Imperio Romano Occidental

Apartado donde se describirán las ambientaciones con detalle.

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Imperio Romano Occidental

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Mensaje por Qwe » 30 May 2020, 11:47

Regiones del Imperio Romano de Occidente: Honorio Imagen Imagen
Esta parte de la crónica abarcará desde el inicio del Imperio Romano de Oriente (395 d.C.) hasta poco después de la muerte del emperador Justiniano I el 14 de noviembre de año 565 d.C (589 d.C fin de la crónica). La trama principal de la crónica tendrá lugar en la parte Oriental del Imperio Romano, aunque también habrá subtramas que tendrán origen en estas ciudades que forman parte del Imperio Romano de Occidente.

Principales ciudades: Treveri, Lugdunum, Arelate, Barcino, Aquileia, Mediolanum, Ravena, Roma, Siscia y Sirmium.


Treveris Imagen Oficialmente, fue fundada en el año 16 a. C. por Augusto bajo el nombre de Augusta Treverorum. No obstante, existe un mito según el cual fue fundada unos 1300 años antes de la creación de Roma por Trebeta, hijo del rey asirio Ninus. Los primeros rastros de asentamiento humano en la zona de la ciudad muestran evidencias de cerámica de bandas que se remontan al período neolítico temprano. Desde los últimos siglos precristianos, miembros de la tribu celta de los tréveros se asentaron en la zona del Tréveris actual. Los romanos bajo Julio César subyugaron a los tréveros por vez primera en 58-50 a. C.

No más tarde del año 16 a. C., al pie del Petrisberg, sobre el que se había establecido un campamento romano en el año 30 a. C., y abandonado de nuevo unos pocos meses después, los romanos fundaron la ciudad de Augusta Treverorum (Ciudad de Augusto en la tierra de los tréveros).6 Tras la reorganización de las provincias romanas en Germania en el año 16 a. C., el emperador Augusto decidió que la ciudad debía convertirse en la capital de la provincia de la Galia Bélgica.

Conocida como "la segunda Roma" por la importancia política que llegó a alcanzar en el Bajo Imperio, los vestigios romanos son muy abundantes: la Porta Nigra, el Aula Palatina (más conocida actualmente como Basílica Imperial), las termas imperiales, las termas del foro, las termas de Santa Bárbara, el anfiteatro y el puente romano son sus monumentos romanos más conocidos. Allí fijó su corte Constantino I tras ser nombrado augusto en Eboracum.

El dominio de los romanos en Tréveris duró hasta el siglo V.

Lugdunum Imagen La ciudad fue fundada en el año 43 a. C. por Lucio Munacio Planco. Fue la capital de la provincia romana Gallia Lugdunensis. Desde su fundación y durante 300 años, Lugdunum fue la ciudad más importante de Europa noroccidental.

Fue esta urbe el centro de las instituciones romanizadas de todas las tres Galias. En 12 a. C. Druso mandó construir ahí un templo en honor a César Augusto y a Roma. Poseía este templo una explanada con 400,000 metros cuadrados, hermosa por sí misma pero además acompañada por múltiples bellas estatuas enviadas por todas las ciudades de la Galia. El sumo sacerdote del culto a Augusto en este templo, Gayo Julio Rufo, mandó a levantar un anfiteatro al costado del edificio. En el anfiteatro se daban espectáculos gratuitos cada 1 de agosto. El mismo sacerdote erigió un arco del triunfo en el año 19 d. C. donde grababa toda su genealogía, que remontaba a primigenios aristócratas galos. Dos emperadores, Claudio y Caracalla, nacieron en Lugdunum.

En el siglo I un gran incendio destruyó la ciudad, tal como le cuenta Séneca a su discípulo Lucilio en una de sus Cartas a Lucilio (carta XCI):

(...) Ni aún los temblores de tierras fueron tan ruinosos a ningún pueblo. En fin, nunca ardió incendio tan funesto que no dejase nada para otro incendio. Tantos edificios hermosísimos, cada uno de los cuales podía ser orgullo de una ciudad, los derrocó una sola noche, ni nunca, en la grande paz que tenemos, aconteció lo que ni la más feroz guerra acarreara; cuando con tanto reposo están en paz las armas, cuando por toda la redondez de la tierra campea la seguridad, Lugdunum, la flor de la Galia, ha desaparecido. (...)

A finales del siglo II (19 de febrero de 197) fue testigo de la mayor y más cruel batalla disputada entre ejércitos romanos: en la Colonia Copia Claudia Augusta Lugdunum, el emperador romano Septimio Severo (145-211) derrotó al usurpador Clodio Albino (147-197) en la conocida como batalla de Lugdunum.

Durante el siglo III la ciudad comienza un declive, perdiendo su condición de capital de la Galia en 297, en beneficio de Tréveris, más cerca de la frontera del Rin. Lugdunum no es más que la sede administrativa de una pequeña provincia (Lyon, Borgoña y Franco-Condado). En el año 437, las tribus germánicas refugiadas en Borgoña tras la destrucción de Worms por los hunos, fueron reasentadas por el comandante militar de Occidente, Aecio, en Lugdunum.

Arelate Imagen Arlés es una ciudad antigua, fundada por los griegos en el siglo VI a.C bajo el nombre de Theline. Fue conquistada por los celtas saluvios en el 535 a.C, los cuales le cambiaron el nombre por el de Arelate. Los antiguos romanos tomaron la ciudad en el 123 a.C y la transformaron en una ciudad importante, con un canal que la conectaba con el mar Mediterráneo construido en el año 104 a. C. No obstante, trató de eludir la sombra de Massalia (Marsella) por la situación que esta última tenía, situada en la costa.

En el 40 a. C. tuvo la oportunidad de recibir el apoyo de Julio César cuando le prestó ayuda militar contra Pompeyo. Massalia cometió el error de apoyar a Pompeyo y cuando César salió victorioso, este le quitó las posesiones a Massalia y las transfirió a Arelate como recompensa. La ciudad se estableció formalmente como una colonia de veteranos de la legión romana VI Ferrata que estaba radicada allí. Su nombre completo era Colonia Ivlia Paterna Arelatensivm Sextanorvm, es decir "antigua colonia juliana de Arles de los soldados de la Sexta Legión."

La ciudad romana de Arelate era de gran importancia en la provincia Gallia Narbonensis. Constaba de un área de 99 acres (400.000 m²) y tenía varios monumentos arquitectónicos como el anfiteatro, el arco triunfal, el circo, el teatro romano y estaba circunvalada por murallas. Durante la antigüedad estaba situada más cerca del mar y servía como un puerto importante.

También tuvo (y aún tiene) el puente más al sur sobre el Ródano. De forma poco corriente, el puente romano no estaba fijado, sino que usaba el estilo de los puentes de barcos, con torres y puentes levadizos en los extremos. Los barcos estaban asegurados con áncoras. Este diseño poco usual se aplicó por las frecuentes y violentas inundaciones provocadas por el río, que habría terminado rápidamente con un puente convencional. No quedan restos de este puente romano, que ha sido remplazado por uno moderno.

La ciudad llegó a su máximo apogeo durante los siglos IV y V, cuando era frecuentemente usada como cuarteles para los emperadores romanos durante campañas militares. En tiempos de Flavio Honorio fue la sede de la prefectura de Galia que incluía también Hispania. Se transformó en la ciudad favorita del emperador Constantino el Grande, quién construyó baños termales en ella, de los cuales aún se mantienen restos importantes. Su hijo, Constantino II nació ahí. Constantino III (el usurpador) se declaró emperador del Occidente (407–411) e hizo de Arlés su capital en el 408.

Barcino Imagen La República romana entró por primera vez en la península ibérica en el transcurso de la segunda guerra púnica (218 a. C.), para contrarrestar el poder de los cartagineses en la zona, lo que acabó por devenir en el inicio de la conquista del territorio, un lento proceso que duraría casi dos siglos, hasta que el año 19 a. C. el emperador Augusto daría por concluido el control de la península. Las bases de actuación romana en la zona fueron inicialmente Emporion y Rhodae (actuales Ampurias y Rosas), así como la principal fundación romana en el territorio, Tarraco.

Según parece, fue durante el reinado de Augusto (27 a. C.-14 a. C.) —el cual supuso la conversión de la República romana en imperio— cuando se fundó la colonia que daría origen a la ciudad, bautizada como Barcino, seguramente como latinización del nombre íbero Barkeno. Fundada entre el 15 a. C. y el 10 a. C., el asentamiento se ubicó en un pequeño promontorio del llano de Barcelona cercano a la costa, el monte Táber. El principal motivo de la elección de este lugar debió ser seguramente su puerto natural, si bien los aluviones de las torrenteras y la sedimentación de arena de las corrientes litorales irían dificultando el calado del puerto. El nuevo poblado recibió el nombre completo de Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino.Los primeros pobladores parecen haber sido legionarios licenciados de las guerras cántabras, libertos de la Narbonense y colonos itálicos.

La principal actividad económica era el cultivo de tierras circundantes, especialmente la vid, que tenía buena fama y se exportaba a otras áreas del imperio como la Galia, Italia, el norte de África e incluso en la frontera germánica. Además del vino, se exportaba cerámica, sal de las minas de Cardona y salazón de pescado (garum).

El gobierno de la ciudad seguía el modelo que el imperio otorgaba a las colonias, que era relativamente autónomo. El municipio tenía jurisdicción sobre la ciudad y el área rural que la rodeaba. La curia municipal (ordo decurionum), formada por un centenar de miembros (curiales), administraba todos los aspectos de la ciudad, tanto políticos como administrativos y judiciales.Las clases sociales se dividían entre ciudadanos (cives), domiciliados sin ciudadanía (incolae), residentes transitorios (hospites) y esclavos.

Entre los pocos barcinoneses con nombre propio conocido destaca Lucio Minicio Natal (siglo ii), tribuno militar, cuestor, pretor, senador, cónsul y augur, y ganador además de una prueba de carreras de cuadrigas en los antiguos Juegos Olímpicos (año 129).

El recinto de Barcino estaba amurallado, con un perímetro de 1,5 km, que protegía un espacio de 10,4 ha.65 La primera muralla de la ciudad, de fábrica sencilla, se comenzó a construir en el siglo i a. C. Tenía pocas torres, solo en los ángulos y en las puertas del perímetro amurallado, de las que había cuatro: la Praetoria (plaza Nueva), la Decumana (calle Regomir), la Principalis Sinistra (plaza del Ángel) y la Principalis Dextra (calle del Call). Sin embargo, las primeras incursiones de francos y alamanes a partir de los años 250 suscitaron la necesidad de reforzar las murallas, que fueron ampliadas en el siglo iv. La nueva muralla se construyó sobre las bases de la primera, y estaba formada por un muro doble de 2 metros, con espacio en medio relleno de piedra y mortero. El muro constaba de 81 torres de unos 18 m de altura, la mayoría de base rectangular (diez con base semicircular, situadas en las portaladas).

En el foro de la ciudad se concentraban las construcciones dedicadas a los negocios, la justicia, las termas o baños públicos, y era el lugar donde las autoridades se reunían en la Curia y la Basilica. Aquí se hallaba el templo de Augusto, construido pocos años después de la fundación de la ciudad, probablemente a finales del siglo i a. C. Era un edificio de planta rectangular, sobre podio, hexástilo y períptero, con una columnata de orden corintio, de unos 35 m de largo por 17,5 de ancho, unas dimensiones considerables para la ciudad.

Del resto de elementos urbanos de época romana conviene resaltar la necrópolis, un conjunto de tumbas situado en el exterior del área amurallada: cuenta con más de 70 tumbas de los siglos ii y iii. También hay restos de dos acueductos que conducían las aguas hacia la ciudad, uno de ellos desde la sierra de Collserola, al noroeste, y otro desde el norte, tomando agua del río Besós; ambos se unían enfrente de la puerta Praetoria de la ciudad.

Aquilea Imagen Aquilea fue fundada como una colonia por los romanos en 180-181 a. C. junto al río Natissa, sobre tierra al sur de los Alpes Julianos pero alrededor de unos trece kilómetros al norte de las lagunas. Aparentemente recibió el nombre de la palabra indígena Akylis. La colonia sirvió como una fortaleza de frontera en la esquina noreste de la Italia traspadana y pretendía proteger a los vénetos, leales aliados de los romanos, durante las Guerras Ilíricas y actuar como un contrafuerte para comprobar el avance de otros pueblos guerreros, como las tribus hostiles de los carnios y los istrios. De hecho, Aquilea se fundó en un lugar no alejado de donde los invasores galos habían intentado establecerse en el año 183 a. C.

La colonia se estableció con derechos latinos por el triunvirato de Publio Escipión Nasica, Cayo Flaminio Nepote, y Lucio Manlio Acidino, dos de los cuales tenían rango consular y otro pretoriano. Guiaron a 3.000 pedites (infantería), principalmente de Samnio, quienes con sus familias formaron el grueso de los colonos y pronto fueron ampliados con vénetos nativos. Es probable que Aquilea haya sido un centro de Venecia incluso antes de la llegada de los romanos. Y la posición militar estratégica de Aquilea también sirvió para promover el comercio véneto de ámbar importado desde el Báltico.

Aquilea estaba unida por carretera con Bononia (Bolonia) probablemente desde 173 a. C.; y posteriormente con Genua (Génova) en 148 a. C. por la Vía Postumia; que iba a través de Cremona, Bedriacum y Altinum, uniéndose a la carretera primeramente mencionada en Concordia, mientras que la construcción de la Vía Popilia desde Rímini hasta Ad Portum cerca de Altinum en 132 a. C. mejoró aún más las comunicaciones.

En el año 169 a. C., otros 1.500 colonos latinos con sus familias se instalaron en la ciudad como un refuerzo a la guarnición. El descubrimiento de campos de oro cerca del moderno Klagenfurt en 130 a. C. (Estrabón iv. 208) atrajo la atención sobre sí, y pronto se convirtió en un lugar de importancia, no sólo debido a su estratégica posición, sino también como un centro de comercio, especialmente en productos agrícolas y viticultura. También tuvo, al menos en tiempos posteriores, considerables fábricas de ladrillos.

La colonia originaria latina se convirtió en un municipium probablemente en 90 a. C. Los ciudadanos fueron adscritos a la tribu romana Velina. Las fronteras aduaneras de Italia estaban ya cerradas para la época de Cicerón. Fue saqueada por los iapidas en tiempos de Augusto, pero, en el posterior periodo de paz, fue capaz de desarrollar sus recursos. Augusto la visitó durante las guerras de Panonia en 12 10 a. C. y fue el lugar de nacimiento del hijo que Tiberio tuvo de Julia, al año siguiente.

Era punto de arranque de varias importantes carreteras que llevaban a la porción nor-este del imperio — la calzada (Vía Julia Augusta) por Iulium Carnicum a Veldidena (cerca de Innsbruck), de la que se desgajaba la calzada hacia Nórica, llevando por Virunum (Klagenfurt) a Laurieum (Lorch) sobre el Danubio, la calzada hacia Panonia, llevando a Aemona (Liubliana) y Sirmium (Sremska Mitrovica), la calzada a Tarsatica (cerca de Fiume, hoy Rijeka) y Siscia (Sisak), y la que iba a Tergeste (Trieste) y la costa de Istria.

Además de nativos de Italia, celtas, ilirios, griegos, egipcios, judíos y sirios se establecieron en la ciudad y contribuyeron a su desarrollo comercial. Los sirios establecieron un rico comercio en obras de vidrio. Metal de Nórica se forjaba y exportaba. El antiguo comercio véneto de ámbar báltico continuó. Se exportaba vino, especialmente su famoso Pucinum. El aceite se importaba del África Proconsular.

En cuanto a la religión, el panteón romano se adoptó aunque de un dios del sol nativo, Belenos, tuvo gran seguimiento. Los judíos practicaban su religión ancestral y fueron quizá algunos de estos judíos los primeros conversos al cristianismo. Mientras tanto, los soldados tenían el marcial culto a Mitra.

En la guerra contra los marcomanos en 167, la ciudad fue muy presionada; sus fortificaciones habían dejado de mantenerse durante la larga paz. A pesar de ello, cuando en 168 Marco Aurelio hizo de Aquilea la principal fortaleza del imperio contra los bárbaros del Norte y del Este, llegó a la cumbre de su grandeza y pronto alcanzó una población de 100.000 habitantes. En 238, cuando la ciudad se puso de parte del Senado contra el emperador Maximino el Tracio, las fortificaciones fueron restauradas a toda prisa, y probaron ser suficientemente fuertes para resistir durante varios meses, hasta que el propio Maximino fue asesinado.

Durante el siglo IV, Aquilea mantuvo su importancia. Constantino residió aquí en numerosas ocasiones. Se convirtió en base naval y sede del Corrector Venetiarum et Histriae; se creó una ceca, de la que son muy numerosas las monedas. Y el obispo alcanzó el rango de arzobispo metropolitano. Un concilio celebrado en la ciudad en el año 381 fue sólo el primero de una serie de Concilios de Aquilea que se convocaron durante varios siglos.

Se construyó aquí un palacio imperial, en el que los emperadores posteriores a Diocleciano residieron con frecuencia; y la ciudad a menudo tuvo un papel importante en las luchas entre los gobernantes del siglo IV: en 340, el emperador Constantino II fue asesinado bajo sus murallas al tiempo de intentar tomar la ciudad a su hermano más joven, Constante.

Mediolanum Imagen Mediolanum parece haber sido fundada alrededor del año 600 aC por el celta insubros , después de que esta región del norte de Italia se llamara Insubria . De acuerdo con la leyenda reportado por Livio , el galo rey Ambicatus envió a su sobrino Beloveso en el norte de Italia a la cabeza de una de las partes extraídas de diversas tribus galas; este Beloveso se dice que han fundado Mediolanum (en el momento de Tarquinio Prisco , de acuerdo con esta leyenda). Los romanos, dirigidos por el cónsul Cneo Cornelio Escipión Calvo , combatieron la insubros y capturaron la ciudad en el año 222 antes de Cristo; el jefe de los insubros sometió a Roma, dando el control romanos de la ciudad. Con el tiempo conquistaron la totalidad de la región, llamando a la nueva provincia Galia Cisalpina - "la Galia de este lado de los Alpes" - y pueden haber dado el sitio de su latinizado nombre celta: en galo * medio- significaba "centro, centro" y el nombre elemento -lanon es el equivalente celta de América -planum "simple", por lo tanto * Mediolanon (latinizado como Mediolanum ) significaba "(liquidación) en medio de la llanura."

Mediolanum era importante por su ubicación como un centro de operaciones en la red de carreteras del norte de Italia. Polibio describe el país como abundante en el vino, y cada tipo de grano, y en lana fina. Rebaños de cerdos, tanto para la oferta pública y privada, fueron criados en sus bosques, y la gente eran bien conocidos por su generosidad.

Durante la época de Augusto Mediolanum era famosa por sus escuelas; poseía un teatro y un anfiteatro (129,5 X 109,3 m). Un gran muro de piedra rodeaba la ciudad en tiempos de César, y más tarde se amplió a finales del siglo III dC, por Maximiano . Mediolanum se hizo el asiento del prefecto de Liguria ( Praefectus liguriae ) por Adriano, y Constantino hizo el asiento del vicario de Italia ( Vicarius Italiae ). En el siglo III Mediolanum poseía una casa de moneda, un horreum y el mausoleo imperial. En 259, las legiones romanas bajo el mando del emperador Galieno derrotaron el alemanni en la batalla de Mediolanum .

En 286 Diocleciano se trasladó la capital del Imperio Romano de Occidente de Roma a Mediolanum. Se optó por residir en Nicomedia en el Imperio de Oriente, dejando a su colega Maximiano en Milán. Maximiano construyó varios monumentos gigantescos, la gran circo (470 x 85 metros), la termas o "Baños de Hércules", un gran complejo de palacios imperiales y otros servicios y edificios de los cuales menos huellas visibles permanecen. Maximiano aumentó el área de la ciudad rodeada de un nuevo muro de piedra más grande (alrededor de 4,5 km de longitud) que abarca un área de 375 acres con muchas torres de 24 caras. La zona monumental tenía torres gemelas; que fue incluido en el convento de San Maurizio Mayor permanece 16,60 m de altura.

Fue a partir de Milán que el emperador Constantino emitió el Edicto de Milán en el año 313 dC, la concesión de la tolerancia a todas las religiones dentro del Imperio, preparando así el camino para el cristianismo para convertirse en la religión dominante del Imperio. Constantino fue en Milán para celebrar la boda de su hermana con el emperador de Oriente, Licinio . Había comunidades cristianas en Mediolanum, que aportó su cuota de mártires durante la persecución, pero el primer obispo de Milán, que tiene una presencia histórica firma es Merocles, que estaba en el Consejo de Roma de 313. En la mitad del siglo cuarto, el controversia arriana dividió a los cristianos de Mediolanum; Constancio apoyado obispos arrianos y en ocasiones no eran obispos rivales. Auxentio de Milán (muerto en 374) fue un teólogo respetado Arian.

En el momento del obispo San Ambrosio (374-397 obispo), que sofocó los arrianos, y el emperador Teodosio I , Mediolanum alcanzó la altura de su antiguo poder.

La ciudad también posee una serie de basílicas, añadió en el siglo IV dC tarde. Estos son San Simpliciano , San Nazario , San Lorenzo y la capilla de San Víctor , que se encuentra en la basílica de San Ambrosio . En general, el Bajo Imperio fomentó el desarrollo de las artes aplicadas en Mediolanum, de marfil y plata siendo común en los proyectos de construcción pública. En la cripta de la catedral sobrevivir ruinas de la antigua iglesia de Santa Tecla y el Baptisterio donde San Agustín de Hipona fue bautizado.

En 402, la ciudad fue sitiada por los godos y la residencia imperial se trasladó a Rávena . En 452, fue asediada nuevamente por Attila , pero la verdadera ruptura con su pasado imperial llegó en el año 538, durante la guerra gótica , cuando Mediolanum se colocó a perder por Uraia, sobrino de Witiges , rey de los godos, con gran pérdida de vida. Los lombardos tomó Ticinum como su capital (el cambio de nombre 'Papia', de ahí el moderno Pavía ), y Early medieval Milán se dejó que se regirá por sus arzobispos.

Ravena Imagen Los orígenes de Ravena son imprecisos. El primer asentamiento se atribuye de forma diversa a los tirrenos, los tesalios o los umbros. Rávena consistía en casas construidas sobre pilotes en una serie de pequeñas islas en una laguna pantanosa; una situación similar a la de Venecia varios siglos después.

Se remontan a mediados del primer milenio antes de Cristo. Los romanos la ignoraron durante su conquista del delta del Po, pero más tarde la aceptaron en la República Romana como una ciudad federada en el año 89 a. C. En el 49 a. C., es el lugar en el que Julio César reunió sus fuerzas antes de cruzar el Rubicón. La ciudad tuvo cierta importancia estratégica por su situación fronteriza, y se construyó en tiempos de Augusto un puerto militar en la cercana Classe.4 Este puerto, protegido primero por sus propias murallas, fue una importante estación de la flota imperial romana. Actualmente la ciudad está tierra adentro, pero Rávena siguió siendo un importante puerto de mar sobre el Adriático hasta principios de la Edad Media.

Durante las guerras germanas, Tusnelda, viuda de Arminio, y Marbod, rey de los marcomanos, estuvieron confinados en Rávena.

Rávena prosperó ampliamente bajo el gobierno romano. El emperador Trajano construyó un acueducto de 70 km de largo a principios del siglo II. En 402 fue la capital del Imperio romano de Occidente, pues el emperador Honorio trasladó aquí la corte imperial. El traslado se hizo, ante todo, con finalidades defensivas: Rávena estaba rodeada de ciénagas y pantanos y tenía fácil acceso a las fuerzas imperiales del Imperio romano de Oriente. Sin embargo, en 409, el rey visigodo Alarico I simplemente evitó Rávena, y marchó a saquear Roma y tomar como rehén a Gala Placidia, hija del emperador Teodosio I. Después de muchas vicisitudes, Gala Placidia regresó a Rávena con su hijo, el emperador Valentiniano III y el apoyo de su sobrino, Teodosio II.

Rávena disfrutó de un periodo de paz sin precedentes, durante el cual floreció la religión cristiana, y la ciudad obtuvo sus monumentos más famosos, tanto seculares (demolidos) como cristianos (conservados durante largo tiempo).

En 476, cayó el Imperio Romano de Occidente. El emperador oriental, Zenón, envió al rey ostrogodo Teodorico el Grande a recuperar la península italiana. Después de la batalla de Verona, Odoacro se retiró a Rávena, donde soportó un sitio de tres años por parte de Teodorico, hasta que la toma de Rímini privó a Rávena de suministros. Después de que Teodorico asesinase a Odoacro, Rávena fue la capital del reino ostrogodo de Italia.

Después de 493, Teodorico empleó arquitectos romanos para estructuras seculares y religiosas, incluyendo el palacio perdido cerca de San Apolinar Nuevo; el «Palacio de Teodorico» fue un edificio anexo. Teodorico y sus seguidores eran arrianos, pero mantuvieron pacífica coexistencia con los latinos. Teodorico murió en 526 y fue sucedido por su hija Amalasunta, quien fue asesinada en el año 535.

Sin embargo, el emperador romano de oriente Justiniano I era fanáticamente ortodoxo, y opuesto tanto al gobierno ostrogodo como a la variedad arriana del Cristianismo. En 535 invadió Italia y en 540 conquistó Rávena. Rávena se convirtió en la sede del gobierno romano oriental en Italia. La Restauratio Imperii en Rávena también beneficio al cercano puerto de Classe, que a veces es llamado la Pompeya de la antigüedad tardía. El resto más representativo de aquel periodo es la iglesia de San Apolinar (siglos VI-VII), cuyas reliquias fueron depositadas en la iglesia. Aunque Classe fue fundada durante el periodo romano, creció sobre todo en el Imperio tardío. Como puerto de Rávena, era una de las plataformas de intercambio clave en los siglos VI-VII, y el principal puerto de la costa adriática italiana.

Después de las conquistas de Belisario para el emperador Justiniano I en el siglo VI, Rávena se convirtió en sede del gobernador romano oriental de Italia, el Exarca, y fue conocido como el Exarcado de Rávena. Fue en esta época cuando se escribió el Anónimo de Rávena.

Roma Imagen Roma fue fundada, según la tradición, por Rómulo y Remo, ambos amamantados por una loba, llamada Luperca, el 21 de abril de 753 a. C.

Previo a la fundación de la ciudad, y también en forma contemporánea a ella, Italia estaba habitada por distintos pueblos: los latinos, que ocupaban la llanura entre el río Tíber y los montes Albanos; el Tíber separaba a los umbros al sur y los etruscos al norte, al este y sureste del Lacio se encontraba la cadena Apenina que sería el dominio de pastores nómadas emparentados entre sí: los sabinos, samnitas, marsos, volscos, campanos en Nápoles, ausones y oscos. Todavía más al sur, los lucanos y bruttios.

Roma tuvo un gobierno monárquico por un período de 244 años, con soberanos inicialmente de origen latino y sabino, y posteriormente etrusco. La tradición cuenta que hubo siete reyes: su fundador Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio.

Sin embargo, el consenso general es, hoy en día, que Roma fue fundada por Tarquinio Prisco, y que la ciudad no puede haber existido antes del 600 a. C.. Los datos arqueológicos arrojados por la investigación moderna nos hablan de una fundación antes del 625 e incluso del 575 a. C. Este desfase cronológico coincide con la época en que Roma habría sido gobernada por reyes legendarios tales como Rómulo, Numa pompilio, y Anco Marcio, por lo que es muy probable (en el caso de Rómulo no hay duda) que estos reyes no hayan existido y que sean producto de la tradición historiográfica.

Expulsado de la ciudad el último rey etrusco e instaurada una república oligárquica en el 509 a. C., Roma inicia un periodo que se distingue por las luchas internas entre patricios y plebeyos y continuas guerras contra los otros pueblos de la antigua Italia: etruscos, latinos, volscos y ecuos.

Convertida en la población más poderosa del Lazio, Roma lleva a cabo varias guerras (contra los galos, los oscos y la colonia griega de Tarento, aliados de Pirro, rey de Epiro) que le permitieron la conquista de la península itálica, desde la zona central hasta la Magna Grecia.

El siglo III a. C. y el II a. C. estuvieron caracterizados por la conquista romana del Mediterráneo y del Oriente, debida a las tres guerras púnicas (264-146 a. C.) en las que se combatió contra la ciudad de Cartago y a las tres guerras macedónicas (212-168 a. C.) contra el Reino de Macedonia. Fueron instituidas las primeras provincias romanas: Sicilia, Cerdeña, Hispania, Macedonia, Grecia (Acaia), África.

En la segunda mitad del siglo II a. C. y del siglo I a. C. se registraron numerosas revueltas, conspiraciones, guerras civiles y dictaduras: son los siglos en los que aparecen en el panorama político y social figuras como Tiberio y Cayo Graco, así como Yugurta, Cayo Mario, Lucio Cornelio Sila, Marco Emilio Lépido, Espartaco, Gneo Pompeyo, Marco Licinio Craso, Lucio Sergio Catilina, Marco Tulio Cicerón, Julio César y Augusto, quien, después de haber sido miembro del segundo triunvirato junto con Marco Antonio y Lépido, en 27 a. C. se convierte en princeps civitatis y le fue conferido el título de Augusto o emperador.

Instituido de facto el Imperio, que alcanzará su máxima expansión en el siglo II, bajo el mandato del emperador Trajano, Roma se confirmó como caput mundi, es decir, la capital del mundo, expresión que se le había atribuido ya en el período republicano. El territorio del imperio, en efecto, se extendía desde el océano Atlántico hasta el golfo Pérsico, y desde la parte centro-septentrional de la Britannia (actual Gran Bretaña) hasta Egipto.

Los primeros siglos del Imperio, en los cuales gobernaron, además de Octavio Augusto, los emperadores de las dinastías Julio-Claudia, Flavia (a los que se debe la construcción del Coliseo, realmente llamado anfiteatro Flavio) y los Antoninos, estuvieron caracterizados también por la difusión de la religión cristiana, predicada en Judea por Jesucristo en la primera mitad del siglo I (bajo el mandato de Tiberio) y divulgada por sus apóstoles en gran parte del imperio.

En el siglo III, al acabarse la dinastía de los Severos, comenzó la crisis del principado, a la cual seguiría un período de anarquía militar.

Cuando asciende al poder Diocleciano (284), la situación de Roma era grave: los bárbaros asediaban las fronteras desde décadas atrás, las provincias estaban gobernadas por hombres corruptos, zonas enteras de las capitales habían sido destruidas. Para gestionar mejor el imperio, Diocleciano lo divide en dos partes: él se convierte en Augusto o emperador de la parte oriental (con residencia en Nicomedia) y nombra a Maximiano Augusto o emperador de la parte occidental, desplazando la residencia imperial a Mediolanum. El imperio se divide aún más con la creación de tetrarquía: los dos Augustos, de hecho, deberán nombrar dos Césares, a quienes confiaban la parte del territorio y que se convertirían, posteriormente, en los nuevos emperadores.

Un logro decisivo tiene lugar con Constantino, que, luego de numerosas luchas internas, centralizó nuevamente el poder y, con el edicto de Milán del año 313, permitiría la libertad de culto a los cristianos, empeñándose él mismo por darle fortaleza a la nueva religión. Hace que se construyan diversas basílicas, asignó el poder civil sobre Roma al papa Silvestre I y fundó en la parte oriental del Imperio la nueva capital, Constantinopla, la actual Estambul.

El cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio gracias a un edicto emanado en el año 380 por Teodosio, que fue el último emperador del imperio unificado: luego de su muerte, de hecho, sus hijos, Arcadio y Honorio, se dividieron el imperio. La capital del imperio romano de Occidente pasa a ser en el año 395 Milán y, poco después en el año 402 Rávena más fácil de defender ante el acoso visigodo.

Roma, que no jugaba ya un papel central en la administración del Imperio, fue saqueada por los visigodos comandados por Alarico (410). Reconstruida y adornada profusamente con edificios sagrados construidos por los papas (con la colaboración de los emperadores), la ciudad sufrió un nuevo saqueo en el año 455, por parte de Genserico, rey de los vándalos. La reconstrucción de Roma fue dirigida por los papas León Magno (defensor Urbis por haber convencido a Atila, en el año 452, de no atacar Roma) y por su sucesor Hilario, pero en el año 472 la ciudad fue saqueada por tercera vez (por obra de Ricimero y Anicio Olibrio).

La deposición de Rómulo Augústulo en 4 de septiembre de 476 significó el final del Imperio romano de Occidente y, para los historiadores, el comienzo de la Edad Media.

Siscia Imagen La larga historia de Siscia, alrededor de 2.500 años, se debe a su posición favorable en la confluencia de tres ríos, el Sava, el Kupa y el Odra.

Durante el imperio romano, durante el cual la ciudad fue conocida como Segestica, el mártir cristiano S. Quirino fue asesinado cerca de Siscia. Actualmente es el santo patrón de Siscia.

En 388 fue el escenario de una batalla entre las tropas de Teodosio I, emperador de Oriente y las de Magno Clemente Máximo, que había tomado el poder en la parte occidental del Imperio romano tras expulsar a Valentiniano II siendo derrotadas las de este último. esta batalla junto a la de Poetovio acabarían con el reinado de Máximo y darían la hegemonía imperial a Teodosio I.

Sirmium Imagen Sirmio es una de las ciudades más antiguas de Europa: los más antiguos restos de una comunidad humana organizada en esta localización han sido datados por la Arqueología hacia 5000 a. C. Cuando los romanos conquistaron la ciudad en el siglo I a. C., Sirmio ya era una ciudad de larga tradición.

Durante el siglo I de nuestra era, Sirmio adquirió el estatus de colonia romana y se convirtió en un puesto militar estratégico en la provincia romana de Panonia. Las expediciones militares de los emperadores Trajano, Marco Aurelio y Claudio II en el centro y este de Europa fueron preparadas en Sirmio.

En 103, Panonia fue dividida en Panonia superior e inferior, y Sirmio se convirtió en la capital de esta última. En 296, Diocleciano estableció una nueva subdivisión territorial de Panonia, partiéndola en cuatro provincias (Pannonia Prima, Pannonia Valeria, Pannonia Savia y Pannonia Secunda). Sirmio fue capital de la Pannonia Secunda.

En 293, tras la instauración de la Tetrarquía, el Imperio romano pasó a estar dividido en cuatro partes, y Sirmio fue elegida como una de las cuatro capitales, al mismo nivel que Augusta Treverorum, Mediolanum y Nicomedia. Fue la capital del emperador Galerio y, tras la creación de la prefectura del pretorio en 318, Sirmio pasó a ser la capital de la prefectura del Ilírico. En 379 la prefectura del Illyricum se dividió en dos, oriental y occidental. Esta última, incluyendo a Sirmio, fue englobada en la prefectura de Italia, mientras que la parte oriental mantuvo su autonomía con capital en Tesalónica.

Con la llegada del cristianismo, la ciudad se convirtió en un importante centro de evangelización y cabeza de la diócesis de Sirmio. Fue sede de cinco concilios diferentes.

En la época romana, Sirmio tenía un palacio imperial, un circo, una ceca, un anfiteatro, un teatro y unas impresionantes termas.

A finales del siglo IV Sirmio fue conquistada por los visigodos y después anexada al Imperio romano de Oriente. Los hunos la tomaron en 441 y desde aquel momento fue pasando a manos de diversos pueblos bárbaros, como ostrogodos y gépidos (de estos últimos fue temporalmente la capital).

En 567 Sirmio se incorporó de nuevo al Imperio romano de Oriente, pero finalmente fue conquistada y destruida por los ávaros en 582.

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