido han compartido opiniones, aunque claramente sus intereses difieren y Alexander no se ha librado de recibir algún que otro comentario mordaz sobre su obsesiva y “peculiar” investigación, siendo Stefan uno de los más ilustres cainitas que ha utilizado el apelativo “El Griego” para referirse a Alexander en público.

-Anne Knudsen: no existe una relación real, aunque Alexander admira las raíces tan profundas que posee Anne, conectándola con un pasado lejano que él, pese a no ser la zona geográfica que más le interesa, siempre busca.

-Lukas Norgesson: Alexander casi no lo conoce, pero respeta a este cainita, tanto por su edad como por su carácter de lobo de mar, que tanto le recuerda a su padre. Han charlado brevemente en alguna ocasión, pero Lukas no parece tener interés en la investigación del Brujo, siendo cordial porque conoce vagamente la profesionalidad de su padre mortal en el puerto.

-Brunhilda: no han sido pocas las veces que Alexander ha intentado entrevistarse con ella, utilizando a su propio Clan como intermediario, pero siempre ha recibido un no rotundo. Al joven Brujo le carcome no poder acceder a los jugosos conocimientos que esta Nosferatu debe manejar sobre el pasado, especialmente de forma directa como recuerdos vividos.

-Otros Nosferatu: el resto de los miembros destacados de este Clan no producen gran interés a Alexander y en muchos casos contiene la repugnancia que siente hacia ellos.

-Benedict Dubois: la diferencia de generación mental entre ellos es marcada y pese a pertenecer ambos a la comunidad LGTBI -Alexander de forma muy limítrofe- no sienten mucho interés el uno del otro. El Brujo, en su fuero interno, siente cierta atracción por este cainita pasional y reivindicativo que se atreve a transgredir y a provocar, actitudes que de alguna forma Alexander encarna de una manera mucho más disimulada, destiladas sobre todo en sus investigaciones sobre deidades y personajes rompedores o que provocan transgresiones sociales a muchos niveles, tales como Dioniso y su amaneramiento y androginia o Ishtar y su prostitución sagrada tanto de mujeres como de hombres.

-Matthias König: su perfil de mafioso se opone por completo a Alexander, evitando en todo lo posible a este cainita.

-Henrik Baumann: los rumores de su pasado turbio y su carácter extremadamente blando en lo social ahuyentan a Alexander, aunque como el resto de cainitas sabe que su función como dispensador de sangre puede ser vital, por lo que prefiere no comentar ni actuar en su contra.

-Kristin Amundsen: las afiliaciones cainitas y políticas de ambos vampiros los alejan más de lo que a Alexander le gustaría, pues el interés de esta ecologista en el paganismo le produce una simpatía muy marcada por esta neopagana luchadora. Es de las pocas mujeres a las que respeta de verdad, quizás por su carácter guerrero y marcadamente “masculino”, además de por el interés cada vez más marcado que Alexander está desarrollando hacia lo natural y lo salvaje, centro de sus investigaciones.

-Sven Aegesen: la atracción que Alexander siente hacia este vampiro es tanto intelectual como pasional. Sabe los rumores que circulan sobre él y le ha enviado más de una solicitud no respondida para entrevistarse con él y poder conocer más sobre su pasado. Las veces que han coincidido se ha mostrado inhibido ante el aura de autoridad y larga experiencia vital que irradia, que se mezcla con la atracción marcadamente animal que le provoca.

-Thorvald: parten de personalidades diametralmente opuestas, pero ambos coinciden, y así lo han expuesto en conversaciones casuales que han tenido, en la importancia de la antigua religión y los valores que expresa. No son aliados ni poseen una relación como tal, pero se profesan cierta simpatía ideológica, aunque sus métodos y enfoques los distancia.

-Kat Velstrom: Alexander apoya la oposición a los movimientos neonazis o ultraderechistas, pero no comparte los métodos y actitudes de cainitas como Kat.

-Thomas Sorensen: sabe de la problemática, pero no tiene ningún interés en ella.

-Mikkael Legrund: su interés en el ritualismo new age y su actitud transgresora causa simpatía en Alexander, aunque no mantienen una relación más allá de algún posible encuentro casual que puedan haber tenido en un Elíseo.

-Thomas Larsson: su afiliación a la Iglesia y su pertenencia a los Lasombra provocan en Alexander una desconfianza profunda que lo mantiene alejado de este miembro de la sociedad cainita.

-Otros individuos no especificados: relación o interés nulo o mínimo; puede que hayan coincidido muy poco o que sus asuntos no los hayan acercado.

Alimentación
Pese a no ser del Clan de los Nobles, Alexander posee un fetichismo muy marcado con un tipo de mortales de los que disfruta alimentarse -entre otras cosas-: nativos de las regiones que investiga. Sintiendo predilección por los hombres, tanto sexualmente como por su cierta misoginia, acentuada tras conocer la realidad sobre su madre, busca humanos con ascendencia u originarios del Mediterráneo oriental (Grecia, Turquía, Siria, Macedonia, Líbano, Chipre, Egipto, Irak…) en un intento de no diluir su propia sangre y conseguir acercarse a los ancestros que vivieron en aquella tierra.

En estos encuentros intenta saber sobre sus países de origen, interesándose por cualquier detalle que puedan contarle, especialmente si tiene relación con la religión o la superstición, llegando incluso a tomar notas delante de ellos. Su predilección es tal que los trata con suma delicadeza y simpatía, aprendiendo a seducirlos mientras los interroga, y disfrutando de ellos tanto gastronómica como sexualmente.

No es un tema que oculte totalmente, pero tampoco va hablando por ahí sobre sus preferencias. Supone que Isak no guarda una discreción absoluta sobre el tema, aunque también valoraría que no lo supiera toda la ciudad. Por el momento no ha tenido problemas al respecto ni nadie le ha buscado las cosquillas al respecto.

Trasfondos
-Aliados
Gavril Zabat Hjort: padre de Alexander. Su relación es estrecha y mantiene a su hijo conectado con su pasado y con ciertos aspectos de la vida mortal. Han establecido la rutina de quedar para cenar algunas noches a la semana, aunque cenan más tarde de lo habitual para la media danesa por razones obvias, especialmente en verano.
Tras 10 años de Abrazo, Alexander se ha visto obligado a maquillarse algunas canas y arrugas, pues su padre, ya jubilado del trabajo en el puerto, podría comenzar a sospechar sobre la extraordinaria vivacidad de su hijo.
Últimamente se le ha despertado al Brujo la preocupación sobre la salud de su padre, que ya achaca los signos de la edad y de la inactividad, planteándose esporádicamente la idea de convertirlo en su ghoul para evitar el golpe que supondría para él perderlo. Pero sabe que los resultados pueden ser desastrosos y cuando reflexiona sobre ello acaba desechando la posibilidad, aunque al cabo de unas pocas noches, cuando vuelve a verlo, el miedo a perderlo vuelve a surgir.
Gavril ha trabajado toda su vida en el puerto de Dinamarca, como peón de mercancías, ayudando a cargar y descargar contenedores, o gestionando parte de las llegadas y salidas de los barcos, dada su dilatada experiencia en el lugar. Tiene un carácter muy sereno, entre lobo de mar y campesino, con cierto aire melancólico. Está muy orgulloso de su hijo, aunque una parte de él se entristece por no ser abuelo todavía.


-Contactos
Henrik Lindhart (ancla): la conexión entre Alexander y Henrik es algo curiosa, fruto de la más singular casualidad. Lindhart fue el policía que ayudó a Gavril, padre mortal del Brujo, a ocultar los hechos acaecidos con su madre; Henrik Lindhart, asediado por sus propios demonios, no pudo evitar echar una mano a un padre desesperado. La relación entre ambos se ha mantenido, pues el señor Zabat, eternamente agradecido, siempre ha estado dispuesto a ayudar a Lindhart en cualquier caso en que los contactos del primero en el puerto hayan podido ser de utilidad. Hace ya unos años que el cainita ha dejado de verse directamente con Gavril, reduciendo su contacto a llamadas telefónicas y mensajes a través de Alexander, pues las diferencias de aspecto entre un casi anciano Gavril y un “sumamente bien conservado” Henrik son muy evidentes para llevarse sólo unos cuantos años.
Cuando la verdad salió a la luz, Alexander agradeció personalmente a Henrik la ayuda ofrecida. La sorpresa de ambos fue mayúscula cuando se encontraron, años después, en uno de los Elíseos de la ciudad, siendo presentado por Lars como si ambos no se conocieran.
Por todo ello, Alexander guarda en alta estima a Henrik, al que siempre le deberá el favor que le hizo a su padre, no pudiéndose negar a ofrecerle ayuda o colaboración en lo que puede.

Isak Hussein: este notorio miembro de la noche copenhaguesa proporciona a Alexander placeres y alimento selecto, cumpliendo con gran profesionalidad las exigencias del Brujo, el cual parece pagar por ello con dinero y largas conversaciones filosóficas e históricas. El Clan no ve con demasiado buen ojo esta relación, ya que saben los conocimientos, tanto religiosos como ritualísticos y arcanos que posee el Griego, especialmente de una zona tan cercana geográfica y culturalmente al Egipto natal del Clan de la Serpiente. Alexander ha asegurado a su Regente que las ideas y conocimientos que se comentan en dichos encuentros son estrictamente informales y que ambos solamente comparten la pasión por el pasado y la concepción del mundo de las personas que nos antecedieron. Como medida de seguridad, Alexander ha de pasar un informe regular de lo que se habla en esas reuniones y comentar cualquier detalle de interés que pueda apreciar.

Alexander “El Griego” (PeteryPan)
Académico obsesivo

Re: Alexander Zabat Hjort “El Griego”

#2

Mensaje por PeteryPan » 28 Ago 2019, 21:39




Uso de puntos gratuitos (15):
-Academicismo: 1 (2).
-Generación: 1 (1).
-Mentor: 2 (2).
-Rebaño: 1 (1).
-Recursos: 2 (2).
-Fuerza de voluntad: 1 (1)
-Disciplinas: Senda Verde 1 (7).
-Defecto: Exclusión de presa (Mujeres) +1.

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