[Escenario] El gueto de Varsovia

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Alexander Weiss
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[Escenario] El gueto de Varsovia

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 17 Jul 2019, 18:36

De Osarios de Europa: La Shoá.

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DETRÁS DEL MURO: EL GHETTO DE VARSOVIA

Por Robert Hatch

¡Muere! ¡Por mi madre, por mi padre, por mis hijos, por nuestra vida! ¡Te estoy apuntando! ¡Oh, Dios mío, por favor, que el tiro alcance su objetivo!

-Diario de Noemí Szac-Wainkranc, una luchadora del Ghetto de Varsovia.

Existe una foto que quizás el lector ya conozca: un niño pequeño, con los brazos en alto y los ojos llenos de terror, mirando preocupado hacia delante mientras los soldados nazis lo apuntan con sus rifles.

Esta foto, como otras muchas de las fotografías menos agradables de la Segunda Guerra Mundial, muestra a los protagonistas de un día cualquiera en el infierno creado por los nazis en el Ghetto de Varsovia. Y aunque el niño de la foto sobrevivió al horror nazi, muchos de sus compañeros de escuela, amigos, maestros y parientes no.

Algunos de los residentes menos afortunados del Ghetto todavía embrujan la zona en la que los nazis los encerraron como ratas. Para los habitantes Sin Reposo del Ghetto de Varsovia, el lema “Nunca más” es un lema que pronunciar con desafío –incluso ante las fauces del mismísimo Olvido.

HISTORIA

Vais a combatir a los desechos de la humanidad…los judíos bolcheviques…Debéis ser implacables en el exterminio de esa escoria…

-El General Jürgen Stroop, dirigiéndose a sus tropas durante la Revuelta del Ghetto de Varsovia.

PRELUDIO AL PURGATORIO

El 1 de septiembre de 1939, la Fall Weiss, la guerra relámpago de los nazis, se abrió paso a través del territorio de Polonia. Las caballerosas tropas polacas –con sus caballos y sus sables- se encontraron inevitablemente en inferioridad frente a los Panzers de la Wehrmacht y los Stukas de la Luftwaffe. El 17 de septiembre las tropas soviéticas invadieron Polonia por el este, y pronto todo el país fue ocupado.

Varsovia, la capital de Polonia, no fue conquistada con tanta facilidad. La ciudad resistió hasta el 27 de septiembre. La defensa de la ciudad fue animada y dirigida por el valeroso alcalde de Varsovia, Stefan Starzynski, que emitió discursos contra los nazis desde un transmisor móvil de radio –hasta que fue capturado y enviado a un campo de concentración. Allí Starzynski fue brutalmente torturado y finalmente fusilado en 1943.

Y de esta forma Varsovia, el centro cultural de los tres millones de judíos polacos y hogar de más de 300.000, quedó firmemente apresada dentro del puño de hierro del régimen nazi. La Gestapo se desplegó por los antiguos callejones empedrados, los ciudadanos fueron obligados a registrarse para obtener cartillas de racionamiento y por todas partes surgieron letreros con la palabra “VERBOTEN” –“prohibido”.

Los 300.000 judíos de Varsovia –que pronto se convertirían en 500.000 a medida que llegaban refugiados del resto del país- pronto descubrieron que por lo que a ellos se refería, había muy pocas cosas que no estuvieran “verboten”. En diciembre de 1939 los nazis ordenaron que todos los judíos por encima de los doce años llevasen brazaletes distintivos –pero no “demasiado altos” ni “demasiado bajos”, o recibirían una paliza. A medida que el gobierno de los invasores estrechaba su cerco, la lista de cosas verboten se extendió exponencialmente. La educación fue declarada verboten para los judíos (algunos valientes educadores siguieron trabajando en escuelas caseras ilegales, y a menudo fueron ejecutados por su osadía). Una profesión tras otra fue declarada verboten para los judíos: periodismo, derecho, medicina. La propiedad de negocios fue declarada verboten –los judíos fueron obligados a vender sus propiedades a ciudadanos nazis a precios meramente simbólicos o simplemente les fueron confiscadas. La matanza ritual de ganado fue declarada verboten, haciendo que la carne “kosher” (preparada según los rituales judíos) fuese prácticamente imposible de conseguir.

Incluso las necesidades básicas de la vida finalmente se convirtieron en verboten para los judíos durante la ocupación nazi de Polonia. No todas las cartillas de pan eran repartidas en igualdad: mientras los polacos considerados “arios” recibían una ración de 2.500 calorías por día (no era un festín, pero sí suficiente para vivir), los judíos eran obligados a conformarse con 184 (para ilustrar la escasez de esta ración en estos momentos estoy comiendo unos aperitivos y bebiendo una cerveza mientras escribo y un platillo de cortezas de cerdo tiene aproximadamente el doble de calorías de una ración diaria de los judíos de Varsovia durante la ocupación nazi).

Obviamente, estos escasos suministros tenían que ser complementados de alguna forma para evitar morir de hambre. Y de hecho, apareció un importante mercado negro en la clandestinidad del Guetto de Varsovia. Los judíos ricos y los que trabajaban para la Gestapo a menudo podían obtener raciones adecuadas y otro tipo de bienes. Sus contrapartidas más pobres se veían obligadas a mendigar pan en las calles, comer la corteza de los árboles o, demasiado a menudo, morirse de hambre. La visión de los cuerpos consumidos yaciendo en las aceras, a menudo desnudados por gente que les robaba las ropas para comerciar o para procurarse calor, se convirtió en un espectáculo común en los barrios judíos de Varsovia.

Con todas estas cosas verboten, era inevitable que algunos judíos de forma deliberada o inadvertida violaran las normas impuestas por los nazis. Los nazis respondieron a las transgresiones con castigos inconcebibles para un pueblo que se consideraba civilizado. Los judíos fueron apalizados u obligados a realizar espectáculos humillantes como limpiar las calles con la lengua –y estos “transgresores” eran los afortunados. Otros eran llevados a la prisión Pawiak de Varsovia y fusilados o simplemente recibían un disparo en la calle como perros.

Todavía era peor la política de responsabilidad colectiva impuesta por los nazis. Cuando Jakub Pinchus Zylbring, un ladronzuelo, disparó a un policía polaco, todos los residentes de su apartamento fueron ejecutados en represalia.

Pero los nazis tenían mejores cosas que hacer que supervisar el comportamiento de la subhumana escoria judía, así que nombraron un consejo de judíos para que gobernara a sus compañeros. Este consejo, el Judenrat, un grupo de 24 hombres elegidos principalmente por su pasividad y servilismo a la Gestapo; su “Obmann” (anciano), Adam Czerniakow, había sido un ingeniero sin ningún tipo de autoridad entre la comunidad judía antes de su nombramiento.

Ostensiblemente creado para gobernar a los judíos de Varsovia, el Judenrat se convirtió en una mera herramienta para facilitar la brutalización de la comunidad judía. Utilizando al Judenrat como pantalla, los oficiales de la Gestapo y las SS fueron capaces de registrar a los judíos de la ciudad y preparar su deportación al ghetto –y desde allí a los campos de la muerte. El Judenrat también alistó obreros para períodos de trabajo forzoso, aunque incluso en este aspecto los judíos ricos consiguieron evitar la presión, utilizando el soborno para cambiar su posición en las cuotas de trabajo a costa de sus compañeros más pobres.

SE LEVANTA EL MURO

Durante el año 1940, los ciudadanos de Varsovia, arios y judíos por igual, contemplaron con preocupación la construcción de un gran muro de ladrillo rojo que clausuraba todo un barrio. Este muro se alzó de forma implacable e ininterrumpida, cerrando toda una parte de la ciudad. Los ciudadanos de Varsovia, especialmente los judíos, no pudieron dejar de percibir que el barrio así cercado era una de las zonas más pobres y miserables de Varsovia, en la que ya residían muchos judíos; los nazis intentaron acallar los rumores de que se estaba construyendo un ghetto diciendo que estaban planeando utilizar el barrio y su muro cubierto de alambre de espino como zona de entrenamiento para comandos urbanos.

Esta mentira de los nazis no era especialmente creíble. Pocos se sorprendieron cuando el 3 de octubre de ese año –día de Rosh Hashanah- los nazis finalmente hicieron un anuncio largo tiempo esperado: todos los judíos debían entrar en el ghetto antes del 31 de octubre o serían deportados.

Y así, durante el mes de octubre de 1940 Varsovia vivió un extraño flujo de actividad mientras el medio millón de judíos de la ciudad se trasladaron junto con sus posesiones a un barrio de cien bloques de edificios y 27.000 apartamentos. A menudo fueron obligados a dejar sus posesiones atrás, y los judíos asustados y desposeídos fueron obligados a encerrarse apelotonados en edificios miserables compartidos por varias familias. Otras familias se vieron obligadas a separarse para que todos sus miembros consiguieran tener un techo en el que cobijarse.

Durante el traslado quizás el peor incidente se produjo en la clausura del hospital. Los nazis insistieron en que los pacientes del hospital judío de Varsovia, incluso los enfermos terminales, fuesen trasladados al reducido hospital del ghetto; sin embargo, se negaron a proporcionar ambulancias para realizar el traslado. Los doctores fueron obligados a contemplar impotentes cómo sus pacientes sufrían y morían durante el traslado. Sin embargo, lo peor estaba por llegar: una vez llegaron al hospital del ghetto las instalaciones eran tan inadecuadas que los enfermos vivos a menudo tuvieron que compartir cama con los que morían.

Y así llegó noviembre, y el temido Ghetto de Varsovia se convirtió en realidad. Unas 500.000 personas –aproximadamente el 30 % de los habitantes de la ciudad- habían sido encerrados aproximadamente en una superficie que equivalía a un 2,5 % de Varsovia.

EL HORROR OCULTO

En América las estadísticas realizadas durante el cruento período de los tiroteos en automóvil han revelado un interesante fenómeno: un desproporcionado número de los conductores muertos por arma de fuego conducía detrás de cristales tintados. A partir de este dato muchos psicólogos han teorizado que al estar tras una pantalla, oculto de la vista, la persona es percibida menos como humano y más como un blanco potencial.

Los judíos del Ghetto de Varsovia posiblemente habrían estado de acuerdo con esta lógica. Desde detrás del muro de ladrillo rojo y coronado de alambre de espino, apartados de la vista de sus vecinos arios, los judíos de Varsovia se convirtieron en víctimas de atrocidades jamás soñadas hasta entonces.

Escuadrones de las SS comenzaron a patrullar con perros las calles del Ghetto, dando palizas al azar, saqueando y violando. Peor todavía, algunos oficiales de las SS iban en coche a través de las atestadas calles del Ghetto, atropellando peatones para divertirse. Por si esto no fuera lo bastante “entretenido”, los nazis disparaban a los transeúntes al azar, apostando entre ellos si eran capaces de alcanzar a sus objetivos en la mano, la rodilla, el ojo o el cerebro.

Peor que las SS, si es que ello era posible, eran los miembros de la OH (Ondnung-Huter), la policía judía nombrada para “patrullar” el Ghetto. A menudo se trataba de apóstatas o antisemitas resentidos por haber sido considerados judíos y encerrados con ellos, por lo que los miembros de la OH añadieron el odio y la venganza personal a la caprichosa crueldad de sus amos. Los habitantes del ghetto los apodaron “dachsunds” (perros policía), una alusión al proverbio yiddish “El perro termina siendo más cruel que su amo”.

El propio Ghetto estaba dividido en tres secciones. El “Ghetto Central” contenía el edificio del Judenrat, el cuartel general de las SS, y la estación de ferrocarril Transferstelle (pronto rebautizada como Umschlagplatz, el temido “Almacén de Recarga” desde el que los judíos eran deportados a los campos de la muerte). El “Ghetto Productivo” contenía las fábricas de inversores nazis como Toebbens y Schultz. El distrito de los Cepilleros contenía tiendas que producían cepillos para la Wehrmacht. En la periferia de estas zonas “civilizadas” se encontraba el “Ghetto Salvaje”, una aterradora tierra de nadie de ruinas y edificios ruinosos sin agua, calefacción, electricidad o gas. El Ghetto Salvaje era el refugio de los criminales y posteriormente de los partisanos contra los nazis.

El viaje al interior y al exterior del Ghetto se encontraba estrictamente controlado. La posesión de un “Ausweis” –un pase que indicaba que el portador era un trabajador registrado en una fábrica alemana- era una necesidad absoluta; los desafortunados que no poseían un Ausweis sufrían toda clase de terribles destinos, incluyendo la deportación inmediata a un campo de la muerte. Cualquiera sorprendido intentando entrar o salir del Ghetto sin permiso tenía suerte si era liberado tras pagar una multa o sufrir una paliza, la mayoría de estos infortunados eran simplemente ejecutados.

A pesar de esta prohibición y el control de los nazis, el próspero mercado negro de Varsovia siguió incrementando su volumen. Enfrentados a la perspectiva de morir de hambre, muchos habitantes del Ghetto se arriesgaron a provocar la ira de los nazis introduciendo de contrabando comida y otros bienes. En una ocasión llegó a introducirse ganado vivo en el Ghetto mediante una combinación de rampas inclinadas y sobornos a los guardias. Se creó un ingenioso sistema de cañerías para introducir leche desde la parte “aria” de la ciudad y hacerla fluir en el ghetto.

Pero a pesar del ingenio de los judíos, no fue suficiente. La vida en el infernal Ghetto abarrotado se convirtió en un ejercicio cotidiano del darwinismo social tan defendido por los científicos nazis. Los habitantes ricos del Ghetto (y había unos pocos, en su mayoría colaboradores de la Gestapo) comían en restaurantes, bebían en bares e incluso asistían a espectáculos nocturnos, mientras sus compañeros menos afortunados se morían literalmente de hambre en el exterior de los edificios. Además la combinación de cadáveres abandonados en las calles y la carencia de un sistema sanitario e higiénico eficaz provocó la aparición de enjambres de parásitos y de brotes de tifus.

“¡MUERTE A LOS NAZIS!"

A medida que las tácticas de terror de los nazis se intensificaban y las condiciones de vida empeoraban, comenzó a extenderse un sentimiento de rabia entre los marginados de Varsovia. Frustrados por la opresión nazi, y todavía más por la complicidad tácita del Judenrat y la brutalidad abierta de la OH, se formaron varios grupos militantes clandestinos.

Inspirados por la valentía de los judíos de Bielorrusia, que habían obligado a los nazis a retirarse de su territorio, aunque sólo fuera temporalmente, los judíos polacos intentaron organizar un movimiento de resistencia de la misma forma que habían reconstruido ventanas con cristales rotos. Algunos judíos intentaron unirse a los demás polacos en el “Armja Krajowa” (Ejército de Cracovia), pero por desgracia la resistencia polaca era tan antisemita como los nazis a los que se oponían, y se negaron a ayudar a los judíos y en ocasiones incluso los traicionaron a sus oponentes mutuos.

Así que los judíos se vieron obligados a apañárselas por sí mismos. Aparecieron periódicos clandestinos de ideología sionista y socialista llamando a la resistencia armada. A nivel individual varios judíos lanzaron unos pocos contraataques contra los opresores de las SS y los judíos colaboracionistas, yendo tan lejos como atentar contra el jefe de la policía OH. La respuesta nazi fue brutal. Alertados por espías infiltrados en el Ghetto, los oficiales de las SS actuaron, ejecutando grupos de judíos seleccionados al azar.

El sentimiento militante entre los judíos de Varsovia fue exacerbado por el terrible invierno de 1941. Obligados a vivir en condiciones miserables, a menudo sin calefacción de ningún tipo, en temperaturas bajo cero, incluso los judíos más acomodados se vieron obligados a cometer actos ilegales simplemente para sobrevivir: Los que se negaron a hacerlo se unieron a los cadáveres que ya se encontraban en las aceras. De noche las calles de Varsovia resonaban con los llantos de dolor de los niños huérfanos, inadecuadamente vestidos y sin comida.

A finales de 1941 llegó al Ghetto un salvador potencial. Pinya Kartin, un gran soldado y químico, un héroe de guerra polaco y miembro del “Polska Partja Robotnicza” (Partido Comunista de Polonia), se infiltró en el Ghetto de Varsovia y comenzó a entrenar partisanos entre los judíos. Bajo el alias de “Andrew Schmidt”, Kartin instruyó a los jóvenes judíos en tácticas de guerrilla urbana, combate sin armas y otras técnicas. Bajo el ojo vigilante de “Schmidt” se fabricaron granadas y cócteles Molotov para el día en que se iniciaría la revuelta contra los nazis.

Sin embargo, la chispa de esperanza no duró mucho. El 17 de abril de 1942 se produjo una purga de la Gestapo especialmente brutal. Cincuenta y dos judíos –incluyendo niños de dos y tres años- fueron tiroteados en las calles. Se produjeron ejecuciones similares hasta que Kartin fue descubierto y capturado el 30 de mayo de ese mismo año. El héroe fue llevado a la prisión Pawiak y ejecutado, como tantos otros antes que él.

Pero la valentía de Kartin había inspirado a muchos jóvenes de Varsovia. Uno en particular, un joven judío llamado Mordechai Aielewecz, tomó el testigo de Kartin…hasta el triste final.

OPERACIÓN REINHARD

¡Si queréis sobrevivir no tenéis otra alternativa que luchar! ¡En cuanto os pongan camino de Treblinka estaréis condenados! ¡Resistid!... ¡Convertid el Ghetto en otro Stalingrado!

-Un panfleto antinazi distribuido en el Ghetto de Varsovia.

El final no tardaría mucho en llegar. El 20 de enero de 1942 en una mansión en el suburbio de Wannsee en Berlín, una conferencia de los oficiales de más alto rango del Partido Nazi se había reunido para discutir “el problema judío”. La “Solución Final” acordada fue la completa aniquilación de la raza judía. El Reichsführer Heinrich Himmler ordenó la transformación de varias instalaciones de los campos de concentración en “campos de exterminio”: zonas específicamente diseñadas para el asesinato de judíos a gran escala.

En Varsovia se encontraba la mayor concentración de judíos que quedaban en Europa, y por lo tanto sólo era cuestión de tiempo que las decisiones de la Solución Final llegaran hasta las puertas de la ciudad. En esencia, la Operación Reinhard era una sentencia de muerte contra los habitantes del Ghetto (del medio millón original todavía quedaban unos 400.000, el 20% restante había muerto víctima del hambre, las enfermedades o la violencia) y fue ejecutada el 18 de julio de 1942.

La Operación Reinhard –según explicaron los nazis al Judenrat- consistía en el “reasentamiento” de judíos. Todos los judíos de Varsovia, a excepción de los miembros del Judenrat, los portadores de Auswisen y sus familiares inmediatos serían trasladados a “campos de trabajo” para ayudar al Reich alemán en la guerra. El reasentamiento consistiría en unas 60.000 personas –en su mayoría los elementos inferiores del ghetto, razonaron los miembros del Judenrat- y ese traslado ayudaría a aliviar la horrible sobrepoblación…

Y así, con la bendición de sus líderes, los judíos de Varsovia fueron trasladados a la estación Umschlagplatz y cargados en trenes con destino a Treblinka, Sobibor, Chelmno y Auschwitz.

¿Descubrió Adam Czerniakow, el inefectivo Obmann del Judenrat, el verdadero significado de la Operación Reinhard o simplemente se había cansado de su despreciable posición? Nadie sabe exactamente qué combinación de factores lo llevaron al suicidio el 23 de julio o a escribir una enigmática nota final que ponía “Hasta el último” que fue encontrada bajo su cadáver. Rápidamente fue sustituido por Marek Lichtenbaum, un peón nazi, y a continuación comenzó la Operación Reinhard.

Los miembros de los movimientos de resistencia, más cínicos y realistas que sus supuestos líderes, pronto descubrieron exactamente lo que significaba el “reasentamiento”. Bajo el liderazgo del joven Mordechai Anielewecz, la “Zydowska Organzacja Bojowa” (ZOB) (Organización Judía de Lucha) se dio a conocer el 28 de julio de 1942. Rápidamente inició una campaña de propaganda animando a los judíos a resistirse al reasentamiento a toda costa.

Pero los nazis no podían ser ignorados. La Operación Reinhard continuó durante aquel terrible año, y finalmente fueron trasladados más de los 60.000 judíos previstos inicialmente como corderos al matadero. Bandas de “askaris” –matones antisemitas de origen ucraniano, lituano y letón- fueron enviadas al ghetto para seleccionar a los judíos. Las tarjetas Ausweis, que supuestamente impedían que su portador fuera trasladado, eran rotas ante las narices de sus propietarios. Incluso la policía OH se dedicaba frenéticamente a capturar judío tras judío, aterrados por un terrible aviso: Un miembro de la OH que no trajera por lo menos siete judíos al día ocuparía un lugar en los vagones de transporte a los campos de trabajo.

Y así la Umschlagplatz se convirtió en una estación de horror, mientras las masas del Ghetto de Varsovia eran golpeadas, concentradas y apelotonadas en sus ataúdes móviles.

LOS DÍAS DE ENERO

Mein Gott! Die Juden haben Waffen! (¡Dios mío! ¡Los judíos tienen armas!)

-El último grito del primer soldado nazi en morir en la Revuelta del Ghetto de Varsovia.

Mordechai Anielewecz se encontraba cada vez más frustrado. Aunque el ZOB había conseguido algunas victorias contra los askaris e incluso contra las SS durante el invierno de 1942, la combinación de la inflexible indisposición de la resistencia polaca a ayudar a los judíos y la tozuda reticencia de los judíos a creer las terribles historias que llegaban sobre los campos de la muerte limitaron la efectividad de su grupo.

Pero el Ghetto de Varsovia había sufrido un cambio dramático. Las masas de judíos habían sufrido una severa reducción; la mayoría posiblemente habían “subido por la chimenea” en Treblinka o Auschwitz. Del medio millón original de los judíos de Varsovia, apenas quedaban unos 60.000.

El ZOB no perdió más tiempo. Los primeros ataques de la guerrilla judía fueron esporádicos y tentativos, pero incesantes. El lugarteniente de Mordechai Anielewecz, Israel Kanal, disparó contra el jefe de la OH el 25 de agosto de 1942 y esta acción fue seguida por una serie de ataques contra los informadores de la Gestapo. El 1 de septiembre, el ZOB utilizó una incursión aérea soviética como cobertura para atacar que un convoy alemán, robando armas y municiones. Mientras tanto el ZOB y otros movimientos aliados hicieron lo que pudieron para obtener armas en otros lugares, o dinero para comprarlas en el mercado negro.

Uno de los aliados de Mordechai Anielewcz, aunque se mantenía independiente de su mando, era un grupo indisciplinado dirigido por el loco guerrillero Moishe el Bolchevique. Esta banda caótica se instaló en el arrasado Ghetto Salvaje y atacó a los invasores nazis.

Mordechai Anielewecz era consciente de que el tiempo se acababa y adiestró frenéticamente a sus luchadores durante el largo otoño e invierno. Cuando no estaban entrenando, los miembros del ZOB se dedicaban a convertir el Ghetto en una trampa mortal. Una ingeniosa serie de fuertes subterráneos fue construida, y varios edificios fueron unidos por escaleras instaladas en el segundo piso. Los luchadores del Ghetto trasladaban sus suministros y atravesaban Varsovia recurriendo a las alcantarillas de la ciudad (El rumor persistente de que los vampiros Nosferatu de Varsovia ayudaron a los miembros del ZOB nunca ha sido demostrado ni negado). Fuertes, minas, túneles secretos…a comienzos del año 1943, el Ghetto había sido transformado meticulosamente en un laberinto mortal.

Los defensores acumularon todas las ventajas que pudieron. Casi a comienzos de 1943, el Reichsführer Heinrich Himmler ordenó que el Ghetto de Varsovia quedara completamente destruido para el 15 de febrero. El 18 de enero los soldados nazis invadieron el ghetto y comenzaron a despejar la zona…

…y fueron recibidos con una lluvia de bombas incendiarias, balas y granadas. De todas partes del ghetto los judíos salieron para cobrarse venganza de sus carceleros nazis. Con la ayuda de una granada casera, Emily Landau, una chica de 17 años, fue la primera en matar a un nazi –y la primera judía en morir, alcanzada por el fuego de fusiles. En un instante el Ghetto de Varsovia se había convertido en un campo de batalla y para los nazis, en una terrible trampa.

El propio Mordechai Anielewecz dirigió en persona la defensa y luchó como un demonio. Según diversos testigos consiguió atravesar el cerco nazi como si fuera un héroe encarnado de las páginas de los cómics americanos. Fue él quien proporcionó la dirección que siguieron los guerrilleros judíos.

El 20 de enero de 1943 los nazis se retiraron a la sección aria de la ciudad. El Ghetto de Varsovia había ganado el primer asalto.

SANGRE EN LA PUERTA

Felicitemos la Pascua a los nazis.

-Mordechai Anielewecz

Heinrich Himmler no estaba nada contento. ¿Cómo se atrevía la chusma de los “Untermenschen” a desafiar al Reich?

Y de hecho el ZOB lo desafió durante sus últimos y gloriosos meses. Se habían acumulado armas, alimentos y otros bienes para un asedio o incursión de los alemanes. Grupos de de francotiradores del ZOB convirtieron la noche del Ghetto de Varsovia en una pesadilla para los soldados nazis y los luchadores del ZOB se infiltraron en la zona aria de la ciudad para llevar la guerra a la guarida del tigre nazi. En el Ghetto Salvaje las “tropas” desordenadas de Moishe el Bolchevique acosaron a los oficiales de las SS que intentaban patrullar por los callejones llenos de ruinas.

Por supuesto, los oficiales de las SS no podían soportar que los “yids” los desafiaran de aquella manera. El 16 de febrero –un día después del plazo en el que el último judío de Varsovia tendría que haber subido al tren a Treblinka- Heinrich Himmler envió más tropas bajo la dirección del eficaz General Jürgen Stroop. Stroop era un soldado valiente y un oponente implacable. Además, su coraje y tenacidad fueron apoyados con 3.000 soldados alemanes armados con tanques, lanzallamas y metralletas, mientras que sus oponentes eran una turba de unos 600 guerrilleros armados con pistolas y bombas caseras.

El 19 de abril llegó la Pascua judía, y el ejército nazi reforzado volvió a invadir el ghetto…y fue recibido con un ataque muy superior en ferocidad a la revuelta de enero. Varias bombas incendiaron la vanguardia de las SS. Los francotiradores del ZOB dispararon desde posiciones ocultas. Las granadas llovieron entre las filas de las SS.

Y de nuevo los nazis se vieron obligados a retirarse. El frustrado coronel a cargo de la operación acudió a lamentarse directamente al General Stroop para informar de su fracaso. “¡Los judíos están en todas partes!” –gritó- “¡Nos atacan desde todas las esquinas! ¡Las tropas están aterradas!”

El General Stroop se rió, encendió un cigarrillo y acudió al Ghetto de Varsovia para supervisar el asalto personalmente. Impasible en medio de una lluvia de las balas del ZOB, desplegó sus tropas…

…y al final eso demostró ser suficiente. La gloriosa batalla sin esperanza continuó hora tras hora, edificio tras edificio, callejón tras callejón. Contra las bombas caseras del ZOB y sus pistolas, el General Stroop utilizó gas venenoso, lanzallamas e incluso bombarderos. Lenta y metódicamente, Stroop dirigió a sus seguidores en la destrucción del Ghetto, edificio tras edificio. Los partisanos que no resultaron quemados en las llamas –o que se tiraron de los edificios para escapar de ellas- fueron gaseados en sus fuertes subterráneos con gas venenoso.

El 8 de mayo de 1943 Mordechai Anielewecz murió defendiendo el centro de mando del ZOB en el nº 18 de la calle Mila. Tenía 24 años.

Con la muerte de Anielewecz, el corazón del ZOB se detuvo. Los partisanos lucharon…y lucharon…y lucharon y el 16 de mayo de 1943, el General Stroop anunció la liquidación del Ghetto de Varsovia.

No quedó nada. Tras el muro de ladrillo rojo donde habían vivido, luchado y muerto medio millón de personas durante tres años, los tanques nazis lo convirtieron todo en un desierto lleno de escombros. En 27 días –más de lo que había costado conquistar toda Polonia- el Ghetto había sido devastado. La mayor batalla de los judíos de Europa había terminado.

Obviamente ya no había necesidad de un Judenrat; como recompensa por su fiel servicio, los oficiales de las SS fusilaron a los miembros supervivientes del Judenrat y arrojaron sus cadáveres a las alcantarillas.

Los supervivientes fueron reunidos, subidos en trenes y enviados a Auschwitz, Treblinka y otros mataderos. Y la Segunda Guerra Mundial continuó –y en muchos sentidos las ruinas del Ghetto de Varsovia sirvieron como un heraldo de lo que llegaría a las puertas del Reich alemán no mucho tiempo después. Pero el Ghetto de Varsovia había dejado de formar parte de las tierras de los vivos.

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Alexander Weiss
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Re: Escenario: El gueto de Varsovia

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 17 Jul 2019, 18:36

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GEOGRAFÍA: LAS TIERRAS DE LA PIEL

Actualmente Varsovia es una ciudad cosmopolita que intenta curar lo mejor que puede las heridas causadas por la invasión nazi y la posterior ocupación soviética. La población en conjunto está más interesada en conseguir vaqueros Levi’s y Coca-Cola que en remover nuevamente el dolor del pasado de la ciudad. Además, décadas de dominación por parte del estado comunista, que, entre otras cosas, permitió la existencia de “refuseniks” (colaboracionistas) ha hecho poco para incrementar la consciencia y la simpatía por los luchadores del Ghetto.

A pesar de esto, el Ghetto de Varsovia no ha permitido ser olvidado. Aunque el Ghetto en sí quedó completamente devastado, se han levantado unos pocos monumentos para rememorar su existencia. El edificio del Judenrat ha sido restaurado, con una placa que recuerda su historia. Este lugar a menudo es frecuentado por los dybbuks (Wraiths del Holocausto) más pobres de Varsovia, que merodean buscando un poco de Pathos en torno a los turistas o los universitarios idealistas que acuden al lugar.

En la calle Gesia, cerca del lugar del cementerio judío donde Adam Czerniakow fue enterrado, el escultor Natan Rappoport erigió un monumento a la Revuelta del Ghetto. Fue inaugurado en 1970 con un discurso de Yitzhak Zuckerman, amigo de Mordechai Anielewecz y lugarteniente suyo, agradecido por la oportunidad de decirle adiós.

En el nº 18 de la calle Mila, donde se encontraba el centro de mando del ZOB, se encuentra un monumento en homenaje a los luchadores de la organización. Es sencillo y austero, algo quizás inevitable para un monumento construido bajo los ojos vigilantes del gobierno comunista –pero es suficiente para Mordechai Anielewecz, a quien le gusta venir aquí, encender un cigarrillo fantasmal y sonreír con un suspiro en la oscuridad.

Pero la verdad, todo sea dicho, es que los nazis hicieron un trabajo eficiente destruyendo el Ghetto de Varsovia y a sus habitantes. El verdadero monumento a los luchadores del Ghetto se encuentra todavía en el lugar, aunque sea invisible para la mayoría de los ojos humanos. Aunque los vivos quizás deseen olvidar las batallas del Ghetto de Varsovia, los Muertos no son tan conformistas.

GEOGRAFÍA: LAS TIERRAS DE LAS SOMBRAS

Al contrario que la creciente miasma de Auschwitz, la Necrópolis del Ghetto de Varsovia se adhiere perfectamente a los límites que la definieron en las Tierras de la Piel. Edificios Reliquia se alzan sobre sucios y estrechos callejones y laberintos de calles, de la misma forma en que se encontraban entre 1940 y 1943. Esta casi perfecta concordancia fue posible debido a la destrucción sistemática del Ghetto dirigida por el General Jürgen Stroop, que prácticamente arrojó toda la zona directamente a las Tierras de las Sombras.

Todos los lugares de sufrimiento y resistencia permanecen, y sólo agujeros ocasionales marcan los efectos del bombardeo nazi. Aquí, en el nº 26 de la calle Grzibovska, se encuentra el edificio donde el Judenrat recibía sus órdenes. En el nº 18 de la calle Mila, se encuentra el centro del mando del ZOB donde Mordechai Anielewecz murió luchando. La prisión Pawiak, la Umschlagplatz, los diversos fuertes…todos permanecen, como monumentos eternos al lamento de los Muertos.

LOS DYBBUKS DE VARSOVIA

Los Muertos del Ghetto de Varsovia se relacionan poco con el resto de los Wraiths de la ciudad. Los polacos estaban conformes con dejarlos tras el muro del ghetto en vida, y no ven motivos para cambiar su actitud tras la muerte. Unos pocos dybbuks del ghetto, especialmente los contrabandistas del Ghetto Salvaje, mantienen relación con Wraiths del exterior. Sin embargo, en su mayor parte los Muertos del Ghetto son aislacionistas y taciturnos. No volverán a cometer el error de la confianza.

Por supuesto, no todas las víctimas del Ghetto se convirtieron en Sin Reposo, y muchos de ellos murieron tras haber sido deportados a uno u otro campo de la muerte. Sin embargo el Ghetto es el Grillete de un gran número de dybbuks, especialmente para una zona tan pequeña. Mordechai Anielewecz estima que en el Ghetto habitan unos 20.000 Muertos.

Estos dybbuks se dividen en varios grupos. El más destacado y preeminente está formado por los Wraiths leales al ZOB y a Mordechai Anielewecz. Estos partisanos son considerados Renegados por la Jerarquía, pero los Acuerdos de Partición (que delimitaron los refugios de los Wraiths del Holocausto y les proporcionaron autonomía de gobierno frente a Estigia) y el formidable poder de Anielewecz ha mantenido a raya las zarpas de los Señores de la Muerte por ahora. Los dybbuks del ZOB se esfuerzan por hacer de Varsovia una comunidad autosuficiente y protegerla contra interferencias exteriores. En privado, Anielewecz y sus principales ayudantes discuten si forzar el reconocimiento del Ghetto como un Reino Oscuro independiente (frente al nebuloso estado que disfrutan las zonas liberadas por la Alianza de los Millones, donde habitan los Wraiths del Holocausto), pero de estos planes nunca se habla fuera del círculo más íntimo de Anielewecz y sus consejeros. El ZOB recuerda muy bien a los espías de la Gestapo y desconfía todavía más de la Jerarquía.

Por supuesto, muchos de los residentes del Ghetto no eran luchadores en vida, sino individuos que intentaban sobrevivir lo mejor que podían y asegurar la supervivencia de sus familias. Los que se convirtieron en dybbuks al morir están más interesados en encontrar a sus familiares perdidos y reconciliarse con sus lazos terrenales. Viven en apartamentos del Ghetto Central, a menudo sonriendo a los transeúntes vivos que les recuerdan a padres, hermanos, amigos e hijos perdidos.

Como ocurre con cualquier ghetto, Varsovia tenía sus habitantes desesperados. Los mendigos, los huérfanos y los que murieron por el hambre y el frío también están representados, a menudo merodeando por las calles en las que murieron. Al mirar sus cuerpos consumidos se puede pensar que están muertos de verdad y que sus rostros sólo pueden pertenecer a cadáveres. Sólo el brillo de los ojos hundidos en mejillas huesudas y cóncavas traicionan señales de “vida” en estos Sin Reposo. Un poco de Pathos, un intercambio de Usura, permiten que el fantasma de un niño mendigo sonría a su benefactor con una sonrisa desdentada.

Por desgracia, estos desdichados a menudo caen presa de los verdaderos desechos de Varsovia. El Ghetto también tuvo sus oportunistas y parásitos: en sus calles atestadas, las personas respetables e intelectuales se veían obligadas a codearse con ladrones, criminales, aprovechados y contrabandistas. En la muerte continúa esta situación. Estos depredadores atraviesan los estrechos callejones y túneles secretos como tiburones, robando Pathos con crueldad y saqueándolo de Wraiths más débiles que ellos.

Peores todavía son las bandas de esclavistas. Hay pocos materiales con los que fabricar objetos en el Ghetto; la mayoría de las Reliquias nativas del barrio ya han aparecido y desde entonces han llegado pocas. Y así, de vez en cuando un niño mendigo desaparece de las Tierras de las Sombras, una fábrica tiene dos semanas de material extra, y la maquinaria del Ghetto continúa funcionando.

EL MURO

En las Tierras de las Sombras el Muro se eleva y se eleva, extendiéndose hacia arriba y hacia arriba. En vida el Muro mantenía a los judíos de Varsovia en el interior; en la muerte mantiene a los enemigos en el exterior.

El Muro de las Tierras de las Sombras es una estructura gótica y monstruosa de infinitos ladrillos negros, que se parecen a una de las estructuras medievales de “El Golem” de Meyrink. Los viajeros que observan detenidamente los ladrillos negros pueden percibir ligeros patrones que marcan su superficie cristalina: una imaginación activa podría ser capaz adivinar en esos patrones los perfiles de rostros angustiados, manos o cuerpos contorsionados. Y el observador tendría razón, porque unos pocos nazis cruzaron la Mortaja en el lado equivocado del Muro, y su destino no ha sido agradable.

La mayoría de los dybbuks de Varsovia contemplan el Muro con emociones mixtas –personifica tanto su fuerza como su opresión. En cualquier caso, lo necesitan; los Espectros de Varsovia y del exterior han atacado el Ghetto, arrojando sus Corpora contra el Muro en un intento terrible e inútil de atravesarlo. Los dybbuks de Varsovia han aprendido bien las lecciones del General Jürgen Stroop, y procuran repeler a los Espectros, mientras que los que son capturados simplemente sirven para reforzar la barricada que intentan atravesar con tanta desesperación.

LAS ALCANTARILLAS

Las oscuras alcantarillas por las que circulaban los guerrilleros del ZOB todavía son patrulladas por sus contrapartidas de los Sin Reposo. Sin embargo, ahora la vigilancia tiene un propósito diferente. Mordechai Anielewecz ha escuchado historias sobre el Laberinto de los Espectros, y teme que el siguiente ataque contra el ghetto pueda proceder de “abajo”.

EL GHETTO CENTRAL

El Ghetto Central contenía las instituciones de los judíos de Varsovia…y de sus opresores. Fue desde estos edificios que el consejo del Judenrat intentó regular las vidas de medio millón de personas y desde aquí los oficiales de las SS los asesinaron con eficiencia.

En estos días el Ghetto Central se encuentra en las Tierras de las Sombras de Varsovia más o menos perfectamente preservado. Ahora, por supuesto, constituye el cuartel del gobierno del ZOB, y los insistentes dybbuks de Varsovia lo han convertido en una fortaleza formidable. Laberintos de túneles, búnkeres y pasajes proporcionan a los miembros del ZOB sin Argos acceso a casi cualquier parte del Ghetto en cuestión de minutos. Barrotes de acero oscuro bloquean la entrada espectral, mientras que barricadas Reliquia defienden las calles contra cualquier atrevimiento de los Wraiths arios de Varsovia.

En el nº 26 de la calle Grzibovska se encuentra el cuartel general del Judenrat. Restaurado recientemente en las Tierras de la Piel, el edificio constituye una fuente de Pathos para los dybbuks, aunque muchos de los que lo han probado afirman que las emociones “filtradas” a través del Judenrat son débiles y pasivas (como los hombres a los que recuerda el edificio, murmuran los dybbuks).

También en el Ghetto Central se encuentra la Umschlagsplatz. Aunque la estación es una rica fuente de emociones, Mordechai Anielewecz no aprueba absorber energías en exceso en este lugar: el Pathos generado por este pozo de miseria es un festín oscuro. De todas formas, demasiados de los desesperados muertos de Varsovia acuden a la Umschlagsplatz de noche, bañándose en los efluvios del terror y la desesperación. Los Espectros de Varsovia –y hay más de lo que al ZOB le gustaría creer- no podrían estar más contentos.

EL GHETTO PRODUCTIVO/EL BARRIO DE LOS CEPILLOS

El Ghetto Productivo funciona día y noche con el sonido de las fábricas, pues los ocupados dybbuks trabajan en las forjas y telares adaptados al mundo de los Muertos. Por supuesto, en la actualidad, estos Wraiths trabajan para sí mismos, no para empresarios alemanes como Toebbens y Schultz.

En teoría, todos los habitantes del Ghetto reciben el producto del trabajo ectoplásmico de las fábricas. En la práctica los materiales son muy escasos, y su escasez se incrementa por el desconfiado rechazo de los dybbuks del Ghetto a entablar relaciones diplomáticas con los “goyim” (Wraiths arios). La mayoría de los proyectos productivos del Ghetto deben necesariamente beneficiar al ZOB y a los dybbuks que realizan trabajos útiles para la comunidad. Los mendigos de las calles, los carteristas, las prostitutas…bien, los trabajadores de Varsovia lo sienten por ellos, pero quizás en otro lado haya material de sobra.

Y por este motivo en los laberínticos callejones del Ghetto Productivo de nuevo ha surgido un mercado negro. Bienes defectuosos forjados por trabajadores negligentes o bienes Moliados de las pilas comunales se compran y se venden a los comerciantes del mercado negro, que a cambio obtienen “materia prima” de los depredadores y marginados de Varsovia.

EL GHETTO SALVAJE

Y por último está el Ghetto Salvaje: un laberinto de edificios en ruinas y callejones oscuros donde incluso los dybbuks del ZOB temen ir. La mayoría de los Sin Reposo prefieren la relativa comodidad del Ghetto Central y del Ghetto Productivo, y dejan el Ghetto Salvaje en manos del paso del tiempo y de la decadencia.

Éste puede ser uno de los pocos errores de Mordechai Anielewecz. Algunos de los elementos más peligrosos de Varsovia se han instalado en las profundidades del Ghetto Salvaje, y se rumorea que existen Círculos enteros de “dybbuks ocultos” que en ocasiones se infiltran en las fábricas y mercados del Ghetto. Algunos dybbuks incautos que se han aventurado en el Ghetto Salvaje afirman haberse sentido vigilados, y algunos incluso van tan lejos como para decir que los propios edificios y calles cambian delante y detrás de ellos, desorientándolos y evitando que salgan. También se afirma haber visto extrañas Fantasías y formas retorcidas que sólo pueden ser Espectros Torturadores.

El Ghetto Salvaje está “gobernado” por un extraño dybbuk que afirma ser la encarnación fantasmal de Moishe el Bolchevique, el viejo aliado de Mordechai Anielewecz. La veracidad de esta afirmación nunca ha sido verificada; lo que se sabe es que ese “Moishe” conoce el Ghetto Salvaje mucho mejor que cualquiera de los dybbuks de Anielewecz, y que tiene el apoyo de un poderoso círculo de Furias y Artesanos.

MORDECHAI ANIELEWECZ

Trasfondo: En 1943 la responsabilidad mundana y ética del destino del Ghetto de Varsovia se encontraba sobre los hombros de Mordechai Anielewecz, un joven de 24 años. Ya afiliado al grupo de la resistencia “Ha-Shomer Ha’Tzair”, el 28 de julio de 1942 formó el ZOB y comenzó la tarea de adiestrar a su gente para la guerra. Sin embargo, a principios de 1943 se dio cuenta de que no quedaba más tiempo para prepararse.

Su destino ya ha sido comentado en la sección de Historia de este artículo. Cuando finalmente fue atravesado por las balas nazis en el nº 18 de la calle Mila, apenas se dio cuenta; todavía quedaba mucho trabajo por hacer y Anielewecz no iba a dejar que un obstáculo como la muerte lo detuviera.

Un hombre destacado en vida, Mordechai Anielewecz cruzó la Mortaja como un dybbuk de poder Habitar. El avaricioso esclavista que segó la Crisálida de Anielewecz terminó en el Olvido en dos segundos de su reloj ectoplásmico y Anielewecz comenzó la tarea de adaptarse a su nueva forma. Hizo lo que pudo por su pueblo atormentado en los siguientes días, pero no conocía bien sus poderes y consiguió poco. La culpa por esto todavía le afecta noche tras noche.

Dándose cuenta de que los Muertos polacos de Varsovia no estaban dispuestos a ayudarle, al igual que sus contrapartidas vivas, Anielewecz regresó a la recién formada Necrópolis del Ghetto y se dedicó a organizar a los Sin Reposo del lugar. La necesidad de equilibrar su trabajo con otras muchas tareas –misiones diplomáticas a los Círculos Renegados y los asentamientos de la Jerarquía, misiones de rescate para recuperar almas del Ghetto de las Necrópolis de los campos de la muerte, así como sus ejercicios personales de entrenamiento- le permitieron evitar que los Muertos menos agradables consiguieran poder en el Ghetto. Actualmente Mordechai Anielewecz es de lejos el dybbuk más influyente en el Ghetto y la mayoría de sus habitantes morirían de nuevo por él.

Se trata de una figura legendaria entre los Sin Reposo de Europa y se rumorea que en varias ocasiones se ha infiltrado en Estigia, para aprender Arcanoi y secretos de Gremio y robar suministros para su gente.

Naturaleza: Caballeroso

Conducta: Arquitecto

Círculo: ZOB

Atributos Físicos: Fuerza 4, Destreza 5, Resistencia 5

Atributos Sociales: Carisma 5, Manipulación 4, Apariencia 4

Atributos Mentales: Percepción 4, Inteligencia 4, Astucia 5

Talentos: Alerta 4, Callejeo 3, Esquivar 5, Intimidación 4, Pelea 4, Subterfugio 1

Técnicas: Armas C.C. 3, Armas de Fuego 4, Liderazgo 4, Sigilo 5

Conocimientos: Leyes 2, Lingüística 4, Ocultismo 2, Política 3

Trasfondos: Eidolon 4, Memoriam 4, Posición 4, Reliquia 3

Pasiones: Proteger a los judíos vivos y muertos de Varsovia (Devoción Paternal) 4, No permitir nunca que un régimen fascista vuelva a amenazar a su pueblo (Idealismo) 4

Arcanoi: Argos 4, Castigar 3, Habitar 3, Lamento 4, Materializar 4, Pandemonium 5, Títeres 1, Ultraje 5

Grilletes: Placa en el nº 18 de la calle Mila, Memorial 3, Todo el Ghetto de Varsovia 2

Fuerza de Voluntad: 10

Pathos: 10

Corpus permanente: 10

Sombra: el Mártir

Angustia: 5

Espinas: Juego de Sombras

Pasiones Sombrías: Renunciar a tu lucha (Pereza) 3, Traicionar a tu gente (Perversidad) 2, Vengarte de todos los ingratos (Frustración) 1

Imagen: Mordechai Anielewecz es una figura atractiva y en tiempos más pacíficos habría sido todo un rompecorazones. Bajo, con cabello negro y alisado y un rostro que es amable y serio a la vez, con una sonrisa triste. Sin embargo son sus ojos lo que atraen la mirada del espectador: tienen una intensidad como las estrellas, brillan en sus cuencas hundidas y provocan sonrisas como los rayos de un sol oscuro.

Consejos de Interpretación: Nunca más. Los dybbuks del Ghetto son tus hijos y debes protegerlos –de sí mismos, si es necesario. La carga de lo que has visto y hecho te encadena con más fuerza que cualquier Grillete y proyectas la autoridad y responsabilidad de un Wraith de muchos más siglos de edad. En ocasiones permites que el lado cariñoso y juguetón de tu personalidad emerja, pero rápidamente dejas la frivolidad a un lado cuando hay un peligro cerca.

Nota: Si las estadísticas de Mordechai Anielewecz parecen infladas, se debe sólo al peso de la historia que lleva consigo. Según la mayoría de los testimonios en vida fue la personificación de los héroes de las revistas pulp de la época.

EMILY LANDAU

Trasfondo: Emily Landau lleva el honor distintivo de ser la primera judía en matar a un nazi durante la Revuelta del Ghetto de Varsovia y el dudoso honor de ser la primera judía que murió en el proceso.

Esta partisana de 17 años fue una fervorosa seguidora de Mordechai Anielewecz en vida, y desde su muerte se ha vuelto todavía más apasionada. En vida las circunstancias la privaron de cualquier oportunidad de experimentar el amor, y de alguna forma se ha enamorado comprensiblemente del atractivo líder del Ghetto de Varsovia. Anielewecz, siempre atento y vigilante a los intereses de la comunidad en conjunto, ni siquiera se ha dado cuenta de las emociones de Emily, para frustración de ella y la diversión de los demás dybbuks.

Lo que no resulta tan divertido es que la Sombra de Emily ha utilizado esta atracción para fortalecerse. A largo plazo podría resultar desastroso: Emily Landau es una de las ayudantes de mayor confianza de Anielewecz, pero carece de la experiencia necesaria para controlar como es debido sus sentimientos.

Naturaleza: Galante

Conducta: Caballerosa

Círculo: ZOB

Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 5, Resistencia 2

Atributos Sociales: Carisma 2, Manipulación 2, Apariencia 3

Atributos Mentales: Percepción 2, Inteligencia 3, Astucia 3

Talentos: Alerta 3, Callejeo 3, Esquivar 3, Pelea 2

Técnicas: Armas de Fuego 4, Conducir 1, Liderazgo 1, Sigilo 4

Conocimientos: Lingüística 2, Política 2

Pasiones: Que Mordechai Anielewecz se enamore de ella (Amor) 5, Vengar su muerte (Venganza) 3, Proteger a los supervivientes judíos de Varsovia (Orgullo) 2

Arcanoi: Argos 2, Materializar 3, Pandemonium 3, Ultraje 3

Grilletes: El lugar de su muerte 4

Fuerza de Voluntad: 8

Pathos: 6

Corpus permanente: 10

Sombra: El Traficante

Angustia: 6

Espinas: Salto Freudiano

Pasiones Sombrías: Preocupar a Mordechai (Codependencia) 5, “Vengarte” de cualquiera que te moleste (Rabia) 3

Imagen: Emily, que era una chica sencilla, recientemente contrató los servicios de una Máscara del Ghetto para que la “mejorara” en la vana esperanza de llamar la atención de Mordechai. Sigue teniendo un cuerpo muy delgado, con rasgos angulares pero acentuados por la desnutrición, pero sus ojos son sin duda su rasgo más atractivo: de color negro mate y llenos de convicción.

Consejos de Interpretación: Intentas serlo todo para Mordehai; combinas los papeles de ayudante devota y cachorrilla desamparada con gran dedicación. Sin embargo, eres una guerrera hábil y una gran idealista. Si hay alguien capaz de resistir a su Sombra sin ayuda, ésa eres tú.

ADAM CZERNIAKOW

Trasfondo: A los transeúntes que se les ocurra echar un vistazo al viejo edificio del Judenrat en el nº 26 de la calle Grzibovska a menudo les parece ver una figura consumida y oscura que camina en silencio, con aire desamparado y con la cabeza baja. Se trata del anterior “líder” del Ghetto, Adam Czerniakow, primer Obmann del Judenrat manipulado por los nazis.

Czerniakow se suicidó para escapar de su doble condenación –el infierno de los nazis y su propio infierno personal- sólo para encontrarse encadenado al Ghetto para siempre. Vago sin propósito por el Ghetto durante años hasta que Mordechai Anielewecz se apiadó de él y le dio un papel diplomático menor en el ZOB. Es por esta lástima y compasión que Czerniakow odia tanto a Anielewecz.

Sin embargo, Adam Czerniakow permanece callado y realiza su trabajo con competencia. En sus tratos con otros grupos de los Muertos Sin Reposo, Czerniakow ha conseguido más influencia de la que quizás Anielewecz pretendía. Y sin que lo sepa Anielewecz o siquiera la débil Psique de Czerniakow, su Sombra ha entablado relaciones diplomáticas con Muertos de afiliación más que dudosa. Cada noche la mitad oscura de Czerniakow se hace más fuerte: “Si los Wraiths de Varsovia no te aprecian –susurra-, entonces yo conozco a los que te darán el lugar que te mereces…”

Naturaleza: Mediador

Conducta: Seguidor

Círculo: Dybbuks de Varsovia

Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 2, Resistencia 5

Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 4, Apariencia 2

Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 3, Astucia 2

Talentos: Alerta 2, Consciencia 3, Esquivar 2, Subterfugio 4

Técnicas: Etiqueta 3

Conocimientos: Ciencias 3, Lingüística 4, Política 4

Trasfondos: Morada 3, Memoriam 2, Notoriedad 1, Posición 2

Pasiones: Redimir su “buen nombre” (Orgullo) 4, Compensar la muerte de los deportados (Culpa) 3, Mantener la comunidad segura (Egoísmo) 2

Arcanoi: Fatalismo 3, Lamento 2, Red Vital 3, Títeres 4

Grilletes: Edificio del Judenrat 5

Fuerza de Voluntad: 4

Pathos: 7

Corpus permanente: 9

Sombra: El Racionalista

Angustia: 7

Espinas: Toque Infeccioso

Pasiones Sombrías: Matar a Anielewecz (Envidia) 5, Obligar a los Wraiths de Varsovia a mostrar gratitud por todo lo que Czerniakow ha hecho (Frustración) 4

Imagen: La cara sombría y arrugada de Adam Czerniakow tiene una expresión ligeramente asombrada. No se trata de sorpresa –no hay nada que lo motive ya- sino del efecto de las cápsulas de cianuro que tomó para suicidarse.

Consejos de Interpretación: Te esforzaste con toda tu fuerza, pero siguen odiándote. No comprenden que no podías hacer nada más. Murmuran a tus espaldas, diciendo que eres un cobarde sin agallas ¿verdad? Pues bien, ¡si no hubiera sido por ti todos habrían sido fusilados por los nazis durante la primera semana de ocupación¡ Sin embargo supones que todo lo que estás pasando es para poner a prueba tu paciencia. Pronto, algún día, todos recibirán su justa recompensa ¿o no?

REBBE ZISHE FRIEDMAN

Trasfondo: Rebbe Friedman predica en la muerte lo que hizo en vida: la no violencia y la no agresión. Cuando era un hombre vivo del Ghetto, ordenó a los jóvenes partisanos que no combatieran a los opresores nazis, sino que resistieran moralmente y dieran ejemplo. Esa pesada carga era la voluntad de Dios, y sólo sufriendo con el estoicismo característico de su Pueblo Elegido los judíos de Varsovia serían recompensados ante su presencia.

Pero los jóvenes violentos no estaban interesados en la lógica del anciano y llamaron a Rebbe “borrego pasivo”. La actitud de Rebbe no impresionó a un soldado de las SS, que le llamó otras muchas cosas mientras lo golpeaba hasta la muerte con su pistola en la calle Gesia.

Ahora Friedman dirige los servicios del Sabbat en el Ghetto de Varsovia y enseña a un culto Hereje de influencia cabalista. Muchos de los impacientes Muertos de Varsovia no ven salida de este purgatorio y cada vez están más desencantados con el ZOB, por lo que han comenzado a acudir a los discursos más espirituales de Friedman. El propio Friedman ha contactado con varios Wraiths misteriosos pero que obviamente parecen poseer un gran conocimiento ocultista; ojalá que su propio conocimiento le permita evitar las garras de los Malfeos mucho mejor que las garras de las SS.

Naturaleza: Tradicionalista

Conducta: Protector

Círculo: Wraiths talmúdicos

Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 1, Resistencia 4

Atributos Sociales: Carisma 4, Manipulación 3, Apariencia 2

Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 4, Astucia 3

Talentos: Consciencia 3, Empatía 3, Expresión 4

Técnicas: Etiqueta 1, Meditación 3

Conocimientos: Leyes (Talmud) 3, Lingüística 4, Ocultismo 4, Teología 4

Trasfondos: Artefacto 3, Eidolon 1, Posición 1, Reliquia 1

Pasiones: Preservar el judaísmo más allá de la Mortaja (Devoción) 5, Enseñar la “verdad” a todos los oyentes (Fervor) 3, Abstenerse de la violencia (Pacifismo) 2

Arcanoi: Argos 1, Castigar 4, Fatalismo 4, Moliar 1

Grilletes: Libro de oraciones destrozado 3, Fotografía olvidada 1

Fuerza de Voluntad: 7

Pathos: 7

Corpus permanente: 10

Sombra: el Mártir

Angustia: 5

Espinas: Pacto con la Muerte

Pasiones Sombrías: Estudiar ocultismo sin importar las consecuencias (Curiosidad) 4, Engañar a la gente para que vengue la muerte de Friedman (Venganza) 3

Imagen: Rebbe Friedman presenta la imagen del clásico sabio judío. Su cuerpo alto y delgado está vestido con un serio traje negro, y su larga barba se extiende más allá de su cuello. Su mirada es beatífica y benevolente, y sus expresivas manos normalmente están cerradas en torno a un libro de oraciones.

Consejos de Interpretación: Admiras al joven Mordechai Anielewecz y te sientes incómodo porque no corresponda a tu admiración, pero su camino no es tu camino. La furia y la violencia del ZOB son una afrenta a Dios –de ella no puede salir nada bueno ni la paz final.

IDEAS PARA HISTORIAS

-Los Wraiths de Varsovia han participado en la política de la joven democracia de Polonia, violando de esta manera el Dictum Mortuum de Caronte. Las tensiones entre la Jerarquía y el Ghetto de Varsovia se están incrementando, y los personajes llegan para arreglar las cosas…o aprovechar la situación para sus propios intereses.

-Mordechai Anielewecz realiza una atrevida incursión en la Ciudadela del Anacreonte local, llevándose un valioso Artefacto. Los personajes son Legionarios que son enviados más allá del Muro para recuperar el Artefacto. ¿Pero el ladrón fue Anielewecz o un astuto Doppelganger? ¿Y si fue un miembro del ZOB el que lo robó, con quién simpatizarán los personajes?

-Rebbe Friedman (o su Sombra) contactan con un enjambre Espectral, permitiendo a los Roídos por la Sombra acceso al Ghetto de Varsovia. Los personajes deben “limpiar la casa” participando en una aterradora caza de gato y ratón en las oscuras y confusas calles del Ghetto Salvaje.

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