Smaragd y Jean Luc, os metéis ambos en la casa, el caitiff empujando con suavidad a la mortal, ahora inquietantemente mansa, el enorme perro masticando aún el antebrazo del ventrue (y por qué no decirlo, algo desconcertado por la falta de efecto). María se queda en el punto exacto de la sala en la que le dejas, Jean Luc, la cabeza gacha, los ojos cerrados y la respiración pausada. No hace caso a las preguntas de tu compañero hasta que te oye, camino de la terraza, pedirle que le responda también a él. Entonces, empieza a hablar, con un hilo de voz monocorde:
- ¿La última vez? La última vez que me visitastéis fue... yo...-la mujer vacila durante unos instantes- yo compré a Caín hace dos años, y la última cosecha fue justo antes. Hace dos años fue la última vez, entonces. ¿Que qué pasó? Siempre pasa lo mismo, venís y cosecháis. De maneras diferentes. ¿De qué vez...? Yo... siento tener miedo. No puedo evitarlo. Se que no debo, que debería olvidarlo todo. Pero no puedo olvidar. No del todo. Algo de mi recuerda algo, siempre, cada vez, cada cosecha... Lo siento.
Sus respuestas son algo confusas, tal vez también porque habéis hecho muchas preguntas seguidas. Por lo demás sigue pareciendo receptiva. Una lágrima resbala por una de las mejillas, probablemente producto de la tensión anterior.
Jean Luc, tu oteas el patio que queda a tus pies, casi metro por metro. El niño de la bicicleta sigue haciendo sus cabriolas entre la basura y en general hay el mismo silencio y falta de acticidad que cuando llegastéis. El único cambio que percibes es que en varias viviendas hay luces encendidas que antes estaban apagadas. Viviendas del mismo edificio en el que estáis ahora.
Offrol:
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Te escribo una cosa en tu hilo, Bleyd. Échale un ojo.