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Esta disposición natural lo convierte en un chamán especialmente dotado para su corta edad. En su adolescencia recibió un espíritu guardián, equivalente a un tótem, que es la lechuza. La lechuza se aparece a veces en sueños, aunque en más raras ocasiones una lechuza real puede tratar de transmitirle algún mensaje.Los Hmong.
También conocidos en Vietnam como los Mèo (gatos), es una de las decenas de minorías étnicas del país, que vive en el norte.
Los Hmong son animistas, esto es, creen en los espíritus y su mundo invisible. Parte importante de su religión se basa en protegerse de los espíritus malignos.
Como muchas culturas asiáticas, los Hmong dan mucha importancia a la familia, para ellos agrupadas en clanes.
Nam es una buena persona. Ayudaría a todos, y no les cobraría si no fuera porque es el único medio de sustento que tiene. Es serio y austero, también bastante provinciano, pues no había salido de la zona rural en que vivía.El personaje es capaz de hacer magia en pequeña escala. No hay un sistema cerrado ni una lista de poderes. Más bien Nam es capaz de hacer lo que la intercesión invisible de los espíritus pudiera proporcionarle, aunque para efectos potentes puede necesitar materiales y ritos más complicados. Usamos la imaginación y la lógica de jugador y narrador, la regla del pulgar es que son efectos intangibles, atribuibles quizás a la naturaleza o coincidencias.
Ejemplos podrían ser:
* Detectar la presencia de espíritus.
* Exorcizar espíritus.
* Acelerar la recuperación de enfermedades.
* Liberar a alguien de un influjo sobrenatural.
La acción se resuelve con tiradas de una habilidad adecuada, normalmente Ocultismo o Consciencia.
Phan Chue Che
La vida de Nam cambió cuando encontró en un reportaje sobre los Hmong de una revista, una foto de una mujer. Esa mujer era igual que la de una foto de una tía suya, que supuestamente había muerto en la guerra. Lo más extraño es que presentaba una apariencia joven, a pesar de que debería haber envejecido en todo este tiempo.
Podría ser una coincidencia, simplemente alguien que se le pareciera, pero algo en sus entrañas le decía que no. Preguntando a sus familiares, nadie quería hablar sobre esa mujer, Phan Chue Che, por algún motivo pareciera que todos quisieran olvidarla.
Nam fue a Hanói, donde tras esfuerzos pudo localizar al autor. Él le certificó haber hablado con esa mujer. Finalmente, su pista le llevó a Saigón. No encontró a la mujer en la dirección que tenía, pero estaba seguro de que si perseveraba podría encontrarla incluso en una ciudad tan inmensa como ésta.
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