Después de la frenética actividad de ayer, la mejor palabra para definir la segunda noche de vuestra investigación es... frustrante. Después de empezar la jornada atendiendo diversas cuestiones personales, os habéis citado en un café franquicia perteneciente a una multinacional (pese a las probables protestas de Jordi, es discreto y abre toda la noche) y no muy lejano al barrio de El Raval. Estáis los tres juntos, frente a sendas tazas de café que no tocáis con el logotipo verde de la marca, y el tiempo pasa sin que ninguna de las llamadas que esperáis rompa el murmullo callado de los pocos clientes que frecuentan el local a esas horas. No habéis tenido noticia de Alicia Giner u otra persona del Príncipado. Lo mismo ocurre con ese pintoresco Tremere, Cesc Constantí, que se llevó gran parte de vuestro botín de Ro. O de los Nosferatu de la pasada noche. Y lo que es más preocupante, Largo no se ha puesto en contacto con vosotros, tal y cómo acordásteis, para deciros como localizar a su suministrador del polvillo rojo, ese tal Ferrari; ni Eme, la simpática camarera del Calypso ha llamado a Jordi para poneros en contacto con ese vagabundo, Pep. Peor aún, no os podéis quitar la sensación de que alguien, o algo, os observa y se ríe quedamente de vuestra inacción.
Los minutos pasan sin que os decidáis a romper vuestra inactividad, más allá de comentar el caso que tenéis entre manos. Tal vez Jordi os menciona algunas de las nuevas observaciones que ha hecho releyendo el informe policial de la muerte del turista inglés. O Eneko se levanta unos minutos para contestar una llamada de su ¿madre?, que le cuenta no se qué de si puede prestarle una cama a una amiga de su hermana que va de visita a Barcelona. O Smagard, que se entretiene unos minutos discutiendo vivamente con una pareja de mormones: pantalón y corbata negra, impoluta camisa blanca y reluciente sonrisa que va cediendo poco a poco, no se sabe si por los argumentos teológicos o por el avasallador lenguaje corporal del ventrue. Y así transcurre la noche, hasta que...
- La idea es que juguemos la segunda noche de nuestra aventura por foro. Previsiblemente va a ser menos intensa que la primera, que ocupó las dos primeras sesiones de hangout, pero no por ello tiene que ser menos importante
- He tirado para ver si descubríais el origen de esa sensación de ser observados. No ha habido suerte. Es muy parecida a la que experimentasteis varias veces la noche anterior.
- Podéis decirme, además de lo que ya hemos hablado en los hilos, que quereis hacer, aún hay horas por delante.
- Tema alimentación: además de los puntos que hubierais gastado en la primera noche, debéis descontaros todos un punto por el comienzo de esta segunda. Para alimentaros, os doy dos opciones. Podéis hacer una tirada de Astucia+Supervivencia (u otra si me la justificáis también) y según qué tal os vaya vemos cuantos puntos de sangre recuperáis cómo máximo; alternativamente nos podéis narrar una escena de caza chula y os concedo 2 puntos de sangre automáticos. En cualquier caso, se solucionaría al final de la jornada.
