[Libro] Pumonca: Los hombres puma
Publicado: 16 Jul 2019, 00:50
LIBRO DE TRIBU PUMONCA: LOS HOMBRES PUMA
Recopilado del Libro de Raza Cambiante: Bastet y de la Guía de las Razas Cambiantes y ampliado por Magus
CALIAH
Poco después del despertar de los días nos encomendaron salvar a los humanos de los lobos. El gran espíritu del puma, Da-jo-ji, se dio cuenta del problema antes que nadie. Era el guardián del Viento del Oeste, allí destinado por Ga-oh, el Defensor del Viento, debido a su fiereza. Pocos se enfrentarían a su cólera y así, las puertas de los cielos del oeste estaban protegidas. Pero le gustaban los humanos, en especial algunos de ellos. De cuando en cuando, echaba un vistazo a la tierra para ver cómo les iba. Lo que vio le puso furioso.
El orgullo de los lobos cambiantes los había vuelto demasiado poderosos. Para ellos había terminado la tarea de evitar que los humanos se volvieran demasiado orgullosos. Mientras se encargaban de esto, los lobos cambiantes se fueron olvidando de su propia humildad y de su lugar en la Tierra. De hecho, habían puesto en evidencia al Abuelo Lobo, a quien rechazaron los demás lobos de la madriguera. Qué absurdo era, pensaron todos los padres animales: siempre eran los humanos los que cometían errores estúpidos. Pero ahora se trataba de los lobos cambiantes.
Aunque al consejo de los padres animales no le gustaba lo que los lobos cambiantes habían hecho, no podían ponerse de acuerdo sobre cómo actuar al respecto. A Da-jo-ji no le hubiera preocupado si los lobos cambiantes no se hubieran dedicado a atemorizar a sus humanos preferidos. Así que hizo algo al respecto. Comenzó a soplar hasta levantar un fuerte vendaval, una amarga ventolera que llegaba del oeste. Los remolinos esparcieron el polvo por todas partes hasta que los árboles, las rocas y los esqueletos de los animales muertos quedaron cubiertos por él. El viento revolvió los huesos de los humanos y de los pumas, que se convirtieron en uno.
Así surgieron los Pumonca, para ponerlo todo de nuevo en su sitio.
Algunos dicen que no fue así como sucedió, sino que Da-jo-ji eligió a uno de sus humanos favoritos y le dijo cómo transformarse en puma. He oído ambas versiones.
Los pumas cambiantes viajaron hasta las altas cumbres del oeste, donde tuvo lugar la peor de las locuras de los lobos cambiantes. Fisgaron y vigilaron la zona en el más absoluto silencio. Los lobos ni siquiera sospecharon su presencia. Pensaban que eran los más astutos. Cuando descubrieron que los lobos se dedicaban a asustar a los montañeses, los Pumonca supieron lo que debían hacer.
Prepararon emboscadas para atrapar a los lobos uno por uno. Aguardaban hasta que alguno se alejaba de la manada por cualquier motivo y después se abalanzaban sobre él. Para eso bastaba con un solo Pumonca; los demás se quedaban vigilando por si regresaba la manada. En poco tiempo, muchos de los lobos cambiantes habían muerto.
El resto de los lobos se pusieron furiosos. En lugar de avergonzarse, su rabia no hizo sino aumentar. Esto siempre significa la perdición para ellos. Los Pumonca no tienen el mismo carácter. Se paran a estudiar sus problemas.
Brillaron muchas lunas antes de que los lobos y los pumas cambiantes se sentaran para hacer las paces. Al parecer, algunos ancianos entre los lobos habían recapacitado y prometieron que no volverían a hostigar a los humanos. Los pumas aceptaron la promesa, aunque sabían que los lobos no la respetarían. Los cachorros de los lobos eran demasiado salvajes y los mayores no podían detenerlos. Así que, durante un tiempo, los pumas se limitaron a observar. Cuando uno de los lobos se metía con el pueblo de los pumas, estos se vengaban. Los lobos aprendieron pronto a qué humanos podían molestar y a cuáles dejar en paz.
Ésta es una de las historias. Pero hay más. Según algunas, las montañas crearon a los Pumonca para que las protegieran de los locos. Pero no pudieron defenderlas de los locos blancos, que las horadaban en busca de las piedras amarillas o de los preciosos minerales que los lobos cambiantes tanto odian.
Otras hablan de una doncella que se casó con el puma. Su descendencia fueron pumas cambiantes, que podían vivir entre humanos y pumas. Tienen la misma curiosidad de la joven, siempre quieren saber cómo es la vida para los demás y se dedican a darle la vuelta a los espinosos puercoespines para ver sus rechonchas barrigas.
Existen muchas fábulas. Cada uno te contará una distinta, y todas serán verdad. Somos lo que somos. ¿Cuestionas el viento? No es eso lo que haría el Abuelo. “Soy,” dice Él. “No necesitas preguntar por qué.”
DESCRIPCIÓN
La tribu Pumonca comparte un vínculo especial con las tierras de América. Algunas historias afirman que mueren si abandonan su hogar. De un extremo a otro del continente americano estos felinos vagabundos se sienten cómodos en cualquier parte. Aunque la mayoría descienden en mayor o menor medida de los nativos americanos, algunos se emparejaron con colonos y tramperos en los siglos pasados. Los cajun de Luisiana, los montañeses de los Apalaches y los vagabundos sin hogar se han unido al linaje de los Pumonca, dejando su huella en la tribu. En la actualidad, motoristas, hippies, buscadores de tormentas y viajeros y nómadas de todo tipo pululan por toda América; suelen preferir la vida en medio de la naturaleza hasta que algún misterio o crisis los impulsa a actuar. Por lo menos, durante un tiempo.
En todas sus formas los llamados Caminantes de la Tormenta son robustos, nervudos y duros. Tienen callos en los pies o en las patas de tanto caminar sin rumbo; no suelen llevar mucha ropa puesta ni tampoco muchas posesiones. Hasta el clima más severo parece no afectarles y su carácter tiende a ser pragmático, lacónico y apacible (hasta que surge una amenaza contra el lugar en que se encuentran o contra quienes lo habitan). La rabia de los Pumonca es tan profunda y sólida que resulta escalofriante y aterradora. Si no pueden remediar un problema mediante la fuerza, actuarán con sigilo; sienten y conocen la Tierra como nadie y conocen el territorio que los rodea aunque hayan acabado de llegar. Sus vínculos con los elementos, tan antiguos como el aliento del Pájaro del Trueno, se encuentran en sus entrañas.
HISTORIA
Los Pumonca o Caminantes de la Tormenta cuentan historias orgullosas sobre su creación: algunos dicen que su madre escogió amantes entre los animales porque ningún hombre podía apagar su sed; otros hablan de la ferocidad de los lobos y afirman que la tribu de los pumas fue creada para proteger a las tribus humanas. La historia más popular cuenta que Pájaro del Trueno o Da-jo-ji, el Viento del Oeste, reunió el polvo de las montañas, los pantanos y las praderas y los mezcló con huesos de hombres y pumas. Entonces encargó a los Pumonca que protegieran la tierra a la que pertenecían.
Antes de la llegada de los europeos los Pumonca eran como el hombre del saco. Todas las aldeas que se volvían demasiado orgullosas o prosperaban en exceso terminaban sintiendo el roce de los Caminantes de la Tormenta, felinos que llegaban en la noche para castigar a los locos y a los arrogantes. Algunos pumas se sentaron junto a las hogueras de los Garou Wendigo y Uktena, y lucharon al lado de los Croatanos cuando llegaron los Heraldos del Wyrm. Cuando los hombres blancos expulsaron a los pueblos puros de sus hogares, los Caminantes de la Tormenta surgieron de la noche para vengarlos.
Pronto estalló el conflicto contra los hombres lobo que llegaban con los invasores del otro lado del océano y estalló una nueva Guerra de la Rabia que enfrentó a los cambiaformas nativos de América con los europeos. Aquella guerra no terminó hasta que lobos y pumas se unieron para luchar contra el Devorador de Tormentas a finales del siglo XIX, y muchos de los silenciosos guerreros puma perecieron antes de que hacia 1860 un chamán del pueblo choctaw llamado Viejo Cara de Piedra consiguió convencer a los últimos Pumonca, apenas un puñado, de que dejaran atrás sus prejuicios y eligieran a los hombres y mujeres más valientes y honestos como su Parentela, sin importar su raza o procedencia, pues en sus viajes había observado que hasta entre los hombres blancos había buenas personas. Sin duda esta acción ayudó a salvar a la tribu de los hombres puma de la extinción. Viejo Cara de Piedra también buscó ayuda para los Pumonca entre los espíritus, adquiriendo para la tribu muchos secretos que compartió con sus hermanos.
De esta forma los Pumonca de hoy son muy distintos, pero están unidos por su respeto a la Tierra y su independencia personal.
Aunque en el conjunto de la historia de la tribu existe una facción que se extendió por Sudamérica, no es tan conocida, aunque los Pumonca sudamericanos afirman que el origen de la tribu se encuentra en el sur del continente. Nunca han sido tan numerosos como en el norte, ya que las selvas sudamericanas eran el hogar de los hombres jaguar, y los Pumonca no querían tener conflictos con sus hermanos, respetando los territorios que habían elegido como su hogar. De todas formas los hombres puma se extendieron sobre todo por la cordillera de los Andes y hacia el sur, donde los jaguares no llegaban, y prosperaron como sus parientes de Norteamérica.
Aunque la llegada de los invasores españoles los perjudicó, muchos Pumonca sudamericanos sobrevivieron en valles y montañas apartados, o se dirigieron hacia el sur, donde la influencia de los hombres blancos era demasiado débil. Muchos cayeron a finales del siglo XIX, cuando Argentina y Chile completaron la conquista de sus territorios o cuando los países sudamericanos acabaron con miles de nativos durante las fiebres mineras y caucheras. De todas formas los Pumonca sobrevivieron mejor en el sur de América que en el norte, aunque todavía hoy siguen siendo minoría en la tribu.
HISTORIA RECIENTE
Con la Guerra del Amazonas en marcha y su Parentela felina restableciéndose en Norteamérica, los Pumonca han comenzado a tomar un papel más activo en los asuntos de los Killi en general y en los Garou en particular. En el proceso han participado en toda clase de conflictos, desde los movimientos a favor de los derechos de los nativos americanos hasta guerras contra los vampiros del Sabbat, y se sienten contentos al descubrir que los Garou normalmente están encantados de recibir ayuda. Lo mismo ocurre con las otras tribus Bastet de América. En el norte los Pumonca están ayudando a los Qualmi en sus esfuerzos de proteger el Refugio Nacional de la Vida Salvaje del Ártico en Alaska, que se encuentra asediado por los servidores políticos de Pentex que desean utilizarlo para buscar petróleo. También han establecido estrechos lazos con los Gurahl, cuya reciente reaparición ha sido considerada por muchos Pumonca como un buen presagio para el futuro. Mientras tanto, los Pumonca del sur están participando en la Guerra del Amazonas, luchando para proteger los derechos de los pueblos nativos de Brasil y ayudando a Balam y a Garou a expulsar a los invasores de Pentex. El alcance de las actividades de los Pumonca es verdaderamente extraordinario, pero es algo que podría esperarse de los Vagabundos de Gaia.
ESTEREOTIPOS
Danza de la Lluvia se detiene un momento en un bar de carretera antes de seguir su viaje y acepta compartir unas palabras:
Bastet: Somos una familia apasionada y no siempre bien avenida. Sin embargo sé que puedo confiar en mis hermanos o hermanas. Lo mejor para llevarse bien es no quedarse demasiado tiempo en la casa de los demás.
Balam: Nuestros hermanos más próximos. Luchamos en la misma guerra, aunque ellos realmente nunca han dejado de luchar. Les deseo suerte.
Qualmi: La enigmática medicina de nuestros hermanos linces es más sabia y profunda que la nuestra; pero pasan demasiado tiempo sentados en el mismo sitio sin salir a respirar.
Garou europeos: Hablan del Wyrm, pero no se dan cuenta de cómo crece en su interior. Si combatieran contra eso podríamos hablar en paz. Hasta entonces son una mancha en nuestras tierras y los echaré si puedo hacerlo.
Uktena: No confío en la manera de ocultar secretos del primo serpiente. Hablan con demasiadas voces como para decir la verdad con ninguna de ellas.
Wendigo: Tienen razón al estar furiosos. Dejemos que los problemas que hemos tenido en el pasado queden atrás antes de que todo nuestro pueblo se convierta en polvo.
Ananasi: No me gustan las arañas. Nunca puedes estar seguro de si están a favor de la Madre o sirven a Asura…lo bueno es que prefieren quedarse en su lugar.
Corax: Engordaron con la piel de los invasores y con las mentiras que llevaban bajo sus mantos. Nuestros amigos deberían saltar con cuidado y cuidar bien sus plumas.
Mokolé: En Florida y el Amazonas coincidimos con nuestros hermanos mayores, los Hijos del Lagarto. Son aliados sabios y merece la pena detenerse a escuchar lo que tienen que decir. Y cuando su furia despierta no tienen nada que envidiar a los mejores guerreros.
Nagah: Murieron luchando contra los invasores. Ojalá que alguien como el Viejo Cara de Piedra hubiera podido salvarlos. Sólo nos queda honrar su memoria y continuar la lucha.
Nuwisha: El momento de los trucos ha pasado. Quizás algún día volvamos a reír con ellos, pero hoy mi corazón está demasiado lleno de amargura para las bromas.
Ratkin: Cobardes primos, que se han entregado a los invasores y renunciado a la lucha.
Rokea: Nunca me he aventurado bajo las aguas del mar, pero sé que son buenos luchadores y mantienen sus territorios a salvo.
Cita:Si no hablases tanto, podrías oír mucho más. El viento no necesita palabras para hablar con poder.
ORGANIZACIÓN
Los Pumonca carecen de organización. De hecho, son tan solitarios que son la única Raza Cambiante que existe cuyos miembros tienen más posibilidades de encontrarse con otras Razas Cambiantes que con otros miembros de su propia tribu. Esta situación ha perjudicado al conjunto de la tribu considerablemente, ya que los cachorros no tienen una forma estable de incrementar su rango y aprender sobre Gaia y su papel para proteger el mundo. En el pasado a Viejo Cara de Piedra le supuso un gran esfuerzo reunir a la tribu, y nunca ha vuelto a ocurrir desde entonces.
Algunos de los ancianos de la tribu (si así pueden llamarse) están bastante interesados en este problema, y están trabajando para establecer por lo menos redes de comunicación rudimentarias con sus compañeros. Sin embargo, los Pumonca son tan independientes que los avances son lentos.
RANGO PUMONCA
Debido a su aislamiento extremo, los Pumonca tienen grandes dificultades para avanzar en rango. Para representar esto, los Narradores deberían tratar a los Pumonca como Ronin con el propósito de conseguir Renombre. Tienen una relación tan cordial con Gaia y el mundo espiritual como cualquiera, pero las noticias sobre sus hazañas tienden a extenderse despacio, y como resultado su ascenso en rango es lento. En el lado positivo, los Pumonca no tienen que rendir cuentas a nadie, y no tienen que soportar los rituales asociados con el incremento de rango. Por supuesto, esto es un flaco consuelo para una tribu que se siente separada del resto de los hijos de Gaia.
Cuando se trata de los Pumonca sudamericanos (una rama reciente y relativamente rara de la tribu), las restricciones anteriores de rango deberían retirarse. Las comunidades nativas del Amazonas y de las zonas circundantes se encuentran todavía relativamente intactas, y los Pumonca de esas comunidades tienen más posibilidades de interactuar con los que consideran como compañeros. Sin embargo el contacto entre estos grupos sigue siendo relativamente reciente, pero en cualquier caso hablan el mismo lenguaje (espiritualmente hablando, claro está).
RASGOS
Los Pumonca son fuertes y delgados, y muy a menudo tienden a ser de ascendencia nativa americana. No irradian el poder ni la gracia feral de muchas otras tribus Bastet, pero tienen lazos más fuertes con la tierra que la mayoría de los hombres gato y esto es aparente en todas sus formas. Nunca parecen estar fuera de lugar y como resultado raramente se les pilla por sorpresa.
A muchos les gustan los adornos indios, los tatuajes, las armas y la moda informal, aunque muchos se decantan por las prendas de cuero con flecos, la indumentaria de los motoristas, los revólveres y la ropa occidental. En forma felina tienden a ofrecer la variedad de los pumas con pelaje de tonalidad parda o polvorienta o negra con manchas blancas, con mandíbulas cortas y robustas, ojos pequeños y patas gruesas y resistentes. Por lo general son más robustos y voluminosos que la mayoría de los demás hombres felino, careciendo de masa y ferocidad pero destacando en firmeza, silencio y serenidad.
RAZAS
Los Pumonca entran en celo una vez al año y el resto del tiempo se dedican a disfrutar y acostarse con quien les apetece, incluidos otros hombres felino. Durante el celo una hembra Pumonca busca parejas fuertes y sanas con un fuerte sentimiento por la aventura y de independencia. Los machos son fértiles todo el año, pero escogen a sus amantes por las mismas cualidades.
Homínidos: La mayoría de los Pumonca Homínidos son descendientes de nativos americanos, con un énfasis mayor en las tribus del este de Norteamérica –cherokee, mohawk, semínolas, etc. En Sudamérica quechuas y mapuches son los principales pueblos indígenas de los que toman Parentela. Viejo Cara de Piedra fue el primero en romper el tabú de tomar como amantes a los hombres blancos, y desde entonces han añadido a la tribu la sangre de individuos solitarios de todo tipo.
Gnosis inicial: 2
Dones iniciales: Cazador Urbano (Como el Don de Homínido: Carrera Urbana), Garras de Gato, la Dulce Sonrisa del Cazador (Como el Don de Homínido: Persuasión)
Metis: Debido a su naturaleza solitaria, resulta realmente extraño que un Pumonca termine permaneciendo el tiempo suficiente con otro como para desarrollar algo más que un interés pasajero y como las hembras evitan a su propia gente cuando están en celo, los Pumonca Metis son muy escasos. De hecho, muchos de los Metis de la tribu son el producto de emparejamientos “accidentales” con otras Razas Cambiantes. A pesar de su situación, los Metis son muy respetados, debido a la fuerza de sus vínculos con la Tierra. No existe ningún tipo de deformidad Metis especialmente extendido entre la tribu.
Gnosis inicial: 4
Dones iniciales: Crear Elemento, Muda, Sentir Naturaleza Primaria (Como el Don de Metis: Sentir al Wyrm pero detecta una fuerte afinidad hacia el Kaos, la Tejedora o el Wyrm)
Felinos: Los Pumonca de sangre felina eran muy comunes hasta el siglo XIX, pero la caza, la guerra y la expansión humana debilitaron la raza. En Sudamérica son algo más comunes, pero en la actualidad los Felinos son minoría en la tribu. La Parentela felina está conformada por todas las subespecies de puma (Puma Concolor).
Gnosis inicial: 6
Dones iniciales: Brincar (Como el Don: Salto del Canguro), Marcado como Mío, Sentidos incrementados
Rabia inicial: 3
Fuerza de Voluntad inicial: 4
Dones de Tribu: Espejo del Pájaro Burlón, Favor del Errante.
PRYIO
Aunque los Pumonca mantienen una relación especial con la Luna, no es tan estrecha como la de los Garou, por lo que carecen de Auspicios. Sin embargo, como el resto de las tribus Bastet tienen Pryios, cuyo propósito es similar pero con una influencia más sutil sobre la personalidad del hombre puma. El Pryio es un indicador tanto de la personalidad del Pumonca como su actitud ante la vida y los desafíos que se presentan en su camino. Normalmente el Pryio es determinado por el momento del día en el que un hombre puma sufre su Primer Cambio, pero en ocasiones puede variar si el Pumonca sufre un enorme cambio en su vida por cualquier razón.
A efectos de la mecánica de juego la función más importante del Pryio está unida a la Fuerza de Voluntad del Pumonca. Un Pumonca recupera Fuerza de Voluntad siempre que haga algo especialmente armonizado con su Pryio, de la misma forma que los Garou recuperan Fuerza de Voluntad cuando cumplen las funciones determinadas por sus Auspicios.
Día: Los hombres puma que caminan a la luz del día se sienten fortalecidos por el sol. Existen pocos lugares a los que no puedan entrar si deciden hacerlo. Llevan la luz de Gaia a los lugares ocultos y se enfrentan a los desafíos con resolución. Sin embargo, los Pumonca Diurnos son los menos sutiles de la tribu, por lo que son los que caen más a menudo en defensa de lo que consideran sagrado. Recuperan Fuerza de Voluntad cuando se enfrentan a un desafío importante de forma directa y ganan mediante su coraje o su buena naturaleza.
Crepúsculo: Los hombres puma que acechan en el Crepúsculo suelen ser los más sedentarios de la tribu, y se asientan para defender territorios o lugares especiales. Estos lugares a menudo se encuentran en territorios fronterizos entre naturaleza y civilización, muy bien ocultos pero proporcionándoles acceso a ambos mundos. Sin embargo, ni siquiera los Pumonca Crepusculares pueden renunciar a lo que son y se dedican a viajar de cuando en cuando tras haber solucionado sus asuntos. Lo que los une es su curiosidad y naturaleza vigilante, así como sus fuertes vínculos con los Jamak y otros espíritus de Gaia. Los Pumonca Crepusculares recuperan Fuerza de Voluntad resolviendo misterios o enigmas, solucionando sus desafíos de forma indirecta o creando obras de arte.
Noche: Los nativos americanos cuentan historias sobre espíritus oscuros que castigan a los atrevidos e indignos, y en cierta medida los Pumonca Nocturnos representan este estereotipo, siendo los más numerosos de la tribu. Aunque no son innecesariamente crueles, no son muy pacientes con los idiotas arrogantes que se atreven a poner a prueba su paciencia. Cualquiera que los desafíe, dañe a sus protegido o sus territorios, o que ofenda a los espíritus puede terminar bajo las garras de los Pumas de la Noche, o por lo menos recibirá una dolorosa lección que no olvidará nunca. Los Pumonca Nocturnos recuperan su Fuerza de Voluntad cuando protegen su espacio, protegen secretos o causan dolor a otros.
DISTRIBUCIÓN Y PARENTELA
Tradicionalmente los Pumonca han sido más numerosos en Norteamérica, a pesar del hecho de que sus Parientes felinos se han extendido hasta Sudamérica. Específicamente tienden a preferir zonas de bosque y montaña, especialmente las Montañas Rocosas en los Estados Unidos y Canadá. Pero también han encontrado que la Cordillera de los Andes resulta de su agrado, y a los Balam no parece importarles compartir su territorio con sus parientes del norte, especialmente ya que los Pumonca raramente permanecen en un mismo lugar durante mucho tiempo y siempre respetan los territorios que cruzan. Los Pumonca raramente establecen territorios, prefiriendo vagar por el continente americano y tomar todo lo que tiene que ofrecer. Suelen ser robustos nómadas de curiosidad insaciable y con un gran sentido de la aventura, que hablan poco pero lo ven todo. No obstante, hasta los más aventureros de la tribu prefieren permanecer cerca de su territorio ancestral. Cualquier viaje fuera de América está destinado a durar poco.
Los Pumonca tienden a elegir a su Parentela humana entre los nativos americanos, pero la tribu se encuentra tan dispersa que sólo se trata de una tendencia general, y desde el siglo XIX tampoco rechazan a cualquier individuo que demuestre su valía sin importar su procedencia. A pesar de esta reciente apertura, muchos pumas siguen recelando de los europeos por los cambios que han traído a sus tierras, mientras que otros se sienten fascinados por su agresivo ímpetu e imaginación. La tribu aprecia los valores del honor, la fuerza y la independencia. Sin embargo, los hombres puma tienden a ser más selectivos con su Parentela felina; los que nacen entre las panteras de Florida, sólo se aparean entre esa población, y lo mismo ocurre con otras poblaciones de pumas extendidas desde las Montañas Rocosas hasta los Andes.
FORMAS
Los Pumonca, como las demás tribus Bastet, pueden adoptar cinco formas, que difieren ligeramente de sus contrapartidas Garou.
-Homínido: Incluso en su forma humana, la mayoría de los Pumonca muestran algún matiz de su herencia felina. Por lo general son robustos y gráciles y con un atractivo natural y salvaje. A la luz tenue sus ojos traicionan un débil resplandor.
-Sokto (Casi Hombre): La delgada forma Sokto parece un humano de gran tamaño con enormes ojos, orejas puntiagudas y garras ocultas. Aunque extrañamente perturbador, un Pumonca en esta forma es imponente, como una criatura de otro mundo. El cabello del Pumonca se aclara desde el negro usual hasta un color arena oscuro y sus ojos refulgen con un misterioso tono azul o verde.
-Crinos (Medio Felino): Firme y fuerte, la enorme forma Crinos combina la gracia musculosa de los pumas con la forma y destreza de un hombre. Aunque puede sostener armas, llevar ropa e incluso hablar en un tono grave y áspero, el Pumonca camina como un puma, mueve la cola y siente su camino en la oscuridad con sus finos bigotes. La forma Crinos de los Pumonca evoca un Delirio similar a la forma Crinos de un Garou, aunque es más misterioso que aterrador (afecta al observador humano a un nivel menos de lo usual en la tabla de Delirio).
-Chatro (Felino de Guerra): La forma más terrible de un Pumonca, la forma Chatro recuerda a los extintos felinos de dientes de sable, extrayendo del olvido el miedo primordial de la humanidad moderna a los leones de las cavernas. No es sorprendente que la mayoría de los humanos experimenten un Delirio completo cuando aparece este monstruo de dientes de sable. Un Pumonca en forma Chatro es más grande que un león; sus afilados colmillos sobresalen casi 30 cm de sus mandíbulas, proporcionándole un dado extra cuando muerde. Sus ojos se alzan en una giba compacta y su cola se agranda hasta ser como una cuerda gruesa. Aunque es incapaz de hablar, el hombre puma puede comunicarse con otros hombres felino mediante toses, gañidos y ronroneos.
-Felino: Alargándose en una fluida forma felina, los Pumonca conservan un volumen mayor que la mayoría de los pumas normales. Estos duros felinos suelen ser de un tono marrón arenoso con zonas blancas, pero en algunas ocasiones exhiben un pelaje completamente negro. Aunque pueden hablar con otros de su especie, el habla humana se encuentra más allá de las capacidades de esta forma.
ESTADÍSTICAS DE FORMA PUMONCA
Sokto Crinos Chatro Felino
Fuerza +1 +3 +3 +2
Destreza +2 +3 +3 +3
Resistencia +2 +4 +3 +3
Apariencia -1 0 0 0
Manipulación -1 -3 -3 -3
Recopilado del Libro de Raza Cambiante: Bastet y de la Guía de las Razas Cambiantes y ampliado por Magus
CALIAH
Poco después del despertar de los días nos encomendaron salvar a los humanos de los lobos. El gran espíritu del puma, Da-jo-ji, se dio cuenta del problema antes que nadie. Era el guardián del Viento del Oeste, allí destinado por Ga-oh, el Defensor del Viento, debido a su fiereza. Pocos se enfrentarían a su cólera y así, las puertas de los cielos del oeste estaban protegidas. Pero le gustaban los humanos, en especial algunos de ellos. De cuando en cuando, echaba un vistazo a la tierra para ver cómo les iba. Lo que vio le puso furioso.
El orgullo de los lobos cambiantes los había vuelto demasiado poderosos. Para ellos había terminado la tarea de evitar que los humanos se volvieran demasiado orgullosos. Mientras se encargaban de esto, los lobos cambiantes se fueron olvidando de su propia humildad y de su lugar en la Tierra. De hecho, habían puesto en evidencia al Abuelo Lobo, a quien rechazaron los demás lobos de la madriguera. Qué absurdo era, pensaron todos los padres animales: siempre eran los humanos los que cometían errores estúpidos. Pero ahora se trataba de los lobos cambiantes.
Aunque al consejo de los padres animales no le gustaba lo que los lobos cambiantes habían hecho, no podían ponerse de acuerdo sobre cómo actuar al respecto. A Da-jo-ji no le hubiera preocupado si los lobos cambiantes no se hubieran dedicado a atemorizar a sus humanos preferidos. Así que hizo algo al respecto. Comenzó a soplar hasta levantar un fuerte vendaval, una amarga ventolera que llegaba del oeste. Los remolinos esparcieron el polvo por todas partes hasta que los árboles, las rocas y los esqueletos de los animales muertos quedaron cubiertos por él. El viento revolvió los huesos de los humanos y de los pumas, que se convirtieron en uno.
Así surgieron los Pumonca, para ponerlo todo de nuevo en su sitio.
Algunos dicen que no fue así como sucedió, sino que Da-jo-ji eligió a uno de sus humanos favoritos y le dijo cómo transformarse en puma. He oído ambas versiones.
Los pumas cambiantes viajaron hasta las altas cumbres del oeste, donde tuvo lugar la peor de las locuras de los lobos cambiantes. Fisgaron y vigilaron la zona en el más absoluto silencio. Los lobos ni siquiera sospecharon su presencia. Pensaban que eran los más astutos. Cuando descubrieron que los lobos se dedicaban a asustar a los montañeses, los Pumonca supieron lo que debían hacer.
Prepararon emboscadas para atrapar a los lobos uno por uno. Aguardaban hasta que alguno se alejaba de la manada por cualquier motivo y después se abalanzaban sobre él. Para eso bastaba con un solo Pumonca; los demás se quedaban vigilando por si regresaba la manada. En poco tiempo, muchos de los lobos cambiantes habían muerto.
El resto de los lobos se pusieron furiosos. En lugar de avergonzarse, su rabia no hizo sino aumentar. Esto siempre significa la perdición para ellos. Los Pumonca no tienen el mismo carácter. Se paran a estudiar sus problemas.
Brillaron muchas lunas antes de que los lobos y los pumas cambiantes se sentaran para hacer las paces. Al parecer, algunos ancianos entre los lobos habían recapacitado y prometieron que no volverían a hostigar a los humanos. Los pumas aceptaron la promesa, aunque sabían que los lobos no la respetarían. Los cachorros de los lobos eran demasiado salvajes y los mayores no podían detenerlos. Así que, durante un tiempo, los pumas se limitaron a observar. Cuando uno de los lobos se metía con el pueblo de los pumas, estos se vengaban. Los lobos aprendieron pronto a qué humanos podían molestar y a cuáles dejar en paz.
Ésta es una de las historias. Pero hay más. Según algunas, las montañas crearon a los Pumonca para que las protegieran de los locos. Pero no pudieron defenderlas de los locos blancos, que las horadaban en busca de las piedras amarillas o de los preciosos minerales que los lobos cambiantes tanto odian.
Otras hablan de una doncella que se casó con el puma. Su descendencia fueron pumas cambiantes, que podían vivir entre humanos y pumas. Tienen la misma curiosidad de la joven, siempre quieren saber cómo es la vida para los demás y se dedican a darle la vuelta a los espinosos puercoespines para ver sus rechonchas barrigas.
Existen muchas fábulas. Cada uno te contará una distinta, y todas serán verdad. Somos lo que somos. ¿Cuestionas el viento? No es eso lo que haría el Abuelo. “Soy,” dice Él. “No necesitas preguntar por qué.”
DESCRIPCIÓN
La tribu Pumonca comparte un vínculo especial con las tierras de América. Algunas historias afirman que mueren si abandonan su hogar. De un extremo a otro del continente americano estos felinos vagabundos se sienten cómodos en cualquier parte. Aunque la mayoría descienden en mayor o menor medida de los nativos americanos, algunos se emparejaron con colonos y tramperos en los siglos pasados. Los cajun de Luisiana, los montañeses de los Apalaches y los vagabundos sin hogar se han unido al linaje de los Pumonca, dejando su huella en la tribu. En la actualidad, motoristas, hippies, buscadores de tormentas y viajeros y nómadas de todo tipo pululan por toda América; suelen preferir la vida en medio de la naturaleza hasta que algún misterio o crisis los impulsa a actuar. Por lo menos, durante un tiempo.
En todas sus formas los llamados Caminantes de la Tormenta son robustos, nervudos y duros. Tienen callos en los pies o en las patas de tanto caminar sin rumbo; no suelen llevar mucha ropa puesta ni tampoco muchas posesiones. Hasta el clima más severo parece no afectarles y su carácter tiende a ser pragmático, lacónico y apacible (hasta que surge una amenaza contra el lugar en que se encuentran o contra quienes lo habitan). La rabia de los Pumonca es tan profunda y sólida que resulta escalofriante y aterradora. Si no pueden remediar un problema mediante la fuerza, actuarán con sigilo; sienten y conocen la Tierra como nadie y conocen el territorio que los rodea aunque hayan acabado de llegar. Sus vínculos con los elementos, tan antiguos como el aliento del Pájaro del Trueno, se encuentran en sus entrañas.
HISTORIA
Los Pumonca o Caminantes de la Tormenta cuentan historias orgullosas sobre su creación: algunos dicen que su madre escogió amantes entre los animales porque ningún hombre podía apagar su sed; otros hablan de la ferocidad de los lobos y afirman que la tribu de los pumas fue creada para proteger a las tribus humanas. La historia más popular cuenta que Pájaro del Trueno o Da-jo-ji, el Viento del Oeste, reunió el polvo de las montañas, los pantanos y las praderas y los mezcló con huesos de hombres y pumas. Entonces encargó a los Pumonca que protegieran la tierra a la que pertenecían.
Antes de la llegada de los europeos los Pumonca eran como el hombre del saco. Todas las aldeas que se volvían demasiado orgullosas o prosperaban en exceso terminaban sintiendo el roce de los Caminantes de la Tormenta, felinos que llegaban en la noche para castigar a los locos y a los arrogantes. Algunos pumas se sentaron junto a las hogueras de los Garou Wendigo y Uktena, y lucharon al lado de los Croatanos cuando llegaron los Heraldos del Wyrm. Cuando los hombres blancos expulsaron a los pueblos puros de sus hogares, los Caminantes de la Tormenta surgieron de la noche para vengarlos.
Pronto estalló el conflicto contra los hombres lobo que llegaban con los invasores del otro lado del océano y estalló una nueva Guerra de la Rabia que enfrentó a los cambiaformas nativos de América con los europeos. Aquella guerra no terminó hasta que lobos y pumas se unieron para luchar contra el Devorador de Tormentas a finales del siglo XIX, y muchos de los silenciosos guerreros puma perecieron antes de que hacia 1860 un chamán del pueblo choctaw llamado Viejo Cara de Piedra consiguió convencer a los últimos Pumonca, apenas un puñado, de que dejaran atrás sus prejuicios y eligieran a los hombres y mujeres más valientes y honestos como su Parentela, sin importar su raza o procedencia, pues en sus viajes había observado que hasta entre los hombres blancos había buenas personas. Sin duda esta acción ayudó a salvar a la tribu de los hombres puma de la extinción. Viejo Cara de Piedra también buscó ayuda para los Pumonca entre los espíritus, adquiriendo para la tribu muchos secretos que compartió con sus hermanos.
De esta forma los Pumonca de hoy son muy distintos, pero están unidos por su respeto a la Tierra y su independencia personal.
Aunque en el conjunto de la historia de la tribu existe una facción que se extendió por Sudamérica, no es tan conocida, aunque los Pumonca sudamericanos afirman que el origen de la tribu se encuentra en el sur del continente. Nunca han sido tan numerosos como en el norte, ya que las selvas sudamericanas eran el hogar de los hombres jaguar, y los Pumonca no querían tener conflictos con sus hermanos, respetando los territorios que habían elegido como su hogar. De todas formas los hombres puma se extendieron sobre todo por la cordillera de los Andes y hacia el sur, donde los jaguares no llegaban, y prosperaron como sus parientes de Norteamérica.
Aunque la llegada de los invasores españoles los perjudicó, muchos Pumonca sudamericanos sobrevivieron en valles y montañas apartados, o se dirigieron hacia el sur, donde la influencia de los hombres blancos era demasiado débil. Muchos cayeron a finales del siglo XIX, cuando Argentina y Chile completaron la conquista de sus territorios o cuando los países sudamericanos acabaron con miles de nativos durante las fiebres mineras y caucheras. De todas formas los Pumonca sobrevivieron mejor en el sur de América que en el norte, aunque todavía hoy siguen siendo minoría en la tribu.
HISTORIA RECIENTE
Con la Guerra del Amazonas en marcha y su Parentela felina restableciéndose en Norteamérica, los Pumonca han comenzado a tomar un papel más activo en los asuntos de los Killi en general y en los Garou en particular. En el proceso han participado en toda clase de conflictos, desde los movimientos a favor de los derechos de los nativos americanos hasta guerras contra los vampiros del Sabbat, y se sienten contentos al descubrir que los Garou normalmente están encantados de recibir ayuda. Lo mismo ocurre con las otras tribus Bastet de América. En el norte los Pumonca están ayudando a los Qualmi en sus esfuerzos de proteger el Refugio Nacional de la Vida Salvaje del Ártico en Alaska, que se encuentra asediado por los servidores políticos de Pentex que desean utilizarlo para buscar petróleo. También han establecido estrechos lazos con los Gurahl, cuya reciente reaparición ha sido considerada por muchos Pumonca como un buen presagio para el futuro. Mientras tanto, los Pumonca del sur están participando en la Guerra del Amazonas, luchando para proteger los derechos de los pueblos nativos de Brasil y ayudando a Balam y a Garou a expulsar a los invasores de Pentex. El alcance de las actividades de los Pumonca es verdaderamente extraordinario, pero es algo que podría esperarse de los Vagabundos de Gaia.
ESTEREOTIPOS
Danza de la Lluvia se detiene un momento en un bar de carretera antes de seguir su viaje y acepta compartir unas palabras:
Bastet: Somos una familia apasionada y no siempre bien avenida. Sin embargo sé que puedo confiar en mis hermanos o hermanas. Lo mejor para llevarse bien es no quedarse demasiado tiempo en la casa de los demás.
Balam: Nuestros hermanos más próximos. Luchamos en la misma guerra, aunque ellos realmente nunca han dejado de luchar. Les deseo suerte.
Qualmi: La enigmática medicina de nuestros hermanos linces es más sabia y profunda que la nuestra; pero pasan demasiado tiempo sentados en el mismo sitio sin salir a respirar.
Garou europeos: Hablan del Wyrm, pero no se dan cuenta de cómo crece en su interior. Si combatieran contra eso podríamos hablar en paz. Hasta entonces son una mancha en nuestras tierras y los echaré si puedo hacerlo.
Uktena: No confío en la manera de ocultar secretos del primo serpiente. Hablan con demasiadas voces como para decir la verdad con ninguna de ellas.
Wendigo: Tienen razón al estar furiosos. Dejemos que los problemas que hemos tenido en el pasado queden atrás antes de que todo nuestro pueblo se convierta en polvo.
Ananasi: No me gustan las arañas. Nunca puedes estar seguro de si están a favor de la Madre o sirven a Asura…lo bueno es que prefieren quedarse en su lugar.
Corax: Engordaron con la piel de los invasores y con las mentiras que llevaban bajo sus mantos. Nuestros amigos deberían saltar con cuidado y cuidar bien sus plumas.
Mokolé: En Florida y el Amazonas coincidimos con nuestros hermanos mayores, los Hijos del Lagarto. Son aliados sabios y merece la pena detenerse a escuchar lo que tienen que decir. Y cuando su furia despierta no tienen nada que envidiar a los mejores guerreros.
Nagah: Murieron luchando contra los invasores. Ojalá que alguien como el Viejo Cara de Piedra hubiera podido salvarlos. Sólo nos queda honrar su memoria y continuar la lucha.
Nuwisha: El momento de los trucos ha pasado. Quizás algún día volvamos a reír con ellos, pero hoy mi corazón está demasiado lleno de amargura para las bromas.
Ratkin: Cobardes primos, que se han entregado a los invasores y renunciado a la lucha.
Rokea: Nunca me he aventurado bajo las aguas del mar, pero sé que son buenos luchadores y mantienen sus territorios a salvo.
Cita:Si no hablases tanto, podrías oír mucho más. El viento no necesita palabras para hablar con poder.
ORGANIZACIÓN
Los Pumonca carecen de organización. De hecho, son tan solitarios que son la única Raza Cambiante que existe cuyos miembros tienen más posibilidades de encontrarse con otras Razas Cambiantes que con otros miembros de su propia tribu. Esta situación ha perjudicado al conjunto de la tribu considerablemente, ya que los cachorros no tienen una forma estable de incrementar su rango y aprender sobre Gaia y su papel para proteger el mundo. En el pasado a Viejo Cara de Piedra le supuso un gran esfuerzo reunir a la tribu, y nunca ha vuelto a ocurrir desde entonces.
Algunos de los ancianos de la tribu (si así pueden llamarse) están bastante interesados en este problema, y están trabajando para establecer por lo menos redes de comunicación rudimentarias con sus compañeros. Sin embargo, los Pumonca son tan independientes que los avances son lentos.
RANGO PUMONCA
Debido a su aislamiento extremo, los Pumonca tienen grandes dificultades para avanzar en rango. Para representar esto, los Narradores deberían tratar a los Pumonca como Ronin con el propósito de conseguir Renombre. Tienen una relación tan cordial con Gaia y el mundo espiritual como cualquiera, pero las noticias sobre sus hazañas tienden a extenderse despacio, y como resultado su ascenso en rango es lento. En el lado positivo, los Pumonca no tienen que rendir cuentas a nadie, y no tienen que soportar los rituales asociados con el incremento de rango. Por supuesto, esto es un flaco consuelo para una tribu que se siente separada del resto de los hijos de Gaia.
Cuando se trata de los Pumonca sudamericanos (una rama reciente y relativamente rara de la tribu), las restricciones anteriores de rango deberían retirarse. Las comunidades nativas del Amazonas y de las zonas circundantes se encuentran todavía relativamente intactas, y los Pumonca de esas comunidades tienen más posibilidades de interactuar con los que consideran como compañeros. Sin embargo el contacto entre estos grupos sigue siendo relativamente reciente, pero en cualquier caso hablan el mismo lenguaje (espiritualmente hablando, claro está).
RASGOS
Los Pumonca son fuertes y delgados, y muy a menudo tienden a ser de ascendencia nativa americana. No irradian el poder ni la gracia feral de muchas otras tribus Bastet, pero tienen lazos más fuertes con la tierra que la mayoría de los hombres gato y esto es aparente en todas sus formas. Nunca parecen estar fuera de lugar y como resultado raramente se les pilla por sorpresa.
A muchos les gustan los adornos indios, los tatuajes, las armas y la moda informal, aunque muchos se decantan por las prendas de cuero con flecos, la indumentaria de los motoristas, los revólveres y la ropa occidental. En forma felina tienden a ofrecer la variedad de los pumas con pelaje de tonalidad parda o polvorienta o negra con manchas blancas, con mandíbulas cortas y robustas, ojos pequeños y patas gruesas y resistentes. Por lo general son más robustos y voluminosos que la mayoría de los demás hombres felino, careciendo de masa y ferocidad pero destacando en firmeza, silencio y serenidad.
RAZAS
Los Pumonca entran en celo una vez al año y el resto del tiempo se dedican a disfrutar y acostarse con quien les apetece, incluidos otros hombres felino. Durante el celo una hembra Pumonca busca parejas fuertes y sanas con un fuerte sentimiento por la aventura y de independencia. Los machos son fértiles todo el año, pero escogen a sus amantes por las mismas cualidades.
Homínidos: La mayoría de los Pumonca Homínidos son descendientes de nativos americanos, con un énfasis mayor en las tribus del este de Norteamérica –cherokee, mohawk, semínolas, etc. En Sudamérica quechuas y mapuches son los principales pueblos indígenas de los que toman Parentela. Viejo Cara de Piedra fue el primero en romper el tabú de tomar como amantes a los hombres blancos, y desde entonces han añadido a la tribu la sangre de individuos solitarios de todo tipo.
Gnosis inicial: 2
Dones iniciales: Cazador Urbano (Como el Don de Homínido: Carrera Urbana), Garras de Gato, la Dulce Sonrisa del Cazador (Como el Don de Homínido: Persuasión)
Metis: Debido a su naturaleza solitaria, resulta realmente extraño que un Pumonca termine permaneciendo el tiempo suficiente con otro como para desarrollar algo más que un interés pasajero y como las hembras evitan a su propia gente cuando están en celo, los Pumonca Metis son muy escasos. De hecho, muchos de los Metis de la tribu son el producto de emparejamientos “accidentales” con otras Razas Cambiantes. A pesar de su situación, los Metis son muy respetados, debido a la fuerza de sus vínculos con la Tierra. No existe ningún tipo de deformidad Metis especialmente extendido entre la tribu.
Gnosis inicial: 4
Dones iniciales: Crear Elemento, Muda, Sentir Naturaleza Primaria (Como el Don de Metis: Sentir al Wyrm pero detecta una fuerte afinidad hacia el Kaos, la Tejedora o el Wyrm)
Felinos: Los Pumonca de sangre felina eran muy comunes hasta el siglo XIX, pero la caza, la guerra y la expansión humana debilitaron la raza. En Sudamérica son algo más comunes, pero en la actualidad los Felinos son minoría en la tribu. La Parentela felina está conformada por todas las subespecies de puma (Puma Concolor).
Gnosis inicial: 6
Dones iniciales: Brincar (Como el Don: Salto del Canguro), Marcado como Mío, Sentidos incrementados
Rabia inicial: 3
Fuerza de Voluntad inicial: 4
Dones de Tribu: Espejo del Pájaro Burlón, Favor del Errante.
PRYIO
Aunque los Pumonca mantienen una relación especial con la Luna, no es tan estrecha como la de los Garou, por lo que carecen de Auspicios. Sin embargo, como el resto de las tribus Bastet tienen Pryios, cuyo propósito es similar pero con una influencia más sutil sobre la personalidad del hombre puma. El Pryio es un indicador tanto de la personalidad del Pumonca como su actitud ante la vida y los desafíos que se presentan en su camino. Normalmente el Pryio es determinado por el momento del día en el que un hombre puma sufre su Primer Cambio, pero en ocasiones puede variar si el Pumonca sufre un enorme cambio en su vida por cualquier razón.
A efectos de la mecánica de juego la función más importante del Pryio está unida a la Fuerza de Voluntad del Pumonca. Un Pumonca recupera Fuerza de Voluntad siempre que haga algo especialmente armonizado con su Pryio, de la misma forma que los Garou recuperan Fuerza de Voluntad cuando cumplen las funciones determinadas por sus Auspicios.
Día: Los hombres puma que caminan a la luz del día se sienten fortalecidos por el sol. Existen pocos lugares a los que no puedan entrar si deciden hacerlo. Llevan la luz de Gaia a los lugares ocultos y se enfrentan a los desafíos con resolución. Sin embargo, los Pumonca Diurnos son los menos sutiles de la tribu, por lo que son los que caen más a menudo en defensa de lo que consideran sagrado. Recuperan Fuerza de Voluntad cuando se enfrentan a un desafío importante de forma directa y ganan mediante su coraje o su buena naturaleza.
Crepúsculo: Los hombres puma que acechan en el Crepúsculo suelen ser los más sedentarios de la tribu, y se asientan para defender territorios o lugares especiales. Estos lugares a menudo se encuentran en territorios fronterizos entre naturaleza y civilización, muy bien ocultos pero proporcionándoles acceso a ambos mundos. Sin embargo, ni siquiera los Pumonca Crepusculares pueden renunciar a lo que son y se dedican a viajar de cuando en cuando tras haber solucionado sus asuntos. Lo que los une es su curiosidad y naturaleza vigilante, así como sus fuertes vínculos con los Jamak y otros espíritus de Gaia. Los Pumonca Crepusculares recuperan Fuerza de Voluntad resolviendo misterios o enigmas, solucionando sus desafíos de forma indirecta o creando obras de arte.
Noche: Los nativos americanos cuentan historias sobre espíritus oscuros que castigan a los atrevidos e indignos, y en cierta medida los Pumonca Nocturnos representan este estereotipo, siendo los más numerosos de la tribu. Aunque no son innecesariamente crueles, no son muy pacientes con los idiotas arrogantes que se atreven a poner a prueba su paciencia. Cualquiera que los desafíe, dañe a sus protegido o sus territorios, o que ofenda a los espíritus puede terminar bajo las garras de los Pumas de la Noche, o por lo menos recibirá una dolorosa lección que no olvidará nunca. Los Pumonca Nocturnos recuperan su Fuerza de Voluntad cuando protegen su espacio, protegen secretos o causan dolor a otros.
DISTRIBUCIÓN Y PARENTELA
Tradicionalmente los Pumonca han sido más numerosos en Norteamérica, a pesar del hecho de que sus Parientes felinos se han extendido hasta Sudamérica. Específicamente tienden a preferir zonas de bosque y montaña, especialmente las Montañas Rocosas en los Estados Unidos y Canadá. Pero también han encontrado que la Cordillera de los Andes resulta de su agrado, y a los Balam no parece importarles compartir su territorio con sus parientes del norte, especialmente ya que los Pumonca raramente permanecen en un mismo lugar durante mucho tiempo y siempre respetan los territorios que cruzan. Los Pumonca raramente establecen territorios, prefiriendo vagar por el continente americano y tomar todo lo que tiene que ofrecer. Suelen ser robustos nómadas de curiosidad insaciable y con un gran sentido de la aventura, que hablan poco pero lo ven todo. No obstante, hasta los más aventureros de la tribu prefieren permanecer cerca de su territorio ancestral. Cualquier viaje fuera de América está destinado a durar poco.
Los Pumonca tienden a elegir a su Parentela humana entre los nativos americanos, pero la tribu se encuentra tan dispersa que sólo se trata de una tendencia general, y desde el siglo XIX tampoco rechazan a cualquier individuo que demuestre su valía sin importar su procedencia. A pesar de esta reciente apertura, muchos pumas siguen recelando de los europeos por los cambios que han traído a sus tierras, mientras que otros se sienten fascinados por su agresivo ímpetu e imaginación. La tribu aprecia los valores del honor, la fuerza y la independencia. Sin embargo, los hombres puma tienden a ser más selectivos con su Parentela felina; los que nacen entre las panteras de Florida, sólo se aparean entre esa población, y lo mismo ocurre con otras poblaciones de pumas extendidas desde las Montañas Rocosas hasta los Andes.
FORMAS
Los Pumonca, como las demás tribus Bastet, pueden adoptar cinco formas, que difieren ligeramente de sus contrapartidas Garou.
-Homínido: Incluso en su forma humana, la mayoría de los Pumonca muestran algún matiz de su herencia felina. Por lo general son robustos y gráciles y con un atractivo natural y salvaje. A la luz tenue sus ojos traicionan un débil resplandor.
-Sokto (Casi Hombre): La delgada forma Sokto parece un humano de gran tamaño con enormes ojos, orejas puntiagudas y garras ocultas. Aunque extrañamente perturbador, un Pumonca en esta forma es imponente, como una criatura de otro mundo. El cabello del Pumonca se aclara desde el negro usual hasta un color arena oscuro y sus ojos refulgen con un misterioso tono azul o verde.
-Crinos (Medio Felino): Firme y fuerte, la enorme forma Crinos combina la gracia musculosa de los pumas con la forma y destreza de un hombre. Aunque puede sostener armas, llevar ropa e incluso hablar en un tono grave y áspero, el Pumonca camina como un puma, mueve la cola y siente su camino en la oscuridad con sus finos bigotes. La forma Crinos de los Pumonca evoca un Delirio similar a la forma Crinos de un Garou, aunque es más misterioso que aterrador (afecta al observador humano a un nivel menos de lo usual en la tabla de Delirio).
-Chatro (Felino de Guerra): La forma más terrible de un Pumonca, la forma Chatro recuerda a los extintos felinos de dientes de sable, extrayendo del olvido el miedo primordial de la humanidad moderna a los leones de las cavernas. No es sorprendente que la mayoría de los humanos experimenten un Delirio completo cuando aparece este monstruo de dientes de sable. Un Pumonca en forma Chatro es más grande que un león; sus afilados colmillos sobresalen casi 30 cm de sus mandíbulas, proporcionándole un dado extra cuando muerde. Sus ojos se alzan en una giba compacta y su cola se agranda hasta ser como una cuerda gruesa. Aunque es incapaz de hablar, el hombre puma puede comunicarse con otros hombres felino mediante toses, gañidos y ronroneos.
-Felino: Alargándose en una fluida forma felina, los Pumonca conservan un volumen mayor que la mayoría de los pumas normales. Estos duros felinos suelen ser de un tono marrón arenoso con zonas blancas, pero en algunas ocasiones exhiben un pelaje completamente negro. Aunque pueden hablar con otros de su especie, el habla humana se encuentra más allá de las capacidades de esta forma.
ESTADÍSTICAS DE FORMA PUMONCA
Sokto Crinos Chatro Felino
Fuerza +1 +3 +3 +2
Destreza +2 +3 +3 +3
Resistencia +2 +4 +3 +3
Apariencia -1 0 0 0
Manipulación -1 -3 -3 -3