Por Anders Sandberg. Transcrito por Magus aka [mention]Alexander Weiss[/mention]
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LOS APRENDICES:
Brian Griffin - La Luna:
“Buscar y encontrar la verdad de algo en la Historia es una tarea muy difícil.”
-Plutarco, “Vida de Pericles”
Creciste escuchando las historias de tu abuela, historias sobre tiempos antiguos y lugares remotos que capturaban tu imaginación. Querías convertirte en un narrador como ella. A medida que creías comenzas a darte cuenta de que muchas personas rechazaban sus historias considerándolas meros cuentos e ilusión; si no existía nada como las tierras más allá del Tronco Retorcido, ¿pero cómo podía conocer a personas que habían estad allí?
Varios años después estabas estudiando Historia y Arqueología con interés ansioso, y casi habías olvidado tus sueños de la infancia de contar historias a los demás. Las historias del pasado eran mucho más dramáticas y también reales. Por lo menos eso era lo que pensabas.
Cuando el famoso Dr. Jeremiah Westcroft te invitó a participar en una excavación en Siria, aprovechaste la oportunidad. La excavación era todo lo que esperabas, descubrir las ruinas de un veijo asentamiento sirio en un valle remoto. Pero el Dr. Westcroft también parecía estar buscando otros lugares. Una noche te llevó con él hasta un cañón estrecho, donde se encontraba un templo oculto entre las rocas. Sorprendido le preguntaste por qué no le había hablado a nadie sobre su gran hallazgo; estaba claro que era muy importante. Como respuesta te dijo que entraras en el templo. Lo que viste Despertó tu Avatar y te hizo descubrir que no todas las cosas que cuentan los libros de Historia son ciertas, y que algunas cosas están mejor enterradas y olvidadas.
Desde entonces has sido un arqueólogo –o mejor dicho, un guardián de los antiguos secretos. Con ojo crítico has visto cómo la Tecnocracia manipula la Historia en sus movimientos de ajedrez militar y económico, convirtiendo la religión y la tradición en supersticiones donde no hay lugar para la magia. Saboteas a la Tecnocracia de forma sutil, realizando hallazgos y sugiriendo teorías que parecen razonables, pero que llevan a los historiadores a conclusiones inesperadas. Después de todo muchas mentiras –especialmente las verdaderas- son más plausibles que la aburrida verdad. También es divertido contar historias sobre el pasado que pueden ser ciertas o no, pero sólo tú (a veces) conoces la verdad sobre ellas.
Por otra parte, también ocultas algunos hallazgos, saboteas excavaciones y sutilmente sustituyes algunos objetos con otros para mantener los antiguos secretos a salvo. Ni la Tecnocracia ni los Durmientes deberían descubrir la tumba sagrada de Neber-Khef ni sus contenidos; es algo que te guardas para ti solo.
Ya conocías al Maestro Cavendish (desepués de todo se encuentra en el consejo de la Fundación Histórica Serapis) y al Maestro Weith (un tipo extraño, que apareció brevemente en una de tus excavaciones, hizo un par de preguntas y desapareció en la noche). Cuando te invitaron a unirte a los Armeros de Orión no lo dudaste. Existían suficientes indicios arqueológicos interesantes y promesas de oscuras verdades para fascinarte.
- Influencia: Tu lengua de plata te ha conseguido bastante influencia entre los arqueólogos y has participado en varias conferencias (Desde el Congreso Egiptológico Anual del Museo Británico hasta el Simposio Histórico de la Revista Paradigma). Tienes ciertas conexiones con el departamento de arqueología de la Universidad de Melbourne, pero la mayor parte de tu investigación se financia mediante la donación de varias fundaciones como la Fundación Histórica Serapis o la Sociedad Alejandría.
- Consejos de Interpretación: En cierto sentido eres un narrador, contento de contar historias sobre otras épocas, a veces anécdotas épicas y detalles divertidos. La mayor parte del tiempo son verídicos –subjetivamente hablando, aunque a menudo modificas la verdad ligeramente. No puedes soportar a la gente que no aprecia la grandeza y el misterio del pasado y que sólo viven en el presente como si fuera a durar para siempre.
Rebecca Morley - Mercurio:
“Las referencias numéricas se refieren en última instancia al orden percibido del mundo supralunar.”
Desde que eras pequeña disfrutabas creando patrones. Colocando palos en círculos en el suelo, dibujando figuras en la arena de la playa, dibujando con la regla y el compás de tu padre en los papeles largos y blancos que te traía. Tu madre bromeaba diciendo que te convertirías en diseñadora, pero tú no querías crear cosas. Querías patrones.
En la escuela destacaste en la clase de matemáticas y especialmente en geometría. Tus maestros y padres te consideraban una niña prodigio, pero en secreto sabías que no hacías nada especial, era algo que todo el mundo podía hacer si se fijaba en ello –pero por alguna extraña razón no lo hacían. Un profesor de Cambridge oyó hablar de ti y comenzó a pasar las tardes del domingo dibujando y hablando sobre geometría contigo. Cuando finalmente conseguiste terminar la escuela (unos pocos años antes de lo normal, pues tu amigo el profesor ayudó a convencer a las autoridades académicas) fuiste derecha a Cambridge para estudiar matemáticas de verdad.
Cambridge era un lugar maravilloso. Por lo menos había personas con las que podías hablar y que no se limitaban a quedarse pasmadas mirando tus dibujos ni intentaban amedrentarte para no tener que enfrentarse a su propia inseguridad. Rápidamente conseguiste un título en geometría clásica, para sorpresa de la mayoría de tus amigos, que pensaron que dedicarías a temas de investigación “más actuales” como combinatoria, metamatemática o por lo menos topología. Pero encontrabas esas materias secas y nada interesantes -¿de qué valen las matemáticas si no hay patrones sino un juego arbitrario con reglas diferentes?
Como parte de tu tesis doctoral estudiaste algunos de los aspectos más oscuros de la simetría icosahédrica y su relación con la medida de oro. Una obra de referencia importante resultó casi imposible de encontrar, hasta que tu mentor te habló de una colección privada de libros en algún tipo de sociedad masónica de Cambridge. La colección resultó ser un montón de estanterías de escritos ocultistas, pero muchos de los libros también contenían dibujos geométricos antiguos y renacentistas que te gustaban rodeados de acertijos Herméticos. Finalmente encontraste el libro raro que buscabas y comenzaste a darte cuenta de que tus estudios matemáticos encajaban muy bien con las ideas ocultistas y geométricas de los místicos pitagóricos, y que de alguna forma estaban conectadas con otros libros. Tu mentor te ayudó a estudiarlos, y poco a poco las piezas del puzzle comenzaron a encajar en su lugar. El patrón era más hermoso de lo que jamás habías imaginado.
Desde esa primavera, has pasado a formar parte de la biblioteca de St. Vincent Manor, siempre estudiando los patrones secretos de los viejos maestros. Una vez al año das un curso de geometría clásica en Cambridge para un pequeño grupo de estudiantes, pero el resto del tiempo estudias y escribes, apoyada por una ayuda económica de la Sociedad Serapis. Todo está en orden, pero has sentido la necesidad de moverte, utilizar tu conocimiento y visión en lugar de simplemente estudiar.
- Consejos de Interpretación: Tiendes a quedarte absorbida por la belleza de las cosas, de los patrones e interrelaciones. Cuando encuentras un problema que merece la pena resolver o comprender nada te detiene. A menudo consigues explicar el misterio y la fascinación a los demás, haciendo que queden intrigados. No soportas la pereza ni el desorden: como es arriba, así es abajo y un escritorio desordenado es señal de una mente desordenada.
- Cartas del Tarot: As del Patrón, 8 del Patrón
Philippe Nort-Makari - El Sol:
“Quienes poseen poder pueden tratar a las personas como cosas. Los líderes no pueden.”
-James MacGregor Burns
Naciste y creciste en Malta. Tu madre María era greco-maltesa, hija de unos los políticos locales, mientras que tu padre Arthur era un comerciante inglés que había llegado a la isla, se había enamorado de ella y de María y se quedó. Poco después consiguió un lucrativo contrato que le permitió comenzar su propio negocio, que desde entonces ha prosperado considerablemente. Ha sido ayudado por lo que creía que era una fraternidad local de comerciantes católicos.
Incluso cuando eras muy pequeño te diste cuenta de que había gente que te vigilaba. Extrañamente tus padres o tus compañeros de juego no los veían, así que nunca hablabas sobre los extraños que a veces te miraban de forma extraña cuando paseabas por las calles estrechas de La Valetta, en Malta, o el anciano del balcón que te sonreía cuando lo mirabas desde tu ventana. Cuando te caíste en el puerto, alguien te salvó rápidamente y te devolvió a tu casa con tu familia. Creciste sabiendo que había personas que te protegían sin saber por qué.
Cuando creciste, comenzaste a espiar a los vigilantes, a veces intentando eludirlos, a veces intentando descubrir quiénes eran. Escuchaste contar a tu padre historias de lo afortunado que había sido por encontrar Malta, y la extraña serie de sucesos que ocurrieron poco antes de que nacieras y que le permitieron acumular una gran fortuna. Sin que lo supiera, comenzaste a darte cuenta de lo que ocurría, y cuando estabas a punto de comprender, los vigilantes se presentaron.
Fue en la noche en que cumpliste dieciséis años que te llevaron a una habitación frente al mar, y te contaron la verdad sobre tu herencia, tu vida y tu verdadero destino. Mientras el sol ascendía entre las olas lo recibiste como miembro del Priorato de Sión, uno de los elegidos de la sangre sagrada, destinado a gobernar.
Desde entonces has ascendido rápidamente en las filas del Priorato, hasta convertirte en un Caballero. Tu herencia te ayuda hasta cierto punto, pero existen otros miembros de tu linaje que también parecen prometer, y sabes que tendrás que esforzarte por convertirte en la personificación perfecta de las virtudes que el Priorato quiere manifestar en el mundo. Siguiendo el consejo de tu mentor Nikolo, fuiste a la universidad para estudiar Derecho y Política. También te enseñó esgrima y artes marciales; “La sangre sagrada no se derrama sin razón.”
Sabes que el Priorato de Sión apoya a tu familia. Tu padre también es del linaje sagrado, aunque su potencial es menor. El Priorato desea tres cosas: proteger a los descendientes de la sangre sagrada, ayudar a los hombres y mujeres elegidos a alcanzar su destino como gobernantes y magos, y finalmente situar a esos pura sangres Herméticos en los tronos metafísicos de Europa. Actualmente están lejos de su objetivo, pero mediante ingenio y astutas manipulaciones están avanzando en sus planes. Influyentes empresarios y políticos tienen rasgos de la sangre, y el Priorato está constantemente tratando de purificarla para crear un liderazgo iluminado en el mundo.
Actualmente tu tarea consiste en desarrollar todo tu potencial y quizás terminar sucediendo a tu padre como líder de la principal empresa de transportes que el Priorato de Sión está creando sutilmente. Pero como Nikolos te ha explicado posiblemente terminarás encontrando tu propio camino, guiado por el poder secreto de tu sangre.
Cuando un día de viento el Maestro Weith apareció en La Valetta para preguntarte si estabas interesado en unirte a su expedición en Egipto, aceptaste de buena gana. Estás convencido de que si logras demostrar tu valía en Egipto, ascenderás al rango de Comendador en el Priorato. Pero también sientes que hay algo que te atrae hacia allí, algo innegable.
- Consejos de Interpretación: Muestras una dignidad natural sin llegar a ser arrogante. Eres consciente de tu propia valía si necesidad de demostrarla a los demás. Al contrario que muchos Herméticos has aceptado tu lado sensual, y te gusta disfrutar de los placeres de la vida (con moderación).
- Cartas del Tarot: El Sol, la Fuerza
Trond Toresen - Urano:
“¿Dónde están tus padres? ¿Viven los profetas para siempre?.”
-Zacarías, 1: 5
Creciste en una familia de clase media-alta en Noruega, en una casa agradable al oeste de Oslo, cerca de Drammen. Nadie puede decir que tu infancia y los comienzos de tu adolescencia fueran inusuales o infelices, de hecho fueron tan normales que a veces deseabas (o temías) que ocurriera algo. Y ocurrió, y ahora desearías haber crecido para convertirte en un aburrido ingeniero, como tu padre.
En el instituto, un amigo te prestó un libro sobre demonología medieval: “El libro de la Magia Negra” de Waite. Pensaste que era ligeramente interesante ver un libro sobre demonios y brujería, así que le echaste un vistazo esa noche, leyendo las partes más jugosas sobre los demonios y sus poderes, sellos, ceremonias elaboradas y elixires asquerosos. Esa noche algo dramático apareció en tus sueños, que fueron largos, caóticos e intensos, aunque no pudiste recordar nada salvo fragmentos cuando despertaste. Lleno de miedo te levantaste de la cama, pero nada parecía normal. Era como si la propia realidad se hubiera retorcido; las cosas ya no eran lo que parecían y aunque lo parecieran tú sabías que estaba pasando algo. A veces pensabas que escuchabas voces diciéndote cosas en lenguajes desconocidos, y en unas pocas ocasiones te encontraste haciendo cosas que no recordabas haber comenzado. Y coincidencias inquietantes comenzaron a aparecer en tu vida.
Para intentar darle sentido a todo devoraste la pequeña biblioteca de libros de magia de tu sorprendido amigo y comenzaste a estudiarlos en serio. Tus amigos y tus padres se preocuparon cada vez más por ti, pero no podían comprender lo que buscabas. Pronto te uniste a grupos ocultistas locales, pero la mayoría de sus hechizos simplemente no funcionaban –tu intensidad aterrada te alejó de los neopaganos y no encajabas con los rígidos estudiantes de la Cábala. Con el tiempo acudiste a grupos cada vez más oscuros y destructivos hasta que accidentalmente te cruzaste con tu mentor Halvor Bergelmerson. Te encontró cuando tuviste una especie de crisis y de repente comenzaste a gritar cantos incomprensibles durante su conferencia sobre el simbolismo egipcio. En vez de echarte de la sala y llamar a la policía, te ayudó a calmarte y comenzó a preguntarte sobre tu pasado después de que los sorprendidos asistentes se hubieran marchado. Parecía más curioso que asustado y te explicó que habías entonado varias partes del perdido Libro de Am-Duat, que sólo conocían un puñado de iluminados.
Durante un tiempo tu vida pareció haber conseguido algo de control y orden mientras estudiabas el conocimiento de la Orden de Hermes bajo la tutela de Halvor. Consiguió explicarte algunos de tus problemas y aprendiste a controlar tus poderes –o por lo menos a controlarlos un poco. Pero incluso tu mentor tuvo que admitir que le preocupabas con tus inesperados conocimientos de tópicos arcanos y tu conducta errática. Sospechaba que se debía a que habías Despertado solo, sin guía. Después de unos meses ambos comenzastéis a sentiros nerviosos en vuestra mutua compañía e impulsivamente te marchaste de Oslo para viajar por Europa en busca de respuesta, impulsado por tus desconocidos (y posiblemente imaginarios) demonios.
Fue durante tu estancia en Varsovia que recibiste un mensaje de Halvor. En él te decía que se había puesto en contacto con un Maestro Hermético llamado Germund Weith, que estaba bastante interesado en tu caso y que quería reunirse contigo. Hablar un poco con el Maestro Weith no te haría ningún mal, y te sentiste impulsado a buscarlo en Hamburgo. Resultó ser un hombre endemoniadamente listo, que parecía tramar algo y quería que participaras de alguna forma, así que te marchaste. Y después volviste. Porque sabías que tenías que formar parte de eso.
- Consejos de Interpretación: Estás asustado de las oscuras profundidades que sabes que existen bajo la realidad cotidiana. Lo peor de todo es que no tienes control sobre ti mismo; de vez en cuando lo único que puedes hacer es permitir que el oscuro Otro invada tu mente. Pero la mayor partee del tiempo eres completamente normal, intentando darle sentido al mundo.
- Cartas del Tarot: La Rueda de la Fortuna, Reina del Dinamismo
Jean de la Croix - Marte:
“Siempre haces lo que te da miedo hacer.”
-Ralph Waldo Emerson
Cuando creciste, sabías que tenías un deber. No sabías lo que era, pero estabas seguro de que lo descubrirías. Esa certeza firme como una roca te alejó de los demás niños, de tus padres y de todos los que conocías. Daba igual lo que ocurriera, no era tan importante en comparación con tu objetivo –cualquiera que fuese.
Fue poco después de terminar la universidad que conociste a Claudia. Estabas listo para seguir adelante, pero por primera vez te encontrabas un poco inseguro sobre lo que se suponía que tenías que hacer. La mayoría de tus amigos parecían tener planes para conseguir empleo o casarse, pero tú estabas seguro de que ése no era tu destino. Una noche sin luna simplemente te disponías a encontrarlo, caminando por las calles vacías sin ninguna razón en particular. Casi como si una mano invisible te guiara hacia una elevada mansión en las afueras de la ciudad, rodeada por un jardín grande y oscuro.
De repente escuchaste un grito, seguido por lo que parecían sonidos de lucha; una mujer chilló algo. Por un momento te quedaste paralizado de miedo, pero entonces tuviste una breve visiòn: eran tus propias dudas lo que había permitido al asesino sorprender al guardaespaldas, armado con una daga de bronce. Lleno con una repentina energía saltaste la verja del jardín y te lanzaste contra el hombre mientras disparaba contra una mujer que se inclinaba sobre su camarada caído. El disparo se perdió en el aire, rebotando contra la arquitectura gótica y golpeándolo en el brazo. El asesino huyó, dejándote junto a la mujer y el hombre caído, que pareció desvanecerse mientras lo observabas.
Claudia te invitó a pasar, ofreciéndote un brandy mientras te sentabas tembloroso en su biblioteca. Ella te explicó la verdadera naturaleza de los atacantes y lo que realmente había ocurrido con la bala. Amablemente también te preguntó cómo estabas, casi como si supiera algo sobre ti o sobre tu vida –y la extraña visión. Te mostró algunos de los artefactos que coleccionaba y poco a poco tus ojos se abrieron a otro mundo, un mundo que siempre habías sospechado pero que nunca habías visto antes. También te habló sobre las fuerzas oscuras despiertas en el mundo, y sobre el precio de entrar en él, pero sabías que tu deber era entrar.
Pasaste los años siguientes aprendiendo y entrenando. Pronto descubriste que Claudia era una persona nada común; algunos dirían que era excéntrica incluso siendo una maga Hermética. Se había liberado de las sociedades y Casas establecidas, decidiendo luchar su propia guerra contra lo que ella llamaba “las tres sombras” –el lado oscuro de la psique humana, el lado oscuro de la naturaleza y el lado oscuro de la propia realidad, manifestado en la Paradoja. Para luchar contra ellos, aprendiste a luchar física, mental y espiritualmente. En ocasiones Claudia parecía hablar como una madre severa, podía ser más exigente que el sargento más cruel, obligándote a perfeccionar tus reflejos, percepción y fuerza de voluntad.
En varias ocasiones te envió en “misiones de entrenamiento”, al principio una sencilla visita a una casa encantada, más tarde misiones más peligriosas y exigentes contra la corrupción oculta en las ciudades. No existía un límite claro entre tu entrenamiento y la lucha de verdad, pero nunca podías contar con la ayuda de Claudia. A ti te encantaba –era el destino con el que siempre habías soñado.
Pero después de unos años comenzaste a percibir un cambio en Claudia. La biblioteca comenzó a estar cada vez más desordenada, y sus ropas desarregladas. Cuando volviste de un peligroso viaje a Canadá ella pareció sorprendida al oír a dónde habías ido. Lentamente llegaste a la aterradora conclusión de que estaba perdiendo la razón. Desesperado intentaste convencerla de que buscara ayuda, pero ella se negó en firme –su mente era tan fuerte como siempre. Finalmente accedió a que los médicos la vieran, y le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer. Un Maestro Hermético vino de París para intentar ayudarla, y te dijo en un tono bajo que las mentes de algunos viejos magos simplemente se deterioran por los estragos del tiempo y la Paradoja; Claudia se estaba hundiendo gradualmente en un difuso Silencio sin salida. Y Claudia era vieja, mucho más vieja de lo que admitía.
Te ocupaste de que recibiera cuidados, pero te sentiste muerto por dentro. Aunque hubiera sido una maga arrogante y demasiado convencida de su infalibilidad te había ayudado a encontrar tu destino. Luchar por ti solo era mucho más difícil y temías que la terrible nada gris que lentamente devoraba su mente algún día reclamaría la tuya. De repente el Maestro Weith apareció de la nada, invitándote a participar en un destino más grande. Al principio lo encontraste irritante y desconfiaste, pero de alguna manera consiguió convencerte.
Consejos de Interpretación: Eres un luchador –un luchador cortés, educado y meticuloso- pero todo un luchador. Aplicas el conocimiento de la Orden de Hermes para rechazar las sombras y proteger a los demás –es tu deber sagrado. Pero a veces tienes la sospecha de que has fallado en el pasado y tienes algo por lo que redimirte.
- Cartas del Tarot: Justicia, Siete de Búsqueda
Francis Lloyd McPatric - Saturno:
“Sólo existen unos pocos escoceses trabajadores y de hecho se han dispersado por todo el mundo.”
-George Chapman, “Eastward Ho."
Cuando creciste, sabías que tenías un deber. No sabías lo que era, pero estabas seguro de que lo descubrirías. Esa certeza firme como una roca te alejó de los demás niños, de tus padres y de todos los que conocías. Daba igual lo que ocurriera, no era tan importante en comparación con tu objetivo –cualquiera que fuese.
Siempre has sido una persona curiosa. Durante tu infancia en Edimburgo no pudiste resistirte al desafío de encontrar los Secretos y a menudo te metías en problemas. Pero aprendiste, y por lo menos de puertas afuera te convertiste en un joven serio pero dinámico, ansioso de viajar y explorar.
Cuando llegaste a Egipto por primera vez sentiste una sensación de pertenencia al lugar. Era una tierra de misterio ilimitado, secretos antiguos y tesoros enterrados. Comenzaste a trabajar como asistente, guardaespaldas de geógrafos y arqueólogos ingleses, de los que aprendiste mucho sobre el país. También comenzaste a percibir algunas cosas extrañas que ocurrían en El Cairo y una vez casi te asesinaron cuando presenciaste algo que no debería haber sido posible.
Poco después te encontraste con Jonathan Cunningham del Templo Ilustre de Amón el Oculto, también conocido como Club Luxor. Poco a poco fuiste introducido en la pequeña capilla, donde estudiaste egiptología y Hermetismo. Juntos viajasteis por Egipto, estudiando sus antiguos secretos. En una gran ceremonia en las ruinas de Karnak, fuiste iniciado formalmente en el Club Luxor.
Finalmente descubriste que la capilla era demasiado restrictiva para ti; los magos preferían contemplar las abstracciones de Egipto en lugar de la realidad, y raramente se alejaban de sus estudios y colecciones. Y nunca pudieron aceptar del todo tu visión práctica y tu interés por los secretos modernos. ¿Qué estaba ocurriendo de verdad en El Cairo?
Todo el mundo se sorprendió cuando abriste una tienda de alfombras y prosperó -¿Un europeo dirigiendo una tienda de alfombras en El Cairo? ¡Increíble! Algunos incluso afirmaban que te aprovechabas de los turistas, que se confiaban más con una tienda dirigida por un europeo, y sobornabas mejor que nadie a los guías turísticos para que los llevaran allí. Pero la verdadera razón es que la tienda era una mera fachada; muy pocos visitantes entraban por el estrecho callejo de Sikkit al-Badistan, donde realizabas el auténtico negocio transportando discretamente artefactos antiguos fuera de Egipto.
La idea original era de tu amigo Jamal Haroun, que te indicó que algunos de tus amigos en la Compañía de Transporte West Delta podrían ser capaces de transportar “recuerdos” sin demasiado control –y él tenía amigos que podrían proporcionarte objetos muy interesantes. Pensándolo bien te diste cuenta de que era una forma excelente de que la Orden de Hermes consiguiera dinero y contactos (aunque clandestinos) y vigilar el mercado ilegal de artefactos en Egipto –era mejor que pasaran por tus manos que por las de la Tecnocracia.
A pesar de algunas preocupaciones iniciales, tu negocio funciona bastante bien, especialmente tras la destrucción de la capilla Sittah wa Ashrin en 1971. Jamal y sus amigos te han proporcionado mercancías muy interesantes para vender (y a veces para comprar; te has dado cuenta que algunos grupos quieren los objetos especiales que les proporcionas) y los beneficios de tus amigos británicos se incrementan. Incluso has ganado cierta perspectiva de los tratos y negocios entre los Despertados y facciones místicas y ahora puedes jugar muy bien en ese juego. El único problema es Madame Yvette E. Granboul-Ponty. Esa dama sabe demasiado y tiene muchos contactos. Quién es ella exactamente y para quién trabaja hasta el momento es un misterio para ti, pero por el momento parece satisfecha con limitarse a observar el negocio por sus propios motivos.
- -Contactos de Francis Lloyd McPatric:
- Hesham El-Telbani: Un hombre tranquilo y eficiente que es tu asistente, servidor, guía, conductor y (a veces), guardaespaldas. Lo conociste en 1974 y habéis estado trabajando juntos desde entonces. Ahora Hesham es absolutamente indispensable para ti y hace que tu negocio funcione con fluidez sin ser demasiado obstrusivo.
- Jamal Haroun: Un caballero encantador, que frecuenta a menudo los cafés y clubes de El Cario. Cuando lo conociste cuando era joven en Luxor era un guía turístico y parece que todavía trabaja como guía en ocasiones, pero está claro que ha encontrado fuentes de ingresos más lucrativos; sospechas que él y su familia han estado saqueando tumbas y yacimientos desde hace mucho tiempo. Te vende “antigüedades” y parece estar relacionado con los Hermanos de la Pureza y el Equilibrio.
- La familia Zada: Conociste al profesor Said Zada hace unos pocos años y parece que su familia casi te ha adoptado. Su mujer Morgaine te adora especialmente y a menudo te invitan a comer, charlar y a jugar al bridge. El profesor Zada es profesor de Historia de Egipto en la Universidad de El Cairo, pero está claramente relacionado con varias sociedades esotéricas. De vez en cuando ha visitado tu tienda y comprado o vendido algunos artefactos y papiros interesantes. Su hijo Yousef ha trabajado para ti en ocasiones y ha sido una valiosa ayuda para descifrar algunos manuscritos antiguos.
- Farouk Al-Attar: Farouk es el líder de la asociación de alfombristas de El Cairo. Aparte de ser un contacto importante para tu negocio legal, la asociación es un grupo social que regularmente se reúne para comer, charlar y beber. Tiene muchas conexiones con otros grupos del bazar, tanto prestigiosos como menos valorados. Gracias al consejo amistoso de Farouk has conseguido convertirte en un comerciante respetado (aunque un poco raro).
- Khaled El-Rifaie: Mr. Rifaie es muy, muy rico y poderoso. Es uno de los principales contrabadistas e intermediarios de El Cairo y el alcance exacto de su red empresarial es desconocido (y posiblemente sea mejor no curiosear demasiado al respecto). Reside en un apartamento de lujo en el centro de El Cairo, rodeado de guardaespaldas, aduladores (es tan vanidoso como rico) y gente de negocios. No tienes mucho contacto con él, pero el mero hecho de que lo conozcas a él y su gente te proporciona cierta protección. Sospechas que sabe mucho sobre el panorama místico de Egipto.
- Consejos de Interpretación: Eres un típico comerciante escocés y estás orgulloso de tus orígenes (quizás como rebelión subconsciente al remilgado y británico Club Luxor y sus demandas de secretismo y discreción). Te interesan los secretos, las conversaciones y negocios que surgen en cafeterías sombrías y en los apartados callejones de El Cairo. Sin embargo, tu interés es práctico, y la intriga y los misterios no te gustan tanto como las antigüedades, las piedras de otras épocas, la sensación que transmite Egipto. Todas las personas y lugares tienen sus secretos, y tú los contemplas, observándolos tranquilamente.
- Carta del Tarot: El Emperador
Constantine Archimedes Cavendish - Júpiter:
“En su mano derecha tiene la duración de los días; y en su mano izquierda riquezas y honores.”
-La Biblia
Eres un descendiente de la familia Cavendish –y no hay mucho más que decir. Durante cuatro generaciones tu familia ha formado parte de los caballeros Herméticos de Gran Bretaña, siempre dispuestos a luchar para llevar la sabiduría al mundo y equilibrar las fuerzas secretas ocultas. O por lo menos eso es lo que quieres que piensen los demás.
Tu padre, Edmund Cavendish, quería darte una educación rigurosa y planificada de la misma forma que realizaría un ritual, y no muy diferente de su propia educación victoriana. Tus tutores te imprimieron la importancia de la conducta correcta, la fortaleza del carácter, la responsabilidad y la sabiduría Hermética. Te enseñaron a leer y escribir en lenguas diferentes, el simbolismo secreto de los números, las versiones oficiales y verdaderas de la Historia, cómo influir sobre las personas y cómo dirigir un negocio. La única cosa que tu padre descuidó fueron los pequeños detalles como estar presente en los cumpleaños o visitar a tu madre.
Cuando cumpliste 24 años comenzaste a trabajar en el negocio de tu padre, y fuiste iniciado oficialmente en la Sociedad Serapis. Te esforzarse por extender la sabiduría familiar, al principio supervisado por los ayudantes de tu padre, y pronto solo. Todo parecía funcionar perfectamente, te casaste con una encantadora joven de buena familia y los negocios prosperaban. No te resultó muy difícil convertirte en una persona rica e influyente, y tu contribución a la Sociedad Serapis y la capilla Hermética demostró tu valía, incluso a ojos de tu padre. Incluso diste a tus hijos lo que considerabas una buena educación.
Pero te faltaba algo. Cuando celebrabas tu 40 cumpleaños, te diste cuenta de que no tu vida realmente no te pertenecía, que te habías limitado a ejecutar un guión bien escrito sin cambiar nada. Tú, tu padre, toda la Sociedad Serapis, se habían esforzado por hacer realidad la visión Hermética –pero no era el camino. Volverse rico e influyente, reclutar políticos en las sociedades masónicas y ayudar a extender la verdad en las instituciones académicas estaba bien, pero no era suficiente. Necesitabas ayudar a manifestar la visión Hermética en el mundo directamente, no mediante juguetes mundanos. Así que cuando tu abuelo Arthur comenzó a reunir gente para formar los Armeros de Orión, pediste que te admitieran.
Influencia: Eres un miembro en buena posición en la Sociedad Serapis (después de todo, tu abuelo es el fundador y el Gran Arquitecto, y tu padre es el actual tesorero del Templo) y en varias sociedades masónicas, tanto Despertadas como mundanas. También tienes una amplia red de contactos en el Reino Unido, viejos amigos y conocidos de la Universidad de Cambridge y varios clubes prestigiosos a los que perteneces.
Tus finanzas son excelentes, tu empresa de consultoría Cavendish Consultants Ltd. es bastante próspera y has invertido de forma juiciosa de forma que tú, tu familia, la Orden de Hermes y la sociedad mundana os habéis beneficiado.
Consejos de Interpretación: Eres completamente británico hasta la médula, muy educado, un poco conservador y bastante encantador. Aunque desprecies el comportamiento de algunas personas, no lo muestras abiertamente e intentas ser tan justo como sea posible a partir de sus actos. También eres muy generoso, pues eres un firme creyente en la frase “Como siembres, recogerás”. No sólo eres generoso ofreciendo dinero y ayuda, sino que también procuras darles el conocimiento que quieren; algunas verdades duelen.
Cartas del Tarot: Diez del Patrón, 6 del Patrón
Alicia Shepard - Venus:
“Yo dormí y soñé que la vida era Belleza;
desperté y descubrí que la vida era Deber.
¿Fue entonces este sueño una amarga mentira?
Trabaja sin cesar, pobre corazón
Y un día descubrirá que tu sueño puede ser
Una verdad tan clara como el sol de mediodía.”
-Ellen Sturgis Hooper, “La vida es un Deber”
Siempre te has sentido más viva que quienes te rodeaban. Incluso cuando eras muy joven tu curiosidad y energía proporcionaron muchos quebraderos de cabeza y canas a tus padres a pesar de que te querían. A veces hacías las cosas sin razón aparente, sólo porque sentías que tenías que hacerlo, como el verano en que te escapaste, hiciste autostop hasta una pequeña aldea en el norte y te perdiste en los bosques; cuando el cartero te encontró y te ayudó a llegar hasta la comisaría más próxima, no tenías ni idea por qué habías ido tan lejos y por qué querías llegar hasta allí.
Tu rebelión adolescente fue algo explosivo y un poco sorprendente para todos –incluida tú misma. Después de todo parecías llevarte bien con tus padres y no parecía disgustarte su estilo de vida de clase media-baja. De repente te convertiste en una activista y una hippie, rompiendo con la sociedad calcificada en la que habías vivido hasta el momento.
Maduraste durante tu rebelión, probándolo todo, desde el amor libre, las drogas, la política radical y viviste en una comuna neopagana. Pero al contrario que la mayoría de la gente a la que conociste, aprendiste de tus experiencias y comenzaste a sintetizarlas en tu propia visión productiva. Comprendiste que la verdad inherente a todo es el amor sin renunciar al sentido común; comenzaste a comprender tus impulsos previos, tus intensos sentimientos de vivir e incluso disfrutar de tu verdadera naturaleza. Sin embargo, sabías que las cosas no eran tan bonitas ni brillantes como tu familia o los chicos de la comuna querían creer. El amor y los impulsos también pueden ser peligrosos.
Después de unos años tuviste que dejarlo. No querías abandonar la comuna que se había convertido en tu hogar, tu familia, tu vida. Pero tenías que hacerlo, algo nuevo te impulsaba con una fuerza que no podías resistir. Con el corazón triste te marchaste, intentando descubrir qué fuerzas gobernaban tu vida. Fue durante tus viajes por Inglaterra en un viejo y destartalado Volkswagen que te encontraste con William Stephenson. Sabías que tenías que encontrarte con él y pronto él también se dio cuenta. Os casasteis y le diste dos hijos, Mary y Peter. Desde fuera parecía que tenías una vida completamente normal. Hasta conseguiste un empleo en la librería local.
Pero realmente conocías el secreto de tu marido antes de que se atreviera a revelártelo tras mucha persuasión. Lo habías sentido la primera vez que lo viste; era un hombre que veía los secretos de las cosas. Hubo un tiempo en el que había sido un mago poderoso, envuelto en sutiles intrigas y juegos de poder para llevar la iluminación a la gente. Pero después de muchos años de esfuerzos infructuosos, tristes pérdidas y una creciente sensación del sinsentido de la Guerra de la Ascensión había dejado la Orden de Hermes, tratando de llevar una vida normal lejos de los secretos cósmicos y las pesadas responsabilidades de los Despertados.
Juntos comenzasteis a explorar las verdades secretas. Le mostraste cosas por las que merecía la pena luchar, una unidad básica de existencia que podía unir a una sencilla familia feliz con la lucha para definir la realidad, y el te mostró (al principio con reticencia) cómo funcionaba la verdadera magia. Tu afinidad natural hacia la vida, la curación y el crecimiento se incrementó, algo que no fue una sorpresa para ti. Te convertiste en la estudiante y mentora de tu marido, y finalmente él te presentó a los magos de St. Vincent Manor. Pronto comprendiste por qué tu marido había dejado la Orden de Hermes, debido al exceso de conservadurismo de los demás magos. Vivían en una cáscara protectora, luchando contra un mundo oscuro.
Pero poco a poco comenzaste a sentirte inquieta. Sabías que tendrías que volver a dejar atrás lo que amabas. Y esta vez sabías por qué –tu Esencia Buscadora y tu poderoso Avatar te impulsaban-, pero no te sentías mejor por eso. Tan calmadamente como pudiste, te separaste de William, Mary y Peter, prometiéndoles que volverías tan a menudo como fuera posible. Para algunos de los conservadores de St. Vincent tu actitud sólo demostraba que eras tan impulsiva como una maga Verbena que ni siquiera amaba a su propio marido y sus hijos –pero no te importaba lo que dijeran. William parecía comprender y se ofreció a ir contigo, pero finalmente comprendió que Peter y Mary lo necesitaban más. Dejaste a tu marido triste, pero dispuesto a proteger a su familia.
Pasaste los años siguientes viajando, explorando y comprendiendo. Aprendiste mucho, pero seguías pensando que no era lo que buscabas. Tu búsqueda era mucho más profunda. Por alguna razón te encontraste con el Maestro Cavendish en Londres, que sorprendentemente te sugirió que lo siguieras a Egipto. De todos los magos de St. Vincent era el único que os había defendido a ti y a William contra la desaprobación de los demás magos; al contrario que la mayoría de los Maestros todavía conservaba un corazón humano. Y había algo más, una premonición o sensación intuitiva que te sugería que lo siguieras. Algo en Egipto te necesita.
- Cartas del Tarot: La Emperatriz, 9 de Patrón