[Trama] Concordia (Local)

[hella9]

Ness se paró justo detras de Bill al ver que los anfitriones salían a recibirles, nunca sabía cómo comportarse en este tipo de situaciones pues temía ser irrespetuosa. Así que se limitó a decir un -Gracias por la invitación después de la presentación de Bill. Y seguir a este y a David al finalizar la conversación

Esta noche Ness tenía “los nervios a flor de piel” si pudiera sentir algo de lo que sentía cuando era humana seguramente hubiera sentido ansiedad y mariposas en el estómago. Hoy iba a demostrar que no era otra punta de la cofradía. Todos sus hermanos tenían algo que les hacía sobresalir, ella solo tenía el aspecto físico. No iba a defraudarles.

[Darkhuwin]

Bellemare se quedó mirando a Basset con aquella sonrisa fría y siniestra característica suya mientras le decía lentamente, acercando su cara a la de ella, haciendo que viera su propio reflejo en las gafas por partida doble:

-Del equivocado, ratoncito, del equivocado. – La tensión no duró mucho, porque en seguida el huérfano comenzó a reírse profundamente desde el pecho y se giró buscando a Ezekiel que parecía observar interesado la escena sin inmiscuirse, como estudiando las reacciones de Olivia y a ella misma, sin quitarle ojo:

-Su excelencia – soltó de pronto, fingiendo una reverencia – voy a buscar a mi hermana Evelyn que se está preparando para reventar algún cráneo esta noche. Supongo que nos sentaremos donde no nos dejen, jo …. jo, jo, jo. - Al volverse para abandonar el lugar, no se olvidó de inclinar un poco la cabeza y dirigirle a la toreador antitribu un: - ¡Nos vemos por ahí, clavijilla! – antes de marcharse sin dar lugar a réplica.

El obispo, por su parte, una vez Bellemare se hubo alejado, le dijo a ella conciliador: - Aunque no lo parezca a primera vista, en realidad es un buen Sabbat. – Explicó - Sabe dónde están sus lealtades.

[Koen]

Olivia no pudo evitar arrugar la nariz ante el apodo jocoso de "clavijilla". Más tarde quizá le encontraría la gracia. Agradeció dejar de tener cerca a Pierre.

—Me lo imagino —le respondió a Ezequiel— Aquí todos somos muy buenos Sabbat
De nuevo, una media sonrisa.

—Perdóname —pareció recordar—, debería esta llamándote Alto Padre, o hablándote de usted. No soy muy dada a las formalidades, pero no me gustaría pensar que te estoy faltando al respeto o algo así.

Señaló con la cabeza hacia el lugar por donde habían marchado su ductus y su sacerdote.

—Víctor no me lo perdonaría. —A la todeador se le escapó una sonrisa sincera, por un instante.

[Darkhuwin]

Ezequiel levantó una ceja, posiblemente sorprendido con las últimas palabras de Olivia.

-En cuanto a eso, no debes preocuparte - dijo más serio. - No soy 'ese tipo de obispo'. - recalcó y con una sonrisa que parecía también sincera, añadió: - Pero agradezco la deferencia por tu parte.

Luego, extendió su mano repleta de anillos levantando la palma hacia arriba mientras le decía a la relojera, sin dejar de mirarle a los ojos: - En algún momento, cuando puedas y estés dispuesta a ello, me gustaría tener una charla contigo. Amistosa, algo informal. Nada de política, ni de disputas, ni discursos de fe. - y tras unos segundos - Pase lo que pase esta noche. - El aura del obispo rodeó por completo a Basset, embelesándola de forma agradable y placentera.

[Corso]

David, Ness y Bill.

***


Duffy se detuvo un momento al pie de la escalera que daba acceso al graderío de la arena de luchadores. Esperaba poder charlar con Cotonbouché en algún momento, de forma más tranquila y menos protocolaria, si es que después del encuentro de hacía unos minutos no le mandaba a la mierda por gilipollas; una posibilidad que era real y hasta lógica, sonrió, pero no había podido evitar ponerle un poco de sal a su encuentro. Quizá aquella noche no les brindase la oportunidad de hacerlo -y dudaba que la actual situación de Las Cinco Puntas le fuesen a dar un respiro en las próximas semanas- , pero sentía una especie de simpatía por la Sacerdotisa que aún no sabía de dónde nacía y, además, también sentía como un deber el velar por el resto de hermanos de Montreal. Sobre todo, por aquellos que pensaba que podían merecer la pena. La única duda que albergaba era cuándo y cómo.

Antes de dejarse arrastrar al encuentro con el resto de invitados sintió la presencia de David y Ness, tras él. Los conocía lo suficiente como para saber que ni uno ni otro eran muy amigos de la, a veces, tediosa necesidad de jugar a las relaciones sociales. Casi no podía culparles, menos aún esa noche. Las Puntas tenían tantas cosas que aclarar y resolver que el acto de Concordia era como ese encuentro que uno tiene por la calle con el conocido de un conocido de uno conocido al que apenas se conoce, pero con el que hay que pararse a charlar medio minuto por pura cortesía. Ese del que no soportas su estúpido tono de voz y su ridículo corte de pelo. Ese al que mientras hablas, piensas: "joder, cómo se ha puesto de gordo".

Se dio la vuelta y al primero que observó fue a Thisler, manteniendo la posición de guardia que tanto le caracterizaba. Buscando cualquier casuística que pudiese suponer una amenaza. En esa tarea no conocía mejor sabbat que su hermano y si de por sí era alguien que siempre estaba alerta, los últimos acontecimientos acreditaban tal estado de tensión; pero debía contenerse, aunque le costase. Bill apoyó una mano en el hombro del assamita antes de hablarle, con confianza y afecto.

- Sé que estás preocupado, hermano, yo mismo lo estoy- holgaba decir desde cuándo- pero procuremos no llamar la atención y sujetar la tensión cuanto podamos. No tengo duda alguna de que protegerás a tus cofrades ante cualquier eventualidad, tanto como cualquiera de nosotros. Sin embargo, seamos cautos, son muchos los sabbats que van a presentarse aquí esta noche, cada uno con sus propios secretos e intereses. Muchos de ellos se estarán fijando en nosotros, varios sin ninguna discreción; y habrá quién se nos acerque para sacar cualquier tipo de información que les pueda reportar un beneficio. - Hizo una pausa para poner énfasis en ese punto - Intentemos no darles más razones para acercarse a nosotros de las que ya tienen y actuemos de la forma que este acto requiere. Con distensión fingida, falsa cortesía y la apariencia y pretensión común aquí esta noche de que cada uno tenemos más huevos y somos más duros que los demás -si todo eso hace falta-. Nuestra guerra ahora es otra, como bien sabes y de momento debemos librarla solos.

Sus miradas estaban fijas, una sobre la otra. No hacía falta que le dijese que todos contaban con él ni que disponía de toda la lealtad y confianza de cada Punta. Todos lo sabían. Aún así, Bill asintió buscando la conformidad y comprensión de su hermano.

- Supongo que estás nerviosa, hermana, pero no tienes por qué. Eres una sabbat, una joven guerrera apasionada, despiadada y leal a la Secta– le dijo ahora a Ness- Relaja tus nervios y mata cualquier flaqueza mental porque estás en una situación que alberga honor y reconocimiento. Cuando bajes ahí, conviértete en alguien temible, párteles la cara y patea sus blancos y muertos culos hasta que desgastes las botas – le sujetó ambos brazos con fuerza para insuflarle ánimo y sobretodo confianza en sí misma - Esta noche, sé ,al fin, quien quieres ser. Y disfruta siéndolo.

Después volvió a dirigir su atención a la puerta de entrada, por la que esperaba que en cualquier momento aparecieran la bruja, su otra mitad en la Cofradía -a quien procuraría tener a su lado en todo momento- y Andrea, la Punta que había regresado a la ciudad hacía unos días y que completaba la estrella que todos conformaban. No iban a meterse en la boca del lobo sin ellos.

[Lothston]

Casi como leyendo sus pensamientos, una vez que Duffy hubo terminado de hablar con sus hermanos, Coton se acercó a él con su sonrisa.

— Venga por aquí, ductus— dijo la sacerdotisa. — Le acompañaré a su asiento— Como Bill descubriría más tarde Coton hacía eso con todos los ductus de las distintas cofradías, por lo que no tenía nada que temer acerca de una invasión de su mente.

Ahora, más protocolaria, Coton no lo agarró del brazo o se acercó demasiado, aunque sí lo suficiente como para dar una impresión de familiaridad con el ductus de Las Cinco Puntas.

[hella9]

Ness miro a Bill y a David, alli estaban dos seres que ella consideraba mejores que ella en muchos sentidos animandola. Las palabras de su Ductus fueron el ultimo incentivo que quedaba para devolverle el animo .
-Les voy a patear el culo tan fuerte que les volvera a correr la sangre por las venas! dijo al fin con una de sus sonrrisas caracteristicas. Solo espero que Agathe y Andrea vengan pronto para verlo.

Ness paso la mirada por el lugar estando alerta a lo que pudiera suceder y lista para darlo todo en el ring. Se sentia como en la antesala de un Boss , nerviosa pero emocionada y atenta por los inconvenientes que pudiera haber. Si hubiera tenido que describir su forma de luchar a alguien , Ness habria hecho alusion a los miles de videojuegos de peleas que habia jugado: a veces los combos te salvan la vida, pero si no sabes como reaccionar, siempre puedes apretar todos los botones a lo bestia para no dejar reaccionar a la maquina. Lastima que esta vez no contaba con vidas extra.

[Theazlin]

Pierre Bellemare, luciendo una inquietante sonrisa en el rostro y con un característico caminar confiado y exagerado, cruzó el local hacia la puerta de salida mientras chascaba la boca produciendo un sonido casi metálico. Dejó atrás a Ezekiel y a Olivia, secundados por un nervioso Frank que buscaba la manera de entender lo que sucedía y, sobre todo, por qué le sucedía a él y se cruzó con Cotonbouchè y los tres miembros de Las Cinco Puntas. Sin siquiera detenerse delante de ellos, saludó llevándose la mano a la frente y haciendo el gesto de alzar un sombrero que no llevaba. Que esto fuera una burla hacia el sombrero que sí portaba Bill Duffy o simplemente se tratase de un genuino toque propio de Bellemare quedó en el aire mientras Pierre exclamaba: - Enchanté -giraba sobre sus talones, aún inclinado y seguía su caminar hacia la puerta de salida tras erguirse de nuevo y seguir chascando la boca sin perder la sonrisa.
Cuando había dicho que Evelyn estaría preparándose para reventar a alguien no lo decía como una metáfora absurda de esas en que en realidad se referían a prepararse mentalmente y en silencio, concentrándose en algún lugar oscuro y taimado. No, no, él se refería a que era mejor que saliera del local y agarrase a Evelyn del vestido y la sacara arrastras del callejón en el que, seguro, se estaba dando un festín de sangre y dolor con los desdichados sacos de zumo que hubieran tenido la suerte de cruzarse con ella. Para la guerra uno se prepara luchando, no pensando en cómo se tiene que luchar.

Cuando estaba a escasos metros de la puerta, esta se abrió. Pierre se detuvo un segundo antes de hacer una reverencia, totalmente exagerada, y apartarse. Los invitados pudieron ver, una vez se apartó el culo de Bellemare, que Béatrice L'Angou había llegado al Zarpas y Cuchillos. Su belleza era, sin duda arrebatadora; más aún si cabe con el vestido negro que llevaba, el cual dejaba entrever, gracias a sus transparencias, los múltiples tatuajes que decoraban su cuerpo. Sus ojos, pozos negros de oscuridad, observaron por un segundo el interior del local que nunca había visitado y esbozó una mueca de desagrado que pasó casi desapercibida bajo su sonrisa apaciguadora y taimada un segundo antes de retomar sus gráciles pasos hacia el interior. Tras ella, y siguiéndola de cerca, la acompañaban Christanius Lionel y una joven hermosa de rubios cabellos que, aunque ni se acercaba a la belleza de Béatrice, sin duda era atractiva.

- Bellemare -dijo L'Angou mientras le dedicaba una agradable sonrisa y se apartaba de la puerta a fin de que Pierre pudiese proseguir con su camino.

- Béatrice -contestó Pierre. Su tono fue más agudo de lo normal, casi como si estuviese imitado a la Ductus de Los Bibliotecarios, y seguidamente, aparentemente contento, le guiñó un ojo a Christanius- Vaya, vaya, al final sí que será cierto eso que dicen de que la belleza está en el interior. Vaya bombón que te has echado, ¿eh? Y rubia. Ya sabes lo que dicen de las rubias, Christanius... - A continuación abandonó el local sin esperar la réplica del nosferatu.

[Koen]

Olivia asintió

—Claro —le dijo a Ezequiel—, me encantaría. Ni política, ni disputas, ni discursos de fe... cuesta creer que se pueda tener una charla sin nada de eso en Montreal.

La toreador antitribu echó un vistazo a la arena. Para ello tuvo que acercarse un poco más al Obispo, aunque parecía que ahora se sentía algo más cómoda con él. Sobre todo después de paréntesis desagradable que había supuesto Pierre.

—Parece que nuestros hermanos van llegando —dijo, con disgusto—, creo que debería ir a sentarme antes de que empiece el espectáculo.

Olivia meditó unos instantes sus siguientes palabras.

—Ha sido agradable —concluyó, dando por sentado que no era lo que esperaba de una charla con el Obispo.

Pese a que sus palabras parecían una despedida, no puso ningún empeño en irse.

—¿Qué es para ti un buen Sabbat? —preguntó, con la mirada perdida en la arena.

[Darkhuwin]

El serpiente de la luz miró a Olivia levantando una ceja. Puede que la pregunta le sorprendiera o que estuviese intrigado porque la joven cainita hubiese decidido quedarse y mantener la conversación. De uno u otro modo, le respondió:

-Te advierto de que la respuesta a esa pregunta tiene una fuerte connotación política, de fe y provoca muchas disputas entre los nuestros. – dijo con media sonrisa. – ¿Estás segura de que quieres oírla?

El obispo parecía cómodo en compañía de Basset por alguna razón. La toreador antitribu podía percibir su cercanía en el trato y su talante cordial como una faceta de Ezekiel de la que nunca había oído hablar. Abundaban los calificativos de provocador, implacable, engreído, duro e incluso embaucador, entre los partidarios de Carolina, que le veían como un peligro. Pero ella creyó entrever otro carácter bajo toda aquella máscara. ¿Sería real o estaba tratando de engatusarla?