Musiquilla por si alguien quiere:
La tensión del ambiente era grande cuando los dos gangrel se pusieron de espalda al otro sosteniendo cada uno un arma en cada mano, ambos eran dos combatientes de temer. Pero el más viejo de los dos sin dudas era el que más miedo infundía debido a su tamaño, su experiencia y por supuesto su sobrada actitud que a diferencia del Argentino demostraba mucha confianza.
Cada uno de los pasos fue contado por los presentes, se hicieron casi simultáneos. Bruno estuvo preparado para disparar apenas se dio la vuelta buscando apuntar directamente en la cabeza de Akula, pero este se movía demasiado rápido entre el moviliarío del muelle y el disparo fue a parar al logotipo blanco de un contenedor de color rojo.
Bruno chasqueo la lengua a sabiendas que tenía que perseguir al otro sujeto, cambio de mano la pistola y desenvaino la espada curva que era el trofeo que había conseguido el año anterior. Ninguno de los dos vástagos estaba dispuesto a perder y eso se había hecho notable en la forma en que su tamaño corporal comenzaba a acrecentar preparándose para cuando llegarán a combatir cuerpo a cuerpo.
Los movimientos de ambos guerreros trepando entre los contenedores, haciendo una especie de parkour con muy poca tecnica pero bastante efectivo demostraba que ambos estaban acostumbrados a combatir en cualquier clase de ambiente pero se notaba un poco que el urbano no era el suyo. En la memoria del Argentino un breve flash de una carrera que tuvo en el barrio gótico con cierta vampiresa que logró alcanzar luego de un salto de varios metros en el que acortó mucha distancia. Pero el otro Gangrel no buscaba escapar, solo deseaba encontrar un lugar apropiado para combatir, al llegar antes al contenedor estaba preparado para lo que iba a suceder.
Y allí espero a que el neonato subiese para poder comenzar con lo que el en verdad deseaba, un combate de sangre y dolor. Mientras propinaba el primer tajo con el cuchillo de combate Akula hizo un comentario:
-Muy ágil neonato...
Pero Bruno estaba muy concentrado para hacer otra cosa más que sonreír ante el comentario de su mayor. Esquivó el cuchillo que paso a milímetros de su torso rasgando un poco la ropa del excombatiente pero gracias a eso el neonato vió un hueco en la defensa que aprovecho brindando un corte que Akula recibío con el mayor de los placeres, y cuando Bruno observó de reojo la espada no pudo ver ni siquiera una mancha a pesar del buen golpe que había dado en el hombro de su contrincante.
"Es demasiado duro. Demonios.."
Después de eso el argentino sabía que se venía un poderoso golpe por lo que decidió solamente esquivar el movimiento de Akula que era una punción frontal intentando alcanzar el cuello del vástago más jóven, pero el Argentino se vió venir el ataque que esquivo con bastante gracia, de la misma forma que un boxeador esquivaría un puño frontal, agachándose rápido y retomando posición.
El siguiente movimiento del vástago antigüo fue intentar dar una patada circular en los tobillos del otro para intentar derribarlo, pero de nuevo el Argentino pudo leer los movimientos agiles a pesar de su contextura esquivando por los pelos, aunque pudo sentir un ligero roce en la punta de sus dedos cuando la pierna paso por debajo suyo. Pero hubo otro hueco que pudo observar Bruno y con un movimiento rápido hizo un corte descendente que intento esquivar el otro vástago pero que no lo logró, esta vez la espada había conseguido atravesar la dura coraza de piel que tenía el cuerpo de Akula. Un grito cargado de euforía y alegría sale de la boca del veterano, que sin duda sorprende un poco a Bruno, parece que cada vez el combate se pone más emocionante y el ancianilla lo está disfrutando mucho.
Abajo los murmullos cada vez se hacen más recurrentes, pero de los que se quedarón no hay uno solo que no este completamente espectante al combate que sucede veinte metros por sobre sus cabezas. Algunos se movieron para tener una mejor visión del combate que se esta llevando a cabo sobre una plataforma de muchos contenedores.
El siguiente ataque de Akula va cargado con toda su energía en un movimiento circular demasiado rápido para la mayoría, hasta para el experimentado Bruno fue lo suficientemente rápido para alcanzarlo. Pero ya había acondicionado su cuerpo para aguantar un castigo sobrenatural y aunque dolío cuando el cuchillo se clavo, el dolor no se convirtío en más que una molestía momentánea gracias a la posición que había adoptado para evitar que penetrará más. Otra patada fugaz repitío el ancianilla, una que tomó por sorpresa a Bruno que calló de espaldas al suelo.
El hombre grande atacó con una punción que se clavo en el hombro de Bruno, pero que no llegó a hacerle mucho daño a su muerto cuerpo, posiblemente gracias a que Bruno giró para dejarse caer en el contenedor de abajo. Ambos combatientes estaban disfrutando mucho del combate y los espectadores aún más, la adrenalina que cargaba el ambiente era sin duda notable.
Era momento de cambiar de escenario de combate, Akula de reojo observó un contenedor que una grúa mantenía en el aire y sin dudarlo un segundo corrío y luego salto con gran presteza hasta alcanzarlo. Bruno que ahora mismo había entrado en un modo en el que no le importaba ganar, ni sobrevivir sino de disfrutar el combate lo siguío en vez de hacer lo que le aconsejaba su instinto de soldado. Con la misma presteza de Akula y casi al mismo tiempo alcanzó el contenedor que se balanceaba levemente muchos metros por encima del suelo.
Pareciera que la nueva plataforma de combate dio una renovada energía a los dos contrincantes ya que ambos clavaron sus armas en el otro, Akula en el hombro izquierdo de Bruno y Bruno en el costado derecho de Akula. Ambos golpes fueron un gran impacto que hizo que la sangre de ambos saltará por los aires. Mientras gritos eufóricos se escuchan más abajo al ver como se desarrollaba el combate y el gran espectáculo que se estaba desarrollando más arriba. Los filos de las armas danzaban peligrosos en la noche.
Los cuerpos heridos de los dos combatientes no parecía que se fueran a retirar, ninguno de los dos quería dar brazo a tocer y asi fue como un golpe bien dirigido del Ancianilla volvió a dar al neonato que estaba preparado para recibir el tajo que intento esquivar pero que nuevamente alcanzó al gangrel. Con un golpe de puño que iba tan rápido como el rayo intento hacer caer a Bruno que con suspicacia vio venir el golpe y se hizo a un lado.
Ambos comienzan a lanzar sendos cortes hacia su contrincante mientras se mueven provocando que el contendor sea cada vez más inestable, el ambiente comienza a caldearse intentos de corte van de un lado hacía otro hasta que el veterano se cansa y pronuncia:
-Hasta aquí hemos llegado...- Y se lanza en contra de Bruno para impactar con todo su cuerpo.
Bruno sonríe por la alegría y la emoción que le causa el combate a lo que responde:
-Pues sí.
Akula impacta con el hombro a Bruno que recibe el impacto pero que en el último momento intenta liquidar a Akula clavando su espada en la herida del costado derecho. La adrenalina de caer desde esa distancia era grande, aún conservaba grandes vestigios de su humanidad por lo que cierto miedo si que recorrió la cabeza de Bruno, pero se preparo para caer de manera correcta en el último segundo. Eso sumado a los gritos y algunos aullidos de vitoreo le daban al lugar un ambiente cargado de emociones.
Luego de unos movimientos propios de un gran gato al caer desde veinte metros Bruno se levanta como si no hubiese pasado nada, sus articulaciones aguantaron el impacto debido a que su cuerpo estaba preparado para un combate de esta magnitud. Si algún mortal llegaba a ver las hazañas que se desarrollaban en este encuentro sin duda alguna se rompería la mascarada.
Bruno que se había quedado sin espada y al ver como Akula bajaba los contenedores con velocidad y presteza, sosteniendo en una mano la espada que le pertenecía a Bruno y en la otra su cuchillo, volvió a desenfundar la glock 17 y comenzó a disparar al escurridizo hombre que se movía con soltura entre los contenedores para encontrar cobertura. Ni siquiera el fuego automático fue capaz de hacer que impacten más que algunas balas en el cuerpo del gran hombre que cada vez parecía más decidido.
El neonato observó que podía usar de último recurso como arma y arrancó una señal de transito del puerto, en el momento que Akula estaba a unos escasos diez metros desde donde arrojo el cuchillo a los pies de Bruno diciendo:
-Con eso no me vas a hacer cosquillas, chaval..El sabbat nunca lo haría, pero yo no soy esos salvajes.. La espada me la quedo, que quiero ver que tal corta-
Pero el neonato tan terco y orgulloso como era prefirío no aceptar el arma de su contrincante pues le parecía de alguna forma una ofensa y le respondío a Akula:
-Pues eso lo veremos...- Mientras golpeaba el tronco de la señal contra su palma esperando los movimientos que sucederían sin duda segundos después.
-Tu funeral muchacho...- Dijo con evidente sorna el que avanzaba decididó hacia el otro que retrocedía poco a poco para mantener la distancia. Ya estaban cerca del borde del muelle. A Bruno se le había ocurrido la idea de intentar tirar a Akula al mar, de esa forma posiblemente ganaría, porque abandonaría el escenario de combate.
Bruno intenta bloquear la espada que se dirige hacia él con la barra metálica, pero la fuerza, precisión y velocidad de la cuchilla dividen la barra en dos provocando que penetre hasta el pecho de el Argentino en el cual se dibuja una profunda herida. El combate parece estar acabado. En un intento desesperado el soldado se hace a un lado para dejar pasar a Akula en el próximo movimiento pero este lo prevé y ensarta la espada en el estomago de Bruno que deja salir algo de sangre por su boca, esta muy mal herido. En el último movimiento el ancianilla pudo haber acabado con la vida del neonato pero se la perdonó, eso lo pudieron observar todos los presentes.
Al igual que como sacó la espada y la dejó caer, para luego sostener a Bruno por los hombros con sus enormes manos y brindarle un abrazo de esos que se dan los amigos de muchos años. Un abrazo que representaba que había ganado un compañero de armas, mientras en voz alta decía con gran alegría:
-Es lo más divertido que he hecho desde que he llegado a esta ciudad. ¡Gracias chaval!"