[Escenario] El Imperio de los Perfumes (India)

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Alexander Weiss
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[Escenario] El Imperio de los Perfumes (India)

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 19 Jul 2019, 01:16

Lee "Spikey" Nethersole fue un autor que contribuyó al Mundo de Tinieblas con varios artículos no oficiales, entre ellos un Companion de Momia que incluía Dinastías de diversas culturas para la 2ª edición (ignorando el trasfondo de Resurrección), y también de otras líneas de juego como Vampiro, Hombre Lobo, Changeling, etc.

Murió hará unos cuatro años, y gran parte de sus artículos, publicados en el antiguo foro de Shadowessence se han perdido, aunque algunos todavía circulan por la red.

Recientemente he encontrado esta descripción que hizo del Ensueño en la India, sobre la estructura feérica del Imperio de los Perfumes, basado en gran parte en los fragmentos que aparecen en Changeling: Moradores del Ensueño sobre los Naraka y la mitología y el folklore del subcontinente.

Me congratula anunciar que el foro de Shadowessence ha sido reactivado y con él gran parte del material y los proyectos creados por diversos fans para las líneas del Mundo de Tinieblas. Junto con el Imperio de los Perfumes también hay varios linajes indios creados por Lee Spikey Nethersole.

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Re: El Imperio de los Perfumes (India)

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 19 Jul 2019, 01:16

EL IMPERIO DE LOS PERFUMES

En la edad actual, mientras la Rueda gira hacia la Edad del Invierno, las hadas de la India están gobernadas principalmente por los que han fusionado sus almas feéricas con los linajes humanos para convertirse en híbridos. Los Asura y Daeva que emprendieron el ritual Mithuna para convertirse en lo que los Kithain llaman Changeling reciben el nombre de Asurakumara. La palabra tiene muchos significados posibles, pero para el mundo occidental “Príncipes demonio” es lo que mejor encaja. Esta traducción del término sánscrito kumara como “joven” o “niño” refleja el concepto de las hadas como jóvenes eternos o habitantes de las tierras de la juventud. Los Daeva parecen contentos con el título, por lo menos en público, y no hay registros de que utilicen Daevakumara o algún otro denominativo.

Gran parte de la sociedad Asurakumara sigue un patrón bien establecido y demostrado. Los Daityas ocupan ela posición más elevada de la escalera como los Nobles, y los Astomi ponen constantemente a prueba su poder o intentan manipularlos. Bajo estos dos Linajes los Vanara, Angiris, Yazatas y los Ishtadevatas están contentos en su mayor parte apoyando a los Daityas y actuando como vasallos y súbditos. El Rajá Daitya habitual sitúa a sus compañeros nobles en posiciones de liderazgo y gobierno, con un puñado de concubinas y ministros Astomi. Sus consejeros y visires proceden de los Ishtadevatas o de los Angiris, y quizás algún miembro de los demás grupos Asura, ya sea algún solitario Adhene o pequeños grupos de Inanimae. Los Ishtadevatas que no buscan un lugar detrás del trono a menudo se encuentran en sus arsenales y bibliotecas, supervisando el harén o educando a los niños. Su control sobre los Soñadores y el reino mortal se encontrará en las manos de los Angiris, lo que les deja más tiempo para planificar una eventual usurpación de los dominios vecinos o del Ensueño local. Sus ejércitos, a menudo dirigidos por nobles menores Daityas o quizás un Astomi están formados por leales soldados y guerreros Vanara y Yazatas, y en tiempos posteriores las filas del ejército han incorporado a los Pey que parecen ser de confianza. En la sociedad Asura, más de unos pocos Daityas utilizan bandas de mercenarios Inanimae e incluso una fuerza de élite de Adhene.

Los Asurakumara dominan Mrityu Lok (El Reino del Otoño) y se desenvuelven mucho mejor ante la creciente amenaza de la Kirttimukha (Banalidad) que muchos de los Sueños Medio Mortales. Sin embargo, hasta hace muy poco estaban menos presentes en Pataal Lok, el Ensueño, porque el verdadero hogar de las hadas estaba gobernado por los crueles príncipes Naraka desde su reino de Mahâraurava. Los Naraka siempre fueron los verdaderos gobernantes de los Asura y de los pocos Daeva que habitaban en los reinos conocidos. En su mayor parte estas despreciables hadas rechazaban las maravillas del Reino de Otoño y muy pocas de ellas habían abrazado la senda del ritual Mithuna. En su lugar gobernaban sin oposición el Pataal Lok, permitiendo que los Daityas gobernaran Mrityu Lok, como sus vasallos.

Los Naraka vivían en un esplendor civilizado, aunque cruel, residiendo en enormes palacios tallados en las montañas brillantes, cantando en sus jardines llenos de fruta, perfeccionando las artes de la música, el amor y el dolor. Sus magos comprendían tan bien el Ensueño y sus misterios que los Naraka podían abrir nuevos Pasos a voluntad y con grandes rituales romper los vínculos que mantenían a los demás Adhene atrapados en los reinos tenebrosos durante breves períodos. Los Asurakumara puede que supieran que superaban en gran número a los Adhene, pero como los líderes de sus enemigos podían chasquear sus dedos e invocar a todos los Horrores de Chayaka para que lucharan en su nombre, nadie se atrevía a desafiarlos.

Mahâraurava era la capital de un gran reino en el Ensueño controlado por las verdaderas hadas de los Asura. Sus ciudadanos eran Quimeras y Adhene ahora extintos que conformaban la mayoría de los reinos de los Naraka. Los Sueños que se habían acostumbrado a las depredaciones y la tortura de sus amos o que podían ofrecer servicios a los Naraka preferían establecer sus hogares en el Ensueño que rodeaba el reino perfumado. Representantes de todas las tribus Asura tenían allí su hogar, o habían sido esclavizados por los señores del Ensueño indio para trabajar en sus talleres. Los Asurakumara perdidos a la Confusión compartían sus cadenas con pueblos feéricos ahora totalmente destruidos, mientras Quimeras de dolorosa belleza y horror exquisito merodeaban por las llanuras del reino en gran número.

Inspirados por la visión hindú del Infierno, según la leyenda la misión de los Narka era castigar a las almas humanas malditas, hirviéndolas en los ríos de cobre fundido del reino. Cultos y sofisticados, mantenían su poder mediante un innegable dominio del Glamour y de las sendas de Cristal, así como la voluntad del propio Ensueño. En lugar de desafiar a estas verdaderas hadas, los Daityas las servían para mantenerse en el poder por miedo a perder el dominio de Mrityu Lok. Las tres castas de los Oscuros estaban ocupadas luchando entre sí y la envidia de los Astomi creaba planes nunca realizados para derrocar a los Naraka de sus tronos majestuosos.

Como los Naraka y sus ejércitos de Adhene hacían que el viaje por Pataal Lok resultara difícil, los Asurakumara estaban limitados en su transporte. Incluso cuando conseguían negociar un trayecto seguro o el derecho para visitar su lugar de nacimiento, los Naraka exigían un elevado precio por el uso prolongado de las sendas de Cristal y simplemente para las hadas del mundo terrenal era demasiado peligroso y costoso explorar el Ensueño Profundo.

La guerra fría existente entre los Asurakumara y los Adhene funcionaba en ambos sentidos, así que la presencia de los Adhene en el Mrityu Lok era igualmente rara. Sólo los Khandroma fueron capaces de desarrollar algo de poder en el Mundo del otoño, pues las demás hadas verdaderas estaban conformes con las posibilidades infinitas del Ensueño y los otros mndos y no eran lo bastante poderosas para apoderarse de las fortalezas de los Asurakumara. Los siglos pasaron y los Naraka gobernaban en su terrible esplendor en su lado de la frontera mientras los Daityas construían sus reinos en el Mundo del Otoño.

Todo eso cambió en 1999.

En el verano de ese año muchos de los súbditos de los Naraka comenzaron a advertir de la presencia de Khrodha en las fronteras. Los Naraka no sabían ni les preocupaba si se estaban retirado de alguna amenaza desconocida en el Mundo del Otoño o pasaban por Mahâraurava en su camino a alguna batalla en el Ensueño. Simplemente no querían que esos Adhene ensuciaran su paraíso. Pequeñas bandas de Naraka fueron enviadas para disuadir a los Khrodha de que atravesaran sus tierras, ofreciéndoles tesoros si se marchaban rápido y una cruel tortura si no lo hacían. Casi ninguno de estos mensajeros regresó y en los palaciones comenzaron a preguntarse si habían sido devorados o habían descubierto algo de los Señores de la Ira que los había convencido de seguirlos en su viaje.

Mientras debatían sobre si investigar este extraño evento, los Naraka descubrieron la terrible verdad. Su mundo ardía en llamas por eventos ocurridos en el Mundo del Otoño y con tanta rapidez que los que permanecían en Mahâraurava fueron incapaces de huir del cataclismo.

Cuando la Tecnocracia destruyó al Gran Pisaka Ravanna con sus dispositivos mágicos, el Ensueño del Nordeste de la India quedó alterado para siempre. Mahâraurava, el paraíso de los Naraka, fue envenenado y los Naraka despojado de su poder y su recuerdo. Perdieron su habilidad para invocar a las hordas de los Chayaka. Sus magníficas Artes celosamente guardadas fueron borradas de las páginas de carne de sus libros de cabecera.

La tormenta que se abatió sobre Mahâraurava se convirtió en un portal, y los primeros que la atravesaron fueron los Jinetes de la Tormenta. Durante mucho tiempo al servicio de los Naraka, los Pey fueron repentinamente liberados en el mundo para hacer lo que quisieran. Sus antiguos amos habían sido destruidos por la amnesia y la locura. Mientras atravesaran el dominio palaciego de los Naraka los Pey saquearon lo que pudieron de los nobles caídos y saborearon las delicisas de su civilización. Robaron las riquezas que pudieron y cargaron con lo que no había sido quemado o destruido por el cataclismo. Los Pey probaron los placeres de la nobleza y les gustaron.

Mientras los Pey seguían su camino, los Nats que se habían ocultado en las sombras de Mahâraurava aparecieron. Algunos de ellos habían quedado atrapados en los reinos tenebrosos pero volvía a ser libres de nuevo para unirse y destruir con gozo las ruinas que quedaban del paraíso Naraka. Lo que la Destrucción de Ravanna había debilitado y la tormenta había perdonado, los Nats lo derribaron y redujeron a escombros. En poco tiempo quedó muy poco de los Salones de Cristal o de los edificios de los Naraka. Unos días después, muchos de los Nats dieron la vuelta después de ver lo que los humanos le habían hecho al mundo.

Siguiendo de cerca los pasos de los Pey, atravesando las ruinas que habían dejado los Nats, estaban los más ancianos y grandes de los Pacu Pati, surgiendo del reino de los muertos con todo tipo de terribles Quimeras y fantasmas largo tiempo aprisionados. Los cadáveres de los Naraka, el llanto de sus viudas, el dolor de la tierra, todo era un elixir para los Pacu Pati, que se alimentaron durante días de la caída de Mahâraurava. Recorrieron las ruinas y se bañaron en las aguas envenenadas, disfrutando de la miseria en que se había convertido el reino. Cuando siguieron su camino, huyendo de la tormenta, los Señores de los Pacu Pati habían recibido una visión del destino que aguardaba a todas las grandes civilizaciones y habían aprendido a sobrevivir en los rincones más devastados.

Tras la Semana de las Pesadillas los Naraka habían sido arrojados más allá del Ensueño y muchos habían huido al mundo frío de Mrityu Lok en su locura engendrada por el dolor. Quienes habían gobernado los Reinos de los Perfumes y el Ensueño de la India habían caído y sólo quedaba una sombra oscurecida de su esplendor. Se rumorea que algunos de los Crueles sobrevivieron indemnes y aparecen de vez en cuando, supuestamente con poder suficiente para conservar sus recuerdos o quizás sean restos de quienes huyeron con los Krodha. Pero estas leyendas todavía no son conocidas y los Asurakumara han comenzado a probar su recién encontrada libertad.

Sin los Naraka y sus ejércitos para someterlos, los Daityas han dirigido su atención al Ensueño y a los Pasos recién liberados que conducen a otros mundos. Intrépidos héroes y comandantes visionarios ya han establecido asidoers en los reinos menos devastados que rodean Mahâraurava, aunque ninguno se ha aventurado demasiado en la tierra devastada. Las Sendas de Cristal han sido reclamadas y ahora están celosamente guardadas por Rajás Daityas al igual que en el pasado lo eran por los Naraka. Otros Linajes también han comenzado a reclamar territorios, esperando protegerlos de los Daityas y quizás establecer sus propios dominios en la lucha por el poder. El momento que los Nobles Oscuros habían esperado durante eones finalmente ha llegado, si tienen la fuerza para reclamar el futuro.

Los rumores insisten en que no sólo los servidores de los Naraka han llegado a través de las brechas abiertas en los reinos tenebrosos, y que los Verdaderos Padres del Terror también han sido vistos. Las nubes de Mahâraurava aparecen festoneadas con las telarañas plateadas de un mal apenas recordado.

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