[Escenario] La Alianza de Finisterre

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Jebediah_Gogorah
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[Escenario] La Alianza de Finisterre

#1

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 15 Jul 2019, 15:04

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LA ALIANZA DE FINISTERRE

Por Magus aka [mention]Alexander Weiss[/mention]
La siguiente ayuda para Edad Oscura: Mago, o también Ars Magica consiste en una Alianza situada en la Costa de la Muerte, que puede servir para que los personajes comiencen su andadura como Magos o como escenario para sus aventuras. Sentiros libres para alterar las características a gusto, ya pagaréis las consecuencias a su debido tiempo…

Símbolo: Una montaña surgiendo en medio de un mar embravecido.
Estación: Verano
Afiliación: Flambeau

HISTORIA:

El origen de la Alianza de Finisterre se pierde en las nieblas del tiempo, aunque todos los indicios parecen indicar que un grupo de Magos de tradición céltica ya ocupaba los entornos del actual emplazamiento de la Alianza hacia finales del siglo IV. Estos Magos pasarían a formar parte de la Casa Diedne con la fundación de la Orden de Hermes en 767.

La consagración oficial de la Alianza de Finisterre, según los registros herméticos, se realizó en el solsticio de verano del año 911. La poderosa Aricia de Libredón reunió a seis Magos de las Casas Diedne y Ex-Miscellanea y juntos utilizaron sus poderes para construir una torre suspendida sobre un acantilado en la Costa de la Muerte. Los siete Magos construyeron varias dependencias anexas a la torre y con el permiso del terrateniente local, el conde de Corcubión, instalaron a numerosos grogs y sus familias en un asentamiento que también recibió el nombre de Finisterre, y que pronto se convirtió en un puerto pesquero.

Aricia y los Magos herméticos pronto se enfrentaron a los primeros problemas debido a la presencia de los duendes y criaturas marinas que poblaban las aguas de Finisterre. Estos seres mágicos de naturaleza imprevisible se resintieron de la presencia de los mortales y comenzaron a causarles problemas provocando tormentas y hundiendo varias embarcaciones. El conde de Corcubión y los habitantes de Finisterre recurrieron a la ayuda de los Magos, quienes trataron de poner fin al conflicto pero sus esfuerzos diplomáticos fueron baldíos y se vieron obligados a recurrir a la fuerza. En el año 927 hubo una gran y descomunal batalla entre Magos y duendes, en la que se desataron hechizos de gran poder, que provocaron una tormenta de enormes proporciones. Los habitantes de Finisterre permanecieron en sus casas durante el conflicto, y algunos huyeron despavoridos hacia el interior.

De los siete Magos de Finisterre sólo Aricia y tres de sus compañeros sobrevivieron, pero el sacrificio de los Magos no fue en balde, pues forzaron a los duendes a retirarse a sus reinos subacuáticos, y no volvieron a molestar a los mortales en mucho tiempo. La Alianza de Finisterre prosperó durante mucho tiempo, junto al puerto del mismo nombre, pero paulatinamente comenzaron a aparecer las primeras fisuras entre los habitantes de la Alianza. Hacia el año 1000 Aricia tuvo un enfrentamiento con su aprendiz Amalteus y lo expulsó de Finisterre. Cargado de resentimiento Amalteus completó su aprendizaje en la Casa Ex - Miscellanea y regresó en el año 1012 en plena Guerra del Cisma al mando de un grupo de Magos que pretendían la destrucción de la Casa Diedne. Aricia y sus compañeros se enfrentaron a los recién llegados con todos los poderes a su disposición y pidieron ayuda al señor de Corcubión, que les fue denegada, pues el conde temía entrometerse en los asuntos de los Magos. La Alianza fue sitiada durante tres días, hasta que quedó en un estado ruinoso. Ninguno de los Magos de Finisterre sobrevivió, aunque se cree que Aricia consiguió escapar con el resto de los líderes de Casa Diedne.

Amalteus quedó al mando de la Alianza de Finisterre, aunque debió entregar el contenido de la biblioteca a los hechiceros que le habían ayudado. Pronto comenzó a reorganizar la Alianza y a reunir aprendices, pero de alguna forma se sentía culpable por haber traicionado a su antigua magistra. Poco a poco comenzó a desentenderse de los asuntos mundanos de la Alianza, encerrándose en sí mismo, y durante mucho tiempo no aceptó aprendices. Sólo reaccionó saliendo brevemente de su autoimpuesto retiro en el año 1031 y 1037, para ayudar a los habitantes de Finisterre a repeler dos incursiones vikingas.

A finales del siglo XI el declive de la Alianza de Finisterre era evidente, y todos creían que la Alianza desaparecería a la muerte de Amalteus. Sin embargo, en el año 1112 Amalteus realizó un viaje por las Alianzas ibéricas y solicitó el envío de aprendices para restaurar la antigua gloria de Finisterre. Los Magos herméticos aceptaron su petición y durante varios años Amalteus se convirtió en una especie de mentor para jóvenes Magos, sobre todo de las Casas Flambeau y Ex - Miscellanea, y aunque su carácter inflexible y amargo solía convertir estas relaciones en algo pasajero, la mayor parte de los alumnos de Amalteus se beneficiaban del aprendizaje.

Hacia el año 1195 Amalteus, muy consumido por el paso de los años, era un hechicero venerable y bien considerado en el Tribunal de Iberia. Sin embargo, ese mismo año abandonó el gobierno de la Alianza, dejándola en manos de un joven prodigio, Basiliscus de Flambeau, quien imprimió un nuevo carácter dinámico a la Alianza, renovando los antiguos pactos con la nobleza de los alrededores. Al mismo tiempo inició nuevamente las hostilidades con los duendes marinos, que habían vuelto a aparecer en las aguas de la Costa de la Muerte en gran número. Con diligencia y empeño llevó un nuevo esplendor a la Alianza de Finisterre que se mantiene hasta 1230.


LOCALIZACIÓN:

En Galicia hay un tramo costero especialmente peligroso, que se ha cobrado las vidas de innumerables pescadores y marinos a lo largo de los siglos y que es conocido como la Costa de la Muerte. Es un lugar solitario y gris, frecuentemente azotado por las tormentas. En el extremo del Cabo Finisterre, que según la tradición popular es el último punto más occidental de las tierras conocidas, se encuentra una torre solitaria de granito oscuro, que se alza vigilando los alrededores desde las alturas de un escarpado acantilado.

La Alianza se encuentra en las proximidades del pueblo de Finisterre, considerado el punto final del Camino de Santiago, y que a menudo es visitado por peregrinos que desean ver las aguas del mar antes de regresar a sus hogares. Otros pueblos importantes son Corcubión, Muros y Noya. La importante ciudad de Santiago se encuentra a un día y medio de viaje.

Como Amalteus vivió solo durante bastante tiempo no vio motivos para ampliar las habitaciones de la Alianza de Finisterre. Hacia el año 1220 la Alianza consiste en una estrecha torre de cinco pisos, con espacio para albergar a tres residentes, aunque Basiliscus está tomando medidas para ampliar la estructura aprovechando las antiguas dependencias ocupadas por los habitantes originarios de la Alianza y que hoy se encuentran prácticamente en ruinas.

HABITANTES DE LA ALIANZA:

Los únicos habitantes permanentes de la Alianza son los Magos herméticos. Los Grogs y Compañeros que residen habitualmente en el cercano pueblo de Finisterre, situado a unos diez minutos de la torre. A menudo llegan al pueblo visitantes de los alrededores o peregrinos de Santiago. La mayoría de los lugareños se dedican a la pesca de sardina o a labores relacionadas con la misma (salazón, cestería, fabricación de redes, construcción de barcas,etc.). Ya hacia el interior, algunos campesinos se dedican a actividades agrícolas o ganaderas.

Grogs:

Los habitantes de Finisterre son ferozmente leales a los Magos de la Alianza. Entre los lugareños todavía circulan historias de cómo los hechiceros salvaron al pueblo de los ataques de los Hombres del Norte o han calmado la furia de la tormenta en ocasiones. Algunos pescadores han llegado a atribuirles la abundancia de pesca.

Los Magos reclutan a su servidumbre personal entre los habitantes de Finisterre y Basiliscus es especialmente generoso con los trabajadores mortales de la Alianza. Los suministros se adquieren en los alrededores o se compran en el mercado de Santiago. Basiliscus a menudo comercia con la abundante vis de la Alianza, así que no debe preocuparse por los recursos mundanos.

Custodes:

La Alianza de Finisterre dispone de una turba de 25 custodes reclutados en la cercana villa. No son demasiados, pero los Magos no disponen de recursos para mantener a más hombres de modo permanente. En caso de necesidad el Conde de Corcubión podría aportar hasta 50 soldados más, pero sólo lo hará en virtud de sus antiguos pactos con los Magos en caso de que un peligro amenace a toda la región.

Los Custodes viven en un pequeño fuerte situado más allá de la Alianza, y su equipo es de calidad media. Cuando acompañan a los Magos en sus viajes llevan una sobreveste blanca con una cruz latina en el hombro, como los Caballeros de Santiago, lo que ayuda a ocultar la naturaleza de los hechiceros.

Compañeros:

Los más importantes consortes de Finisterre son los que ayudan directamente a los Magos, tanto fuera como dentro de la Alianza.

Ilduara, Condesa de Corcubión:

La actual gobernante de los dominios de Corcubión y sus alrededores, incluyendo la Alianza de Finisterre, es Ilduara, que gobierna el feudo de su hermano, el Conde Don Pedro, mientras éste se encuentra guerreando contra los moros de Al-Ándalus. Ilduara ha tenido que luchar mucho para convertirse en una mujer de cultura y poder. A pesar de su posición muchos de sus subalternos creen que hace tiempo que debería haberse casado y dejar las labores de gobierno en manos de su marido. Por supuesto, nadie se atreve a realizar estos comentarios en su presencia.

Mediada la veintena, Ilduara no es especialmente atractiva. Su piel es pálida y pecosa, con cabello castaño oscuro y ojos negros. Sin embargo, vestida con sus largos mantos y las joyas de su familia es una figura imponente y capaz de negociar en igualdad con otros nobles. Entre sus joyas Ilduara lleva una diadema de plata, un antiguo regalo de los Magos de Finisterre a su familia, aunque hoy nadie lo recuerda como tal. Esta diadema protege a su portador de la Enfermedad.

Ilduara considera a los Magos de la Alianza aliados útiles, pero al mismo tiempo no piensa ser manipulada por ellos ni dejarse inmiscuir en sus problemas particulares. Trabar una relación más estrecha con ella podría constituir todo un desafío para los personajes. Debido a sus tratos con Basiliscus es una visitante asidua de la Alianza.

Marcos da Portela, capitán de la turba de Finisterre:

La familia de Marcos ha servido a los Magos de Finisterre desde hace generaciones, y Marcos ha continuado la tradición familiar. Aunque en principio sirvió como recadero cuando era un niño, a medida que fue creciendo su padre insistió en que aprendiera el manejo de las armas pensando que como soldado tendría mayores posibilidades de fortuna sirviendo en los ejércitos del rey. La madre de Marcos se opuso, pues no quería separarse de su único hijo, pero el viejo Amalteus supo encontrar una solución: contrató a Marcos entre los hombres de la guardia y cuando el viejo capitán se retiró, Marcos había dado muestras evidentes de su eficacia y lealtad como para asumir el puesto. De esta forma Marcos se gana su sustento sin separarse de su familia.

Marcos está muy apegado a los Magos de Finisterre, quizás demasiado. En más de una ocasión sus señores han tenido que contener su espada después de que oyera comentarios desfavorables hacia los magos herméticos y tratase de ajustar cuentas con el ofensor.

Marcos es un hombre enorme, moreno y velludo, que estalla en estruendosas carcajadas con frecuencia, con el pelo hirsuto y enmarañado. A pesar de su aspecto rústico los Magos le han enseñado suficientes conocimientos de burocracia y etiqueta como para gobernar a la turba con eficacia y halagar a los visitantes. Aunque es bastante cuidadoso con los recursos de sus señores su dinero suele escapársele de las manos. Actualmente está casado con una mariscadora de Finisterre y pronto nacerá su primer hijo.

Doña Olalla, cocinera de Finisterre:

Olalla ha servido en la Alianza de Finisterre desde que puede recordar, y no hay rincón de la misma que no conozca, incluyendo las habitaciones de los Magos y el laboratorio. Se casó muy joven, pero su marido desapareció poco después, mientras pescaba en el mar. Al carecer de hijos y de parientes próximos se dedicó en cuerpo y alma a la Alianza, y de alguna forma ha convertido a los Magos y servidumbre en su familia. Se siente especialmente unida al viejo Amalteus y lo visita con frecuencia en su retiro.

Ahora que tiene cerca de sesenta años Olalla tiene más influencia en la Alianza de la que ella misma cree. Los jóvenes, incluyendo a los mismísimos Magos la consideran una especie de terrible figura maternal, y se guardan mucho de hacerla enfadar. Es especialmente testaruda en lo que concierne a las comidas y ningún estudio ni experimento puede impedir que todo el mundo esté sentado en el comedor a la hora debida, a menos que quiera enfrentarse a una sarta de improperios y berrinches y sutiles accidentes como ropa desteñida y áspera, comidas amargas y otros detalles por el estilo.

Doña Olalla es una vigorosa mujer de cerca de sesenta años, con el pelo gris oscuro, y mejillas encendidas como manzanas. Viste con un traje basto de lana gris y lleva el cabello envuelto en un pañuelo negro. Tiene una memoria prodigiosa y no olvida ni los desaires ni los actos de bondad. Bajo su mando inflexible la Alianza de Finisterre se mantiene limpia y ordenada como una patena. Todos los habitantes de Finisterre le guardan un entrañable cariño.

MAGOS DE LA ALIANZA:

Hay cuatro Magos en la Alianza de Finisterre, Basiliscus es el líder y portavoz oficial de la Alianza. Aunque Amalteus es más poderoso, se ha retirado por completo de los asuntos de la Alianza, aunque de vez en cuando todavía ofrece su consejo y lecciones a los más jóvenes. En cuanto a Calixta y Antón, que acaban de superar el Reto del Aprendiz, se ofrecen unas breves descripciones y se dejan sus rasgos sin definir para poder introducirlos como personajes jugadores o los desarrolle el Narrador a gusto.

Basiliscus, seguidor de Flambeau, líder de la Alianza de Finisterre:

Basiliscus ("Pequeño Príncipe") es un joven prodigio de la Casa Flambeau. Llegó a Finisterre por primera vez en 1187, con un brillante historial a sus espaldas como Mago hermético para aprender bajo la tutela del anciano Amalteus, que tras haber enseñado concienzudamente a su discípulo, se retiró por completo de las labores de gobierno y lo dejó al mando de la Alianza. Basiliscus decidió imprimir una renovación total y pronto llamó a varios servidores y arquitectos que restauraron la torre. Al mismo tiempo se hizo traer numerosos libros griegos sobre los cielos y las estrellas, e instaló un observatorio astronómico en lo alto de la Torre de Finisterre, desde donde contempla los alrededores con frecuencia.

Basiliscus es tranquilo y pausado para ser un Mago Flambeau. En vez de concentrarse en las técnicas tradicionales de la Casa Flambeau sobre el fuego ha preferido especializarse en el elemento del aire, una forma con la que es capaz de crear efectos devastadores. Sutil y diplomático, quienes le conocen saben que bajo su plácido exterior se esconde un espíritu indómito e imprevisible como una tormenta.

A pesar de la desconfianza y el temor inspirado por su aura mágica, Basiliscus se esfuerza por ser sociable con los mundanos y la servidumbre de la Alianza. Sabe que las palabras dulces pueden ser igual de efectivas que las amenazas. Siempre se muestra tranquilo y educado y guarda los estallidos de cólera para sus enemigos. De momento ha comenzado un acercamiento tentativo hacia la Condesa Ilduara, y aunque él mismo no es capaz de reconocerlo, se está enamorando poco a poco de ella.

A Basiliscus le gustaría imprimir una nueva dirección en la política de la Orden de Hermes. Considera perfectamente normal que los Magos se inmiscuyan en los asuntos mundanos, y considera que ocultándose la Orden se enfrentará a la extinción a largo plazo. Basiliscus cree que los magos herméticos deberían infiltrarse en las universidades y llevar a la sociedad mundana hacia una paulatina aceptación de la magia, limitando en lo posible la influencia de la Iglesia, a la que considera enemiga de los propósitos de la Orden de Hermes. Tiene varios espías infiltrados dentro de la ciudad de Santiago que le informan de los actos y movimientos del arzobispo.

Basiliscus es un joven rubio y atractivo con una figura más propia de un cortesano que de un hechicero. Algunos miembros de la Orden de Hermes murmuran que estaría más cómodo dentro de la Casa Jerbiton que dirigiendo una Alianza perdida en los confines del mundo. Sin embargo, Basiliscus está satisfecho con el apacible retiro y posición de las que disfruta en Finisterre, aunque en ocasiones viaja a Santiago y León para zambullirse en la vida urbana.

Basiliscus es una figura radiante y lo sabe, pero considera su belleza una herramienta más para conseguir sus propósitos. Su cabello rubio y sus profundos ojos azules destacan en un rostro angelical y de apariencia inocente, que inspira calma a quienes le rodean. Le gusta vestir con largas túnicas en azul oscuro y gris, con símbolos astronómicos bordados en plata.

Amalteus, Seguidor de Ex - Miscellanea:

El anciano Amalteus, es uno de los magos más viejos de la Orden de Hermes y muchos creen que se acerca la hora de su Crepúsculo Final. Nacido hace más de 300 años, Amalteus estuvo a punto de ingresar en la Casa Diedne, pero su maestra Aricia correspondió con jocosidad a los avances amorosos de su joven alumno. Amalteus juró vengarse y tras abandonar la Alianza de Finisterre completó su adiestramiento en Ex- Miscellanea. Durante la Guerra del Cisma cumplió sus propósitos de venganza traicionando los secretos de la Alianza de Finisterre a la Casa Flambeau, que como recompensa, le otorgó el control de la Alianza.

Sin embargo la venganza llenó de remordimientos a Amalteus por la muerte de Aricia y sus compañeros y durante mucho tiempo se retiró de los asuntos mundanos, relacionándose con el resto de la sociedad lo mínimamente posible. El adiestramiento de aprendices atrajo su atención durante un tiempo, considerándolo como una forma de huir del peso de su conciencia. Sin embargo, siempre ha sido un maestro muy inconstante, alternando sus períodos de actividad y alegría con melancolía y silencio, y ocasionales arrebatos de furia. En verdad, para tratar con Amalteus es necesario ser muy, pero que muy paciente, y es una labor que pocos han conseguido.

En 1195 Amalteus sufrió un breve Silencio, por lo que decidió dejar el mando de la Alianza en manos del joven Basiliscus, un mago Flambeau que había acudido para estudiar bajo su tutela. Desde entonces se ha instalado en una choza a medio día de camino de Finisterre, pastoreando un rebaño de cabras y haciendo queso, que lleva a la Alianza cada mes (en parte es una excusa para ver a Doña Olalla). Los pocos que han tratado con él en los últimos años creen que poco a poco Amalteus está perdiendo la voluntad de vivir y que pronto uno de los magos más veteranos de la Orden de Hermes dejará este mundo.

A dondequiera que va Amalteus es seguido por un rebaño de doce cabras, que debido a los lugares mágicos que suelen frecuentar han adquirido cierta aura mágica. De hecho, de su leche ordeñada Amalteus es capaz de extraer hasta un peón de vis por Estación. El queso elaborado con la leche de estas cabras en ocasiones provoca extraños efectos, como hacer crecer a los niños, curar enfermedades y hacer salir la barba, por citar algunos. En algunas ocasiones se rumorea que las cabras han llegado a hablar, rumor tal vez fundamentado en la capa mágica de Amalteus, capaz de transmutarlo en un viejo chivo barbudo y apestoso, bajo cuya apariencia se dedica a gastar bromas a los lugareños. Basiliscus en ocasiones ha tratado de que modere sus actos, pero en vano, además, el joven mago todavía le guarda demasiado cariño y respeto a su antiguo maestro para forzarle a que deponga su actitud.

Amalteus tiene la imagen típica de un anciano Mago vagabundo, vestido con una túnica gris con capucha muy desgastada por el continuo uso y los elementos. Su larga barba blanca casi roza el suelo y para caminar se apoya en un cayado de pastor. A la espalda lleva un enorme morral que parece tener mayor capacidad de la que debería (y en efecto, así es, su morral tiene capacidad para abarcar hasta cuarenta jamones sin penalizaciones por carga). Colgando de su cinturón lleva un montón de componentes mágicos y objetos extraños. A menudo aparece de improviso frente a los desconocidos y los invita a un trozo de pan y queso, a la vez que los deleita con una mezcolanza de las mil batallitas que ha vivido con gran expresividad por su parte, y dando la impresión de que está un poco loco. En su fuero interno Amalteus sabe que se está muriendo pero prefiere disfrutar del tiempo que le queda pastoreando sus cabras y charlando con Doña Olalla, la única persona que verdaderamente considera su amiga.

Antón de Flambeau:

Este joven discípulo de Basiliscus anima el ambiente de la Alianza de Finisterre con la música de su laúd y de sus canciones. Frente a la calma y tranquilidad de su maestro, Antón es todo un contraste de actividad y canciones. Ya antes de ser elegido como aprendiz Antón se sentía atraído por la poesía y las canciones de los trovadores que visitaban su pueblo y recorrían los caminos visitando nuevos lugares.

Desde que terminó con éxito el Reto del Aprendiz Antón ha viajado a lo largo y ancho de Galicia y Portugal, adoptando la identidad de un trovador mundano y haciendo numerosas amistades entre los poetas y trovadores de la época. Le encantan las canciones de amor, pero su corazón se vuelve a menudo hacia desenfadadas melodías satíricas y de escarnio, que en más de una ocasión le han obligado a salir corriendo perseguido por alguien que se ha sentido especialmente insultado.

Antón no es muy ducho en las artes mágicas, conociendo la base de todo pero sin destacar especialmente en nada, aunque le gustaría dominar los poderes para controlar el fuego y crear ilusiones. En compensación hace gala de un humor y un ingenio increíbles y se desenvuelve como ningún otro mago en la sociedad mundana, en parte porque ha heredado el talento de su maestro para ocultar la impronta de su aura mágica (Don Silencioso).

Calixta de Jerbiton:

La hermosa Calixta de Jerbiton es una dama de Gerona que desarrolló sus poderes mágicos a muy temprana edad. Afortunadamente, su padre, que había mantenido tratos con la Orden de Hermes, supo aceptar el talento "extraño" de su hija y la puso bajo la tutela de su amigo Carles, un mago de la Casa Jerbiton de la Alianza de Barcelona. Calixta se mostró muy pronto como una discípula dispuesta y asimiló rápidamente las lecciones de su maestro.

Tras superar el Reto del Aprendiz Calixta fue enviada como embajadora a la Alianza de Finisterre, en parte para fomentar el intercambio con la Alianza de Barcelona y para dar una oportunidad a Rosendo de Ex - Miscellanea, un discípulo de Amalteus, que había visto su aprendizaje interrumpido por el descuido de su maestro. Calixta aceptó de muy buena gana pues el viaje le permitiría visitar la tumba del apóstol Santiago y conocer nuevos horizontes.

Calixta es especialmente adepta en las artes mágicas para controlar las plantas y el agua, y cree que su estancia en Finisterre le ayudará a perfeccionar su magia. Basiliscus ha despertado su interés por adentrarse en el conocimiento del elemento del aire y el control del clima.
Desde que llegó a la Alianza Calixta ha trabado amistad con otro joven Mago, Antón de Flambeau, que ha compuesto varias poesías en su honor. Sin embargo, el principal interés de Calixta es visitar la ciudad de Santiago y tal vez con el tiempo establecer su propia Alianza en la ciudad.

DESCRIPCIÓN DE LA ALIANZA DE FINISTERRE:

Descripción externa: El edificio de la Alianza de Finisterre es una esbelta torre trapezoidal de planta cuadrada, construido en granito gris, que se alza sobre un alto acantilado dominando el cabo de Finisterre, frente a una playa pedregosa y un mar oscuro y embravecido, a menudo oscurecido por la niebla. Alrededor de la torre central se encuentran las dependencias de la servidumbre, y en una colina cercana, el fuerte donde se aloja la turba. A corta distancia, en una cala natural, se encuentra el pueblo de Finisterre, un conjunto de casas contruidas con losas de piedra y con el tejado recubierto de paja. En el pueblo hay un pequeño puerto donde se encuentran varadas numerosas barcas de pesca.

Estructura: La base cuadrada de la Alianza está dividida en cinco pisos, unidos por una escalera de caracol con peldaños de piedra construida en el interior de una columna cuadrada central inscrita en el interior del edificio. Sosteniendo la columna desde el interior hay cuatro pilares de piedra huecos situados en las esquinas, y que dan salida a los humos de la chimenea, siendo demasiado estrechos como para que pase un ser humano. Ventanas de piedra con arco románico se abren a intervalos regulares en cada planta.

Planta Baja: En la base de la Alianza se encuentra la cocina, donde impera Doña Olalla. Es una cocina de leña antigua, con numerosos calderos y ollas de hierro ennegrecidos por el frecuente uso. En el otro lado del pasillo de acceso a la Alianza se encuentra la despensa, generalmente muy bien surtida con pescado, carne y vegetales comprados en los alrededores. El resto de la planta es ocupado por un enorme salón-comedor, donde los Magos de la Alianza se reúnen para disfrutar del sustento diario y para llevar a cabo sus discusiones sobre los asuntos de interés. En este salón, cuidadosamente decorado con costosos tapices franceses traídos por Basiliscus, se suele recibir a los invitados. Una chimenea arde alegremente en una abertura realizada en la columna central y un hechizo evita que las llamas se extiendan fuera de la misma provocando un incendio.

Primer Piso: Esta planta está dividida en cuatro habitaciones, reservadas para los invitados de la Alianza. Están decoradas con madera de roble y son lo suficientemente cómodas para contentar a un huésped medianamente exigente.

Segundo Piso: Esta planta contiene las habitaciones de los dos aprendices de la Alianza, situadas a ambos lados de un pequeño rellano. Cada habitación tiene espacio para un pequeño laboratorio.

Tercer Piso: Toda la planta comprende la habitación y el laboratorio de Basiliscus, construidos alrededor de un pequeño rellano. En la habitación hay varias de las curiosidades que ha encontrado en sus viajes, y destacando sobre una repisa se encuentra un laúd, pues la música es una de sus aficiones frustradas. Desgraciadamente para él, en este ámbito su aprendiz Antón de Flambeau lo supera con creces. La puerta está protegida con un sello mágico, que provoca el estruendo de un trueno cada vez que alguien que no es Basiliscus trata de abrirla sin su permiso (Doña Olalla se ha llevado más de un sobresalto). Por otra parte, Basiliscus siente un ligero calambre en sus manos cada vez que esta alarma es activada.

Cuarto Piso: En esta planta se encuentra la Biblioteca de Finisterre, que aunque no se encuentra demasiado surtida en lo que a artes mágicas se refiere, si contiene numerosos volúmenes de interés para los mundanos, entre ellos varios libros sobre gramática, retórica y varios clásicos latinos y árabes. La Biblioteca ha prosperado mucho en los últimos años sobre todo gracias a las aportaciones de Basiliscus, un gran aficionado a la lectura, y al que le encanta todo tipo de libros. Cualquier consulta a la biblioteca debe efectuarse con su permiso.

Quinto Piso: En la Azotea de la Alianza Basiliscus ha dispuesto un pequeño observatorio astronómico, con el que no sólo contempla las estrellas, sino también los alrededores con la ayuda de un potente catalejo de bronce dorado construido sobre una base que puede girarse hasta cualquier ángulo. El catalejo permite varios hechizos de observación. Para mantenerse en buen estado necesita ser recargado con cuatro peones de vis al año. Basiliscus cree que fue construido por los fundadores de la Alianza pero no ha conseguido que Amalteus le diga nada al respecto.
El otro ingenio que se encuentra en la azotea es una veleta de plata con forma de gallo y que recibe el nombre de Atrapavientos. Con este artefacto los Magos "destilan" la magia contenida en los fuertes vientos mágicos que soplan en la costa de Finisterre y la solidifican en un pequeño reciente de cristal, que produce dos peones de vis por Estación. Esta vis es especialmente efectiva para invocar tormentas, facilitando la ejecución de todos los hechizos para controlar el clima.

En ocasiones, cuando el tiempo es especialmente malo, Basiliscus enciende una luz mágica en la azotea para guiar a los pescadores de regreso a puerto.

RELACIONES EXTERIORES:

Para los mundanos la Alianza de Finisterre es la residencia de unos excéntricos astrólogos, que estudian las estrellas por orden del rey de León. Sólo un puñado de personas entre la servidumbre, entre ellas Marcos y Doña Olalla conocen la verdad, y ellos no sienten ningún deseo de perjudicar a los Magos. La Condesa Ilduara también conoce la existencia de los magos herméticos en sus dominios, pero mientras no le den motivos para ello no piensa hablar en su contra. Al fin y al cabo, según cuentan las leyendas, los Magos han ayudado en varias ocasiones a los nobles de Corcubión, repeliendo a los vikingos y a las bestias del mar.

Los Boinas Rojas de la Casa Mercere suelen visitar la Alianza de Finisterre en cada Estación, proporcionando noticias del Tribunal de Iberia. La Alianza más cercana es la de Duresca, en el camino de Santiago, pero Basiliscus no guarda demasiado afecto hacia los Magos de esta Alianza, pues su maestro fue expulsado de la misma por los Quaesitores a raíz del incidente de los Pergaminos de Duresca en 937. Las relaciones entre las dos Alianzas son correctas, y las relaciones no son demasiado estrechas. De hecho, Basiliscus oculta algunos fragmentos de los Pergaminos, y si empeorasen las relaciones con Duresca podría hacerlos públicos y tratar de poner en apuros a los Quaesitores.

Por el contrario Basiliscus ha fomentado los intercambios con la Alianza de Barcelona y Estancia-Es-Karida (Granada). Hasta hace poco mantenía correspondencia con la Alianza de Jaferiya (Portugal), pero desde el Tribunal de 1214 en que los Magos de Jaferiya fueron denunciados como infernalistas ha roto por completo todo contacto con ellos.

Sin embargo, para Basiliscus más importantes que las relaciones con las demás Alianzas de la península son los movimientos del arzobispo de Santiago. A través de sus espías en la ciudad compostelana Basiliscus ha descubierto que el arzobispo mantiene correspondencia con otros importantes líderes eclesiásticos en las que expresan su preocupación por el creciente número de hechiceros y practicantes de la magia. Basiliscus teme que estos rumores sean el inicio a largo plazo de una persecución en regla contra los Magos amparada por las autoridades mundanas. Mientras tanto continúa espiando y espera poder convencer al Tribunal de Iberia de que tome medidas al respecto.

ATRIBUTOS MÍSTICOS:

Hace tiempo la Alianza de Finisterre disponía de varias fuentes de vis en el norte de Galicia, pero varias disputas con la Alianza de Duresca, amparada por la aprobación de los Quaesitores, privaron a Finisterre de la mayor parte de ellas.

Actualmente el suministro de vis de Finisterre procede del Atrapavientos (ver el Quinto Piso en la Descripción de la Alianza) y del mar. Las aguas que rodean la costa de Finisterre parecen estar imbuidas de propiedades mágicas y cada Estación los Magos ordenan a sus grogs que cosechen las algas que son arrojadas por las mareas y que destilan mediante un procedimiento especial que implica su cocción en enormes calderos de plomo. El resultado es una sal verdosa que equivale a 8 peones de vis Aquam por estación.

Tal vez las propiedades místicas de las aguas de Finisterre sean la razón que atrae a tantos monstruos marinos y criaturas míticas a la zona. Sea cual sea la razón de vez en cuando Basiliscus y los Magos de Finisterre salen de "pesca", eso sí, sin alejarse demasiado de la costa, y cuando es productiva suministra varios peones de vis Aquam y Animal.

La Biblioteca de Finisterre no tiene libros mágicos de gran importancia, pues la mayoría fueron saqueados por los Magos Flambeau tras la caída de Casa Diedne, y Amalteus pocas veces ha puesto por escrito las notas de sus hechizos. Basiliscus ha tratado de cambiar esta situación, y aunque ha conseguido grandes avances anotando sus propios conocimientos la biblioteca de Finisterre es mas bien modesta.

La Alianza está protegida con el siguiente hechizo que es un círculo de protección contra los espíritus y hadas del mar.

RECURSOS MUNDANOS:

La biblioteca mundana de Finisterre es similar en modestia a su versión mágica, y la inmensa mayoría de los libros han sido aportados por el propio Basiliscus, consistiendo sobre todo en tratados de astronomía y clásicos latinos. La adicción más reciente es la Crónica Compostelana, un libro que cuenta la historia de los obispos de Santiago hasta el año 1140, y que Basiliscus ha modificado con sus propias aportaciones y comentarios hasta 1220.

Los suministros de la Alianza son pagados en su mayor parte gracias a las aportaciones de Basiliscus, que suele prestar sus servicios mundanos o como astrónomo a los nobles de los alrededores e incluso a los monarcas de León. Aunque fue denunciado al Tribunal de Iberia por interferir con los mortales éste decidió que podía mantener sus actividades mientras no trascendiesen el ámbito mundano ni hiciese uso de sus poderes mágicos.

ENEMIGOS:

Aparte de la desconfianza de los magos de Finisterre hacia los de Duresca y los manejos del arzobispo de Santiago, la Alianza de Finisterre se ha enfrentado desde sus inicios a la amenaza de los duendes marinos que pueblan las aguas. Según las investigaciones de Basiliscus, corroboradas por Amalteus en sus momentos de lucidez, estos duendes pertenecen a un linaje oscuro y corrupto, y parece ser que en época pagana exigían sacrificios a los habitantes de la Costa de la Muerte.

Esta situación cambió con la llegada de los Magos, que sostuvieron encarnizadas luchas con los duendes hasta que consiguieron expulsarlos de Finisterre en el año 927. Sin embargo, los duendes estaban lejos de ser destruidos y se desplazaron hacia el sur, asentándose en los alrededores de la isla de Sálvora. Desde entonces reaparecen en ocasiones y durante muy breve tiempo a lo largo de las costas gallegas, y de cuando en cuando se les achaca la desaparición de pescadores y embarcaciones. Basiliscus y los magos herméticos procuran mantenerlos alejados de Finisterre pero no pueden controlar toda la extensión de las costas gallegas. Basiliscus tiene la impresión de que cada año se vuelven más atrevidos y audaces, y de vez en cuando vigila el mar con su catalejo, sólo por si acaso.

Se dice que hacia el año 1000 un caballero del pueblo de Vilaxoán contrajo matrimonio con una doncella de los Mariños y que de este matrimonio surgió un linaje con sangre mixta, algunos de cuyos descendientes de vez en cuando asumen el aspecto de Mariños y regresan al mar. Basiliscus no ha podido verificar esta leyenda, pero le encantaría conocer más cosas al respecto.

En los relatos locales los duendes reciben el nombre de Mariños, y son una repulsiva mezcla anfibia de hombre y pez, aunque sus mujeres poseen la seductora y mortal belleza de las nereidas mitológicas. Los Mariños son de naturaleza oscura, lujuriosa y cruel para los estándares mundanos, aunque esta opinión no es aplicable a todo el conjunto. Como todos los duendes su naturaleza feérica los hace impredecibles y los mortales temen aquello que no pueden controlar. Supuestamente los Mariños viven en una ciudad sumergida bajo las aguas que recibe el nombre de Duius.

Las aguas de la Costa de la Muerte no sólo alojan a los impredecibles Mariños, sino que los marineros gallegos hablan de extrañas criaturas que se alojan en las profundidades del océano, más allá de donde ninguna nave ha llegado. Las historias de serpientes y dragones de mar, colosales cetáceos y cefalópodos son corrientes entre los lugareños, y de vez en cuando las mareas arrastran hasta la costa el cadáver de alguno de los monstruos que moran en las profundidades para espanto de los habitantes terrestres. Y por si la presencia de los monstruos marinos no fuese suficiente, algunos de los espíritus de los pescadores y marineros que han muerto en las aguas del mar no han encontrado reposo y de vez en cuando reaparecen en forma de fantasmas y espectros llevando el terror a los vivos.

IDEAS PARA NARRACIONES EN FINISTERRE:

-Un ladrón ha entrado en la Alianza durante la ausencia de Basiliscus y ha revuelto la torre de arriba abajo. Una posterior investigación señala a los Quaesitores como culpables del incidente, tratando de hacerse con el Pergamino de Duresca que se encuentra en poder de Basiliscus.

- Una sirena se acerca a las costas de Finisterre y se encapricha de un joven pescador. Basiliscus no se fía de las intenciones de la sirena y ordena a los personajes que la mantengan vigilada. El problema se presenta cuando aparecen varios Mariños que se oponen al romance de su hermana y tratan de ponerle fin matando al joven pescador.

-A través de su catalejo mágico Basiliscus descubre la existencia de unas islas al oeste, en la que puede haber enormes depósitos de vis. Basiliscus cree que ha descubierto las cumbres de la desaparecida Atlántida y prepara una expedición para explorarlas. El problema es que las islas resultan ser una fortaleza para los duendes…
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)

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Re: Escenario: La Alianza de Finisterre

#2

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 15 Jul 2019, 15:24

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Re: Escenario: La Alianza de Finisterre

#3

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 15 Jul 2019, 15:26

Haciendo el post no he podido evitar acordarme de miña terriña de adopción:

https://www.youtube.com/watch?v=BI-Q8yBoV2o
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