[AD] Interludere III

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Jebediah_Gogorah
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[AD] Interludere III

#1

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 17 Feb 2020, 16:23

{ https://www.youtube.com/watch?v=oFGpa19Ggus - Venice Queen by Red Hot Chili Peppers }
“If you tell the truth, you don't have to remember anything.” .. -Mark Twain
El mar entregaba millones de microplásticos con cada ola que rompía sobre la eterna orilla de Venice Beach. El agua mantenía la acidez que hacía poco recomendable el baño y que en su interior, como una emponzoñada bolsa de muerte, envenenaba a toda su fauna. Sin embargo, había algo que la contaminación no podía borrar y era aquella estampa bucólica del mar batiendo contra la playa, sobre todo en aquellos dorados atardeceres angelinos con las gaviotas pareciendo flotar ingrávidas frente al sol que moría en el vasto horizonte. Donde las palmeras intentaban rascar el cielo malva, con las vetustas y cascarilleadas casetas de salvamento rompiéndo el armónico paisaje con sus siluetas negras.

Era allí, donde, de la nada, aparecía Venice Queen. Era allí, donde, Circe "La Hechicera", tu mentora y tú, intercambiabaís saetas de sarcasmo sobre el futuro inmediato e irónicos reproches sobre el pasado más remoto.

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La llamaban Venice Queen porque nada se movía en en barrio vecino de Santa Mónica (donde la Orden tenía su punto de encuentro) sin que ella se enterara. Ni siquiera aquellas criaturas de la noche de las que te habían hablado alguna vez durante tu instrucción (Concretamente, en tu segundo año de academicismo hermético, en la asignatura de "Massasas y otras criaturas de Teluria") eran capaces de hacer nada a espaldas de la Reina de Venice.

La llamaban Venice Queen por Venice Beach, pero los más osados hablan de que en realidad su nombre venía de la ciudad Italiana de Venecia, donde siglos atrás había escapado desconociendose el motivo, tras hacerse con el control de la ciudad de las góndolas con sus tejes y manejes. No le hacía falta manejar los entramados políticos, no necesitaba hacer gala constantemente de los poderes herméticos, ni siquiera usar sus armas de femme fatale. Tan solo su encanto y su magnetismo. Su aura de sabiduria y su hipnotizadora mirada.

Tenía muchos nombres y apodos, pero solo respondía para bien por Circe, y para mal por "La Hechicera". Siempre pensaste que fuiste tú quien la buscaste activamente, quien por medio de un contacto de otro contacto, en aquellas reuniones del club de lectura, en los coloquios sobre filosofía y ética, en aquello simposios donde los enigmas cada vez pasaban a ser más complicados y eliminatorios... te fuiste acercando a ella. Luego comprendiste que solo fueron meras pasarelas que había tendido para que llegaras a ella. -"Existen pocas motivaciones más ciegas que el amor puro." - solía decirte con descaro ante la necesidad que sentías en traer de vuelta a tu amada esposa.

Caíste en sus encantos, como todos. Tanto, que temiste haber desterrado la luz de Berenice de tu corazón, cosa que lejos de aliviarte te hundió en el más absoluto de los horrores. Al tiempo, ella, con su mirada feroz, se sentía cómoda con el control que ejercía cada vez más en ti. Sus labios negros no dejaban de acribillarte a preguntas sobre la Tyrrell a las que respondías de la manera más diplomática que podías. Como los poderes de la hechicera homónima de la mitología griega, durante casi un lustro, te convirtió con su varita invisible en su perrito faldero. Ella te enseñó cosas que se apartaban de la regía guía hermética, te mostró la otra cara de las Mi'as, te adentró en la Praxis Antinomiana, y te acompañó en la búsqueda del vellocino de oro por otros reinos del umbra, repitiendo la misma odisea que los Argonautas... Te sentiste el mago más afortunado de toda la orden, pero a la vez que tu iluminación mística prosperaba, paradójicamente, más complicado te parecía el regreso de Berenice, y más largas te daba tu mentora.

Luego llegó Miles, y él ocupó tu puesto. Y sentiste una furia celosa que primero te dieron ganas de matar. Howard pasó, durante un tiempo, a ser el objetivo principal de tu ira. El nuevo aprendiz, se había convertido en el óbice de tu relación con tu mentora, que lejos de frenar el conflicto, disfrutaba con ello, y aprovechaba cualquier ocasión para azuzaros como gatos arrinconados. Aquello no consiguió el efecto deseado, sino que pareció ser palos en las ruedas de vuestra relación, y tras el duelo por la pérdida asumida de Circe, el recuerdo de Berenice llegó más fuerte que nunca con una luz que ahora parecía no poder apagarse con nada. Estabas convencido, con o sin la ayuda de tu mentora, a traerla de vuelta...

Al mismo tiempo, sus palabras te martilleaban la sien... - "Nunca serás libre". -
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)

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Re: [AD] Interludere III

#2

Mensaje por Pagliacci » 21 Feb 2020, 16:45

https://www.youtube.com/watch?v=N7DNRWn30YQ



La hora del atardecer a la que los pájaros elevaban el vuelo sobre un tapiz anaranjado le hacía estremecerse de belleza, sus débiles sonidos se elevaban como un coro majestuoso sobre el batir de la espuma contra la playa. Eran aquellas las únicas criaturas libres en la colmena que se había convertido en su prisión. Lang lloraba tímidamente, avergonzándose de sí mismo, de su debilidad. Un tintineo metálico lejano acompañaba los pasos de Lang, su respiración era profunda, audible, lenta, llenaba sus pulmones del aire salado. La coreografía de las aves era perfecta, aquellas anónimas criaturas se movían con una fluidez que recordaba al movimiento de las mareas. Sic mundus creatus est. El magíster Barlow había cazado un búho, la rapaz se retorcía moribunda entre los dientes del felino y dos gotas de sangre caían entre sus perforadas plumas.

Las palmeras de Venice Beach se extendían hasta el más allá, como si en aquel sueño la playa diera paso a un bosque y la ciudad se hubiera desvanecido. El alemán le dedicó una sonrisa al felino, su custodio, su guardián, el símbolo de que Circe le seguía protegiendo y vigilando, su carcelero onírico. Los pasos de los zapatos del hermético siguieron retorciendo la madera bajo sus pies. Lang se acercó a unas lentes bifocales dispuestas para observar los diminutos barcos que atravesaban el mar de ácido. No había ni un alma en el muelle, salvo la acechante presencia de Circe y su lacayo. El judío deslizó una moneda por aquel antiguo aparato, los cristales estaban sucios por el abandono, la sal y el polvo acumulado. Se inclinó levemente, estaba dispuesta a la altura de un niño, y oteó el océano crepuscular.

La lente le devolvió una sombra plateada, la risa de su mujer y el golpeteo de los cascos desnudos del equino sobre la arena. La bestia tenía los ojos negros, como los de Berenice, su mirada transmitía sabiduría y compasión, era la mirada de un ser humano. De su cráneo surgía la espada de la voluntad, como un haz de luz, como un rayo de esperanza.

Lang retiró la mirada del aparato, Barlow había dejado de jugar con la grisácea lechuza y había comenzado a abrirla en dos con sus uñas afiladas. Las gaviotas seguían bailando en el cielo, surcando las cálidas brisas de aquel paisaje veneciano. “Nunca seré libre”, pensó una vez más. Tomó aire profundamente, volvió a fijar su mirada en las lentes, el unicornio se desvanecía dejando tras de sí una estela lunar. Estamos condenados a ser libres, pensó, haciéndose eco del existencialista francés. Saboreando la paradoja de aquella sentencia, condenados a ser libres, la libertad es un castigo ineludible, la maldición divina de la conciencia y el libre albedrío.

-¿Sabías que cuando los búhos mueren, echan una bola de pelo por el pico?- le dijo al depredador que le seguía.

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Re: [AD] Interludere III

#3

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 22 Feb 2020, 18:47

{ https://www.youtube.com/watch?v=rn_YodiJO6k - Otherside by Red Hot Chili Peppers }

El sueño era recurrente. Cada maldita noche donde la caida era inevitable. Intentabas agarrarte a los invisibles bordes de un pozo mientrás la gran sombra del crucifijo caía sobre tu figura, llenandolo todo de oscuridad. Un cuervo portaba la cruz entre sus garras y la dejaba caer sobre ti. Lejos de aplastarte se transformaba en luz que te salvaba del impacto.

Siempre era lo mismo, pero siempre se añadía un pequeño detalle. En aquel paisaje árido y remoto de troncos negros con ramas retorcidas y deshojadas a la ribera de un río de papel de plata, y nubes de auténtico algodón sucio. Donde los pájaros se movían con movimientos articulados y autómatas, girando su cuello hacia tu presencia, y clavando sus ojillos negros de botón sobre ti. Aunque supieras al dedillo lo que te encontrarías, siempre observabas donde estaría el cambio.

Con tu fuerza omnisciente te movías a través de las paredes y de las puertas, en casas de piedra donde moraban aquellas almas que no habías podido salvar. Ánimas carentes de fe con rostros alargados de tez desfigurada. Sus barbillas se derretían hasta el suelo, mientras hacían tareas cotidianas como remover una taza de te o lavar la ropa. Espíritus de angustia custodiaban sus puertas y te negaban con férreo rostro el acceso... Rick Probus no era nadie para traerlos de vuelta. Ánimas carentes de fe y condenadas al abismo, para los que la salvación sería negada.

El enorme e insalvable muro de piedra negra era el final del camino. Aquello te indicaba que el sueño estaba acabando. Buscabas con ansía la pista final, pues allí ya estaban dispuestas todas aquellas que ya tenías recogidas en anteriores viajes. Una foto, un libro, un pañuelo rojo, un rosario... y ahora un broche de nácar. Los elementos permanecían desordenados en tu cabeza, pero todos te resultaban familiares... sin duda, recuerdos de un pasado incompleto. De cuando Rick Miller no era importante ni para sí mismo. Tu voluntad y tu corazón, hacía tiempo que se había puesto de acuerdo con tu cerebro para rellenar aquellos huecos en las lagunas de tu memoria. Si de verdad Probus quería forjar su palabra cristiana con los valores de la verdadera fe, necesitaba un pasado consistente, y no una simple burda inventada por un aspirante a novelista.

Sabías que ibas a despertar cuando sentías que el alzacuellos iba a asfixiarte. Como apretado por una mano invisible, poco a poco iba obstruyendo tu laringe. Y entonces despertabas. Siempre en la misma postura en aquel mullido y usado sillón orejero. Con el chato vaso vacío entre tus piernas. Tus dos manos despiertan siempre apoyadas sobre tus muslos con el dorso hacia arriba. Tu cerebro tardaba unos segundos en recuperar el control de su cuerpo. Quizás por eso, y porque desaparecen como una impostora miodesopsia, nunca le dabas importancia, a algo que se leía sobre ellas. Un desvaneciente estigma gramatical que rezaba: "Memento mori"
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Re: [AD] Interludere III

#4

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 24 Feb 2020, 23:11

{ https://www.youtube.com/watch?v=TJ3wpws62sw& - Lure the Wolf by Tyler Bates and Joel Richard from John Wick OST }

- ACCESO DENEGADO - rezaba la pantalla por vigésima sexta vez. El puño de Tec9 golpeaba la mesa, dentro de la angosta furgoneta aparcada en la trasera de edificio del Ayuntamiento de Los Ángeles, concretamente en Spring Street. Pero la primavera en la vida de Tetsuo habia dejado paso a un verano de fuego en las entrañas, un otoño de lágrimas secas y ahora un invierno de fríos sentimientos, como la venganza. Y allí estaba él, encerrado con aquel gordo paralítico amoral, dueño de un bar de tanto renombre como mala fama. Allí, cerca del edificio del Nuevo Orden Mundial... desoyendo los consejos de su padre de huir de la senda de la vindicta.

Aquella moralina le sentaba demasiado mal al joven doista... al que poco le importaba en aquellos momentos los caminos del do y de la rectitud. Y no entendía como su padre retraía aquellos sentimientos en vez de vengar a su esposa... a su madre, que había dado todo por ellos. En cambio, dedicaba su día al sake y al entrenamiento.

- Me cago en tu descendencia, pataditas... para estas putadas si que no contactas con el jo'puta de Mochi Jones... ¿no?... Tiene que venir el tio Tec9 ha sacarte las castañas del fuego... - habla a Tetsuo sin despegar la vista de las varias pantallas que cuelgan del lateral de la furgoneta, y mucho menos, sin parar de teclear - No sé con que cojones de peña te estas metiendo, pero esta gente sabe poner las cosas complicadas... nunca se me había resistido tanto un acceso de seguridad. - Tragaba saliva de manera sonora. Su papada parecía presionarle la nuez de alguna manera que hacía que sus respiraciones fueran audibles. - ¿A quien coño le has venido a tocar la polla, pequeño saltamontes?... - Tetsuo, dejando atrás su habitual charlatanería, estaba nervioso. Y se mantuvo en silencio. Su mano temblaba cerca de la oreja, dispuesto a presionar el intercomunicador, y dar la señal. - Voy a probar un último script que tengo aquí, y si no... tú y tu pandilla de chinorris os podéis ir mucho a tomar por c... - La pantalla, cambia bruscamente de color. Del rojo del acceso denegado, que se reflejaba en las minúsculas gafas de Tec9 haciéndolos brillar como los ojos de satán, al verde del acceso concedido. - ACCESO CONCEDIDO - Voilá, jo'puta... suerte ahí dentro, pataditas... papá se las pira.

Los golpes en la pared de la cabina por parte de Tec9 coincidieron con el arranque del motor, con la señal por parte de Kojima y con la apertura de una patada del acceso trasero al edificio por parte de Goji. Tetsuo corrío por la calle pareciendo una sombra hasta unirse a su banda. En aquellos apenas doscientos metros le dio tiempo a todo. A pensar en todo. En su padre, en la locura que estaba a punto de cometer, y lo que casi nunca hacía... en las consecuencias. Pero entonces, otro pensamiento lo nubló todo, como aquella niebla densa que ya nunca se iba de L.A. El recuerdo de Yuri, su madre... de su clínica llena de sangre... de como aquellos cabrones a los que iba a intentar joder, lo habían tapado todo con una versión que encima dejaba a su progenitora como una loca homicida. Casi a punto de llegar, las lágrimas se secaron contra el pasamontañas.

Dentro del edificio se movieron rápido, intentando buscar la máxima información que pudieran necesitar para joder a cualquiera de aquellos cabrones manipuladores, rompiendo todo lo que se encontraba a su paso... el tiempo que la primera alarma, y el tope de gallardía, les brindó. El desastre fue importante, pues todos sus colegas del Siburan no se habían cuestionado un segundo la lealtad a los Kojima. Pero más pronto que tarde, el sonido aullador de las alarmas, los fue espantando guiados por el miedo. Eso, y las luces encendiéndose como un túnel fásico de muerte junto a los displays de los ascensores que hablaban de un pronto encuentro para el que no estaban preparados (tal vez tan solo el propio Tetsuo), asi que todos salieron como ratones liberados.

La misma efervescencia juvenil alimentada por la venganza, le había impedido realizar un buen plan de huida. Desde la muerte de su madre y la dejadez de su padre, había dejado de lado el camino de la rectitud y las cosas bien hechas, atrayendo un nuevo modo de vivir basado en la improvisación, el liderazgo y el respeto a través de la intimidación y el miedo. Aunque su naturaleza y su educación mantenían un corazón lleno de bondad y respeto por la familia, la ausencia maternal había sido cubierta por aquella especie de nueva familia, dispuesta a hacer todo por él, prácticamente sin condiciones.

Así que al salir, solo pudo tirar de lo primero que se encontró. Una de las motos de la pandilla. Se maldijo porque no era un buen conductor, y menos de aquellas versiones niponas que intentaban mantener el clasicismo con la modernidad, otorgando una serie de ayudas tecnológicas necesarias de activar y que contribuían un auténtico desafio para un ignorante como él. Tras arrancar analógicamente la moto, sintió el calor de los focos perseguidores en la espalda... pero si algo tenía claro Kojima, es que prefería morir estampado contra un muro que caer en manos de aquellos tipos sin conciencia. Así que abrió gas, y se recostó sobre la moto de manera casi profesional, mientras el viento despeinaba con fuerza su pelo... Un coche de limpieza iba con parsimonia por el cruce, siguiendo las estipuladas normas del tráfico rodado que le daban preferencia en la vía. Ahi vió su oportunidad, y aunque el asustado conductor del vehiculo municipal asustado aceleró para evitar el choque de manera totalmente contraproducente, pudo esquivarlo con una maniobra totalmente digna de un piloto profesional.

El vehiculo tecnócrata no tuvo la misma suerte, y a pesar de levantar el vuelo, la parte inferior del vehiculo chocó contra el techo del pequeño coche de limpieza, haciendo que girara de manera que con sus luces se asemejara a una bola de discoteca, que alumbraba todas las fachadas de los aledaños. Pronto, tras una conversación con su padre, sabría como lo había conseguido.

La respuesta del Nuevo Orden, fue la antítesis de la forma pasional de hacer las cosas de Tetsuo. Fue de una forma mucho más sutil. Una subida injustificada de los impuestos del Dojo, un par de visitas de Sanidad, un par de rumores sobre el coronavirus Covid-21... y en poco más de un año, Ryu de Okinawa, el último maestro del estilo de kárate Kyokushinka, estaba en la más completa de las ruinas.
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Tetsuo Kojima (Toxizer)
Gamberro Akáshico

Re: [AD] Interludere III

#5

Mensaje por Toxizer » 27 Feb 2020, 21:16

- ¡Dojo Kojima, vengan al único dojo especializado en kyokushinkai! - gritaba Tetsuo mientras repartía folletos por Alameda street - ¡Dojo Kojima, dojo Kojima! A la mierda.

" Menuda pérdida de tiempo, desde que la Tecnocracia empezó a tocarnos los huevos no se acerca nadie por el dojo. Menos mal que contamos con el apoyo de la Hermandad, Natsumi y los otros han sido de mucha ayuda en estas semanas tan jodidas"

[ Pataditas, ya tengo lo tuyo. ¿ Tienes tú lo que acordamos ? ]

" Tec9 es un cerdo, pero es un puto genio"

[ Gracias Jo'puta, tengo tus fotos de upskirt y downblouse de mis compañeras más buenorras ]

[ No sé de qué me hablas ]

" Jajaja qué paranoico es, no se relaja ni en un canal encriptado. A ver si Goji se invita a algo"

El akhásico se dirige a un local de pachinko perteneciente al Yamaguchi-Gumi. En la puerta saluda a un reconocido matón de la yakuza que suele vigilar este garito. Antes de entrar ya puede oler el olor a tabaco, y oír el ruido incesante de las maquinitas. En el fondo está Goji jugando a un pachinko de Castlevania, se sobresalta cuando Tetsuo le pone la mano en el hombro.

- Joder Tetsuo-chan, no me entres por la espalda, no sabes cómo podría reaccionar.

" ¿ Reaccionar? Debe ser el yakuza más empanado de L.A."

- El otro día me estaba deshaciendo de algo en el río y la volví a ver

- ¿ A la mujer rata? - dice Tetsuo con escepticismo.

- Si tío, te lo juro - da una una calada - ¿ Llegó eso, lo de Tec?

- Si, mañana iré a recogerlo. Deberías dejar de pulirte la pasta en esto y ahorrar para comprarle algo a tu novia rata.

- Capulllo - el joven gángster echa otra moneda.

- Voy a casa a cenar. Si quieres ramen instantáneo eres bienvenido.

- Gracias, pero Sasuke ya me trajo unos takoyakis. Andate con ojo con los Red Furies, están rabiosos por lo de la figurita que robaste junto a tus coleguitas.

Tras deambular un rato por el barrio, Tetsuo se decide a entrar en el hogar familiar. En la sala de estar se encuentra a su padre, medio sobrio, jugando al Go con Konoe Mae. Les saluda y se dirige a la cocina para calentar el ramen.

" Siempre hay un atisbo de esperanza"
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#6

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 27 Feb 2020, 22:08

{ https://www.youtube.com/watch?v=jNEqMsrZ17M - La neige au Sahara by Anngun }

-... y nieve en el Sahara - responde Govinda -... si puedes pensarlo... puedes hacerlo. Pero debes tener cuidado. Nuestra voluntad debe seguir la senda media de la discreción y el disimulo, pequeña... o esa horrible realidad consensuada sacará sus garras forjadas con impostoras creencias. - Ishani aun era una flor que se estaba abriendo en un nuevo mundo de luz que nada tenía que ver con la que hasta hacia tiempo alumbraba a Charlotte. Los colores habían explosionado en mil millones de colores más y los olores venían cargados de especias indescifrables.

Apenas hacía cuatro meses, estaba repartiendo flyers en una discoteca donde se encontró a Govinda. ¿Que hacía un maestro de yoga tántrico por los sitios más pecaminosos de Rodeo Drive? Solo había una respuesta: Destino. Ahora, la mariposa Ishani había salido del capullo de Charlotte y descubría los beneficios del yoga y los secretos de la meditación. Cada día al lado de su maestro era un constante aprendizaje. Un profundo devenir de dudas y certezas que vertiginosamente le encogían el estómago... ¿que era aquella realidad más real que la primera que estaba descubriendo ahora?... ¿Por qué le era negada a otros?... y lo más importante... ¿por qué había grandes poderes fácticos empeñados en ocultar su existencia?...

Ni la primera vez que cruzaste la calle sola. Ni la primera vez que montaste en bici. Ni la primera vez que dormiste fuera de casa. Ni la primera vez que no sentiste la presencia de mamá y papá. Ni siquiera cuando empezaste la secundaria o cuando perdiste la virginidad. Cuando él se fue por primera vez sentiste el mayor de los miedos. Una mariposa en medio de su metamorfosis, obligada a levantar el vuelo.

Sus palabras resonaban aún en tu mente, mientras sentias el pánico de la orfandad mística. "-Si puedes pensarlo... puedes hacerlo... nieve en el Sahara"- La primera vez que Govinda se fue, nevó en Los Ángeles. Y tú nunca habías visto nevar...

A más de doce mil kilómetros, la mano arrugada y tostada de Parvani se abre al sol y un copo de nieve se deshace rápidamente en cristalina agua que gotea infinitamente, sobre el terroso suelo del pueblo.

If your hopes scatter like the dust across your track
I'll be the moon that shines on your path
The sun may blind our eyes, I'll pray the skies above
for snow to fall on the Sahara
If that's the only place where you can leave your doubts
I'll hold you up and be your way out
And if we burn away,
I'll pray the skies above for snow to fall on the Sahara
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#7

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 08 Mar 2020, 17:47

{ https://www.youtube.com/watch?v=5-MT5zeY6CU - Moonlight sonata by Beethoven }

El grifo expulsaba su cristalino chorro de agua al paso de la mano temblorosa de Michael. De sus nudillos destrozados emanaba sangre que se fusionaba con la de su víctima, y teñían de rojo el impoluto lavamanos. Entre los dedos, la marca casi perenne del crucifijo, que había mantenido entre sus manos mientras lo golpeaba... hasta acabar con su vida.

Miró al espejo y vio su cara de gesto casi parsimonioso, y temió por un momento dejar de ser un justiciero por haberse convertido en un asesino... ¿quien sabía la verdad?... ¿y si tomarse la justicia por su mano y no dejar que fuera Dios quien los ajusticie... tambien fuera pecado?. El espejo se mete en su ojo, y desde él a los recuerdos de ese momento.

Como cada Navidad, visitaba el orfanato católico de St Mary's. Ver las caras de aquellos niños desconocidos alegres ante los regalos que Michael les dejaba bajo el árbol, aunque aquello significara quedarse sin blanca, era una bendición del Señor. Además, visitar al Sacerdote Pattison, su amigo militar reconvertido a sacerdote, siempre era una buena excusa para pasar por el orfanato, aunque fuera una vez al año. Al poco rato, con el olor del chocolate caliente, y el frío angelino intentando entrar por las ventanas del orfanato, decenas de luciérnagas robóticas de colores volaban por el centro, manejadas desde sus pulseras por unos eufóricos crios.

Todos jugaban, salvo un niño que permanecía en un rincón, tendido sin hablar, y con su regalo aún empaquetado. Su posición fetal ya indicaba un gesto natural de defensa, que se acrecentó ante la inminente llegada de Johnson, pese a las insistencias de Robert para que lo dejara tranquilo, mientras iba a por unos tés a la cocina. Un rápido examen del crio encendió las alarmas justicieras de Michael. Unos moratones en sus muñecas. Un segundo examen más profundo en el baño, hundió su alma en la más dolorosa y oscura de las decepciones. Tras las lágrimas de miedo, y el cálido abrazo de un niño desconocido vino la confesión.

La tetera sonaba en la cocina, como el expreso de medianoche llegando a su última estación, cuando el furioso Michael entró en ella. Robert ya adivinó en su cara la confesión, cuando puso sus manos por delante de él intentando mantener la distancia con el justiciero. Michael sostenía un crucifijo entre sus dedos, con la cruz de la justicia divina sobresaliendo entre sus nudillos. El agua de la tetera se desbordaba como la sangre del rostro de Pattison que se introducía por los tablones del parqué de la cocina. Así, era Michael Johnson. El sentido de la justicia por encima de cualquier amistad... aunque aquello también le doliera.
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Re: [AD] Interludere III

#8

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 10 Mar 2020, 16:21

{ https://www.youtube.com/watch?v=1wULJgK8is0 - If you tolerate this by Manic Street Preachers }

Artís vagaba por las calles mojadas de la ciudad. La madrugada empezaba a caer como el propio rocío. Y era en esas horas bajas de defensa y estima, cuando deseabas volver a sus brazos. Su perfume, su piel, su emplazamiento floreado, vuestro sexo y la aurora, te hacían sentir en plena comunión con tu lado más humano. Entre tanto silicio, acero, asfalto y cristal... nada era superable para Artís al toque humano. La cálidez de la mano de un hermano, el abrazo de un amigo, el beso de un amante... eso era algo inimitable, incluso para la mega-corporación Tyrrell. Jamás podrían encontrar en sus fórmulas el clon perfecto a la genuina alma humana.

Por eso, avispado por una noche de baile, drogas y alcohol, buscaba en la morada de Mathius el descanso del guerrero. Su mejor amigo y amante, llevaba tiempo con extraños cambios de humor que hacían tambalear la química existente entre los dos, y las noches de lujuria y pasión acababan en mañanas de recelo y discusión. Pero como en su particular dia de la marmota, cada noche, el orgullo se iba diluyendo como los efectos de las sustancias alteradoras de conciencia que había tomado, y pensaba que ya encontraría respuestas al día siguiente. Ahora solo deseaba olerlo, besarlo y tocarlo. Vivir por unas horas en aquel particular oasis creado a semejanza de su particular e imaginario paraiso. ¿Cuántas veces había ensayado la manera de pedirle un paso más en aquella relación?... ¿Cuántas veces había esperado que saliera de él?... ¿Y si aquel comportamiento raro era precisamento por su falta de valor?... Estaba decidido... era el momento. Aquella noche, alba o mañana, le diría todo lo que sentía... y habría un nuevo capítulo que escribir.

Cómo siempre, en el ascensor se acicaló para dar la mejor versión de su capa más superficial. Ana María, la sempiterna y dulce sirvienta, que parecía no cansarse nunca de las manías de su jefe, ni de sus extraños horarios, abrió a Artis e le invitó a pasar hacia el Jardín, mientras el olor del café invadía la casa. Aquello le extrañó en demasía... era demasiado temprano incluso para el madrugador griego.

A medida que Zagreo se acercaba al jardín, escuchó voces, que le encogieron la boca del estómago. No eran nada, y aceptaban la promiscuidad sexual, como parte del juego. Pero no podía evitar que aquellos sentimientos le compungieran. La cara de Mathius no mostró el brillo habitual al verlo, sino un gesto de sorpresa intercalado con miedo, que demostró recogiendo rápidamente un anonicubo del centro de la mesita redonda de mármol en que además descansaban dos tazas de humeantes infusiones.

Frente a él, un chico jóven con una especie de toga gris totalmente desacorde con la moda actual. Tiene una larga melena rubia de rastas (que incluso parece adornada con pequeñas flores) y una poblada barba, de un rubio más oscuro. Tiene los ojos claros que hace que en conjunto, Walker, lo asocie a una persona centroeuropea o nórdica. Lejos de provocarle celos, su aura de magnificiencia y sabiduría le invadió, pareciendote incluso eclipsar la magnética personalidad de Mathius. Se acercó a Zagreo y le estrechó la mano, sintiendo el bienestar automático de la cálidez humana... aquella que cada noche buscaba.

- Encantado de conocerte, Zagreo... - seguidamente lo sobrepasó y se dirigió a la salida. Artís, aún absorto, cayó en la cuenta que aquel apodo era algo que desconocía Mathuis, y que aquel extraño no se había presentado. Cuando consiguió salir de aquel embrujo, se giró, pero solo le dio tiempo de ver como el extranjero se marchaba, mientras las plantas del pasillo se levantaban a su paso, como una improvisada plegaria.

The future teaches you to be alone
The present to be afraid and cold
"So if I can shoot rabbits then I can shoot fascists"
Bullets for your brain today
But we'll forget it all again...
And if you tolerate this then your children will be next
-Manic Street Preachers, If you tolerate this
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)

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