[AD] Escena: 07 - Omega

Moderador: Jebediah_Gogorah

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Jebediah_Gogorah
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[AD] Escena: 07 - Omega

#1

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 06 Abr 2020, 14:46

{ https://www.youtube.com/watch?v=OwLP-6hZV-U - Resistance by Muse }

I've seen things you people wouldn't believe.
Attack ships on fire off the shoulder of Orion.
I watched C-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate.
All those moments will be lost in time, like tears in rain.
Time to die.
-Roy Batty, Blade Runner
La infernal e infinita carretera parecío no acabar nunca. El boggie tampoco se mostraba especialmente ágil ni rápido fuera del desierto, sobre todo con aquel peso en su chásis. El camino se volvió más tortuoso al internarse en las montañas. Las sinuosas sendas llenas de curvas y repechos se mostraron a veces casi insalvables para el vehiculo. La ubicación no debía estar lejos. Si las lecturas del GPS del coche de Michael eran precisas como la memoria de todos, el lugar estaría tras descender por el valle.

Efectivamente, tras interminables caminos y cuando estabáis convencidos de que os habíais perdido, apareció la ruta precisa para llevaros al destino. Justo cuando caía la tarde, con algunos recordndoos el ocaso en Malibú, el sol empezaba a caer por las montañas chatas del otro lado del valle, una vastísima extensión de terreno encajada entre montañas y desfiladeros en forma de roma corona. En su medio cuerpo visible, empezaba a tránsitar la silueta de Mercurio, casi como si el astro rey pudiera pestañear por un segundo.

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Abajo en la enorme meseta, una perfecta malla de telescopios y antenas en perfecta cuadrícula, romboide desde vuestra casi cenital vista, que parecían todas observar el fenómeno cósmico. El frío de la tarde, tal como había advertido Zagreo había empezado a abrazaros ya desde las montañas y dejaba atrás el calor desértico que hasta más allá del mediodía os había acompañado.

No os sería díficil encontrar a los Eureka!, pues uno de los telescopios de la parte central, emitía un visible halo de luz entre azulado y verdoso que oteaba el cielo, y en su abertura final, abría un agujero en el cielo que permitía ver el cosmos con su manto de estrellas, como si los ciclos de noche y día no le afectaran. El movimiento de este rayo apenas parecía visible, e incluso parecía danzar con el movimiento de Mercurio. Cómo fuere, y desde la distancia, varias personas en el telescopio parecían afanarse en diversas tareas por el enorme mecanismo de visión.

No era necesario concentrarse ni meditar, ni mucho menos usar la iluminación mística para percibir el enorme poder que allí se estaba concentrando. Además, algunos habíais jurado ver como los perros negros, rabiosos y sedientos, os habían seguido en vuestro camino.

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Desde lo lejos os fue relativamente fácil ver lo que pasaba, los que os dejó caer la posibilidad de que también pudieráis haber sido vistos. En la plataforma metálica más elevada del suelo, atados de pies y manos sobre unas planchas que los mantenían erguidos, aparecían varias personas en ropa interior. La distancia no os permitía ver sus rostros, pero un rápido conteo os devolvió que el número encajaba con la cifra de desaparecidos que visteís en la guarida de la amalgama.

Para Lang sin embargo, la distancia no fue óbice para oler aquel perfume de vanidad y arrogancia, y el medio litro de gomina que acicalaba aquel pelo azabache que parecía eternamente mojado. Su rostro lampiño de facciones marcadas. Su vestimenta también de un impoluto negro. Y como no, su sonrisa de superioridad y vehemencia. Langdon Acy... el destrozador de sueños, el asolador de Metropoli... y bajo su yugo, atado a una cadena como un vulgar perro, con un rostro ajeno a cualquier voluntad y mostrando un enorme agotamiento, alguien que manejaba los controles del enorme telescopio... alguien que sin conocerlo, ya os era familiar a todos... Sean Copeland... o lo que quedaba de él...
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)

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Zagreo (Artis Herran Walker) (PeteryPan)
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#2

Mensaje por PeteryPan » 08 Abr 2020, 17:07

Aquella situación navegaba entre lo surrealista, lo cómico y lo lamentable. En aquel coche modificado, trabajado por unas manos enloquecidas que se reflejaban en cada detalle (y en el olor), la Cábala a la que pertenecía Zagreo se mantenía como bien podía cada uno, con un ánimo que no era precisamente festivo y con un aspecto lejos de ser el mejor en el que los había visto. Arena, sangre, desgarros en la ropa, cansancio, melancolía... no hacía falta tener aptitudes mágicas para percibir cierto gris sobre sus compañeros. El cultista mismo se sentía hambriento (¿dónde estaban los fideos que había devorado la noche anterior? ¿o fue hace más?), sediento, agotado y dolorido, frustrado por no haber podido ser de más ayuda en la lucha a muerte que habían vivido. Cabeceaba cada pocos minutos, hasta que un movimiento demasiado brusco de su cabeza lo volvía a despertar, sólo para ver que la misma carretera infinita seguía delante de ellos. Con el paso del tiempo, optó por iniciar un poco de conversación que amenizase el viaje y les aportara cierta calidez humana.

- No sé vosotros, pero yo tengo un hambre y una sed importantes. Espero que lo que estamos buscando no esté muy lejos de esas montañas, pues con el estómago rugiéndome soy nefasto como compañero de aventuras... ¿Cómo lo lleváis?

------

Una vez en las montañas, el sueño había desaparecido, apartado por la alerta y la preocupación a la pérdida del camino y a lo peligroso de la senda. El cultista recuperaba el ánimo poco a poco, aunque su cuerpo se quejaba por las condiciones en las que se encontraba: postura sostenida, heridas, quemaduras del sol... Los labios resecos le escocían y la poca saliva que generaba en su boca poco podía hacer para hidratarlos. La sombra de los picos fue bien recibida.

Cuando llegaron al otro lado, la visión lo dejó impactado, mezclándose sorpresa, admiración y miedo a partes iguales, sin poder evitar soltar un "joder" en voz alta. Lo que sus ojos veían y su estómago sentía le empujaba a no acercarse a aquellas antenas que escrutaban el espacio infinito, especialmente a aquella que parecía rasgar el cielo con un poder antinatural, propio de sus enemigos. Se irguió en el chasis, buscando una mejor postura para visualizar aquel espectáculo. Se colocó la mano a modo de parasol y miró a la lejanía, no sólo a la impresionante escena de Mercurio pasando por delante de un anaranjado (y mucho menos molesto) Sol, sino también a lo que era su próximo y cercano destino, del que emanaba una energía que intranquilizaba al cultista.

Cuando estuvieron suficientemente cerca, ver a aquellas personas maniatadas cual sacrificio humano le heló la sangre. Aquella mezcla de tecnología punta, astronomía antinatural y ritualística cruel superaba cualquier capacidad de imaginación. Era como ver a científicos de bata blanca encender un telescopio con sangre humana, sustituyendo los gritos y la danza por datos matemáticos y protocolos. Se estaban metiendo en un lugar peligroso, demasiado, incluso para ellos. Era el momento de dar el máximo.

Sin pensarlo, comenzó a tamborilear cerca de su oído, con el dedo índice de la mano que tenía agarrada a una de las barras del chasis, un ritmo que conocía bien, que solía utilizar cuando quería entrar en el flujo de lo que él llamaba "lo que es, no es o puede llegar a ser". El contexto era muy diferente a su santuario: sin música, sin silencio, sin tranquilidad, con hambre y sed, con nerviosismo... pero estaba totalmente convencido en hacerlo, necesitaba hacerlo, por él y por todos. Toda ayuda era poca en aquellas circunstancias. Bucearía en el tiempo, para ver qué futuro podría acaecer sobre aquella antena gigantesca.

Cerró los ojos, intentando olvidarse de lo que le rodeaba y le distraía, mientras permanecía agarrado al coche, que seguía serpenteando hacia el final del viaje.
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Última edición por PeteryPan el 11 Abr 2020, 17:18, editado 1 vez en total.

Tetsuo Kojima (Toxizer)
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#3

Mensaje por Toxizer » 08 Abr 2020, 17:15

https://www.youtube.com/watch?v=uQxaElCYv7E - Cowboy Bebop - Real Folk Blues

Desde que escaparon de los moradores del desierto, Tetsuo había estado taciturno. Agarrado al metal caliente del boogie sin abrir la boca y pensando en lo ocurrido.

" Me he dejado llevar por la furia, el tipo era un hijo de puta pero creo que los disparos de Michael lo habrían neutralizado. No lo recuerdo bien, pero fijo que en algún escrito daoísta leí algo sobre mantener el control. Cuando todo esto termine debo centrarme, cambiar mi vida y no joder mi karma. Meditaré, terminaré el curso y haré más caso a Mr. Wong. Cuento con buenos nakamas, menos mal que Zagreo controla las artes curativas "

- Gracias colega- respondió a Zagreo - ahora mismo tengo el estómago revuelto, pero cuando volvamos a la civilización te voy a invitar al mejor ramen del mundo.

Al llegar al campo de antenas.

- ¿ Notáis la energía que sale de ese cacharro? - mira fijamente su destino - ¿ Algún plan para acabar con esos capullos? Solo veo a uno que parece controlar , y a varios encadenados. Si ese tío está solo, no creo que dé muchos problemas - anda con confianza y cuando ve el rostro serio de Lang le pregunta - Ey, señor Lang, ¿ Conoce a ése?

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Pagliacci
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#4

Mensaje por Pagliacci » 10 Abr 2020, 14:13

https://www.youtube.com/watch?v=UDCP-3RsOfM


"Comprendí entonces de una manera imprecisa, al lado de mis impenetrables compañeros, que existía una comunicación de desconocido a desconocido, que había una solicitud, una petición y una respuesta aun en las más lejanas y apartadas soledades de este mundo." Pablo Neruda.




Las montañas fueron un cambio agradecido por el hermético, su pueblo ya había vagado por el desierto lo suficiente, los vientos helados que esculpían las laderas montañosas de Nevada le mantenían despierto. La cercanía del último capítulo de su historia se cernía sobre ellos, su andadura tocaba a su fin, casi podía acariciar la contraportada de aquella odisea, mientras las pocas páginas que quedaban se deslizaban entre sus dedos.

Las inmensas instalaciones que se abrieron ante su vista en las horas del ocaso les hicieron ver que habían alcanzado su destino, el Área 51 tal vez, la base tecnocrática en la que las almas de una docena de prisioneros se preparaban para el sacrificio. Las antenas parabólicas eran como cálices dispuestos a recoger las lágrimas del cielo, copas de luz, recipientes para los reflejos de un Hermes crucificado entre las estrellas.

Los chacales les seguían, perros negros de mandíbulas sedientas de realidad, sus colmillos goteaban consenso y oscuridad, sus ojos emanaban un odio incontenible hacia la brujería, como si aquellos fueran los mastines de un viejo inquisidor. Sabuesos de Tíndalos, la prole de Cerberos, los asesinos de Karanak. Eran como buitres a la espera, al acecho de la carnicería que se iba a desatar.

Pero en cuanto el noético detuvo su mirada en Langdon, el resto dejó de importarle. Allí estaba el causante de sus miserias, el responsable de sus infortunios, el hombre cruel e impasible que había provocado la muerte de su mujer. El alemán apretó el acelerador y el boogie se dirigió directamente hacia la infame criatura. Detestaba su arrogancia, su éxito, su falta de escrúpulos, pero por encima de todo, odiaba en qué le había convertido.

Las palabras de Tetsuo rompieron su ciclo de pensamientos y el Hermético levantó el pie del acelerador:

-Lo conozco, ese ser es el responsable del Proyecto Artificialis Deos, del secuestro de Coppeland y… de la muerte de mi esposa y mi hijo- Lang detuvo el boogie en seco- Que dos de vosotros cojan este trasto y se encarguen de sacar de aquí a los rehenes.

Lang no quería señalarlos directamente, pero creía que el lugar de Zagreo e Ishani no estaba plantándole cara al tecnócrata, así que les dirigió una mirada suplicante, alguien de la cábala tenía que sobrevivir. No sería él. El hermético recogió la ballesta e introdujo un virote, el arco se tensó con un quejido correoso. Echó a andar. Su traje destrozado y ensangrentado ya no se distinguía demasiado del harapiento manto de Erebus que cubría sus espaldas, en su rostro se leía la venganza y de sus ojos caían las lágrimas.

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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#5

Mensaje por PeteryPan » 11 Abr 2020, 17:26

La Madre hacía oídos sordos a su llamada. El sonido infernal de aquel motor ahogada el golpeteo de sus dedos sobre el metal, la sed de su garganta drenaba cualquier intento de concentración, sus ojos, secos, no conseguían ver otra cosa más que dudas, miedo y fracaso. Tal era la ansiedad del cultista por conseguir ver algo que pudiese darle una ventaja a todos ellos que estaba siendo castigado con la ausencia de respuesta, con la dolorosa indiferencia de la Gran Madre. No estaba a la altura de aquellas circunstancias. La noche infinita y negra que, atroz, se mostraba en el desgarrón celeste que provocaba aquel aparato gigantesco lo miraba, juzgándolo con dureza. Sus ánimos temblaron, a punto de marchitarse en aquel desierto de posibilidades.

Cuando el boggie se detuvo las palabras de Lang le llegaron agridulces, confirmando su papel fuera de cualquier plan de ataque, pero con una utilidad que, al menos, aportaba salvación y futuro a aquellos atrapados en el firme y descarnado abrazo de la Tecnocracia. Miró a su compañera de Tradición, esperando ver en sus ojos la fuerza que a él comenzaba a faltarle.

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Jebediah_Gogorah
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#6

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 11 Abr 2020, 18:14

{ https://www.youtube.com/watch?v=2W_G3xmSGfo - Comptine d'Un Autre Été from Amelie OST }

Tras la negrura que dejaba el abandono de la Madre, llegaba lo peor. Las dudas. Esas que te encogen el estómago y te dejan sin aliento. Zagreo solo necesitaba tiempo, el mismo que intentaba escrutar.

Aún permanecía de rodilas sobre el suelo, viendo como pequeños remolinos en la tarde, jugueteaban con la arena en las yermas laderas de la montaña. Los graznidos de las aves se entremezclaban con los sonidos metálicos de la infraestructura militar. La ausencia de un parámetro vallado les hizo conocer que no estaban en la conocida y ya oficialmente desmantelada Area 51. Aquello era otra cosa. Otro tipo de instalación, donde las medidas de seguridad apenas parecían importantes.

Apenas media docena de guardias deámbulando por el global de la instalación, armados con fusiles de asalto e intercomunicados, y a los que había que añadir los miembros de Eureka que pululaban como satélites alrededor de su lider. Claramente éstos últimos se habían percatado de la presencia de los magos, si bien era casi imposible que conocieran de su condición mística... sólamente que tal vez fueran los primeros espectadores del primer testeado del Proyecto Artificialis Deos...

Zagreo continuaba en el suelo, angustiado ante la sensación de abandono de su magia... justo cuando más la necesitaba... ¿estaría pagando el esfuerzo y la osadía de realizar tareas que hasta ahora le eran ignotas como la sanación de terceros?. Cómo fuera, la pena le oprimía el pecho... pero entonces la primera imagen llegó a su mente, y luego otra y luego otra. Flashes capaz de enloquecer al más cuerdo al ritmo de las notas de un piano, y que como toda su magia, envolvía con el imperecedero abrazo de la música.

El total de la imagen se fue componiendo en su consciencia y lo que arrojó le compujo nuevamente el corazón. Lang yacía con los párpados cerrados y la inequivoca mueca de la muerte... Luego vino el fuego que parecía rodear todo cuanto podía mirarse. Y finalmente, cuando las imágenes vuelven a fundirse al negro, las teclas de la bella armonía del piano se entremezclan, hasta hacerla desaparecer, con el inconfundible sonido de cascos de caballo al galope.

Cuando abrió los ojos, ya parecía que el judío había avanzado presto a enfrentarse a su destino, no sin antes haberle dejado las precisas instrucciones, para ser ahora él, el que truncaba los planes de tan vanidoso proyecto.
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Zagreo (Artis Herran Walker) (PeteryPan)
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#7

Mensaje por PeteryPan » 12 Abr 2020, 09:52

- ¡¡Nooooo!!

Aquel grito quebrado salió sin permiso, pero sin obstáculos, de su garganta. El brazo en alto, la cara desencajada por la locura y la desesperación, la súplica y la duda en los ojos, el abrazo de aquel páramo como escenario. No podía permitir que Lang fuera hacia su muerte sin ni siquiera un aviso de lo que había visto. Por que lo que había visto era...

Muerte. Fuego. Ojos cerrados infinitamente. Una derrota para la Gran Madre, una victoria para la Gran Muerte. Calor abrasador, destino consumido. Una melodía bella, transformada en trágica como compañera de aquellas explosiones mentales, cuya metralla de colores y sensaciones perforaba el alma del cultista. Catapultado a aquel huracán de imágenes confusas, arrastrado a un remolino succionador que lo engullía entre espasmos e inconsciencia. O pura consciencia de la Gran Madre que, sin filtros mentales a causa del cansancio, la sed y el hambre, entraba como un gran río de poder en su mente limitada, dotándola temporalmente de parte de su esencia, de su sabiduría, de su nutrición. ¿Eran aquellos fuegos los que antaño quemaban los bosques de los continentes y ahora sólo ardían en industrias y chimeneas? ¿O sería un fuego que los consumiría en unos momentos, en estos bosques de metal, radiofrecuencias y ambición? ¿Párpados muertos de alguien conocido o los párpados de miles y millones de muertes y muertos que han vuelto al abrazo de la Tierra, hijos e hijas, no sólo humanos, que vencidos por la Muerte retornan su cascarón prestado a la sustancia madre de la que estaban hechos? ¿Acaso no había presenciado la muerte de Lang entre las llamas de su derrota o de su venganza, como habían muerto los héroes de aquella antigüedad olvidada, enterrada entre el óxido y el humo? ¿Cómo podía saberlo? ¿Es más, cómo sabía aquello?

Fuego. Muerte. Ojos cerrados infinitamente. Miradas apagadas en los eones del mundo. ¿Estaba viendo un atisbo del futuro o estaba asomándose a una ventana del infinito? ¿O quizás era el pasado de Lang, un sueño suyo que en su propia mente parecía ser el futuro que le esperaba? Cómo saberlo. Pero debía detenerlo. Al menos darle a conocer lo que la Gran Madre le había susurrado a voz en grito con colores y música. ¿Había sido un piano lo que había escuchado a lo lejos o el quejido de millones de troncos mutilados y masacrados por la humanidad tras miles de años derramando sangre y savia? ¿Cuánto había visto en un segundo? ¿Cuánto había tardado aquel segundo? Lang ya se marchaba en pos de su destino, un destino funesto con alas de cuervo y ceniza, con manos manchadas de rencor, melancolía y rabia, árbol marchito entre ríos de lágrimas. El piano había parado, no del todo, no a la vez que las imágenes... ¿o sí? Las teclas parecían haberse transformado en puños que golpeaban el suelo en la distancia. Polvo y ruido. Era lo único que el mundo parecía recordarle que quedaba de la Gran Madre. Polvo y ruido. Podía ser... pero aún quedaba un grito y un corazón que seguía latiendo por volver a ver florecer los jardines colgantes de Babilonia.

Se levantó con la fuerza de nuevo recorriendo sus músculos, sudando de frío, dispuesto a contarle a su compañero, y casi amigo, con lo que había sido bendencido.

Rick Probus (DarkOsca)
Cyberpredicador

Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#8

Mensaje por DarkOsca » 12 Abr 2020, 11:15

https://youtu.be/hptUE57xH74 -- Los Piratas - Promesas que no valen nada.

Lang se dirige hacia su destino, pasión voluntariamente aceptada. Parece que quiere proteger a Zagreo y a Ishani. Él tenía claro que su vida estaba ligada a la del judío, a la de Michael y a la de Tetsuo. La travesía por el desierto es una alegoría tantas veces repetida en los textos sagrados que, para el sacerdote, casi carecía de sentido. Suponía una transición hacia algo mejor, algo más cercano al Único. Probus tenía mucho que dejar atrás, no había sido la persona más recta ni más pía. Había dudado de su fe y eso solía traer nefastas consecuencias.

Sin embargo ahí estaba, junto a sus compañeros, rebuscando entre los bolsillos un último cigarrillo. Lo encuentra, dónde no debería estar, doblado, arrugado, inservible. Con una inusitada delicadeza rehace aplana el papel, recoloca el tabaco y encaja todas las piezas de esa pequeña pieza de muerte. Se lo lleva a la boca, enciende su mechero, protege la llama con su mano y enciende el que será su último placer culpable. Cuando lo hace, se ajusta el sombrero, lo ciñe justo encima de sus ojos y siente algo extraño formándose en sus ojos. Al instante, una lágrima abandona sus cuencas oculares y se pierde en la inmensidad del desierto. Quizá la última muestra biológica de su vida, antes de convertirse en cadáver.

Revisa el arma que le había prestado Michael, ahora ya es suya, quizá no le sirva de nada pero ver que está cargada le da confianza. Intenta andar con aplomo, con seguridad, esos hijos de puta no le van a ver dudar, no va a concederles eso. Puede que se lleven su vida, pero él también se va a llevar algo a cambio, algo que quizá sea más valioso.

Ishani (Ilitia)
Cultista del éxtasis

Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#9

Mensaje por Ilitia » 13 Abr 2020, 12:42

https://www.youtube.com/watch?v=IOBcj-NhEDg

La plantación de aquellas aberrantes antenas parabólicas en mitad de todo aquello les anunció que ya habían llegado. Hacía frío, un frío muy distinto al de la gran urbe, sus compañeros se concentraban, en silencio, en la visión de aquellas personas ofrecidas al cosmos cual sacrificio. Un acelerón del hermético les zarndeó y cambió el foco de atención, iba directo hacia el hombre que se erguía al fondo.

Las palabras de Lang eran sencillas y claras, tanto Zagreo como ella se encargarían de aquellos pobres desgraciados que habían sido expuestos al proyecto, como ratas de laboratorio. La cultista intuía que solo tendrían una oportunidad, la misma por la que su compañero hermético daría la vida. La determinación de Lang era palpable y se veía en su expresión. No podían fallar al resto de sus compañeros, la responsabilidad pesaba sobre sus almas.

Zagreo consumía su vitalidad en un nuevo ritual mientras Ishani tomaba el mando del boggie. El grito de negación del cultista cayó como un rayo - No importa lo que hayas visto, el destino ya está escrito, hagámoslo lo mejor posible- se aventuró a decir mientras se acercaba a su compañero y le ayudaba a incorporarse. La cultista cerró los ojos durante tres segundos que le bastaron para inspirar profundamente, una lágrima se deslizaba por su mejilla intuyendo que la muerte se dejaría ver entre la cábala.

- Vayamos al coche, tenemos que cumplir con nuestro cometido-
le dijo a Zagreo mientras le ayudaba a subir al coche. Sintió el calor y el peso del brazo de su compañero sobre sus hombros, sintió su respiración y su profundo dolor y sufrimento y, sin poder evitarlo, pero sin alargarlo en el tiempo, se abrazó a su compañero tratando de transmitirle tanta paz como pudo.

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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#10

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 14 Abr 2020, 18:08

{ https://www.youtube.com/watch?v=OJwd54SAtjo - Sorrow by Hans Zimmer and Lisa Gerrard }

Parecía que todos comprendíais que el final estaba cerca. De alguna forma incomprensible, cada célula de vuestro cuerpo se agitaba enérgicamente, consciente de cada milimetro de tensión. Los músculos se tensaban hasta la extenuación y vuestros avatares movían sus cuerdas desde sus planos celestiales para enfrentaros a vuestro destino. Aquellos inofensivos remolinos de tierra, empezaban a aumentar en intensidad, obligándoos a algunos a cubriros la cara. Mercurio parecía pasar su cenit en medio del sol, mientras una enorme luna cuarteada asomaba por su fronte. Tablero de ajedrez de una batalla cósmica, y sus voluntades místicas comprendiendo desde la nada, su papel en aquella guerra. Los rostros ya no eran rostros, ni las manos, manos. Eran un todo particular a punto de ejecutar, tal vez, para algunos, sus últimas voluntades.

Parecía que todos lo teníais claro... salvo Langdon. O al menos, así lo hacía ver. El judío sabía perfectamente de su faceta impostora e hipócrita, como tambien era consciente de su pomposidad y deje de suprema altanería. Aquella vanidad que le impedía aun en la distancia, reconocer, o querer reconocer a Lang. Su voz, sin necesidad de un amplificador digital, parecía grave y fuerte, y era audible, aun en la creciente tormenta de arena. De alguna forma, la acústica de sus cuerdas vocales parecía rebotar en cada una de aquellas antenas, y su escueto mensaje se escuchaba con claridad: - Por favor, están ustedes a punto de entrar en unas instalaciones militares. Les rogamos que se den media vuelta y regresen por donde han venido o podrán - su voz era estridente y odiosa tal y como la recordaba Lang. Tal y como le susurraba en sus pesadillas... Metropoli... - ser en menor medida apercibidos con una sanción económica o en peor medida, con penas de cárcel estipuladas por las leyes de seguridad nacional de nuestra Gran Nación. - Su soliloquio parecía ensayado, pero salía con una naturalidad pasmosa, capaz de mostrarse autoritario, pero tambien de parecer un vendedor ambulante de crecepelo capaz de engañar solo a los de su calaña.

A su alrededor, dos tipos casi calcados, se colocaban un paso por detrás, en clara estructura jerárquica. Otro, delgado y con gafas parecía asomar desde la estructura interna del telescopio, en claro visionado de los intrusos. Los guardias parecían echarse la mano al audífono, y ahora eran las dos manos las que sujetaban las armas.

Su mirada se clavó en la mirada de Lang. Casi como en un duelo al sol de los antiguos western. Era la mirada incapaz de mentir y capaz de escrutar cada rincón de alma. Era la mirada de dos antagonistas... aunque uno de ellos se empeñara en ignorar su pasado en común e intentara fingir que no lo conociera. Con los ojos clavados y una sonrisa casi burlona: - Reiteramos, den media vuelta por su propia seguridad. Gracias. - Ese gracias, tenía el seseo de la serpiente. La misma que engañó a Eva y condenó a Adán. Historias de dioses ancestrales, nacidos desde las entrañas culturales de todos y cada uno de los pueblos de la tierra, bebedores de mitos eternos... dioses artificiales.
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