[Estirpe de Oriente] Kànbujiàn, los que no pueden ver
Publicado: 15 Ago 2020, 12:25
Esta mañana he tenido un impulso y por fin he escrito mi propuesta sobre los kànbujiàn. Está basada en las mismas ideas oficiales, pero dándole un detalle a cómo construir la senda personal con la historia.
También he aprovechado para incluir mis ideas sobre el Dharma 0 de una forma más jugable.
https://vampiro.asqueados.net/chih-mei- ... ueden-ver/
Los kànbujiàn son los Caitiff de los Kuei-jin. Renacidos lejos de la sociedad de las Cortes y sin la instrucción en un Dharma, estos pobres desgraciados han de encontrar respuestas por sí mismos que les eleven sobre el estado bestial en el que despierta la Gente Fantasma.
Como criaturas que buscan el sentido de su existencia por sí mismos, ofrecen historias únicas. Desafortunadamente, el proceso por el que se construye la senda del kànbujiàn no está completamente desarrollado en ninguno de los libros. Aquí desarrollaremos un sistema paso a paso. Además, echaremos un vistazo a los primeros momentos de cualquier Kuei-jin tras abandonar el estadio de bestia irracional y veremos qué ocurre si pierde su Dharma.
Empezaremos con ese desarrollo sobre la instrucción habitual del Kuei-jin, y cuáles son las implicaciones de tener Dharma 0, sea por no haber experimentado el primer momento de iluminación, o por haber caído de nuevo a este nivel. Después hablaremos de los kànbujiàn y cómo pueden progresar por la iluminación por sí mismos.
De salvaje caníbal a civilizado bebedor de sangre
Chih-mei
Aquellos que regresan del Infierno no lo hacen con el mejor de sus temperamentos. El Pò, la Bestia, es la que ha habitado sus cadáveres, y ahora ruge mientras el Hun está confuso e incapaz, como en una placenta.
Los chih-mei recorren la tierra en un estado salvaje buscando presas y refugio por puro instinto. Es imposible sobrevivir demasiado tiempo así: o te encuentran y te educan, o te encuentran otros y te matan, o te arrojas contra tu propia muerte… o empiezas a pensar.
Cuando la mente vuelve
Tarde o temprano el chih-mei empieza a ganar raciocinio, si bien sigue aún a merced del hambre y la furia del Pò. Cada vampiro necesita un tiempo diferente: algunos empiezan a recapacitar tan pronto se han hartado de carne humana mientras que otros no pueden empezar a pensar hasta recibir la instrucción (y tormento) de otros Kuei-jin. Algunos no lo consiguen jamás y tienen que ser destruídos o son usados como perros de presa.
Una vez superada la furia irracional, los efectos del Dharma 0 son:
* El vampiro puede reflexionar y empezar a hacerse consciente de su situación, así como sentir remordimientos y temores.
* No obstante, sigue con la Bestia a flor de piel. En las tiradas de Naturaleza Fuego u Ola, el Pò sólo necesita empatar. Si en cualquier momento los éxitos del Pò son mayores o iguales que los de la virtud enfrentada, será vencedor.
* Sin embargo, en este estado la Naturaleza Sombra no es posible. El Pò está muy cerca de su estado bestial primitivo, y no tiene el raciocinio suficiente. Si hay una situación que normalmente requeriría una tirada de Naturaleza Sombra, normalmente no ocurrirá, aunque el Narrador puede hacer tirar por Naturaleza Fuego u Ola.
* Por el mismo motivo, las tentaciones elaboradas y retorcidas del Pò tampoco ocurren. Algunas veces, los Kuei-jin que regresan a este estado creen escuchar palabras furiosas (“¡come!”, “¡huye!”, “¡idiota!”, …).
* En este estado, el Kuei-jin sigue sin poder beber sangre, y debe alimentarse de carne. Ahora peor, es consciente de ello.
* Un personaje así es jugable, y puede ofrecer partidas interesantes para jugadores que aún no conozcan el juego, o que quieran interpretar las primeras correrías de su personaje.
La instrucción y el primer momento de iluminación
Cuando los Kuei-jin capturan a chih-mei, los encierran y disciplinan hasta que sean capaces de calmarse mínimamente, pensar y escuchar.
Entonces el tormento pasa a ser tener que escuchar diatribas psicológicas y filosóficas y someterse a acertijos y pruebas en su estado ligeramente racional y confundido.
Generalmente los Kuei-jin respetan la libertad del pupilo para elegir su Dharma, entre los aceptados en la Corte, conscientes de que sólo así se puede tener esperanza de éxito.
A veces el alumno cree ver claramente cuál es el Dharma que le motiva, lo estudia y el primer momento de iluminación le llega dentro de ese Dharma.
No obstante, normalmente no es tan fácil. El pupilo no puede saber cuál es su camino, se encuentra perdido, y no puede estudiarlos todos.
Más habitualmente durante la instrucción llega una revelación, el satori. Este momento de Iluminación llega siempre a través de una de las cuatro Virtudes: Yin, Yang, Hun o Pò. Esta experiencia da al alumno la pista sobre qué Dharma debe escoger, habitualmente relacionado con ls Virtud (o el equilibrio).
De hecho, no es raro que el momento de iluminación lleve al alumno a un Dharma que no era el que esperaba (por algo es una revelación). Por ejemplo, un asesino sádico piensa que entre los Tigres Diablo va a vivir más agusto, pero termina descubriendo un sentido de la justicia (Hun), la necesidad de calmar sus impulsos (Yin) o el valor de la vida (Yang).
El vampiro entonces estudia el Dharma elegido. Técnicamente hasta que lo hace es como un kànbujiàn, aunque nadie le llamaría así.
Cayendo al fango
Un vampiro con Dharma 1 está en una situación precaria. Cualquier acto de ceguera puede devolverle a la dieta de carne.
Las reglas para este estado de Dharma 0 son las mismas descritas para los chih-mei. El vampiro ha de pasar por actos vergonzosos como la consunción de carne, o el constante frenesí. Esto es tremendamente humillante, y la mayoría de los que se ven así lo ocultan a toda costa, a veces incluso a sus propios maestros.
La presión por volver a subir un estadio de iluminación es enorme, no sólo por la vergüenza del acto. Peor, un resbalón más, y el vampiro puede volver al estado bestial puro, y quizás para siempre. Esta presión por buscar la iluminación a toda prisa es, sin embargo, contraproducente en la mayoría de los casos.
También he aprovechado para incluir mis ideas sobre el Dharma 0 de una forma más jugable.
https://vampiro.asqueados.net/chih-mei- ... ueden-ver/
Los kànbujiàn son los Caitiff de los Kuei-jin. Renacidos lejos de la sociedad de las Cortes y sin la instrucción en un Dharma, estos pobres desgraciados han de encontrar respuestas por sí mismos que les eleven sobre el estado bestial en el que despierta la Gente Fantasma.
Como criaturas que buscan el sentido de su existencia por sí mismos, ofrecen historias únicas. Desafortunadamente, el proceso por el que se construye la senda del kànbujiàn no está completamente desarrollado en ninguno de los libros. Aquí desarrollaremos un sistema paso a paso. Además, echaremos un vistazo a los primeros momentos de cualquier Kuei-jin tras abandonar el estadio de bestia irracional y veremos qué ocurre si pierde su Dharma.
Empezaremos con ese desarrollo sobre la instrucción habitual del Kuei-jin, y cuáles son las implicaciones de tener Dharma 0, sea por no haber experimentado el primer momento de iluminación, o por haber caído de nuevo a este nivel. Después hablaremos de los kànbujiàn y cómo pueden progresar por la iluminación por sí mismos.
De salvaje caníbal a civilizado bebedor de sangre
Chih-mei
Aquellos que regresan del Infierno no lo hacen con el mejor de sus temperamentos. El Pò, la Bestia, es la que ha habitado sus cadáveres, y ahora ruge mientras el Hun está confuso e incapaz, como en una placenta.
Los chih-mei recorren la tierra en un estado salvaje buscando presas y refugio por puro instinto. Es imposible sobrevivir demasiado tiempo así: o te encuentran y te educan, o te encuentran otros y te matan, o te arrojas contra tu propia muerte… o empiezas a pensar.
Cuando la mente vuelve
Tarde o temprano el chih-mei empieza a ganar raciocinio, si bien sigue aún a merced del hambre y la furia del Pò. Cada vampiro necesita un tiempo diferente: algunos empiezan a recapacitar tan pronto se han hartado de carne humana mientras que otros no pueden empezar a pensar hasta recibir la instrucción (y tormento) de otros Kuei-jin. Algunos no lo consiguen jamás y tienen que ser destruídos o son usados como perros de presa.
Una vez superada la furia irracional, los efectos del Dharma 0 son:
* El vampiro puede reflexionar y empezar a hacerse consciente de su situación, así como sentir remordimientos y temores.
* No obstante, sigue con la Bestia a flor de piel. En las tiradas de Naturaleza Fuego u Ola, el Pò sólo necesita empatar. Si en cualquier momento los éxitos del Pò son mayores o iguales que los de la virtud enfrentada, será vencedor.
* Sin embargo, en este estado la Naturaleza Sombra no es posible. El Pò está muy cerca de su estado bestial primitivo, y no tiene el raciocinio suficiente. Si hay una situación que normalmente requeriría una tirada de Naturaleza Sombra, normalmente no ocurrirá, aunque el Narrador puede hacer tirar por Naturaleza Fuego u Ola.
* Por el mismo motivo, las tentaciones elaboradas y retorcidas del Pò tampoco ocurren. Algunas veces, los Kuei-jin que regresan a este estado creen escuchar palabras furiosas (“¡come!”, “¡huye!”, “¡idiota!”, …).
* En este estado, el Kuei-jin sigue sin poder beber sangre, y debe alimentarse de carne. Ahora peor, es consciente de ello.
* Un personaje así es jugable, y puede ofrecer partidas interesantes para jugadores que aún no conozcan el juego, o que quieran interpretar las primeras correrías de su personaje.
La instrucción y el primer momento de iluminación
Cuando los Kuei-jin capturan a chih-mei, los encierran y disciplinan hasta que sean capaces de calmarse mínimamente, pensar y escuchar.
Entonces el tormento pasa a ser tener que escuchar diatribas psicológicas y filosóficas y someterse a acertijos y pruebas en su estado ligeramente racional y confundido.
Generalmente los Kuei-jin respetan la libertad del pupilo para elegir su Dharma, entre los aceptados en la Corte, conscientes de que sólo así se puede tener esperanza de éxito.
A veces el alumno cree ver claramente cuál es el Dharma que le motiva, lo estudia y el primer momento de iluminación le llega dentro de ese Dharma.
No obstante, normalmente no es tan fácil. El pupilo no puede saber cuál es su camino, se encuentra perdido, y no puede estudiarlos todos.
Más habitualmente durante la instrucción llega una revelación, el satori. Este momento de Iluminación llega siempre a través de una de las cuatro Virtudes: Yin, Yang, Hun o Pò. Esta experiencia da al alumno la pista sobre qué Dharma debe escoger, habitualmente relacionado con ls Virtud (o el equilibrio).
De hecho, no es raro que el momento de iluminación lleve al alumno a un Dharma que no era el que esperaba (por algo es una revelación). Por ejemplo, un asesino sádico piensa que entre los Tigres Diablo va a vivir más agusto, pero termina descubriendo un sentido de la justicia (Hun), la necesidad de calmar sus impulsos (Yin) o el valor de la vida (Yang).
El vampiro entonces estudia el Dharma elegido. Técnicamente hasta que lo hace es como un kànbujiàn, aunque nadie le llamaría así.
Cayendo al fango
Un vampiro con Dharma 1 está en una situación precaria. Cualquier acto de ceguera puede devolverle a la dieta de carne.
Las reglas para este estado de Dharma 0 son las mismas descritas para los chih-mei. El vampiro ha de pasar por actos vergonzosos como la consunción de carne, o el constante frenesí. Esto es tremendamente humillante, y la mayoría de los que se ven así lo ocultan a toda costa, a veces incluso a sus propios maestros.
La presión por volver a subir un estadio de iluminación es enorme, no sólo por la vergüenza del acto. Peor, un resbalón más, y el vampiro puede volver al estado bestial puro, y quizás para siempre. Esta presión por buscar la iluminación a toda prisa es, sin embargo, contraproducente en la mayoría de los casos.