[Réquiem] New Wave Requiem

[Pagliacci]

Pues sí, lo increíble es que muchas ciudades de Estados Unidos eran así. En el caso de Cabrini Green, en Mascarada, era el dominio de Kevin Jackson, que como te comenté lo han reconvertido en el Stringer Bell de Baltimore. Todo ese barrio, fue demolido hace poco, con la intención de lavar la ciudad de cara a las olimpiadas, en el By night reflejan ese fracaso y enorme gasto de recursos con el breve principado de su hermano.

[Alexander Weiss]

Una aventura ambientada en la época.

https://www.storytellersvault.com/produ ... oathing-77



Los Ángeles, 1977. Un espía de la Camarilla se ha infiltrado en el Sabbat. Cuando una investigación de información filtrada llega al dominio, huye. Conseguir atraparlo y traerlo de vuelta llevará a los personajes desde el sur de California a Las Vegas y finalmente a Tijuana, en una aventura llena de acción inspirada por las obras de Hunter S. Thompson, Martin Scorcese y más.

[Lothar]

Que exista un libro sobre una ambientación que muchos más o menos vivimos de forma directa dice bastante de lo viejos que somos muchos de nosotros xD.

La verdad es que considero los 80-90 como parte más o menos de la actualidad y seguramente sea porque ya no veo la actualidad con los ojos de la juventud. Para mí las diferencias entre 1985 y 2015 son más bien pequeños matices, como la existencia de móviles.

[Baudelaire]

¿Qué tal si comparas un computador de 1.985 con uno de hoy?
Mi spectrum costó al menos 4 años de ahorro poder comprarlo. Y debías tener un televisor compatible, una grabadora compatible y mantenerlo siempre enchufado. De hecho no tenía botón de apagado.
Probablemente podremos comprar éste, con mi esposa, antes de fin de año con nuestros sueldos. El precio es proporcionalmente menor y, no, durante nuestras infancias un spectrum tampoco podía ser comprado con facilidad por gente adulta (al menos en Chile, salvo que fuera alguien del décimo decil de ingresos)

Y sobre los teléfonos móviles… ¿De verdad los calificas como pequeños matices?

Para que seguir con la conexión a internet, que cuándo "navegaba" en 1.991 lo hacía en un IBM 370 en la universidad. No había navegadores, lo más cercano era un programa que se dejaba corriendo por la noche, llamado Gopher. En la mañana te entregaba un listado de sitios a los cuáles podías conectarte con ftp. Ahora con un clic en la pantalla de tu teléfono tienes acceso a toda la internet en unos pocos segundos y, prácticamente, sin restricciones.

[Lothar]

Las principales diferencias diría que son que de los 2000 en adelante puedes llamar a otros PJs o PNJs al móvil y un poco más adelante que los móviles hacen fotos y vídeos... Así que sí, para mí son pequeños matices para el día a día de una historia de Vampiro.

[Baudelaire]

Desde un teléfono público a mediados de los '80, con unas pocas monedas se podía llamar a cualquiera si sabías el número. Muy fácil para ocultarse si eres chupasangres, incluso con detectores de origen, solamente se averiguaría dónde estaba la cabina.

Sin embargo, en la primera época de los teléfonos móviles, la señal era poco confiable y quién recibía la llamada también pagaba. Las antenas repetidoras eran escasas, así que era mejor confiar en el teléfono fijo. Además, que había que usar tarjetas para recargar… porque los planes eran carísimos. Salvo que fueras chupasangre con muchos círculos en Recursos.

Finalmente, ¿cómo haces para registrar un número (con el plan asociado) sin tener una identidad y una dirección falsa cuándo tu personaje ya se ha convertido en un chupasangres sin vida? Debes recurrir a la persona correcta y pagarle una tremenda cantidad para poder contar con un aparato propio.

Las facilidades de la "comunicación" me parecen importantes a la hora de contar la historia. Que dar por defecto que de 2 mil en adelante cualquier chupasangres podría llevar un móvil con número propio y plan me parece un poco exagerado. Claro, el trasfondo de Infuencias o Contactos también ayudaría.

Distinto es mediante el computador de una cibercentro en un chat público utilizando algún código predeterminado. Ahí sí que podrías comunicarte con cualquiera habiendo creado una sala virtual adecuada.

Por ello, jamás juego Vampiro más allá de 2 mil 1. Era el año original de la Gehenna, Réquiem es de 2 mil 4. Y, cuándo lo probé (como jugador) la partida igual estaba ambientada antes de 2 mil 1, más precisamente a principios de los '90. El narrador quería, justamente evitarse, todas las complicaciones narrativas de la comunicación instantánea que de verdad surge después de 2 mil 10. El mercado negro de móviles hace muchísimo más sencillo para cualquier chupasangres conseguir lo que desee y sin que le hagan preguntas, porque ya ha crecido lo suficiente. En mi primer año trabajando como profesor, 2 mil 11, estaba en una escuela del décimo débil de ingresos… y, sòlamente un año después de su lanzamiento, había llegado a Chile el primer iPad y en los curros más pequeños aparecían varios a mediados de abril. También había dos chicos que recién tenían su primer iPhone, a pesar que su lanzamiento había sido en 2 mil 7, pasaron al menos 3 años antes que estuviera disponible esta tecnología… pues requería mejor calidad de la señal.

Efectivamente, si te gusta la comunicación instantánea entre personajes en cualquier momento, perfecto. A cada cuál con sus preferencias, pero me parece que hay que especificar bien las fechas para determinar que tan fácil o difícil es llegar a ese nivel.

[Lothar]

No sé, a mí me siguen pareciendo minucias. Es como preocuparse por el coste de un coche al ambientar una partida a principios del siglo XX.

Eso sí, no he transmitido el impacto de las redes sociales a mis partidas, por lo que no hay vástagos instagramers o youtubers ni nada parecido, que no me veo capaz de hacerlo de un modo que no rompa el tono gótico del juego.

Es más, en mis partidas, en general, internet no tiene una presencia destacable. Como mucho podrían usarlo del mismo modo que usarían una biblioteca en los 80, pero ya. Es más, el cliché en las series y películas de temática sobrenatural de los 90 donde los protagonistas encuentran en internet algo que es clave para avanzar la trama tiene más de moda pasajera que de definitorio del género.

Dicho esto, tal vez si en mi grupo de juego no estuviéramos todo rondando los 40 la cosa cambiaría. Seguramente un grupo de jugadores de 20 años de media tiene planteamientos totalmente distintos.

[Pagliacci]

Cambian muchas más cosas, os animo a ver el vídeo o echar un vistazo al libro: Guerra fría, explosión religiosa, la música, la homosexualidad, el SIDA... No estamos hablando de meras cuestiones tecnológicas, que además, tienen mucho más impacto en la sociedad que el poder o no estar disponible 24 horas. El libro se centra en un tema y una atmósfera, lujuria y exceso. Los 80 en los EEUU no fueron los 80 en España, una época de transición democrática y destape.

[Lothar]

Guerra fría, explosión religiosa, la música, la homosexualidad, el SIDA...

Siguen siendo cosas que solo afectan a los neonatos más jovenzuelos.

No niego que sea razonable que un puñado de ancilla jóvenes puedan estar interesadas en rascar poder con todo eso de la caída del telón de acero, pero los antiguos estarán comentando que ya lo decían ellos, que ese invento de la URSS no iba a durar mucho...

Bueno, lo del SIDA sí puede tener su punto ahora que lo pienso... Tengo que incluirlo la próxima partida que jueguen en los 80, que seguro que no se lo esperan

[Pagliacci]

Hombre, Vampiro es un juego de neonatos enfrentados al horror de criaturas más antiguas que el tiempo y a su propia monstruosidad. Si juegas con un antiguo de 1500 años, no ya los 80, sino todo el siglo XX le parecerá igual. No distinguirá los felices años 20 de los miserables años 30.

Lo importante en un libro de rol no es si toda la población vivía bajo la sombra del SIDA, la Guerra Fría, el auge religioso y las drogas, sino si esos temas son lo suficientemente interesantes como para narrar una partida. Y, según parece, hay bastante gente que así lo cree y que piensa que los 80 tenían su propio espíritu de la época, su zeitgeist: El exceso y el miedo.