[Racconto] Nankurunaisa

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Theazlin
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[Racconto] Nankurunaisa

#1

Mensaje por Theazlin » 29 Feb 2020, 22:11

7 de junio del 1998 Escena para Víctor ([mention]JRM[/mention]), Cotonbouchè ([mention]Lothston[/mention]) y Bill ([mention]Corso[/mention])
La fría piedra centenaria con la que se había erigido el Templo de los Eternos Suspiros era testigo, aquella noche, de una extraña reunión. Los Ductus de todas las cofradías de la ciudad habían sido convocados y se congregaban, junto a algunos sacerdotes que habían podido asistir, en la sala central del Refugio Comunal, bajo la atenta e inamovible mirada de los capiteles que, esculpidos para dar forma a cainitas y demonios por igual, observaban desde las alturas. Las vidrieras que se alzaban en los laterales, mostrando escenas que eran a la vez hermosas y terroríficas, arrojaban reflejos escarlata, esmeralda, cobalto y púrpura sobre la enorme estancia que, por bella y colosal, transmitía una magnificencia sublime capaz de intimidar a cualquier cainita por más siglos que contara entre sus recuerdos.
Esa noche no habían vestido de gala el lugar y no pendían de las paredes los enormes lienzos de piel humana que contenían, a sangre, la historia de la secta; esa noche no se podían hallar receptáculos de vidrio, hueso y porcelana, adornados con bellas inscripciones, como recipientes para la realización de las vaulderies; y tampoco colgaban del techo humanos agonizantes atravesados por cadenas de hierro forjado de los que alimentarse. No se celebraba ritual alguno, no se ponía de manifiesto la grandeza del Sabbat ni la de ninguno de sus miembros, no se celebraba nada aquella noche pues era momento de afrontar una realidad dolorosa y de tomar medidas al respecto.

Diecisiete cainitas se hallaban aquella noche en el Templo de los Eternos Suspiros viendo nacer la que sería, en los próximos años, una tradición que formaría parte de la cultura de la ciudad: los testigos. Con el fin de afrontar Lo Desconocido, Carolina, Arzobispo de Montreal, dictaminó que a partir de esa noche cualquier Rito de Creación sería auspiciado no solo por la cofradía a la que pretendía pertenecer el nuevo hermano sino también por una cofradía que ejercería las funciones de testigos y que iría rotando entre todas las afincadas en la ciudad.
A nadie se le escapaba que, bajo la apariencia de ser una maniobra para facilitar el descubrimiento de aquello que impedía a los cainitas abandonar la tierra, se escondía una jugada que tenía como finalidad solventar un problema que, hasta la fecha, era solo un rumor: temerosos de perder a un hermano prometedor, algunas cofradías habían optado por simular el rito de creación. Aquello iba en contra de todos los dogmas del Sabbat, haciendo prevalecer a los débiles y, por ende, debilitando a la secta entera.

La reunión no duró mucho pues no hubo espacio para discutir o poner en duda la aplicación del nuevo sistema, y una vez hubo concluido, los cainitas empezaron a abandonar la impresionante estancia.

Bill Duffy se despidió de La Rosa mientras ella le plantaba un lujurioso beso en la mejilla. Sus apuestas políticas eran bien distintas y, sin duda, aquello podía haber afectado a que hubiera crecido el distanciamiento entre ellos, pero no lo suficiente como para no disfrutar de la compañía del otro cuando la ocasión lo permitía. Y cuando estaba a punto de abandonar la estancia él también vio, rezagados, al señor Sagan, ductus de Los relojeros, y a su Sacerdotisa, Cotonbouchè. Quizás era aquella una buena oportunidad para conocer a la última Cofradía en hacerse un hueco y un nombre en la ciudad.
Las arenas del tiempo no siempre consiguen sepultar el dolor y llegar al olvido. A veces nuestra maldición es, precisamente, recordar.

William "Bill" Duffy (Corso)
Ductus de Las Cinco Puntas

Re: [Racconto] Nankurunaisa

#2

Mensaje por Corso » 01 Mar 2020, 11:19

Si la memoria no le fallaba a Bill, una de las últimas veces que recordaba haber acudido a “El Templo de los Eternos Suspiros”, o de la que fuese plenamente consciente, toda la comunidad Sabbat de Montreal estaba de fiesta. Hacía siete meses de la última Palla Grande y tras el fin del año ritual había estado tan volcado en sus propios asuntos que tendría que parase a pensar cuándo había visto el refugio comunal “al desnudo”, en toda su espiritual y sobrecogedora magnificencia, antes de la reunión de aquella misma noche en la que la Arzobispo había dispuesto una “medida” que, quizá, no por necesaria, fuese poco discutible.

En lo que a él respectaba, los Ritos de Creación eran asunto de cada Manada y debían ser realizados en la intimidad de las mismas; sin tener de por medio a ninguno de los hermanos de la ciudad. Por suerte, o desgracia, él no se vería forzado a invitar a nadie a tal evento en su nueva Cofradía, pues desde la pérdida de la “Hermandad” los miembros de su manada ya tenían los colmillos bien pulidos cuando los había conocido y, de momento, Las Cinco Puntas no contemplaban cambiar ese nombre.

Sin embargo, Montreal era una plaza en la que la Secta tenía que introducir nuevas reglas. El trasfondo del discurso de Carolina no solo enfatizaba que Lo Desconocido seguía castigando al sabbat sino que, además, dejaba claro que aquel rumor se estaba empezando a tomar muy en serio en el Arzobispado.

Para algunos una jugada maestra por parte de la lasombra, pero Duffy hacía una lectura entre lineas menos halagadora: a Valez se le acababa el tiempo y aquello empezaba a oler al tufo de la desesperación. No le cabía duda de que tanto Benezri como Ezequiel encontrarían una forma de dinamitar aún más las presuntas aptitudes de Carolina para ejercer el puesto de dirigente de la Secta en Montreal, y solo hacía falta que a su incapacidad de esclarecer aquella maldición que vetaba a las Cofradías de traer nuevos y capaces Sabbats a las filas de la Espada de Caín, se sumase su incapacidad para controlar que, esas mismas Cofradías, empezasen a rellenar cupos saltándose uno de los ritos que, a lo largo de la historia de la Secta, le habían procurado unos cimientos sólidos y fuertes sobre los que crecer y sustentarse.

A Bill los tejemanejes políticos no le quitaban el sueño, pero todo aquello que estuviese relacionado con “Lo Desconocido” llamaba poderosamente su atención desde hacía décadas. Nunca había perdido la fe en que algún día encontraría respuestas y, quizá, aquella nueva disposición le ayudase a acercarse a ellas. Por eso, sería testigo cuando se le reclamase y, por eso, cuando recibió con agrado el lujurioso beso de la Obispo en la mejilla, se despidió de ella con un “esperanzador”: - “Veremos que nace de todo esto” - confiando en reencontrarse con la tzmisce en un futuro cercano con algo más a lo que poder aferrarse al respecto.

Se dispuso a abandonar el Templo sin ánimo de entablar mucha conversación con ninguno de los cainitas, más o menos afines y conocidos, que por grupos departían sobre el nuevo edicto de la Arzobispo. Hasta que dos de ellos llamaron su atención. Apenas conocía más que sus nombres y algunas referencias de su Cofradía. Entre ellas, dejando las demás aparcadas, de momento,que era una Cofradía nueva en la ciudad y que aún no habían sido presentados; aspecto que procuró solventar acercándose hacia ellos hasta llegar a su lado.

-”Buenas noches, hermanos. Aún no habíamos tenido ocasión de presentarnos. Soy Bill Duffy, Ductus de la Cofradía Las Cinco Puntas. Es un placer conoceros al fin” - les dijo, en tono cordial.


***


offrol:os dejo una imagen del personaje, que vale más que la descripción física que yo pueda hacer.


Imagen

Victor Sagan (JRM)

Re: [Racconto] Nankurunaisa

#3

Mensaje por JRM » 01 Mar 2020, 20:16

La segunda vez que Victor acudió al Templo de los Eternos Suspiros no fue para presentarse a Carolina, algo que lamentaba dada la impresión que le causó la Arzobispo al conocerla. Su sire le había explicado que la necrópolis solía ornarse con lienzos de piel humana en los que la historia de la secta se escribía con sangre, y, a menudo, humanos exánimes pendían del techo con cadenas para solaz de Cainitas sedientos y ahítos. Aquella noche no lo acompañaba su sire, sino una vampira más antigua que él, conocida recientemente, con quien debía formar una nueva familia de hermanos entre sí e hijos para los primados. La desnudez del templo se le antojaba como la de una virgen en piedra; los magníficos capiteles y el caleidoscopio en color de las vidrieras eran las formas y tonos de lo patente, claro y sin falsedad.
Carolina había convocado a los Ducti de todas las cofradías de Montreal para anunciar la obligación o necesidad de testigos en los nuevos Ritos de Creación. Victor se sabía el último Ductus de Montreal, a pesar de lo cual el testigo en su heterodoxo Rito de Creación había sido la mismísima Arzobispo. Tan distinto se sentía de los miembros más recientes que no alcanzaba a comprender la importancia del método en el asunto que trataban. No tenía objeción alguna. Sin duda, su compañera y hermana tendría más argumentos a favor o en contra. Sí le llamó la atención la mención a Lo Desconocido. Dicho así, se presentaba como algo misterioso y amenazante que podía poner en peligro la supervivencia del Sabbat en la isla. Victor, de mente analítica, pensaba que lo que no se conoce pierde su carácter intimidatorio cuando se revela y, en ocasiones, lo hace con un halo deslumbrante, mágico en cierto sentido, incluso enigmático. No le parecía preocupante, en todo caso algo que se podía investigar.
Se fijó en una hermosa mujer que se despedía de un Cainita con un beso. Poco sabía de ella. Había oído que era una Tzimisce, lo cual aumentaba el interés de Victor. En tanto cofundador de la secta, tenía a ese clan en gran consideración. Sentía verdadera curiosidad.
Quien se acercó sin embargo fue el receptor de tan cariñosa despedida.
Buenas noches —Victor miró de arriba abajo a su interlocutor—. Mi nombre es Victor, Victor Sagan, Ductus de Los Relojeros —No se acostumbraba al apelativo de su cofradía—. Ella es Cotonbouché, Sacerdotisa de la manada —También prefería esa expresión a "cofradía"—.
Última edición por JRM el 02 Mar 2020, 14:37, editado 1 vez en total.

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Lothston
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Re: [Racconto] Nankurunaisa

#4

Mensaje por Lothston » 02 Mar 2020, 09:38

Coton había acudido muy esperanzada a la reunión de Carolina y la falta de adornos no hizo más que aumentar ese interés. Si no se habían molestado en colgar los lienzos y demás parafernalia significaba que el asunto era realmente importante. Aunque, para ser sinceros, echaba de menos lo que ella llamaba música: Los gemidos agónicos y casi sin fuerza de los humanos colgados. Pero no se podía tener todo...

Buenas noches, ductus— saludó Coton con una leve inclinación de cabeza cuando Duffy se aproximó a ellos. —El placer es nuestro.
Luego, directamente y sin más preámbulos, preguntó — ¿Qué os ha parecido el anuncio de la Arzobispo Valez?

William "Bill" Duffy (Corso)
Ductus de Las Cinco Puntas

Re: [Racconto] Nankurunaisa

#5

Mensaje por Corso » 02 Mar 2020, 10:36

-”Una llamada al Addedum del Código de Milán, Sacerdotisa” – le respondió a Cotonbouché, con la tranquilidad y la lógica diplomacia que requería el momento - “La tierra bajo Montreal lleva reclamando para sí la nueva sangre de la Secta desde hace décadas sin que ninguno de nosotros haya sido capaz de llegar a la raíz de la maldición que nos priva de traer a la no-vida nuevos hermanos. Y luego están esos rumores...tsk, tsk, tsk” - chasqueó la lengua y pasó la mirada de uno a otro mientras hacia acopio de la información que podía extraer de sus rostros, gestos y rasgos característicos; con discreción, imperceptiblemente al ojo ajeno, con el fin de poder responder a las preguntas que sus hermanos, estaba convencido, le harían cuando regresase de la reunión al refugio comunal de Las Cinco Puntas.

-”Aunque, eso, ya debéis saberlo, ¿verdad?” - asintió con franqueza, dando por hecho que por poco que fuese el tiempo que llevaban en la ciudad se habrían preocupado, o alguien se habría tomado la molestia por ellos, de estar al tanto de un aspecto tan poco común como claramente localizado; allí, en la ciudad en la que ahora residían.

-”Sin embargo, Ductus Sagan, Sacerdotisa Cotonbouché, tal vez haya motivos para encontrar algo de esperanza entre tanto rito infructuoso y rumor. Vuestra Cofradía parece la prueba viviente de ello. Decidme ¿cómo está la hermana Basset?" - preguntó, directo, en lo que parecía un genuino y fraternal interés; aguardando su respuesta con una media sonrisa de la que no se podía extraer ninguna otra connotación o mensaje que la supuesta preocupación por el bienestar de una hermana sabbat.

Victor Sagan (JRM)

Re: [Racconto] Nankurunaisa

#6

Mensaje por JRM » 02 Mar 2020, 19:08

El joven Sabbat se entregaba al estudio del Ocultismo desde su conversión como seguía haciéndolo con los conocimientos que concernían a todos los seres, sobrenaturales o no. Supuso que el Ductus se refería al punto catorce del código: "Todos los Sabbat tienen derecho a vigilar el comportamiento y actividades de sus camaradas para conservar la libertad y la seguridad de la secta". Victor ya había hallado una contradicción en la norma cuando la leyó por primera vez, concretamente entre la vigilancia y la libertad; no era momento de debates sobre interpretaciones jurídicas, sin embargo, tan solo le gustaba cuestionarse todo. La referencia a la maldición de la tierra de Montreal suscitó en él la conveniencia o no de insistir en un método tan arraigado como falible, incluso si eran necesarios nuevos brotes en esa tierra confinada por un río gélido. En cuanto a los rumores que no verbalizaba y su pregunta al respecto, puso cara de circunstancias y se giró hacia su sacerdotisa. El Ductus de Los Relojeros no era un Cainita que se moviera por rumores, prefería las certidumbres y, aún más, cuestionarlas y derrumbarlas.
La esperanza es solo espera para los inmortales —intervino finalmente, de manera categórica, como solía hacer cuando sospechaba segundas intenciones o desafíos directos—. Nuestra hermana está perfectamente. Sería mejor preocuparse por lo anómalo. En todo caso, le agradezco su interés y se lo transmitiré —cerró, cortés y punzante—.
No parecía muy interesado en el Ductus de Las Cinco Puntas, aunque admitía un mejor gusto para los nombres.

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Lothston
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Re: [Racconto] Nankurunaisa

#7

Mensaje por Lothston » 03 Mar 2020, 09:45

Llamadme Coton, por favor. así lo hacen mis amigos— Dijo la sacerdotisa cuando se dirigió a ella.

No cabe duda de que Olivia es alguien excepcional — comentó con un guiño — y, además está el tema del Rito de Creación. Interesante, ¿verdad?— Su mirada era franca y su sonrisa sincera.

Volviendo al tema que nos ocupa... Disculpadme si soy demasiado directa, lo cierto es que suelo serlo, es uno de mis defectos... — Rió mostrando unos colmillos que jamás escondía. — ¿Cuál es vuestra opinión al respecto de la supervisión externa en los Ritos de Creación? ¿Creéis que Carolina está haciendo lo correcto aplicando a rajatabla el punto catorce o, por el contrario eso puede atentar a las libertades de los individuos de la secta?

Sus grandes ojos marrones y verdes lo observaban ávidamente. Cotonbouché parecía realmente interesada en la respuesta del Ductus.
Última edición por Lothston el 03 Mar 2020, 22:20, editado 1 vez en total.

William "Bill" Duffy (Corso)
Ductus de Las Cinco Puntas

Re: [Racconto] Nankurunaisa

#8

Mensaje por Corso » 03 Mar 2020, 11:22

“Mi interés es el mismo que el de cualquier sabbat que se preocupa por el bienestar de sus hermanos”– se encogió de hombros, quitándole importancia y hablando de forma distendida – “Por otro lado, ¿no es lo que acabo de hacer? En esta ciudad los Ritos de Creación son un asunto importante, Ductus Sagan, desafortunadamente más que en otras, por lo que no seré el único, ni el último, que os pregunte por la hermana Basset. Coincido en eso que ha dicho, de hecho, es la razón de mi pregunta. Su éxito al pasar el Rito de Creación es una total anomalía, de ahí, también, mi interés" – tras contestar al joven Ductus de los Relojeros pasó su atención a la Sacerdotisa.

-”Coton, entonces” – convino el Ductus, sin perder el tono cordial con el que se había presentado hacía unos segundos- “Podeís llamarme Bill” – les ofreció a ambos, desviando su mirada de Víctor y focalizando su atención ahora en la cainita – “Tanto formalismo no es necesario conmigo. No quiero darte la sensación de ser uno de esos hermanos que parecen tener una estaca metida por el culo, perdonad la expresión” - sonrió, con amplitud, sin hacer más referencia, mientras se quitaba el desgastado sombrero que cubría su cabeza.

“Muy interesante, quizá una de estas noches podamos hablar detenidamente de ello si lo consideráis oportuno. Estoy seguro de que nuestra Sacerdotisa se mostrará interesada al respecto porque, aparte de su nombre, no sabemos mucho más de Olivia. Y nunca está de más conocer a una hermana excepcional. Puede ser una forma de que nuestras respectivas Cofradías empiecen a conocerse, si os parece bien a ambos” - Bill lo dejó ahí por el momento, la invitación de un encuentro entre “manadas” era algo habitual y, aunque no fuese algo inminente, sería descortés tanto el no ofrecerlo, como el rechazarlo y no concertarlo para una próxima fecha.

-”¿Quién puede saberlo?" - empezó a responder a Coton - "Seguro que todos los que estamos aquí tenemos una opinión subjetiva al respecto. Ser objetivo en este punto es un ejercicio que entraña no poca complejidad y lo que podamos pensar sobre ello no va a cambiar nada de lo que aquí se ha dicho esta noche. Personalmente, intento ser lo bastante laxo con mis hermanos y soy un ferviente defensor de las libertades de la secta; y de uno mismo. Supongo que a grandes males, grandes remedios, y con él Código de Milán en la mano, contando con el carácter excepcional y único sobre el que se erige su edicto, puedo entender su postura" – obviamente no dio muestra alguna de si también la compartía y, obviamente, sabía que no había respondido a su pregunta. Acababan de conocerse y no tenía dudas respecto a que aquello era un primer tanteo mutuo.

-"En cuanto a ese defecto, no tienes de qué preocuparte, no hay preguntas indiscretas, solo las respuestas lo son" – acabó diciendo con franqueza y cordialidad no fingida.

Victor Sagan (JRM)

Re: [Racconto] Nankurunaisa

#9

Mensaje por JRM » 03 Mar 2020, 18:26

Tal como era su costumbre, Victor decidió callar, escuchar a veces, ante la perorata del recién llegado. Se cruzó de brazos y esperó que el Cainita se confesara con pecado. Dadas las circunstancias que acababan de revelarle, Olivia se mostraba, en efecto, como una excepción. Para él, eso solo era un motivo añadido para mantenerla al margen de los entrometidos. Aún la conocía poco, pero estaba convencido de que no le gustaría ser objeto de estudio. Si tenía algún problema o inquietud, sería ella quien decidiese con quién, cuándo y cómo compartirlo. No quería insistir en su perspectiva original: ella era normal, el problema radicaba en los demás.
Le hizo gracia el comentario barriobajero de la estaca. En su caso, debían sujetarle la cabeza hacia atrás y metérsela por la garganta, más cerca del corazón, para contener su diarrea verbal. Le concedía inteligencia, se había construido un personaje con chistera, bastón y barba roja, difícil de pasar desapercibido, de acercamiento cortés, interesado. Solo tenía que quedarse en camisa para mostrar su lado pirata, probablemente su verdadero lado.
Dejó que Coton, mucho más diplomática, lidiara con él. Disimuladamente, comenzó a evadirse con la mirada por la majestuosa estancia, a buscar a alguien que en verdad pudiera interesarlo. Regresó a la conversación, a la mirada atenta, cuando mencionó la posibilidad del encuentro entre cofrades, que en la práctica se reducía a la exposición de Olivia. Cuando pasó al circunloquio sobre el Código de Milán, se disipó de nuevo, como los imposibles reflejos nocturnos de las vidrieras por ese duomo enterrado en Montreal.

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Lothston
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Re: [Racconto] Nankurunaisa

#10

Mensaje por Lothston » 03 Mar 2020, 22:32

El semblante de Coton se endureció ligeramente, aún así, siguió siendo amable.

Estoy segura de que nuestras cofradías encontrarán otro asunto que tratar y no el mostrar para su evaluación a nuestra hermana. Al fin y al cabo, es alguien fenomenal, de eso no hay duda, pero eso no un fenómeno.

No le habían gustado las poco elegantes insinuaciones que había hecho Bill y aprovechó que Victor había dejado la conversación en sus manos para continuar.

Como comprenderéis, ductus, si hubiese algo relativo a la naturaleza de Olivia, y con esto no estoy diciendo que lo haya, esto atañería única y exclusivamente a su manada. Seguro que estáis de acuerdo conmigo en esto, esos ojos denotan inteligencia.
Además, ni los poderes fácticos de la ciudad ni otros a los que podríamos denominar... pretendientes, han mostrado ningún interés. Si para los líderes no es digno de consideración, no veo como puede serlo para los demás.

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