301b En un aromático rincón del Templo de Sahil...

#41

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Daren miró hacia Paula con el fastidio de alguien que se sentía pillado con las manos en la masa. Se cruzó de brazos con intención de quedarse a escuchar mientras de reojo observaba lo que hacían los Barrés y en caso de percatarse que tuvieran intención de acercarse hacia ellos o de irse, directamente abandonaría su posición de espectador de la escena e iría a atenderlos. Sobretodo esperaba algún tipo de reproche por parte de la Sheriff velado con respecto a la investigación, pero lo esperaba con la expectativa de vigilar los gestos del malkavian para ver algún tipo de reacción por su parte.

#42

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- Está con Ishma y los demás en su refugio de Badalona. Supongo que no hace falta que te escriba su dirección... - Sahil había recuperado su máscara de santón, y sonreía beatíficamente a Paula mientras se acercaba a ella lentamente, con las manos entrelazas en su regazo.

- Supone bien. Buenas noches - le contestó Paula de forma seca una vez más.

- ¿Sólo eso? ¿Desde cuando te interesan tanto mi desnortados, Paula, que vienes a mi casa, donde siempre te he tratado bien, en busca de información sobre su paradero y ni siquiera me saludas? Hace no tanto fuimos amigos...

- Mmff... - Paula esbozó durante una fracción de segundo algo similar a una sonrisa socarrona, pero torcida de una manera un tanto siniestra, como si la vástago hubiera olvidado sonreir hace mucho tiempo y los músculos de su cara no recordaran exáctamente como hacerlo, componiendo por tanto una aproximación burda al gesto genuino - No me creo que sea tan cínico como para emplear esa palabra, deje la actuación para su rebaño, Sahil.

- ... bien, pues al menos no estabamos enfrentados - continuo en el mismo tono el malkavian, encogiendose de hombros - mi papel siempre fue el de un mero transmisor de información. Poco puedo hacer yo, un simple mensajero, si la Administración ofende a los poderes frente a los que respondo. Poderes que no se dejan influenciar tan fácilmente como suponeis, y menos por alguien como yo, un mero diplomático...

- ¿Un diplomático que medra e interfiere los asuntos del Principado? ¿No es acaso espía una palabra más adecuada? - Sahil amplió su sonrisa en respuesta - Cuídese de sus nuevos amigos.

- ¿No es ese precisamente tu trabajo, sheriff, el de cuidar a los invitados del Príncipe?

- Las invitaciones pueden rescindierse, los accidentes ocurrir. Buenas noches, Sahil - Paula se giró en tu dirección; tenía la cara contraída, como en un gesto de esfuerzo ¿contención? ¿o era otra la causa? - me voy en 5 minutos, me gustaría intercambiar unas palabras contigo antes, tremere. Estaré en la entrada principal.

Y sin esperar respuesta por tu parte, completó el giro y emprendió el descenso, escaleras abajo, lejos de vosotros.

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#43

<¿Paula espiando mi encuentro con el malkavian?¿cuánto de la conversación habrá escuchado?....maldita sea> miró en dirección al pasillo donde presumiblemente estaban los hermanos Barrés, con el gesto de intención de ir hacia allí pero con el impulso frustrado de saber que con la premura anunciada por irse de la Sheriff no podría dirigirse ya después de haberlos tenido esperando. Cogió el móvil y le mandó un mensaje a Joanna.

Cita:

Sigo en el templo.

En cuanto acabe una cosa más voy donde vosotros.

Mientras lo escribía, sin levantar la cabeza pronunció el último "Buenos días, Sahil". Y al enviarlo siguió a la Sheriff hacia la entrada principal, con un torbellino de preguntas en la cabeza después de lo que acababa de presenciar.

#44

Paula estaba apoyada en una esquina, frente al desvencijado portal de entrada del Templo. Tras sortear un par de borrachos que ya dormían la mona, llegaste a su posición. El palo de un chupachups bailaba lentamente entre sus labios.

- Sahil no es de fiar, no al respecto de nuestro negocio en común - te susurró nada más llegar a tu altura - Confío en que no le haya preguntado al respecto...

Y después de que le hubieras contestado.

- Voy a buscar al caittif - dijo, concluyendo la conversación - ¿viene?

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#45

Cita:

Paula estaba apoyada en una esquina, frente al desvencijado portal de entrada del Templo. Tras sortear un par de borrachos que ya dormían la mona, llegaste a su posición. El palo de un chupachups bailaba lentamente entre sus labios.

- Sahil no es de fiar, no al respecto de nuestro negocio en común - te susurró nada más llegar a tu altura - Confío en que no le haya preguntado al respecto...

El tremere agradeció profundamente que los hados hubieran decidido que la afectación por la marihuana se iniciase con suficiente tiempo de antelación como para que la respuesta que le tenía que dar a la Sheriff ahora no estuviese hecha con aquella merma mental.

- Puede estar tranquila, señora Durán - la miró intentando disimular las emociones que le inspiraba la incipiente sorpresa respecto a las palabras que le dirigió Sahil a ella - di mi palabra en cuanto a la discrección con respecto a nuestro asunto y he sido absolutamente cauteloso en cuanto a todo lo concerniente - se puso recto y serio, con las manos cruzadas por la espalda como solía hacerlo - no me hizo ninguna alusión a ello.

Cita:

- Voy a buscar al caittif - dijo, concluyendo la conversación - ¿viene?

Una sonrisa algo malévola apareció en el rostro del albino y no hizo ningún esfuerzo por controlarla mientras le contestó.

- Por supuesto.

<Qué ganas tengo de ver la cara que pone el sin clan cuando vea aparecer al que "va dando el cante con un peinado raro y es más blanco que la leche" al lado de Paula, yendo a por él> pensó triunfante como un niño que había ganado una competición de tazos en la calle.

Mientras Paula se giraba para alejarse del templo con él, lo último que hizo fue mandar otro mensaje a Joanna.

Cita:

Joanna, volved a casa. Es demasiado tarde ya, mañana a primera hora sin falta estaré en la tienda. He tenido una noche agitada y me encuentro mal. Lo siento. Os lo compensaré.

#46

Paula asintió, cambiando de mejilla el caramelo, y metiendo las manos en los bolsillo emprendió la marcha calle abajo, sin mirar atrás. Bien por respetarte mientras mandabas el nuevo mensaje, bien por cualquier otra razón, no se dirigió a ti durante los primeros minutos de la travesía. Cuando dudabas si abrir la boca para preguntarle por vuestro destino, se detuvo delante de un coche, un destartalado mercedes con varias decenas de años en cada rueda, y sin esfuerzo abrió una de las puertas delanteras, que cedió con un chasquido metálico lastimero. Después se sentó en el asiento del conductor y tardó menos de lo que te llevó sentarte a tu lado hacer un puente bajo el salpicadero.

- Así es más dificil que nos sigan - te explicó, lacónica.

El destartalado vehículo arrancó con brío, y tras callejear por las inmediaciones del templo Paula se incorporó a una de las autopistas principales que cruzaban la ciudad, dirección norte.

- Dígame, Daren, con sinceridad ¿qué piensa de Jean Luc? - te preguntó acelerando el vehículo un poco más de lo recomendable.

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#47

Cita:

Paula asintió, cambiando de mejilla el caramelo, y metiendo las manos en los bolsillo emprendió la marcha calle abajo, sin mirar atrás. Bien por respetarte mientras mandabas el nuevo mensaje, bien por cualquier otra razón, no se dirigió a ti durante los primeros minutos de la travesía. Cuando dudabas si abrir la boca para preguntarle por vuestro destino, se detuvo delante de un coche, un destartalado mercedes con varias decenas de años en cada rueda, y sin esfuerzo abrió una de las puertas delanteras, que cedió con un chasquido metálico lastimero. Después se sentó en el asiento del conductor y tardó menos de lo que te llevó sentarte a tu lado hacer un puente bajo el salpicadero.
- Así es más dificil que nos sigan - te explicó, lacónica.

Daren no dijo nada. Pero su cabeza bullía con algarabía neuronal. Entre muchas cosas pensaba que esa mujer era todo un manual de la precaución contra el espionaje.

Cita:

El destartalado vehículo arrancó con brío, y tras callejear por las inmediaciones del templo Paula se incorporó a una de las autopistas principales que cruzaban la ciudad, dirección norte.
- Dígame, Daren, con sinceridad ¿qué piensa de Jean Luc? - te preguntó acelerando el vehículo un poco más de lo recomendable.

Al tremere le sorprendió la pregunta. Miró de reojo a la Sheriff mientras esta conducía aún con el chupachups en la boca. Pasaron unos incómodos segundos en los que solo se escuchaba el motor del coche acelerado.

- Jean Luc - invocó el nombre del Caitiff para darse otros pocos segundos para pensar en lo que iba a decir, automáticamente recordó las emociones que vio reflejadas en el aura de su compañero hace tres noches cuando este comentaba lo incómodo que se sentía con respecto a Paula y a la investigación - es un tipo tan avispado como irritante. Dependiendo del momento es útil por lo primero o por lo segundo - apoyó el brazo en la ventanilla del coche soltando un bufido.

#48

El coche iba atravesando túneles y adelantado ristras de camiones y furgonetas que se disponíain a hacer labores de reparto a los distintos supermecados a esa hora de la madrugada a lo largo de toda la ciudad.

- ¿Entiendo entonces que su valoración es que incluso en su faceta más... indómita el caitiff es útil de forma neta para la empresa que tienen entre manos? Alguno de sus compañeros considera que, por ejemplo, las acciones de Jean Luc manejando al retoño de Bruno fueron, o pudieron ser, contraproducentes. ¿No comparte esa opinión?

#49

- ¿Manejando al retoño de Bruno?¿estaba él presente durante el interrogatorio? - miró a la Sheriff girando el cuello. - tenía entendido que tras nuestra...deliberación con respecto a si era idóneo y suficientemente valioso el sujeto como para requerir su presencia, du Fleuve se marcharía al templo, tal como yo le sugerí, para alimentarse aprovechando el tiempo en el que tardaría yo en indagar sobre la supuesta naturaleza sobrenatural del...."retoño" - y dijo esta última palabra con un tono retintín de fastidio.

#50

Paula, ahora sí, se te quedó mirando directamente unos segundos, lo que resultaba doblemente inquietante, por el hecho en sí, y porque estabais circulando a 100 km/h por una autopista entre camiones decenas de veces más voluminosos que vuestro vehículo.

- No, Jean Luc no coincidió conmigo en el búnker. Me refiería a una situación anterior, cuando estaban ustedes cuatro. Pero no sólo a esa. En general quería saber su opinión sobre la actitud del caitiff estas noches.

No te quedaba nada claro si la sheriff quería que siguieras hablando o no sobre tu compañero. Y a lo mejor era justo esa duda la que quería sembrarte.

- Respecto a ese retoño, Nyerere, usted ha sido el único que ha podido entenderse mínimamente con él. ¿Cual es su opinión? No me refiero sólo a si podemos obtener información de él o no, como cree Bruno, si no si tiene alguna explicación a su presencia en ese lugar. O sobre esa Urbanización. Por lo que me contaron sus compañeros no parecía un lugar común.

El coche tomo un desvío de la autopista que os llevaba a Santa Coloma del Gramenet, y empezasteis a recorrer las calles de la localidad, aún desiertas a esas horas de la madrugada. Cada vez que el coche giraba izquierda un ruido espantoso te hacía pensar que ibais a romper la suspensión en cualquier momento, pero Paula no levantaba el pie del acelerador.