501a Buscando respuestas en "Zapateando"...

Moderador: Sebastian_Leroux

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Jebediah_Gogorah
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#1

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 30 Abr 2018, 18:55

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Francesc entró cabizbajo a aquel peculiar local, donde aquella incordiosa música parecía taladrarle la cabeza. O tal vez estuviera más susceptible de lo normal por lo que había pasado un rato antes, con la carta de Jean-Luc y la sobreimpresión de aquellos recuerdos. En cualquier caso, estaba fastidiado por, una vez más, superponer la profesionalidad a su estado de ánimo, y a sus ganas, especialmente aquella noche, de mandarlo todo a la mierda.
El local era ciertamente estrecho, pero sin embargo de una profundidad aceptable. Las mesas más exteriores estaban absolutamente llenas, con gente buscando el fresco de la madrugada. Algunos disfrutaban de una fresca taza de salmorejo, especialidad de la casa, mientras huían de paso de la estruendosa música, que hacía las delicias de los más avezados en el baile, que en el fondo de local, zapateaban, nunca mejor dicho, en una pequeña tarima de madera de apenas cinco metros cuadrados y al que el calificativo de escenario quizás le quedara muy grande. Elementos de la cultura andaluza y catalana, ornamentaban las altas paredes del local. Sin duda, un popurri curioso, con un toque algo cañí. Los vapores en el techo, movidos por unas enormes aspas, traían aromas a tomate y ajo pero también sudor.
Cesc llegó hasta la barra sin problemas, y tras descargar sus cosas en el taburete de al lado, levantó la mano para llamar a la camarera, que tiraba una caña al otro extremo y le asentía con la cabeza, confirmando que lo había visto. A los pocos segundos, se acercaba poniendo la oreja, como si Fornals fuera a pedir algo.
- Hola, buenas... me gustaría hablar con Julita... llamé hace un rato. - dijo el abogado alzando un poco la voz ante el bullicio y la música.
- Ah sí... ahora mismo la llamo - contestó la muchacha con un notable acento sureño. - ¿Quiere tomar algo mientrás espera?.
- Por ahora no, gracias. - replicó Cesc.
La muchacha volvió hasta el fondo de la barra y accedió a la puerta abatible de lo que sería sin duda la cocina. Mientras Cesc tamborileaba nervioso con los dedos en la barra. En su cabeza, un torbellino de ideas y sensaciones se tornaban en un batiburrillo estresante. ¿Cuantos recuerdos más serían falsos?... ¿como podría saberlo?... ¿como podría averiguarlo sin levantar la liebre de la investigación?... ¿por qué no mandar a la mierda la investigación, si al fin y al cabo Paula le había hurgado en la cabeza?... Pero... ¿y si Paula lo hizo para protegerlo...? ¿Y si la auténtica verdad era tan jodidamente comprometida para el abogado que la sheriff se vio en la obligación de hacerlo?... ¿O si tal vez lo manipula todo tal y como le advierte Jean-Luc?... en cualquiera de los casos, debía una disculpa al caitiff, y aquello era algo que dolía en su orgullo ventrue... pero sin embargo la vanidad, seguía siendo un pecado, no solo para los mortales, tambien para los vampiros. No se le iban a caer los anillos por hacerlo. Daren se lo había advertido hacía solo unas horas... "-Tienes que abrir tu percepción, Francesc... no obsecarte..." Sin embargo no le cuadraba todo aquello... ¿Quien era aquella voz tan grave, capaz de erizar la piel?... ¿Por qué le entregó Verónica?... Su amor no era una mentira... lo había visto... en sus ojos y en su alma... el amor era recíproco... entonces ¿por qué le traicionó?.
Y así, divagando, intentando sanar la herida invisible y siempre abierta, del recuerdo de Verónica... pensó que si eran capaz de manipular su mente, alguien con el mismo poder de la sangre sería capaz de arrancar a Verónica para siempre de su mente... ¡¿como no se le había ocurrido antes?!; pero sin embargo el pensamiento contrario se le cruzó en la mente, aterrándolo... ¡¿Y si le hicieron lo mismo a Verónica?!... ¿y si le borraron la mente para que no amara a Francesc...? Otro planteamiento contradictorio, otro "sí pero no"... otro callejón sin salida.
Una señora entrada en edad, quizás rozando el medio siglo, apareció en la sala. Tenía su teñido pelo recogido en una coleta alta, con la frente muy estirada y unas gafas de pasta rojas, que realzaban sus ojos verdes, llamativos sobre aquellas profundas ojeras. Iba vestida totalmente de negro, y llevaba las cartas del menú, pegadas al pecho. Sin duda, Julita, debía ser la maitre del local. Lo que venía siendo una persona normal y corriente. Era increíble, como a pesar de los años en el oficio, Cesc se resistía a abandonar el cliché que de los delincuentes tenía. Donde esperaba una chica joven tatuada, tal vez llena de piercings, y drogada hasta las cejas, como cualquier trabajador de un Drug Lord que se dignara, encontró una señora de lo más normal, que se acercaba con gesto tranquilo, pero serio, quizás salpicado por algo de curiosidad.
Cesc extendió la mano para saludarla, y en el momento que ella la encajó, se presentó:
- Hola Julita, soy Francesc Fornals... tenemos un amigo en común... ¿Podemos sentarnos y hablar? Serán solo unos minutos...
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Sebastian_Leroux
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#2

Mensaje por Sebastian_Leroux » 01 May 2018, 01:26

- Hace años que nadie desconocido me llamaba Julita. Ahora es Doña Julia esto, Doña Julia lo otro - la mujer te saludó con un par de besos apenas rozados -olor a tabaco y perfume caro- y una voz grave y poderosa, que acabó la frase con un suspiro - privilegios de la edad, supongo. Pero a los amigos de mis amigos se lo permito, sobre todo si son tan guapos. Sígueme, por favor.
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La mujer esquivó a un grupo de japonenes que empezaron a hacer fotos de manera obsesiva a una bailarina (que acababa de sarlir al escenario en un traje de dudoso gusto que habría hecho suicidarse a cualquier aficionado al flamenco) y emprendió un camino escaleras arriba. El segundo piso era una platea que permitía ver el espectaculo de la planta baja en las mesas más cercanas al borde, o retirarse a una relativa privacidad ( e aislamiento ) en los reservados del fondo. Hacia allí te condujo doña Julia. No había demasiada gente, y todos los grupos parecían de extranjeros.
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- Y bien, dime que se te ofrece y cómo prefieres que te llame. Te recuerdo del juicio, estuviste en una de las sesiones, la que se prolongó hasta la madrugada, pero no nos presentaron entonces. Si lo hubieran hecho, me acordaría, tengo una muy buena memoria - la mujer dejó los menús sobre la mesa y se encendió un purito nada más se sentó en el mullido asiento rojo, empleando una de las velas cercanas como encendedor; afortunadamente en tu lado no había cirios cerca; aunque pequeñas, la profusión de pequeñas llamas no contribuía a serenar tu ánimo - y los animalitos heridos son mi debilidad - su vista se detuvo un par de segundo en tu bastón, mientras se deshacía el moño para volver a tensárselo con habilidad - pero tú no te acordarás de mi; no te preocupes, es normal.
Y en efecto, no eras capaz de recordarla. Aunque su rostro no te era del todo desconocido...
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Jebediah_Gogorah
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#3

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 01 May 2018, 16:13

- ¿Por el bastón, dices?... No, no... - concluyó sin esperar su respuesta - Es sólo una herramienta para ligar. Era esto... - levantó el bastón y lo cruzó en un lateral de la mesa - ...o un cachorrillo... y mi apoyo artificial no necesita de apenas cuidados - Sonrío. Aquel extraño humor ingenioso pero a la vez raro, bordeando el humor negro, empezaba a ser característico en un Cesc empeñado en intentar echarle siempre una sonrisa a la vida. Así se lo había prometido a él mismo cuando el accidente, con apenas dieciocho años y medio, amenazaba con sesgarle la felicidad de un muchacho en la plenitud de su vida.
- La verdad es que recuerdo tu cara, ¿cómo olvidarla, querida?... pero no me acordaba de tu nombre... y no soy capaz de vislumbrar si fue que no nos presentaron o simplemente quedé omnubilado con tu belleza. - Le guinó el ojo de una forma ciertamente descarada - Puedes llamarme Cesc, si a cambio me permites seguir llamándote Julita. Me parece bastante más casual y sexy que Doña Julia - Dijo manteniendo la pícara sonrisa.
Las velas que adornaban las mesas contiguas estaban lo demasiado lejos para estorbar a Cesc, y otorgaban una atmósfera cálida a aquella amueblada tribuna, donde para fortuna de Cesc, la música llegaba con menos impacto. En aquella parte superior, el restaurante parecía adquirir un aspecto más propio de la toscana italiana que del sur español, con pequeños dibujos improvisados imitando huecos de una pared de ladrillos, y hiedras artificiales sobre un enrejado negro, justo en el mural del fondo.
- Verás Julita, no quiero robar mucho de tu preciado tiempo... llevar un local como este, no debe ser nada sencillo. - Miró hacia abajo viendo la ferviente actividad del local - Según pude hablar por Ricart, y puedes estar tranquila, porque este tema se zanjara entre tú y yo, esta noche... no volveremos a tocarlo, a no ser que tengas algo nuevo que tú, voluntariamente quieras aportar. - Se incorpora un poco sobre la mesa, y acerca la cara un poco hacia la de Julia, de lado, para mantener la distancia con la llama del cirio. - Es posible que hace unas semanas o días, viniera gente nueva... desconocida para tí... preguntando por cosas que no movéis... ¿sabes por donde voy o necesitas más pistas?... Gente chunga al parecer. De hecho, un eslabón de la cadena ha desaparecido... y me siento en deuda con Tárrega. Me gustaría al menos averiguar que pasó con el muchacho... que lo mismo pudo aprovechar la cuyuntura para irse con la mierda que le quedara por colocar... - susurró - Yo personalmente, no tengo nada que ver con el tema... - se volvió a sentar - pero es un caso en el que estoy trabajando y le fui con el cuento al Vell... y al parecer le ha traído ciertos problemas... - Se coloca el nudo de la corbata... - Creéme... el jefe tiene un mosqueo de mil pares de cojones... y por eso me siento en la obligación de intentar arreglarlo... ¿sabrías decirme algo de esa gente?. - Cesc sin cortarse un ápice, sacó su agenda y la pluma, sabedero de que alguna forma u otra, Julia podría darle algún dato, por nimio que fuera...
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Sebastian_Leroux
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#4

Mensaje por Sebastian_Leroux » 06 May 2018, 17:46

Escrito originalmente por @Jebediah_Gogorah
- ¿Por el bastón, dices?... No, no... - concluyó sin esperar su respuesta - Es sólo una herramienta para ligar. Era esto... - levantó el bastón y lo cruzó en un lateral de la mesa - ...o un cachorrillo... y mi apoyo artificial no necesita de apenas cuidados - Sonrío. Aquel extraño humor ingenioso pero a la vez raro, bordeando el humor negro, empezaba a ser característico en un Cesc empeñado en intentar echarle siempre una sonrisa a la vida. Así se lo había prometido a él mismo cuando el accidente, con apenas dieciocho años y medio, amenazaba con sesgarle la felicidad de un muchacho en la plenitud de su vida.
- La verdad es que recuerdo tu cara, ¿cómo olvidarla, querida?... pero no me acordaba de tu nombre... y no soy capaz de vislumbrar si fue que no nos presentaron o simplemente quedé omnubilado con tu belleza. Puedes llamarme Cesc, si a cambio me permites seguir llamándote Julita. Me parece bastante más casual y sexy que Doña Julia.
Julita sonrió, ahora de manera amplia, y se tomó un par de segundos para replicarte.
- Anda que... - contestó al fin, con un ligerísimo acento gallego y en tono socarrón, como riñendo a un niño pequeño - menudo peligro tiene el cachorrito. No habrás tú roto corazones ni nada con esa lengua tuya, Cesc. Suerte tengo de que me hayas pillado tan mayor . Y suerte tienes tú... Respecto de mi cara... tal vez recuerdes la de un viejo amigo mío, se me parece un poco. Julio Aveiro. Es uno de los testaferros de Tárrega, según argumentó ese fiscal con cara de follar poco en el jucio. Aunque mi amigo pefiere pensar en Ricart como en un compañero de negocios.
Un camarero con un traje típico cordobés y cara de aburrido os sirvió un par de bebidas que no habíais pedido, porporciandote la pausa necesaria para recuperar al recuerdo de tu memoria. El tal Aveiro había testificado en una de las sesiones del juicio de Ricart y efectivamente se parecía mucho a Julita. Mucho.
- Las chicas más jóvenes lo odian con razón, pero en mi generación era obligado tener que recuperar tu antiguo aspecto en según que circunstancias, por ejemplo para actos formales como el de un juicio - te dijo simplemente Julita, dando un pequeño sorbo de su vaso, mientras contestaba a la pregunta que no habías formulado - confieso que a mi me diverte sacar a Julio en público de vez en cuando, es como recuperar un disfraz viejo. Y nunca he tenido tiempo ni interés en luchar contra el sistema para que reconozca lo que yo ya se - por un momento la mirada de la mujer se perdió en un punto lejano de la mesa - Aclarado lo cual, Cesc, dudo que hayas venido aquí para discutir sobre identidades con una señora mayor como yo. Y claramente esta no es una visita de placer, o ya habrías empezado a disfrutar de la bebida ¿Qué puedo hacer por ti?
Escrito originalmente por @Jebediah_Gogorah
- Verás Julita, no quiero robar mucho de tu preciado tiempo... llevar un local como este, no debe ser nada sencillo. Según pude hablar por Ricart, y puedes estar tranquila, porque este tema se zanjara entre tú y yo, esta noche... no volveremos a tocarlo, a no ser que tengas algo nuevo que tú, voluntariamente quieras aportar. Es posible que hace unas semanas o días, viniera gente nueva... desconocida para tí... preguntando por cosas que no movéis... ¿sabes por donde voy o necesitas más pistas?... Gente chunga al parecer. De hecho, un eslabón de la cadena ha desaparecido... y me siento en deuda con Tárrega. Me gustaría al menos averiguar que pasó con el muchacho... que lo mismo pudo aprovechar la cuyuntura para irse con la mierda que le quedara por colocar... Yo personalmente, no tengo nada que ver con el tema... pero es un caso en el que estoy trabajando y le fui con el cuento al Vell... y al parecer le ha traído ciertos problemas... Creéme... el jefe tiene un mosqueo de mil pares de cojones... y por eso me siento en la obligación de intentar arreglarlo... ¿sabrías decirme algo de esa gente?.
La sonrisa se borró inmediatamente de la cara de doña Julia.
- Ricart me advirtió que vendría alguien de los nuestros a preguntar sobre el tema. No todos tenemos un barquito para escaparnos, ¿sabes, Cesc? La verdad, si una ha aprendido algo todos estos años es saber moverse cuando es necesario moverse, y a quedarse quieta cuando las aguas bajan revueltas. Y ahora bajan muy revueltas. Mucho peligro tienes tú, cachorrito, viniendo aquí a hacer estas preguntas... - la mujer de nuevo paró la conversación para sacarse un cigarrillo y encenderselo empleando una de las velas cercanas; el local irrumpió en ensordecedores aplausos por el fin o el inicio de una de las actuaciones, y doña Julia empleó esos segundos en los que el volumen impedía la conversación para evaluarte entre calada y calada - lo que no entiendo es qué interés tiene un abogado de Ricart en lo que pasa o deja de pasar en la calle, o sobre chicos que desaparecen o no. La gente es frágil, Cesc: en nuestra linea de negocio los que tienen mala suerte se hacen daño, y lo que la tienen buena se retiran a tiempo, y raramente se paran a despedirse. Y si se llevan un poco de mercancía que no les pertenece, nuestra amenaza va algo más allá de enviarles un encorbatado con una demanda... Así que dime, ¿qué buscas exactamente? - nueva calada, nueva mirada entrecerrada evaluándote.
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Mensaje por Jebediah_Gogorah » 06 May 2018, 19:38

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Mensaje por Jebediah_Gogorah » 06 May 2018, 19:55

Cesc no pudo evitar cierta cara de decepción, cuando en su memoria apareció el rostro de Julio Aveiro, y se percató de que acababa de estar flirteando con él. Luego tras la decepción vino la confusión... ¿Habría algo más que Paula habría tocado en su cabeza, para no ser capaz de distinguir un transexual de una mujer?... Francesc no era nada homófobo. De hecho su sire era homosexual, y nunca le había preocupado lo más mínimo. Pero quedó impactado, ya que al fin y al cabo se había educado con una educación clásica patriarcal, y esta era una de tantas rémoras de su pasado mortal.
- Claro Julio, coño... - dijo intentando darle naturalidad, aunque imposible disimular cierto trasbordo a una actitud más coleguil - Perdona que no te reconociera... llevo unos días de infarto.
La guitarra española empezó a sonar, con unos arpegios en las cuerdas finas de nylon, que producían aquel sonido tan peculiar y tan patrío. Los ruidos de los flashes de las cámaras se intercalaban con los sonoros taconeos de "Maria Póveda, la gitana del Puerto", estrella aquella noche como cada mismo día de la semana, en Zapateando...
- Verás, Julita... - creyó que se haría un flaco favor, si no recuperaba la compostura, y por ende, su actitud normal de "cachorrito travieso" - Lo que quiero saber es que tipo de gente fue la que vino a verte... Tárrega - susurró de nuevo acercándose - me dijo que era gente jodida... y sí claro, que te seré franco... lo del chaval con las papelas me importa tres mierdas, aunque si me gustaría darle una buena noticia al Viejo, si lo encuentro... Lo que intento saber, Julita... - puso el dedo índice sobre la mesa, y lo aporreó al ritmo de las palabras - ... es a que tipo de gente le estoy tocando los huevos...
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#7

Mensaje por Sebastian_Leroux » 06 May 2018, 19:56

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Mensaje por Jebediah_Gogorah » 06 May 2018, 20:01

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#9

Mensaje por Sebastian_Leroux » 06 May 2018, 21:41

Cita:
- Claro Julio, coño... Perdona que no te reconociera... llevo unos días de infarto.
Doña Julia hizo un gesto con la mano quitándole importancia al comentario.

Spoiler:
- Verás, Julita... susurró de nuevo acercándose. Me dijo que era gente jodida... y sí claro, que te seré franco... lo del chaval con las papelas me importa tres mierdas, aunque si me gustaría darle una buena noticia al Viejo, si lo encuentro... Lo que intento saber, Julita... es a que tipo de gente le estoy tocando los huevos...

Cita:
Jebediah_Gogorah rolls 7d10f7 = 4 ( (8, 5, 10, 7, 6, 5, 10 → 4 successes against 7) )10s:2 #Carisma+Subertugio ¿Esos 10 cuentan doble, no? Tiradón!
El humo de su cigarrillo hizo entrecerrar los ojos a la mujer, que seguía clavando su mirada en la del abogado. A unos metros, una mesa de tipos de aspecto inglés y rostro rojo seguía con palmadas asíncronas la interpretación de María Poveda.
- Corren todo tipo de rumores por los barrios bajos estos días. Nosotros y los del Bazar, los chinos, empezamos casi a la vez a preguntar por los explosivos por la calle - Cesc sabía que había un grupo de delincuencia organizada asiática en Cataluña llamado El Bazar, o al menos eso se decía, hasta donde el ventrue conocía no había nada de información oficial - Y en seguida la policía empezó a apretar a confidentes y a encarcelar a monigotes. Todos el mercado negro, desde el yonki más humilde al Capo más elevado, pasando por el decente poli en su despacho, está de los putos nervios. Hay redadas absurdas. Lo que te decía, las aguas bajan revueltas, creo que es momento de estarse quieta... Pero me jode por Antón. El chaval desaparecido - te aclaró doña Julia - vino de O Carballo hace apenas 1 año. Guapísimo. Ceja partida. Labios gruesos y frente estrecha. Más tonto y no nace. Corren rumores de que a los chinos también les ha desaparecido gente. Pero Antón es el de los nuestros - tiró el cigarro al suelo y lo aplastó con su zapato de tazón negro mientras bebía otro pequeño sorbo del vodka- Si le ha pasado algo me gustaría saber el qué. Y si ha sido lo suficientemente tonto de elegir este momento para salir corriendo con 50 gramos a O Carballo, también. Dices que quieres saber qué ha pasado ¿tienes algo que hacer las dos próximas horas? Ni ayer ni ante ayer Antón pasó por casa y hoy quería volver a hacerle una visita.

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Mensaje por Jebediah_Gogorah » 06 May 2018, 23:00

Los aplausos fóraneos inundaban la totalidad de la platea, al término de la pieza de la bailaora, y el inicio de un cante jondo de un coro de hombres, de lo más granado del panorama, que intentaban tirarse por bulerías, con un cantaor de categoría llevando, nunca mejor dicho, la voz cantante. Una platea cuyos vapores etílicos con aroma a rebujito, ascendían de forma desproporcionada, caldeando el ambiente de la tribuna, donde Julita y Cesc seguían departiendo.
{ https://www.youtube.com/watch?v=OFzG7K4-lY0 - Bulerías by Paco de Lucía & Camarón de la Isla }
- No, no... claro, vayamos... - contestó el abogado - ... y dime Julita, ¿cual era la zona de menudeo de Antón?... ¿Estamos cerca de su casa? - Como siempre, Francesc intentaba hacer su valoración nocturna y cotidiana de cuánto tiempo disponía antes del amanecer. Aún quedaba noche, pero aquello no era óbice para que el ventrue intentara tenerlo todo bajo control, como era de costumbre. - Pérdoname que insista, querida... pero, ¿a tí te llegaron a visitar esa gente por la que te pregunto?... ¿O esos de los que me hablan... te llegaron a comentar como eran?... ¿Sus ropas?, ¿su aspecto?... ¿su actitud?... ¿su forma de hablar, tal vez?... o no sé... ¿venían solos o en grupo?... ¿Dijeron si venían de parte de alguien, o representaban a algún grupo?... - Cesc amartilleaba su pluma contra la hoja en blanco de su agenda. Sabía que aquel vendaval de preguntas, estaba bordeando el interrogatorio, y aquello no ayudaba en nada para que los testigos, hablaran desde la calma. Pero el abogado, hastiado ya de ésta investigación, donde cada respuesta traía diez preguntas más, decidió coger el camino del medio, sin atajos, y directo. Si iba a jugársela por el Vell, quería saber que podía sacar algo más de provecho, que unos cuantos soplos esporádicos... algo que por fín le diera el empujón que la investigación necesitaba.
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