[AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

Moderador: Jebediah_Gogorah

Ishani (Ilitia)
Cultista del éxtasis

Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#11

Mensaje por Ilitia » 11 Ene 2020, 10:36

Lang, Zargueo e Ilitia avanzaban con paso firme entre las calles poco transitadas de la periferia. El cielo se encontraba en ese punto en el que varios colores anunciaban la llegada del atardecer, el sol se difuminaba por el efecto del polvo y la contaminación. Las diecisiete torres Watts emergían poco a poco entre la ligera neblina de humedad.La valla deteriorada por el paso de los años y la falta de mantenimiento dibujaba el perímetro en el que se adentraría.

Ishani sentía a su compañero como siempre, su aura interna no había cambiado y, para ojos expertos, seguía siendo él. Tan solo cuando le miraba a los ojos lograba sentir un respingo en el pecho. -Menuda metamorfosis, es casi...real- pensaba fascinada viendo cómo su compañero había adoptado la imagen de Coopeland. Lamentaba haberse perdido el ritual pero no esperaba tan buenos resultados y además había supuesto que la intimidad le ayudaría a concentrarse. La cultista tenía cierta tendencia a retirarse que, en realidad, reflejaba su propia necesidad de buscar la soledad que le ayudaba a concentrarse en sus ritos.

Sin mediar palabra, los tres llegaron al encuentro con Michael,Rick y Testuo. - ¿Qué le has hecho a esos chavales?- le dice Ishani con media sonrisa pícara al askático. Por lo visto Testuo no tenía ningún reparo en usar sus habilidades ante cualquier oportunidad, ella en cambio, era más reservada. -Este chaval es el mejor detonante- pensó para sus adentros, reconsiderando la posibilidad de ser más abierta y hacer un uso mayor de su poder. Los recientes acontecimientos le habían hecho ver la represión y el miedo con el que afrontaba el uso de la magia en público.

-Ya estamos todos, ¿tenéis algún plan? Entremos cuanto antes- comentó mirando a los integrantes de la cábala.

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Enerien
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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#12

Mensaje por Enerien » 11 Ene 2020, 15:55

A Michael le cogió por sorpresa ver al supuesto secuestrado andando tranquilamente con Lang, pero antes de saber qué estaba pasando allí, un escalofrío le recorrió la espalda al ver al grupo que acompañaba a Tetsuo llegar a la escena. Lo último que necesitaban era montar un follón antes siquiera de encontrar la forma de entrar en las instalaciones de la tecnocrácia... bueno... si es que esto era necesario porque supuestamente tenían que buscar a Copeland.

"Pero que demonios está pasando aquí"

Antes de que le diese tiempo a decir una palabra Lang ya estaba a su altura y Tetsuo y sus compañeros se detenían al lado de su coche.

- Como de costumbre todo parece normal, nada hace pensar que aquí haya nada más que un parque, ningún movimiento extraño, al menos que yo haya podido descubrir. He paseado por los alrededores y no he encontrado indicios que me indiquen que pueda tratarse de una emboscada. Sin embargo, - Michael se vuelve hacia las torres y empieza a señalar para que Lang se haga una idea de lo que había encontrado - si que he podido confirmar cómo hay un gran flujo de energía que se mueve en torno a las torres, lo que confirma nuestras sospechas. La puerta está cerrada con un simple candado y no he podido detectar ninguna cámara o sistema de vigilancia, claro que eso no quiere decir que no estén ahí, solo que los habrán escondido bien.

Hizo una pausa para que su interlocutor asimilase toda la información, estaba acostumbrado a hacer reportes de este tipo debido a su formación militar así que la dió sin pensar siquiera.

- ¿Me he perdido algo? - dijo señalando a Copeland
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Jebediah_Gogorah
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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#13

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 11 Ene 2020, 17:49

{ https://www.youtube.com/watch?v=JOKn33-q4Ao - Maggot Brain by Funkadelic }

El latino, visiblemente sobrepasado por la actitud beligerante de los asiáticos, hizo un gesto con la mano para que sus colegas fueran retirándose. Su ego varonil y herido le hacía mirar de vez en cuando por encima del hombro, mientrás abandonaba los alrededores del parque como un perro con el rabo entre las piernas.

Los muchachos de Tetsuo miraron a su líder, visiblemente decepcionados ante la falta de camorra para la que ya estaban preparados. Sus caras eran un poema mientras se miraban unos a otros sin entender nada de lo que acababa de pasar. Luego intentaron atar cabos y se dieron cuenta que Kojima se iba a encontrar con aquella gente extraña con la que a veces se citaba, y con la que medía su comportamiento, casi como con los adultos del dojo.

Tras las pertinentes explicaciones del clonado aliado, decidieron, con el último rayo de sol golpeando la más alta de las diecisiete torres, entrar. Concordaron, que los seis amiguitos del joven akáshico se quedarían fuera para vigilar y entrarían si Tetsuo San lo necesitaba con un simple "toque" a sus Dispositivos Personales.

El candado y la cadena, no significaron ningún escollo, inundándoles un raro sentimiento mezcla de extrañeza y desilusión. Dieron varias vueltas a la estructura sin comprender donde podía estar la entrada hasta que concordaron que debería estar allí. En una pequeña bajada de apenas tres escalones, con un fuerte olor a orin y basura acumulada. Una puerta metálica casi tan ancha como larga, apenas podía verse en la penumbra de los últimos brillos del cielo de la tarde, y de los primeros reflejos de la luna en la noche. Junto a la puerta, sobre el ladrillo, una pequeña compuerta parecida a la que los farmacéuticos antaño, servían las medicinas fuera de turno. Una pequeña y arcaica cerradura la mantenía cerrada. Nada, que una simple proeza de fuerza y un poco de maña no impidiera reventarla con un golpe seco, y generar la sonrisa del hermético Lang, al ver, como tras aquel velo metálico, se disponía un dispositivo de seguridad consistente en un visor ocular. Tal y como el alemán había imaginado. Zagreo no tardó en comprender, que debía apoyar su barbilla sobre la amoldada peana que le permitía acomodar su cara y que el lector leyera cada uno de los recovecos de su iris y pupila, cotejar aquellas lecturas contra la base de datos y permitir o negar el acceso.

Se hizo el silencio en el grupo. Tanto que se escuchaba como los amigos de Tetsuo jugueteaban dando patadas a una lata en el exterior. Aguantaron la respiración, mientras les asaltaban dudas de si funcionaría o no la metamorfosis del cultista o de quien podría estar esperandolos allí dentro. Dudas que se disiparon más pronto que tarde, cuando la cerradura de la puerta les devolvió un zumbido intenso y prolongado, hasta que se empezó a abrir poco a poco con una cadencia misteriosa, permitiéndo ver un largo, recto y sobre todo oscuro pasillo.

Una corriente de aire helada les dio la bienvenida. Un bofetón de frescor y silencio que aumentó sin dudas su tensión. Decidieron avanzar como jóvenes aventureros, en fila india y con la máxima atención que la oscuridad o la luz de sus dispositivos les permitía ver.

Pero pronto se dieron cuenta de que había algo raro. ¿Cuanto más podría extenderse aquel pasillo?. ¿Porque aquella rendija de luz al fondo parecía hacerse inalcanzable?. Cuando quisieron darse cuenta era demasiado tarde.
Imagen El primer cambio que notaron fue bajo sus pies. El ladrillo dio paso a la sonora gravilla bajo sus pasos. Instintivamente habían mantenido los ojos cerrados, como si esperaran un inminente golpe, pero el puro y limpio aire y el olor a húmeda tierra les motivó a abrirlos con pausa.

Allí se encontraban ahora. En un lugar remoto. Un camino gris de gravilla custodiado por altos y descuidados cipreses, que al mecer del viento, cuyo ruido y el de los graznidos de los cuervos parecían ser la única banda sonora, parecían abrazarse creando casi una bóveda verde y natural con sus copas. Un camino en medio de la campiña abrazandos por una fuerte e ingrávida niebla que apenas permitía ver a unas pocas decenas de metros. Lo justo para ver una pequeña mansión victoriana al fondo del camino, donde deshojados y carentes de frutos árboles parecían alzar sus ramas implorando calor a un ausente sol. La humedad se pegaba a la piel queriendo golpear y asentarse en los huesos, haciendo que casi a todos os castañeasen los dientes.

Probus y Lanbg enseguida se dieron cuenta de que pasaba. Sus miradas se entrelazaron dudosas al ver entre el grupo al puzzle humano que ahora mismo era Zagreo. Un ojo de Copeland y otro de Artis. Su piel moteada como la de una vaca, con parches mulatos y otros blanquecinos como la leche. Su pelo se alternaba rubio y moreno por doquier... Las miradas de Rick y Lang se volvieron a cruzar asintiendo sin hablar la común de sus sospechas... Al fin y al cabo ¿que mejor método de seguridad que mandar a los curiosos visitantes a otro plano?.
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Tetsuo Kojima (Toxizer)
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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#14

Mensaje por Toxizer » 14 Ene 2020, 16:25

https://www.youtube.com/watch?v=lwpFpF9-MVk- Devilman Crybaby opening

" Por todos los dioses misericordiosos, ¿ Que ha ocurrido? A penas he pestañeado y hemos aparecido aquí. Debe ser uno de los Mil Infiernos de los Reyes Yama, Mr. Wong ya me aviso de que podía terminar aquí si no cambiaba mi actitud. Pero entonces... hemos muerto, quizás esos cerdos nos han disparado con un láser o algo. Lo que no entiendo es que hacen todos aquí, son unos cabrones pero suponía que los cristianos iban a su infierno cuando palmaban. Mi pobre padre, se va a llevar un disgusto. Espero salir pronto de aquí y poder reincorporarme a la Rueda"

Todo el grupo queda unos minutos en silencio, silencio que rompe Tetsuo. El chico lanza unas serie de golpes a la niebla que les rodea y chilla.

- ¡ BAAAAKKKAAAAA! - unas lágrimas resbalan por su mejilla - Ya está, esos tipos han ganado, disfrutad de esta mierda de infierno y llevad cuidado con los oni. Yo voy a ver si encuentro el alma de alguna jovencita guapa, nos vemos.

El confuso akáshico se dirige hacia la casa.

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Pagliacci
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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#15

Mensaje por Pagliacci » 14 Ene 2020, 17:36

https://www.youtube.com/watch?v=bglyrp3l0Rg

El hierro oxidado del candado se partió con descuido, sin ser más que una conveniente mascarada para las verdaderas medidas de seguridad que ocultaba. Cuando el destello verdoso del escáner ocular recorrió el iris de Zagreo, el alemán no pudo sino guardar un ceremonial silencio, un fracaso supondría un rápida activación de todas las alarmas y perder la oportunidad de rescatar al cosmonauta con casi total seguridad. Pero aquel zumbido de despresurización que la puerta emitió al abrirse calmó sus inquietudes y el hermético no pudo menos que darle un golpecito en el hombro al colibrí, afectuosamente.

La corriente de aire frío que le dio la bienvenida parecía arrastrar una voz cruel, Lang caminó lentamente, protegiendo con la palma de su mano la llama de la cerilla que prendió al entrar en el corredor. El fósforo casi arrojó más sombras que luces a su paso, mientras el judío musitaba el canto de la revelación, atento a la presencia de cualquier sigil oculto en las paredes. Decepcionantemente, aquel solo era una pasillo más, un gélido pasillo hacia la nada.

Sin embargo, pasado un tiempo inmensurable, la luz que se filtraba entre sus dedos comenzó a retorcer las sombras en ángulos imposibles, estaban abandonando las tierras de la piel, adentrándose en el limbo de los insustancial. La presencia de los cipreses y el graznidos de las cornejas mostraron el carácter funesto del duat en el que se adentraban, la hechicería de Zagreo se destejía, al perder su conexión con la tierra que la había alimentado y una niebla espesa calaba sus huesos. Lang sonrió, él era la niebla, el hermético medraba en la confusión y el dolor, él era el manto blanco del brujo y el misterio de lo invisible.

Entre la bruma se entreveía una mansión hacia la que dirigió corriendo Tetsuo entre incomprensibles alaridos. El nigromante quedó anonadado ante sus lágrimas y dejó en silencio que se alejara. Al resto les dijo:

-Nos hemos adentrado en el inframundo, el limbo, la umbra. Id con cuidado, pues este mundo es un reflejo del nuestro, un reflejo frío y muerto, lleno de secretos y mentiras, un refugio perfecto para los proscritos y los hechiceros.-El pater parecía saber a qué se refería, quizás ya había visto algún ánima en su oficio o había tratado de exorcizar a un fugitivo de aquel tártaro más allá -El Duat es un mundo onírico, en él los símbolos cobran significado y auténtico poder, nuestros miedos adoptan forma y nuestros sueños corpus. Incluso los árboles hablan con crípticas advertencias- dijo mientras la bruma parecía acariciar las hojas de los cipreses- y nada es que lo que parece a simple vista.

De regreso a las tierras del sueño, nuevamente recorriendo el camino de baldosas amarillas, su mujer se ocultaba en algún lugar más allá de su alcance, más allá de su vista, más allá de la niebla.

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Enerien
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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#16

Mensaje por Enerien » 17 Ene 2020, 18:24

"Maldita sea, sabía que no podía ser tan sencillo"

Tras cruzar la verja sin mas y dar con la entrada Michael metió la mano en el interior de su gabardina y desabrochó la pistolera por si tenía que hacer uso de ella, sencillamente no estaba preparado para lo que estaba a punto de ocurrir. En un abrir y cerrar de ojos pasaron de estar en un pasillo interminable a estar en un camino rodeados de cipreses. El crujir de las botas sobre la gravilla le hizo bajar la mirada hacia el suelo que estaban pisando.

"Pero que demonios...." Fue todo lo que le dio tiempo a pensar, aún no se hacía a la idea de dónde se encontraba cuando Tetsuo y Lang dieron sendas explicaciones.

Para Michael todo aquello era una nueva experiencia, nunca había visitado la Umbra con anterioridad, todo lo que sabía de aquel lugar eran los conocimientos que su mentor le había transmitido. Todo le era familiar y extraño al mismo tiempo. El calor de su cuerpo escapaba sin que su gabardina pudiese hacer nada por remediarlo, el frio y la humedad le estaban helando los huesos.

Michael contempló al resto del grupo, tras la descripción de Lang, lo último que le apetecía era pasar mucho tiempo en aquel lugar. Tiempo del que por otro lado no disponían si querían salvar a Copeland y el secreto que guardaba.

- Alguna idea de cómo salir de aquí? - Michael mira todo a su alrededor, buscando la entrada por la que había llegado hasta aquel lugar aunque sabía que no estaría allí, el instinto es el instinto al fin y al cabo.

El grupo empezó a dirigirse hacia la mansión lentamente al ser lo único visible.
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Rick Probus (DarkOsca)
Cyberpredicador

Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#17

Mensaje por DarkOsca » 18 Ene 2020, 21:07

https://youtu.be/a8EJ3ZV-J-o Radiohead - Creep for violin and piano

Hasta ahora el pater se ha dejado llevar por la Cábala. Nada de esto iba realmente con él. No sentía nada. Su camino del héroe dejó de tener sentido cuando se dio cuenta de que nunca había sido un héroe y de que, seguramente, su camino no llevaba a ninguna parte. Pero la vida le obliga a continuar, continuar continuar. Las voces en su cabeza nunca se callan, sólo hay una manera de callarlas, pero hoy no será el día en que haya que hacerlo o quizá sí...

-Michael, hijo, no vas a tener que usar eso. Aquí no funcionan.

Lo primero es determinar en que punto de la Umbra se encuentran1. Dependiendo de eso las leyes regidoras imparten unas normas u otras. Como siempre que atravesaba la Celosía, su ser experimentaba un cambio interno completo. Sus dependencias físicas dejaban de embriagarle. Tenía, una especie de claridad que le permitía realizar el siguiente paso, aunque este paso le llevara, irremediablemente, a un pozo de oscuridad.

-Dejad que me sitúe, dadme unos minutos, sólo unos minutos.

El pater se despoja de sus vestimentas, se queda sólo con una cruz de plata colgando en el pecho. Comienza a realizar símbolos arcanos en el suelo del camino que lleva a la mansión. Realmente no parece ser tierra, parece que sus dedos sólo remueven a las sombras pero los símbolos van tomando forma 2.
► Mostrar Spoiler
[roll=147]5d10>8[/roll]

Intentar comunicación con espíritus. Areté DIF 8.

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Percepcion + Consciencia a dif 7

[roll=149]5d10>7[/roll]
Última edición por DarkOsca el 19 Ene 2020, 19:57, editado 1 vez en total.

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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#18

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 18 Ene 2020, 22:05

{ https://www.youtube.com/watch?v=WEQnzs8wl6E - Fade to Black by Metallica }

Vuestras voces resonaban como en el eco de un desfiladero, dando la sensación de que aquel camino de cipreses llevaba a una mansión en el acantilado. En vuestro foro interno os creíais gritar, pero vuestras palabras llegaban totalmente acolchadas. Un rumor constante y casi molesto de olas rompiendo contras las rocas os llegaba a los oídos, pero no la brisa marina, ni el sabor de la sal. Más bien parecía el sonido de una gran ola que chocaba en bucle contra una enorme plancha metálica, casi como un húmedo gong eterno.

Todos los elementos parecían perfilados por un rotulador que marcaba su contorno en negro, y a medida que Tetsuo avanzaba desesperado hacia la mansión, vuestra visión se iba llenado de un tono sepia que lo empezaba a inundar todo. Un rayo negro cayó del cielo, pero en vez de desaparecer se quedó congelado en el ocre cielo, como si aquellos secos árboles se unieran con sus manos y el rayo fuera sus raíces invertidas y viceversa. El hasta ahora ausente sol dejaba verse, pero el cuerpo celeste mostraba un iris verdoso y vigilante que lejos de irradiar, parecía llenar de sombras aquello a donde dirigía su voraz mirada monocular.

Los cipreses seguían meciéndose con un viento azaroso que los movía a cada uno en una dirección distinta, permitiendo barrer la niebla que empezaba a acariciar el suelo gravilloso, queriendo anudar con sus fantasmagóricas garras, los tobillos de los Despertados.

Tetsuo fue, con su cansada carrera, pues se sentía oxidado y poco ágil, el primero en llegar a la mansión. La madera no solo pareció crujir sobre sus pies, sino que literalmente, tuvo que moverse con destreza para no caer sobre los propios agujeros que en los peldaños iba creando. La puerta, con su mayordomo invisible, se abrió antes de su paso. El akáshico, antes de decidir si entraba o no solo en aquella desconocida casa de la colina, se percató de lo único que veían sus ojos en la entrepuerta. Un par de escaleras... Una amármolada y engalanada, con una aterciopelada alfombra granate que se alzaba hasta un hipotético piso superior, y otra oscura y sin lustre que se adentraba en una también hipotética planta baja. Y en medio, un reloj grande de cuco, cuyo pendulo solo cumplía medio ciclo. Volaba hacia a la izquierda, volvía a su centro, para volver hacia su lado siniestro. En su esfera, los números parecían alternase entre diferentes formatos sin sentido y sus agujas giraban indistintamente. No era un cuco, sino un búho.

Los símbolos del desnudo párroco, se fueron desvaneciendo como el que pinta en la espuma. Los símbolos se recorren a la inversa, llenos de vida. Del trazo más nuevo se va borrando hasta el más viejo, frustrando al propio pater. Enseguida supo que algo mermaba sus capacidades, y entendía que por ende, la de sus compañeros de cábala. Aquello llevó a Probus a entender que debían estar en algún reino de la umbra astral. No era un gran experto, pero en los tomos antiguos que se agolpaban en el subsuelo de la Crystal Cathedral del Coro, había leido algo sobre la "Vulgatta", pero no podía adivinar a ciencia cierta si se trataba de lo mismo. Quiso creer que sí, para así consolarlo, pues supo que Diácono Salvatore, volvió de su pecaminoso viaje con su bitácora llenas de historias que plasmar en aquellos volúmenes.

La extrañeza que les rodeaba podía ser, o tal vez no, reflejo de la enorme miscelánea de todos sus paradigmas y personalidades.
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Zagreo (Artis Herran Walker) (PeteryPan)
Bailarín anti-tecnológico

Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#19

Mensaje por PeteryPan » 19 Ene 2020, 09:55

No le gustaba nada el alarde mágico que hacia aquel pequeño ninja callejero a la mínima oportunidad, pero, por una vez, Zagreo agradeció la velocidad con la que solucionó el problema… pese a que el problema lo había causado precisamente la presencia de su séquito. Borró la preocupación acerca de ese asunto ya zanjado en cuanto vio que la banda de latinos se marchaba. Ahora venía la parte más complicada y sencilla del plan: comprobar que la metamorfosis visual era lo suficientemente profunda y completa como para engañar a una máquina o a cualquier control tecnócrata que se encontrasen. Notaba que el cambio de cuerpo le influenciaba mentalmente, provocándole una inquietud que él, de forma habitual, no sentía. La debilidad de este nuevo cuerpo lo mantenía en un desasosiego constante.

Cuando atravesaron la verja un ligero cosquilleo le recorrió la base del cráneo, como un aviso sutil y etéreo de que estaban entrando en una zona que escondía mucho más de lo que se podía ver. Observó, en aquella escalera corta, estrecha y sucia como Lang, sin problemas, rompía la barrera mundana que los separaba de su objetivo. Luego, la verdadera prueba quedaba al descubierto. Tragó saliva y se acercó, respirando con intención de mantenerse lo más alerta posible y preparado para lo peor. Su cuerpo estaba tenso. El frío metal le rodeó el contorno del ojo y una luz enfermiza invadió la visión de su ojo derecho. Durante un eterno segundo el tiempo se ralentizó y un zumbido in crescendo retumbó en sus oídos como si fueran tambores de guerra. Zagreo entonó un cántico internamente, pidiendo protección y salvaguarda. Cuando el zumbido llegó a su clímax el cultista pensó que el plan había fallado y que un arma letal lo desintegraría en un instante. Pero el momento no ocurrió y la puerta, entre quejidos, se abrió. Relajó todo su cuerpo y dejó escapar la tensión acumulada en un sonoro suspiro, pese a que aquello no había hecho más que empezar.

Un claustrofóbico y eterno pasillo se extendía ante ellos, entrada a la guarida de sus acérrimos enemigos. Las dudas lo asaltaban por doquier: ¿cómo iban a defenderse ante todo el personal de una base tecnócrata? ¿cómo llegarían a su objetivo? ¿cómo saldrían? ¿y si el sistema, pese a dejarles entrar, ya había detectado una incongruencia en que Copeland hubiera solicitado entrada? La longitud del corredor no hacía más que nutrir sus vacilaciones. Se sentía tan vacío de referencias, de asideros en los que agarrarse mental y emocionalmente en aquel lugar inerte… Una luz al final, cual profecía de sus propias muertes, los esperaba, infinita. Su cercanía relativamente le empujó a cerrar los ojos, pues la extensión de aquella estructura sin obstáculos le animaba a ello. Pese a no hacer frío, Zagreo sudaba.

De repente sus pies notaron un cambio de textura en el suelo y se detuvo, alarmado. Al instante en el que abría los ojos, confuso, sintió como algo dentro de él se comenzaba a desenlazar, como una cuerda cuyo nudo se deshace por falta de tensión. Un profundo mareo que le subió por el estómago le hizo quedarse quieto en el sitio, mientras la visión etérea que se presentaba ante ellos lo confundía aún más. Aquello era… irreal. Zagreo lo sabía, pero más por el cambio brusco de contexto y por el aspecto desvanecido de la imagen que por otra cosa. Realmente, aquel paisaje hipnotizaba al cultista. Era como estar en un sueño lúcido, un sueño sobre un pasado mítico que él añoraba dentro de su alma. Aquellos cipreses, aquellos campos, la misma gravilla que significaba que no había asfalto, aquella mansión… Y el olor. El olor era lo que más lo revitalizaba, pese a la sensación de desconexión que sentía, esquizofrénicamente, por dentro. Aquel olor a tierra mojada le recordaba a los invernaderos de su fiel amigo y amante, recuerdo ahora empañado con la última conversación que habían tenido. Los graznidos de aquellas aves, sorprendentes para el cultista, sonaban distantes, como descompasados. Todo aquel paisaje estaba como mal regulado, como mal coordinado con relación a una sola cosa: los cipreses. Para el adepto, aquellos árboles rezumaban energía, un verdor etéreo, una fragancia hipnótica. Era la primera vez que veía cipreses y, pese a la irrealidad sutil que fluía por todo el lugar, aquellos árboles parecían sólidos y reales. Escuchaba, acolchadas, las palabras de sus compañeros, pero él avanzó, sin resistencias, hacia uno de los árboles más cercanos. Quería olerlo, quería tocarlo, intentar sentir algo proveniente de aquel ser. Unas olas con un eco metalizado sonaban en lo profundo y un graznido acompañó la melodía. Zagreo, ajeno al moteado de su piel, acercó un brazo hacia las hojas escuamiformes de aquel árbol.

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Re: [AD] Escena: 05.a - Diecisiete torres y un solo cielo

#20

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 20 Ene 2020, 20:58

El tacto con la hoja es áspero, pero lo que más sorprende a Artís es que ésta pierde su poco verdor para tornarse en un gris a su toque. Seguidamente, la hoja se destruye como un papel en una brasa, con su borde candente. Se consume en segundos. La rama que las sostiene se retrae cómo un brazo dolorido.

Entonces, Zagreo se da cuenta de su piel cambiante. Las manchas blanquecinas en su piel dorada empiezan a moverse como con vida. Entiende que debe buscar pronto una salida. No sabe si la permanencia en aquel lugar pudiera afectar su patrón para siempre. Aquello sería horrible.
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