[Escenario] Las Guayanas Nocturno

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Alexander Weiss
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[Escenario] Las Guayanas Nocturno

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 07 May 2021, 17:27

Imagen LOS VAMPIROS DE LAS GUAYANAS

Por Magus [email protected]
Las Guayanas (“tierras de muchas aguas”) constituyen un amplio territorio del norte de Sudamérica, que fue habitado por diversas tribus durante milenios, y que recientemente fue colonizado por los europeos, dando lugar a tres países distintos: Guyana, Surinam y la Guayana francesa (en la actualidad todavía una colonia). Esta colonización también ha distanciado esta zona, de forma cultural y político, del resto de los países sudamericanos, y en cambio la ha aproximado a la comunidad de los países del Caribe. Geográfica e históricamente también existiría una Guayana española (incluida en Venezuela) y una Guayana portuguesa (incluida en Brasil). El territorio de las Guayanas consiste en una gran meseta sobre la que crece la gran selva ecuatorial, extensión de la selva amazónica, así que la población suele concentrarse en la costa caribeña.
Los nativos guayaneses presentaron una fuerte resistencia a la colonización, y debido a su escaso interés económico y su lejanía de grandes civilizaciones como México o Perú, los europeos tardarían en consolidar su presencia en las Guayanas, instalando primero varias factorías comerciales en la costa de la zona, que a menudo sufrieron los efectos de la piratería, y posteriormente comenzaron a conquistar el interior. No obstante, gran parte del territorio se encuentra poblado de forma dispersa y muchos lugares todavía no han sido debidamente explorados.
A primera vista, la zona no parece muy atractiva para los no muertos, que ambicionan el panorama de las grandes ciudades, abarrotadas de sangre y recursos, pero un vistazo más profundo revela una realidad más compleja. Desde hace milenios algunos vampiros han acompañado a las tribus de nativos, evitando a los feroces cambiaformas y espíritus animales que habitan en el territorio, y cuando llegaron los europeos, simplemente los consideraron un añadido más a sus rebaños, parasitando las factorías y asentamientos coloniales de la misma forma que habían hecho desde tiempo inmemorial con las aldeas nativas.
Por otra parte, a las Guayanas también llegaron sus propios colonizadores no muertos, que a menudo huían de la persecución en Europa o habían perdido en la intensa competencia por los dominios. En los mercados y plantaciones de esclavos encontraron una abundante alimentación, y también un refugio donde no llegaba la influencia de las grandes sectas.
Durante el siglo XIX hubo algunos intentos por parte de los antiguos europeos por constituir dominios viables, aunque la mayoría de estos proyectos terminaron fracasando. Más éxito tuvieron reclutando a algunos de los vampiros locales, y reconociendo su poder a cambio de su lealtad, aunque fuera nominal.
En gran parte esta situación se ha mantenido hasta la actualidad, y los dominios de Las Guayanas bullen con vampiros que no reconocen más lealtad que a sí mismos, o la autoridad de quienes tienen poder para ejercerla. En muchos sentidos, en Las Guayanas las fronteras entre linajes, culturas y facciones se difumina, con una abigarrada colección de no muertos que disfrutan de su existencia no muerta como si no existiera el amanecer…

IDIOMAS
El inglés (Guyana), neerlandés (Surinam) y francés (Guayana francesa) constituyen los idiomas oficiales y más extendidos en sus respectivos territorios, constituyendo a menudo las lenguas francas entre la diversidad lingüística. Entre las lenguas nativas destacan los idiomas caribes y de otros pueblos nativos supervivientes. Asimismo, la mezcla de las lenguas europeas con los idiomas nativos ha dado lugar a la aparición de varias lenguas criollas. La inmigración desde la India y Oriente también ha tenido gran importancia, formando comunidades que hablan hindi y chino mandarín. Debido a la vecindad con otros países, el español y el portugués se encuentran también extendidos.

LA CAMARILLA
Durante el siglo XIX la Camarilla intentó establecer varios dominios en las Guayanas, aprovechando la debilidad de sus enemigos del Sabbat, inmersos en sus guerras civiles, y como una forma de crear varias cabezas de puente que permitieran consolidar el dominio de la Torre de Marfil en Sudamérica.
En conjunto, estos proyectos fracasaron, ya fuera por la resistencia de los vampiros locales o porque los Vástagos europeos terminaron por desligarse de la influencia de la secta, actuando sin interferencias. En ocasiones, como ocurrió a finales del siglo XIX, el Justicar del clan Brujah visitó la zona, purgando a varios Vástagos que habían creado cultos de sangre o incluso caído en el infernalismo, pero la mayor parte del tiempo los Vástagos guayaneses han actuado con completa independencia sin rendir cuentas a nadie. Esta situación se acentuó tras la independencia de Guyana y Surinam. Sólo en la Guayana francesa gobernaba un Príncipe del clan Toreador, que fue derrocado en la década de 1980, y cuya desaparición ni siquiera fue percibida hasta tiempo después.
Actualmente, la lealtad de los Vástagos guayaneses que muestran su lealtad a la Camarilla es nominal, y sólo se muestra cuando conviene a sus intereses, actuando con completa despreocupación de las directrices de la secta, y a menudo limitándose a actuar como intermediarios o contactos con las facciones locales. Entre estos escasos Vástagos se encuentran algunos miembros de los clanes Toreador y Tremere.

EL SABBAT
La situación de la Espada de Caín en las Guayanas es muy similar a la de la Camarilla. Los primeros exploradores Cainitas encontraron una fuerte resistencia entre los vampiros nativos, y viendo poco interés en un territorio en gran parte recubierto por la selva y habitado por tribus despiertas, lo descartaron por completo de sus planes de conquista. Algunos exploradores incluso aprovecharon la oportunidad para desligarse del Sabbat.
Algunos rechazados adoptaron la forma de vida de los nativos, haciéndose pasar por dioses y creando cultos de sangre, que fueron destruidos por los cambiaformas, los vampiros nativos y la Camarilla. Actualmente la secta carece de una presencia formal en las Guayanas, aunque algunos Gangrel y Tzimisce locales podrían simpatizar con la secta o servir como contactos de los ocasionales Cainitas que visiten el territorio.

LOS ANARQUISTAS
Podría decirse que las Guayanas son un Territorio Anarquista...en un sentido amplio. Ocupados en sus intereses, la zona ha constituido un refugio ocasional para fugitivos del Movimiento Anarquista, pero los vampiros locales no han mostrado mucho compromiso por llevar la lucha contra los antiguos de la Camarilla y el Sabbat fuera de sus fronteras, más allá de enfrentarse a las sectas cuando amenazan sus intereses o han intentado imponer sus leyes. Si algo quieren los vampiros guayaneses es que los dejen en paz, y los Anarquistas, aunque de vez en cuando tratan de conseguir su alianza, más a menudo se marchan frustrados con promesas vagas y ánimos distantes.
La mayoría de los vampiros que muestran cierto compromiso y simpatía con el Movimiento Anarquista en las Guayanas a menudo forman parte de los clanes Brujah, del Ministerio, y del clan Toreador. Entre ellos también hay bastantes Caitiff y vampiros de sangre débil.

LOS NATIVOS
Gran parte de la situación actual de la Estirpe en las Guayanas se debe a la actitud de los vampiros indígenas. Debido a su situación periférica en el sistema colonial, la zona se constituyó en refugio para muchos vampiros expulsados de otros lugares del Caribe y Sudamérica. Los Legados Ahogados, los Tlacique y varios linajes oscuros a menudo confundidos simplemente como “Gangrel y Nosferatu” por los Vástagos europeos han encontrado en el territorio un dominio aceptable.
Y al contrario de lo que muchos piensan, los vampiros nativos no se han limitado a influir a la comunidad indígena. Antes bien, Abrazaron entre los gobiernos coloniales, entre los inmigrantes que llegaban de Europa y otros países e influenciaron el poder político tras la independencia. Su principal ambición es mantener el orden establecido, un dominio en el que puedan actuar y alimentarse sin la interferencia de los “extranjeros.” La fuerte presencia de los Nativos es la causa de que las sectas europeas no hayan conseguido establecer su presencia de forma firme, al contrario que en otros dominios americanos.
Imagen GUYANA
Guyana o Co-operative Republic of Guyana se encontraba habitada por diversas tribus indígenas, antes de la llegada de los europeos a finales del siglo XV. Los neerlandeses crearon varias plantaciones de azúcar en la costa, así como varios mercados de esclavos africanos, gobernados por una élite europea. La colonia pasó a manos de los británicos en 1814, que abolieron la esclavitud en 1838, dedicando la colonia a la producción de azúcar y caucho, atrayendo a numerosos inmigrantes, especialmente de la India. El país obtuvo la independencia en 1966, recibiendo reclamaciones territoriales de la vecina Venezuela.
Georgetown: Los vampiros nativos habitaron el territorio de Guyana durante milenios, haciendo frente a ocasionales ataques de otras facciones, especialmente los Cainitas venezolanos. En 1812 un ancilla Ventrue procedente de Londres intentó crear un dominio en Georgetown, y los vampiros nativos se limitaron a ignorar su autoridad, y a permanecer apartados de los Vástagos. Sin embargo, cuando estallaron las hostilidades en 1881, hubo represalias inmediatas, y el dominio de la Camarilla y la Estirpe local fue devastado. Oficialmente, el Príncipe había sido asesinado en un “levantamiento Anarquista.”
Este alzamiento atrajo la atención de los verdaderos Anarquistas, que consiguieron establecer tenues lazos con los vampiros nativos, aunque éstos no se mostraron interesados por unirse al movimiento. Desde 1966 el dominio de Georgetown está gobernado por un consejo formado por los vampiros locales. Su líder, o al menos portavoz, es un vampiro del clan Brujah, Abrazado entre los esclavos de la colonia a principios del siglo XIX.
Imagen SURINAM
Antes de la llegada de los europeos, Surinam o Republiek Suriname se encontraba habitado por tribus nativas de pueblos conocidos como surinen, que terminaron dando nombre al país. Tras la llegada de los exploradores procedentes de Europa, la zona fue disputada por ingleses y neerlandeses, hasta que en el año 1667 los neerlandeses establecieron una colonia permanente. Como otras colonias próximas, el territorio fue aprovechado para el cultivo de azúcar y otros productos, y el tráfico de esclavos africanos. Muchos esclavos huyeron al interior, aliándose con los nativos, y creando asentamientos independientes. Estos asentamientos permanecerían hasta la abolición de la esclavitud en Surinam en 1863. El país alcanzaría la independencia en 1971. En 1980 el gobierno fue derrocado por un golpe de estado militar, lo que provocó el estallido de una guerra civil en los años siguientes. Un nuevo gobierno democrático sería elegido en 1991.
Paramaribo: Los vampiros nativos habitaron entre los pueblos surinen durante siglos, quizás milenios, hasta la llegada de los europeos. La familia neerlandesa Ghiberti, bajo la influencia del clan Giovanni, participó en la formación de la colonia neerlandesa en el siglo XVII. Uno de los Nigromantes acudió a la colonia, utilizando el mercado de esclavos en su beneficio, pero su presencia desagradó a los vampiros nativos, que lo destruyeron. Los vampiros europeos no volverían a instalarse de forma permanente hasta el siglo XIX, cuando un Directorio del clan Ventrue, decidió construir un dominio estable. Los Ventrue neerlandeses se enfrentaron a los nativos, y al mismo tiempo se aliaron con otros, admitiéndolos en su dominio, gobernado por un Príncipe Sangre Azul.
Sin embargo, tras la independencia, el Príncipe renunció de su cargo, consciente de su precaria situación y del incremento de tensiones entre los Vástagos de Paramaribo. En las décadas siguientes, los Vástagos de la Camarilla se aferraron a la dictadura, pero uno tras otro fueron destruidos u obligados a huir. Actualmente el dominio es gobernado por un consejo de vampiros independientes, liderados por un vampiro del clan Gangrel, Abrazado entre los surines.
Imagen GUAYANA FRANCESA
El territorio de la Guayana francesa o Guyane estaba habitado antes de la llegada de los europeos por indígenas arahuacos. Los franceses establecieron una colonia en 1643, dedicada a la plantación de azúcar y el mercado de esclavos africanos. La colonia fue convertida en departamento francés en 1797, desarrollándose como una colonia penal, con una red de campos y centros penitenciarios. Posteriormente el país recibió refugiados de la guerra civil de Surinam, e inmigranes chinos, brasileños y haitianos. Totalmente integrada en Francia, la Guayana francesa forma parte de la Unión Europea. Gran parte de su economía se ha desarrollado en torno a los proyectos de la Agencia Espacial Europea.
Cayena: La ciudad de Cayena fue fundada en 1643, como centro de la colonia francesa. Poco tiempo después llegaría al asentamiento un vampiro francés del clan Toreador, que creó su propia progenie y actuó como el señor de la zona. Durante el siglo XIX reconoció la autoridad de la Camarilla y a su vez fue proclamado Príncipe, de un dominio decadente y con un gobierno tiránico y arbitrario. Hacia finales del siglo XX, aliados con vampiros del Ministerio, los chiquillos del Príncipe se rebelaron contra su sire y se desligaron de la Camarilla. Más recientemente, han mostrado simpatías Anarquistas. Su líder es la más antigua de los chiquillos del derrocado Príncipe, una vampira del clan Toreador especialmente astuta y que llevó a cabo negociaciones con el Movimiento Anarquista para mantenerse en el poder y disponer aliados de potenciales represalias de la Camarilla.

LOS CLANES
Banu Haqim: Los servicios de los Asesinos no fueron muy solicitados en medio de la confusa mezcla de lealtades de la Estirpe de las Guayanas. Algunos acudieron a la zona por propia voluntad, acompañando a sus descendientes mortales, especialmente entre la población india de Guyana, pero en cualquier caso, la presencia del clan en las Guayanas es anecdótica.
Brujah: Algunos Brujah acudieron ocasionalmente a las Guayanas huyendo de la persecución, pero no fue hasta el siglo XIX cuando el Príncipe de Guyana fue derrocado por los vampiros nativos, que algunos miembros del clan acudieron, interesados por reclutarlos en el Movimiento Anarquista. Aunque no consiguieron su propósito, dejaron algunos descendientes entre la población local. Actualmente son un linaje bastane numeroso entre los vampiros guayaneses, y uno de ellos es el gobernante del dominio de Georgetown.
Gangrel: Bajo el nombre de “Gangrel” se encuentran varios linajes de vampiros nativos, y no es seguro que todos formen parte del Clan de la Bestia. En cualquier caso, para los Vástagos europeos, los Gangrel constituyen un clan numeroso en las Guayanas, especialmente unido a los nativos, pero más extendido de lo que creen, habiendo Abrazado entre los diversos inmigrantes que han llegado a la zona. Unos pocos mantienen cierto contacto con los cambiaformas nativos, y saben cómo evitarlos o respetar los límites de sus territorios, pero la mayor parte del tiempo prefieren no entrar en conflicto con ellos. En cualquier caso, el ambiente de independencia de las Guayanas resulta del agrado de los Gangrel, que se dedican a viajar entre dominios sin preocuparse de autoridad alguna. Algunos Vástagos consideran al gobernante de Paramaribo como su líder, aunque sería más adecuado hablar de un portavoz que representa a diversos linajes y facciones dentro del clan.
Hécata: La familia Ghiberti y los Giovanni se mostraron interesados por el tráfico de esclavos en las Guayanas durante el siglo XVII, un interés que llevó a su enfrentamiento con los vampiros nativos. Después de que su presencia fuera rechazada, los Nigromantes actuaron de forma más cautelosa e indirecta, actuando mediante sus agentes de la familia Ghiberti, utilizando el territorio como una inversión económica, aunque algunos vampiros del clan también cosecharon las almas de los esclavos que morían durante su cautiverio.
Más recientemente, y con la formación de los Hécata, el Clan de la Muerte ha adquirido influencia en la zona a través del linaje de los Samedi. La línea de sangre de los Fiambres, establecida en el Caribe, se extendió a la costa de las Guayanas durante el siglo XVIII, estableciendo contacto con los vampiros nativos y esclavos. Algunos también se dedicaron a la piratería. En cualquier caso, los Samedi siguen presentes en las Guayanas, extendiendo la influencia de los Hécata en la zona.
Lasombra: Los Guardianes se adentraron en las Guayanas acompañando al Sabbat, y fueron rechazados con el resto de los Cainitas cuando intentaron establecer su presencia por la fuerza en la zona. Los Lasombra se retiraron durante un tiempo, aunque se dice que no han dejado de actuar indirectamente, apoyando los esfuerzos de Venezuela por extender su territorio. Cuando la Camarilla se instaló en Venezuela tras la independencia de la colonia, los Lasombra se retiraron, dirigiendo sus esfuerzos a lugares más prometedores. No obstante, algunos antitribu del clan han utilizado las Guayanas como refugio en ocasiones.
Malkavian: Como ocurre en otros lugares, la presencia de los Locos en las Guayanas es desestructurada. Se cree que el primer miembro conocido del clan llegó a la Guayana francesa a principios del siglo XIX, acompañando a los primeros condenados desterrados a la colonia penal. Este antiguo desapareció, aunque dejó una progenie que se ha extendido por la zona. Muchos de ellos evitan “la selva devoradora” y de la misma forma que otros clanes procuran evitarlos, ellos se dedican a sus intereses sin molestar a nadie...la mayor parte del tiempo. Su presencia parece marginal y diversa, aunque otros clanes que tienen más influencia de lo que parece.
Ministerio: No está claro si los Seguidores de Set llegaron a las Guayanas acompañando el tráfico de esclavos, o disponían de la presencia de un linaje entre los vampiros indígenas. En cualquier caso, han estado presentes en la zona desde hace mucho tiempo, y son un linaje numeroso, tanto entre los indígenas, como entre los descendientes de los antiguos esclavos e incluso algunas Serpientes han llegado con los inmigrantes, especialmente de la India.
El clan fue decisivo a la hora de derrocar al antiguo Príncipe de Cayena, en la Guayana francesa, y es la principal representación del Movimiento Anarquista en las Guayanas. Aunque se encuentran dispersos por los diferentes dominios, con intereses distintos, el Templo de Cayena es el principal centro de reunión para el clan, donde los miembros del Ministerio comparten sus visiones sobre el dios oscuro y planean sus movimientos.
Nosferatu: Las Ratas de Cloaca aparecieron en cierto número en el siglo XIX. Mantuvieron una presencia discreta, al margen de los demás clanes, evitando a los nativos en la mayoría de lo posible. No obstante, se rumorea que los Nosferatu europeos se enfrentaron a una rama indígena del clan, que supuestamente descendía de uno de los Nictuku. Los Nosferatu indígenas fueron en gran parte destruidos, dejando espacio a los europeos. Desde entonces los Nosferatu han sido temidos y rechazados por los vampiros indígenas, aunque en estos tiempos los conflictos parecen haberse suavizado.
Recientemente los Nosferatu de las Guayanas se han atrincherado en las madrigueras, ante los rumores sobre el despertar de una terrible anciana que ha devorado a muchos de sus congéneres en Brasil y otros países sudamericanos. Las Ratas de Cloaca mantienen una actitud paranoica, y los sucesos de las recientes noches no han contribuido a su tranquilidad.
Ravnos: Las Guayanas han sido una parada habitual para muchos Ravnos que se han dedicado a la piratería y el comercio, especialmente en el Mar Caribe, aunque pocos se han establecido en la zona durante un tiempo prolongado. Los que llegaron con la comunidad india eran el grupo más visible. La reciente debacle que devastó las filas del clan también ha afectado a sus miembros en las Guayanas. Hace ya tiempo que no se ve a ninguno.
Toreador: El clan más numeroso de lo poco que queda de la Camarilla guayanesa, los Toreador de la zona descienden en gran parte de los antiguos esclavos africanos. Los de la Guayana francesa descienden de un tiránico antiguo que fue derrocado por sus chiquillos. En cualquier caso, los Toreador guayaneses muestran la pasión habitual en el clan...y su decadencia. Aunque algunos emprendedores han decidido hacerse valer en el escenario artístico local, la mayoría se limitan a disfrutar de su existencia mortal, despreocupándose de lo que les rodea, lo que en ocasiones resulta mortal.
Tremere: Los Brujos de las Guayanas son en gran parte de origen brasileño o venezolano, escasamente interesados por la política local, y más por los secretos de la zona, especialmente la naturaleza de los vampiros nativos. Rechazados y en ocasiones perseguidos por los no muertos indígenas, los Tremere han desarrollado una mentalidad de asedio. Disponen de una capilla en Surinam, que dirige los movimientos de los escasos miembros del clan que se arriesgan a habitar en la zona. No obstante, los Brujos no se desaniman, y en ocasiones hasta consiguen salirse con la suya, desvelando los misterios de la magia indígena.
Tzimisce: Los Demonios guayaneses son descendientes de exploradores del Sabbat. Un nido de ellos, Abrazó entre los nativos, creando una extraña manada que acecha en la selva como auténticos monstruos que cambian de forma para acechar a sus víctimas. A menudo se mezclan con los vampiros nativos, infiltrándose entre ellos, no tanto para adquirir poder como para sobrevivir. Los vampiros nativos, acostumbrados a ser ellos quienes burlen a los europeos, no están muy seguros de si esta simbiosis les beneficia. En cualquier caso, los Tzimisce indígenas son ferozmente territoriales y han contribuido a expulsar a los europeos de los lugares que consideran sagrados.
Ventrue: Los Sangre Azules llegaron a las Guayanas intentando explotar sus recursos, acompañando a la Camarilla en su intento de controlar la zona, y han acompañado a la secta en su retirada. Algunos actúan a través de ghouls o agentes influenciados y utilizan sus empresas para seguir aprovechando los recursos económicos, pero pocos Ventrue se arriesgan a visitar un territorio en gran parte hostil, habitado por Anarquistas, vampiros indígenas y cultos decadentes. Actualmente, ningún miembro del clan habita de forma permanente en las Guayanas.

CAITIFF Y LÍNEAS DE SANGRE
Caitiff: Muchos Caitiff fueron Abrazados entre los esclavos de las antiguas colonias, y sus descendientes han sobrevivido ante la actualidad, manteniendo su sangre débil. De alguna forma, los Caitiff representan la situación despreocupada de los vampiros de las Guayanas, rechazando las fronteras de linaje o clan, y simplemente limitándose a vivir sus existencias de la mejor forma posible. Con el paso de los siglos, los descendientes de los antiguos esclavos también se han difuminado en las sociedades guayanesas, y algunos chiquillos han sabido abrirse paso en el mundo económico o simplemente ha Abrazado a quien mejor le ha parecido, sin las limitaciones de la Camarilla y el Sabbat y la competencia endogámica de los clanes.
Tlacique: Los Tlacique, surgidos en las noches precolombinas, y considerados una rama de los Seguidores de Set, realmente son uno de los linajes de los llamados “Legados Ahogados,” y a los propios Jaguares no les importa que otros vampiros los consideren como un todo o los confundan con sus hermanos en las noches. En cualquier caso, para los Tlacique las Guayanas han constituido no sólo un buen refugio, sino un campo de experimentación. Ante la decadencia y marginación de los pueblos indígenas, los Tlacique se han abierto paso entre las élites de origen europeo o extranjero, alimentándose sin ningún pudor y Abrazando cuando conviene a sus intereses. Bajo otros nombres, o confundidos con otros clanes, los Tlacique se han convertido en el linaje más influyente en las noches de las Guayanas.

EL INCONNU
Se desconoce cuándo llegaron los primeros vampiros a las Guayanas, pero los eruditos de la Estirpe creen que ya existían vampiros entre los indígenas, y puede que entre ellos sobrevivan ancianos de varios milenios, ya sean Gangrel, Nosferatu, o de algún linaje desconocido y que se abrió paso hasta este rincón de Sudamérica. Puede que alguno de ellos yazca dormido en alguno de los lugares inexplorados de la selva, o que encontrase su propio festín en la sangre de los esclavos africanos. En cualquier caso, estos ancianos son en gran parte leyenda. Los Nosferatu hablan de la Aulladora, que consideran uno de los Nictuku; los Gangrel hablan de un feroz hombre pez que vaga por los ríos sudamericanos; y en fin, los propios vampiros indígenas tienen leyendas sobre sus fundadores, surgidos de una ciudad legendaria gobernada por una misteriosa anciana, que bien podría ser el equivalente de Lilith.

LOS CAZADORES
La despreocupación de los vampiros guayaneses a la hora de alimentarse o abusar de los mortales, no siempre permanece impune. Se dice que en época colonial las revueltas de algunos esclavos no sólo iban dirigidas contra sus crueles amos blancos, sino también con los no muertos que los parasitaban, alimentándose de ellos como ganado. Algunas comunidades de descendientes de los esclavos conservan sus propias leyendas a través de la tradición oral, y saben cómo enfrentarse a la amenaza de los no muertos si alguna vez muestra sus señales.
La Iglesia Católica, especialmente en Cayena, también mantiene sus contactos con los cazadores de la Sociedad de Leopoldo. A pesar de su lejanía, se sabe de varios inquisidores que han viajado a las Guayanas para hacer frente a más de un monstruo indígena. Las comunidades religiosas en ocasiones también muestran una fe que hace que los vampiros procuren mantener las distancias.
Los servicios secretos y las agencias locales del gobierno no están muy organizadas, y al menos de momento, las actividades de los vampiros guayaneses no son lo suficientemente intensas como para haber atraído la mirada de la temida Segunda Inquisición.

LA SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL
En gran parte la situación de la Estirpe de las Guayanas es una extensión del mundo caribeño. Sin autoridades fuertes, sin la presencia de las sectas, cada vampiro es su propia autoridad, o por lo menos aspira a serlo, alimentándose y actuando según sus propios criterios, hasta que tropieza con alguien más poderoso que se hace valer sobre él o con una competencia indeseada. Muchos vampiros guayaneses adoptan una existencia nómada, vagando de un lugar a otro para evitar que sus depredaciones sean detectadas. Sólo en las escasas ciudades, algunas coteries consiguen establecerse durante un tiempo, pero muy a menudo se ven obligadas a desplazarse para no atraer la atención de sus enemigos.
Por ahora las Guayanas no son uno de los principales escenarios de la Yihad, pero este territorio no es una isla, y resulta inevitable que los recién llegados o los ocasionales viajeros terminen trayendo sus propios conflictos, y en las Noches de la Gehenna, nadie está seguro de lo que podría ocurrir.
Pero mientras tanto, la sangre fácil abunda, y el apetito de los no muertos es insaciable.

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