[Ambientación] Changelings y juegos de rol
Publicado: 15 Nov 2019, 12:22
CHANGELINGS Y JUEGOS DE ROL
Por Magus
Los vampiros no existen. Son criaturas de fantasía como los duendes, las hadas o los esquimales.
-Homer Simpson.
FOLKLORE Y LEYENDAS
Seguramente muchos de vosotros os estaréis preguntando: “¿De qué carajo va a desbarrar hoy el tarado éste…?”(1) Y no sin razón, puesto que se trata de un término relativamente desconocido, salvo para quienes por un motivo u otro se han dedicado a estudios antropológicos y folklóricos sobre duendes y hadas. Otros posiblemente lo conozcáis, aunque no por ese término. Muchos antropólogos y folkloristas han teorizado que las leyendas sobre los changelings y espíritus afines surgieron a menudo como explicaciones de niños deformes, incapacitados o simplemente extraños.
Bien, un “changeling” (que podría traducirse algo así como cambiante o cambiado) es un ser que aparece en diversos relatos y mitos sobre duendes y hadas. Por lo general se trata del hijo de un hada, troll, elfo, duende u otro tipo de criatura feérica que en secreto es dejado en lugar de un niño humano. En ocasiones las hadas dejan un trozo de madera o algún objeto encantado para que parezca un niño que enferma y muere y su secuestro pase desapercibido.
Los niños robados por las hadas son secuestrados por diversos motivos: convertirlos en esclavos, por salvar al niño de los malos tratos de sus padres o para vengarse de unos humanos que han causado algún daño (consciente o no) a las hadas. En algunas historias noruegas se dice que el robo de niños humanos se produce para evitar la endogamia de las hadas o para bendecir a los humanos con niños con poderes sobrenaturales. También se dice que los trolls consideran que los humanos tienen hijos más atractivos que los suyos, o que pueden darles mejor educación a sus propios hijos. En otra creencia más siniestra, se dice que las hadas pagaban tributos al infierno con niños, y para evitar entregar a los suyos, robaban niños humanos, dejando a los suyos en un lugar seguro. Otra versión no muy agradable es que las hadas se comen a los niños robados y el niño changeling roba la energía a sus padres humanos, y cuando todos los humanos han muerto las hadas buscan nuevas presas.
Respecto a los changelings que son cuidados por padres humanos se dice que se alimentan de sus madres, dejándoles arañazos en los pezones o el cuello, debilitándolas progresivamente hasta matarlas. Cualquiera que trate de interferir en el proceso puede resultar asesinado o herido.
Para descubrir la presencia de un changeling existen diversos indicios como un apetito voraz, un temperamento maligno, dificultades para moverse e incluso deformidades y rasgos desagradables. En algunas leyendas se habla de un tinte verdoso en la piel, orejas puntiagudas, y por la costumbre de los changelings de rechazar el calzado y caminar descalzos siempre que les resulta posible. Los changelings también muestran una inteligencia muy poco corriente para los niños de su edad, así como un carácter extraño, y si se les corta el pelo, les vuelve a crecer a su longitud anterior a la mañana siguiente. Sus ojos normalmente son verdes o de un color marrón similar a la tierra. También crecen más lentamente que los humanos.
Si los changelings son descubiertos a tiempo, sus padres feéricos deben devolver el niño humano que robaron. Según otros relatos las hadas sólo pueden llevarse a niños sin bautizar, y el bautismo se convierte en una protección conveniente. En el folklore irlandés, si el changeling es arrojado al fuego, saltará por la chimenea y regresará el niño humano.
En el folklore escandinavo los padres humanos pueden forzar el regreso del niño robado tratando con crueldad al changeling, azotándolo o metiéndolo en un horno encendido. En al menos un caso una mujer fue llevada a los tribunales por haber matado a su hijo en un horno siguiendo esta creencia. No obstante existe un cuento nórdico en el que los vecinos aconsejan a la madre adoptiva de un changeling que lo maltrate para que los trolls le devuelvan a su hijo, pero ella se niega, incapaz de maltratar a un niño inocente a pesar de conocer su naturaleza. Cuando su marido le exige que se deshaga del changeling, ella se niega y el marido la abandona. En ese momento el hombre se encuentra su hijo libre en el bosque, que le explica que como su madre nunca fue cruel con el changeling, los trolls nunca fueron crueles con él, y que cuando la mujer sacrificó lo que más quería, su marido, los trolls lo liberaron. Este cuento sufrió una revisión por parte de la escritora Helena Nyblom, en el que el papel del niño perdido es ocupado por una princesa sustituida por una niña troll.
En un cuento de los hermanos Grimm se cuenta cómo una mujer, que sospechaba que su niño había sido cambiado, comenzó servir cerveza en cáscaras de bellota. El changeling murmuró: “soy tan viejo como un roble pero jamás había visto servir cerveza en una bellota”. Entonces desapareció y el niño humano fue devuelto. En otros relatos similares se utilizan cáscaras de huevo para servir comida y bebida y hacer que el changeling se descubra.
Para deshacerse de un changeling se utilizan diversos hechizos como colocar un abrigo, camisa o prenda al revés o unas tijeras abiertas de hierro en el lugar donde duerme, o simplemente amenazarlo con un objeto de hierro o sagrado. Una infusión de dedalera también constituye un remedio para expulsarlos.
Como ocurre en gran parte con el conocimiento de hadas y duendes, las leyendas sobre changelings y “niños perdidos” proceden en gran parte del folklore oral, con versiones muy diferentes por toda Europa. La creencia en los changelings ha continuado hasta época relativamente reciente. Reciben el nombre de midbul (Malta), xaninos (Asturias), plentyn newid (Gales), etc. El ogbanje (Nigeria) es un espíritu malicioso que se manifiesta como un aborto espontáneo o como un niño que muere a corta edad con el único propósito de atormentar a la madre. La única forma de deshacerse de él es encontrar y destruir su iyi-uwa, un objeto que le permite entrar en el mundo de los mortales. El aswang (Filipinas) es una especie de necrófago que devora a sus víctimas y en ocasiones deja duplicados de materia vegetal de las mismas detrás, que parecen enfermar y morir al poco tiempo, ocultando así las depredaciones del espíritu.
Existen varios casos históricos que reflejan que la creencia en los changelings podía llevar a consecuencias peligrosas. En 1826 Anne Roche bañó a Michael Leahy, un niño de cuatro años que no podía hablar ni levantarse tres veces en el río Flesk, donde terminó ahogándolo. Aunque juró que quería expulsar al hada que había en él, el tribunal la condenó por asesinato. En 1895 en Irlanda, tras sufrir una breve enfermedad, Bridget Cleary fue asesinada por varias personas, entre ellas su marido y parientes, que creían que había sido cambiada por las hadas. Algunos creen que su marido Michael inventó la historia para matarla, pero en cualquier caso los asesinos fueron condenados por “homicidio involuntario”, ya que creían haber matado a un hada y no a Bridget Cleary.
(1) Juego al rol y sé donde vives.
Por Magus
Los vampiros no existen. Son criaturas de fantasía como los duendes, las hadas o los esquimales.
-Homer Simpson.
FOLKLORE Y LEYENDAS
Seguramente muchos de vosotros os estaréis preguntando: “¿De qué carajo va a desbarrar hoy el tarado éste…?”(1) Y no sin razón, puesto que se trata de un término relativamente desconocido, salvo para quienes por un motivo u otro se han dedicado a estudios antropológicos y folklóricos sobre duendes y hadas. Otros posiblemente lo conozcáis, aunque no por ese término. Muchos antropólogos y folkloristas han teorizado que las leyendas sobre los changelings y espíritus afines surgieron a menudo como explicaciones de niños deformes, incapacitados o simplemente extraños.
Bien, un “changeling” (que podría traducirse algo así como cambiante o cambiado) es un ser que aparece en diversos relatos y mitos sobre duendes y hadas. Por lo general se trata del hijo de un hada, troll, elfo, duende u otro tipo de criatura feérica que en secreto es dejado en lugar de un niño humano. En ocasiones las hadas dejan un trozo de madera o algún objeto encantado para que parezca un niño que enferma y muere y su secuestro pase desapercibido.
Los niños robados por las hadas son secuestrados por diversos motivos: convertirlos en esclavos, por salvar al niño de los malos tratos de sus padres o para vengarse de unos humanos que han causado algún daño (consciente o no) a las hadas. En algunas historias noruegas se dice que el robo de niños humanos se produce para evitar la endogamia de las hadas o para bendecir a los humanos con niños con poderes sobrenaturales. También se dice que los trolls consideran que los humanos tienen hijos más atractivos que los suyos, o que pueden darles mejor educación a sus propios hijos. En otra creencia más siniestra, se dice que las hadas pagaban tributos al infierno con niños, y para evitar entregar a los suyos, robaban niños humanos, dejando a los suyos en un lugar seguro. Otra versión no muy agradable es que las hadas se comen a los niños robados y el niño changeling roba la energía a sus padres humanos, y cuando todos los humanos han muerto las hadas buscan nuevas presas.
Respecto a los changelings que son cuidados por padres humanos se dice que se alimentan de sus madres, dejándoles arañazos en los pezones o el cuello, debilitándolas progresivamente hasta matarlas. Cualquiera que trate de interferir en el proceso puede resultar asesinado o herido.
Para descubrir la presencia de un changeling existen diversos indicios como un apetito voraz, un temperamento maligno, dificultades para moverse e incluso deformidades y rasgos desagradables. En algunas leyendas se habla de un tinte verdoso en la piel, orejas puntiagudas, y por la costumbre de los changelings de rechazar el calzado y caminar descalzos siempre que les resulta posible. Los changelings también muestran una inteligencia muy poco corriente para los niños de su edad, así como un carácter extraño, y si se les corta el pelo, les vuelve a crecer a su longitud anterior a la mañana siguiente. Sus ojos normalmente son verdes o de un color marrón similar a la tierra. También crecen más lentamente que los humanos.
Si los changelings son descubiertos a tiempo, sus padres feéricos deben devolver el niño humano que robaron. Según otros relatos las hadas sólo pueden llevarse a niños sin bautizar, y el bautismo se convierte en una protección conveniente. En el folklore irlandés, si el changeling es arrojado al fuego, saltará por la chimenea y regresará el niño humano.
En el folklore escandinavo los padres humanos pueden forzar el regreso del niño robado tratando con crueldad al changeling, azotándolo o metiéndolo en un horno encendido. En al menos un caso una mujer fue llevada a los tribunales por haber matado a su hijo en un horno siguiendo esta creencia. No obstante existe un cuento nórdico en el que los vecinos aconsejan a la madre adoptiva de un changeling que lo maltrate para que los trolls le devuelvan a su hijo, pero ella se niega, incapaz de maltratar a un niño inocente a pesar de conocer su naturaleza. Cuando su marido le exige que se deshaga del changeling, ella se niega y el marido la abandona. En ese momento el hombre se encuentra su hijo libre en el bosque, que le explica que como su madre nunca fue cruel con el changeling, los trolls nunca fueron crueles con él, y que cuando la mujer sacrificó lo que más quería, su marido, los trolls lo liberaron. Este cuento sufrió una revisión por parte de la escritora Helena Nyblom, en el que el papel del niño perdido es ocupado por una princesa sustituida por una niña troll.
En un cuento de los hermanos Grimm se cuenta cómo una mujer, que sospechaba que su niño había sido cambiado, comenzó servir cerveza en cáscaras de bellota. El changeling murmuró: “soy tan viejo como un roble pero jamás había visto servir cerveza en una bellota”. Entonces desapareció y el niño humano fue devuelto. En otros relatos similares se utilizan cáscaras de huevo para servir comida y bebida y hacer que el changeling se descubra.
Para deshacerse de un changeling se utilizan diversos hechizos como colocar un abrigo, camisa o prenda al revés o unas tijeras abiertas de hierro en el lugar donde duerme, o simplemente amenazarlo con un objeto de hierro o sagrado. Una infusión de dedalera también constituye un remedio para expulsarlos.
Como ocurre en gran parte con el conocimiento de hadas y duendes, las leyendas sobre changelings y “niños perdidos” proceden en gran parte del folklore oral, con versiones muy diferentes por toda Europa. La creencia en los changelings ha continuado hasta época relativamente reciente. Reciben el nombre de midbul (Malta), xaninos (Asturias), plentyn newid (Gales), etc. El ogbanje (Nigeria) es un espíritu malicioso que se manifiesta como un aborto espontáneo o como un niño que muere a corta edad con el único propósito de atormentar a la madre. La única forma de deshacerse de él es encontrar y destruir su iyi-uwa, un objeto que le permite entrar en el mundo de los mortales. El aswang (Filipinas) es una especie de necrófago que devora a sus víctimas y en ocasiones deja duplicados de materia vegetal de las mismas detrás, que parecen enfermar y morir al poco tiempo, ocultando así las depredaciones del espíritu.
Existen varios casos históricos que reflejan que la creencia en los changelings podía llevar a consecuencias peligrosas. En 1826 Anne Roche bañó a Michael Leahy, un niño de cuatro años que no podía hablar ni levantarse tres veces en el río Flesk, donde terminó ahogándolo. Aunque juró que quería expulsar al hada que había en él, el tribunal la condenó por asesinato. En 1895 en Irlanda, tras sufrir una breve enfermedad, Bridget Cleary fue asesinada por varias personas, entre ellas su marido y parientes, que creían que había sido cambiada por las hadas. Algunos creen que su marido Michael inventó la historia para matarla, pero en cualquier caso los asesinos fueron condenados por “homicidio involuntario”, ya que creían haber matado a un hada y no a Bridget Cleary.
(1) Juego al rol y sé donde vives.