[Recurso] Libro de Gremio: Vigilantes
Publicado: 17 Jul 2019, 18:21
LIBRO DE GREMIO: VIGILANTES
Por J. Tuomas Harviainen
De mis enemigos, líbrame, Señor; protégeme de quienes se alcen contra mí. Protégeme del mal y sálvame de los hombres sedientos de sangre.
-Salmos 59: 1-2
NOTAS DE DISEÑO
Este documento está pensado como un suplemento gratuito de internet para el juego de rol Wraith: el Olvido, del que White Wolf tiene todos los derechos. La mención o a referencia a cualquier compañía o producto en estas páginas no debe considerarse un desafío a los derechos de copyright.
La información y sucesos descritos en este documento tienen lugar antes de los sucesos descritos en “El fin del Imperio.” Ha sido creado para que sea compatible con los Libros de Gremio oficiales publicados por White Wolf.
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
A Mika Pnsalo y Ari “Zeta” Johansson, por despertar mi interés por los Vigilantes; y para Josef Zeiss.
A Errory, por ser mi Musa.
A Juhani Sepp, “1”, por mantener mis pies en el suelo.
A Janne “HG”, H. Glund y Jere Suvanto por sus comentarios desagradables y sus sugerencias todavía peores.
A Brighter Death Now, Penitent, Dream Into Dust, y especialmente a Mr. Cohen por la música y canciones que me dieron muchas de stas ideas.
Y a la realidad, por ser tan cabrona.
LIBRO DE GREMIO: VIGILANTES
ÍNDICE
UNA HISTORIA DE FANTASMAS: EN LA CREENCIA
CAPÍTULO UNO: EL CAMINO MENOS TRILLADO
CAPÍTULO DOS: LA ÚNICA SALIDA
CAPÍTULO TRES: ESTÁS CON NOSOTROS…
CAPÍTULO CUATRO: SI TE QUEDAS UN RATO, TE QUEDAS PARA SIEMPRE
CAPÍTULO CINCO: CARAS MARCADAS
APÉNDICE: VIGILANTES DE LOS VIGILANTES
UNA HISTORIA DE FANTASMAS: EN LA CREENCIA
Debería haber cogido el coche. El autobús que me lleva a casa me deja demasiado tiempo para pensar. Sé que ya no amo a mi esposa, pero no voy a dejarla. Nuestros hijos nos necesitan. Necesitan una familia, una unidad familiar completa con un padre y una madre. Cuando sean adultos y comprendan los hechos de la vida podré dejar a mi mujer, pero todavía no. Además, no creo en el divorcio. Por lo menos mi religión no cree, y eso es más que suficiente. Es una carga que acepto. No soy un hombre que olvide sus responsabilidades. Me he prometido que siempre estaré aquí para mi familia y mis amigos, y nunca he roto mi palabra.
Ha llegado el momento de dejar de mentirme. Por una vez es el momento de ser honestos. La verdad es que me he enamorado de otra mujer. Sería más que feliz de estar conmigo. Durante mucho tiempo entre nosotros ha existido una enorme tensión sexual. Sólo hay dos problemas. El primero, es que ella nunca engañará a su marido. También es una buena amiga de mi esposa y no traicionaría voluntariamente su confianza. Estamos condenados a soñar el uno con el otro. Estoy seguro de que si algún día terminamos juntos, ambos terminaremos muy decepcionados. Pero eso no me impide seguir aferrado a ella.
Fuera está oscureciendo. La idea de caminar a casa a estas horas parece desagradable. La distancia de la parada de autobús hasta mi casa es de menos de medio kilómetro. Creo que me estoy volviendo perezoso y un poco asustado sobre la realidad de la vida suburbana. Un hombre maduro no debería tener miedo, aunque también se supone que no debería llorar.
Sería mucho más fácil si viniera de mi oficina, como le dije a mi mujer por teléfono. El tranvía para detrás de nuestro bloque de apartamentos. No tendría que atravesar el parque a oscuras. Todo lo que tendría que hacer es pasar por dos esquinas bien iluminadas y estaría en casa. Si tuviera esa suerte. La verdad, si no hubiera sido tan jodidamente idiota.
Ya véis, para aliviar mi aburrimiento y frustración asumo un riesgo que no debería. Hace dos semanas le propuse a una compañera de trabajo tener sexo. Realmente pensé que nos atraíamos mutuamente. Ella no respondió, y desde entonces no deja de evitarme. Hoy he ido a verla. Mi idea era disculparme sinceramente o insistir, dependiendo de cómo reaccionara.
No estaba en casa. Esperé casi tres horas en la entrada, haciendo lo que pude para evitar las miradas curiosas de sus vecinos. Me fui unos minutos antes de que el sistema de seguridad del edificio se activara. Ahora vuelvo con mi familia, vuelvo pretendiendo ser un marido cariñoso y un buen padre. Mientras tanto intento evitar pensar en mis errores. Y fracaso miserablemente.
El autobús se detiene. Me fijo que ha comenzado a llover. No mucho, pero lo suficiente para mojarme. Tengo que encontrar una explicación creíble para eso antes de llegar a casa. Salgo fuera. Tres niños bien vestidos, el mayor de los cuales no debería tener más de doce años, están sentados debajo de un árbol grande. Dos niños y una niña. Abro mi boca para ofrecerles ayuda, pensando que se han perdido. Entonces veo la botella de vino que intentan esconder y sigo adelante. Perdidos sí, pero no de la forma que yo pensaba. Una razón más para quedarme con mi mujer. Mis hijos nunca terminarán así.
Mientras avanzo me siento mejor. Tendido sobre un banco oxidado se encuentra un hombre delgadísimo, aparentemente inconsciente. A su lado veo una correa de goma y una jeringuilla. No parece respirar. No necesitamos eso. Cuando el valor de la propiedad en nuestro vecindario por fin comienza a subir, los drogadictos comienzan a venir aquí para drogarse y morirse. Dejo al yonki allí tirado, esperando que no esté muerto. Hace demasiado frío para llamar a una ambulancia y quedarme esperando aquí fuera. Por lo menos eso es lo que me digo. Acelero mi paso, esperando estar en casa tan pronto como me sea posible. Estoy lo bastante cerca para ver las luces de nuestras ventanas cuando algo me golpea la nuca y pierdo la consciencia.
Duele. Siento que tengo algo roto. Ahora la lluvia cae con más fuerza y casi oculta por completo a mis atacantes. La visión borrosa de mis ojos tampoco me ayuda. Entre breves destellos de color reconozco sus ropas. Los niños de la parada del autobús. De verdad, de verdad que no quiero que mis niños sean como ellos. Lenta y dolorosamente meto la mano dentro de mi abrigo. Sí, tal y como sospechaba. Me han cogido mi cartera. Mi reloj de pulsera también ha desaparecido. Ya me ha ocurrido antes. Es desagradable, pero esas cosas ocurren en la vida.
Entonces los escucho hablar entre ellos y comienzo a preocuparme.
-No, no te vas a quedar con nada de eso. No me van a pillar sólo porque quieras un recuerdo –dice el mayor-. Lo tiraremos todo cuando volvamos a casa para que parezca un robo.
Su acento y modales de clase alta son muy evidentes en todas sus palabras. Meten mis cosas en una pequeña bolsa e intercambian unas pocas palabras que no puedo escuchar. Entonces comienzan a jugar a piedra-papel-tijeras y no me resulta difícil sospechar cuál es el premio.
Me arrastro tan rápido como puedo, pero no es suficiente. Cuando el primer golpe me acierta en el costado sé que mi resistencia –y mi vida- han terminado. Veo a la niña sosteniendo una navaja abierta. Parece que ha sido ella quién ha ganado. Después de una docena de navajazos apenas siento el filo entrando en mi cuerpo. Una vez, dos veces. Pronto pierdo la cuenta. Los niños sólo se ríen.
-Qué pena que el yonki estuviera muerto –dice la niña- o tendríamos uno más con el que jugar.
No quiero morir. Me queda mucho por hacer. ¿Y mi familia? ¿Y mi trabajo? ¿Y esa mujer a la que puedo haber insultado? Quiero saber si al final me habría dicho “sí.” No puedo terminar de esta manera.
-Pequeños diablillos en busca de diversión, me acabáis de joder una sobredosis perfecta –dice el yonki. A través de unos ojos borrosos lo veo caminando hacia nosotros, pero todo lo que puedo hacer es concentrarme en el dolor cálido que siento-. Después de pasar tantos problemas con el tiempo para conseguir un poco de privacidad con mi medicación. No soy un Guardián estúpido al que le guste algo así. Pero las reglas son las reglas y todo esto debe terminar aquí y ahora.
De repente la lluvia se detiene.
La niña lo apuñala con su navaja. Letalmente. Eso tiene que doler, pero el yonki sólo sonríe. La navaja, todavía clavada en su pecho, se pudre. Entonces la herida desaparece. De repente mis asesinos vuelven a ser niños normales. Se asustan y corren. El yonki espera hasta que se van y entonces me toca. Su mano está brillando ligeramente. Me siento agradablemente cálido y mi cuerpo se cura. Casi me siento a punto de dormirme.
Cuando abro mis ojos el hombre ha cambiado. En su lugar se alza una figura, una luz brillante que apenas parece un ser humano.
-Todavía no ha llegado tu momento –dice el ángel-. Arregla tu vida. Nunca te arrepientas de las elecciones que has hecho. No te salvaré una segunda vez. De hecho, no quiero volver a verte nunca más.
Asiento con mi cabeza y se va.
Mientras estoy a punto de llegar a casa sé que cambiaré mi vida. No porque el ángel me haya dicho que lo haga. No porque ahora sepa que existe algo más allá de la vida. No porque sepa que podría morir en cualquier momento y quiero estar preparado cuando ese momento llegue.
Cambiaré porque tengo miedo del más allá. Porque tengo miedo del ángel. No por lo que me ha dicho, sino por lo que no me dijo. Una única pregunta me atormenta: ¿Qué clase de lugar es el Cielo, si los ángeles se vienen a la Tierra sólo para disfrutar de las drogas?
CAPÍTULO UNO: EL CAMINO MENOS TRILLADO
HISTORIA DEL GREMIO DE VIGILANTES
Proserpina, número 22, 1998
Registrado el 28 de noviembre de 1998. Editado por Simon Lewell (Cenotafio)
UNA CÁLIDA BIENVENIDA
“Bienvenidos a mi casa, caballeros. Gracias por preservarla tan bien durante mi ausencia. No es mi hogar original pero sigue siendo un lugar de valor sentimental para mí de todas formas. ¿A alguno de ustedes le apetece un vaso de coñac? El de verdad, claro está, no esa imitación barata que ustedes los americanos llaman brandy. Las copas están en la mesa de ahí detrás. Háganse un favor. Tienen mi permiso para grabar todo esto. Por favor, no me insulten haciéndome creer que están encendiendo ahora sus grabadoras. Sé que están funcionando desde que entraron. Gracias.
“Mi nombre no importa, pero pueden llamarme Alexander. Es suficiente y está cerca del mío. Escribí unas pocas novelas cuando estaba vivo y la posibilidad de seguir haciéndolo fue lo que me hizo aceptar la invitación de los Vigilantes cuando se presentó. He publicado 32 libros desde mi muerte hace 128. La mayoría con nombres diferentes, por supuesto. Durante ese tiempo también he salvado las vidas de 862 personas. Ni siquiera una de ellas se convirtió en un wraith cuando murió después, y tampoco ninguna de ellas se hundió en el Olvido. Un registro bastante escrupuloso, ¿no están de acuerdo?
DESDE LA SOMBRA DE UNA TORRE…
“Se encuentran aquí para escuchar la historia de nuestro Gremio, no sobre mí y mis logros personales. Debo admitir que no es una mala elección. Los primeros de los nuestros se unieron en Babilonia. Las leyendas dicen que un día un grupo de wraiths recién muertos vieron a un Zángano –un fantasma sin mente, por si no conocen la palabra- que regresó a las tierras de los vivos. En aquel tiempo cruzar la Mortaja era mucho más sencillo, pero todavía no se sabía cómo hacerlo corpóreamente. Aquellos wraiths decidieron hacer lo mismo.
“Tras meses de experimentos intensos pero en última instancia inútiles, uno de ellos, cuyo nombre se ha perdido en la historia, se encontraba meditando en un templo. Seguía escuchando la voz del sacerdote y de repente se dio cuenta de que se encontraba en el otro lado, entre la congregación. Por suerte nadie se dio cuenta de su aparición, porque los fieles eran tan intolerantes en aquella época hacia lo sobrenatural –al menos lo sobrenatural ajeno a sus creencias- como ahora. Aquel wraith enseñó su nuevo conocimiento a su Círculo y se dedicaron a enseñárselo a otros wraiths de mentalidad similar. O eso cuenta la historia.
Lo que sí se sabe con certeza es que la Vocación que posteriormente se convertiría en los Guardianes apareció por primera vez en torno al año 1000 a.C. Su objetivo era evitar las muertes de las personas que tenían muchos objetivos por cumplir en sus vidas y que por lo tanto se convertirían en wraiths al morir. Ahora, milenios después, sigue siendo la principal misión de nuestro Gremio, nuestro Principio. Cuando la doctrina de los ángeles se extendió entre las religiones de Oriente Medio, los antiguos Guardianes asumieron ese papel y todo lo que conllevaba. Cuando nos organizamos, incluso se sugirió que nos hiciéramos llamar el Gremio de Ángeles. Gracias al Destino que no lo hicimos, porque los Herejes seguramente nos habrían hecho lo que le hicieron a toda Sudamérica. Pero me estoy adelantando.
“Los Ángeles patrullaban las calles de las ciudades de la antigüedad, buscando personas que necesitaban ayuda. Y había muchas. Los Ángeles hicieron lo que pudieron, pero a menudo entraban en conflicto con predadores a ambos lados de la Mortaja. Siempre había quienes se beneficiaban de las muertes de los Vivos, ya fueran mortales avariciosos, criaturas que comían hombres o Artesanos en busca de nuevo material.
…A LA SOMBRA DE UNA TORRE
“Volviendo de nuevo a nuestro tema. Con el ascenso de Roma se produjo el ascenso de Estigia. Durante la época de la República, Roma y Estigia, prosperamos. En Roma los Ángeles encontraron a dos grupos jóvenes con talentos similares. El primero, llamado Ordo Procuratorum, ayudaba a los ancianos y enfermos a solucionar sus problemas mortales y a facilitar su paso al Inframundo. En su mayoría hacían su trabajo llevando mensajes a los parientes de la persona agonizante y susurrando datos importantes sobre las tierras de los muertos. Si realizabas ciertos preparativos durante tu vida, las Tierras de las Sombras podían ser más soportables. La segunda organización, los Exactores, alquilaba sus servicios a otros wraiths para eliminar a vivos indeseables de sus Moradas. Los Exactores también tenían un contacto estrecho con una alianza fantasmal griega que más tarde constituiría la base del Gremio de Trasgos.
“Los Ángeles aceptaron enseñar a estas dos Vocaciones las artes que habían creado durante siglos. A cambio los otros dos grupos aceptaron seguir el Principio de los Ángeles. Todavía se concentraban en sus principales intereses, pero prometieron que siempre intentarían evitar un asesinato si veían uno. La unión de los tres grupos también adiestró a wraiths no alineados que mostraban talentos para Materializar, y que juraban pasar al menos una parte de sus existencias protegiendo a los vivos. De esta práctica viene la tradición de aceptar a chusma como los Juerguistas como miembros de pleno derecho del Gremio. Todas las Vocaciones, como ahora son llamados los diferentes grupos, comprendieron que otras facciones, incluyendo a los gobernantes de Estigia, considerarían que el Principio era un enorme desperdicio de recursos. Por lo tanto decidieron mantenerlo en secreto, por lo menos hasta que controlaran una facción lo bastante fuerte para marcar una diferencia real en la política del Inframundo.
“Como los Juerguistas buscadores de placeres eran el grupo más visible, se convirtieron en el estereotipo de todos los practicantes de Materializar. En aquella época todavía no existían Gremios, pero ya habían comenzado a formarse límites y las señales de los Arcanoi identificaban a los wraiths. Fomentamos esa clase de actitud tanto como pudimos. Cuando los Artesanos fueron fundados oficialmente nos dimos cuenta de que podíamos hacer lo mismo. Tras un feroz debate nos convertimos en el Gremio de Procuradores, posteriormente los Vigilantes. En aquel momento existían cuatro Vocaciones. Los Ángeles ya se habían rebautizado como Guardianes para evitar problemas con el creciente número de fanáticos cristianos que llegaban a Estigia. La Ordo Procuratorum ahora se hizo llamar la Extremaunción. Los Exactores seguían siendo los mismos y el resto de los Vigilantes y buscadores de placer a tiempo parcial formaron la cuarta Vocación, o mejor dicho una facción indisciplinada pero grande, y debo admitir que muy ingeniosa. El Gremio eligió democráticamente un líder, uno de los Guardianes más antiguos. Asumió el título de Advocatus, representando su responsabilidad de organizar nuestra defensa de los vivos.
INTERESES EN CONFLICTO, GUERRAS JUSTAS
“Como nosotros nos unimos, también se unieron los demás. Para proteger a los vivos del egoísmo y la avaricia entre los muertos intentamos establecernos como el único Gremio con relaciones regulares con las Tierras de la Piel. Los Trasgos, que habían sido nuestros aliados, creyeron que queríamos robarles su precioso Arcanos. Nos desacreditaron tanto ante las demás facciones que nos vimos obligados a pedir a los Artesanos que los excluyeran de las filas de los Gremios. Fallamos. Los demás nunca descubrieron que también habíamos intentado prohibir por completo el arte de Títeres, algo por lo que creo que las mandamases de nuestro Gremio han estado dando gracias al Destino hasta hoy. No podríamos haber sobrevivido a la ira de los Titiriteros. Al final nos quedamos solos y sin ningún aliado entre los Gremios.
“Sin embargo, encontramos amigos en otros lugares. En secreto el Advocatus estableció negociaciones con la Legión Siniestra, con la que compartimos un propósito similar. Presentábamos la primera línea de defensa contra los asesinos, y la Legión Siniestra hacía la venganza posible para aquéllos a los que no podíamos ayudar. Un antiguo Guardián al que conozco afirma que algunos mortales, a quienes habíamos protegido cuando eran niños, posteriormente hicieron un trato similar para proteger a toda la raza humana contra las amenazas sobrenaturales. Pero dudo mucho de que esté diciendo la verdad.
“Con el tiempo nos ganamos la confianza de nuestros compañeros de los Gremios, de todos excepto de los irritantes e irresponsables Trasgos. Aquéllos contra los que habíamos conspirado, principalmente los Titiriteros, no parecían sospechar nada. Cuando los Artesanos se descontrolaron nos unimos a la lucha contra ellos, pero los Trasgos nos apuñalaron por la espalda. Después de que nuestro bando perdiera, principalmente por las diferencias internas, estuvimos bastante contentos de poder firmar la Alianza de los Gremios. Todavía seguíamos proporcionando favores respetados y bien pagados a la élite de Estigia y éramos capaces de mantener nuestro verdadero trabajo protegido del sistema establecido. Con la ratificación de la Alianza, nuestro lugar y alianzas estaban asegurados.
“Entonces Caronte nos traicionó. Con el Dictum Mortuum nos quitó simplemente nuestro derecho a trabajar, y casi consiguió destruir todo nuestro Gremio desde dentro. Algunos de los nuestros enviaron a muchos de nuestros mejores líderes al Olvido cuando apoyaron la decisión del Advocatus de no luchar contra el Imperio de Estigia. Los líderes actuales ahora reconocen que tomó la decisión correcta, pero eso no nos trae de vuelta a los que perdimos.
“Con los Artesanos planificamos el golpe que ahora las autoridades de Estigia llaman la Segunda Abominación. El 6 de abril de 1598 todos los Gremios restantes lanzaron un ataque a gran escala contra quienes nos impedían cumplir con nuestros deberes. Destruimos tantos Grilletes como pudimos, pero ni siquiera tomamos una sola vida para dañar a un wraith del bando opuesto. Tomamos los trabajos más duros, pero no nos preocupamos ya que pensábamos que estábamos haciendo lo correcto. Qué equivocados estábamos. Las Máscaras, los Usureros y los Oráculos nos traicionaron a todos. Eso era aceptable. Sabemos que todo vale en el amor y en la guerra. Pero no fue aceptable que los tres veces malditos Artesanos nos vendieran a las Legiones. Sabían muy bien que ellos no podían ser disueltos. Su trabajo era demasiado valioso para el Imperio. Así que toda la culpa cayó sobre nosotros.
“El Decreto de la Ruptura en teoría pudo haber perjudicado a los demás, pero nosotros nos convertimos en el objetivo número uno para los inquisidores de Caronte. Por cada Artesano o Perdonador arrestado nosotros perdimos una docena de miembros. Algunos escaparon a las Tierras de la Piel –su lado de la Mortaja- utilizando nuestro as en la manga, pero demasiados no eran tan hábiles y terminaron convertidos en piezas de equipo añadido a las armerías de las Legiones. Los que conseguimos sobrevivir lo hicimos en gran parte gracias a que nuestros aliados de la Legión Siniestra nos dieron cobijo. La purga no nos detuvo, pero nos debilitó. Creo que actualmente somos de lejos el más pequeño de los llamados Grandes Gremios, aunque en parte también se debe a que sólo elegimos a los mejores. El resto de los que buscan un camino de vuelta a las Tierras de la Piel terminan como Titiriteros.
SESIONES DE ESPIRITISMO, ÉPOCAS DE TRAICIÓN
“Nuestros problemas no terminaron ahí. Aunque los Trasgos y Titiriteros se beneficiaron enormemente del creciente espiritualismo, nosotros también conseguimos algunas ventajas. Una nueva Vocación, un grupo de artistas, surgió de entre los buscadores de placer. Ellos se llamaron los Póstumos, porque su principal objetivo, además de seguir el Principio, era seguir creando nuevas obras maestras. Ningún artista de verdad permite que un pequeño detalle como la muerte le impida crear su obra suprema. ¿Alguna vez os habéis preguntando de donde salen todas esas “nuevas canciones perdidas” de Jimmy Hendrix? Pues bien, caballeros, aquí tienen su respuesta. Creo que ahora sospechan que soy uno de ellos. Y sí, es un nombre realmente pomposo, ¿pero que se puede esperar de un cliché de los artistas del siglo XIX?
“Que los mortales volvieran a creer en nosotros era a la vez un beneficio y un peligro. Los Juerguistas, como ahora llamamos a nuestros compañeros menos serios, lo vieron como una oportunidad para ser aceptados entre los vivos. Por aquel entonces la imposición del Dictum Mortuum se había relajado un poco. Por otra parte los Guardianes creían que la creencia en los espíritus nos hacía menos eficaces. Un espíritu que no asusta a asesinos potenciales no sirve de mucho. Por lo menos ésa es su lógica. Y como los Guardianes eran mucho más poderosos que el resto de nosotros, no tuvimos otra elección salvo aceptar su postura. Hasta las democracias a veces tienes razón. Yo creo que los Guardianes tenían otras razones, pero no hablaré de ello con vosotros.
“Recogimos nuestros beneficios, susurramos en la oscuridad y nos manifestamos como apariciones. A los Desahuciadores, el grupo anteriormente conocido como los Exactores, les encantó. Tenían todo el trabajo que podían desear y en algún momento incluso consiguieron hacer amigos entre los enemigos. Son los únicos Vigilantes que tienen tratos regulares con los Trasgos. Varios de los fenómenos fantasmales más famosos son el fruto de la colaboración entre Desahuciadores, Trasgos y alguna Máscara ocasional. Algunos de esos fenómenos eran fraudes mortales, pero a menos que alguien me dé una lista no puedo recordar cuáles. Los Desahuciadores también hicieron algo a favor de nuestra imagen. Cuando un wraith piensa en los practicantes de Materializar, la imagen que todavía tienen es la de un Juerguista estereotípico, aunque un poco triste y apático. Pero cuando un wraith piensa en los Vigilantes organizados, se imagina profesionales como los Desahuciadores. Eso ha llevado a ligeros malentendidos sobre el significado del nombre de nuestro Gremio, pero nos hemos acostumbrado.
“Dejemos algo claro de los Vigilantes. Prácticamente todas las formas mejor conocidas de Materializar –en su lado, por lo menos- no fueron creadas por miembros de nuestro Gremio. No nos materializamos para de repente dejar un asiento vacío. Eso sería bastante aburrido. Tampoco tenemos tiempo para niñitos fantasmales que se pasan toda su existencia llorando cerca de sus tumbas olvidadas en el bosque. La mayoría de los fuegos fatuos no son de los nuestros. Algunos sí, pero no todos. Normalmente se trata de Zánganos que tienen la habilidad instintiva de utilizar Materializar, como he mencionado antes.
“Muy bien. Volvamos a los problemas. Volvamos a la historia. En algún momento a comienzos del siglo XIX algo malo ocurrió con la Extremaunción. La teoría más popular es que su líder se convirtió en un Espectro, pero muchos de los que saben algo juran que realmente creían que estaban cumpliendo el Principio. Sólo te conviertes en wraith si has dejado demasiadas cosas sin resolver al morir, así que los miembros de la Extremaunción decidieron matar a quienes sabían que no terminarían en las Tierras de las Sombras. Guiaban a alguien para que arreglara su vida y cuando estaban seguros de que no terminaría convertido en fantasma lo asesinaban a sangre fría. Su “lógica” era que si no lo hacían, esa persona siempre correría el riesgo de dejar nuevas cosas sin resolver.
“Cuando el Advocatus descubrió lo ocurría se puso furioso. Cada “buena muerte” que la Extremaunción ocasionaba dejaba a muchas personas con sus vidas heridas por la pérdida de sus seres queridos e incrementaba el riesgo de que terminaran aquí. Convocó a todos los miembros de la Extremaunción a una reunión supuestamente para discutir las formas en que sus métodos podían aplicarse a todo el Gremio. En su orgullo, aceptaron. Cuando llegaron al Salón del Gremio fueron recibidos por toda la Orden de la Llama vengadora dirigida en persona por el propio Señor Sonriente. El Advocatus les había dicho a los Legionarios que no enviaran a nadie a un Tormento de Destrucción, así que todos los miembros de la Extremaunción terminaron en las forjas de almas, junto con el propio Advocatus. Algunos de ellos se ocultaron en sus Grilletes, pero al final la Gran Purga, como la llamamos, fue completada.
“Con su sacrificio el Advocatus nos trajo algo más que paz interna. A lo largo de los siglos habían surgido rumores de que la Legión Siniestra estaba rompiendo la ley para protegernos. La Gran Purga terminó con esos rumores. Nadie se atrevió a decirle a la Legión Siniestra que no cumplía el Dictum Mortuum. El resto de nuestro Gremio continuó como siempre con sus relaciones de trabajo. Todo fue bien hasta la Primera Guerra Mundial. Entonces ocurrió algo terriblemente malo para nosotros. Yo no estaba entre los que descubrieron lo que era, y no conozco a nadie a quien preguntar. Lo que realmente importante es que a lo largo del siglo XX la Legión Siniestra nos ha perseguido con una ferocidad nunca antes vista.”
DESAFÍOS DEL DÍA MODERNO
“Desde la marcha de Caronte (sobre la que podría realizar algunas teorías interesantes, pero no lo haré) hemos pasado varios años de relativa tranquilidad. El Imperio se encontraba en suficientes problemas para que nuestros servicios a los grandes y poderosos tuvieran más valor que nuestros corpora forjados. Ha sido una buena época, una época de expansión para nosotros. O lo fue, hasta el reciente cisma. Hacia 1979 un hechicero muerto llamado Timothy Whyte se convirtió en miembro del Gremio de Vigilantes. Comenzó a predicar sobre las demás tierras de los muertos que había visto personalmente. Según Whyte, las llamadas Emanaciones, los wraiths de esos reinos, no tenían Sombras. Como nuestro Gremio siempre había considerado la existencia de las Sombras la principal razón por la que la gente no debería terminar aquí, Whyte pronto dispuso de suficientes conversos para formar una nueva facción.
Whyte bautizó su Vocación como los Ekskiates, que según él es el término griego para “Los que rechazan la Sombra.” Otra vez un grupo nuevo con un nombre muy grande –me parece que es casi una tradición entre los Vigilantes. De cualquier forma, los Ekskiates comenzaron a experimentar con todo tipo de usos nuevos de nuestro arte, como el Doble Salto, la manifestación en las Tierras de la Piel y después reintentar el uso de Materializar desde allí. Otro proyecto popular consistió en buscar Zonas de Tempestad e intentar cruzar la Mortaja desde allí. La mayoría de sus ideas simplemente no funcionaron, pero debo admitir que consiguieron crear algunas artes útiles que nunca habría creído posibles. En una ocasión estuve presente cuando Whyte llevó a los líderes del Gremio a la Tempestad y nos mostró claramente que era una ventana a otra realidad. Eso casi me hizo unirme a su búsqueda.
“Los Ekskiates no les gustan mucho a los Vigilantes veteranos, principalmente porque sus experimentos requieren mucho tiempo que pasan ignorando el Principio. Como los Guardianes siguen dirigiendo el Gremio eso es un gran fallo. Desde que Whyte desapareció el año pasado después de intentar Materializarse desde el Laberinto, los Ekskiates se han vuelto un poco fanáticos. Ahora actúan como una facción investigadora bastante indisciplinada para nuestro Gremio. Son útiles pero no suelen ser bienvenidos entre los verdaderos Vigilantes.
“Hace cuatro años el Señor Esqueleto contactó con nosotros. Nos propuso una tregua, y prometió apoyar nuestro restablecimiento como parte oficial de la sociedad de Estigia. A cambio, todo lo que teníamos que hacer era prestarle los servicios de una docena de Vigilantes durante un año. Todos tenían que sufrir del síndrome postraumático, un fenómeno en el que los efectos de tus acciones en las Tierras de la Piel te siguen al Inframundo. No sé por qué, pero Alecj, que era nuestro Maestro de Gremio entonces, aceptó. La Legión Esquelética envió a esos Vigilantes a situaciones en las que contrajeron enfermedades, para traerlas a través de la Mortaja al departamento de I+D de la Legión Esquelética. Sinceramente espero que no hayan tenido éxito en su misión, porque se les prometió una cura pero terminaron forjados como equipo de laboratorio. Y entonces el Señor Esqueleto negó que hubiera realizado un trato con nosotros. Me siento orgulloso al decir que personalmente pagué casi toda mi fortuna a una Máscara que envió a Alecj al Olvido. Me pregunto cómo un idiota semejante terminó dirigiendo nuestro Gremio.
Actualmente nuestro principal interés es mantener la Mortaja tal y como está. Debe permanecer fuerte para evitar que los Gremios más irresponsables siembren el caos en las Tierras de la Piel, pero debe ser lo bastante débil para que podamos tomar los pasos necesarios y gritar “¿Qué demonios te crees que estás haciendo?” a un asesino en potencia. Si la gente comienza a creer en fantasmas sin duda algunas personas terminarán suicidándose para ver si esta existencia es mejor que la que tenían. Y no queremos eso. Así que por favor, sean discretos cuando publiquen esto. He jurado que nunca mataré ni permitiré la muerte de una persona viva. No me hagan lamentar lo que les dicho.”
UN AMISTOSO ADIÓS
“Personalmente me he cansado de esta existencia. Cuando haces lo que te gusta y lo que es correcto al mismo tiempo está bien. Pero he perdido la voluntad de escribir, y sin eso no soy el hombre que solía ser. Por eso les estoy contando todo esto. Antes de que termine la noche haré mi intento de conseguir una Segunda Oportunidad. Y si alguna vez se encuentran con un hombre que se me parece, la mejor forma de que me estén agradecidos por esta historia es simplemente dejarlo que se vaya. Y recuerden: asegúrense de no tener remordimientos al morir. Eso puede permitir que un Vigilante salve otra vida. ¿Más coñac, caballeros?”