[AD] Escena: 07 - Omega

Moderador: Jebediah_Gogorah

Tetsuo Kojima (Toxizer)
Gamberro Akáshico

Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#21

Mensaje por Toxizer » 25 Abr 2020, 09:17

" Estamos rodeados. Sólo se me ocurre una cosa. Intentar acercarnos lo suficiente como para poder hacer algo contra ese idiota repeinado "

Tetsuo levanta los brazos en señal de rendición.

- Señor tecnócrata - dice en voz alta - su proyecto es impresionante, pero no termino de entender como funciona. Si trata de forzar el despertar de las personas, eso ya lo hacemos con un método secreto en la Hermandad Akhásica. ¿ Podríamos ir a echar un vistazo? Tranquilo, nos la sudan sus rehenes; pero creo que podríamos comparar notas. Además, sabemos que están aquí sin la autorización de la Unión Tecnocrática, y nosotros también vamos por libre - suelta todo esto con calma y naturalidad - Quién sabe, quizás hasta podríamos ser socios comerciales en todo este asunto. ¿ Qué me dice?

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Jebediah_Gogorah
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#22

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 25 Abr 2020, 17:10

{ https://www.youtube.com/watch?v=IDsCtDRV2uA - Main theme by Hans Zimmer from Interstellar OST }

La cara de Langdon era un reflejo regio de un gesto inexpresivo. Ni una mueca en su rostro que denotara alguna emoción sobre los comentarios del joven Tetsuo... salvo cuando nombró el hecho de que en las ancestrales páginas de la orden asiática hubiera, despapelada, una rote que echara por tierra la originalidad que su proyecto prometía.

Las palabras del asiático parecían tan tremendamente creibles, que hasta sus compañeros, se quedaron atónitos, pensando que en realidad, todo lo que habían conocido del doista era una fachada falsa. Una mascarada de un sabio que callaba tanto como sabía... - Eso es imposible, yo mismo he estudiado todas y cada una de las historias de todas las casas de los subversores... si los Akashayama conocieran tal poder, hace tiempo que gobernarían vuestras estúpidas Tradiciones, y lo usaríais para ganar la guerra que nos enfrenta desde tiempos inmemoriables... - su cara ahora había dejado de ser un lienzo gris e inexpresivo para pasar a mostrar un rostro entre el agobio, la duda y la ira... - Igualmente, seguro que podremos hablar y concretar algo cuando todo esto acabe... - le hace un gesto a uno de los que tiene detrás - Viktor... por favor... - El gemelo saca un aparato del bolsillo, poco más gran de que un anonicubo, y con forma de media diadema. En uno de sus vértices parece tener una semiesfera con la reconocible forma de una lente. - Seguro que luego podrá pasar nuestro Test UNEM y saber si lo que dice es verdad... Y si es asi... seguramente no me quedará más remedio que aniquilarle...

- Langdon... - dice el hombre del telescopio mirando hacia el sol poniente... - Nos quedamos sin tiempo...

- Ya no tengo más tiempo para discursos... relajaros y contemplad mi magnífica obra... - hace un gesto con la mano a la vez que levanta a Copeland del suelo y le obliga recoger nuevamente los mandos - ¡¡Guardias!!... - El cerco empieza a cerrarse, y ahora aunque aun a cierta distancia, son visibles los otros cuatro guardias que se mantenían fuera de la vista. - Introduce las coordenadas, maldito necio... introduce las coordenadas... - dice visiblamente airado.

Copeland empieza, visiblemente decepcionado, a volver a mover las manillas de aquel reloj cósmico, y aquel halo que oteaba el cosmos, empieza a clarear levemente por uno de sus extremos, como si los rayos del sol reflejados en la luna, empezaran a entrar por allí, y las partículas que normalmente contemplamos en un haz de luz, fueran ahora, polvo de estrellas.
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Rick Probus (DarkOsca)
Cyberpredicador

Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#23

Mensaje por DarkOsca » 26 Abr 2020, 11:30

-Es nuestra última oportunidad.

Masculla entre dientes Probus.

-Bien probado, Tetsuo. Has dejado a Langdon de piedra. Fijaos bien en lo que van a hacer ahora para activar el siguiente paso del protocolo. Quizá podamos impedirlo. Recordad, aquí estamos para algo más importante que mantenernos con vida.

Calcula la distancia con el dispositivo dónde van a introducir las coordenadas. Evalúa la posibilidad de realizar un disparo y terminar con todo.
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#24

Mensaje por Pagliacci » 28 Abr 2020, 13:09

https://www.youtube.com/watch?v=tQ-4SQWCoiY


“Somos parte de algo más grande, un organismo. Y, a veces, descubrimos que somos prescindibles para sus intereses” Howard Bloom. El Principio de Lucifer.

Las balas detuvieron su paso por unos segundos, aquel perro se estaba atreviendo a amenazarle, reconociendo su implicación en la muerte de su esposa implícitamente. El judío sentía un odio amargo burbujear en sus entrañas, fruto de una vendetta largo tiempo esperada. De improviso, las palabras de Tetsuo volvieron a interrumpir sus pensamientos. ¿Qué se estaba atreviendo a decir aquel inútil?

Sentía un sabor metálico y seco en la boca, aquel descrito por Dostoievsky antes de sus crisis epilépticas. “Más luz”, dijo Goethe antes de morir. La suerte estaba echada, Lang no dejó de andar con paso firme hacia Langdon, tranquilo y decidido, aprovechando la distracción del tecnócrata.

Por otro lado, Probus parecía insinuar la necesidad de detener el experimento a toda costa, destruyendo la instalaciones. ¿Qué esperaba, una intercesión divina? El hermético no creía en los milagros, pues estos eran la expresión de una voluntad de hierro, la suya.

-¿Quieres asegurarte de que no puedan abrir el portal?- Le dijo al sacerdote, señalando al cosmonauta.

Lang sonreía para sus adentros, aquello había dejado de tener importancia para él, aunque estaba claro que la pieza imprescindible para conseguirlo era el propio Coppeland. ¿Estaría dispuesto a dejarse asesinar por el bien de la Humanidad? ¿Sería capaz el predicador de acabar con su vida para salvar un millón de almas? En aquella ejecución de un inocente se encontraba uno de los dilemas morales más antiguos discutidos.

-Hombres de la Unión, defensores de la Realidad- Se dirigía a los guardias y su voz sonaba amplificada en sus oídos mediante radiofrecuencia- ¿Cuándo os habéis convertido en brujos y adoradores de criaturas extradimensionales? ¿En qué momento este hombre os ha conseguido engañar para darle la espalda a Control y abrir un portal al más allá, arrastrándoos a este desierto olvidado a llevar a cabo su aquelarre?

Os habéis convertido en Subversores, no mejores que el monje shaolin que viene conmigo, habéis encadenado a un soldado, robado material, saqueado la instalaciones de esta base y lo peor de todo estáis a punto de rasgar el velo entre realidades. Vuestros nombres serán borrados de los registros, vuestras familias silenciadas, vuestra causa proscrita, pues todos vosotros sois… Traidores.

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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#25

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 30 Abr 2020, 08:51

{ https://www.youtube.com/watch?v=QXBi71Jd_H8& - Long, long time ago by Javier Navarrete from Pan’s Labyrinth OST }

Las lágrimas de Ishani caían por sus mejillas, como ríos infranqueables que le impedían prácticamente ver el camino. Sus manos aferradas al volante y toda la inmensidad del desierto ante ella. El skyline de los Ángeles está lejano, como una sombra gris en un cuadro naranja impresionista. En su cabeza el suave murmullo de su abuela Parvati arrullándola, le traía recuerdos del pasado, cuando la fragilidad de una niña le impedía pensar en luchas que cambiarían la historia de la humanidad. En su interior, una sensación agridulce. Su alma descansa regocijada, sobre todo, cuando mira hacia atrás en el boggie con sus lágrimas al viento y ve a casi todos los durmientes a salvo, con también llantos de felicidad en sus ojos. Habían perdido toda esperanza, y ahora, podrían volver a empezar de nuevo. Hacer todas aquellas cosas que no habían hecho, cumplir aquellas promesas que se habían jurado si salían de aquello.

Pero su corazón, latía lento. Haber tenido que dejar a sus compañeros detrás había sido, doloroso, demasiado doloroso. Haberlos dejado en aquella cruenta lucha. Haber visto caer a uno y a otro, y sus rostros, agónicos e infatigables en la lucha, quedarían marcados en su mente para siempre. Probablemente a algunos no los podría volver a ver, y la melancolía que le ahogaba ahora la garganta, tal vez la persiguiera durante bastante tiempo.

La aguja del fuel no fue misericordiosa, y tras un par de tirones, el coche se paró cuando los rascacielos ya eran más que una sombra. Ishani no supo encajar aquel nuevo contratiempo, y aun con la sensación de haber pasado lo peor, necesitaba desahogarse. Bajó del coche, y de un leve vistazo, volvió a contemplar, la magnitud de su obra. Seis almas salvadas… seis vidas, seis esperanzas que habían sobrevivido a la impersonal impronta del progreso y la ciencia. Seis durmientes que tendrían que vivir con la pasión que les daba aquella segunda oportunidad, que cuatro de sus cautivos compañeros no lograron, y que debía recordarles cada día, la suerte que habían tenido.

Avanzó unas decenas de metros en el desierto, sintiendo el empedrado y terroso suelo bajo sus pies. Se derrumbó de rodillas en llanto, y un desgarrador grito rompió las primeras horas del alba. En el pueblo, a más de doce mil kilómetros, Parvati sentía el aguijonazo desgarrador de la muerte. Sus ojos ya estaban secos de lágrimas que había surcado por aquellas arrugadas mejillas. Con él último estertor, miró a las estrellas. Una fugaz cruzó, y una mueca de felicidad se dibujó en su rostro. Cerró los ojos complacida, y de su mano, ahora abierta e inmóvil, brotó una flor de loto, blanca como la mañana, símbolo inequívoco de la sabiduría…
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#26

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 30 Abr 2020, 18:54

{ https://www.youtube.com/watch?v=Usk-54YAQeU - The Mission Main Theme by Ennio Morricone }

Zagreo había esquivado demasiado a la muerte. Demasiadas veces, demasiados cambios. Su cuerpo era el fiel reflejo de la metamorfosis menos kafkiana. Y sin embargo, se seguía reconociendo. Aquel fino hilo de plata que lo conectaba consigo mismo y que aún en las peores situaciones lo hacía salir a flote. Lo había hecho con su hermano... lo haría con aquellos desconocidos.

Sin pensar en el dolor que su cuerpo estaba sufriendo, con las heridas aún supurantes, consiguió aprovechar el despiste de la encarnizada batalla entre la cábala y la amalgama, para moverse con Ishani en el boggie y tratar de rescatar a aquellos inocentes. Mercurio ya estaba desapareciendo cuando consiguió desatar a medio decena, que corrían, naúfragos de esperanza, hacia el coche como una auténtica isla de salvación. Los cuatro que quedaron muertos, colgados como Jesucristo en el Gólgota, fueron cuatro puñaladas que se clavaron en su corazón. Cuatro rostros que ya nunca olvidaría. Le miraban con párpados caídos y aún muertos, con un rostro más humano que el de cualquier máquina.

Desató a los dos restantes y corrió hacia el palpitante rugido del motor. Era el último y cerraba la esperanza comitiva. También él esperaba con ilusión llegar hasta aquel coche. Entrar triunfante en la ciudad y desmontar aquel tinglado de la Tyrrell, y demostrar como el alma y el corazón humanos eran totalmente inimitables...

Pero no pudo ser. Un golpe seco, como un enorme soplido, le dio de lleno en la espalda, retirándolo a varios metros del coche. Apenas pudo girarse. El hombre del telescopio, aparecía ahora de pie sobre la estructura metálica, visiblemente cabreado por el fracaso de sus experimentos. Tanto que había dejado la sutilidad de la magia tecnócrata atrás, para mantener las manos en alto como un titiritero de dedos encorvados y rostro rojo de ira.

Artís, notó que su visión se nublaba, y con su boca seca y enterregada, consiguió la luz para evitar que el sacrificio fuera en vano. Se sentía morir. Apagarse como los últimos rescoldos de la hoguera. Su último hálito no podría ser, ni una súplica, ni una promesa. Ni siquiera una plegaria. Debía ser una orden... para que su particular ouroboros cobrara sentido. Su muerte por muchas vidas. Era un precio justo. Un grito rompió la tormenta de arena, que sirvió a Ishani para comprender que debía acelerar y no mirar atrás.

Contento por su particular batalla ganada... cerró los ojos, con una plácida sonrisa.

Zagreo había esquivado demasiado a la muerte. Demasiadas veces, demasiados cambios. Y aquella vez no iba a ser menos. Abrió los ojos, y su mirada volvía ahora de la nubosidad a la claridad. No sabía cuanto tiempo había pasado. En sus oídos, los ruidos guturales de bestias y del sonido de la guerra, las flamígeras sacudidas de la batalla. Apenas podía moverse... y cada molécula de su cuerpo suplicaba el descanso. Pero a lo lejos, lo vislumbró... allí estaba él. Su amigo, su amante.

En los riscos que rodeaban la instalación, oteantes, Mathius y aquel señor sabio, enigmático y extraño de aspecto europeo y larga melena rubia que había conocido muerto de celos en sus últimos días juntos. Y junto a ellos, indios de torsos desnudos. Chamanes y guerreros con montura. Cultos hermanos, Verbenas y Cuentasueños, que defenestrados, aún tenían que decir algo en aquella guerra de la Ascensión. Habían escuchado la profecía, el mundo latir, habían escuchado las plegarias de los espíritus advirtiendo de la brecha, de la luz invasora que vigilaba sus reinos... y habían sido particularmente movilizados para aquel encuentro. Tal y como había visto en su visión... el galopar de los caballos... los alaridos de los Modoc y de los Maidu... Los gritos con las lanzas al aire, hacia la victoria...
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#27

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 01 May 2020, 08:41

{ https://www.youtube.com/watch?v=Ubg7AI81VsQ - Bab'aziz by Levon Minassian }

Cuando todo se precipitó, Michael fue el primero en mostrar sus cualidades. Dos certeros disparos que acabaron con dos de los guardias que iban estrechando el cerco sobre ellos. Aquello lo puso en la picota y se convirtió en el objetivo número uno de los custos militarizados de la amalgama. Las balas silbaron, en un cluedo particular de coberturas, señuelos y despliegues táctico-militares.

La tormenta de arena, y la oscuridad de la llegada de la noche, empezaban a complicarlo todo. A Johnson le veían recuerdos lejanos de otras guerras, de otros lugares... sintió entre sus piernas el lomo humeante de su caballo frente a las puertas de Jerusalén, con su traje albeado de cruz roja en el pecho. Ahora su escudo solo era la fe, y su arma, aquel nuevo paradigma que el padre Gabriel le había enseñado. Una nueva visión que lo alzaba entre los campos más sacros de la religión. Sutiles artes de los que la teología no había tenido destreza de resolver en dos mil años... y que ahora le ayudaban a derrotar a sus enemigos, y a impartir la justicia divina sobre sus cuerpos. Sobre sus almas, sólo el Uno podría actuar. Todos serían condenados por el Altísimo a arder en el infierno, por las prácticas que alli estaban ejerciendo. Michael estaba convencido de que así sería y para ello, cuando pensaba haber acabado con todos aquellos guardias intercomunicados, se posicionó en unos de las bases de los radares contiguos a donde el combate místico se estaba produciendo. Sólo era cuestión de encontrar una buena posición, una clara línea de tiro, y mandaría a aquel tal Langdon a ser juzgado. Seguro que su osadía no necesitaría siquiera de paso por el Purgatorio.

Mientrás preparaba la bala que acabaría con aquel pecador, y su arma estaba siendo encantada con el fuego más puro de los ángeles, vio caer a Walker, cosa que lo desconcentró, pero también pudo ver escapar con parte de los rehenes a Ishani, lo que volvió a alimentar su alma y le ayudó a centrarse de nuevo en el objetivo.

Pero tal era su concentración, que había olvidado los detalles. Hasta los demonios en la tierra, cuentan con segundas oportunidades. Un moribundo guardia se había arrastrado como una serpiente sigiloso hasta su retaguardia, dejando un vistoso rastro de sangre, emponzoñando la tierra con su veneno. Cuando quiso girarse para atender aquella nueva amenaza, fue demasiado tarde. Disparó la bala azulada que iba destinada al lider de Eureka sobre aquel hijo de Satán, que automáticamente, fue fulminado. Pero él también había conseguido disparar... un único y certero disparo que impactó en el pecho de Michael. Sus ojos cayeron hacía atrás y su cabeza golpeo el metálico suelo, perdiendo el conocimiento. En su pecho, la amapola iba aflorando, inundando su camisa... manchando el rosario hecho añicos que había parado parcialmente la bala. Otra vez, el Uno, estaba con él... el Cielo podría esperar.
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#28

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 01 May 2020, 16:05

{ https://www.youtube.com/watch?v=iGdPMRnXEMM - Chinese twilight by Klaus Schønning }

Los próximamente escindidos miembros de la Unión, enseguida detectaron a Tetsuo como una amenaza. Su juvenil arrojo contrastaba con un indómito control de las artes marciales, fruto de aquel concienzudo entrenamiento en el dojo. Aquel entrenamiento que últimamente tenía tan olvidado en un tiempo ocupado por hacer más el gamberro.

Pero Kojima no contaba con encontrar su propia némesis en aquel preciso instante. El otro tecnócrata "gemelo", Oskar, que parecía haber estado ausente todo este tiempo, bajo a la arena a luchar con él, demostrando también un perfecto manejo del arte marcial del kung fu. Como si de dos particulares Neo y Agente Smith se tratara, libraron un feroz combate tanto de cuerpo como de mente. Cada golpe iba acompañado de un intento fugaz de asaltar la fortaleza mental de su enemigo. Pero más pronto que tarde, el agente se dio cuenta de que no podría aguantar mucho más frente al impetú guerrero del doista. Al fin y al cabo, "el junco puede doblarse, pero será cortado por una katana".

Tuvo que ser su gemelo, Viktor, quien en un parentesis de su particular combate con otro miembro de la cábala, justo antes de que los perros negros se convirtieran en algo mucho peor, diera la vuelta a la situación, y a traición, encerrara a Tetsuo en una jaula mística de barrotes incandescentes que se enraizaba con el suelo. El primer intento que tuvo el nipón por salir, dio con su cuerpo en el suelo con las manos humeantes y una ligera pérdida de conciencia, y con su reserva mística visiblemente menguada.

No sabía porque... pero ahora... en aquellos momentos proximos a la derrota, con el viento arenoso azotando su cara y revolviendo su lacio pelo negro, hecho un ovillo entre aquella celda que maltrataba la realidad, echaba de menos su casa y se preguntaba si aquel congojo que sentía su corazón ahora era el mismo que sentía su padre. Todos aquellos años tras la pérdida de mamá, el sútil abrazo de la vejez, la pérdida de la agilidad... ahora se daba cuenta. Padre, se reflejaba en él, y aquello era doloroso. Padre no quería perderlo... tenía que vivir, para cambiar de actitud, y volver al dojo, reflotar el negocio... pero sobre todo, estar con él. Con ese pensamiento, intentando recuperar las fuerzas mínimas y necesarias para hacer un nuevo intento de liberación, Kojima los vió... a lo lejos. Su familia no elegida... allí llegaban ellos creando una estela de arena con sus caballos de metal. Decididos, sin vacilaciones, al encuentro de su líder. Shinji, Kimbo, Daiki... parecían estar todos. Hasta le pareció ver que de paquetes, en las monturas, estaban el mismisimo Konoe Mae... (¿y pudiera ser la mujer rubia, la mismísima Skyler Copeland?)... sin duda, aquello cambiaría las tornas del combate.

Ánimado por aquella visión, Tetsuo se arrodilló, primero una pierna y luego la otra. Sacó fuerza de las entrañas. La cabeza le daba vueltas como si hubiera bebido una botella entera de sake, y los puños al cerrar, le daban la sensación de no ser siquiera sus manos. No obstante, un grito desgarrador salió de su estómago... un rugido de dragón... que le ayudó a salir de aquel encierro, dispuesto a pelear. Siempre dispuesto a pelear...
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#29

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 02 May 2020, 13:10

{ https://www.youtube.com/watch?v=Y1UiD2sxoWo - Now we are free by Hans Zimmer (En vivo que todavia mola mas) from Gladiator OST }

El pater apenas podía contener las arremetidas místicas de Viktor. El tecnócrata que se había emparejado con él en aquella lucha. La agresividad y ferocidad que demostraban eran la de tipos que ahora sabía que no tenían nada que perder. Su futuro sin el proyecto Artificalis Deos solo era la muerte o la eternidad confinados en algún constructo de Horizonte, privados de sus habilidades elevadas, apartados de sus genios.

Pero cómo si las oraciones de Probus fueran realmente escuchadas por un ente supremo, la tierra se abrió por la mitad. Un movimiento sísmico en medio de la tormenta de arena que los mantenía casi ciegos. El pater había visto tras su hombro el coche atestado de gente con una consternada Ishani al volante. Miró a sus once al otro cultista abatido, y a sus tres, por el rabillo del ojo, al hermano akáshico enjaulado en lava. Con el temblor, Isaak, el iterita de gafas (que ocultaba un ojo biónico tras ellas) que permanecía en lo alto del telescopio, cayó con torpeza desde gran altura. Su brazo metálico intentó agarrarse sin éxito y cayó a plomo sobre el desierto. Los perros negros que acechaban a los magos, se habían convertido en algo mucho peor. Un enorme gusano, como los de las novelas de Herbert, salió de la tierra. Tenía el rostro borroso que Rick había visto en sueños, custodiando las casas de los caidos. Hambriento espiritu de la paradoja, cuya indomable silueta chocó contra él último filo del sol en el horizonte, cuando Mercurio ya había caido.

Tanto magos como tecnócratas tuvieron que apartar momentáneamente su lucha para centrarse en derrotar al espíritu que destruía todo a su paso, ensañándose especialmente con los miembros de la pirámide, que visiblemente enfadados por la interrupción del climax de su proyecto, habían dejado atrás la sutilidad de sus procedimientos. Así fue como de un sólo bocado, justo antes de volver a perderse en el pliego infinito de los planos y quedar únicamente en el imaginario y el recuerdo de los magos, se tragó a los dos gemelos, Viktor y Oskar, y los hundió, para horror de sus compañeros, en la grieta oscura que partía el desierto.

Visiblemente agotado, Probus cayó primero de rodillas y luego con sus manos al suelo. Alzó la vista y miró a ambos lados. Caballos de carne por un lado y de acero por otro, parecían que venían al rescate. Un enorme esputo ensangrentado salió de su boca. En la plataforma ahora casi hundida, Lang luchaba con su némesis casi homónima. Tenía que ayudarle... hizo acopio de fuerzas, y volvió a levantar la rodilla, para con las manos apoyarse y erguirse. Parecía un zombie tambaleante, pero tenía la decisión de la fe que te invita siempre a ayudar... como había ayudado a Carl, a Peter, a Susan... y a tanta y tanta gente, con sus discursos aparentemente vacíos. Siempre había tenido la pequeña percepción de no creerse ni lo que él mismo profesaba a sus seguidores. Solo era una estratagema para engancharlos a su monetización y mantener fieles a su entramado de redes sociales. Ahora comprendía, que aquella gente, solo necesitaba un brazo para llorar, unos oidos que escucharan y una voz amigable que les alentáse a continuar, contra viento y marea, en el arduo camino de la vida. Aquel estaba siendo su calvario particular... su paseo de la vergüenza... pero hoy no sería él el crucificado. Serían aquellos que jugaron a ser dioses. Apretó el puño hasta que el crucifijó laceró su piel y sangró. Sólo quería que todo aquello pasara, volver a casa y abrazar a Amanda. Ya no habrían medias tintas ni juegos de indirectas... aquel era un mensaje inequívoco de que en el amor, estaba el auténtico y genuino motivo para vivir. Y no estaba dispuesto a perder ni un minuto más por esconderlo... Ya no le importaba su particular enfrentamiento con Moscovich ni la búsqueda de inspiración para sus motivadores speech. Solo le importaba vivir. Vivir y amar...
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Re: [AD] Escena: 07 - Omega

#30

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 02 May 2020, 17:09

{ https://www.youtube.com/watch?v=3MC-FLXkg3M - Prelude by Vangelis }

Lang estaba entablando el combate más importante de su vida. No le hizo falta mucho tiempo para darse cuenta de que necesitaría de algo más que de sus artes, para ganar aquella batalla. Ni siquiera las más oscuras y traicioneras maniobras que Circe le había enseñado, eran capaces de amedentrar a Acy. Pero en su parte de la balanza estaba la ira de estar enfrente de aquel frustrador de sueños, del creador de pesadillas... él y solo él le había arrebatado lo que más quería. Lo había convertido en un despojo sin aspiraciones. Sólo una... acabar con él y disfrutar de su personal redención.

La esfera de Fuerzas estuvo presente durante todo el combate, convirtiendo todo el escenario en un cerco flamígero, donde el viento hacía que las llamas se agarraran a cualquier estructura y rápidamente prendiera en fuego casi todas las instalaciones. Ni siquiera cuando aquel monstruo de ectoplasma abrió la tierra en dos, dejaron de pelear. Tampoco cuando la estructura cedió bajo el suelo y pareció a punto de caer al abismo.

A lo lejos, Lang escuchaba el ruido de los caballos y de los motores, y lanzaba una plegaria a Yahvé para que fueran de su bando. Había algo de lo que el propio Langdon le había advertido, y que al final acabaría siendo la condena del hermético. A diferencia de su enemigo, él si sentía aprecio por su cábala, y el grito gutural de Tetsuo intentando salir de la jaula de fuego, le despistó el momento justo, para que Acy, que ni siquiera se había inmutado con la caida de Isaak, lo inundara en fuego y lo lanzara varios metros abajo... Probus que iba a su encuentro corrió despavorido y se tumbó sobre él hasta que apagó sus llamas, pero pareciá que ya era tarde. Probus golpéo su pecho con rabia mientras las lágrimas recorrían sus mejillas... Finalmente cogió su símbolo judío, que se unió con su cruz cristiana, y en cuatro puños juntos, inició una oración de despedida.

Al final de aquella luz, estaba ella... su silueta negra era inconfundible. Le recibía con los gritos del pequeño sobre el pasto. Por fín había llegado a su meta. Miró atrás y vió su cuerpo tendido siendo bendecido por el Pater. Todo estaba borroso, como en una burbuja. No había podido completar su venganza... pero le daba igual. Ahora lo que se le presentaba por delante tenía color, y no era gris. Tenía vida y no estaba muerto. Una silueta más pequeña se unió a la de su madre, y la llamada calma llegó hasta su corazón. - Berenice... - susurraron sus labios... Lang avanzó, convencido por fin, de que era libre...
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