AGONISTAS
"Muchos acuden a nosotros con la esperanza de recuperar los viejos recuerdos. Pero no son pocos quienes hubieran preferido las mentiras de sus memorias. Decidme, pues, mi Príncipe, ¿estáis dispuestos a pagar el precio d ela verdad?"
Esta línea de sangre tiene sus orígenes en tiempo del Emperador Romano de Oriente Justiniano, hacia el siglo VI. Originariamente se trataba de un grupo de Mekhet interesados en preservar los conocimientos del pasado, tanto vampíricos como humanos. Uno de ellos, que había sido un monje en vida, Makkarius Christopoulos, acompañó a los ejércitos de Justiniano en su expansión hacia Occidente, quedando consternado por la decadencia en que se había sumido la mitad occidental del imperio bajo el yugo bárbaro. Y si desoladora era la decadencia del gobierno de los mortales, más desoladora aún era la situación de los vampiros. La Camarilla había cesado de existir por completo, y muchos de los secretos atesorados en librerías occidentales se habían perdido, muchos vampiros desconocían muchas de las leyendas de sus orígenes, y los hechos de sus antecesores.
Temiendo que muchos de esos conocimientos se perdieran, Makkarius y varios de sus compañeros decidieron organizarse y formar una red para preservar todos los restos posibles del pasado vampírico, que no pasaran al olvido, y a la vez tratar de preservar el recuerdo de lo presente, temiendo que en el futuro sucediera lo mismo en Constantinopla. La Niebla de las Edades era un obstáculo adicional, de modo que aparte de esforzarse en mantener y preservar los restos del pasado, también lucharon para evitar o atenuar los efectos de la Niebla de las Edades, lo que a la larga alteró su sangre convirtiéndoles en una línea de sangre. Tomaron el nombre de Agonistas: por un lado, hacía referencia tanto al significado de "cada uno de los personajes que se enfrentan en la trama de un texto literario", refiriéndose a su papel en el largo texto de la historia que ellos se encargarían de escribir; por otro lado, también se referían al significado de "persona que se halla en la agonía de la muerte", pues si no actuaban, ese sería el destino de la historia de los Vástagos en la memoria de sus sucesores.
Los Agonistas decidieron organizarse como orden religiosa, aunque por una cuestión práctica. En oriente la orden floreció, aunque en occidente tuvo que esperar un tiempo, al auge del monaquismo, para crecer y aumentar su eficacia. Originariamente la sede central de la organización se situó en Alejandría, en la Gran Biblioteca, ¿qué mejor lugar para guardar todos sus conocimientos que a la vista de todos, en medio de decenas o centenares de millares de volúmenes? Sin embargo, el rápido avance árabe, provocó preocupación entre los Agonistas, que comenzaron a trasladar los volúmenes a Constantinopla. Las previsiones de los Agonistas fueron demasiado optimistas, y Alejandría cayó antes de lo previsto, y con la destrucción de su gran Biblioteca, se perdieron vastos conocimientos. Los Agonistas decidieron entonces, que, si bien no podían permitirse el lujo de prescindir de una Gran Biblioteca central donde almacenar sus conocimientos, esta debería ser secreta desde ahora, sin estar a la vista del público, y que deberían hacerse copias de los documentos e incluso traducciones a otras lenguas, si era posible. La nueva biblioteca se estableció en Constantinopla, aunque permaneciendo oculta a la mirada de los mortales y de otros vástagos.
La conquista islámica fue un duro golpe por la destrucción de la Gran Biblioteca, y demás supuso una escisión en el grupo. Muchos agonistas abandonaron los territorios recién conquistados por el Islam, aunque muchos otros decidieron quedarse, y Abrazaron a nuevos chiquillos, los cuales abrazaron a otros chiquillos con el tiempo... Muchos de estos nuevos Agonistas fueron en vida musulmanes, y no veían razón alguna para guardar obediencia y fidelidad a una organización cristiana, y menos aún para enviar sus conocimientos sobre los vampiros del territorio islámico y su historia a infieles. Así, quedaba vetado para los Agonistas cristianos una gran parte de los conocimientos e historia de una cultura previamente ignorada y despreciada por ellos.
Pero a la vez, aunque solo la facción islámica de la línea de sangre, se abría un nuevo mundo antaño desconocido. Aprenderían las leyendas tanto de los vampiros árabes (islámicas y preislámicas) como de los vampiros persas, antaño vedados a muchos de ellos. Aunque el Imperio Persa había desaparecido, muchos Antiguos seguían en ese territorio, y con ellos, acceso a antiguos y misteriosos secretos... y más aún, la misteriosa India, y mucho más allá. Todo un nuevo mundo, con sus tradiciones y sus mitos, un nuevo mundo antaño desconocido para los vampiros occidentales. La rama islámica de la línea de sangre abandonó todo tipo de organización formal, aunque mantuvo una informal, y en sus orígenes trató de crear su propia biblioteca secreta, tratando de revivir los tiempos gloriosos de Alejandría, pero la disgregación del Califato y la falta de una organización formal acabó dando al traste con el proyecto (aunque Alejandría continuó siendo un importante centro de referencia para ellos).
Mientras, en occidente, la línea de sangre continuaba desarrollándose bajo la estructura monacal. En Europa Oriental demostró ser un acierto, pues con las continuas invasiones de pueblos eslavos, el Imperio se vio enormemente mermado, y la estructura les permitió eclesial les permitió conservar su organización en los nuevos reinos. En occidente, el éxito fue mayor aún, pues con la estructura monacal, y su gran implantación en occidente, pudieron acceder a bibliotecas donde poder copiar valiosísimos manuscritos, que si no se habrían perdido. Aunque su intención original era mantenerse en secreto, no siempre se pudo, y en ocasiones, aquellos pocos capaces de ello, ofrecieron sus servicios a Príncipes y antiguos para preservar sus recuerdos de la maldición de la Niebla de las Edades a cambio de acceso a antiguos documentos y a esos mismos recuerdos. No todos accedieron, pues que otros tuvieran acceso a su mente era una idea que muchos consideraban peligrosa. Aunque muchos Obispos del Lancea Sanctum se opusieron inicialmente a este tipo de tratos, al considerar blasfema la idea de desafiar una maldición impuesta por Dios, hubo otros que (en secreto) accedieron a estos tratos, de modo que dependió del territorio la aceptación o no de sus servicios.
En 1204, la Cuarta Cruzada arrasó Constantinopla. No solo los mortales sufrieron sus consecuencias, la mayoría de los vampiros locales fueron exterminados o enviados al letargo, la mayoría por manos de mortales, por incendios o por la destrucción de sus refugios, pero muchos también a manos de sus iguales occidentales. Pese a estar en un refugio secreto, la Biblioteca de lo Olvidado no escapó a este destino. Afortunadamente para los Agonistas, ya estaban preparados para ello, tras la experiencia de Alejandría. Y desde antes de la llegada de los cruzados ya comenzaron a sacar copias de libros (o manuscritos originales) de la ciudad, distribuyéndolos entre su red. Y aunque hubo muchos libros que no pudieron rescatar, ya tenían copias anteriores de estos repartidas desde hacía siglos por toda Europa. No se pudo salvar todo, pero la destrucción fue mucho menor de lo que podría haber sido. En ello colaboraron tanto Agonistas de origen ortodoxo como católico, de manera que, pese a la gran destrucción, se evitó un nuevo cisma de la línea de sangre. Y tras, la reconquista de Constantinopla por los griegos, la Biblioteca volvió a emplazarse allí.
Durante la Baja Edad Media los Agonistas vivieron una edad de oro con la expansión de las Universidades, y algunos comenzaron a abandonar la rígida estructura monástica que había caracterizado la línea de sangre. Pero el momento culminante llegó en el siglo XV, por dos factores: el invento de la Imprenta facilitó enormemente su labor de recopilación y copia de archivos. Por otro lado, la conquista de Constantinopla por los turcos, lejos de suponer la hecatombe, supuso la reagrupación de las dos facciones, que colaboraron para salvar lo que había en la Biblioteca. La expansión turca por Europa era un hecho, y no podían renunciar a más territorios solo porqué los mortales se matarán entre ellos. Pactaron con sus hermanos islámicos, y la Biblioteca de lo Olvidado en Constantinopla, se convirtió en el centro común de ambas ramas, que poco a poco se fueron reunificando, con provechosos beneficios para ambas.
Poco a poco la línea de sangre fue secularizándose: con el auge de universidades y academias, y la reforma protestante, la estructura monacal perdió sentido. Aun así, se mantuvo esta estructura entre los Agonistas occidentales (los musulmanes también la adoptaron, aunque con títulos árabes), pero más bien a título formal, y con más bien pocos efectos prácticos. La línea de sangre se fue expandiendo por todo el mundo, llegando a los confines más remotos (desde el Nuevo Mundo a la lejana Asia y la misteriosa África) y fue evolucionando con el paso de los años, debido al avance humano. La imprenta les facilitó la conservación de sus documentos (aunque muchos conservadores se opusieron a ella al principio). Ya no urgía tanto la recopilación de documentos, de modo que, aunque el grueso del clan siguió dedicándose a recuperar los vestigios del pasado, un número importante pudo dedicarse con más tranquilidad a la interpretación de estos documentos (esto era algo que siempre habían hecho, pero era algo hasta entonces secundario con relación a la tarea de recuperar los vestigios del pasado), creándose toda una subfacción dedicada a ello.
Los avances científicos más recientes han cambiado aún más la mentalidad y el propósito de los Agonistas. Hasta hace poco los Agonistas veían su disciplina única más bien como una simple herramienta, pero con el desarrollo de la psicología o la psiquiatría, muchos vieron en el Ars Memoriam un propósito en sí mismo, de manera que comenzaron a estudiar los misterios de la mente humana en general, y de la vampírica en particular. La aparición de Internet y su desarrollo también ha supuesto una verdadera revolución en la línea de sangre, comparable para ellos a la invención de la imprenta (aunque como sucedió en su día, las voces más conservadoras se oponen a ello). Otro campo que ha colaborado a su diversificación es el de la arqueología, disciplina que ha obligado a la línea de sangre a Abrazar a miembros de diversas ramas científicas antes ignoradas por los Agonistas.
Actualmente, los Agonistas son una de las líneas de sangre con mayor diversidad. Entre sus miembros se puede encontrar a grandes expertos en historia y arqueología, a psicólogos, psiquiatras y neurobiólogos que estudian el funcionamiento de la mente vampírica, a antropólogos y sociólogos que analizan las sociedades vampíricas, y a expertos informáticos que han demostrado ser de gran utilidad para la conservación de gran cantidad de documentos. Es paradójico que los vampiros más obsesionados con el pasado sean quienes mejor se han adaptado al paso del tiempo.
Entre la sociedad de los Vástagos los Agonistas son observados con admiración y desconfianza. Por un lado, no son pocos quienes acuden a ellos para obtener copias de antiguos manuscritos o pidiendo sus servicios para resistir los efectos de la Niebla de las Edades. Por otro lado, incluso aquellos que acuden a ellos, temen la idea de abrir sus mentes a ellos como un libro abierto. Si los Agonistas hicieran público todo lo que han averiguado, gran parte de la sociedad vampírica se tambalearía hasta sus cimientos.
Clan Padre: Mekhet
Apodo: Monjes de las Edades (nombre histórico); Historiadores o Eruditos (nombres recientes); Ratones de Biblioteca (nombre informal).
Alianza: La facción más tradicionalista de los Agonistas (entre la que se encuentran muchos antiguos) afirma con orgullo que no son fieles a ninguna alianza, y que su lealtad se debe en exclusiva a la línea de sangre (son los conocidos como Monásticos). Aunque actualmente son minoría, aún conservan un gran poder entre los Agonistas. Los Monásticos consideran a los Agonistas como una alianza en sí misma, y aunque reconocen la importancia de intercambiar conocimientos con otras alianzas, sostienen que ingresar en ellas es algo próximo a la traición. Algunos de sus miembros son antiguos miembros de otras Alianzas (especialmente del Lancea Sanctum y el Invictus), y casi todos los Abades y Bibliotecarios de origen cristiano pertenecen a esta facción. Casi no se encuentra Agonistas musulmanes entre ellos, pues desde sus orígenes, la rama islámica de la línea de sangre mantuvo una estructura mucho más laxa y libre que la rama occidental.
En cuanto a las alianzas tradicionales, el Lancea Sanctum es la más popular entre los Agonistas, tal vez por su antigüedad, que se remonta a los tiempos de la Camarilla (y mantienen reliquias y copias de documentos de esa época). Sin duda alguna también influyen los orígenes cristianos de la línea de sangre, fuertemente ligados a la estructura monacal (se dice que Makkarius era un Santificado). Ello no implica, por supuesto, que los Agonistas Santificados estén tan solo por interés y que carezcan de la fe de sus hermanos de alianza, simplemente que han encontrado en esta alianza un medio que compagina sus intereses y sus creencias.
El Invictus también es popular entre los Agonistas, tanto por la antigüedad de la alianza como por sus tradiciones y su constante apego al pasado, que hace evocar a los Agonistas historiadores el recuerdo de aquellos tiempos que tanto estudian y tratan de recuperar. Muchos Agonistas ven en el Invictus la única esperanza de que el pasado no se desvanezca, y les consideran preservadores de antiguas tradiciones vampíricas que sin duda alguna se habrían perdido si ellos no las hubieran mantenido.
El Círculo de la Bruja tiene una presencia sorprendentemente baja de Agonistas, teniendo en cuenta la antigüedad de muchos de sus mitos, que podrían aportar luz a la historia vampírica. Ello se debe en parte a los orígenes de la alianza, fuertemente vinculados a las tradiciones cristianas, como a la falta de una tradición escrita por parte de esta alianza, que siempre descansó más en la transmisión oral. Las razones por las que un Agonista se interese en esta Alianza son varias, desde la oportunidad de estudiar culturas desaparecidas hace mucho tiempo, u obtener una mejor posición para suceder al Apotecario.
Muy pocos Agonistas forman parte de esta alianza, pues hasta los Agonistas más reformistas son considerados tradicionalistas según los estándares cartianos. El Movimiento Cartiano contó con un auge entre los Agonistas a partir de la segunda mitad del siglo XX, a medida que Abrazaban para sus filas a más y más especialistas cuyo interés nada tenía que ver con la historia. Muchos de los Agonistas del Movimiento Cartiano son jóvenes, que tras unas décadas, se cansan de tanto conflicto entre las clases sociales vampíricas, y finalmente abandonan la alianza, buscando algún lugar donde poder seguir sus estudios sin ser molestados.
Históricamente, y para la mayoría de los Agonistas, la Ordo Dracul ha sido una Alianza prohibida, pues demasiados Agonistas han sido condenados a la Apostasía e incluso declarados Anatemas, tras su ingreso en esta Alianza. Pero hay una excepción: el Monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sinaí. A finales del siglo XVIII, Abraham ben Joseph, el Abad del monasterio, cobijó a un Dragón que estaba dibujando mapas de las líneas de poder. El Dragón permaneció allí durante varios meses, y tras su partida, el abad Abraham envió un mensajero con una carta al Monte Athos explicando que tenía pensado unirse a la Ordo Dracul, junto a los libros más preciados que había guardado para evitar que los conocimientos más secretos de los Agonistas se hicieran públicos. Pero que él jamás abandonaría su monasterio. Finalmente, el Abad del Monte Athos y el Gran Patriarca de Constantinopla decidieron, por respeto a uno de sus miembros más leales, permitir que cualquier Agonista que deseara ingresar en la Ordo Dracul lo hiciera libremente, siempre y cuando tuviera la aprobación de Abraham. Desde entonces, en el Monasterio de Santa Catalina, existe una pequeña comunidad de Agonistas que estudian las Espirales del Dragón.
Finalmente, entre los Agonistas musulmanes, la mayoría de sus miembros pertenece a los Ashirra, por su tradición histórica, y por el gran respeto que esta alianza ha fomentado siempre hacia el conocimiento. No obstante, también son numerosos los agonistas musulmanes que pertenecen a las versiones islámicas de las otras Alianzas.
Apariencia: Aquellos Agonistas encargados del cuidado de las Bibliotecas y Monasterios siempre visten ropas monásticas mientras cumplen sus deberes, y muchos de los Eruditos que permanecen algunos días en estos lugares suelen vestirlas también, por respeto tanto a aquellos encargados de la preservación del conocimiento como a las tradiciones de la línea de sangre. En cualquier otro momento, tratan de vestir tan formalmente como pueden, haciendo honor a su alta posición académica, aunque si es necesario, no dudan en cambiar sus ropajes a ropas más informales y prácticas (como en caso de visitar ruinas antiguas o excavaciones arqueológicas).
Refugio: Los Agonistas suelen escoger refugios cercanos a lugares de aprendizaje o con una larga historia (o incluso dentro de sus mismos lugares), como universidades, iglesias, museos y similares. Los Agonistas Monásticos suelen dormir en pequeñas comunidades monásticas como refugios comunales, en los que siempre es bienvenido cualquier Agonista. Las Bibliotecas y Abadías (incluso en los extraños casos en que sus superiores no son Monásticos) también mantienen esta tradición.
Trasfondo: Normalmente, los Agonistas suelen poseer antes de su Abrazo un historial académico, aunque sus sires no se fijan tanto en su prestigio, sino más bien en su talento y su potencial. No es extraño que envíen a ghouls o agentes suyos a espiarlos en sus clases como estudiantes, a sus despachos como becarios, a sus laboratorios como ayudantes, o a sus consultas como clientes. Hasta hace algunas décadas, la gran mayoría venía del campo de la historia o la arqueología, pero actualmente, aunque este sigue siendo el campo favorito, cada vez hay más Agonistas procedentes de la Psicología o Psiquiatría, Medicina, Biología, Informática, Teología, o incluso de áreas tan aparentemente ajenas como el Marketing.
Creación del personaje: Los Agonistas suelen primar tanto los Atributos como las Habilidades Mentales. Entre estas últimas suelen tener valores altos tanto en Academicismo (con especialidades en diversos campos) como Investigación, aunque entre los elementos más jóvenes, otras habilidades como Ciencias, Medicina o Informática cada vez está siendo más tenida en cuenta. Es muy común en ellos que conozcan varios idiomas, especialmente den lenguas muertas o antiguas (como latín, griego clásico, egipcio, arameo...). Los Agonistas desarrollan una serie de Méritos Mentales necesarios para los poderes básicos de su Disciplina Ars Memoriam.
Disciplinas de la Línea de Sangre: Auspex, Ars Memoriam, Celeridad, Dominación.
Debilidad: Los agonistas sufren la misma debilidad que sus primos, los Mekhet, siendo más sensibles a la luz y al fuego que el resto de Vástagos, por lo que sufren un punto adicional de daño agravado por estas dos fuentes.
Además, los Agonistas están obsesionados con un campo académico o científico (a determinar en el momento de creación del personaje); por ese motivo sufren un trastorno obsesivo-compulsivo de aprender temas relacionados con esta, y pueden dejar todos sus intereses y lealtades a un lado, si les ofrecen la oportunidad nuevos datos relacionados con el pasado remoto de los Vástagos. Históricamente ese campo fue única y exclusivamente la historia, y se creía que esa era la debilidad del clan, pero la reciente diversificación del clan, ha demostrado que no era así.
Organización: Los Agonistas hace tiempo que abandonaron su estricta organización monacal, siguiendo la evolución del mundo humano. Aunque a nivel puramente organizativo siguen empleando términos monacales, estos tan solo se emplean en reuniones puramente formales, y muchos ni siquiera en esos casos. Tan solo los más antiguos y conservadores siguen empleando esa terminología, y lamentan la evolución de la línea de sangre en esta dirección. Y si este término está en decadencia entre los miembros de raíces cristianas de la línea de sangre, entre los de ascendencia musulmana aún más, pues desde el principio la adopción de esta organización (con su equivalencia árabe) fue para ellos algo puramente formal.
El líder de los Agonistas, el Patriarca de Constantinopla, es elegido por los Abades de entre uno de ellos (de modo similar al que los Cardenales Católicos eligen al Papa). Teóricamente mantiene el cargo durante toda su No Muerte, pero si eventualmente entra en letargo, inmediatamente se elige a otro que le sustituya (hay una especie de acuerdo tácito de alternar para el puesto a un cristiano y a un musulmán). Cuando el anterior Patriarca despierta del letargo, pasa a ocupar el cargo de Alto Consejero, y sigue siendo elegible para el cargo de Patriarca, aunque ya no ejerza como Abad.
Ello no implica que la línea de sangre no tenga organización alguna. La tiene, pero puramente para asuntos prácticos. La secta actualmente posee una gran biblioteca central en Constantinopla, pero desde hace décadas se están haciendo copias para crear una segunda gran biblioteca en Alejandría. Y del mismo modo, se están haciendo múltiples copias de algunos de sus documentos para diversas sedes en todo el mundo (a destacar las del Monte Athos y el Monasterio de Santa Caterina). Con el auge de la informática este proceso se está disparando, y se realizan diversas copias en DVD y por Internet de varios de sus documentos, habiéndose creado una red interna para sus miembros). Los documentos suelen estar a libre disposición de sus miembros (siempre que sepan dónde encontrarlos), aunque necesitan la autorización del responsable de la Biblioteca en cuestión. Para contemplar algunos documentos muy concretos, se necesita el permiso del “Patriarca” de Constantinopla, el único con acceso a ellos.
Se espera que todos los Agonistas colaboren mínimamente con las bibliotecas “públicas” de la orden, entregando libros que han adquirido, o publicando en ellas sus más recientes descubrimientos, aunque se tolera perfectamente que también se guarden datos privados para uso exclusivo. Muchos atesoran grandes colecciones privadas, lo que irónicamente, puede acrecentar el prestigio del poseedor en la línea de sangre. Pero a no ser que se trate de Antiguos con mucho prestigio, una falta repetitiva de colaboración suele comportar la denegación sistemática de permisos a los documentos guardados por la Línea de sangre.
No obstante, aparte de ello, apenas hay más organización entre ellos. Cada miembro es libre de emprender las investigaciones que desee, y no es extraño encontrarse con Agonistas rivales, cada uno defendiendo y tratando de demostrar posiciones distintas. Ello puede llevar a la creación de facciones internas no oficiales (alentadas por los antiguos), conocidas como equipos de investigación. Cada equipo está formado por miembros que comparten un punto de vista sobre un tema académico, y es normal que se enfrasquen en rivalidades científicas con otros equipos de estudio rivales. Estos equipos de estudio suelen oscilar entre unos pocos miembros en una ciudad hasta verdaderas macrofacciones que engloban a decenas de miembros a lo largo del globo.
Algunos Antiguos pueden encargar o sugerir ciertas investigaciones a ciertos miembros, aunque si estos se niegan no sufrirán castigo ni penalización alguna, aunque es muy probable que pierdan renombre entre los Agonistas, al rechazar las oportunidades que les fueron concedidas (lo que en ocasiones, puede implicar que algunos Abades les cierren los accesos a sus Bibliotecas).
También es costumbre que antes de permitir que un chiquillo (o un candidato a la adopción) modifique su vitae para entrar en la línea de sangre pase años (o décadas) como aprendiz, aprendiendo los rudimentos básicos de la labor de los Agonistas, y desarrollando algunos Méritos Mentales que le puedan ayudar en su labor. Durante todo este tiempo serán considerados simplemente novicios de la Orden. Ningún Novicio que no haya desarrollado el Mérito palacio de la Memoria (o que no posea Memoria Eidética), y que no posea un mínimo de Academicismo e Investigación 3 será aceptado en la Orden como miembro de pleno derecho.
Títulos:
- Novicio: Aquellos chiquillos o aspirantes a entrar en la Orden que, sin embargo, no han alterado aún su sangre para ser considerados miembros de pleno derecho. En la jerga moderna, algunos se refieren a ellos como "Becarios".
- Hermano: Nombre que reciben los Agonistas una vez que han sido aceptados como miembros de pleno derecho. Llamados "Profesores" en la jerga moderna.
- Abad: Guardián de un Monasterio. Para convertirse en uno se ha de ser Bibliotecario previamente, y ser recomendado para el cargo por otro Abad. Tras ello, el candidato es entrenado durante varios años en el Monte Athos. Anteriormente, los Abades también fueron entrenados en Cluny, hasta la destrucción del monasterio durante la revolución francesa. Llamados "Decanos" en la jerga moderna.
- Apotecario: Originalmente uno de los consejeros del Abad del Monte Athos, y un miembro del Círculo de la Bruja. Tras la toma de Alejandría en el siglo VII, el Abad y el Apotecario trataron de encontrar un suministro más factible de sangre para los monasterios más aislados que solo recibían suministros de sangre mediante los peregrinos ocasionales. De este modo, el Apotecario buscó el modo de crear un ritual para evitar que la sangre perdiera sus propiedades. Y años más tarde, encontró un modo de crear un polvo especial (hecho de Vitae y algunas hierbas que encontró en el Monte Athos) capaz de preservar la sangre con todas sus propiedades durante años, y eventualmente logró conservar vitae vampírica para aquellos antiguos incapaces de beber sangre humana. Actualmente, este cargo es ocupado por un Adepto, elegido por el Abad entre los monjes del Monte Athos.
- Bibliotecario: El guardián de una biblioteca. Algunos son los verdaderos dueños de sus bibliotecas, y otros están subordinados a los Abades o al Patriarca. Llamados "Doctores" en la jerga moderna.
- Alto Consejero: Un antiguo Patriarca, y actualmente miembro de gran influencia en la línea de sangre.
- Patriarca: El líder electo de la línea de sangre, y el guardián último de sus secretos más ocultos.
- Apóstata: Alguien que ha decidido abandonar su relación con la línea de sangre, y que ya no tiene acceso a sus bibliotecas.
- Anatema: Alguien que ha revelado a extraños algunos de los secretos más ocultos de los Agonistas. Además de ser considerado automáticamente Apóstata, puede incluso sufrir una caza de sangre por parte de la línea a causa de su traición.
Conceptos: Bibliotecario, historiador, arqueólogo, antropólogo, sociólogo, teólogo, sacerdote, psicólogo, psiquiatra, neurobiólogo, informático.
El anteriormente (des)conocido como Jay Done.