Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

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Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#1

Mensaje por Voivoda » 20 Sep 2019, 21:21

Mantienes el gesto inconsciente de secarte el sudor después de hacer ejercicio, si bien es algo totalmente inútil dada tu condición inmortal. También lo es cuando además entrenas dentro de lo que puedes considerar un espacio de confianza, como es el caso. Anne mantiene el control sobre uno de los gimnasios frecuentados por ejecutivos y miembros de la alta sociedad de la ciudad en Frederiksberg. Prácticamente no hay ningún socio que, de una manera o de otra, no esté bajo su influjo o el de los Verdaderos Daneses, por lo que es un espacio seguro para vuestro Clan o, mejor dicho, para la parte de vuestro Clan simpatizante con sus intereses. Es un lugar en el que no es extraño comprobar cómo un joven hijo de un valioso aliado de Anne, que durante el día puede ser un broker de considerable éxito, puede dedicarse a levantar pesas sin miedo a que nadie vaya a fotografiar sus tatuajes con runas nórdicas habitualmente vinculadas a los movimientos de extrema derecha.

Por eso aprovechas de vez en cuando para practicar esgrima con Loretta, una de las Ghouls de Anne que también es una notable tiradora que entrenó durante años en su etapa de estudiante universitaria. Grácil como un cisne y rápida como una avispa, disfrutas del entrenamiento, si bien tu superioridad se hace manifiesta cuando se disputan algunos lances.

Te secas el sudor después del último de ellos, aunque no sudas. Y aunque Loretta tampoco iba a sorprenderse por que no haya rastro de sudoración en tu cuello o en tus hombros. Después de un rápido gesto de despedida, te diriges a tu taquilla y compruebas los distintos chats y conversaciones cifrados por CyberScan en tu móvil. La mayoría son resúmenes de noticias a los que estás suscrita para mantenerte al día. Hoy parecen protagonizados por nuevos incidentes en el puerto que parece que se han saldado incluso con la muerte de una manifestante supuestamente por disparos de la policía o por alguna bala perdida de sus propios compañeros hippies. No sientes el menor aprecio e interés por su (mala) suerte.

Sí que llama tu atención un mensaje que te ha dejado Anker mientras estabas entrenando.

"Problemas. C&N"

Dejas que el globo del chat se difumine en la pantalla. C&N son las iniciales de "Christiani & Nielsen". La empresa, una de los mayores conglomerados de la construcción de Europa y el mayor de Dinamarca, ha sido siempre discreta simpatizante de vuestro movimiento. Hace algunos años un libro, que hubo que retirar convenientemente del mercado mediante su compra masiva por parte de personas indirectamente influidas por vosotros, relataba incluso el gran negocio que hicieron con Krupp y otras empresas de la Alemania nazi gracias a su expansión en el trabajo del hormigón armado. Trabajo sustentado en mano de obra esclava con el que construyeron aeródromos, vías de ferrocarril o puentes en Dinamarca y en el norte del Reich. Trabajo que hizo Dinamarca más moderna y a algunas familias de negocios más ricas... y que los han convertido en uno de los principales aliados económicos y empresariales del Clan y de vuestro movimiento. Tu amigo Anker y su despacho es una de las firmas que los representan cuando tienen algún tipo de problema legal.
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Karen Klausen (Corso)
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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#2

Mensaje por Corso » 21 Sep 2019, 12:41

Karen disfrutaba cada finta, cada bloqueo y cada contraataque como siempre que tenía la oportunidad de practicar en el gimnasio de Anne; aunque no por eso dejaba de estar totalmente alerta e inmersa en el duelo. Era una marca personal que portaba desde niña. Mantenerse concentrada y superarse a sí misma a base de fuerza de voluntad le había llevado a desarrollar al máximo sus aptitudes en cada faceta de su vida como mortal y como vampira. Incansable con sus objetivos y propósitos. Su objetivo desde hacía un buen rato se llamaba Loretta y era a quien le estaba dispensado toda su atención: castigándola, justo en este momento, con un rápido, elegante y fluído “remesón” sin retirar el brazo entre cada serie de ataques cortos.

Loretta llevaba siendo su “oponente” de armas desde hacia un par de años; era bastante capaz y tenía buena base. Si bien era cierto que la ghoul sobresalía entre el resto de duelistas del gimnasio y que se empleaba a fondo, tendría que haberse anticipado a una maniobra tan evidente como la que había puesto fin al entrenamiento de esa noche. Su embestida había sido un poco torpe y para una esgrimista experimentada como Karen (aún sin nada que ver con su superioridad vampírica) había sido fácil evadir el ataque con un giro, dejando caer su cuerpo por debajo del arma de la atacante al tiempo que ubicaba su mano libre en el suelo para que le sirviese de soporte y la mantuviese equilibrada. Después dejó que Loretta se abalanzase sobre ella y justo entonces enderezó el brazo tocando con la punta del sable el pecho de la mujer. Pese a su altura, unos doce centímetros superior a la de la ghoul, ejecuto aquel movimiento con una plasticidad admirable, casi felina.

A este movimiento se le llamaba “Passata sotto” y Karen lo realizaba con maestría. La led de color rojo de la chaquetilla de Loretta marcó el “tocado” dando por terminado el duelo. Aunque no la velada.

Karen se despidió de ella y fue camino del vestuario secando un sudor inexistente con un gesto tan automatizado que parecía casi natural. Tendría que valorar la idea de empezar a buscar un contendiente que le permitiese seguir subiendo de nivel con más celeridad. Si bien era seguro que ambas habían compartido una nueva lección esa noche, y que eran mejores esgrimistas que hacía una hora, la Ventrue empezaba a necesitar mayores estímulos. Se quitó el peto y mientras el agua caliente de la ducha resbalaba por su cuerpo inerte analizó el combate, buscando mentalmente sus propios fallos y aciertos, las posibles estocadas no realizadas y toda una suerte de segundas intenciones tácticas para poner en juego la semana siguiente. Era la única forma de aprender y seguir subiendo de nivel, como todo en la no-vida. Una de las razones por las que adoraba la esgrima era que además de un deporte ágil y en el que había que estar concentrado al cien por cien, poseía la cualidad de ser muy táctico para poder abrir las defensas de su oponente y poder “tocarle”. Sí, definitivamente, como todo en la no-vida.

Entonces sí, después de juzgar y analizar todo el combate, la Ventrue dio por concluida la sesión de entrenamiento. Tras acicalarse y abotonarse la blusa recogío sus cosas y cerró la taquilla, para acto seguido comenzar a navegar por su móvil buscando información de los sucesos acontecidos en el último par de horas.

La ciudad parecía no haberse ido al infierno durante su tiempo de ocio y las noticias que iba encontrando no merecían demasiado su atención, por lo que con un par de rápidos deslizamientos de su dedo índice sobre la pantalla, cerró el navegador y fue directamente al apartado de contactos y mensajes. Frunció el ceño ligeramente al leer algunos de ellos y focalizó su atención en el chat de Cyberscan que firmaba Anker: “Problemas. C&N”. Se quedó pensando un minuto sobre el desarrollo que tendría la brevedad de esas palabras y sin más dilación empezó a escribir tres rápidos mensajes a tres nombres de su teléfono:

Lars: “El puerto” - no hacía falta más. Habían pasado unas horas desde el incidente y si no había recibido noticias de su compañero (casi hermano) de Coterie el tema no llegaba a rozarles o ella lo hubiese sabido a través de él. Estaba convencida de que Lars a esas alturas estaba enterado de todo. Sin embargo, pasaría cierto tiempo hasta que volviese a encontrarse con él debido al asunto sobre “C&N” que iba a requerir su atención. Si había algo digno de mención en aquello, a parte del desinterés que sentía en ese momento por la muerte de uno de esos inmundos hippies, no tardaría en saberlo.

Pasó después al desplegable de la agenda que contenía la letra “A” encontrando la primera entrada de la lista.

Anne: “Querida, sigues teniendo las mejores instalaciones deportivas de la ciudad. Aunque eso ya lo sabes, ¿verdad? Gracias por otra interesante velada de fintas y estocadas. Te “devuelvo” a Loretta sana y salva. Espero contar con el honor de tu presencia pronto” - el tono del mensaje es distendido, como suele ser en la especial relación que mantienen.

Por último responde al tema que más importancia va a tener de las últimas semanas y que más le está empezando a preocupar.

Anker: “Tu despacho. Una hora” - Karen guardó el móvil y se dirigió a la salida del gimnasio con su mente a pleno rendimiento. Sabía que Anker no abandonaría el despacho hasta hablar con ella, así que se subió al Mercedes y puso rumbo al bufete. Decidió no comentar el tema a nadie hasta no estar segura de qué era lo que había que comentar. Además, la información habría llegado a los oídos pertinentes por las vías propias de cada uno de los que que pudiesen estar interesados, y en el peor de los casos tendría tiempo de formarse una opinión sobre cuales eran esos problemas y a quienes le interesaba hablar de ellos, en qué manera y en qué momento. Esperaba que Anker hubiese sabido manejar la situación hasta ahora, siempre lo había hecho. Era muy eficiente en tales menesteres y recursos no le faltaban.

Como bien había pensado mientras relajaba sus músculos tras el combate, la inmortalidad era un continuo duelo de esgrima.

La calma de la Ventrue contrastaba con el rugido del motor del automóvil que empezó a acelerar camino del bufete.

Justo una hora después cruzaba la puerta de entrada al edificio.





Off: Aspecto Anker

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Perdona, no he sabido hacerlo de otra manera.

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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#3

Mensaje por Voivoda » 22 Sep 2019, 11:30

La décimosegunda planta en la que tiene su sede el bufete de abogados permitía tener una panorámica extraordinaria del Estrecho de Oresund. Hasta el límite del puerto se extendían rascacielos y edificios de vanguardia, ejemplo de la constante innovación de los arquitectos nórdicos. Todos eran edificios inteligentes, que consumían lo mínimo necesario, extraordinariamente respetuosos con el medio ambiente y, en cierto modo, mantenían una armonía arquitectónica entre sí. Últimamente has oído a los Toreador comentando entusiasmados estas cosas. Parece que la arquitectura escandinava es su nuevo campo de juegos. No pierdes demasiado el tiempo en tales detalles, pero reconoces que la ciudad tiene un toque futurista a la par que sostenible que la hace especialmente agradable.

Desde los ventanales se adivina una inmensidad oscura, el propio Mar del Norte, sólo roto por la delgada línea que flota sobre él: el Puente de Oresund. Mucho más lejos, pero aún así perceptibles a la vista, se llegan a intuir las luces de la costa de Suecia.

Anker se da la vuelta cuando entras en la habitación. Compruebas que está tomando akvavit, una de los licores tradicionales del país. Apenas hay medio dedo en una copa, lo mínimo para poder saborear la bebida sin tener que temer por sus efectos. El olor del alcohol llega pronto a tu nariz, si bien hace mucho tiempo que no te dice nada. Anker te hace una señal para que te sientes, lo que haces con gesto serio. Tenéis confianza el uno en el otro, la suficiente para no tener que andaros con los protocolos propios de las relaciones personales.

- Es un asunto delicado -dice mientras comienza a teclear en su ordenador portátil. A los pocos segundos, la imagen de la pantalla se proyecta como un holograma a media altura que podéis ver los dos- Lee.

Observas un email cuyo remitente es un tal [email protected]

Estimado Anker,

Te remito unos documentos que me ha hecho llegar un amigo de la policía. Como podrás entender, son absolutamente confidenciales. Los archivos adjuntos muestran un descubrimiento que ha hecho la policía hace pocos días. No ha salido a la luz pública gracias a nuestra influencia, pero me temo que no permanecerá en secreto mucho tiempo más. Evidentemente, C&N no tiene absolutamente nada que ver con este hallazgo, pero necesitaremos la máxima protección legal que sea posible.


Al abrir los archivos adjuntos dejas escapar un pequeño gruñido de sorpresa. Son fotografías y un vídeo tomadas por agentes de policía en lo que parece un párking. En las imágenes se pueden ver varios cuerpos muertos, la mayoría de ellos de niños vestidos con algún tipo de uniforme. La mayoría tiene heridas y abrasiones terroríficas, a otros les faltan partes del cuerpo y algunos están irreconocibles.

Anker difumina el holograma y te observa.

- Esa es la planta baja del párking de la sede de Christiani & Nielsen. Si sale a la luz o si tienen la más mínima responsabilidad tenemos un problema. Un problema enorme.
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Karen Klausen (Corso)
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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#4

Mensaje por Corso » 22 Sep 2019, 20:31

Karen recorrió la planta y sede de “Amundsen Abogados” con la determinación de quien no suele perder el tiempo. Sin urgencia aparente pero sin pararse a saludar a los pocos mortales que aún permanecían allí. No era excesivamente tarde, aunque sí lo suficiente para que solo quedasen algunos pasantes enterrados en papeleo cuyas ínfulas de llegar a ser algún día socios de la firma habían pintado unas oscuras ojeras a base de pasar noches en vela archivando casos menores. El personal de limpieza acababa de dejar los despachos impolutos, a juzgar por el olor de un discreto ambientador, que era mucho más intenso para el olfato de la inmortal, y por las vacías bolsas de basura de las papeleras de los pasillos. La empresa de seguridad no tardaría en iniciar la ronda de noche pasando sus tarjetas electrónicas por los puntos de control de cada planta. La Ventrue se cruzó con un par de secretarias vestidas de firma que andaban apresuradamente sobre sus tacones de “Jimmi Choo”, preparadas para acudir al encuentro de sus ligues brokers del día con la promesa de sacudirse de encima la tensión acumulada durante la semana a base de drogas de diseño y sexo alucinógeno.

En definitiva, la poca vida que quedaba insuflada en las arterias de aquel corazón arquitectónico parecía exhalar su último aliento del día y unos metros después reinaba un silencio únicamente perturbado por los firmes pasos de la cainita.

Mientras recorría el último tramo del pasillo, Karen miró unos segundos su difuminado reflejo en el muro cortina acristalado, recurso constructivo que constituía la fachada del rascacielos: tras su propia imagen, la imagen de la modernidad y la vanguardia. Una superpuesta a la otra. Durante un fugaz momento casi pudo sentir el orgullo de la espléndida panorámica exterior. No tanto por las fruslerías estéticas y paisajísticas que despertaban las alabanzas de ciudadanos y turistas como por haber llevado a Copenhague a ser una referencia mundial. Y, desde luego, una parte de todo aquello, le pertenecía. Lo sentía suyo.


En cuanto entró en el despacho de Anker fue consciente de la gravedad del asunto. El familiar olor a serios problemas le llegó de inmediato desde el fondo del vaso que sujetaba. Anker solo pintaba sus labios de alcohol en dos situaciones, y estaba segura de que no había ampliado su cartera de clientes. Así que tomó asiento con una pierna cruzada sobre la otra y los brazos apoyados en los reposabrazos del cómodo sillón de cuero que se le ofrecía con la mirada fija sobre él, esperando un poco más de información sobre el problema que le había llevado a abrir la botella "edición limitada" de aquel caro licor.

Asintió con elegancia muy levemente y mantuvo silencio mientras leía el mail y observaba los documentos adjuntos. La visión de aquella masacre infantil era lo último que se hubiese esperado y un pequeño gruñido de sorpresa y desagrado se hizo eco en su garganta. Mientras se reproducía el vídeo se fijó en cualquier aspecto que pudiese ser significativo, si es que había cualquier cosa más digna de llamar la atención que la matanza y mutilación de un puñado de críos.

- Hum, ya veo – dijo mientras se ponía en pie después de estar sumida en sus propios pensamientos. Se dirigió lentamente a la mesa en la que había dejado su bolso – Si no lo has hecho ya, necesitaré una copia de todo esto – sacó un pequeño usb y regresó hacia el escritorio central apoyando una mano en el hombro de Anker– ¿Responsabilidad?- preguntó de forma retórica mientras dejaba la memoria digital junto al portátil y regresaba junto al sillón para tomar asiento de nuevo – Tenemos los cadáveres de un grupo de niños golpeados y vejados hasta la muerte en su propio parking. No sé quiénes serían capaces de hacer algo así, pero ¿Quién puede con eso? Si esto se filtra la van a tener toda, Anker. - El tono de su voz era calmado y profundo - ¿Quién más está al tanto de esto? - le miró fijamente antes de seguir la lógica batería de preguntas inicial ante unos hechos semejantes - ¿Y qué estamos haciendo al respecto? Doy por hecho que les has aconsejado a nuestros amigos de C&N que desaparezcan de la vida pública durante una temporada. Si esto sale a la luz, y haremos todo lo posible porque eso no suceda, no queremos tenerlos al alcance de la prensa. Si hay algún tipo de filtración no habrá declaraciones al respecto – Karen era directa e intentaba concentrarse mientras hablaba – al menos, hasta saber qué ha pasado en ese parking y quiénes eran esos niños.

Hizo una pausa para tomar un aliento que no necesitaba antes de continuar. Había algunas cosas que no le terminaban de encajar y esperaba que Amundsen le pudiese proporcionar más información. Karen se levantó y se despojó de su blazer, que dejó sobre el respaldo del sillón antes de abrir los botones de la blusa en la parte de las muñecas. Hizo un pequeño dobladillo en cada manga dejando ambos antebrazos descubiertos hasta la mitad y se dirigió de nuevo a Anker con una media sonrisa basada en la confianza de una gran relación forjada hacía años – Espero que no tuvieses planes para hoy, va a ser una noche larga para los dos. ¿Puedo contar contigo, viejo amigo? - Sabía que Amundsen era una de las mejores compañías posibles en aquellos momentos, tanto por sus capacidades y recursos como por su experiencia tratando con temas difíciles.

Así que, si sabes algo más al respecto, este es el mejor momento para hablar porque vamos contrarreloj. Y, por favor, coge ese teléfono - señaló el aparato con un gesto de cabeza - porque necesito que ese tal J.Simonsen o alguien me explique como es posible perpetrar una escena de pesadilla como esa nada menos que en la sede central de la empresa, nada menos que hace unos pocos días y, sobre todo, por qué el responsable de comunicación, el de seguridad o quién demonios haya estado al cargo allí estos días no nos ha informado antes. Convendrás conmigo en que el planteamiento de todo esto es, cuando menos, difícil de imaginar. Necesitamos que alguien nos explique el curso de los acontecimientos y, lo necesitamos, ya – se acercó al gran ventanal del fondo del despacho del exfiscal y dirigió su mirada al infinito, a la negrura del Mar del Norte. Necesitaba un momento de introspección mientras dejaba que el mortal empezase a hacer llamadas. Unos segundos después, se acercó al ordenador y volvió a reproducir los archivos adjuntos, auscultando a conciencia las fotografías e imágenes del video.

La visión de los niños era sobrecogedora, pero se esforzó en buscar de nuevo algún detalle que le diese algo de luz al asunto y esos uniformes…."¿Niños esclavos víctimas de un artefacto?" "¿Estaría relacionado aquello con el incidente del puerto?" Y la idea más preocupante "¿Los bastardos anarquistas intentaban reventar la Mascarada poniendo los ojos sobre/acusando a los verdaderos daneses?" Si la policía hacía días que sabía aquello tendría que llamar finalmente a Lars, o en última instancia a Lindhart. Necesitaba saber el origen de aquello, esperaba que por sus propios medios, antes de poner en aviso a nadie más. Las elucubraciones se sucedían una tras otra con el reflejo del holograma brillando en las pupilas de la Ventrue.

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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#5

Mensaje por Voivoda » 24 Sep 2019, 16:58

Antes de mi nueva respuesta necesito que postees una tirada de Percepción + Investigación a dificultad 8.

4d10>=8-P
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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#6

Mensaje por Corso » 25 Sep 2019, 05:10

[roll=83]4d10>=8-P[/roll]

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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#7

Mensaje por Corso » 25 Sep 2019, 05:12

Creo que he tirado 3 veces, era la primera vez que lo hacía y me he liado con la vista previa porque no salía nada y pensaba que lo estaba haciendo mal. Hasta que he publicado y han salido todas. Está bien? Supongo que con la primera ya está no? Es decir, 2 éxitos? Las otras las puedo borrar?

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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#8

Mensaje por Voivoda » 03 Oct 2019, 21:47

OFF: Vale la primera, sí :D

- A esta hora me temo que nadie va a estar al otro lado.

Anker pocas veces suele discutir alguna de tus insinuaciones. Pero cuando lo hace, lo suele hacer por una buena razón. Das un respingo de desagrado por los inconvenientes derivados de la diferencia horaria que mantienes con los mortales. Y, sobre todo, por formar parte de un país donde la caída del sol suele significar que la gente se encierra en casa y se duerme demasiado pronto. En todo caso, no sueles ceder con facilidad por ese tipo de contratiempos. Si hay una urgencia, da igual qué hora sea. E indudablemente C&N estaba ya en una urgencia, no simplemente a las puertas de una. Por todo ello, simplemente miras a Anker dándole a entender que debe hacer esas llamadas.

Aprovechas para copiar todos los documentos y ver cómo Anker coge el teléfono. No te pasa desapercibido que no contesta a muchas de tus preguntas. Anker es un tipo inteligente y de fiar. Generalmente prefiere no contestar a divagar sin datos.

Vuelves de nuevo a mirar las fotografías y el vídeo. Hay un par de cosas que no te cuadran al verlo todo con más tranquilidad (haciendo de paso de tripas corazón para ver algunas de las imágenes). Por un lado, la ropa de algunos de los chicos... parece demasiado vieja. Zapatos de estilo antiguo muy gastados, pantalones cortos de pana, gafas muy redondas. No sabes realmente cómo visten los chavales hoy en día, pero te resulta un estilo un tanto retro. Y, en segundo lugar, en el párking no hay rastro de ningún tipo de incidente. No hay huellas en las paredes, charcos de sangre, astillas metálicas. Nada.

Anker te hace una señal con su móvil en la mano indicándote que puede poner el manos libres para hablar con Simonsen. Te da a entender por gestos que él no sabe nada de tu existencia, por lo que Anker debe ejercer de mediador. Al mismo tiempo suena el teléfono y ves el nombre de Lars en la pantalla.
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Karen Klausen (Corso)
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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#9

Mensaje por Corso » 06 Oct 2019, 11:33

Karen apreciaba a Anker, de veras. Al menos, de la forma en que un tiburón aprecia la compañía de un “pez piloto”.
Su respetuosa sinceridad y sus prudentes silencios se le antojaban de una poca común exquisitez en un hombre de su posición. Esa era una de las razones por las que le había elegido, de entre los miles de ciudadanos de Copenhague, como uno de los eslabones de la cadena que soportaba y mantenía su influencia sobre la sociedad mortal. Era inteligente para mantenerse cerca de la Ventrue y aprovechar su poder como “depredadora política y social”, y también para saber reconocer esos roles entre ellos. Un tácito acuerdo que les llevaba beneficiando a ambos desde hacía años; y que a los dos complacía. El resto de razones sobre su elección, en ese momento, no venían al caso.

Tras aquella frase, Karen le indicó con un mínimo gesto de desagrado en su expresión que, de un modo u otro, tenía que conseguir entablar contacto con Simonsen. Daba igual dónde o qué estuviera haciendo, era imperativo empezar a recopilar información. La Ventrue no sabía quién era aquel hombre pero lo que sí sabía era que no iba a pasarles la responsabilidad de aquel problema con un simple e-mail para luego irse a dormir. Ese tipo de actitudes eran tan humanas como insoportables; y Anker tenía comprobado que era preferible derivar el desagrado de Karen a otro lado u otro alguien, cuanto antes, mejor.

“Por poco inteligente que sea estará pegado al teléfono esperando una llamada” - pensó, mientras veía como Anker marcaba un número en su móvil personal. Dejó actuar al ex fiscal mientras analizaba por segunda vez los archivos, no por ello menos perturbadores y desagradables de ver que la primera. Entonces encontró el “fallo” y los árboles dejaron de impedirle ver el bosque.

“Aquí está” - se dijo a sí misma con una sensación más de pesar y desconcierto que de triunfo. Una visión más pausada de las fotos y el video le permitió hacer un análisis más profundo de la escena. Parecía estar claro que aquellos niños no habían sido masacrados allí, no en el parking de “C&N”. Ni sangre, ni marcas, ni signo alguno de violencia extrema. “¿Puede alguien ser tan rápido limpiando una escena como esta?” - No lo creía posible en un lugar como la sede de la constructora, pero tampoco era una experta.

Necesitaba la opinión de alguien acostumbrado a meterse de lleno en el fango. Y conocía muy bien al mejor en esos asuntos. Tenía que hablar con Lars.

“Si no, solo puede haber una explicación: os hicieron esto y os han dejado aquí, ¿verdad?” - parecía como si una pregunta diese lugar a otra pregunta como respuesta. El holograma hizo una interferencia y cuando volvió la buena calidad de imagen los ojos de la vampira se fijaron en algo más - “¿Quienes sois?” - preguntó mentalmente a los fríos y mutilados cuerpos de los niños, al recuerdo digital en el que se habían convertido sus vidas y muertes - “Vuestra ropa es...”

Un segundo después, sin darle tiempo a acabar su último pensamiento, una vibración dentro del bolsillo del pantalón distrajo su atención. Se percató de que no sabía durante cuanto tiempo llevaba “sonando” su móvil; tan concentrada había estado viendo los archivos. Lo extrajo y miró la pantalla encontrando, como si de una casualidad se tratase, un nombre que le dibujo la cínica mueca de una sonrisa en la comisura de los labios; había comprobado desde su abrazo que la casualidad era algo que rara vez se producía en la inmortalidad.

Levantó un dedo en dirección a Anker, que llamaba su atención, en el gesto universal de “Necesito un momento” y con un gesto le pidió que aguantase la llamada antes de poner el manos libres. El fundador de Amundsen Abogados era un hombre inteligente, nadie que no lo fuese habría llegado a la posición que ostentaba, y sabría mantener a Simonsen en espera el par de minutos que Karen necesitaba para atender a Lars. Cuando el exfiscal comprendió que no podía perder aquella llamada hizo un asentimiento con la cabeza. La cainita fue entonces al fondo de la habitación mientras Anker hablaba con Simonsen. Las primeras preguntas podía hacerlas él perfectamente y ella necesitaba un poco de privacidad para no ser escuchada. Luego, junto al enorme ventanal que abría la panorámica de la ciudad frente al despacho, presionó el icono de color verde de su teléfono.

"Solo tengo un par de minutos. Así que, por favor, deja que hable y recógeme en la entrada de Amundsen Abogados" - Holgaban los saludos entre ellos en aquellos momentos. Se conocían bien para saber cuando uno de los dos debía guardar silencio y prestar atención. Normalmente eso indicaba problemas, de los de verdad. Así que, fue tan directa y concisa como pudo- "Tenemos un serio problema en Christiani & Nielsen. No sé si estás al tanto de lo que te hablo, pero sería conveniente que nos viésemos cuanto antes - la inflexión cuando pronunció esa conveniencia despejaba cualquier duda sobre la urgencia de un temprano encuentro entre ellos.

"Estoy empezando a hacerme cargo de la situación. Tengo por otra línea a alguien de la empresa y no puedo dejar escapar esa llamada, pero necesito tu opinión sobre algunas cosas" - miró el conjunto de luces que iluminaban Copenhague, preguntándose bajo cuales de ellas se encontraría su viejo amigo y compañero de Coterie. Luego miró su reloj, aún eran las 23:15 de la noche.

"De camino, llama a tus contactos de la policía y, si es posible, bloquea a cualquiera que esté pagado por la prensa y pueda hacer filtraciones" - Karen sabía que no estaba dejando meter baza a Lars pero el tiempo apremiaba y no era momento para dar más explicaciones; estas vendrían más tarde, cuando se vieran - "Ah, la morgue, hace unos días debieron entrar los cadáveres de unos niños vestidos de forma extraña, diría que anacrónica. Hay que intentar impedir el acceso a ellos e ir a verlos..." - el recuerdo de los cadáveres volvió a su mente despertando de nuevo una sensación de malestar durante un par de segundos - "...tenemos que tener los resultados de la autopsia cuanto antes. Si hace falta, llama a Annalise".

Anker llamó entonces su atención de nuevo, no podría retener la llamada de Simonsen mucho más. Hizo un gesto interrogante hacia Karen y esta asintió levemente.

"Lo siento, Lars, tengo que atender esa llamada. En un par de horas, en el hall del edificio de la firma. Prometo contarte todo".

Y sin llegar a despedirse, ni llegar a escuchar la voz del Ventrue en ningún momento, Karen colgó. Había tardado menos de dos minutos en resumir lo que sabía hasta el momento y en sugerir a Lars cual debía empezar a ser el curso de acción a tomar. Karen siempre había tenido una gran capacidad de liderazgo y por su naturaleza estaba acostumbrada a tomar decisiones importantes en muy poco tiempo. Esperaba que, de momento, eso fuese suficiente. Ella tenía que hablar con aquel tipo, lo que le ataría las manos durante el tiempo que Lars tardaba en llegar al edificio e intentaba conseguir lo que Karen le había sugerido. Un tiempo que ni tenía ni podía desaprovechar solo en hablar con Simonsen. Por eso decidió diversificar sus recursos y pensamientos sobre lo que había que hacer. Confiaba en su viejo amigo al cien por cien y no dejaría aquel asunto en otras manos que no fuesen las suyas, y por extensión, las de Annalise; a la que sentía si no como su propia chiquilla, si como parte igual de importante de la especie de familia que los tres formaban.

Tras colgar, la Ventrue ya podía concentrarse en el tal Simonsen; por lo que dio un par de pasos al frente y con una señal animó a Anker a que pusiese el manos libres.

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Re: Prólogo (Karen): Amundsen Abogados

#10

Mensaje por Voivoda » 07 Oct 2019, 20:02

Apenas dejas tiempo para que el nombre de "Lars" se difumine de la pantalla de tu llamada. Tenéis un vínculo tan profundo que casi puedes sentir lo que él estuviera pensando cuando le hablabas. Es una sensación extraña, difícil (por no decir imposible) de describir con palabras. Has podido notar que él ha estado quieto escuchándote, que ha estado tentado de meter baza al final y que no lo ha hecho, respetando probablemente tu ímpetu. También sospechas que le habrá sacado ligeramente de su estado de sosiego casi cadavérico el uso casi constante del imperativo en tu llamada. No es algo que a Lars le cause especial satisfacción, pero sabes también que te respeta.

Antes de intervenir en la conversación con Simonsen, compruebas que Anker te ha dejado escrito en un holograma flotante un par de frases mientras hablaba.

Le he dicho que eres nuestra especialista en Derecho Penal. Que no parezca que eres... quien eres. ;)

La inclusión del icono le hace una particular gracia a Anker. En ocasiones la necesidad de tener que asimilar los recovecos y trucos para poder moverte por la sociedad mortal te sacan de quicio y te hacen poca gracia. Y Anker, dentro de su lealtad absoluta, aprovecha en ocasiones para estirar un poco la cuerda de la ironía. Tienes ciertas tentaciones de vez en cuando de mostrar tu determinación (algunos lo llaman sin disimulo superioridad) de un modo mucho más directo. Es una idea que va cogiendo fuerza entre algunos teóricos de la derecha que has podido escuchar recientemente. No obstante, para algunos otros pensadores, esa actitud acerca peligrosamente las creencias de una con las de esas bestias salvajes del Sabbat. Así que, de momento, tienes que aceptar ciertos protocolos, aunque impliquen tener que fingir que eres quien no eres, en pos de obtener resultados más importantes para un fin mayor.

La Mascarada seguía siendo un fin mayor. Y necesario aunque fuera para que sirviera a vuestros intereses y no al revés.

- ¿Señora?

La voz de Simonsen al otro lado del teléfono te interpela directamente.
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