[Trama] Concordia (Ritual)

Moderador: Darkhuwin

Avatar de Usuario
Lothston
Mensajes: 512
Registrado: 09 Dic 2019, 10:06

[Trama] Concordia (Ritual)

#1

Mensaje por Lothston » 12 Jun 2020, 12:01

Poco a poco las gradas se fueron llenando. Las luces permanecían tenues, brillaban lo justo para que aquellos que no quisieran echar mano de los dones de Caín o no tuvieran la posibilidad, pudiesen seguir el camino sin esfuerzo. Algunos de los más jóvenes incluso se habían ayudado de la linterna del móvil para encontrar el asiento asignado.

Las pantallas del techo comenzaron a parpadear llamando la atención de los espectadores, por los altavoces comenzó a sonar United We Stand - Divided We Fall mientras por los monitores comenzaban a aparecer, compenetradas con el tempo de la música, grabaciones de algunos Ritae anteriores, como la última Palla Grande, momentos épicos de asedios en otras ciudades, se intercalaron imágenes mostraron a los más reconocidos guerreros de la secta combatiendo y sangrando por ella. El vídeo terminaba, en el punto álgido de la canción, mostrando una bandera al viento con el símbolo de la Espada de Caín.
Sin un segundo que perder luces más brillantes enfocaron a Cotonbouchè con un vestido rojo sangre, con sus habituales motivos ofídicos, hasta la rodilla y escote en pico. Ajustado aunque sin llegar a ser apretado.

Buenas noches Hijos de la Sangre. Sean bienvenidos a mi casa, entren libremente, salgan con seguridad y dejen algo de la felicidad que traen. — Saludó sonriendo y pasando, al final de la frase, la lengua por sus colmillos. — Siempre me ha encantado esa frase, ¿a vosotros no?

Con naturalidad bien ensayada, la sacerdotisa se movía fluidamente por la plataforma colocada en frente del anfiteatro, por encima del foso donde se llevaría a cabo el espectáculo.

Quizá algunos piensen que todo esto, las pantallas, las luces, la diversión... las sorpresas que de las que sin duda seremos testigos estén de más en un Ritae, que serían más propias de una fiesta. Pero, ¿son ambas cosas incompatibles? Yo no lo creo. Qué es la Palla Grande, uno de nuestros más rituales principales, si no una gran fiesta? Pues hoy, salvando las distancias, vamos a celebrar el Ritual de la Concordia. Hoy acallaremos todos esos rumores que circulan sobre la falta de unidad entre las cofradías de Montreal.

Hizo una pausa y miró a su audiencia sin ver a nadie en particular.

Como habréis notado, la asignación de los sitios es un tanto... dispar, por decirlo de algún modo. Esto es porque los asientos se han asignado de manera aleatoria. Hoy es una noche de hermandad. De unidad. Hoy no hay cofradías, ¡sólo hay Sabbat!— Sentenció con rotundidad mientras alzaba los brazos.

Cuando el vocerío se convirtió en murmullo retomó la palabra de nuevo.

Bueno... lo cierto es que esto no es del todo cierto— sonrió ante lo que iba a venir ahora. — Confieso que hay sitios que sí se han asignado a dedo y no al azar. Concretamente uno: El de nuestra querida Arzobispo— señaló con la mano al lugar donde se encontraba Carolina, a quien un foco iluminaba en estos momentos. La Madre Superiora de Montreal aprovechó la ocasión para levantarse y saludar, como se esperaba que hiciera.
Estaréis de acuerdo conmigo que Su Excelencia se merece un sitio de honor en el que pueda disfrutar mejor que nadie de las sorpresas que nos deparará la noche, ¿no es cierto?— ¿Esa risita era malévola?

Sin más dilación vamos a comenzar, ¿os parece?

La cara de Coton presentaba una sonrisa permanente y lo más curioso de todo era que no parecía forzada o fingida, daba la impresión de ser totalmente auténtica.

Esta noche, como he dicho, es una noche de celebración. De concordia. ¿Y qué es la concordia? No es otra cosa que una unión. Y el mejor pegamento para esa unión no es otro que el amor. Como primer plato tenemos a unos invitados que se van a demostrar eso, mucho mucho amor.

Las luces cambiaron. Primero se encendieron unas ambientales por el perímetro del graderío para luego bajar la intensidad e ir llevando las miradas de la sacerdotisa al foso, donde unos arneses colgaban de una pequeña grúa que bajaba desde el techo.

Las puertas de la arena se abrieron y, moviéndose sensualmente, entraron un hombre y una mujer jóvenes y ligeros de ropa. Con gestos muy exagerados comenzaron a tocarse y besarse, untándose algo por todo el cuerpo. El hombre ató a la mujer con los arneses y la colgó de la grúa. Una vez completamente sometida, sacó una fusta de cuero gastado y comenzó a darle algunos azotes.
El espectáculo erótico fue a más y, cuando estaba en pleno apogeo, un foco iluminó de nuevo a la Sacerdotisa.

Antes os he hablado del Amor. Pero, por supuesto, este tipo de actos humanos a nosotros nos dicen muy poco. Yo me refería a otro tipo de amor. El amor por hacer lo que queramos. El amor por la libertad. El amor... ¡por la sangre!

Las puertas se abrieron de nuevo y dos perros enormes entraron en la escena. El hombre fue el primero en darse cuenta y dejó rápidamente lo que estaba haciendo para ponerse a correr de un lado a otro con su pene enhiesto.
El olor de la manteca de cerdo que se habían untado por todo el cuerpo volvía locos a los hambrientos canes quienes no tardaron en llegar hasta su altura. Pronto los gritos de pánico de la mujer se juntaron con los alaridos de dolor del hombre quién, con las tripas desparramadas por el suelo, aún trataba de arrastrarse lejos de los feroces colmillos.

Un corto silbido llamó la atención de las bestias quienes posaron los ojos en la horrorizada mujer, ahora cubierta de lágrimas y vómitos, con el maquillaje corrido por toda la cara e inmovilizara a una altura suficiente para que los perros hicieran con ella lo mismo que con su pareja.
Desde su puesto privilegiado, Coton lanzó a su audiencia el mando de la grúa.

En vuestras manos está su destino.— gritó a la concurrencia. — ¿La salvaréis de una muerte terrible o correrá la misma suerte que su par? Sois libres para elegir.

La sorpresa fue para Bill Duffy, quien, de repente, se encontró con decenas de ojos que lo miraban, pues el mando de la grúa había caído en su regazo.

William "Bill" Duffy (Corso)
Ductus de Las Cinco Puntas

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#2

Mensaje por Corso » 13 Jun 2020, 21:59

Duffy tomó de su regazo el mando y lo miró durante unos segundos antes de coger su bastón y ponerse en pie. No tomó la palabra inmediatamente, pues fue un largo minuto el que dedicó a observar, uno por uno, los muchos rostros que, como un negro espejo, le devolvían el gesto. Casi podía sentir el peso de la mirada de las docenas de ojos de los allí congregados atravesando su carne con ansía, malicia y, en algunos casos, altivez.

- Amor. Libertad. Sangre – comenzó, repitiendo las palabras de Coton e iniciando un discurso en un tono lo suficientemente alto para que todos le escuchasen, pero lo bastante equilibrado para no caer en lo agresivo; y que mantendría hasta el final - ¿Acaso no son certeras y precisas las palabras de la Sacerdotisa Cotonbouché? ¿De nuestra hermana? - dejó la pregunta en el aire sin dar tiempo a réplica – ¡Así han sido siempre y así han de perdurar!

- Miro a mi alrededor y veo escrita esas palabras en vuestros rostros. Las veo allí – siguió, señalando con la cabeza del bastón en dirección a las maestras del pecado, arrastrando la mirada de muchos de los presentes hacia donde estaban sentadas – Pues ¿Quién conoce la libertad y el amor mejor que nuestras hermanas Las Viudas y su excelencia, la Obispo La Rosa? ¿Un amor que hicieron renacer, libre y sin ataduras morales, de sus propias cenizas, desde el centro de su "Corazón"? - Bill asintió con deferencia en su dirección y guardó unos segundos de silencio para que sus palabras fuesen calando entre los asistentes antes de continuar.

- Allí – las miradas se dirigieron hacia la 25:17 – ¿Quién sino Su Excelencia, el Obispo Ezequiel ha sufrido en sus propias carnes el coste de mantener la libertad de nuestra Secta por encima del infernalismo, incluso por encima de su propia sangre? ¿No es el “vivo” ejemplo de ese amor para con esos preceptos? - Bill inclinó de nuevo la cabeza, en gesto respetuoso, antes de volver a darse la vuelta y quedar frente a la mayoría de los presentes, ajeno a si todo lo que estaba diciendo levantaba algún comentario; dejando que cada uno lo interpretase como considerase oportuno si bien no buscaban la confrontación ni albergaban ofensa alguna.

- Y también allí – fue entonces en Los Pastores de Caín sobre quien recayó la atención – ¿No fue Su Excelencia, el Obispo Benezri, quien contribuyó a fundar la fe, el poder y la libertad por las que hoy tañen los campanarios de Montreal? - un nuevo asentimiento sucedió a la pregunta, en señal de consideración hacía el Ductus de los Pastores.

- Puedo verlas en ellos y en cada uno de vosotros y vosotras: Ductus, Sacerdotes y hermanos. En la contienda contra los enemigos de la causa y en nuestra guerra común por romper la pleitesía, el yugo y el miedo que otros tienen a romper las cadenas con las que sus amos impostores adornaron sus cuellos. En la batalla contra el mal que anega esta tierra. – el grosor de la determinación en la voz de Duffy fue tomando cuerpo, poco a poco, llamando a la unión sobre las posibles ampollas que pudiese estar levantando.

- Y en vuestra comparecencia a esta llamada a la Concordia entre nuestras Cofradías presidida por nuestra líder y guía, su Excelencia, Carolina Valez - se dirigió a la mexicana abiertamente, con un nuevo gesto de consideración a su posición como Reverenda Madre.

¿Y vosotros, hermanos? - Bill levantó un poco más el tono en ese momento - ¿Podéis verlas? - volvió a preguntar el Ductus de las Cinco Puntas barriendo de izquierda a derecha con el bastón el sofocante espacio que se abría frente a él - Solo necesitáis mirar a vuestro alrededor y poneros un espejo delante – su mirada pasó de nuevo a enfocar a Cotonbouché, asintiendo ante ese destino ajeno que había dejado en sus manos y que estaba a punto de sellar.

Amor. Libertad. Sangre. ¡Un cuerpo, una mente! Y para los débiles y aquellos que nos lo intenten arrebatar ¡Dolor y Muerte! - exclamó con contundencia mientras con el pulgar de su mano derecha daba cuenta de sus palabras presionando el botón del mando.

Con la venía de nuestra Arzobispo...¡Qué coman los perros!

Avatar de Usuario
Lothston
Mensajes: 512
Registrado: 09 Dic 2019, 10:06

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#3

Mensaje por Lothston » 14 Jun 2020, 21:51

Coton escuchó las palabras de Duffy. Estuvo tentada de subir los bajos de la música lo justo para que nadie se diera cuenta que lo había hecho, pero tampoco se enterasen del discurso del Ductus, pero, como había dicho ella misma, esa era una noche de hermandad y, aunque en otra ocasión lo hubiese hecho simplemente por molestar, hoy suprimió ese deseo pueril.

Sí se relamió los colmillos visiblemente en varias ocasiones, primero cuando vio la cara de horror de la mujer al escuchar su sentencia, luego, cuando esta fue ejecutada. Estaba claro que nadie regentaba un local como aquel si no se disfrutaba con los espectáculos ofrecidos...

Una vez que los perros hubieron dado cuenta de la muchacha y de sus extremidades, sonó un silbido similar al anterior y las bestias se metieron por la puerta que se abría.

Sin siquiera molestarse en hacer quitar los restos de los humanos, la sacerdotisa continuó con el ritual.

Espero que os haya gustado el espectáculo tanto como a mi. Pediría un aplauso para los artistas pero... no creo que lo vayan a disfrutar. — sonrió.

Ahora si, y con el permiso de nuestra Arzobispo, doy comienzo al propósito que todos estamos esperando. Todos queremos ver quién de nuestros neonatos es el mejor combatiente, no?

Dejó unos instantes para que las ganas crecieran en los corazones de los allí reunidos.

Antes me gustaría recalcar que esta es una noche, ante todo, de hermandad y no queremos que ningún valiente soldado caiga antes de los previsto, por lo que os insto a finiquitar los combates antes del golpe de gracia.

Sin más dilación, doy paso a las luchadoras de Los Navegantes y de Les Orphelins. ¡Adelante!

Avatar de Usuario
Theazlin
Narrador de Vampiro
Narrador de Vampiro
Mensajes: 1125
Registrado: 04 Dic 2019, 16:20
Ubicación: Barcelona
Contactar:

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#4

Mensaje por Theazlin » 18 Jun 2020, 13:39

Si los presentes hubieran sido meros mortales o, incluso, miembros rasos de la Espada, tal vez hubieran guardado un expectante momento de silencio ante el combate que iba a librarse ante ellos; si la ciudad que los acogía fuera otra seguramente ese silencio expectante también habría sido profundo; y si la mayoría no fueran monstruos incluso para los monstruos del Sabbat tal vez ese silencio expectante y profundo habría enmarcado la salida de las combatientes a la arena... pero lo cierto es que no eran simples miembros de la secta, Montreal les abrazaba y algunos de ellos formaban parte de las pesadillas de otros hermanos de la Espada así que no hubo silencio, ni expectante, ni profundo, aunque eso no le restó un ápice al interés que despertaba el combate que estaba apunto de producirse.

Evelyn fue la primera en salir. Lo hizo con la cabeza alta y desafiante, como siempre. Sus facciones, duras, quedaban reforzadas por su pelo rapado, el cuál acrecentaba la agresividad de su expresión. Se había despojado de la cazadora de cuero con la que había llegado al local y solo llegar a la arena había desenfundado la katana que llevaba a la espalda y la había arrojado a una de las esquinas acompañado, ese gesto, por el vitoreo de Pierre. Al parecer, la sacerdote de los Huérfanos había decidido que no iba a utilizar la espada habida cuenta de contra quién se enfrentaba.

Justo entonces salió de la poterna Erinyi, con sus más de dos metros y medio de altura. Sus cuernos pétreos rascaron, a pesar de avanzar inclinada, el arco de madera de salida dejando dos surcos de astillas arrancadas. Cuando se vio en la arena y con espacio a su alrededor, la gárgola se incorporó lentamente, lo cual magnificó la sensación de envergadura que ya, de por sí, transmitía aquella bestia de piedra y carne. Sus alas se despegaron del cuerpo en una enorme sacudida que levantó arenisca del suelo. Era un auténtico espectáculo de poder y magnificencia. Algunos de los presentes, como ya habían hecho las otras veces que habían visto a Erinyi en acción, comprendieron por qué decidieron los brujos, durante sus primeras noches, experimentar con alquimia y sus dones en pos de crearlas: eran imponentes y aterradoras, bestiales y monstruosas. Se sabe que algunos malditos príncipes de la Camarilla, cobardes e incapaces de defenderse, cuentan con Gárgolas dominadas como guardaespaldas... pero ninguna era como Erinyi pues las gárgolas libres eran majestuosas en su propia existencia. Su ferocidad había sido alimentada durante años o siglos por la opresión de su clan, algo que parecía impregnar cada gota de sangre que alimentaba los músculos pétreos de sus cuerpos. Eran bestias feroces encerradas en cuerpos descomunales. ¿Qué podía salir mal?

Erinyi caminó por la arena hasta una de las esquinas, justo ante Ezekiel, y sonrió. Bueno, todo lo que puede sonreír un rostro de piedra. Ezekiel, a su vez, le devolvió el saludo. Todos los presentes sabían que la gárgola sentía devoción por el que fuera su ductus hacía ya muchos años y que dicha devoción le había llevado a cometer más de una locura. Con el tiempo y la ayuda tanto de Fatir como de Célèste, Erinyi había aprendido a controlarse... algo más.

Hoy disfrutaré de un combate memorable —dijo Ezekiel sin molestarse en bajar la voz. Evelyn combatía por Los Huérfanos, cofradía que apoyaba al obispo, mientras que Erinyi lo hacía por Los Navegantes, cofradía que era fiel a Carolina. Todo eso no restaba un ápice a la simpatía que el serpiente tenía por la gárgola ni al hecho de que pocas veces dejaba la oportunidad de disfrutar de un buen combate que demostrase a los presentes y a él mismo que el Sabbat seguía preparado para cualquier cosa.

Evelyn, por su parte, se había colocado en la otra punta de la arena y observaba a la gárgola. Su cuerpo, definido, esperaba en tensión. Enfrentarse a Erinyi no era tarea sencilla; hacerlo cuerpo a cuerpo y en un lugar cerrado rozaba el suicidio. Aún y así, la sacerdote de los Huérfanos allí estaba. Se agachó un momento y cogió un puñado de arena del suelo, se la restregó por ambas manos y la dejó caer de nuevo.

La gárgola, tras inclinar sutilmente la cabeza en muestra de respeto y admiración hacia Ezekiel, algo que pareció incomodar un poco Santo Domingo en su asiento, se giró hacia Evelyn.

El sonido de un potente gong metálico anunció el inicio del combate. Pierre, como si tuviese un muelle bajo el culo, se levantó y agarrando la valla que le separaba de la arena, empezó a proferir gritos de ánimo hacia su hermana. Gritos que se perdieron en el estruendo que causaban el resto de cainitas que hablaban, apostaban y gritaban, ansiosos de ver un fabuloso espectáculo.

Erinyi dio un paso al frente. La arena se levantó alrededor de su pezuña mientras recogía las alas y extendía los brazos. Y antes de que pudiera siquiera prepararse para ello, una bala impactó de pleno en su hombro izquierdo emitiendo un agudo chirriar al chocar metal contra piedra.
Evelyn, en frente, había desenfundado dos pistolas que guardaba en la parte trasera de su pantalón. Se había colocado lo más lejos posible porque era consciente de que solo había dos desenlaces para aquel combate: en uno ella conseguía vencer a Erinyi antes de que la alcanzara, en el otro... bueno, la cosa era que si la alcanzaba y llevaba el combate a un cuerpo a cuerpo ya estaba perdida. Bueno, tenía una posibilidad aunque la gárgola llegara hasta ella. Una pequeña pero no la iba a rechazar llegado el caso. Volvió a disparar; una y otra vez.

Las balas impactaron en Erniyi, la cual empezó a correr intentando evitar daños mayores. Algunas de ellas llegaban a perforar la piel pétrea de la gárgola y hacían sangrar a la bestia de los Navegantes mientras que otras rozaban la dura capa de piedra del cuerpo de Erinyi y salían rebotadas en todas direcciones. Una de ellas salió despedida hacia la gradería y perforó la pared a pocos centímetros de la cabeza de Lágrimas, el cuál emitió un suspiro cómico de alivio mientras subía y bajaba los hombros de forma exagerada. A poco más de medio metro Ezekiel se giró para ver, divertido, la bala que podría haberle impactado en la frente.

¡Joder! Esto se pone caliente, chicos —espetó mientras aplaudía y devolvía su atención a la arena. Frank, a su lado, lucía un rostro totalmente desencajado.

Erinyi, que era plenamente consciente de la carga de su clan, extendió las alas y lejos de lo que alguno esperaba que hiciera no se puso a volar sino que las cerró sobre los costados de su cabeza, casi como tapándose los oídos.

Qué lista es —dijo Benezri, dirigiéndose a Santo Domingo, que se hallaba a su izquierda—. Es plenamente consciente de sus debilidades y no piensa darle la oportunidad a Evelyn de ejercer su poder sobre ella. Brillante.

Santo Domingo, a su lado, no pudo más que sonreír. Sí, era más lista de lo que parecía. Y aprendía rápido.

Evelyn seguía disparando, vaciando los cargadores, pero Erinyi no corría hacia ella en línea recta y a pesar de que algunas balas habían perforado la piel de la gárgola otras muchas habían rebotado hacia el suelo, hacia el techo o, para diversión de los presentes, hacia la gradería. Su contrincante sangraba pero no lo suficiente como para que no llegase hasta ella así que la sacerdote de los Huérfanos, agotados los cargadores, arrancó a correr, inesperadamente, hacia su contrincante mientras arrojaba una de las armas al suelo y empezaba a cargar la otra con un cargador que llevaba en el bolsillo trasero del pantalón.

¿Qué hace? ¿No es eso una locura? —se preguntó, en voz alta, Víctor, Ductus de Los Relojeros, al ver a Evelyn correr hacia la bestia de piedra que, con sus más de dos metros de envergadura, sus afilados cuernos y sus alas, parecía una promesa de muerte.

Cuando Evelyn estaba a poco más de dos metros de Erinyi saltó y, recurriendo a los dones de la sangre, gritó. Lo hizo a pleno pulmón y no recurrió a grandes proezas sino que simplemente dijo "Detente". Y Erinyi se detuvo. No extendió las garras ni hizo ademán alguno de agarrar al vuelo a su contrincante. Solo se quedó quieta.

¡Oh! ¡Mon Amie! — espetó Pierre de forma exagerada justo antes de reírse— Así se hace, querida. ¡Ju,ju,ju!

A unos cuantos metros de distancia Ezekiel se quedó quieto y no pudo evitar que se escapara una sonrisa efímera de su rostro, chasqueó los labios y se sentó, dejándose caer sonoramente en su asiento. El Obispo parecía dar por finalizado el combate.

Fíjate bien, Frank. Nuestra querida amiga Erinyi ha mejorado muchísimo. Ya ha ganado el combate. Así se hacen las cosas, Frank. Agarras la debilidad del enemigo y la estrujas hasta que solo sea pulpa y sangre. Y si para ello tienes que utilizar la tuya propia, bienvenida sea tornarla en fortaleza —dijo Ezekiel, con un matiz más que reconocible de satisfacción y reconocimiento—. Cuando llegue el momento de combatir contra los malditos Camarilla será un placer verla combatir a mi lado.

A Frank se le escapó, nervioso como estaba, que Ezekiel no había utilizado el plural y, por ende, no lo había incluido en esos planes futuros.

Evelyn aterrizó, como pudo, tras Erinyi, la cual le daba la espalda quieta como una estatua. Al final la debilidad de las Gárgolas a la Dominación había sido su ruta de escape. Acabó de cargar el arma, la alzó y...

La garra izquierda de Erinyi salió disparada, mientras se giraba, e impactó de lleno en Evelyn, la cual salió despedida varios metros hasta impactar, con una terrible potencia, en el lateral de la arena. Su arma se perdió por los aires y la sacerdote de los Huérfanos cayó al suelo mientras un hilo de sangre caía por sus labios. Aún estaba intentando recomponerse cuando ya tenía encima a la gárgola, la cual agarró su cabeza con ambas manos y la levantó del suelo. Evelyn no tenía agarraderos, no podía zafarse del monstruo que la apresaba. Erinyi, por su parte, sonrió de nuevo.

Deberías gritar más fuerte que no te oigo —dijo, con sorna, al tiempo que su profunda voz parecía inundar la arena al completo. Sus alas presionaban con fuerza sus orejas— El combate ha terminado.

El combate ha terminado —concedió una Evelyn desarmada y apresada.

Apenas había durado 30 segundos. 30 intensos segundos.
Las arenas del tiempo no siempre consiguen sepultar el dolor y llegar al olvido. A veces nuestra maldición es, precisamente, recordar.

Avatar de Usuario
Lothston
Mensajes: 512
Registrado: 09 Dic 2019, 10:06

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#5

Mensaje por Lothston » 19 Jun 2020, 10:23

El combate ha terminado.— Sentenció Coton. La frase resonó por todo el graderío y local por encima, incluso, del griterío. Era como si hubiera usado dones de la sangre para conseguirlo, sin embargo, el efecto se debía a la configuración del audio. La sacerdotisa había logrado un efecto que parecía paralizar, aunque fuera momentáneamente a todo el mundo.

Bueno, bueno... — dijo ya con un tono normal. — Os dije que iba a haber sorpresas esta noche, no?— La sonrisa había vuelto a su rostro.

Dejó unos instantes para que la concurrencia retomase la cháchara y griterío.

Erinyi— Llamó ahora — Pasas de ronda. Además de impresionante físicamente es súmamente astuta. Luchadores, apuntadlo para cuando os toque en segunda ronda.— Pareció que no iba a añadir nada más, pero volvió a hablar.

Me permito ofrecerte un lugar en Garras y Cuchillos siempre que quieras.

Pero no vamos a detenernos aquí. No queremos que el espíritu decaiga, así que doy paso al siguiente combate que enfrentará a... —Un efecto de redoble de tambores sonó por todo el recinto. — ¡Las Cinco Puntas contra Los Desgraciados!

¡Adelante luchadoras!

Avatar de Usuario
hella9
Ilustradora
Ilustradora
Mensajes: 209
Registrado: 18 Dic 2019, 15:34

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#6

Mensaje por hella9 » 19 Jun 2020, 14:57

" Las cinco puntas contra Los Descraciados ! "
Esa frase resono en los oidos de Ness durante unos seguntos antes de percatarse que era , al fin, su turno. Casi mas por instinto que por buscar apoyo, paso su mirada por David, el hermano que tenia mas cerca, por Bill y finalmente busco en la graderia a Agathe. Se levanto despacio, su aspecto seguramente no ofreceria las promesas de brutalidad que encendian las anteriores combatientes, pues podia parecer una simple adolescente con el pelo cardado, su cuerpo no era muy atletico y se podia adivinar perfectamente que tampoco estaba del todo desarrollada.

Su mente era un revoltico de ideas y tacticas que queria provar, pero el hermetismo de su cofradia dio como problema el hecho de que Ness desconocia a la gran mayoria de caras alli presentes, asi como tambien la de su contrincante. " los Desgraciados... no sera esa que da repelus al verla no?" Penso para si misma al mismo tiempo que se quedaba de pie oyendo los gritos de los presentes.
"Bueno, tranquilizate, sabes pelear,vas ha hacer que Bill y los demas esten orgullosos. Vas a salir ahi a demostrar que vales mucho mas de lo que aparentas y le vas a partir el culo a ese bicho raro." Se dijo a si misma .
Lanzo una ultima mirada a David , sonrrio y acto seguido salto a la arena directamente. No queria hacer esperar a nadie, ni siquiera a su Bestia que rugia de emocion en su interior.

Agathe (Nyxe)
Sacerdotisa de Las Cinco Puntas

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#7

Mensaje por Nyxe » 20 Jun 2020, 02:04

Agathe no estaba disfrutando especialmente de la noche. Incluso dejando de lado el asunto de Vález. El espectáculo de los amantes y los perros le había parecido obsceno. No tanto por la temática (aquello le resultaba indiferente) sino por el desperdicio de sangre. No le hubiera pedido a Bill que salvase a la chica, la Secta pedía sangre y solo un necio se la hubiera negado. Pero lamentaba que los presentes se contentasen con ver la sangre cuando podrían saborearla.

Agathe observó aquellas muertes sin mudar el gesto. Tampoco quería mostrarse maleducada delante de sus anfitriones. Pero la pelea que vino después sí consiguió que la preocupación se reflejase en su rostro. No estaba segura de que esperaba, pero no que uno de los combatientes vaciase dos cargadores enteros sobre el otro en menos de cinco segundos. ¿Era ese el nivel al que pretendían llevarlo? Quizá de no participar su hermana, no le hubiera parecido excesivo. De hecho, seguramente no debería preocuparse tanto por ella. Ness era fuerte, era rápida, y desde la misma noche de su Abrazo había mostrado una fiereza de la que pocos Sabbat podían presumir incluso tras varias décadas de existencia. Pero siempre sería su hermana pequeña, y sintió un profundio alivio al ver que tras la ferocidad inicial que ambos combatientes habían mostrado, la pelea terminó de forma casi cortés, sin que ninguno llegase a hacerle verdadero daño al otro. De haber sido humana, seguramente se le hubiera escapado un suspiro de alivio.

Cuando nombraron a Ness, se giró hacia ella y le dijo -Suerte-. Agathe agradeció tener tiempo de ver al menos ese combate.

Avatar de Usuario
Theazlin
Narrador de Vampiro
Narrador de Vampiro
Mensajes: 1125
Registrado: 04 Dic 2019, 16:20
Ubicación: Barcelona
Contactar:

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#8

Mensaje por Theazlin » 24 Jun 2020, 16:54

Ness estaba en la arena, rodeada de todos aquellos cainitas que la observaban y, en el fondo, la iban a evaluar. Así eran las noches rituales en el Sabbat: momentos de unión pero también momentos en los que todos debían demostrar ser dignos de la Espada y recordar a sus hermanos qué eran capaces de ofrecerles cuando llegara el momento de alzarse e ir a la guerra.

Y entonces vio a la mujer salir por una de las poternas. Era desagradable... sin saber exactamente a qué atribuirlo. Era como esas personas a las que puedes analizar parte por parte y todo parece estar bien pero en conjunto algo no encaja. Jugar a moldear la carne y los huesos de una persona suele tener dichos efectos. Pero qué más daba. Al final Ness solo tenía que patearle el culo a una desgraciada con la que habían jugado en una mesa de laboratorio.

La desconocida se detuvo justo en la otra punta de la arena y observó a Ness con atención. Su rostro y su mirada denotaban nerviosismo, inquietud y excitación. Ness pudo reconocer parte de esos sentimientos. Aún recordaba la primera lucha en la que se metió una vez los dones de Caín recorrían sus venas. Lástima que se fuera a estrenar de aquella manera porque, la verdad, es que no parecía gran cosa: solo una escuálida mujer que...

De repente la desconocida gritó y éste pareció emerger de lo más profundo de su ser, rasgando cuerdas vocales y algo más en el proceso. Era un grito casi tribal que, además, transmitía dolor. No la promesa de un dolor propiciado; transmitía el dolor propio, el sufrimiento más descarnado. Y entonces Ness comprendió el por qué. Su piel empezó a resquebrajarse, supurando una sustancia que entremezclaba el pus y la sangre; sus huesos, con sonoros chasquidos, se partían y emergían con fuerza, rasgando la piel. Sus hombros se desencajaron mientras sus brazos se recubrían con una oscurecida capa más parecida a escamas pétreas que a músculo y carne.
La mujer cayó de rodillas pero el efecto fue extraño pues mientras lo hacía su cuerpo crecía, se extendía, provocando una sensación contrapuesta al caer pero no menguar. Su grito fue enmudecido, poco a poco, por lo que quiera que estuviera sucediendo en su interior y los chasquidos de sus huesos rotoso y recompuestos fueron cesando mientras unas enormes garras asomaban no solo por sus brazos y manos sino también a lo largo de su espina dorsal. Aquello ya no era una mujer, era un monstruo horrendo y enorme cuya mera presencia prometía dolor, sangre y muerte.

Se levantó. Uno de sus brazos era visiblemente más corto y del otro los huesos que deberían de haber acabado en punta eran romos y retorcidos. Y el pus verdoso que debería de haber dejado de supurar resbalaba constantemente por su abdomen y su espalda.

Stèphanie hizo un par de chasquidos de desaprobación desde la gradería mientras varios de los presentes, con muchos años a la espalda para haber visto los monstruos verdaderos que otorgaban fama al poder de vicisitud que estaba intentando emplear la desconocida, mostraban muecas de desaprobación en el rostro. Cierto era que la mujer era ahora un monstruo... pero era uno descontrolado, desaprovechado y, sin duda, que demostraba mucho menos talento y práctica que el potencial que subyacía en su interior. Carne de cañón.

Pero era una carne de cañón enorme, monstruosa y peligrosa a la que Ness debía enfrentarse sola.
Las arenas del tiempo no siempre consiguen sepultar el dolor y llegar al olvido. A veces nuestra maldición es, precisamente, recordar.

Avatar de Usuario
hella9
Ilustradora
Ilustradora
Mensajes: 209
Registrado: 18 Dic 2019, 15:34

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#9

Mensaje por hella9 » 24 Jun 2020, 17:30

Los vítores de los presentes y la bestia en su interior resonaban al unísono. Ness no podía aguantar su excitación y se movía por su lado del ring como si de un felino se tratase con sus ojos clavados en la mujer de las garras de hueso.

Trató de poner una pose amenazante, pero su oponente se adelantó, pues empezó a transformarse en algo que Ness nunca había visto. Una criatura grotesca se presentó ante sus ojos, algo a medio camino entre la mujer que tenía ante sí y un zombie hipermusculado. Ness vaciló un instante, pues ese monstruo imponía y daba asco, pero la gamer interior de la Brujah no pudo más que emocionarse “Vaya boss más tonto, ha mostrado su última transformación al principio..”
Su ya característica sonrisa apareció en su rostro mientras con gran velocidad arremetía contra la bestia y tras esquivar un ataque torpe de esta derrapando entre sus piernas, le asestaba un sonoro puñetazo en la nuca.
La reacción de la Tzimisce no fue la que Ness pensó, pues apenas sintió su ataque.
”La cosa se pone seria”. ”Tendré que improvisar” se dijo a sí misma mientras intentaba esquivar un segundo embiste de su contrincante, con la mala suerte de caer presa de sus horrendas manos.

Las dos luchadoras se miraron a los ojos. Ness ya no sonreía y todo parecía ponerse de mal en peor, sabía que esa bestia podía partirla en dos. A punto estuvo de buscar apoyo en su hermano David, pero su orgullo le impidió girar la cabeza. Podía ver como la Tzimisce se regocijaba de su previsible victoria, alzando un grito hacia la grada que podría haber terminado con el ánimo de Ness. Pero cuando la criatura alzó el cuello para gritar, Ness vio algo “Espera... eso puede ser...”
Ness dejó de resistirse, los que miraran hacia ella podrían pensar que se había rendido, pero pronto sonó por todo el recinto un ruido constante, un ruido que pronto se transformó en unas carcajadas despreocupadas provenientes de la pequeña brujah.
-Pffffhahahahahahahahaha...oye, ahora que te veo de cerca, te pareces mucho a una mezcla de E.T y Jabba the Hut ...¿Estás segura de que este aspecto no te queda mejor? Seguía diciendo Ness descaradamente.
La mujer que la tenía apresada enfureció, y respondió a sus burlas acercándola con sus deformes brazos para asestarle el mordisco final.
Ness dejó de reírse, pero su sonrisa de diversión no se borró cuando, aprovechando la inercia, puso todo su peso en la dirección del brazo más débil, desviando un poco la trayectoria de acercamiento y con fuerza, asestando una poderosa patada al lado de una de las clavículas deformadas de la criatura, haciendo caer a la bestia inconsciente en el suelo.

Ness se zafó de las enormes manos que la tenían presa y no pudo aguantarse...
-Pff... pfffhh.. Hahahahahahah Su risa era sincera, risa de felicidad y adrenalina. A punto estuvo de caerse de culo en la arena y cuando pudo tranquilizarse miró a sus cofrades, y a la sacerdotisa de los Relojeros, para que diera su veredicto.

Avatar de Usuario
Lothston
Mensajes: 512
Registrado: 09 Dic 2019, 10:06

Re: [Trama] Concordia (Ritual)

#10

Mensaje por Lothston » 24 Jun 2020, 22:31

La voz que, casi, había paralizado a toda la audiencia tras el primer combate volvió a sonar de la misma manera.

El combate ha terminado. — Dijo Coton.

Luego ya, con una voz más amable, continuó.

Está claro que el tamaño no lo es todo.— comentó sonriendo. — Estamos teniendo muchas sorpresas esta noche y, os aseguro, que todavía quedan más.

Miró al público sin ver a nadie en particular.

Vamos a daros unos momentos de asueto para que hagáis vuestras apuestas, pero esto no para. ¡Ahora llega la pelea de Las Reinas vs Los Bibliotecarios!

Cerrado

Volver a “[MN]Zonas comunes”