Publicado: 08 Oct 2017, 23:10
Bruno observó su audiencia con la sapiencia de que lo más importante esta noche no era otra cosa de que recordarán dos cosas, la primera era de que no sobreviviríamos solos y la segunda era que recordarán al menos de oídas de las capacidades que podían llegar a tener nuestros enemigos, que si no los habías enfrentado en combate directo no las conocerías nunca.
Procuró recordar las sensaciones que había tenido esa noche mientras cerró los ojos para inspirar un poco del aire de Barcelona, el aroma a sal que provenía del mar no era para nada parecido con la sensación de libertad que producía la fragancia nocturna de la selva junto con todos los sonidos y habitantes que en ella había.
-Caminamos varios días por la selva... Yo cargaba mi Mag en la espalda... Moverse por la inaccesible y sobrepoblada vegetación de la selva con una cosa de casi quince kilos no era cosa fácil.. Pero la sensación de libertad que transmitía el roce de las platas, el fresco y húmedo aire con las fragancias de las plantas, los sonidos de los animales como los monos que aullaban o algunas aves que despertábamos en el camino, te hacen realmente sentirse pleno...- Bruno se paro rápidamente, pero no todo era bueno. -Las leyendas habitan el norte Argentino y hay muchas historias sobre el Lobizon o el Ucumar, historias que se cuentan en los poblados que te hacen pensar una y mil veces meterte en el monte porque sabes más o menos a que se refieren esas historias.. Y tengo huevos pero hay cosas que es mejor no encontrarse en esta vida... Jeje- Bromeo intentando levantar el ánimo de la reunión.
-Pero vamos a lo importante... Bernd se adelantó para hacer tareas de reconocimientos, nos quedaba un día para llegar a destino y estábamos con los pelos de punta por ser descubiertos en este lugar. No tendríamos apoyo y seríamos nosotros cuatro contra el mundo, por lo que era imprescindible que el terreno por el que vayamos fuese seguro.
-Nos preocupamos cuando nuestro compañero no volvía al cabo de un rato, sobretodo cuando escuchamos sonidos extraños y un aullido. El de nuestro compañero.- Hizo silencio por unos segundos antes de proseguir. -Miles de pensamientos asolaron mi mente en ese instante, pero particularmente uno fue el más marcado. Salvar a mi camarada. Empecé a correr como loco por la selva en dirección del sonido, no me importaba nada en ese momento y me siguieron tanto Rodrigo como Kúyen, de hecho no se imaginan como se movía la niña... Parecía una saeta que no había forma de detenerla..
-Cuando llegamos nuestro compañero estaba apoyado contra un árbol, herido... Miramos hacía todos lados, Ricardo se aseguro de que no hubiese nadie en los alrededores, pero descubrimos con quien había luchado. Un montón de cenizas que se estaban esparciendo por el fuerte viento de esa noche, nos acercamos y nos comentó que había sido cazado por un vigilante cuando volvía del reconocimiento. Que sobrevivió por los pelos. Se notaba varias heridas de garras en su cuerpo, supusimos que era una de esas escorias que prefirieron el Sabbat y sus cosas raras..- Bruno había escuchado algunas de esas cosas raras, pero no quería sus palabras supusieran una tentación para sus compañeros por lo que ni siquiera las mencionó -Nos preocupamos. Estó debía terminar esta noche. Pero lo bueno era de que había descubierto dos cosas, la primera era la posición de nuestro objetivo y la segunda pero más importante era el lugar donde estaban preparando el asedio.
-Pero eramos tres combatientes y un guía ahora, tendríamos que bastar..- El argentino comenzó a caminar inquieto mientras hablaba, recordaba esa noche como si no hubiese pasado un día y eso lo alteraba. -Comenzamos a movernos rápido, con cuidado de no hacer demasiado ruido para no ser detectados, pero por senderos que nos hacían movernos al doble de la velocidad que teníamos mientras íbamos por el medio de la selva. Si había sido alertado el obispo no había tiempo que perder.
-No faltaba mucho para el amanecer cuando llegamos a una construcción de concreto, un complejo grande en medio de la selva. La clara noche que habíamos tenido hasta ahora parecía haberse oscurecido de repente, las sombras de los árboles eran más oscuras pero la luna menguante seguía brillando e iluminando. Había guardias. Pero no parecían esperar un ataque. Nos relajamos un poco ante ese hecho. Nos costó mucho colarnos en el complejo sin ser detectados pero lo hicimos con relativa solvencia acabando con algunos guardias de manera silenciosa.
-Adentró vimos varias celdas, maldije para mis adentros. Eran unos putos campos de concentración. El olor a sangre, mierda y orina del lugar revolvía la bestia en mi interior.- Detestaba como el pueblo era cautivo del enfrentamiento entre las facciones. -Cada vez el peligro aumentaba más y costaba mantener las emociones a raya. Pero cuando conseguimos llegar a nuestro objetivo estaba frente a una... K'oa... Es una especie de mesa ritual para hacer rituales a la Pachamama, durante el carnaval.. Nos daba la espalda... Todos estábamos listos para cumplir con nuestro objetivo.
Procuró recordar las sensaciones que había tenido esa noche mientras cerró los ojos para inspirar un poco del aire de Barcelona, el aroma a sal que provenía del mar no era para nada parecido con la sensación de libertad que producía la fragancia nocturna de la selva junto con todos los sonidos y habitantes que en ella había.
-Caminamos varios días por la selva... Yo cargaba mi Mag en la espalda... Moverse por la inaccesible y sobrepoblada vegetación de la selva con una cosa de casi quince kilos no era cosa fácil.. Pero la sensación de libertad que transmitía el roce de las platas, el fresco y húmedo aire con las fragancias de las plantas, los sonidos de los animales como los monos que aullaban o algunas aves que despertábamos en el camino, te hacen realmente sentirse pleno...- Bruno se paro rápidamente, pero no todo era bueno. -Las leyendas habitan el norte Argentino y hay muchas historias sobre el Lobizon o el Ucumar, historias que se cuentan en los poblados que te hacen pensar una y mil veces meterte en el monte porque sabes más o menos a que se refieren esas historias.. Y tengo huevos pero hay cosas que es mejor no encontrarse en esta vida... Jeje- Bromeo intentando levantar el ánimo de la reunión.
-Pero vamos a lo importante... Bernd se adelantó para hacer tareas de reconocimientos, nos quedaba un día para llegar a destino y estábamos con los pelos de punta por ser descubiertos en este lugar. No tendríamos apoyo y seríamos nosotros cuatro contra el mundo, por lo que era imprescindible que el terreno por el que vayamos fuese seguro.
-Nos preocupamos cuando nuestro compañero no volvía al cabo de un rato, sobretodo cuando escuchamos sonidos extraños y un aullido. El de nuestro compañero.- Hizo silencio por unos segundos antes de proseguir. -Miles de pensamientos asolaron mi mente en ese instante, pero particularmente uno fue el más marcado. Salvar a mi camarada. Empecé a correr como loco por la selva en dirección del sonido, no me importaba nada en ese momento y me siguieron tanto Rodrigo como Kúyen, de hecho no se imaginan como se movía la niña... Parecía una saeta que no había forma de detenerla..
-Cuando llegamos nuestro compañero estaba apoyado contra un árbol, herido... Miramos hacía todos lados, Ricardo se aseguro de que no hubiese nadie en los alrededores, pero descubrimos con quien había luchado. Un montón de cenizas que se estaban esparciendo por el fuerte viento de esa noche, nos acercamos y nos comentó que había sido cazado por un vigilante cuando volvía del reconocimiento. Que sobrevivió por los pelos. Se notaba varias heridas de garras en su cuerpo, supusimos que era una de esas escorias que prefirieron el Sabbat y sus cosas raras..- Bruno había escuchado algunas de esas cosas raras, pero no quería sus palabras supusieran una tentación para sus compañeros por lo que ni siquiera las mencionó -Nos preocupamos. Estó debía terminar esta noche. Pero lo bueno era de que había descubierto dos cosas, la primera era la posición de nuestro objetivo y la segunda pero más importante era el lugar donde estaban preparando el asedio.
-Pero eramos tres combatientes y un guía ahora, tendríamos que bastar..- El argentino comenzó a caminar inquieto mientras hablaba, recordaba esa noche como si no hubiese pasado un día y eso lo alteraba. -Comenzamos a movernos rápido, con cuidado de no hacer demasiado ruido para no ser detectados, pero por senderos que nos hacían movernos al doble de la velocidad que teníamos mientras íbamos por el medio de la selva. Si había sido alertado el obispo no había tiempo que perder.
-No faltaba mucho para el amanecer cuando llegamos a una construcción de concreto, un complejo grande en medio de la selva. La clara noche que habíamos tenido hasta ahora parecía haberse oscurecido de repente, las sombras de los árboles eran más oscuras pero la luna menguante seguía brillando e iluminando. Había guardias. Pero no parecían esperar un ataque. Nos relajamos un poco ante ese hecho. Nos costó mucho colarnos en el complejo sin ser detectados pero lo hicimos con relativa solvencia acabando con algunos guardias de manera silenciosa.
-Adentró vimos varias celdas, maldije para mis adentros. Eran unos putos campos de concentración. El olor a sangre, mierda y orina del lugar revolvía la bestia en mi interior.- Detestaba como el pueblo era cautivo del enfrentamiento entre las facciones. -Cada vez el peligro aumentaba más y costaba mantener las emociones a raya. Pero cuando conseguimos llegar a nuestro objetivo estaba frente a una... K'oa... Es una especie de mesa ritual para hacer rituales a la Pachamama, durante el carnaval.. Nos daba la espalda... Todos estábamos listos para cumplir con nuestro objetivo.