[Aventura] Babi Yar
Publicado: 29 Oct 2019, 11:19
LUCHA POR LOS EXILIADOS: BABI YAR
Por Jonathan Blacke
La hierba susurra sobre Babi Yar.
Los árboles parecen ominosos,
Como jueces.
Aquí todo grita en silencio,
E, inclinando mi cabeza,
Poco a poco siento
Que me vuelvo gris.
Y yo mismo
Me convierto en un grito silencioso
Sobre los miles de miles de muertos enterrados aquí.
-Yevgeny Yevtushenko, “Babii Yar”
Cuando Adolf Hitler tomó la decisión de invadir la Unión Soviética, dio comienzo a algo mucho más oscuro que simplemente derrotar de un golpe al Ejército Rojo. Cuando los ejércitos nazis de la Blitzkrieg avanzaron sobre las estepas ucranianas, los seguían los Einsatzgruppen –equipos de élite de soldados de las SS con la orden estricta de infiltrarse en las ciudades y poblaciones capturadas por las divisiones alemanas y liquidar a todas las poblaciones judías que encontraran. Estos escuadrones de la muerte móviles atravesaron las aldeas del oeste de Ucrania, asesinando judíos, gitanos y comunistas en lo que se convertiría en una de las primeras fases del Holocausto, un programa calculado para liquidar a los judíos de Europa y que también se llevaría consigo las vidas de millones de gitanos, polacos, comunistas, católicos romanos y ciudadanos rusos.
Babi Yar, una hondonada cerca de la ciudad de Kiev, la capital de Ucrania, fue el lugar donde se realizó uno de los primeros asesinatos en masa de judíos. En septiembre del año 1941, en el espacio de 36 horas, más de 33.000 judíos fueron asesinados por los soldados alemanes y comandos Einsatzgruppen de las SS. Durante los dos años siguientes, judíos, gitanos y prisioneros soviéticos fueron reunidos, transportados a Babi Yar y ejecutados –un total de más de 100.000 víctimas y una de las primeras y peores atrocidades de la Segunda Guerra Mundial.
Nota del Traductor: Aunque Babi Yar es principalmente conocido por las matanzas de la Segunda Guerra Mundial, ya había servido previamente como lugar de ejecución para muchos de los prisioneros capturados en las décadas previas durante la revolución bolchevique y la guerra civil rusa.
LA ZONA Y SUS ALREDEDORES
Babi Yar se encuentra situado al noroeste de Kiev, un enorme barranco no especialmente pronunciado. Está rodeado de colinas que ondulan a lo largo del paisaje. Arbustos y matorrales dispersos surgen de forma alterna por los alrededores, con sus ramas desnudas entrelazadas entre sí y desafiando a un clima implacable. El terreno es en gran parte rocoso y yermo, con un matiz pardo grisáceo muy similar al de las nubes de polución industrial de la cercana ciudad de Kiev. En un extremo de la hondonada de Babi Yar se encuentra un pequeño cementerio judío de varios siglos de antigüedad, que marca el final de la calle Melnik de Kiev. Entre las criptas y estelas, se encuentran las estelas rotas o los espacios vacíos donde se encontraban las tumbas. Las piedras desaparecidas cuentan una historia propia; fueron arrancadas por los escuadrones de ejecución para utilizarlas como mazas y pesas para aplastar los huesos de los cuerpos de sus víctimas.
Más o menos a un kilómetro de la hondonada se encuentra un enorme monumento que conmemora la masacre. Fue erigido durante el gobierno del presidente soviético Leonidas Brezhnev en 1974, una escultura de bronce de casi 20 m de altura que muestra varias figuras entrelazadas que parecen desaparecer en la base del monumento. Las figuras muestran diversas escenas: una joven llora sobre el cadáver de su novio. Un marinero ruso protege a su madre con su propio cuerpo. Una joven madre, con sus manos atacas por detrás con alambre de espinos, todavía tiene fuerzas para dar el pecho a su hijo. Un soldado del Ejército Rojo y un partisano ucraniano miran con valentía y determinación a un enemigo invisible. La escultura es un ejemplo característico de los monumentos que se levantaron tras el Telón de Acero. Es un recuerdo de la lucha eterna y la resolución del pueblo soviético, con rasgos obreros severos frente a los enemigos de la Madre Patria. Una inscripción en la base de la escultura reza: “Aquí, entre 1941-1943, los invasores alemanes fascistas ejecutaron a más de 100.000 ciudadanos de Kiev y prisioneros de guerra.” No se menciona por qué fueron asesinados.
En las Tierras de las Sombras la hondonada mantiene un aspecto muy similar al día en que comenzó la matanza. El perímetro de la Morada está rodeado por alambre de espinos, acordonando la zona en las Tierras de las Sombras de la misma forma que aquella terrible mañana. La barrera de alambre de espino es una manifestación tangible para los wraiths que vagan por esta Morada; puede desvanecerse o solidificarse dependiendo del Pathos y la Angustia colectivos del lugar. El terreno de la Morada dispone de varias fosas encendidas. Marcan los lugares de las enormes piras donde los soldados de las SS quemaron los cadáveres de los cuerpos en masa tras exhumarlos en 1943 para eliminar cualquier evidencia de las masacres que habían tenido lugar.
El centro de la Morada consiste en un foso gigante, la fosa común donde los cuerpos fueron enterrados. En el fondo se encuentra la grieta inconfundible de un Nihil, y el inquietante zumbido del Olvido resuena a través de las profundas paredes abismales. Las nubes de humo que surgen del Nihil apestan con el hedor a sangre y huesos quemados, un hedor de podredumbre y decadencia que nunca se disipa. La zona que rodea el foso es patrullada por un grupo de wraiths bajo la dirección de Alexander Renko, que en vida fue un capitán del Ejército Rojo. Sus tropas mantienen una vigilancia constante sobre el abismo, siempre preparados para hacer sonar la alarma y defender la Morada contra cualquier Espectro que surja de sus profundidades.
HISTORIA
La ciudad de Kiev fue invadida por los alemanes el 19 de septiembre de 1941. Ese día, una avanzadilla de 50 hombres de los Einsatzgruppen entró en la ciudad; dos días después el líder de la operación llegaba con el resto de la unidad, 200 soldados en total. Aseguraron unos talleres en la calle Kreshchatik y se apropiaron del Hotel Continental de Kiev y el club médico de la ciudad, que fue convertido en un lugar de reunión para los oficiales alemanes.
Cinco días después de conquistar Kiev se produjeron varias explosiones en el centro de la ciudad. Los edificios de la calle Kreshchatik estallaron, así como otros de los que se habían apropiado los invasores. Varios destacamentos de la NKVD, la policía soviética, que se habían desplegado en secreto en la ciudad, habían recibido órdenes de que sabotearan los objetivos de los alemanes. Muchos soldados alemanes, así como los ciudadanos de la zona, murieron. El 26 de septiembre, para responder a los ataques, los comandantes alemanes celebraron una reunión en la que decidieron tomar represalias por las explosiones, y los judíos que residían en Kiev fueron condenados a muerte. La orden sería cumplida por los hombres del Sonderkommando 4, un batallón Einsatzgruppen de oficiales SD y SIPO, hombres armados de las Waffen SS y refuerzos reclutados de los batallones de la policía regional ucraniana.
En la mañana del 28 de septiembre, los judíos de Kiev se despertaron y leyeron varios avisos que las fuerzas de ocupación habían distribuido por toda la ciudad: “Todos los judíos que vivan en la ciudad de Kiev y sus alrededores deben reunirse a las 8 de la mañana del lunes, 29 de septiembre de 1941, en la esquina de las calles Melnikovsky y Dokhtrov. Tendrán que llevar con ellos sus documentos, dinero, posesiones, así como ropa de abrigo, ropa interior, etc. Cualquier judío que no siga estas instrucciones y sea encontrado en cualquier otro lugar más allá de esa hora será ejecutado.”
A la mañana siguiente miles de judíos se reunieron en la intersección mencionada. La mayoría de los 160.000 judíos que vivían en Kiev antes de la ocupación ya habían conseguido huir de la ciudad antes de que llegaran los alemanes; los que quedaban en su mayoría eran ancianos, enfermos y madres con sus hijos. Los jóvenes se habían marchado con el Ejército Rojo en retirada. Circulaban rumores falsos, iniciados por los alemanes, de que los judíos de Kiev serían transportados fuera de la ciudad y reinstalados en otro lugar. El rumor, apoyado por el hecho de que la intersección mencionada para la reunión se encontraba cerca de la estación de ferrocarril, parecía plausible para los que acudieron.
Escoltados por guardias armados, las masas apelotonadas de judíos avanzaron por las calles de Kiev. Debido a su gran número, los miles de judíos no consiguieron llegar hasta el final de la calle Melnik hasta la primera hora de la tarde. Cuando llegaron hasta el cementerio judío que se encontraba al final de la calle, se encontraron con que el camino había sido bloqueado con alambre de espino y protecciones antitanque. En mitad de la barricada se había dejado un estrecho espacio, apenas suficiente para que dos personas pasaran a la vez y vigilado por las SS y la policía ucraniana.
Los soldados de las SS ordenaron a los judíos que comenzaran a atravesar la barricada. Cuando llegaban al otro lado a los prisioneros se les ordenaba que dejaran lo que llevaran y se quitaran la ropa. A los que se mostraban reticentes a desnudarse se les obligaba a la fuerza y la ropa y los objetos se colocaban en dos enormes pilas a un lado. Entonces se obligaba a las víctimas desnudas a pasar por en medio de un pasillo formado por hombres de las SS y policías ucranianos armados con garrotes, porras y nudilleras de bronce, que procedían a golpearlos salvajemente mientras avanzaban por el corredor humano. Los judíos apaleados y sangrantes se dirigían hacia el borde de la hondonada de Babi Yar y eran reunidos en grupos de diez junto a un enorme foso excavado justo el día antes.
Cuando los prisioneros llegaban al borde del foso, un escuadrón de treinta hombres con armas automáticas les disparaban. Los cuerpos muertos se derrumbaban hasta caer al fondo. Los tiradores trataban a cada nuevo grupo de diez de la misma manera, apuntando desde la cintura para conseguir el mayor número de víctimas –los adultos eran alcanzados en el abdomen, los adolescentes en el pecho, y los niños pequeños en la cabeza. Cada escuadrón de tiradores era relevado cada hora mientras varios oficiales de las SS se apostaban alrededor del foso y vigilaban cualquier señal de movimiento de los que todavía no hubieran muerto. Esas personas eran rematadas con disparos de pistola.
La ejecución masiva continuó hasta noche, cuando se hizo demasiado oscuro para ver. En ese momento los soldados de las SS dinamitaron la hondonada, cubriendo a los muertos y a los escasos supervivientes con toneladas de tierra. Los judíos que todavía aguardaban la ejecución fueron recluidos en garajes y almacenes abandonados y vigilados hasta la mañana siguiente, cuando la SS continuó con el proceso. Al final del día 30 de septiembre de 1941, después de tres días de masacre, los alemanes calcularon que habían matado a 33.771 judíos. Entonces el escuadrón de mando alemán se retiró de Kiev, dejando unos pocos escuadrones de soldados como fuerzas de ocupación.
La carnicería no terminó. Las patrullas Einsatzgruppen continuaron registrando las casas y tiendas de Kiev y las granjas de los alrededores en busca de judíos. Cuando encontraban alguno lo llevaban hasta Babi Yar y los Einsatzgruppen los mataban. Durante los meses siguientes, varios miles más de hombres, mujeres y niños judíos fueron capturados, llevados a Babi Yar y asesinados. Muchos de ellos fueron entregados por la población ucraniana, que inundaron las oficinas locales de las SS y la SIP con cartas y denuncias detallando donde se escondían los judíos.
Durante dos años la matanza de Babi Yar continuó; también fueron ejecutados gitanos y prisioneros soviéticos de guerra. Durante los 24 meses que Babi Yar estuvo operativo, unas 100.000 personas murieron al final de la temida barricada de las SS.
En el verano de 1943, el ejército alemán comenzó a retroceder ante el avance de los revitalizados ejércitos rusos, y los comandantes que habían ordenado el inicio de las masacres de Babi Yar fueron enviados de vuelta a Kiev. Habían recibido órdenes de las SS de borrar cualquier evidencia de la carnicería que habían cometido. Un equipo especial de las SS trajo a trescientos prisioneros del cercano campo de concentración de Syretsk y los puso a trabajar para exhumar los miles de cuerpos que yacían en las fosas cubiertas de tierra. El 18 de agosto de 1943 se trajeron varios bulldozers para abrir las fosas comunes, y los prisioneros recibieron órdenes de que llevaran los cadáveres a varias hogueras crematorias, construidas con montones de madera talada de los bosques cercanos y rociada con gasolina. Allí los cadáveres de Babi Yar fueron incinerados, y las cenizas fueron revisadas por los alemanes en busca de piezas escondidas de oro y plata. Se arrancaron varias lápidas y estelas del cementerio judío cercano y se utilizaron para triturar los huesos que no se habían quemado. La incineración en masa terminó el 19 de septiembre, en el segundo aniversario de la entrada de los alemanes en Kiev.
El 29 de septiembre, en el aniversario del comienzo de la primera masacre, los últimos prisioneros que trabajaban en Babi Yar (en su mayoría recién llegados en los últimos días de la incineración) descubrieron que los alemanes iban a ejecutarles a la mañana siguiente. Esa noche planificaron una evasión de su encierro en una cueva artificial excavada en una ladera de la hondonada. Unos pocos minutos después de la medianoche, 25 prisioneros salieron de la cueva escondidos bajo la cobertura de la niebla que recubría la zona. Sólo 15 de ellos consiguieron escapar. Los demás fueron abatidos durante su huida o fueron ejecutados a la mañana siguiente –las últimas víctimas de la carnicería de Babi Yar.
LA MORADA
La masacre de 36 horas de los judíos de Kiev en los últimos días de septiembre de 1941 produjo un cambio inmediato en las Tierras de las Sombras: la apertura de un Nihil en las proximidades. De esta abertura surgió una oleada de Espectros, que fueron los primeros en llegar a los espíritus dormidos de las víctimas. En el Mundo Subterráneo el lugar era un yermo, y docenas de almas casi fueron consumidas al instante por los Espectros merodeadores. Las almas que no fueron atrapadas por la horda espectral tuvieron muchas dificultades para adaptarse a su nuevo mundo y a los poderes que poseían antes de verse obligadas a defenderse de los continuos ataques de los Espectros. La llegada fortuita de un grupo de wraiths rusos, antiguos soldados del Ejército Rojo, ayudó a muchos wraiths a resistir la oleada espectral.
Muchos de los wraiths supervivientes se dispersaron por todas partes, temiendo permanecer en la zona por miedo a los ataques de los Espectros acechantes. Los que se quedaron protegieron la llegada de nuevas almas lo mejor que pudieron, vigilando el foso del Olvido durante meses hasta que la masacre terminó. Los wraiths que se quedaron se sentían ligados al lugar por una fuerza impulsora, una necesidad candente de ayudar al resto de las almas perdidas que llegaban a través de la Mortaja. Cuando las matanzas de Babi Yar finalmente se detuvieron, el Nihil se tranquilizó, y su tamaño incluso se redujo. Sin embargo, otra oleada de Espectros surgió con el comienzo de las cremaciones, cuando los nazis intentaron borrar cualquier rastro de sus atrocidades, pero el Capitán Renko y sus soldados wraiths detuvieron el asalto de los Espectros con relativa facilidad. Durante un tiempo, todo permaneció tranquilo.
La llegada de burócratas de la Jerarquía a la Morada fue recibida con más suspicacia que alivio por parte de los wraiths residentes. Unos pocos wraiths acompañaron a los legados a Estigia, pero la mayoría decidió permanecer junto a la Morada. Cuando sus camaradas regresaron y les hablaron sobre la multitud de wraiths que existían en Estigia y la firma de la Alianza de los Millones, los wraiths de Babi Yar se reunieron y votaron la formación formalizada de dos Círculos, para dar cierta organización a su obra. Desde entonces Babi Yar se ha convertido en un lugar de reunión e información para los wraiths que cayeron víctimas de las ejecuciones de los Einsatzgruppen. Líneas fantasmales de ferrocarril comunican la Morada con otros lugares de las Tierras de las Sombras, proporcionando un traslado rápido de personas e información a otros Ghettos libres en las Tierras de las Sombras de Rusia y el Báltico. Sin embargo, al contrario que otros Ghettos, Babi Yar es simplemente una estación de paso para la mayoría de los wraiths que lo visitan. Simplemente, es un lugar demasiado peligroso, considerando la inestabilidad y la cercanía del Nihil, para constituir un refugio a largo plazo para los wraiths viajeros.
LOS REPARADORES
La mayoría de los wraiths que han permanecido en Babi Yar se hacen llamar los Reparadores. Son las víctimas de Babi Yar, las almas de los judíos y otros prisioneros que fueron asesinados y que aúllan en la oscuridad buscando respeto entre los Vivos y justicia entre los Muertos. Los Reparadores también se muestran activos tratando de recuperar a todas las almas que se dispersaron durante la creación de la Morada. Consideran que su misión es acercarse a las Tierras de la Piel e intentar avivar las emociones de los vivos para que recuerden y aprendan de la tragedia que se produjo en Babi Yar. Los wraiths de este Círculo creen que se fortalecen con cada oleada de emociones que atraviesa la Mortaja desde las Tierras de la Piel, y aguardan el día en que los vivos reconozcan de verdad los horrores que se produjeron durante la guerra y otorguen a las víctimas la dignidad que se merecen. Los Reparadores creen que de esa manera el Nihil se sellará y algo parecido a la paz regresará a esta parte de las Tierras de las Sombras.
LOS CAMARADAS CAÍDOS
El núcleo de los Camaradas Caídos es un grupo de soldados rusos del Ejército rojo de Kiev que regresaron a los restos de su hogar justo después de la aparición del Nihil y de que comenzara la inundación de almas desde las Tierras de la Piel. Desde entonces han decidido que su deber es proteger a la población de la Morada de los Espectros de los alrededores, y salvaguardar la Morada de los tumultos producidos por el Nihil. Los Camaradas Caídos han reclutado la ayuda de los wraiths de Babi Yar y otros simpatizantes fantasmales, que están dispuestos a trabajar como centinelas. Además de vigilar el Nihil, los Camaradas Caídos a menudo se aventuran fuera de la Morada, patrullando las Tierras de las Sombras de Ucrania en busca de los miles de wraiths perdidos que están vinculados a este lugar.
LA MORADA HOY
Oficialmente, el Ghetto libre de Babi Yar se encuentra bajo los términos de la Alianza de los Millones, el gran acuerdo entre Estigia y los fantasmas del Holocausto, a los que se les concedió una amplia independencia en su gobierno y asuntos internos. Babi Yar es uno de los Ghettos menos impresionantes de la Alianza, constituida por un muro tosco, únicamente interrumpido por una puerta en la calle Melnik, que separa la Necrópolis de Kiev de la zona controlada por los wraiths de la Alianza. Pocos wraiths pasan de un lado del muro al otro; los Reparadores y los Camaradas Caídos viajan a la ciudad para comerciar o para atender sus Grilletes, recibir a los visitantes que llegan a la estación de tren de Kiev y ocasionales wraiths de la Jerarquía que se aventuran fuera de la ciudad para observar el monumento a Babi Yar y la destrucción que conmemora.
Los wraiths de Babi Yar que entran en Kiev raramente viajan solos. La mala voluntad que destilan ambos lados del muro se ha manifestado con violencia en muchas ocasiones a lo largo de los años, y no todos los Reparadores o Camaradas Caídos que han ido a vigilar sus Grilletes a la ciudad han regresado.
Por lo que se refiere a la propia Morada, está formada por pequeñas chozas y barracas que han sido construidas con las reliquias de los maderos que fueron utilizados para quemar los restos de las víctimas. En este lugar es donde permanecen los Reparadores y los Camaradas Caídos, y aquí es donde alojan a los ocasionales visitantes de la Morada. Los wraiths del lugar también guardan muchos registros y hay una constante llegada de wraiths que desean consultar la información.
También hay una serie de puestos de guardia alrededor del Nihil, constantemente ocupados y en cada uno de ellos hay una campana Artefacto que se toca a la primera señal de actividad de los Espectros.
EL ENORME GRITO SILENCIOSO
En los últimos cincuenta años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en el mundo ha surgido la terrible responsabilidad de hacer justicia debido a los crímenes del Holocausto. Algunas acciones de los vivos han fortalecido muchos lugares en las Tierras de las Sombras donde los Ghettos libres están situados. Estos Ghettos, imbuidos con el Pathos que se filtra a través de la Mortaja, se han vuelto más sólidos, más reales, más permanentes en la inestable geografía de la Tierra de los Muertos.
Pero la comunidad libre de Babi Yar no ha sido tan afortunada. La gran oleada de antisemitismo estalinista que surgió en Rusia tras el final de la Segunda Guerra Mundial significó que las matanzas de Babi Yar fueron oficialmente olvidadas, arrojadas al pozo negro de la negación o de la censura. Se consideraba traición decir que el pueblo ruso y ucraniano había sido cómplice de la matanza de los judíos. El impacto de la masacre judía fue subestimado, y los portavoces públicos la oscurecían bajo las cifras de rusos civiles y comunistas que habían muerto en el lugar. Las implicaciones de los ciudadanos de Kiev en las ejecuciones de los Einsatzgruppen se consideraron nulas o fraudulentas. La represión del período comunista ha convertido a Babi Yar en un motivo de enfrentamiento para los wraiths que habitan allí, los extranjeros de Estigia y los servidores del Olvido. Los Círculos presentes han luchado contra todo tipo de facciones, simplemente para reclamar ese terreno yermo de existencia muerta como suyo y sólo suyo.
Los aspectos más insidiosos de esa batalla a tres bandas se han manifestado de muchas maneras, especialmente en la dirección de Estigia. La Necrópolis de Kiev en sí misma es pequeña y su casta gobernante siempre ha tratado a los wraiths de Babi Yar como leprosos y proscritos. Este desagrado se cristalizó tras los ataques de los wraiths de la Morada contra los ciudadanos de Kiev que habían entregado a sus vecinos y amigos a los nazis. En Kiev existen muchos rumores sobre el destino de antiguos colaboradores que se cruzaron con los wraiths de los Círculos de Babi Yar –que fueron atacados y rápidamente forjados o directamente arrojados a la boca del Nihil del lugar.
Los Reparadores y los Camaradas Caídos niegan estas acusaciones, afirmando que su propósito es curar, no herir. Sin embargo, existe una evidencia monolítica que contradice la negación oficial de los Círculos. En las afueras de la Morada, en lugar que sólo es frecuentada en ocasiones por los Espectros se alza una tosca estatua. Es una representación de almas forjadas del monumento a Babi Yar que se encuentra en las Tierras de la Piel, una estatua que ignora la matanza de los judíos. Las almas de las que está hecha la estatua son de soldados alemanas, policías ucranianos y antiguos colaboradores de los nazis. El monolito emana una cantidad casi insoportable de Angustia, que sofoca los sentidos como una niebla húmeda de odio y un chillido ensordecedor de agonía silenciosa. Es una esponja para la rabia y las frustraciones de los wraiths, y muchos dentro de la Morada y en la vecina Necrópolis de Kiev temen que la estatua podría estallar algún día. Mientras tanto, permanece como una advertencia muda para quienes han contribuido al sufrimiento de las almas de Babi Yar.
LOS ÚLTIMOS AÑOS
En los últimos años, tras la caída del comunismo y la desaparición de la Unión Soviética, los pueblos que anteriormente se ocultaban detrás del Telón de Acero han comenzado el proceso de reescribir sus historias libres de la censura de los supervisores del partido comunista. A finales de 1991 los gobernantes ucranianos decidieron celebrar una serie de festivales conmemorativos para recordar las tragedias ocurridas en su país. En Kiev se celebró una conferencia académica internacional seguida de una semana de recuerdo en honor de las miles de vidas que habían desaparecido en los fuegos de Babi Yar.
Muchos antiguos residentes de Kiev regresaron a la ciudad; las calles estaban llenas de señales de duelo y recuerdo; se crearon chapas y medallas conmemorativas. El génesis de la reflexión sobre el mal que había sido producido en Babi Yar había comenzado, pero no consiguió un reconocimiento total. El tema de quienes habían colaborado con los Einsatzgruppen, quienes entregaron deliberadamente a sus vecinos, compañeros de trabajo y amigos a los escuadrones de la muerte de las SS, fue cuidadosamente evitado durante la semana del recuerdo.
La tensión respecto al legado de Babi Yar todavía sigue presente en Ucrania. Aunque los investigadores del Holocausto están intentando avanzar en su comprensión y aceptación de los hechos, la reticencia subconsciente de muchos ucranianos a admitir abiertamente que tomaron parte en este legado macabro, que sus acciones fueron decisivas en la muerte de miles de personas, sigue siendo fuerte. Se trata de un obstáculo silencioso, pero importante, en la búsqueda de la verdad. Aunque la carga de los wraiths de Babi Yar se ha amortiguado ligeramente por la ausencia de una oposición draconiana a la verdad, la pasividad restante todavía sigue siendo poderosa.
Por Jonathan Blacke
La hierba susurra sobre Babi Yar.
Los árboles parecen ominosos,
Como jueces.
Aquí todo grita en silencio,
E, inclinando mi cabeza,
Poco a poco siento
Que me vuelvo gris.
Y yo mismo
Me convierto en un grito silencioso
Sobre los miles de miles de muertos enterrados aquí.
-Yevgeny Yevtushenko, “Babii Yar”
Cuando Adolf Hitler tomó la decisión de invadir la Unión Soviética, dio comienzo a algo mucho más oscuro que simplemente derrotar de un golpe al Ejército Rojo. Cuando los ejércitos nazis de la Blitzkrieg avanzaron sobre las estepas ucranianas, los seguían los Einsatzgruppen –equipos de élite de soldados de las SS con la orden estricta de infiltrarse en las ciudades y poblaciones capturadas por las divisiones alemanas y liquidar a todas las poblaciones judías que encontraran. Estos escuadrones de la muerte móviles atravesaron las aldeas del oeste de Ucrania, asesinando judíos, gitanos y comunistas en lo que se convertiría en una de las primeras fases del Holocausto, un programa calculado para liquidar a los judíos de Europa y que también se llevaría consigo las vidas de millones de gitanos, polacos, comunistas, católicos romanos y ciudadanos rusos.
Babi Yar, una hondonada cerca de la ciudad de Kiev, la capital de Ucrania, fue el lugar donde se realizó uno de los primeros asesinatos en masa de judíos. En septiembre del año 1941, en el espacio de 36 horas, más de 33.000 judíos fueron asesinados por los soldados alemanes y comandos Einsatzgruppen de las SS. Durante los dos años siguientes, judíos, gitanos y prisioneros soviéticos fueron reunidos, transportados a Babi Yar y ejecutados –un total de más de 100.000 víctimas y una de las primeras y peores atrocidades de la Segunda Guerra Mundial.
Nota del Traductor: Aunque Babi Yar es principalmente conocido por las matanzas de la Segunda Guerra Mundial, ya había servido previamente como lugar de ejecución para muchos de los prisioneros capturados en las décadas previas durante la revolución bolchevique y la guerra civil rusa.
LA ZONA Y SUS ALREDEDORES
Babi Yar se encuentra situado al noroeste de Kiev, un enorme barranco no especialmente pronunciado. Está rodeado de colinas que ondulan a lo largo del paisaje. Arbustos y matorrales dispersos surgen de forma alterna por los alrededores, con sus ramas desnudas entrelazadas entre sí y desafiando a un clima implacable. El terreno es en gran parte rocoso y yermo, con un matiz pardo grisáceo muy similar al de las nubes de polución industrial de la cercana ciudad de Kiev. En un extremo de la hondonada de Babi Yar se encuentra un pequeño cementerio judío de varios siglos de antigüedad, que marca el final de la calle Melnik de Kiev. Entre las criptas y estelas, se encuentran las estelas rotas o los espacios vacíos donde se encontraban las tumbas. Las piedras desaparecidas cuentan una historia propia; fueron arrancadas por los escuadrones de ejecución para utilizarlas como mazas y pesas para aplastar los huesos de los cuerpos de sus víctimas.
Más o menos a un kilómetro de la hondonada se encuentra un enorme monumento que conmemora la masacre. Fue erigido durante el gobierno del presidente soviético Leonidas Brezhnev en 1974, una escultura de bronce de casi 20 m de altura que muestra varias figuras entrelazadas que parecen desaparecer en la base del monumento. Las figuras muestran diversas escenas: una joven llora sobre el cadáver de su novio. Un marinero ruso protege a su madre con su propio cuerpo. Una joven madre, con sus manos atacas por detrás con alambre de espinos, todavía tiene fuerzas para dar el pecho a su hijo. Un soldado del Ejército Rojo y un partisano ucraniano miran con valentía y determinación a un enemigo invisible. La escultura es un ejemplo característico de los monumentos que se levantaron tras el Telón de Acero. Es un recuerdo de la lucha eterna y la resolución del pueblo soviético, con rasgos obreros severos frente a los enemigos de la Madre Patria. Una inscripción en la base de la escultura reza: “Aquí, entre 1941-1943, los invasores alemanes fascistas ejecutaron a más de 100.000 ciudadanos de Kiev y prisioneros de guerra.” No se menciona por qué fueron asesinados.
En las Tierras de las Sombras la hondonada mantiene un aspecto muy similar al día en que comenzó la matanza. El perímetro de la Morada está rodeado por alambre de espinos, acordonando la zona en las Tierras de las Sombras de la misma forma que aquella terrible mañana. La barrera de alambre de espino es una manifestación tangible para los wraiths que vagan por esta Morada; puede desvanecerse o solidificarse dependiendo del Pathos y la Angustia colectivos del lugar. El terreno de la Morada dispone de varias fosas encendidas. Marcan los lugares de las enormes piras donde los soldados de las SS quemaron los cadáveres de los cuerpos en masa tras exhumarlos en 1943 para eliminar cualquier evidencia de las masacres que habían tenido lugar.
El centro de la Morada consiste en un foso gigante, la fosa común donde los cuerpos fueron enterrados. En el fondo se encuentra la grieta inconfundible de un Nihil, y el inquietante zumbido del Olvido resuena a través de las profundas paredes abismales. Las nubes de humo que surgen del Nihil apestan con el hedor a sangre y huesos quemados, un hedor de podredumbre y decadencia que nunca se disipa. La zona que rodea el foso es patrullada por un grupo de wraiths bajo la dirección de Alexander Renko, que en vida fue un capitán del Ejército Rojo. Sus tropas mantienen una vigilancia constante sobre el abismo, siempre preparados para hacer sonar la alarma y defender la Morada contra cualquier Espectro que surja de sus profundidades.
HISTORIA
La ciudad de Kiev fue invadida por los alemanes el 19 de septiembre de 1941. Ese día, una avanzadilla de 50 hombres de los Einsatzgruppen entró en la ciudad; dos días después el líder de la operación llegaba con el resto de la unidad, 200 soldados en total. Aseguraron unos talleres en la calle Kreshchatik y se apropiaron del Hotel Continental de Kiev y el club médico de la ciudad, que fue convertido en un lugar de reunión para los oficiales alemanes.
Cinco días después de conquistar Kiev se produjeron varias explosiones en el centro de la ciudad. Los edificios de la calle Kreshchatik estallaron, así como otros de los que se habían apropiado los invasores. Varios destacamentos de la NKVD, la policía soviética, que se habían desplegado en secreto en la ciudad, habían recibido órdenes de que sabotearan los objetivos de los alemanes. Muchos soldados alemanes, así como los ciudadanos de la zona, murieron. El 26 de septiembre, para responder a los ataques, los comandantes alemanes celebraron una reunión en la que decidieron tomar represalias por las explosiones, y los judíos que residían en Kiev fueron condenados a muerte. La orden sería cumplida por los hombres del Sonderkommando 4, un batallón Einsatzgruppen de oficiales SD y SIPO, hombres armados de las Waffen SS y refuerzos reclutados de los batallones de la policía regional ucraniana.
En la mañana del 28 de septiembre, los judíos de Kiev se despertaron y leyeron varios avisos que las fuerzas de ocupación habían distribuido por toda la ciudad: “Todos los judíos que vivan en la ciudad de Kiev y sus alrededores deben reunirse a las 8 de la mañana del lunes, 29 de septiembre de 1941, en la esquina de las calles Melnikovsky y Dokhtrov. Tendrán que llevar con ellos sus documentos, dinero, posesiones, así como ropa de abrigo, ropa interior, etc. Cualquier judío que no siga estas instrucciones y sea encontrado en cualquier otro lugar más allá de esa hora será ejecutado.”
A la mañana siguiente miles de judíos se reunieron en la intersección mencionada. La mayoría de los 160.000 judíos que vivían en Kiev antes de la ocupación ya habían conseguido huir de la ciudad antes de que llegaran los alemanes; los que quedaban en su mayoría eran ancianos, enfermos y madres con sus hijos. Los jóvenes se habían marchado con el Ejército Rojo en retirada. Circulaban rumores falsos, iniciados por los alemanes, de que los judíos de Kiev serían transportados fuera de la ciudad y reinstalados en otro lugar. El rumor, apoyado por el hecho de que la intersección mencionada para la reunión se encontraba cerca de la estación de ferrocarril, parecía plausible para los que acudieron.
Escoltados por guardias armados, las masas apelotonadas de judíos avanzaron por las calles de Kiev. Debido a su gran número, los miles de judíos no consiguieron llegar hasta el final de la calle Melnik hasta la primera hora de la tarde. Cuando llegaron hasta el cementerio judío que se encontraba al final de la calle, se encontraron con que el camino había sido bloqueado con alambre de espino y protecciones antitanque. En mitad de la barricada se había dejado un estrecho espacio, apenas suficiente para que dos personas pasaran a la vez y vigilado por las SS y la policía ucraniana.
Los soldados de las SS ordenaron a los judíos que comenzaran a atravesar la barricada. Cuando llegaban al otro lado a los prisioneros se les ordenaba que dejaran lo que llevaran y se quitaran la ropa. A los que se mostraban reticentes a desnudarse se les obligaba a la fuerza y la ropa y los objetos se colocaban en dos enormes pilas a un lado. Entonces se obligaba a las víctimas desnudas a pasar por en medio de un pasillo formado por hombres de las SS y policías ucranianos armados con garrotes, porras y nudilleras de bronce, que procedían a golpearlos salvajemente mientras avanzaban por el corredor humano. Los judíos apaleados y sangrantes se dirigían hacia el borde de la hondonada de Babi Yar y eran reunidos en grupos de diez junto a un enorme foso excavado justo el día antes.
Cuando los prisioneros llegaban al borde del foso, un escuadrón de treinta hombres con armas automáticas les disparaban. Los cuerpos muertos se derrumbaban hasta caer al fondo. Los tiradores trataban a cada nuevo grupo de diez de la misma manera, apuntando desde la cintura para conseguir el mayor número de víctimas –los adultos eran alcanzados en el abdomen, los adolescentes en el pecho, y los niños pequeños en la cabeza. Cada escuadrón de tiradores era relevado cada hora mientras varios oficiales de las SS se apostaban alrededor del foso y vigilaban cualquier señal de movimiento de los que todavía no hubieran muerto. Esas personas eran rematadas con disparos de pistola.
La ejecución masiva continuó hasta noche, cuando se hizo demasiado oscuro para ver. En ese momento los soldados de las SS dinamitaron la hondonada, cubriendo a los muertos y a los escasos supervivientes con toneladas de tierra. Los judíos que todavía aguardaban la ejecución fueron recluidos en garajes y almacenes abandonados y vigilados hasta la mañana siguiente, cuando la SS continuó con el proceso. Al final del día 30 de septiembre de 1941, después de tres días de masacre, los alemanes calcularon que habían matado a 33.771 judíos. Entonces el escuadrón de mando alemán se retiró de Kiev, dejando unos pocos escuadrones de soldados como fuerzas de ocupación.
La carnicería no terminó. Las patrullas Einsatzgruppen continuaron registrando las casas y tiendas de Kiev y las granjas de los alrededores en busca de judíos. Cuando encontraban alguno lo llevaban hasta Babi Yar y los Einsatzgruppen los mataban. Durante los meses siguientes, varios miles más de hombres, mujeres y niños judíos fueron capturados, llevados a Babi Yar y asesinados. Muchos de ellos fueron entregados por la población ucraniana, que inundaron las oficinas locales de las SS y la SIP con cartas y denuncias detallando donde se escondían los judíos.
Durante dos años la matanza de Babi Yar continuó; también fueron ejecutados gitanos y prisioneros soviéticos de guerra. Durante los 24 meses que Babi Yar estuvo operativo, unas 100.000 personas murieron al final de la temida barricada de las SS.
En el verano de 1943, el ejército alemán comenzó a retroceder ante el avance de los revitalizados ejércitos rusos, y los comandantes que habían ordenado el inicio de las masacres de Babi Yar fueron enviados de vuelta a Kiev. Habían recibido órdenes de las SS de borrar cualquier evidencia de la carnicería que habían cometido. Un equipo especial de las SS trajo a trescientos prisioneros del cercano campo de concentración de Syretsk y los puso a trabajar para exhumar los miles de cuerpos que yacían en las fosas cubiertas de tierra. El 18 de agosto de 1943 se trajeron varios bulldozers para abrir las fosas comunes, y los prisioneros recibieron órdenes de que llevaran los cadáveres a varias hogueras crematorias, construidas con montones de madera talada de los bosques cercanos y rociada con gasolina. Allí los cadáveres de Babi Yar fueron incinerados, y las cenizas fueron revisadas por los alemanes en busca de piezas escondidas de oro y plata. Se arrancaron varias lápidas y estelas del cementerio judío cercano y se utilizaron para triturar los huesos que no se habían quemado. La incineración en masa terminó el 19 de septiembre, en el segundo aniversario de la entrada de los alemanes en Kiev.
El 29 de septiembre, en el aniversario del comienzo de la primera masacre, los últimos prisioneros que trabajaban en Babi Yar (en su mayoría recién llegados en los últimos días de la incineración) descubrieron que los alemanes iban a ejecutarles a la mañana siguiente. Esa noche planificaron una evasión de su encierro en una cueva artificial excavada en una ladera de la hondonada. Unos pocos minutos después de la medianoche, 25 prisioneros salieron de la cueva escondidos bajo la cobertura de la niebla que recubría la zona. Sólo 15 de ellos consiguieron escapar. Los demás fueron abatidos durante su huida o fueron ejecutados a la mañana siguiente –las últimas víctimas de la carnicería de Babi Yar.
LA MORADA
La masacre de 36 horas de los judíos de Kiev en los últimos días de septiembre de 1941 produjo un cambio inmediato en las Tierras de las Sombras: la apertura de un Nihil en las proximidades. De esta abertura surgió una oleada de Espectros, que fueron los primeros en llegar a los espíritus dormidos de las víctimas. En el Mundo Subterráneo el lugar era un yermo, y docenas de almas casi fueron consumidas al instante por los Espectros merodeadores. Las almas que no fueron atrapadas por la horda espectral tuvieron muchas dificultades para adaptarse a su nuevo mundo y a los poderes que poseían antes de verse obligadas a defenderse de los continuos ataques de los Espectros. La llegada fortuita de un grupo de wraiths rusos, antiguos soldados del Ejército Rojo, ayudó a muchos wraiths a resistir la oleada espectral.
Muchos de los wraiths supervivientes se dispersaron por todas partes, temiendo permanecer en la zona por miedo a los ataques de los Espectros acechantes. Los que se quedaron protegieron la llegada de nuevas almas lo mejor que pudieron, vigilando el foso del Olvido durante meses hasta que la masacre terminó. Los wraiths que se quedaron se sentían ligados al lugar por una fuerza impulsora, una necesidad candente de ayudar al resto de las almas perdidas que llegaban a través de la Mortaja. Cuando las matanzas de Babi Yar finalmente se detuvieron, el Nihil se tranquilizó, y su tamaño incluso se redujo. Sin embargo, otra oleada de Espectros surgió con el comienzo de las cremaciones, cuando los nazis intentaron borrar cualquier rastro de sus atrocidades, pero el Capitán Renko y sus soldados wraiths detuvieron el asalto de los Espectros con relativa facilidad. Durante un tiempo, todo permaneció tranquilo.
La llegada de burócratas de la Jerarquía a la Morada fue recibida con más suspicacia que alivio por parte de los wraiths residentes. Unos pocos wraiths acompañaron a los legados a Estigia, pero la mayoría decidió permanecer junto a la Morada. Cuando sus camaradas regresaron y les hablaron sobre la multitud de wraiths que existían en Estigia y la firma de la Alianza de los Millones, los wraiths de Babi Yar se reunieron y votaron la formación formalizada de dos Círculos, para dar cierta organización a su obra. Desde entonces Babi Yar se ha convertido en un lugar de reunión e información para los wraiths que cayeron víctimas de las ejecuciones de los Einsatzgruppen. Líneas fantasmales de ferrocarril comunican la Morada con otros lugares de las Tierras de las Sombras, proporcionando un traslado rápido de personas e información a otros Ghettos libres en las Tierras de las Sombras de Rusia y el Báltico. Sin embargo, al contrario que otros Ghettos, Babi Yar es simplemente una estación de paso para la mayoría de los wraiths que lo visitan. Simplemente, es un lugar demasiado peligroso, considerando la inestabilidad y la cercanía del Nihil, para constituir un refugio a largo plazo para los wraiths viajeros.
LOS REPARADORES
La mayoría de los wraiths que han permanecido en Babi Yar se hacen llamar los Reparadores. Son las víctimas de Babi Yar, las almas de los judíos y otros prisioneros que fueron asesinados y que aúllan en la oscuridad buscando respeto entre los Vivos y justicia entre los Muertos. Los Reparadores también se muestran activos tratando de recuperar a todas las almas que se dispersaron durante la creación de la Morada. Consideran que su misión es acercarse a las Tierras de la Piel e intentar avivar las emociones de los vivos para que recuerden y aprendan de la tragedia que se produjo en Babi Yar. Los wraiths de este Círculo creen que se fortalecen con cada oleada de emociones que atraviesa la Mortaja desde las Tierras de la Piel, y aguardan el día en que los vivos reconozcan de verdad los horrores que se produjeron durante la guerra y otorguen a las víctimas la dignidad que se merecen. Los Reparadores creen que de esa manera el Nihil se sellará y algo parecido a la paz regresará a esta parte de las Tierras de las Sombras.
LOS CAMARADAS CAÍDOS
El núcleo de los Camaradas Caídos es un grupo de soldados rusos del Ejército rojo de Kiev que regresaron a los restos de su hogar justo después de la aparición del Nihil y de que comenzara la inundación de almas desde las Tierras de la Piel. Desde entonces han decidido que su deber es proteger a la población de la Morada de los Espectros de los alrededores, y salvaguardar la Morada de los tumultos producidos por el Nihil. Los Camaradas Caídos han reclutado la ayuda de los wraiths de Babi Yar y otros simpatizantes fantasmales, que están dispuestos a trabajar como centinelas. Además de vigilar el Nihil, los Camaradas Caídos a menudo se aventuran fuera de la Morada, patrullando las Tierras de las Sombras de Ucrania en busca de los miles de wraiths perdidos que están vinculados a este lugar.
LA MORADA HOY
Oficialmente, el Ghetto libre de Babi Yar se encuentra bajo los términos de la Alianza de los Millones, el gran acuerdo entre Estigia y los fantasmas del Holocausto, a los que se les concedió una amplia independencia en su gobierno y asuntos internos. Babi Yar es uno de los Ghettos menos impresionantes de la Alianza, constituida por un muro tosco, únicamente interrumpido por una puerta en la calle Melnik, que separa la Necrópolis de Kiev de la zona controlada por los wraiths de la Alianza. Pocos wraiths pasan de un lado del muro al otro; los Reparadores y los Camaradas Caídos viajan a la ciudad para comerciar o para atender sus Grilletes, recibir a los visitantes que llegan a la estación de tren de Kiev y ocasionales wraiths de la Jerarquía que se aventuran fuera de la ciudad para observar el monumento a Babi Yar y la destrucción que conmemora.
Los wraiths de Babi Yar que entran en Kiev raramente viajan solos. La mala voluntad que destilan ambos lados del muro se ha manifestado con violencia en muchas ocasiones a lo largo de los años, y no todos los Reparadores o Camaradas Caídos que han ido a vigilar sus Grilletes a la ciudad han regresado.
Por lo que se refiere a la propia Morada, está formada por pequeñas chozas y barracas que han sido construidas con las reliquias de los maderos que fueron utilizados para quemar los restos de las víctimas. En este lugar es donde permanecen los Reparadores y los Camaradas Caídos, y aquí es donde alojan a los ocasionales visitantes de la Morada. Los wraiths del lugar también guardan muchos registros y hay una constante llegada de wraiths que desean consultar la información.
También hay una serie de puestos de guardia alrededor del Nihil, constantemente ocupados y en cada uno de ellos hay una campana Artefacto que se toca a la primera señal de actividad de los Espectros.
EL ENORME GRITO SILENCIOSO
En los últimos cincuenta años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en el mundo ha surgido la terrible responsabilidad de hacer justicia debido a los crímenes del Holocausto. Algunas acciones de los vivos han fortalecido muchos lugares en las Tierras de las Sombras donde los Ghettos libres están situados. Estos Ghettos, imbuidos con el Pathos que se filtra a través de la Mortaja, se han vuelto más sólidos, más reales, más permanentes en la inestable geografía de la Tierra de los Muertos.
Pero la comunidad libre de Babi Yar no ha sido tan afortunada. La gran oleada de antisemitismo estalinista que surgió en Rusia tras el final de la Segunda Guerra Mundial significó que las matanzas de Babi Yar fueron oficialmente olvidadas, arrojadas al pozo negro de la negación o de la censura. Se consideraba traición decir que el pueblo ruso y ucraniano había sido cómplice de la matanza de los judíos. El impacto de la masacre judía fue subestimado, y los portavoces públicos la oscurecían bajo las cifras de rusos civiles y comunistas que habían muerto en el lugar. Las implicaciones de los ciudadanos de Kiev en las ejecuciones de los Einsatzgruppen se consideraron nulas o fraudulentas. La represión del período comunista ha convertido a Babi Yar en un motivo de enfrentamiento para los wraiths que habitan allí, los extranjeros de Estigia y los servidores del Olvido. Los Círculos presentes han luchado contra todo tipo de facciones, simplemente para reclamar ese terreno yermo de existencia muerta como suyo y sólo suyo.
Los aspectos más insidiosos de esa batalla a tres bandas se han manifestado de muchas maneras, especialmente en la dirección de Estigia. La Necrópolis de Kiev en sí misma es pequeña y su casta gobernante siempre ha tratado a los wraiths de Babi Yar como leprosos y proscritos. Este desagrado se cristalizó tras los ataques de los wraiths de la Morada contra los ciudadanos de Kiev que habían entregado a sus vecinos y amigos a los nazis. En Kiev existen muchos rumores sobre el destino de antiguos colaboradores que se cruzaron con los wraiths de los Círculos de Babi Yar –que fueron atacados y rápidamente forjados o directamente arrojados a la boca del Nihil del lugar.
Los Reparadores y los Camaradas Caídos niegan estas acusaciones, afirmando que su propósito es curar, no herir. Sin embargo, existe una evidencia monolítica que contradice la negación oficial de los Círculos. En las afueras de la Morada, en lugar que sólo es frecuentada en ocasiones por los Espectros se alza una tosca estatua. Es una representación de almas forjadas del monumento a Babi Yar que se encuentra en las Tierras de la Piel, una estatua que ignora la matanza de los judíos. Las almas de las que está hecha la estatua son de soldados alemanas, policías ucranianos y antiguos colaboradores de los nazis. El monolito emana una cantidad casi insoportable de Angustia, que sofoca los sentidos como una niebla húmeda de odio y un chillido ensordecedor de agonía silenciosa. Es una esponja para la rabia y las frustraciones de los wraiths, y muchos dentro de la Morada y en la vecina Necrópolis de Kiev temen que la estatua podría estallar algún día. Mientras tanto, permanece como una advertencia muda para quienes han contribuido al sufrimiento de las almas de Babi Yar.
LOS ÚLTIMOS AÑOS
En los últimos años, tras la caída del comunismo y la desaparición de la Unión Soviética, los pueblos que anteriormente se ocultaban detrás del Telón de Acero han comenzado el proceso de reescribir sus historias libres de la censura de los supervisores del partido comunista. A finales de 1991 los gobernantes ucranianos decidieron celebrar una serie de festivales conmemorativos para recordar las tragedias ocurridas en su país. En Kiev se celebró una conferencia académica internacional seguida de una semana de recuerdo en honor de las miles de vidas que habían desaparecido en los fuegos de Babi Yar.
Muchos antiguos residentes de Kiev regresaron a la ciudad; las calles estaban llenas de señales de duelo y recuerdo; se crearon chapas y medallas conmemorativas. El génesis de la reflexión sobre el mal que había sido producido en Babi Yar había comenzado, pero no consiguió un reconocimiento total. El tema de quienes habían colaborado con los Einsatzgruppen, quienes entregaron deliberadamente a sus vecinos, compañeros de trabajo y amigos a los escuadrones de la muerte de las SS, fue cuidadosamente evitado durante la semana del recuerdo.
La tensión respecto al legado de Babi Yar todavía sigue presente en Ucrania. Aunque los investigadores del Holocausto están intentando avanzar en su comprensión y aceptación de los hechos, la reticencia subconsciente de muchos ucranianos a admitir abiertamente que tomaron parte en este legado macabro, que sus acciones fueron decisivas en la muerte de miles de personas, sigue siendo fuerte. Se trata de un obstáculo silencioso, pero importante, en la búsqueda de la verdad. Aunque la carga de los wraiths de Babi Yar se ha amortiguado ligeramente por la ausencia de una oposición draconiana a la verdad, la pasividad restante todavía sigue siendo poderosa.