[Novela] Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

Desde la primera edición a la quinta.
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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#11

Mensaje por Darkhuwin » 26 Ago 2019, 19:56

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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#12

Mensaje por Darkhuwin » 26 Ago 2019, 19:57

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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#13

Mensaje por Mu_ » 26 Ago 2019, 23:28

He leído un par de capítulos y lo veo bien escrito, y soy muy fan del Tzimisce rebelde.

Pero una cosa a tener en cuenta: los vampiros no conocen la palabra Garou (que además iría en mayúscula). Habitualmente hablan de "Lupinos", aunque si se te repiten las palabras hay "hombre lobo", "licántropo" (algo que los Garou nunca usan, pero la veo lógica para ellos), y por supuesto: "lobos", "lobitos", "perros", "pulgosos", y cualquier cosa despectiva que se te ocurra.

Siento si estoy siendo repelente.
Tình yêu cho yêu tinh

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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#14

Mensaje por Darkhuwin » 27 Ago 2019, 18:59

No estás siendo repelente. Estás siendo más bien una bendición para mí, jejeje.

Antes de nada, agradecerte mucho que me leas y más todavía que me escribas opiniones, gustos y correcciones. Como ya he dicho muchas veces, es precisamente lo que busco al publicar aquí y por desgracia lo estoy consiguiendo poco... pero tengo esperanza. Últimamente he recibido algunos mensajes de gente que me ha empezado a leer un poco y algunos otros, lo intentaron y lo dejaron en el proceso hace tiempo. Pero cada comentario, opinión o crítica que me han hecho, en público o en privado, la he tenido en cuenta y, en muchos casos, he seguido los consejos.

Está claro que hay gustos de muchos tipos y yo tengo el mío y escribo según él, pero detalles como el que tú me comentas de la palabra Garou, su uso y conocimiento por parte de los cainitas y que iría en mayúsculas, son esas cosillas que me ayudan a mejorar la novela, porque muchas veces, hay conceptos que no recuerdo bien o palabras específicas que me pasan inadvertidas o simplemente no las tengo del todo claras.

Así que, no te cortes y siéntete invitado, como el resto, a seguir leyendo y opinando y aconsejando sin miedo ni vergüenza.

Un saludete!
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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#15

Mensaje por Corso » 28 Ago 2019, 12:56

Bueno, como te dije, iba a esperar a tener todo leído antes de hacerte comentarios.

Pues va a ser que no, porque me apetece dejar algunas pinceladas ahora. Esta noche empezaré el CAP. 10.

Cap.10, lo que quiere decir que me está gustando, y mucho. Cosa que al principio no creía posible porque, como te dije, yo ya había jugado en otro foro una partida sabbat con la misma mecánica que llevan las partidas narrativas de este. También bajo la misma temática (Montreal Nocturno). Encontrando los mismos pnjs. Etc., etc. Y, muy importante, con unos jugadores y narradores extraordinarios.

Así que, intenté sacudirme de encima los posibles prejuicios y empecé a leer. Ahora, ya te puedo decir que nada más empezar me enganchó. Y explico un poco por qué (con cuidadito de no meter spoilers):

La complejidad de desarrollar una trama tan coral como la de Cruzados en las Tinieblas no está al alcance de cualquiera. Así que, primer punto en el que te quiero felicitar. Tal vez, los primeros capítulos despiertan dudas e inducen al error de pensar que hay un "batiburrillo" de ideas que juega en detrimento de algunos factores como la profundidad en la personalidad de los pjs de la manada o la descripción de la ambientación. De hecho, sí que es cierto que conforme avanzan los capítulos he notado una muy notable mejora en ambas cosas y una exponencial mejoría en la calidad narrativa, a nivel de estilo y forma, y con un léxico más rico y variado. Me ha encantado. Pero claro, para llegar a eso hay que seguir leyendo algo más que los primeros capítulos. (como con cualquier novela).

Otro punto que me parece complejo y que está genial en la novela es la cantidad de información que metes sobre lo que es no solo el sabbat y su historia (aunque como dice el título "Una historia Sabbat de Vampiro la Mascarada") sino de mundo de tinieblas, en general. No es una novela que solo podamos disfrutar los que estamos "puestos", en mayor o menor medida, con este mundillo de chupasangres. Personalmente, aunque nunca hubiese leído nada sobre el tema disfrutaría igualmente de ella, porque todo va siendo explicado y afianzado con mucha eficacia por tu parte conforme avanzamos en los distintos ambientes, localizaciones y personajes que van apareciendo. Ya te digo yo que hay muchos jugadores de vampiro, incluso en partidas sabbats, que no sabrían darle esa tónica.

Por otro lado, desarrollas con la misma destreza tanto las partes eminentemente "políticas" como las partes más "de acción", sin perder en ningún momento ni la perspectiva de la naturaleza y trasfondo de los personajes, ni de lo que es el sabbat (como yo lo entiendo), ni de la historia. Es más, las estás utilizando (creo yo) muy bien para profundizar en ellos e ir contando parte de su historia personal y de la historia general de la Secta. Y junto a esto, además, utilizas el recurso de narrar los capítulos bajo la visión personal de cada uno, los separas y los vuelves a juntar, pero consigues mantener el interés por todos ellos.

Así que, nada, de primeras y a falta de seguir con la crónica es lo primero que puedo decirte. En serio, que no es por azucararte la vida, me parece un currazo lo que estás haciendo y con nota sobresaliente. Te va a quedar una novelilla cojonuda.

Mi más sincera enhorabuena.

PD. Después de algo que te comenté por privado respecto al tema de escribir algo como lo que estás escribiendo en un foro como medio adecuado, y sobre las dudas de si la novela es leída o no, y porqué . Me parece un acierto el haber dispuesto su descarga en pdfs. Con que esté maquetado medio decentemente, a mi me carga menos la vista leer sobre papel, así que una excusa menos para no disfrutar de tu novela.

Ánimo, nos leemos.

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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#16

Mensaje por Darkhuwin » 28 Ago 2019, 20:18

Bueno Corso, luego te doy los 1000€ que acordamos. ¡¡Ah, no, que esto no es un privado!!
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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#17

Mensaje por Corso » 28 Ago 2019, 20:30

Al Cesar, lo que es del Cesar.

Solo es la opinión de este humilde hermano Sabbat.

Ná, en serio, hay que acostumbrarse a las críticas positivas, también. A mí, me está gustando mucho. Y si encuentro en un futuro algo que crea podría mejorarse o te puede ayudar, tranquilo, que ya te haré saltar sobre fuego.

(Ya hablaremos por privado de los euros esos que dices xD).

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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#18

Mensaje por Darkhuwin » 28 Ago 2019, 22:34

Ahora en serio,

Es que estaba liado toda la tarde con los peques.

Quedo muy agradecido de que me leas y emocionado de que te guste. Espero no decepcionarte cuando avances y ser capaz de hacer un final digno de la historia (no es que no sepa como termina, está ya todo en mi cabeza, pero a ver si soy capaz de conseguir que quede chulo al escribirlo)

Y eso si, todo lo que encuentres que te rechine o creas que no tenga sentido o que está poco acorde con Mdt o el Sabbat o Montreal, hazmelo saber por favor.

Por cierto, lo de que es, como dice un colega mío "muggles friendly" (o sea apta para no iniciados o frikis) no las tengo yo todas conmigo. Aunque era lo que pretendía, en general, mis conocidos que han leído algo y no conocían el mundillo estaban algo perdidos y abrumados, pese a todas mis explicaciones en la novela. Son muchos conceptos, muchos términos y encima yo, la lleno de personajes... es complicado. Estoy pensando en ponerle un glosario de términos vampíricos al final y un resumen de Manadas o algo así (como las familias de JDT o las genealogías de ESDLA de las páginas finales)

Seguiré trabajando en ello...gracias por tus cumplidos, de todas formas, los acepto gustoso y me animan a seguir (aunque sigo pensando que son demasiado buenos para lo que hay)

Un saludo y nos seguimos leyendo!!
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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#19

Mensaje por Darkhuwin » 10 Sep 2019, 19:02

Capítulo 16: La Búsqueda de la Espiral (Parte I)

Aún no acababa de creérselo y, sin embargo, Lázaro sentía que había nacido para su nueva vida. O no vida, o lo que fuera. Toda su existencia había sido una mentira, una simple transición hacia lo que de verdad importaba. Todas aquellas noches de pedo en los garitos. Las broncas, las clases de historia y los discursos políticos, las pibas con las que se lo había montado, los líos con las drogas. Todo aquello había quedado atrás y ya no tenía sentido. El anarquismo, el punk, los colegas, no le habían conducido nada más que a su autodestrucción y aquello era lo bueno. Su autodestrucción le había hecho trascender.

Sus primeros pasos habían sido un galimatías sin sentido. El tío llamado Roger Corben que, junto con su panda de raritos, le había dicho que él, como cainita, pertenecía a un clan llamado Panders y le había convencido para que aceptase su nueva condición y buscase a los que habrían de ser su familia, debía haber usado alguna especie de poder con él, porque ahora que lo pensaba, él nunca habría buscado a su familia por voluntad propia. Siempre odió a su familia.

Pero lo cierto es que desde que había llegado a Montreal todo parecía estar allí escrito: en aquellas paredes, en aquellas esculturas y edificios, en los susurros que no paraban de escucharse bajo la tierra. Las charlas de los sabios a los que llamaban Pastores de Caín habían calado hondo en su mollera. Nunca había sido una lumbrera, pero había entendido aquello de alejarse de la humanidad a la que ya no pertenecían. Todo ello, más la lectura que le habían proporcionado para que se entretuviera mientras se quedaba solo a esperar en el refugio a sus nuevos hermanos y hermana, una especie de resumen modernizado para novatos de lo que llamaban, el libro de Nod, le habían resultado una revelación. Él era Lázaro, el pander del Sabbat y nunca más Keynan Louis. Era un hijo de Caín, heredero de una estirpe de seres superiores y jamás se había sentido mejor.

Sólo quedaba un paso que superar para poder empezar a formar parte de los elegidos. Un ritual de iniciación, según le habían informado. Mortalmente peligroso incluso para alguien de su nueva condición. Pero no tenía ningún miedo. Ahora sabía que había nacido para ello.

Su nueva pandilla, sin embargo, se encontraba en un momento complicado. Cuando el tal Antonio De Paso había ido a buscarle, le apremió para que recogieran todas las pertenencias de la manada y salieran pitando de allí. Según parecía, la situación en aquella ciudad se había descontrolado y tenían que esconderse y pensar en su próximo movimiento a tomar. Le habían contado así, por encima, que Montreal era un emplazamiento muy importante dominado por los chupasangres de su secta y tenían grandes sospechas acerca de que podía estar siendo manipulado por una entidad demoníaca. Partiendo de la base de que Lázaro aún no tenía muy claras las diferencias entre los cainitas y otros entes sobrenaturales, aquello no le dejaba el asunto claro del todo. Si además se le unía todo el batiburrillo político y la incontable cantidad de nombres y grupos que había escuchado en los últimos días, la cosa empeoraba.

No obstante, prefería fijar su objetivo en algo sencillo e ir noche a noche, como le había dicho el viejo. Aún no se hacía a la idea de que La Bestia hubiese caído. Su primer mentor. Su primer amigo de la noche. Ni siquiera le había dado tiempo a preguntarle qué significaba aquello de voivoda. Pero la jornada anterior, cuando salieron pitando del mausoleo y fueron a refugiarse en los túneles del metro, pudo notar en sus nuevos colegas las caras de abatimiento y pesar. Casi no le hizo falta preguntar al ver que el viejo de acento europeo no estaba entre ellos. Fue De Paso el que se lo contó y le aseguró que, a partir de aquel momento, él se ocuparía de formarle e informarle.

- ¿Qué fue lo que dijiste de que hubo avistamientos de un cogecabras pelotudo por las alcantarillas? – El templario tzimisce, pareció de pronto interesarse por lo que Lilith, de vez en cuando, hacía público de sus lecturas de los tomos del Alexandrium que les habían prestado. Llevaban una hora debatiendo sobre cuál debía ser su siguiente paso desde su despertar, mientras ella intentaba obtener alguna pista que les pudiera servir para algo.

-Según pone aquí, desde hace años, una criatura que muchos describen como un Lupino, se ha dejado ver, en varias ocasiones, en los túneles de las cloacas en torno a Mont Royal. La última reseña, parece ser que la añadió Elías la Ballena, que asegura, por sus conocimientos adquiridos en sus años de estudio… No sabía que el gigante nosferatu fuese un erudito, lo cierto es que no le pega. – añadió intrigada, interrumpiéndose a sí misma. Y luego prosiguió - Que es una especie que entre ellos llamarían, un Danzante de la Espiral Negra.

- ¿Y qué colmillos significa eso? – Salto Lupus, también interesado de repente.

- ¿Qué importa cómo lo llamen? – Dijo De Paso - Todos los mearbustos son bestias conchudas que nos odian y nosotros a ellos. Y no se me ocurre mejor ofrenda para nuestro amigo caído, para nuestro hermano, que iniciar a Lázaro en el Sabbat con la cacería de un pulgoso. Si en esta ciudad todos se volvieron locos y no ven el peligro que les acecha, al menos nosotros tenemos que seguir con nuestra no vida. Hacia adelante. Por La Bestia. – Su vehemencia le pareció a Lázaro inspiradora.

-Me parece una buena idea. – Intervino Pantera. El jefe parecía abatido, cansado. Como si pudiera agarrarse a un clavo ardiendo. – De todos modos, teníamos que ponernos a buscar por ahí, necesitamos pruebas de la actividad infernalista para poder parar esta guerra insensata. Pero hay que tener mucho cuidado si vamos a adentrarnos en las profundidades de Mont Royal, no olvidéis que por aquí piensan que es terreno maldito. Y ahora sabemos que lo es de primera mano. Nuestra mejor baza pasaría por dar por sentado que el Decani estará más pendiente de su pupilo en Ottawa y puede que no se percate de nuestra incursión. – Al pander le convencieron las palabras del ductus.

-Aunque parece que a nadie le interese, creo importante indicar, que aquí dice que los danzantes de la espiral negra, son los hombres lobo más mezquinos, traicioneros y peligrosos que se conocen. Sus propios congéneres mantienen una guerra contra ellos porque dicen que son adoradores del Wyrm. – Lilith se quedó pensativa al decir esto último. – Esa palabra… me suena haberla oído antes, maldita sea, ¿Cuándo? ¿Dónde?

Todos la miraron expectantes, pero Pantera interrumpió:
-Piénsalo por el camino. Tenemos que salir cuanto antes de aquí, este refugio improvisado no será seguro por mucho tiempo, estando las cosas como están.

-A mí me gusta cómo suena el nombre de la estación: Bonaventure. – Dijo Lupus.

-No la elegimos por su nombre bonito… - Le respondió el templario con gesto desaprobatorio. Lázaro, sin embargo, estaba de acuerdo con el gángrel antitribu.

Nada más partir, De Paso le explicó que, si se encontraban con un lupino, la única forma real de hacerle daño sería usando la plata, así que le habían preparado unas puntas metálicas, con una aleación especial que la contenía, para adaptarlas a su puño americano. Tenía que estar preparado para enfrentarse a su ordalía.

Les llevó más de una hora seguir los túneles sin llamar la atención y teniendo cuidado de no ser sorprendidos, ni observados, hasta la estación de Mont-Royal. Quatemoc había estado guiándolos en completo silencio y ofuscado, mientras Lupus iba borrando sus huellas en la retaguardia. Al pander, le parecía increíble como actuaba aquel grupo al que ahora pertenecía. Eran como una escuadra militar de las películas. Nunca se movían sin cuidar su posición, sin coordinarse o sin tener presente que podían estar siendo observados o seguidos. Desde luego aquella gente se tomaba en serio lo de la supervivencia.

Mas con todo y con eso, cuando ya se encontraban cerca de su objetivo y comenzaban a acceder a los túneles de mantenimiento del andén, donde sospechaban, por algunas marcas que habían encontrado y las grandes pintadas de PELIGRO y NO RECOMENDADO EL PASEO, que había por todas partes en la estación, que estaban los canales internos de los que tanto habían oído hablar y sobre los que habían leído, escucharon claramente una voz grave y profunda:
-Me temo que os encontráis algo perdidos. – El eco resonó por toda la galería, aparentemente abandonada a aquellas horas de la noche. Lázaro había dado un respingo, pero intentaba mantener la compostura frente a sus cofrades. Todos se pusieron en guardia. Pantera habló entonces:

-Puede ser – Dijo, prudente - ¿Quién eres? ¿Puedes mostrarte y ayudarnos a encontrar nuestro camino? – No se podía ver a nadie. Había muy poca luz. Al quedarse todo en silencio, Lázaro se dio cuenta de que, de fondo, se escuchaba una melodía casi susurrada por un niño o una mujer y unos pasos rápidos se movían haciendo eco por el techo y las paredes, como si un insecto enorme se desplazara por ellos.

-Sólo existen dos caminos ahora mismo, lasombra. El bando correcto y la muerte definitiva. ¿Habéis escogido ya? – El pander percibió como la tremere antitribu le hacía señas al líder indicándole que se trataba de un tío muy gordo y justo después, se oyó un quejido sordo y el cuerpo del assamita antitribu de los Silver Rockets llegó volando desde la lejanía y fue a aterrizar delante de ellos. – Estáis en mi territorio vaqueros… ¿o, debería decir, cuatreros?, hum, hum, hum. Sois precavidos y os movéis bien, pero aquí os halláis en desventaja, creedme.

-No hemos venido a pelear contigo, Elías – Dijo Pantera, mientras ayudaba a levantarse a Quatemoc, aturdido por el golpe que acababa de recibir. – De hecho, no queremos pelear en ningún bando.

- ¡Pero si quieres probarnos, igual te llevas una sorpresita! – Arengó Lupus. Entonces Lázaro, se puso junto a él, colocándose su puño americano, envalentonado.

-En realidad, veníamos buscándote precisamente a ti. – La firme voz de Lilith los sorprendió a todos. – Sabrina nos ha dicho que solo tú podrías ayudarnos. – Todos quedaron en silencio. Lázaro no sabía qué quería decir aquello, pero parecía que había funcionado como armisticio temporal. De entre las sombras de la estación, apareció la inmensa mole de la Ballena nosferatu, haciéndole inverosímil al pander el no haberla vislumbrado hasta aquel momento.

-Has conseguido intrigarme, usurpadora conversa. – Empezó diciendo despacio. - No sé cómo sabes de mi relación con Sabi, pero eso no significa que vaya a acceder a vuestras peticiones o responder a vuestras preguntas o que vaya a dejaros deambular por mi territorio sin haber jurado lealtad al verdadero Arzobispo de Montreal. ¿Qué es lo que buscáis? -

-Venimos buscando… - Comenzó Pantera, pero Lilith le interrumpió:

-Sabemos que has perdido a tu ductus. Nosotros hemos perdido a un hermano también.

-Esa maldita hipócrita de Carolina lo pagará caro si le ha pasado algo a Steph. – El gigantón estaba visiblemente afectado. Lázaro vio como Pantera miraba impaciente a la taumaturga.

-Queremos demostrar que decimos la verdad con respecto a Pierre Bellemare y sus actividades infernalistas y para eso necesitamos adentrarnos en esos túneles. – Dijo ella con voz desesperada, señalando la entrada hacia el alcantarillado bajo Mont Royal.

-Impensable – Respondió Elías sorprendido. – Improbable, por no decir imposible. Aunque lo que decís tuviera algún sentido, esos túneles conducen a la muerte definitiva, a la desaparición segura, al olvido. Sin un guía experto os esfumaréis y no se volverá a saber de vosotros nunca. Ni yo mismo, ni Araña nos internamos allí salvo en contadas ocasiones. – En el momento en el que lo mencionó, su cetrino camarada de aspecto arácnido, se hizo visible cerca de él, desplazándose por el techo.

-Entonces, no os importará que vayamos ¿No? – Intervino Lupus - ¿Qué tenéis que perder? - Mientras decía aquellas palabras, tras el nosfe antitribu apareció, como si de un cuento o una visión se tratara, una mujer de pelo largo, rubio y lacio que entonaba la canción aquella que habían estado escuchando desde hacía rato. La Ballena, la miró un momento pensativo, era como si su voz le hubiese distraído o le afectara de alguna forma. Lázaro, que se había quedado embobado con la escena, se preguntó por qué aquella extraña mujer llevaba los ojos tapados con una venda y aquella chupa de cuero roja tan molona encima de un vestido raído y viejo que no conjuntaba nada.

-Mmmmm, esperaba de verdad que reconsiderarais vuestra postura Silver Rockets – Dijo entonces, como abstraído, Elías. – Había oído cosas buenas de Ottawa. Del propio Ezequiel. Me hubiera gustado luchar y beber junto a vosotros. – Añadió, casi melancólico, mas algo continuaba distrayéndolo de la conversación, era como si alguien lo estuviera llamando de algún modo. - Pero si queréis suicidaros, supongo que es vuestra decisión. Yo debo irme ya, me necesitan. – Y mientras se alejaba a una velocidad impensable para alguien de su tamaño, recorriendo los oscuros túneles junto a Araña, el eco de sus palabras resonó en la distancia: - Si tenéis la suerte de que Musa decidiera acompañaros, yo no me separaría de ella en ningún momento. Quizás entonces tengáis alguna posibilidad.

(Continuará)
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Re: Novela: Cruzados en las Tinieblas. Una historia Sabbat de Vampiro La Mascarada.

#20

Mensaje por Darkhuwin » 21 Sep 2019, 10:49

(Cap 16, Parte II)

Aunque la hija de la Cacofonía siempre parecía estar abstraída y en su mundo y no paraba de entonar su intrigante melodía, Lázaro se dio cuenta, al igual que el resto, de que, como si de alguna manera hubiese hablado con el gigante nosferatu antitribu, Musa les estaba incitando a seguirla hacia el túnel que ellos pretendían explorar. Todos parecieron, en cierto modo aliviados, después de haber escuchado las inquietantes palabras de Elías y se dispusieron a ser guiados, manteniendo, como siempre, una prudente cautela y los sentidos alerta.

Los túneles que ahora recorrían, cada vez presentaban un aspecto más lúgubre. Envejecidos y aparentemente poco transitados, los Silver Rockets que habían estado, coincidían todos en que no se parecían en nada a las alcantarillas que recorriesen días atrás en Ottawa. El ladrillo era tosco, y la arquitectura mucho más antigua. La humedad era menos pronunciada que en la capital, según De Paso, pero desde luego, el olor a podredumbre que emanaba de aquellas vías acanaladas, no podía compararse con nada que el pander hubiese experimentado hasta la fecha. Y lo peor era que, según avanzaban, la cosa empeoraba. Aquello era un puto laberinto subterráneo, una trampa mortal para cualquiera que no supiera por donde se estaba moviendo.

Lázaro era novato en aquellas lides y desde luego estaba bastante intranquilo ya de por sí, pero ver como la expresión en el rostro de sus nuevos hermanos y camaradas iba transformándose a medida que recorrían más y más secciones de aquel entramado de salas y galerías, de grutas y túneles, que parecían no tener ninguna lógica técnica o arquitectónica, le estaba llevando al límite de su cordura. Se fijó en que Pantera, en más de una ocasión, miraba hacia atrás, como intentando recordar por dónde habían pasado, pero en seguida sacudía la cabeza negativamente, visiblemente contrariado por no conseguir hacerse una idea mental. Y como él, muchos de los otros. Todos sabían que a aquel ritmo y en aquel inhóspito lugar, estaban completamente en manos de su guía. Y la hija de la cacofonía continuaba su camino incesante y sin hacer caso a las preguntas de los otros, como un pastor que oyese balar a sus ovejas. Si aquello era una trampa, habían caído de lleno y sin resistencia posible al internarse de aquella forma.

Por si fuera poco, el enrarecido ambiente que se respiraba en aquella maldita oscuridad, empezaba a jugarles malas pasadas a sus sentidos. Las paredes, a veces parecían latir, el agua vibrar, y bajo la melodía incesante de la ciega cainita, podían escucharse siseantes susurros, el eco de risas fugaces o lejanos llantos incontenibles. Pero Musa no se detenía nunca. No paraba de avanzar ni de cantar, como si le fuera la no vida en ello y, a Lázaro, no le extrañaría que aquel fuera el caso. Porque el terror que empezaba a sentir, no podía describirse con palabras. Imaginaba seres en aquellas sombras, más allá su vista, en los rincones, tras las puertas, en los otros túneles, acechando, observando.

Aparentemente condenados ya a su incierto destino, ahogados, como si pudieran estarlo, por aquella aura sofocante que les envolvía, recorrían las tinieblas en singular comparsa, durante horas y horas. Quizás días. Habían perdido la cuenta del tiempo, que allí parecía relativo y cambiante. La única nota de esperanza que iluminaba sus mentes, impidiéndoles caer en la más absoluta desesperación, era encontrar, cada cierto tiempo, símbolos en forma de espiral dibujados en las paredes; lo que les llevaba a pensar, al menos momentáneamente, que iban bien encaminados en su búsqueda, que existía algún sentido para seguir con aquella oscura odisea, con aquel periplo irreal a través del inframundo. Lázaro escuchó como los demás susurraban entre ellos preocupados pero animados por los hallazgos. Apenas entendió las palabras que De Paso le dirigía, pues su mente estaba embotada por el terror, y sus sentidos seguían buscando sin cesar a aquellos que permanecían sin ser vistos, en los límites de su percepción. Por eso, cuando lo que le habían parecido muchas horas después, comenzó a escuchar un claro y amenazador rugido gutural, le faltó muy poco para abandonarse a su miedo y salir corriendo.

Sin embargo, la visión de los Silver Rockets preparándose profesionalmente para la caza, en aquel escalofriante entorno, fue tan inspiradora que consiguió apaciguarlo. Pese a toda la tensión, la desorientación y las dudas, aquel grupo de seres sobrenaturales era capaz de sobreponerse y actuar como un equipo coordinado y efectivo. Todos interpretaron al unísono el rugido como proveniente de un cambiaformas. El Lupino que andaban buscando se encontraba muy cerca y por lo que parecía, no pensaban dudar a la hora de actuar en consecuencia. Desenvainaron sus armas, prepararon sus mentes y se dispusieron a pelear hasta la muerte incluso allí, en lo que podría denominarse como ‘la guarida del lobo’.

El gruñido fue creciendo en intensidad. Se acercaba cada vez más. Musa se detuvo y abrió los brazos. Lázaro se fijó en que estaba sonriendo. Seguía cantando, pero sonreía. ¿Significaba aquello que les había traicionado? ¿Podría estar ella aliada con sus enemigos?

Dos enormes ojos rojos aparecieron frente a ellos. Mas cuando De Paso intentó apartar a la hija de la cacofonía para ponerla a salvo, ella se zafó con destreza y se lanzó hacia la oscuridad donde estos se hallaban. Y la abrazó. En ese momento, el pasillo fue iluminándose poco a poco. La cainita estaba arrodillada rodeando con sus brazos a una especie de hombre de avanzada edad, de piel arrugada y curtida y abundante cabello canoso. Su complexión era fibrosa, de marcados y delgados músculos. Su desnudo cuerpo, mostraba muchas cicatrices y tatuajes de espirales por todos lados. El rugido había cesado.

- ¿Quién eres? - Preguntó Pantera adelantándose a los demás. El hombre tardó en contestar. Bastante tiempo como para que Lázaro pudiera notar los nervios en sus cofrades, pero no el suficiente como para que se abalanzaran sobre él.

-Lo importante no es quién soy yo - Comenzó, prácticamente susurrando. - Sino qué supongo para vosotros. – su voz era áspera y seca.

-Supones una buena pieza para nuestra colección de chuchos malolientes. - Replicó Lupus. Al pander le pareció que su chulería y la sonrisa que mostraba, tenían que ser una forma de contener los nervios y aplacar la tensión de la situación. No había visto esa faceta del gángrel antitribu hasta ahora.

-Oh, claro... Sin duda, podría serlo. Sois unos excelentes cazadores. Eso lo huelo. Pero también hace mucho tiempo que sé reconocer a mis aliados. – Aquellas palabras confundieron al novato y tampoco convencieron para nada a los demás, que se miraron intrigados.

- ¡Dejate ya de boludeces chucho! Alejate de la mina y pelea por tu vida, aunque ya te adelanto que no te va a servir de nada. Aquí venimos forrados de plata y rituales como para asaltar a toda tu estirpe. - Amenazó De Paso, enfervorizado.

-Ji,ji,ji,ji. ¿Mi estirpe? … ju,ju,ju,ju. – La risa de aquel extraño sujeto se asemejaba mucho a la de alguien trastornado. No dejó de mirar al suelo mientras continuó diciendo: - Si te refieres a los Garou, los hombres lobo, los cambiaformas. Sí… mi tribu fue una vez parte de su ‘estirpe’. Pero ya no. Desde hace muchos siglos, los míos nos dedicamos a lo mismo que vosotros. A aniquilarlos. Y por eso mismo, porque es a lo que os dedicáis vosotros, digo que, en realidad, sois mis aliados. Todos servimos al Wyrm, aunque yo sé que lo hago y vosotros aún no. –

Lázaro ya no entendía nada de lo que estaban hablando, por lo que se dedicó a pensar de qué manera podría atacar a aquel personaje sin dañar a la mujer que lo abrazaba.

-Te equivocas pendejo. - Dijo Pantera, indignado - Nosotros no servimos a nadie, solo a la espada de Caín y a su causa.

-Eso es lo que creéis, sin duda. – Le respondió el otro divertido. Sin moverse. – Solo veis una parte del cuadro, como todos los de vuestra clase.

-Explícamelo entonces – Intervino Lilith, impaciente. -¿Qué es el Wyrm? ¿Es acaso el Decani? ¿Eres tú un danzante de la Espiral Negra? – La tremere antitribu parecía tener muchas preguntas que necesitaban respuesta. Y era obvio que no quería perder la oportunidad.

- ¿Es que no escuchaste lo que tú misma nos dijiste? – la cortó el templario tzimisce. – ¿Lo de que son tramposos, mezquinos y mentirosos? ¿Ahora le vas a conversar? ¿Realmente pensas que es nuestro amiguito porque también mata pulgosos?

-¡No tenemos nada, joder! – Se revolvió ella de repente. - ¡No sabemos una mierda! – Su reacción sacó al pander de sus planes de ataque y dejó a todos sus cofrades sorprendidos. – Y vamos a continuar totalmente perdidos si no hacemos más que pelear y matar a todo lo que se mueve. ¿Es que no lo entendéis?

Desde luego, el ambiente estaba enrarecido. Algo estaba alterando sus ánimos. Todos estaban actuando de forma desproporcionada e histriónica desde hacía un rato. Lázaro acababa de darse cuenta de ello, pero el caso es que no sabía cómo evitarlo.

-¿No os sentís… diferentes? – preguntó.

-Está afectándonos la mente con algún sucio truco – Dijo entonces Quatemoc.

-Hum, hum, hum. No seríais rivales para mí. Si fuéramos enemigos. Pero no lo somos.- Mientras decía esto último, se desembarazó gentilmente de la cantarina cainita que lo abrazaba y se puso de pie, despacio, antes de decir. - Y os lo demostraré. - Los Silver Rockets se pusieron en guardia. El cambiante abrió los brazos y se expuso totalmente a ellos mientras sonreía. - Adelante. Haced lo que hayáis venido a hacer. Sois mi liberación, mi destino, mi regalo...y yo el vuestro.

Y antes de que se le escapara la oportunidad, Lázaro se abalanzó sobre él con total determinación. Era su momento, quizás no hubiera otro. Alcanzó a oír un 'espera', posiblemente de Lilith. Captó como sus hermanos se habían quedado congelados, demasiado sorprendidos y seguramente reticentes a confiar en las palabras de aquel ser que decía ser su aliado imposible, que se ofrecía de alguna manera en sacrificio. Pero él no se lo pensó. Lo agarró por el cogote y comenzó a golpearle con todas sus fuerzas y velocidad en el rostro con su nueva arma de aleación de plata. Con el empuje, cayó sobre él a horcajadas y siguió golpeando sin piedad, clavando una y otra vez aquellas puntas afiladas en el rostro del lupino. Estaba cumpliendo con su deber, si iba a formar parte de aquella manada, tenía que demostrar su valía, sería la consecución de su misión, su ascenso al estatus de miembro de pleno derecho. Creía sentir como una gorjeante risa bajo aquella masa de hueso y sangre que se había formado. Ningún grito de dolor ni quejido bajo sus propios alaridos de furia que acompañaban los golpes. Cuando paró, parecía que su presa ya no respiraba. Nadie dijo nada. Todo había quedado en silencio. Demasiado silencio, porque Musa había dejado de cantar.

Era la primera vez, desde que se adentraran en aquel lugar, que no oían la voz de la hija de la cacofonía entonando su melodía. Ahora, solo un casi imperceptible pero profundo lamento surgía de su garganta, acompañado de cortos sollozos que iban convirtiéndose poco a poco en un llanto cada vez más roto. Aquello no solo les estaba afectando a ellos, sino que parecía estar alterando el total de su entorno.

Cientos de sonidos que hasta ahora se habían mantenido acallados por la canción, comenzaron a surgir de las profundidades de aquel oscuro mundo. Las paredes realmente palpitaban y las sombras pronunciaban impíos mensajes de locura, oprobio y desesperación. La sensación que había percibido Lázaro de la existencia de seres ocultos a su alrededor se tornó en certeza. Estaban ahí, acechando, encaramados tras el velo de la cordura que hasta ahora había separado su mundo del de ellos. Dispuestos a cruzar la frontera y hacerles trizas en cualquier instante.

-Sea lo que sea lo que habite o domine este lugar, parece que acaba de darse cuenta de nuestra presencia – Lilith expresó lo que todos estaban pensando.

En el momento en que Musa comenzó a elevar su llanto de plañidera y su voz se convertía ya en una tormenta alarmante, el pander se dio prisa en seguir las instrucciones que Lupus le había explicado para hacerse con el corazón de su víctima y guardarlo para más tarde y todos salieron corriendo de allí sin casi mirar atrás.

Pero aquella no sería una huida fácil. Lázaro suponía que sus cofrades estarían sintiendo las mismas presencias, los mismos peligros que los amenazaban. Sus mentes no estaban al cien por cien y estaba casi seguro de que ninguno era capaz de recordar el camino por el que habían llegado hasta allí. No obstante, Lilith lideraba la marcha y había recurrido a algún tipo de truco ritual con el cuál pretendía guiarles hacia la salida. Los túneles y galerías se sucedían como a la ida, sin aparente orden ni concierto. Apenas se fijó en si volvían a ver las marcas espirales o algún otro indicio de que habían pasado por allí anteriormente. Toda su concentración estaba dirigida a no resbalar o trastabillar y no perder el ritmo de los demás, intentando apartar de su cabeza las visiones que lo acuciaban.

Pronto empezaron a escuchar el zumbido. Aquel terrible sonido no vaticinaba nada bueno. Algo de tal magnitud solo podía significar una cantidad desproporcionada de insectos que se acercaba de forma inminente. Y para más inri, otros sonidos provenientes del suelo y las paredes parecían augurar que algo más se movía dentro de aquella tierra maldita.

En cierto momento, Lázaro finalmente no pudo evitar tropezar y calló de bruces contra el húmedo pavimento. En su intento de seguir avanzando para no quedarse atrás, trató desesperadamente de levantarse, asiéndose a la pared que se hallaba a su izquierda, pero ésta, pareció resistirse a su agarre con una especie de palpitación ondulante. Una extraña sensación repulsiva le recorrió el cuerpo, dejándole aturdido durante unos instantes, incapaz de entender que acababa de ocurrir. Y entonces, una mano surgió de la pared y lo aferró por el cuello.

Perdió unos cuantos segundos intentando zafarse de ella, sin acordarse de que ya no necesitaba respirar. La mano se fue convirtiendo en un brazo y una horripilante cara apareció tras este, atravesando el muro de forma incomprensible. Cuando quiso darse cuenta, una criatura deforme y monstruosa se le había echado encima y trataba de separarle la cabeza de los hombros con una fuerza descomunal. Los colmillos que asomaban del orificio que una vez pudo ser una boca, le sugirieron a Lázaro que aquel engendro quizás fue uno de los suyos en el pasado. O tal vez fuese uno de los que llamaban nosferatu, pero la piel entremezclada con la tierra y las raíces hacían suponer que vivía, de alguna forma, enterrado allí abajo y el brillo amarillento de sus ojos y la locura que transmitía su mirada, dejaba claro que no era dueño de sí mismo.

Gracias al cielo, el pander era duro, realmente duro. No había sido el único superviviente de la capilla de Atlanta por nada. Él mismo se sorprendía de que la criatura no estuviera consiguiendo dañarlo de verdad, así que, en cuanto tuvo la oportunidad, dirigió voluntariamente la sangre hacia sus músculos, incrementando su fuerza de forma ostensible y se desembarazó de su opresor con un movimiento que aprendió en clases de judo en su vida mortal. Escuchó un disparo de fusil y la cabeza de aquel ser, reventó de pronto junto al suelo. Lázaro levantó la mirada para ver como De Paso recargaba y le gritaba:

- ¡Levantate, dale!, no tenemos todo el día, novato. - Y justo cuando ya pensaba que había superado el contratiempo inicial y que podría recuperar la verticalidad, varios pares de manos más atravesaron las paredes. Aquello tenía que ser el infierno, tenía pocas dudas al respecto, pero Lázaro se levantó y corrió. Corrió como nunca había corrido. Ahora era consciente de lo poco que duraría su inmortalidad si no ponía todo su empeño en salir de aquel lugar. Siguieron corriendo como alma que llevara el diablo durante un buen rato hasta que se dieron cuenta de que no parecía que las criaturas les estuvieran persiguiendo.

Sin embargo, cuando pensaban que estaban un poco más a salvo, en la siguiente galería los alcanzó el enjambre. Cientos de insectos les rodearon y se les metieron por todos los orificios del cuerpo. Se les apelotonaron en los ojos y los oídos, dejándolos ciegos, sordos y mudos. El pander, entonces, prácticamente perdió toda esperanza. El sonido que llegaba amortiguado por la masa de bichos que lo taponaba, era un atronador zumbido incesante. Por lo demás, el único contacto con el mundo exterior era su piel y estaba siendo mordida y aguijonada en toda su extensión. Tenía la impresión de que se habían convertido en una especie de crisálida rebozada, como una colmena repleta de abejas en la que éstas intentaran sorber toda la miel.

Casi incapaces de moverse o actuar, notó como algunos de sus hermanos caían, posiblemente secados por dentro y otros se tiraban a revolcarse para intentar quitarse aquella segunda piel. Pero él, una vez más, se dio cuenta de que las mordeduras y picaduras apenas lo dañaban. Su dermis era dura como la roca, incluso los tejidos dentro de sus cavidades. Así que, trató de relajarse y se concentró en apartar suavemente de sus ojos los insectos para poder ver algo, aunque fuera solo por unos segundos, e intentar buscar una salida. Su sorpresa fue mayúscula al descubrir, en un lateral de la galería, la rejilla de un colector secundario de agua. Un canal, posiblemente de aguas fecales, que corría bajo el suelo hacia alguna depuradora o salida de residuos. Lázaro se dirigió hacia allí determinado a escapar. No iba a morir allí, aquel no era su destino. Pero entonces notó algo que no había notado en toda su vida de mortal. Miró hacia atrás, apartándose nuevamente el enjambre de los párpados y, viendo a sus cofrades, sintió que no podía abandonarlos a su suerte. Que no podía perderlos. Sin ellos no era nadie, no era nada. Los necesitaba, los amaba. Aquella sensación era prácticamente nueva para él, pero era tan fuerte, que no podía resistirse a ella.

Por lo que había aprendido en el poco tiempo que llevaba de su nueva existencia como cainita, sabía que aquel impulso venía provocado por los vínculos que creaba el compartir su vitae con sus hermanos de manada en los ritos de Vaulderie. Pero el hecho de saberlo, no hacía que pudiese evitar sentirlo, por mucho que lo intentara. Así pues, una vez que consiguió retirar la rejilla, arrancándola de sus ya herrumbrosas bisagras para que pudiera caber alguien por la abertura, fue arrastrando los cuerpos atestados de parásitos de sus cofrades e introduciéndolos uno a uno. Él fue el último en entrar a la corriente de agua, así que pudo ver cómo los bichos quedaban flotando impotentes cada vez que los cuerpos se sumergían y eran rápidamente arrastrados por ella. Aquello podía funcionar, tenía que hacerlo, aunque no tenía ni idea de a dónde les conduciría. En su última visión de aquel lugar, le pareció como si toda la nube de insectos enloquecidos estuviera formando una cara, una expresión de odio terrible.
"El Espíritu libertario será el principio fundamental de la secta. Todos los Sabbat tienen derecho a esperar y reclamar libertad de sus líderes." Código de Milán. artículo XI.

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