[Escenario] Edad Victoriana: Crimea
Publicado: 02 Mar 2021, 15:47
EDAD VICTORIANA: CRIMEA
Por Magus Nota: Aunque este artículo está ambientado principalmente en torno a la península de Crimea, también abarca otros lugares del Mar Negro durante el siglo XIX.
HISTORIA
La región de Crimea y la costa norte del Mar Negro han sido lugares de paso para muchos pueblos en sus migraciones a lo largo de la Historia. Durante la antigüedad las tribus de escitas, cimerios y taúricos habitaban en las regiones montañosas cercanas al Mar Negro. Los antiguos griegos llamaban a la región Tauris, donde según sus leyendas la diosa Artemisa había llevado a la princesa Ifigenia durante la guerra de Troya, para evitar que su padre Agamenón la sacrificara. En Tauris Ifigenia se convirtió en sacerdotisa de la diosa y el rey Thoas de Tauris la obligó a que sacrificara a todos los extranjeros que llegaran a las costas de su reino.
Según los viajeros griegos, hacia el siglo VI a.C. los sacerdotes cimerios vivían en celdas excavadas en la roca y sólo salían para atender a los adoradores que acudían a los templos; uno de sus preceptos les prohibía ver la luz del sol por lo que abandonaban sus refugios por la noche y regresaban a ellos antes del alba.
La antigua Cimeria fue el dominio del anciano Genger, del clan Gangrel, que según los relatos de sus chiquillos enseñó a los pueblos de las estepas a domesticar los caballos salvajes. Sus descendientes, los Gengeroi, cabalgaron con las tribus del Mar Negro y lucharon entre ellos por extender sus dominios. El caudillo Scythes, un chiquillo de Genger, gobernó a los escitas durante varios siglos, enfrentándose a los sármatas, pero desapareció antes de la llegada de los romanos.
Los colonos griegos comenzaron a crear varios asentamientos costeros en el Mar Negro, pero no siempre tuvieron éxito. Influenciados por los Gangrel, que deseaban mantener el estilo nómada de sus pueblos, muchos asentamientos fueron saqueados y sus habitantes sacrificados. Sin embargo, algunos asentamientos, como Quersonesos, consiguieron prosperar y en el siglo II a.C. gracias a una serie de pactos defensivos los griegos del Mar Negro crearon el Reino del Bósforo, que quedaría bajo la influencia romana en el siglo I a.C, tras la derrota de Mitrídates VI, rey del vecino reino del Ponto. Tras la muerte de este soberano, su hijo Farnaces II fue nombrado por el general Pompeyo rey del Bósforo en el año 63 a.C. como recompensa por haber ayudado a los romanos contra su padre. En el año 14 a.C. el reino del Ponto se convirtió en un estado tributario de Roma.
El éxito de los griegos se debió en gran parte a que los Gangrel se vieron amenazados por la llegada de otros linajes vampíricos, principalmente Nosferatu y Tzimisce, y sobre todo Djoukai, una Matusalén del clan de los Demonios que reclamaba la península de Crimea como su dominio. Dejados a su libre albedrío, los pueblos de las estepas fueron seducidos por los productos que traían los mercaderes griegos del sur, estableciendo relaciones comerciales y permitiéndoles asentarse en su territorio.
Algunos vampiros del clan Toreador procedentes de Grecia se asentaron en las colonias del Bósforo y el Ponto, pero muchos terminaron regresando a Grecia ante la peligrosidad de la zona y los frecuentes ataques de los Gangrel contra las ciudades griegas. Sólo unos pocos, como Calístrato de Olbia, consiguieron ganarse la confianza del Clan de la Bestia, colaborando con ellos para proteger su dominio de los ataques de sus enemigos, no sólo otros vampiros, sino varias tribus de hombres lobo que merodeaban por la zona del Mar Negro.
Los griegos y los escitas mantuvieron varios acuerdos comerciales, pero esta relación no impidió que los asentamientos griegos fueran sucesivamente invadidos y ocupados por godos (250), hunos (376), búlgaros (siglos IV – VIII), kázaros (siglo VIII - X), el reino de Kiev (siglos X –XI), el Imperio Bizantino (1016 - 1050), los cumanos (1050 - 1237) y los mongoles (1237).
Las sucesivas invasiones provocaron enfrentamientos entre los Gangrel, a grandes rasgos entre quienes acompañaban a los pueblos nómadas y los que defendían sus territorios asentados. Durante el proceso la influencia del clan se debilitó y desde comienzos de la Edad Media otros clanes comenzaron a instalarse de forma más permanente: Tzimisce búlgaros y Nosferatu eslavos, y posteriormente Brujah, Toreador y Ventrue procedentes de Bizancio.
Los Matusalenes de las noches antiguas comenzaron a retirarse de escena. Genger se dirigió hacia el este y no volvería a ser visto tras la ocupación romana. La bruja Baba Yaga desapareció poco después de la llegada del cristianismo a Rusia y Djoukai se dice que fue destruida por uno de sus chiquillos, deseoso de liberarse de su yugo y arrebatarle su poder.
La invasión mongola del siglo XIII hizo huir a muchos Cainitas de las costas del Mar Negro, pero unos pocos permanecieron. Fue durante este período que varios agentes de la familia Giovanni se instalaron en las factorías comerciales italianas de la zona, permaneciendo incluso después de que los venecianos fueran expulsados por los genoveses, que controlaron la economía de Crimea y del Mar Negro durante dos siglos. Un Príncipe del clan Tzimisce llamado Oleg, procedente de Kiev, se instaló en la ciudad portuaria de Kaffa, convirtiéndose en el principal poder vampírico de la zona, a pesar de la fuerte oposición de los Gangrel, el linaje más numeroso.
En el año 1346 los mongoles de la Horda de Oro asediaron Kaffa, y lanzaron varios cadáveres de víctimas de la peste dentro de los muros de la ciudad para rendir a sus visitantes. De esta manera la Peste Negra viajó a bordo de los barcos genoveses y en pocos años se extendió por toda Europa. El Príncipe Oleg y todos los vampiros de la ciudad fueron consumidos por la enfermedad y se convirtieron en cenizas. Se rumorea que dentro de la ciudad se encontraba un nido de Baali, que habían intentado utilizar la peste contra sus enemigos mediante un poderoso ritual, que se descontroló por completo. Incluso más allá de Kaffa, algunos vampiros murieron por los efectos de la Peste Negra, aunque la mayoría consiguió sobrevivir a la enfermedad, pero también tuvieron que sufrir la escasez de recipientes sanos.
Tamerlán destruyó a la Horda de Oro en el año 1441 y los tártaros, un pueblo de origen turco-mongol que había emigrado a Crimea durante la Edad Media, absorbiendo a varios elementos autóctonos como godos y cumanos, fundaron el Kanato de Crimea, un reino independiente gobernado por Haci I Giray, un descendiente de Genghis Kan. Su reino se extendía por las estepas desde Kuban hasta el río Dniester, pero fue incapaz de conquistar las colonias genovesas del Mar Negro. Los tártaros de Crimea pidieron entonces ayuda a los turcos otomanos, e invadieron las ciudades genovesas en el año 1475. Tras la captura de las ciudades el sultán otomano mantuvo al khan Menli I Giray cautivo y lo liberó a cambio de que los tártaros aceptaran la soberanía del sultán de Estambul y convirtieran el Khanato de Crimea en un estado vasallo del Imperio Otomano.
La caída del Príncipe Oleg de Kaffa provocó un período de confusión entre los vampiros pónticos, que se enfrentaron entre sí por el poder. Esta situación de división se mantuvo durante varias décadas y continuó durante el período de las Guerras Anarquistas. Debido a esta división entre los vampiros, el dominio de Crimea resultó muy fácil de ocupar por parte de los Assamitas, que llegaron hacia 1470 y eliminaron a los principales poderes vampíricos del Mar Negro, entre ellos varios antiguos Gangrel y Tzimisce.
El líder de los Assamitas era Daud Zadé, que en vida había sido un jenízaro de origen albanés, y que se proclamó khan de Crimea, obteniendo el apoyo de varios vampiros del clan Tzimisce frente a los Gangrel y Nosferatu que se oponían a su dominio. Con la derrota de los Assamitas y la fundación de la Camarilla, muchos de sus adversarios se unieron a la secta, por lo que Daud Zadé reaccionó uniéndose al Sabbat. Durante varios siglos Crimea se convertiría en un dominio de la Espada de Caín.
Los vampiros del Sabbat utilizaron a los tártaros de Crimea para lanzar incursiones contra los territorios de la Camarilla, a menudo saqueando las tierras y capturando esclavos que eran vendidos en Kaffa. Por su parte la Camarilla reaccionó enviando a Milov Petrenkov, un poderoso antiguo del clan Gangrel, que Abrazó numerosos chiquillos entre los cosacos para detener el avance de los vampiros tártaros.
La guerra entre tártaros y rusos se decantó paulatinamente a favor de los últimos, y Crimea pasó en 1774 a ser un estado vasallo de Rusia por el tratado de Küçük-Kaynarca. En 1783 toda Crimea fue anexionada directamente al Imperio de Rusia, que convirtió los territorios conquistados en torno al Mar Negro en “Nueva Rusia”. Paralelamente, la Camarilla obtuvo un triunfo sobre sus enemigos, empujándolos hacia los dominios costeros y finalmente destruyendo a Daud Zadé y a varios de los líderes locales del Sabbat en un ataque por sorpresa. Pocos Cainitas consiguieron huir.
Tras la anexión rusa, comenzaron varios esfuerzos de modernización. La emperatriz Catalina II de Rusia ordenó la construcción de varios puertos y ciudades modernas en el Mar Negro como Odessa, que fueron dirigidos y gobernados eficientemente por varios gobernadores occidentales.
Sin embargo, la Camarilla había cantado victoria demasiado pronto. Milov Petrenkov desapareció hacia 1820, y muchos Vástagos creyeron que había sido asesinado por los Assamitas o el Sabbat. Las luchas internas y las acusaciones debilitaron a la secta y hacia 1851 un Obispo del Sabbat llamado Sandro, procedente de Grecia, se hizo con el poder, proclamándose Arzobispo de Crimea.
Los Vástagos de la Camarilla de Rusia enviaron peticiones de ayuda a Sheldon, Justicar del clan Nosferatu, y en respuesta éste envió a varios de sus arcontes y ghouls con los soldados occidentales que participaron en la Guerra de Crimea, y que concluyó con la derrota de Rusia. La Guerra de Crimea (1853-1856) devastó gran parte de la infraestructura social y económica de la zona. Tras la guerra los tártaros de Crimea tuvieron que huir en masa, obligados por las condiciones económicas, las persecuciones y las expropiaciones de tierra. Finalmente el gobierno ruso decidió detener el proceso, debido a que la agricultura había comenzado a sufrir y muchas regiones rurales habían quedado despobladas.
Por Magus Nota: Aunque este artículo está ambientado principalmente en torno a la península de Crimea, también abarca otros lugares del Mar Negro durante el siglo XIX.
HISTORIA
La región de Crimea y la costa norte del Mar Negro han sido lugares de paso para muchos pueblos en sus migraciones a lo largo de la Historia. Durante la antigüedad las tribus de escitas, cimerios y taúricos habitaban en las regiones montañosas cercanas al Mar Negro. Los antiguos griegos llamaban a la región Tauris, donde según sus leyendas la diosa Artemisa había llevado a la princesa Ifigenia durante la guerra de Troya, para evitar que su padre Agamenón la sacrificara. En Tauris Ifigenia se convirtió en sacerdotisa de la diosa y el rey Thoas de Tauris la obligó a que sacrificara a todos los extranjeros que llegaran a las costas de su reino.
Según los viajeros griegos, hacia el siglo VI a.C. los sacerdotes cimerios vivían en celdas excavadas en la roca y sólo salían para atender a los adoradores que acudían a los templos; uno de sus preceptos les prohibía ver la luz del sol por lo que abandonaban sus refugios por la noche y regresaban a ellos antes del alba.
La antigua Cimeria fue el dominio del anciano Genger, del clan Gangrel, que según los relatos de sus chiquillos enseñó a los pueblos de las estepas a domesticar los caballos salvajes. Sus descendientes, los Gengeroi, cabalgaron con las tribus del Mar Negro y lucharon entre ellos por extender sus dominios. El caudillo Scythes, un chiquillo de Genger, gobernó a los escitas durante varios siglos, enfrentándose a los sármatas, pero desapareció antes de la llegada de los romanos.
Los colonos griegos comenzaron a crear varios asentamientos costeros en el Mar Negro, pero no siempre tuvieron éxito. Influenciados por los Gangrel, que deseaban mantener el estilo nómada de sus pueblos, muchos asentamientos fueron saqueados y sus habitantes sacrificados. Sin embargo, algunos asentamientos, como Quersonesos, consiguieron prosperar y en el siglo II a.C. gracias a una serie de pactos defensivos los griegos del Mar Negro crearon el Reino del Bósforo, que quedaría bajo la influencia romana en el siglo I a.C, tras la derrota de Mitrídates VI, rey del vecino reino del Ponto. Tras la muerte de este soberano, su hijo Farnaces II fue nombrado por el general Pompeyo rey del Bósforo en el año 63 a.C. como recompensa por haber ayudado a los romanos contra su padre. En el año 14 a.C. el reino del Ponto se convirtió en un estado tributario de Roma.
El éxito de los griegos se debió en gran parte a que los Gangrel se vieron amenazados por la llegada de otros linajes vampíricos, principalmente Nosferatu y Tzimisce, y sobre todo Djoukai, una Matusalén del clan de los Demonios que reclamaba la península de Crimea como su dominio. Dejados a su libre albedrío, los pueblos de las estepas fueron seducidos por los productos que traían los mercaderes griegos del sur, estableciendo relaciones comerciales y permitiéndoles asentarse en su territorio.
Algunos vampiros del clan Toreador procedentes de Grecia se asentaron en las colonias del Bósforo y el Ponto, pero muchos terminaron regresando a Grecia ante la peligrosidad de la zona y los frecuentes ataques de los Gangrel contra las ciudades griegas. Sólo unos pocos, como Calístrato de Olbia, consiguieron ganarse la confianza del Clan de la Bestia, colaborando con ellos para proteger su dominio de los ataques de sus enemigos, no sólo otros vampiros, sino varias tribus de hombres lobo que merodeaban por la zona del Mar Negro.
Los griegos y los escitas mantuvieron varios acuerdos comerciales, pero esta relación no impidió que los asentamientos griegos fueran sucesivamente invadidos y ocupados por godos (250), hunos (376), búlgaros (siglos IV – VIII), kázaros (siglo VIII - X), el reino de Kiev (siglos X –XI), el Imperio Bizantino (1016 - 1050), los cumanos (1050 - 1237) y los mongoles (1237).
Las sucesivas invasiones provocaron enfrentamientos entre los Gangrel, a grandes rasgos entre quienes acompañaban a los pueblos nómadas y los que defendían sus territorios asentados. Durante el proceso la influencia del clan se debilitó y desde comienzos de la Edad Media otros clanes comenzaron a instalarse de forma más permanente: Tzimisce búlgaros y Nosferatu eslavos, y posteriormente Brujah, Toreador y Ventrue procedentes de Bizancio.
Los Matusalenes de las noches antiguas comenzaron a retirarse de escena. Genger se dirigió hacia el este y no volvería a ser visto tras la ocupación romana. La bruja Baba Yaga desapareció poco después de la llegada del cristianismo a Rusia y Djoukai se dice que fue destruida por uno de sus chiquillos, deseoso de liberarse de su yugo y arrebatarle su poder.
La invasión mongola del siglo XIII hizo huir a muchos Cainitas de las costas del Mar Negro, pero unos pocos permanecieron. Fue durante este período que varios agentes de la familia Giovanni se instalaron en las factorías comerciales italianas de la zona, permaneciendo incluso después de que los venecianos fueran expulsados por los genoveses, que controlaron la economía de Crimea y del Mar Negro durante dos siglos. Un Príncipe del clan Tzimisce llamado Oleg, procedente de Kiev, se instaló en la ciudad portuaria de Kaffa, convirtiéndose en el principal poder vampírico de la zona, a pesar de la fuerte oposición de los Gangrel, el linaje más numeroso.
En el año 1346 los mongoles de la Horda de Oro asediaron Kaffa, y lanzaron varios cadáveres de víctimas de la peste dentro de los muros de la ciudad para rendir a sus visitantes. De esta manera la Peste Negra viajó a bordo de los barcos genoveses y en pocos años se extendió por toda Europa. El Príncipe Oleg y todos los vampiros de la ciudad fueron consumidos por la enfermedad y se convirtieron en cenizas. Se rumorea que dentro de la ciudad se encontraba un nido de Baali, que habían intentado utilizar la peste contra sus enemigos mediante un poderoso ritual, que se descontroló por completo. Incluso más allá de Kaffa, algunos vampiros murieron por los efectos de la Peste Negra, aunque la mayoría consiguió sobrevivir a la enfermedad, pero también tuvieron que sufrir la escasez de recipientes sanos.
Tamerlán destruyó a la Horda de Oro en el año 1441 y los tártaros, un pueblo de origen turco-mongol que había emigrado a Crimea durante la Edad Media, absorbiendo a varios elementos autóctonos como godos y cumanos, fundaron el Kanato de Crimea, un reino independiente gobernado por Haci I Giray, un descendiente de Genghis Kan. Su reino se extendía por las estepas desde Kuban hasta el río Dniester, pero fue incapaz de conquistar las colonias genovesas del Mar Negro. Los tártaros de Crimea pidieron entonces ayuda a los turcos otomanos, e invadieron las ciudades genovesas en el año 1475. Tras la captura de las ciudades el sultán otomano mantuvo al khan Menli I Giray cautivo y lo liberó a cambio de que los tártaros aceptaran la soberanía del sultán de Estambul y convirtieran el Khanato de Crimea en un estado vasallo del Imperio Otomano.
La caída del Príncipe Oleg de Kaffa provocó un período de confusión entre los vampiros pónticos, que se enfrentaron entre sí por el poder. Esta situación de división se mantuvo durante varias décadas y continuó durante el período de las Guerras Anarquistas. Debido a esta división entre los vampiros, el dominio de Crimea resultó muy fácil de ocupar por parte de los Assamitas, que llegaron hacia 1470 y eliminaron a los principales poderes vampíricos del Mar Negro, entre ellos varios antiguos Gangrel y Tzimisce.
El líder de los Assamitas era Daud Zadé, que en vida había sido un jenízaro de origen albanés, y que se proclamó khan de Crimea, obteniendo el apoyo de varios vampiros del clan Tzimisce frente a los Gangrel y Nosferatu que se oponían a su dominio. Con la derrota de los Assamitas y la fundación de la Camarilla, muchos de sus adversarios se unieron a la secta, por lo que Daud Zadé reaccionó uniéndose al Sabbat. Durante varios siglos Crimea se convertiría en un dominio de la Espada de Caín.
Los vampiros del Sabbat utilizaron a los tártaros de Crimea para lanzar incursiones contra los territorios de la Camarilla, a menudo saqueando las tierras y capturando esclavos que eran vendidos en Kaffa. Por su parte la Camarilla reaccionó enviando a Milov Petrenkov, un poderoso antiguo del clan Gangrel, que Abrazó numerosos chiquillos entre los cosacos para detener el avance de los vampiros tártaros.
La guerra entre tártaros y rusos se decantó paulatinamente a favor de los últimos, y Crimea pasó en 1774 a ser un estado vasallo de Rusia por el tratado de Küçük-Kaynarca. En 1783 toda Crimea fue anexionada directamente al Imperio de Rusia, que convirtió los territorios conquistados en torno al Mar Negro en “Nueva Rusia”. Paralelamente, la Camarilla obtuvo un triunfo sobre sus enemigos, empujándolos hacia los dominios costeros y finalmente destruyendo a Daud Zadé y a varios de los líderes locales del Sabbat en un ataque por sorpresa. Pocos Cainitas consiguieron huir.
Tras la anexión rusa, comenzaron varios esfuerzos de modernización. La emperatriz Catalina II de Rusia ordenó la construcción de varios puertos y ciudades modernas en el Mar Negro como Odessa, que fueron dirigidos y gobernados eficientemente por varios gobernadores occidentales.
Sin embargo, la Camarilla había cantado victoria demasiado pronto. Milov Petrenkov desapareció hacia 1820, y muchos Vástagos creyeron que había sido asesinado por los Assamitas o el Sabbat. Las luchas internas y las acusaciones debilitaron a la secta y hacia 1851 un Obispo del Sabbat llamado Sandro, procedente de Grecia, se hizo con el poder, proclamándose Arzobispo de Crimea.
Los Vástagos de la Camarilla de Rusia enviaron peticiones de ayuda a Sheldon, Justicar del clan Nosferatu, y en respuesta éste envió a varios de sus arcontes y ghouls con los soldados occidentales que participaron en la Guerra de Crimea, y que concluyó con la derrota de Rusia. La Guerra de Crimea (1853-1856) devastó gran parte de la infraestructura social y económica de la zona. Tras la guerra los tártaros de Crimea tuvieron que huir en masa, obligados por las condiciones económicas, las persecuciones y las expropiaciones de tierra. Finalmente el gobierno ruso decidió detener el proceso, debido a que la agricultura había comenzado a sufrir y muchas regiones rurales habían quedado despobladas.