Re: Taller de Edad Romana: Asia
Publicado: 29 Mar 2020, 23:03
TZIMISCE
Tras la Guerra contra los Baali, la península de Anatolia recibió a los perdedores de una guerra que había dividido al clan Tzimisce entre los partidarios de las artes de la carne y quienes la rechazaban como una manifestación de corrupción. Estos Tzimisce del llamado “Viejo Clan” emprendieron un éxodo que los llevó hacia el este. Algunos perecieron, pero finalmente encontraron un refugio en las lejanas montañas del Cáucaso. Unos pocos encontraron refugio entre los vampiros de Asia Menor, situándose como consejeros y hechiceros en las cortes de los no muertos. Este linaje casi ha desaparecido con el paso de los siglos, pero todavía quedan algunos, que se dice han encontrado protección en una antigua secta de nigromantes.
La provincia romana de Asia también suele ser frecuentada por los descendientes de un antiguo dios conocido como Dracon, que ha convertido la isla de Chipre en su dominio. Estos “draconianos” son eruditos e investigadores, que se dedican a recopilar información para añadir a la biblioteca de su señor. Varios de ellos han acudido a las bibliotecas de Pérgamo y Éfeso para copiar antiguos volúmenes, y también han ayudado a otros clanes con su sabiduría.
Sin embargo, no hay tregua entre el Viejo Clan y los Draconianos. Cuando se encuentran comienza una tensión silenciosa. Sólo la cortesía y las costumbres honorables extendidas en el clan impiden que estalle un conflicto abierto, y a veces, ni siquiera eso es suficiente.
Con el tiempo los Draconianos irán adquiriendo cada vez más influencia, especialmente cuando Dracon se una a otros ancianos y construya el Sueño de Constantinopla en el siglo IV. Los Draconianos abrazaran su forma peculiar de cristianismo, formando una orden monástica.
Strigea (7ª Generación): Strigea ya conocía a los vampiros en vida antes de recibir la sangre. Había estudiado los misterios de la tierra y practicaba su magia en las tierras de Armenia. En su ambición ofendió a los espíritus, y la maldijeron con una enfermedad que la consumía por dentro, por lo que vendió su alma a un vampiro a cambio de su servidumbre.
Strigea se comportó como una buena esclava, y cuando aprendió de su pater todo lo que necesitaba lo traicionó y le robó su sangre. Otros intentaron hacerla pagar por su traición, pero ella respondió con poder y se abrió camino devorándolos. Finalmente tuvo que huir, dirigiéndose hacia el oeste.
Acudió a las cortes de otros vampiros, poniendo su magia a su servicio y ganándose una siniestra reputación. Finalmente reclamó un dominio en los confines de Asia y Frigia, se hizo llamar Strigea y utilizó su hechicería para mantener su privacidad. La tierra fue considerada maldita y pocos se atrevían a recorrer su territorio.
Con el tiempo Strigea abandonó su hogar y tomó nuevas formas, algunas horribles y otras aterradoramente hermosas, recorriendo las ciudades de Asia con otras identidades, observando y aprendiendo. Cuando encontraba alguien que la necesitaba, se presentaba de manera discreta y le ofrecía su poder. Varios vampiros débiles consiguieron derrotar a sus enemigos, y otros se encontraron maldecidos por los dioses.
Pocos conocen el alcance del poder de Strigea o de sus numerosas identidades. Algunos hablan de una bruja que aparece en la noche, ofreciendo sus servicios a los incautos, siempre a cambio de un precio, y hay quienes rumorean que se trata de una de los Baali.
Tras la Guerra contra los Baali, la península de Anatolia recibió a los perdedores de una guerra que había dividido al clan Tzimisce entre los partidarios de las artes de la carne y quienes la rechazaban como una manifestación de corrupción. Estos Tzimisce del llamado “Viejo Clan” emprendieron un éxodo que los llevó hacia el este. Algunos perecieron, pero finalmente encontraron un refugio en las lejanas montañas del Cáucaso. Unos pocos encontraron refugio entre los vampiros de Asia Menor, situándose como consejeros y hechiceros en las cortes de los no muertos. Este linaje casi ha desaparecido con el paso de los siglos, pero todavía quedan algunos, que se dice han encontrado protección en una antigua secta de nigromantes.
La provincia romana de Asia también suele ser frecuentada por los descendientes de un antiguo dios conocido como Dracon, que ha convertido la isla de Chipre en su dominio. Estos “draconianos” son eruditos e investigadores, que se dedican a recopilar información para añadir a la biblioteca de su señor. Varios de ellos han acudido a las bibliotecas de Pérgamo y Éfeso para copiar antiguos volúmenes, y también han ayudado a otros clanes con su sabiduría.
Sin embargo, no hay tregua entre el Viejo Clan y los Draconianos. Cuando se encuentran comienza una tensión silenciosa. Sólo la cortesía y las costumbres honorables extendidas en el clan impiden que estalle un conflicto abierto, y a veces, ni siquiera eso es suficiente.
Con el tiempo los Draconianos irán adquiriendo cada vez más influencia, especialmente cuando Dracon se una a otros ancianos y construya el Sueño de Constantinopla en el siglo IV. Los Draconianos abrazaran su forma peculiar de cristianismo, formando una orden monástica.
Strigea (7ª Generación): Strigea ya conocía a los vampiros en vida antes de recibir la sangre. Había estudiado los misterios de la tierra y practicaba su magia en las tierras de Armenia. En su ambición ofendió a los espíritus, y la maldijeron con una enfermedad que la consumía por dentro, por lo que vendió su alma a un vampiro a cambio de su servidumbre.
Strigea se comportó como una buena esclava, y cuando aprendió de su pater todo lo que necesitaba lo traicionó y le robó su sangre. Otros intentaron hacerla pagar por su traición, pero ella respondió con poder y se abrió camino devorándolos. Finalmente tuvo que huir, dirigiéndose hacia el oeste.
Acudió a las cortes de otros vampiros, poniendo su magia a su servicio y ganándose una siniestra reputación. Finalmente reclamó un dominio en los confines de Asia y Frigia, se hizo llamar Strigea y utilizó su hechicería para mantener su privacidad. La tierra fue considerada maldita y pocos se atrevían a recorrer su territorio.
Con el tiempo Strigea abandonó su hogar y tomó nuevas formas, algunas horribles y otras aterradoramente hermosas, recorriendo las ciudades de Asia con otras identidades, observando y aprendiendo. Cuando encontraba alguien que la necesitaba, se presentaba de manera discreta y le ofrecía su poder. Varios vampiros débiles consiguieron derrotar a sus enemigos, y otros se encontraron maldecidos por los dioses.
Pocos conocen el alcance del poder de Strigea o de sus numerosas identidades. Algunos hablan de una bruja que aparece en la noche, ofreciendo sus servicios a los incautos, siempre a cambio de un precio, y hay quienes rumorean que se trata de una de los Baali.