[SGN][006 - 001][Sương, Qiubai, Nam] Cirujano clandestino - Vivo por poco

[Mu_]

Sương esperaba junto a la persiana medio abierta de un garaje que, al parecer, era una especie de clínica clandestina para criminales. Miró la hora, las 1:32, y se preguntó si el local de peleas clandestinas donde trabajaban habitualmente Vinh y Chí estaría abierto aún cuando pudieran ponerse en marcha. Ahora que habían vuelto al barrio chino de Chợ Lớn pensaba que su motocicleta estaría a unos diez o quince minutos andando. Sentía la tentación de dejarles allí para ir rápido a saldar sus cuentas. Pero el no saber si Nam, que al fin y al cabo les había ayudado en el Afrodite, sobreviviría a la operación, le retenía allí.

Agachándose bajo la puerta, salió Qiubai del interior. Como si nada, sacó el móvil y se puso a consultar posibles mensajes. Luego de un instante reparó en la mirada inquisitiva de la Flor de Hueso.

- Ya han terminado con él. Vamos a dejar que descanse veinte minutos y lo llevamos a mi casa. Puedes verlo si quieres.

En el interior, el cirujano se aplicaba ahora con un hombre que había recibido varias puñaladas sobre una mesa de madera. Nam se encontraba un poco apartado, separado con unas cortinas con manchas rojas de sangre y negras de Dios sabe qué. No era mucho, pero dado que el doctor estaba ocupado, sería suficiente para preservar su intimidad.

Sobre una camilla, el Hmong yacía malherido. Su piel pálida por la pérdida de sangre, su respiración pesada y su piel llena de sudor. Tenía muy mal aspecto y al verlo así, aguantando el dolor, Sương no pudo evitar pensar en las palabras de Cúc: "si quieres ayudarle, dale la muerte que tú elijas, si no, deja que se ocupen otros", y se preguntó si su clemencia habría destinado a este hombre a una muerte dolorosa.

Nam abrió los ojos y miró a la Người Ma. Parecía que estaba consciente.

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Espero que esta escena sí sea más apropiada para la conversación que querías tener.

Como siempre, puedes ampliar o modificar la narración. No he sido muy exhaustivo por darte más espacio.

Nam está en términos de juego Malherido. Se le podría dar más Yang. También puede pedir ayuda a los espíritus, haría una tirada de Resistencia + Ocultismo a 8.

Podéis interevenir cualquiera de los dos [mention]Nyxe[/mention] [mention]Vein[/mention]

[Nyxe]

Sương entró en el "quirófano" con cautela. La sangre seca no tenía un olor tan fuerte como la recién derramada, pero aún así inquietaba a su demonio. La flor de hueso pensó que tal vez no debiera acercarse. Nam necesitaría recuperarse, y no era el mejor momento para poner a prueba a su autocontrol. Pero tenía que hablar con él, y teniendo en cuenta lo poco que había tardado en recibir un tiro, temía que si le dejaba no fuese a llegar vivo a la noche siguiente.

-¿Qué tal te encuentras?- le preguntó Sương acercándose a la camilla. -Espera, no hables todavía -dijo. Seguramente no le viniera bien. Sương buscó con la mirada algo que le sirviera para hacerse un corte, y cogió un pequeño bisturí que había quedado sobre la mesa. Concentró el chi yang que le quedaba en su sangre y se hizo un corte en el antebrazo, siguiendo una de las venas que subían desde su muñeca. Eran fáciles de ver a través de su piel pálida.

-Toma -le dijo acercándole el brazo e invitándole a que bebiera-. Tú la necesitas más que yo.

Sương o dijo nada más durante unos segundos. Cuando le hubo dado todo lo que podía, se levantó y limpió el bisturí con un poco de papel y alcohol antes de dejarlo exactamente donde lo había cogido. Por algún motivo le hubiera parecido poco higiénico dejarlo sin limpiar, a pesar de que estaba bastante segura de que no podía quedar nada infeccioso en ella. Entonces se volvió de nuevo hacia Nam.

-Tienes que irte de aquí en cuanto puedas -dijo finalmente-. Ya has visto que entre nosotros estás en peligro.

[Vein]

Mira a su alrededor.

- “¿Dónde estoy?”- se preguntó a sí mismo.

Nam yacía tumbado boca arriba en una camilla, envuelto en mantas, inmóvil y sedado. Estaba conectado a varios aparatos electrónicos. Una aguja atravesaba la piel de su brazo derecho. Parecía un equipo de suero conectado a un catéter. Un monitor de constantes vitales estaba midiéndole las constantes: el pulso, la tensión arterial, oxígeno en sangre, temperatura… Sus heridas le seguían doliendo, pero mucho menos que antes.

Nam puso su mano en su tórax con mucho cuidado. Sus heridas estaban tapadas con compresas y envueltas en unas vendas elásticas de color amarillento. Le dolía. Entre sus vendas pudo notarlo, eran unas grapas. Le habían operado el pecho. La carne del pulmón se había regenerado milagrosamente. La sangre del interior de su pulmón, que lo había estado ahogando durante todo este tiempo, había desaparecido del todo y la bala también había sido extraída.

Su pierna, también estaba envuelta en vendas elásticas y una férula, parcialmente escayolada, inmovilizada y sujetada por unos tornillos que le impedían mover libremente la pierna. Podía sentir los dedos, eso era buena señal. El sonido de un monitor de constantes vitales le llamó la atención, haciendo que Nam girase ligeramente su cabeza a la izquierda.

El sonido de las constantes vitales inundaba la silenciosa sala. Había un hombre, operando. Podía oler la fragancia clínica del lugar. Nam llevaba una cánula en la nariz proporcionándole el aire que necesita para respirar. Aun así, podía notar los olores de aquel lugar. Había una vitrina con sustancias químicas y alcohol puro. Posiblemente el olor provenía de allí. Además, había un fuerte olor a sangre y mierda. Parecía que alguien hubiese vomitado varias veces en aquel lugar. Se preguntaba si estaba en alguna clínica de Saigón. No pudo evitar mirar el reloj de la sala.

- “Pronto amanecerá…”- se decía a sí mismo ignorando que eran la 1:30.

Podía sentir los espíritus susurrarle oscuras historias de ese lugar. Aún se sentía cansado y agotado mentalmente por lo ocurrido durante aquella noche… Lentamente, volvió a girar su cabeza hacia la derecha, quedándose dormido en su camilla… Hasta que el sonido de alguien acercándose le interrumpió el descanso.

Sương entró en el "quirófano" con cautela.

Nam abrió los ojos y miró a la Người Ma.

- ¿Qué tal te encuentras? Espera, no hables todavía. Toma.

Sương incorporó a Nam en su camilla.

Sương buscó con la mirada algo que le sirviera para hacerse un corte, y cogió un pequeño bisturí que había quedado sobre la mesa. Concentró el chi yang que le quedaba en su sangre y se hizo un corte en el antebrazo, siguiendo una de las venas que subían desde su muñeca.

Nam contempló en silencio y horrorizado la maniobra de la chica. Intentando resistirse.

Alimento…

Nam obedeció, guardando la sangre de Sương dentro de su boca.

Cuando le hubo dado todo lo que podía, se levantó y limpió el bisturí con un poco de papel y alcohol antes de dejarlo exactamente donde lo había cogido.

Aprovechando la circunstancia Nam escupió la sangre entre las sábanas. Tosiendo de dolor en el proceso.

-Tienes que irte de aquí en cuanto puedas -dijo finalmente-. Ya has visto que entre nosotros estás en peligro.

- Palangana…- Le dice a Sương a punto de vomitar.

Un vómito de color rojizo escarlata fue expulsado por su boca. El olor era repugnante y el dolor de estómago mortificó aún más al pobre chamán.

- “Nam, nunca olvides que está prohibido darles de comer o beber a los pacientes. Después de una operación tienen que estar en ayunas. En estado grave suelen vomitar sin aviso y para evitar que los pacientes se ahoguen con su propio vómito, hay que incorporarlos en su camilla y girarles la cabeza lentamente para que vomiten fuera de la cama, o colocarlo en posición decúbito lateral para que el efecto sea el mismo.”- Recordó Nam.

Nam había oído hablar de los rituales paganos de iniciación. Involucraban a gente haciéndose ese tipo de “automutilaciones” y a continuación, ofreciendo su sangre para pactar. El pacto siempre era de silencio. El tio Dao decía:

- “La sangre era el agente vital o vivificador empleado en el sacramento de la Misa Negra. Se le atribuye la facultad de proporcionar poder y vida, proporcionando un papel central en los sacrificios rituales.”

-Papel…- susurra a Sương, señalando el papel higiénico de su mesilla. Nam limpió sus labios, escupiendo en el papel el vómito restante.

- ¿Yin? - respondió finalmente a Sương.

[Nyxe]

- Palangana…- Le dice a Sương a punto de vomitar.

La Người Ma se dió cuenta de lo que iba a pasar un instante ante de que Nam devolviera, y tuvo el tiempo justo para coger el primer recipiente que vió y acercárselo. Un vómito de color rojizo escarlata fue expulsado por su boca y llenó el recipiente. El olor era repugnante y el dolor de estómago mortificó aún más al pobre chamán. Sương parpadeó al ver la cantidad de sangre que el pobre chico había soltado. Por un lado estaba sorprendida por la cantidad, no se había dado cuenta de que le había dado tanto. Por otro, tambén le frustró que la echara. No le resultaba fácil tomar yang, y le había entregado todo el que quedaba en sus venas.

-Papel…-susurró a Sương, señalando el papel higiénico de su mesilla. Ella se lo acercó, apoyando el recipiente donde pudo y Nam limpió sus labios, escupiendo en el papel el vómito restante.[/color]

- ¿Yin? - preguntó finalmente a Sương.

-Está bien -le respondió esta- está ahí fuera con Qiubai. Dice que en cuanto te recuperes un poco os lleva a su casa. -Sương hizo una pequeña pausa mientras buscaba con la mirada dónde sentarse. No era porque fuera a cansarse, sino por el gesto. -Pero creo que lo mejor sería que te fueras de aquí esta misma noche, de verdad.

-Quiero que sepas una cosa -empezó a contarle, mientras se sentaba en una silla cerca de los pies de la camila-. Después de que me pidieras el número en el funeral de tu abuela, estuve varias noches pensando en qué hacer si me llamabas. Porque todos nos dimos cuenta de que estabas haciendo demasiadas preguntas por tu propio bien, y tenía miedo de que terminases descubriendo lo que no debías y que alguien decidiera que era demasiado peligroso dejarte con vida. Así que estuve dándole vueltas a qué podía decirte para convencerte de que no siguieras buscando. Imagínate cómo me quedé cuando me enteré de que tu abuela había decidido contártelo todo.

-No te confundas -explicó-, lo que sabes sólo te pone en peligro a tí. Incluso si intentases convencer a la gente, creeme que llegaría antes a los oídos de uno de los nuestros de que pudieras encontrar a alguien que te creyera y que pudiera causarnos problemas. Pero hay un motivo por el que nos ocultamos. Cuando los vivos descubren que caminamos entre ellos tienen miedo, y el miedo lleva a la violencia, el dolor, y la muerte -las palabras no eran suyas, pero no por ello a Sương le parecían menos ciertas-. Ocultarnos es nuestra forma de protegerlos tanto a ellos como a nosotros. Y hay quienes están dispuestos a matar por ello -dijo Sương en tono grave, sin estar segura de si ella estaría entre ellos de llegar a esa situación-. Así que al hablarte de nosotros, tu abuela te ha dibujado una diana en la espalda.

-Por eso debes marcharte de aquí en cuanto puedas, y por eso te he dado mi sangre. Para que te pudieras recuperar -explicó, mirando el recipiente en el que Nam había devuelto. Era de cristal y no estaba segura de para qué servía. Pero lo había cogido de un fregadero así que estaba limpio. Por lo tanto ahora solo tenía dentro la sangre de Sương, aunque con algo de las babas de Nam. -Nuestra sangre está llena de chi, por eso podemos levantarnos cada noche a pesar de estar... bueno, muertos -dijo bajando la voz-. Es lo que te ha mantenido vivo hasta llegar aquí, y te ayudaría a curarte rápidamente y poder irte -insistió Sương-. Vuelve a tu pueblo, los vampiros no suelen salir de sus ciudades -"o territorios" pensó Sương, recordando lo que le habían contado sobre la Corte Dorada. -O incluso a China, donde nadie te conozca. Pero mientras estés en Hồ Chí Minh corres grave peligro. Y lo siento, pero no me voy a poner entre una Pennangalan y tú para protegerte -dijo con voz grave-. Fue tu abuela la que decidió meterte en esto, tú no eres responsabilidad mía.

[Vein]

Nam escuchó atentamente y en silencio las palabras de Sương. Su pálida cara no mostraba una emoción clara, por lo que el chamán no pudo identificar con claridad su estado de humor. Sin embargo, sus palabras mostraban una preocupación hacia él que le recordó a la de su amiga Ming.

-Tu antebrazo ¿Está bien? acércalo, por favor... – Le dijo a Sương señalando y mirando con atención el brazo que se cortó.

[Nyxe]

-¿Eh? -A Sương le llamó la atención que Nam se preocupara por ello -Sí, no te preocupes -le respondió, mostrándoselo. La herida se había cerrado completamente, sin dejar la más mínima marca.

Entonces a Sương se le escapó una leve sonrisa -¿Te han cosido a balazos y tú te preocupas porque me haya hecho un corte? -Sương agradecía el gesto, pero le pareció un poco absurdo. Aunque entonces se dio cuenta de que aunque la abuela de Nam le huiese contado muchas cosas, él tampoco había visto realmente de lo que eran capaces los vampiros. -Puedes estar tranquilo, hace falta mucho, mucho mas que eso para hacernos daño. -dijo haciendo énfasis en el segundo "mucho".

[Vein]

Nam vio la herida de Sương cerrarse ante sus ojos. No estaba seguro si lo que hizo Tañido con su brazo fue exactamente lo mismo pero el chamán se sorprendió al verlo con tanto detalle. Era antinatural, ningún libro de medicina que él conociera hablaba sobre la regeneración espontánea e inmediata de las fibras musculares, venas y arterias. Nam se quedó pensativo, observando y tocando la fría piel de su nueva amiga. Entonces lo entendió.

Si las palabras de Sương eran ciertas y la sangre de los Người Ma era tan poderosa, Nam tuvo que alimentarse con su sangre en algún momento del tiroteo, posiblemente antes de llegar a esa clínica ya que su pulmón nunca podría haberse regenerado con tanta rapidez. Sí, Sương le estaba diciendo la verdad. Además, como decía ella, tampoco habría sobrevivido a la operación sin la sangre. Las emociones de Nam se estaban entrelazando.

Por un lado, estaba intrigado, quería saber por qué la sangre de los Người Ma era tan poderosa ¿tenía efectos secundarios en seres humanos? Esa sangre no sólo era la respuesta científica a la inmortalidad y la eterna juventud, sino que además les proporcionaba habilidades sobrenaturales que violaban las leyes de la medicina conocida. Sương tenía razón. Saber sobre los Người Ma podía deformar o corromper el alma de cualquier ser humano, llevándolo a la locura.

Por otro lado, bastante agobiado por toda la información que estaba recibiendo. Los Người Ma, cómo previamente le había dicho Tañido, se alimentaban de seres humanos para sobrevivir. Nam pensaba que la indiferencia de Sương residiría también en pensar que, para ella, él no era más que ganado. Uno listo, concienciado de la existencia de los verdaderos depredadores de la cadena alimenticia e intentando escapar del matadero.

Por último, una pequeña depredadora estaba delante de él, sonriendo. La pequeña sonrisa de Sương animó al chamán. Nam le devolvió la sonrisa.

Nam sujetó la delicada mano de Sương con suavidad, girándola lentamente. Él era consciente de que ella no quería ser interrogada y mucho menos psicoanalizada. Con la palma de su mano, Nam podía hacer una lectura de manos en busca de respuestas.

El estado de Nam era débil, pero recordó que los sedantes también podían usarse para “potenciar” sus habilidades chamanísticas. Al estar tan cerca de la muerte, confiaba que sus ancestros le protegerían, pero a pesar de todo, dudaba de que la quiromancia que estudió sería suficiente para comprender los sentimientos y pensamientos de Sương. Tenía que concentrarse más si quería ver con total claridad las peculiaridades psicológicas de Sương a través de su palma. Nam sólo tendría esa oportunidad para hacer la lectura, por tanto, tenía que pensárselo dos veces antes de ejecutar su "plan".


Nam lo reconsideró pensando en la amistad y la preocupación de Sương.

- “No… las preguntas la enfurecerían aún más”. – Pensó con cautela.

Tenía que hacerlo.

Mi…do…ri…
Nam concentró todas sus fuerzas en saber sobre las relaciones mortales de Sương y sobre todo cual era el motivo y el propósito por el que ella cuidaba de ellos. En busca de respuestas que sólo la psicología ocultista podía ofrecerle.

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Master [mention]Mu_[/mention] yo te invoco

Tengo dudas de cómo funciona el sistema de tiradas por aquí y por no precipitarme prefiero dejar ese tema en tus manos. Además, tampoco sé cuáles serían los atributos exactos para esta tirada. Si quieres puedes echar tu o sino ya echo yo, así hago pruebas y me familiarizo con las herramientas del foro. De todas formas, creo que está claro. Usaré un punto de fuerza de voluntad para conseguir un éxito garantizado en esta tirada. Tampoco estoy seguro de si en este caso es una tirada de pvp.

[mention]Nyxe[/mention] espero que no te moleste que mi pj sea un poco cortito y que no te responda aún. Te prometo que te responderá… si Sương no lo mata antes… No me opondría a tal destino, pero Galeorn creó el pj para usarlo más adelante como Kuei-jin. Yo como responsable del pj pienso que es mi deber llegar al menos hasta esa conclusión. Acepto críticas y sugerencias por pm. Cualquier cosa, hablamos.

[Nyxe]

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Para nada. Sương tampoco te va a matar por eso, aunque posiblemente reaccione mal. Pero de hecho, era algo que quera que saliera, que aunque vengan del infierno no son demonios. Aun así, tambien me gustaría una tirada para que Sương se diera cuenta de lo que está haciendo, aunque me da igual que Mu tire los dados.

[Mu_]

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Normalmente algo así para sacar información de un personaje sería difícil, mucho más sin una preparación o ritual para tener un trance. No obstante, vamos a suponer que la situación física y los calmante le sirven para ese tipo de trance.

Tirada de Inteligencia + Consciencia dificultad 8 (cuenta especialidad)

El estado de salud es Herido (antes dije malherido, pero es por el punto de Yang de la escena de antes). Podrías estar Lesionado, pero no has querido beber otro punto de sangre. No obstante, al tener que ver con el trance no aplico penalización en la tirada.

Por cierto, aparte de la curación no sientes ningún efecto más en tu cuerpo. Tampoco sientes atracción, cariño o lealtad por Sương o Qiubai, más allá de lo que desees.

[Mu_]

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4 éxitos. Haré una descripción, pero necesito un poco de tiempo para pensarlo