402a En el refugio del Palacio de Sahil...

#31

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YouTube · #32

La alarma vibratoria del móvil de Cesc sonaba en su pantalón. Rápidamente la desconectó mientrás decía: - Señores... lo siento mucho. Mi hora de seguridad ha llegado. Hora de volver al refugio. - Aprovechó que tenía el móvil en la mano, para activar la cámara y sin pedir permiso, sacó dos fotos, al tiempo que decía. - Fijaros aquí. Éste es el emplazamiento de la Urbanización Patgés... y éste mismo símbolo se repite en varias localizaciones del mapa - dijo señalando con el dedo en el mapa - Lo mismo son lugares de interés, dignos de investigar... tal vez sean los destinos de más mulas.

Sacó dos fotos, una a ese mapa, y otra a aquel extraño documento con nombres en clave. - Jean-Luc... - le dijo mientras veía que el caitiff extrañamente tanteaba la pared. - Creo que deberías quedarte tu con estos documentos... digamos, que legítimamente, te pertencen... por así decirlo. - Recogió el bastón y se dispuso a salir de la estancia. - Creo que por lo pronto, deberíamos quedar mañana en el Búnker, y ya buscaremos un nuevo emplazamiento... y por cierto. Deberíamos dar prioridad a buscar a Bruno. No contesta a los mensajes... y lo mismo está en peligro, como lo estuvo Jean-Luc - enfatizó - y no pudo advertirnos. Creo que es de vital importancia que lo localicemos. Podríamos quedar sobre las 22:30 o así. Yo necesito alimentarme mañana sí o sí. Buenas noches, señores.

El ventrue salió de nuevo airado tras escuchar a Daren^*1 decir que tenía un asunto del que encargarse a la noche siguiente. No dijo nada. Asentió con la cabeza, pero el mal humor le subía como la hiel por la garganta. ¿Es que acaso no entendían nada?. ¿Es que no sentían la presión del tiempo que él estaba viviendo?... ¿No veían como la arena resbalaba por aquel reloj de arena en el horizonte negro de Barcelona.?

Con aquellos pensamientos, Cesc salió del sótano del templo de Sahil, donde esperaba pacientemente Arnau. En los últimos metros, Fornals intentó transformar su rostro y que no se le notara lo que allí había vivido aquella madrugada. - Arnau, neng. Que alegría verte. Llévame a casa por favor.

El coche arrancó, al tiempo que Francesc sacaba de su cartera su agenda y la pluma del bolsillo de la chaqueta. Actualizó rápidamente su agenda:

Luego sacó dos tarjetas de su tarjetero y los apoyó en la agenda donde, en el reverso de ambas tarjetas escribió algo. Los frenos del coche chirriaron mínimamente, al llegar al Carrer de Mallorca. Cesc sacó un billete de 200 euros de la cartera y le dijo a Arnau: - Arnau, querido - al tiempo que le entregaba una bolsa - ¿serías tan amable de llevar esto a una lavandería y pedir que lo envíen a la trigésima tercera planta de la torre Agbar? - le dijo al tiempo que le daba la tarjeta y el billete de 200 euros. - Por favor, que añadan esta tarjeta:

- Tranquilo, Arnau, soy consciente de que no eres mi mayordomo ni nada de eso, pero me harías un gran favor. Ahora mismo no dispongo de tiempo y me he compromentido a entregarlo mañana. - Una mano desde el asiento de atrás en el hombro de Arnau y un pequeño apretón fue la despedida que eligió Francesc con su guardaespaldas personal, tras citarlo mañana sobre las nueve y media en la misma ubicación de ayer.

Consciente de que mañana al despertar debía alimentarse, dejó la otra nota en la portería del edificio donde Cesc tenía su actual refugio/vivienda:

Subió por el ascensor absorto con lo que había vivido aquella noche... tantas cosas, tan intensas... era imposible centrarse... era de una extrema complejidad organizarse y focalizar. Con esos pensamientos en la cabeza, la puerta del ascensor, se abrió dejando ver un extraño paquete frente a su puerta. La paranoia invadió a Fornals, que se movió en slow motion hasta el propio paquete, temeroso de lo que podía encontrarse. Pero ya de cerca, pudo visualizar de que se trataba. La nata que chorreaba derretida por las esquinas del cartón y que caían sobre la alfombra, no dejaba lugar a dudas que se trataba de una tarta. - Mierda... mi cumpleaños - Recogió la tarjeta sin leerla, sabiendo lo doloroso que sería hacerlo. Entró a su apartamento y arrojó la tarta con caja incluida al fregadero con una furia inusuada. Luego ya en la soledad de su apartamento, abrió la tarjeta y vio la pequeña caligrafía de su sobrina, deseándole el mejor de los cumpleaños... Colgó la tarjeta en el inútil frigorífico con un nudo en la garganta, al tiempo que mandaba un mensaje a su hermana Angels, al tiempo que las lágrimas rojas nublaban su visión y mojaban su cara.

Y también mojaron su cara, las gotas de la cálida agua de la ducha, mientras el abogado seguían intentando hacer un control de daños de toda la situación. Se encontraba saturado, pensando en la fiesta en la casa Batlló, en los comentarios Sandra, de Nines, de Marc, y sobre todo de Ginesta. Pero tambien de la extraña experiencia vivida en el templo o del encuentro con Paula. Había sido una noche más que movida, y la investigación, salvo nuevas pistas en los documentos personales de Sahil, no había avanzado en demasía. Sentía el peso de la espada de Dámocles en su nuca. Una presión forzada y no deseada. Presión al fin y al cabo.

Cesc se vistió solo con aquel pantalón de pijama de seda y dejando su cabellera totalmente suelta. Inquieto, consciente de que le costaría dormir, y sabiendo que toda la casa ya estaba domóticamente cerrada, y teniendo en cuenta que aún quedaban un rato hasta el amanecer, accedió a un cuarto donde, amontonados en cajas aparecían todos los recuerdos de su vida mortal. Cómo el que va a realizar una mudanza perenne. En el centro de la habitación, y un precioso piano de cola Yamaha, negro como el tizón, donde Francesc practicaba en su vida humana o les tocaba el "Para Elisa de Beethoven" a los ligues que traía a casa. La habitación, tal y como pidió Francesc en la compra estaba totalmente insonorizada, y podía si quería dar un concierto allí, que nadie se enteraría.

Se acercó despacio al piano, cómo el que tiene miedo a afrontar su pasado. Un surco provocado por su dedo, dejaba un rastro entre el polvo de la madera. Se acercó al taburete de piel y se sentó. Abrió la tapa de las teclas, con la misma lentitud que había realizado todo el proceso. Y no sabe si por inspiración divina o por que, una melodía se le vino a la cabeza... una melodía de una canción de Gordon Mathews alias Sting, donde hacia un genial simil con una partida de cartas... una nota continuó a la otra y la canción surgió, pensando en cada estrofa el significado que tenía para su ya ajetreada vida y el momento que estaba viviendo:

{ https://www.youtube.com/watch?v=erp4KMWcuVo&t= The shape of my heart by Sting }

" He deals the cards as a meditation
And those he plays never suspect
He doesn't play for the money he wins
He doesn't play for the respect"

En referencia a su propia persona, a su entorno, a la camarilla... a sus amigos y enemigos... así vino la primera parte de la estrofa. Que continúa con su segunda parte, en referencia de la oportunidad para bien o para mal que tenía de salvar Barcelona, y de la necesidad casi insana de obtener respuestas a tantas preguntas:

" He deals the cards to find the answer
The sacred geometry of chance"

A continuación el estribillo, donde el primer verso hacía referencia, bajo aquel extraño punto de vista de un Cesc omnubildado, al Sabbat:

"I know that the spades are the swords of a soldier"

Para referirse en el segundo a los anarquistas:

"I know that the clubs^*2 are weapons of war"

El tercer verso, hacía referencia a su casa, a la casa Ventrue:

"I know that diamonds mean money for this art"

Para acabar el estribillo, con una frase que sentenciaba, como a Cesc le gustaría estar alejado de toda aquella mierda, y no convertirse en alguno de aquellos con los que compartía un baile de máscaras:

"But that's not the shape of my heart"

Después de añadir una nueva estrofa y reiterar el estribillo, vino el último conjunto de versos de la canción, en clara referencia a Verónica, y lo que podrían opinar los demás si aquello saliera a la luz. No era una bonita historia de amor. Era una horrorosa historia de desamor:

"And if I told you that I loved you
You'd maybe think there's something wrong
I'm not a man of too many faces
The mask I wear is one
Those who speak know nothing
And find out to their cost
Like those who curse their luck in too many places
And those who smile are lost"

La última nota quedó suspendida en el aire... como si fuera a ser eterna. Y entonces de nuevo la voz de Verónica asomó por su cabeza, mientras el abogado se sujetaba las sienes y los dedos se agarraban el pelo, como el que intenta soportar una locura:

-Abogado... abogado... ¿vas a ayudarme o te vas a quedar aquí para siempre?...

Se hizo el silencio en su cabeza: - Me voy a quedar aquí para siempre... - susurró al tiempo que una lágrima de sangre manchaba una blanca tecla del piano.

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#33

Jean Luc, con cierto miedo te arrodillaste al lado del ese par de asientos de piedra que no estaban muy lejos del acceso secundario que acababas de localizar. Después de unos segundos de concentración, en los que te forzaste en respirar para lograr cierta tranquilidad interna, un truco que habías descubierto que en ocasiones ayudaba a lo que estabas a punto de hacer, exhalaste un suspiro profundo y tocaste ambas piedras con las manos. A veces es necesario arrancar las sensaciones que dejamos en los objetos de manera violenta. A veces es necesario hundir los brazos hasta los mismísmos codos para agarrar con energía esos recuerdos, esas visiones, y tirar con todas la fuerzas de las que eres capaz para lograr ver, oler o tocar lo que vió, olió o tocó esa persona. A veces el esfuerzo es tan grande que parece que los dientes van a estallar en la boca de la tensión y esas sensaciones luchan contra ti para lograr ser al fin olvidadas. Esa no fue una de esas veces. Tal vez fuera a causa del poco tiempo transcurrido, de la intensidad de la situación o del grado de sintonía que tenías con Sahil. Pero en cuanto rozaste con las llamas de los dedos la rugosa superficie de piedra fue la sensación la que te agarró a ti con fuerza, arrastrándote hacia ella con violento entusiasmo.

Notabas las ropas de seda del malkavian acariciarte el cuerpo. La dura superficie de piedra sobre la que descansaba tu espalda. El dulce letargo del día que estaba a punto de nacer agarrotando tus miembros, tu lengua, tu misma mente. De repente, un ruido cercano. Y antes de que pudieras reaccionar, un dolor agudo, paralizante, que nacía del centro mismo de tu pecho. Y luego un torrente de emociones. Sorpresa. Pasmo. Odio. Miedo. Alguien te cogía del pelo y empezaba a arrastrate. Alguien quería matarte. Y ese alguien era conocido. No era posible. Traición.

#34

Daren observó las indicaciones de Francesc frente al mapa. Efectivamente, comprobaba que ese símbolo en la Urbanización Patgés se repetía en varias localizaciones. Y lo hacía aún con la nota del cilindro enganchada en su mano como quien buscaba unas gafas de sol que en realidad tenía en la cabeza. No estaba nada centrado, su cabeza volvía a estar en plena ebullición tras el tsunami emocional y aquellos pensamientos no tenían que ver expresamente con la investigación.

<Paula tenía razón. Sahil era un espía .pero...¿de quién?. Él dijo que respondía frente a poderes que no se dejaban influenciar tan fácilmente... y que tan sólo era un diplomático> pensó absorto con el descubrimiento de la confirmación de la acusación que la Sheriff le había dicho al malkavian en sus narices poco antes de morir. <¿Por qué la Sheriff le dijo a Sahil que se cuidara de sus nuevos amigos... que los accidentes podrían ocurrir?¿fue eso una amenaza o una advertencia?> miró a Jean Luc.

Francesc había salido de allí sin darle la oportunidad a responderle. Era cierto, le habían perdido la pista a Bruno, pero había dejado aquella nota en el Bunker diciendo que tenía asuntos de clan. Si bien la investigación era importante, también lo era proteger su existencia frente al resto de vástagos. Más aún cuando hay extrañeza por el descuido de sus propias labores. Y él también estaba empezando a levantar sospechas frente a su propio mentor y al resto de aprendices de la Capilla, que de seguro ahora estarían comentando su falta de compromiso para con la misma, por no haber preparado lo del ritual. Y además, era totalmente consciente de que tenía que dar la cara frente a Abril Nogués. Su Sire llevaba en aquel lugar mucho más de una semana y no podía postponer aquel rescate más tiempo. Cada pieza en el tablero contaba y para él, Pere era el Magister que más había arriesgado de sí mismo frente al Sabbat. Se lo debía.

Cuando vio cómo el ventrue se marchaba de allí con su evidente enfado, le inundó de nuevo la tristeza y otra tromba de pensamientos < Francesc, fuiste tú quien me dijo que tuviera cuidado en andarme ajeno a la política de esta ciudad...y sin embargo, no entiendo por qué no consideras la investigación como parte de ella.> No le culpó por ello. La discusión en el Búnker había sido muy acalorada y ni él, que solía mostrar una pétrea calma había podido mediar en todo aquello.

<Le dije que no había sufrido, que no sabía lo que era sufrir...y en realidad no sé nada de él><¿Qué concepto tendrá de mí ahora que me ha visto vulnerable?> volvió a pensar. Se acercó a la mesa de escritorio donde estaban las dos notas y les echó un vistazo rápido. Al igual que el abogado, sacó el móvil y les hizo dos fotos. Después se giró hacia el caitiff.

- Jean Luc, se está haciendo de día- vio que se había agachado observando la pared hay que irse ya y tengo algunas cosas que resolver antes contigo.

Se acercó hacia él para ver qué estaba haciendo. El sin clan estaba inmóvil agarrado a ese par de asientos de piedra.

- ¿Du Fleuve? ¿qué pasa?.

#35

- Traición...- susurró el caitiff apenas sin voz.- Lo han traicionado, Daren,- expresó ahora subiendo el tono- y yo no soy lo suficientemente hábil como para saber quién. Debería haber atendido más, haber comprendido mejor los misterios de la sangre y lo que ella nos ofrece, pero estaba demasiado preocupado tratando de ser algo que no soy, y ahora es demasiado tarde...

Se levantó del suelo, cabizbajo, y con una mueca de sonrisa fingida, llena de dolor y culpa, dijo:

- Os envidio, Daren. Envidio vuestra capacidad de ver las cosas tan claras, al menos más claras que yo. Os envidio, a todos, por comprender vuestro nuevo papel en el mundo y por aceptarlo, con tanto estoicismo. Por entender el camino, por querer alcanzarlo y por intentar moveros en él más o menos cómodos. Quizá yo sea un cobarde, quizá trate de seguiros desde el borde, pisando dentro sólo cuando por fuera es demasiado difícil caminar. Y es así como hace mucho que dejé de ser un hombre, y es así como desde hace mucho tampoco soy un vástago. Simplemente no soy nada. Soy patético, he llegado a despreciaros, no porque no pueda comprenderos, sólo porque no puedo ser como vosotros. No sé porque te cuento ésto, supongo que teníamos cierta prisa. Perdona, Daren, ¿qué quieres preguntarme?

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#36

El albino se quedó callado por un momento, meditando en silencio las palabras de Jean Luc.

- Ninguna pieza del tablero elige ser lo que es cuando la crean - le miró a los ojos - pero todas pueden matar al Rey igualmente. Todo depende de que la circunstancia para ello sea propicia y de que tomes buenas decisiones. En tu caso, por lo poco que sé de ti, creo que te ha faltado lo primero. Paula te obligó a formar parte de la coterie y tú tomaste la decisión de acceder a ello en bien de tu propia supervivencia. Eso fue una buena decisión. Podrías no haberlo hecho; podrías haber huido de Barcelona, podrías haber usado la influencia de Sahil para evitarlo o incluso podrías haber saludado al sol...pero dijiste que sí. Elegiste ser otra pieza de este tablero. Y suele pasar, que cuando una pieza es acosada por el resto es porque temen su buena posición. Tú mismo lo dijiste, "no posicionarse es posicionarse".

Dejó la nota del cilindro sobre la mesa al lado de las otras dos y volvió a mirarle.

- Yo no tengo nada claro, Jean Luc, excepto que las casualidades no existen. Desde el principio accedí a pertenecer a esto, a sabiendas de que realmente no me estaban dando a elegir, la Sheriff no es un ente al que no se pueda negar uno, más aún si abiertamente pide ayuda a neonatos como nosotros, que somos la última mierda. Si estoy aquí es porque quiero saber por qué me quieren aquí y usarlo a mi favor. La única forma de ganar en esta partida es...participando. Si uno acepta lo que es, averiguará qué es lo que puede hacer y hasta dónde puede llegar. No puedes huir de tu poder de la sangre ni tampoco de tu necesidad de sentirte humano, porque en ti conviven esas dos naturalezas. Y es pretencioso por tu parte, pensar que tanto Francesc como yo sólo somos la parte inmortal que emana de la Bestia, quizá los dos cometamos errores al decidir con respecto a los mortales pero eso no nos hace ser naturalmente inhumanos.- le puso la mano en el hombro y apretó un poco, con afecto - no puedes ser como nosotros, porque tienes que ser tú mismo. Eres lo bastante listo como para saber que no siempre tener clan es una ventaja. Asúmelo de una vez. Y toma decisiones.

Sacó de nuevo el móvil y le hizo una foto a la nota del cilindro, soltando el hombro de Jean Luc.

- La noche que te secuestraron, Paula vino al templo. Tuvo ante mí una conversación con Sahil bastante tensa, ella preguntó dónde estabas. Él sabía perfectamente que estabas en Badalona, con un tal Ishma. ¿Quién es ese tipo y por qué te llevó allí?. También Sahil mencionó que respondía a poderes con los que era un mediador frente a la Administración - señaló a los papeles- y que poco podía hacer él si la Administración les ofendía, ya que él era un transmisor de información, ¿tienes idea de a qué poderes respondía él?. Sé que estas preguntas pueden parecer fuera de lugar, pero para entender todo este entramado...necesito saber quiénes son las otras piezas. Creo que Francesc tiene razón, deberías ser tú quien se quedase con los documentos. Puede que mañana por la noche yo no pueda acudir para observarlos mejor.

#37

Nunca quise conocer mucho de sus asuntos. Me consta que Sahil tenía secretos, sabía que hablaba con unos y con otros, y este templo era uno de esos pocos lugares en los que podías encontrar cierto armisticio entre las distintas fuerzas. Sobre si trabajaba para alguien, quiero decir, si servía a alguna sociedad o persona en concreto, lo dudo, Sahil era un siervo de la comunidad, mortal e inmortal, pues tenía un marcado propósito basado en la armonía y el respeto mutuos, y si para llegar a cumplir su cometido colaborara con dichas personas o sociedades, quién sabe, no es demasiado disparatado pensarlo, pero era sólo eso, una alianza. Tal vez pecara de idealista, quizá por eso se haya... ido.- El caitiff tomo aire e hizo una ligera pausa.- Bueno, y sobre Ishma y su club, no sé de dónde han salido, aunque sí sé que operan para los anarquistas. Algo me dice que ese ser estaba muy dolido con Sahil, demasiado, aunque por cómo se comportaron, haciéndo propaganda desesperada, y bastante patética, contra Sahil y la Camarilla, me sorprendería bastante que estuvieran detrás de cualquier cosa, a decir verdad, ese vástago desequilibrado me trató con muchísimo más respeto y serenidad que cualquiera de las veces que he tratado con ciertos representantes de la ciudad, en teoría en sus cabales, como por ejemplo nuestra querida Paula.- Frunció el ceño- Esa terrible mujer cree que esta ciudad es suya, que nosotros somos suyos y que sólo ella es la elegida para llevar a cabo la defensa de Barcelona, ¿pero quién defiende Barcelona de Paula? ¿Quién nos defiende de personas qué operan en pleno siglo XXI de formas tan medievales y dantescas? No es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos, a las nuevas realidades, lo que a largo o no tan a largo plazo supondrá la condenación de esta ciudad. Ni siquiera tuvo clemencia con Val- el rostro de Jean-Luc se oscureció-, su propia chiquilla, no sé dónde estará ahora, si es que sigue estando, claro...- El caitiff apretó los puños fuertemente, "¿cómo podía seguir tan tranquilo cuando ni conocía el destino de Valeria? Alguien debía parar a Paula."

#38

- Val...- el anglotanzano se quedó pensativo - la primera noche en el Bunker intentaste llamarla...y Paula te impidió comunicarte con ella - entrecerró los ojos extrañado - no sé qué relación guardas con la Chiquilla de Paula, pero está claro que si te lo impide es porque para ella debe ser un inconveniente que exista flujo de información entre tú y ella...¿crees que el mero hecho de que esa tal Val conozca la existencia de esta coterie supone un peligro para la propia Paula? Me resulta tan extraño que prefiera confiar en cuatro neonatos a los que apenas conoce que en su propia chiquilla...sangre de su sangre, ¿por qué crees que te impide hablar con ella? - se quedó parado un momento, cavilando lo que había dicho. Y de repente, recordó algo más - en la vista de súplica al Principe, la gárgola mencionó que estuvisteis, tanto Bruno como tú, implicados en esa coterie que impidió que se llevasen unos datos encriptados que contenían las defensas de Barcelona durante el ataque al Mare Nostrum...a uno de los atacantes se le capturó...- ahora volvió a fijar la mirada en los ojos del caitiff - ¿quién es ese individuo Jean Luc? ¿alguien del Sabbat quería hacerse con esos datos? ¿cómo supisteis que estarían allí? Sé que hay un Tzimisce que desertó del Sabbat y colabora con Paula...¿fue él quien os lo dijo? ¿dónde está ese vástago?.

#39

- Colaborador de Paula, ¡ja!- exclamó- De no ser por Val ese hombre estaría muerto y con él la única oportunidad de entender de verdad esa supuesta amenaza que existe sobre la ciudad, ¿y así se lo paga? En el mejor de los casos estará en el exilio. Paula creía estar por encima de todos, incluida de la propia Dolors, pero no contó con que su chiquilla demostrara cierto pensamiento racional y pasara de lamerle el culo justo como todos hacen. Sobre la criatura, desconozco dónde está, de esconder a un antiguo con tanto poder: ¿dónde sería el lugar más apropiado? Por lo que leo en estos documentos, escapaba por completo a los ojos de Sahil, y según mi experiencia: pocas cosas escapaban a sus ojos. Tal vez tú sepas entender dónde puede estar. Si de verdad estaba en posición de Paula dudo que siga vivo. Sobre lo del Mare Nostrum, no eso no tenía nada que ver con el tzimisce, ni siquiera con el Sabbat, al parecer era un juego entre diversos personajes de la Camarilla, como casi siempre ocurre. Tampoco es que sepa qué hay detrás de ese caso, al menos no del todo. Si estuviera Val, ella nos lo explicaría mejor qué pasó. ¡Maldita sea Paula y cuantos la apoyan!

#40

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