
Las veinticinco historias del baital (वेतालपञ्चविंशति, Siglo VIII?). Se trata de una recopilación de cuentos y leyendas, conocida desde al menos el siglo XI. El narrador de las historias es un vetal o baital, una criatura vampírica del folklore indio, que cuelga cabeza abajo de los árboles y puede poseer y animar cadáveres.Como no muertos, son capaces de conocer el pasado, el presente y el futuro, por lo cual los hechiceros y nigromantes buscan la manera de someterlos a su voluntad para aprovechar sus poderes. La gente común busca combatirlos o neutralizarlos con mantras y oraciones o cánticos rituales.
El legendario rey Vikram promete a un vamachar (hechicero tántrico) que capturará a un baital.
El rey Vikram se enfrenta a muchas dificultades para capturar al baital. Cada vez que el rey intenta atraparlo, el baital le cuenta una historia que termina con un acertijo. Si Vikram no puede adivinarlo correctamente, la criatura permitirá que le capture, pero si el rey conoce la respuesta y no responde, entonces su cabeza estallará en mil pedazos. Y si Vikram responde correctamente al acertijo, el baital será liberado y volverá a su árbol. El rey acepta el desafío y la narración se convierte en un ciclo en el que el rey captura al baital, escucha su historia y lo libera en veinticuatro ocasiones. Al final de la historia veinticinco, el rey no encuentra respuesta y el baital acepta ser capturado.

Aunque muchos de los relatos de la narración proceden de la tradición oral de la India, habitualmente se atribuye su primera recopilación a Bhavabhuti, un poeta y dramaturgo de la India del siglo VIII nacido en Padmapura, Vidharba. Su verdadero nombre era Srikantha Nilakantha y se cree que fue poeta de la corte del rey Yashovarman de Kannauj. La primera recopilación en sánscrito que se conserva se atribuye a Somadeva, un autor de la India del siglo XI, nacido en Cachemira, que realizó varias recopilaciones de cuentos y leyendas indios para entretenimiento de la reina Suryamati. En occidente estos cuentos fueron traducidos por Sir Richard Burton en el siglo XIX, aunque en una versión muy libre.