1.Foro de Augustation2.Foro de Constantino
3.Foro de Teodosio
4.Casa de las Lámparas
5.Milon
1. Foro de Augustation
La Avenida central de Constantinopla comienza en la puerta de Bronce, en el Foro de Augustaion. El Foro fue erigido en honor de Helena, madre de Constantino, cuya estatua se alza sobre una columna de pórfido. Los vendedores de perfumes y fragancias se dedican a su negocio cerca del palacio, y perfuman el aire con sus productos. El interior del foro está decorado con pórticos, bajo los que se alternan columnas y estatuas.
El extremo oeste del Foro de Augustaion está ocupado por los Baños de Zeuxippos. Este establecimiento con techo de cúpula, adornado con frescos festivos y brillantes murales, presta servicio a la Basílica Senatorial y el Hipódromo.
2. Foro de Constantino
Entre los Foros de Augustaion y Constantino, la Avenida está atestada de vendedores de carne, aceites, aves, manteca, sal, harina, quesos, verduras y miel. Cada una de las dos entradas al Foro de Constantino consiste en un arco de mármol. El interior del foro, ovalado por los puestos de los vendedores.
La sección de la calle más allá del Foro de Constantino es bien conocida por sus mercaderes de ropas, sastres y remendones. Es posible encontrar finas prendas de algodón y seda en este tramo de la Avenida. Aquí está también la tristemente célebre Casa de las Lámparas.
3. Foro de Teodosio
El encanto y la mística de la Avenida muere en el Foro de Teodosio, dedicado a la venta de cerdos y ovejas. Rodeado por columnatas, el centro del foro cuadrado está adornado con una estatua de oro de Teodosio. Más al oeste, la Avenida se divide en la Columna Capital.
4. Casa de las Lámparas
Este edificio de una planta, con una puerta a la Avenida y otra que comunica con el Gran Bazar entre la Segunda y Tercera colina, es un lugar que asusta. Hay en su interior lámparas de diversas facturas, materiales y formas. A pesar de los fuegos bajos que arden en la casa, la oscuridad parece invadir el lugar, ocultando los rincones y haciendo las sombras más profundas. El humo que sale danzando de las velas casi parece susurrar el oído de los vampiros, y el olor del incienso permanece en la nariz durante días. Los mortales no parecen darse cuenta de ello, pero los Cainitas sí lo hacen, y es algo que les asusta. Todos los vampiros que han entrado en la casa han desaparecido, y siempre que se ha quemado el edificio, la ciudad entera ha seguido el mismo camino. Es comprensible que los Cainitas hayan dejado la casa tranquila durante varias décadas.
5. Milon
unque no es una región por sí misma, la Avenida central tiene especial significancia. Si la vida cotidiana de la ciudad gira en torno al Hipódromo y el Gran Palacio, como las dos ruedas de un carro, la Avenida es su eje. Si Constantinopla estuviese poblada únicamente por humanos, sus vendedores podrían recoger sus pertenencias por la tarde y pasar la noche en sus casas. Sin embargo, los no muertos locales esclavizan discretamente a los ciudadanos, manteniéndoles despiertos y activos. A las 10 en punto de la noche, puede verse a una docena de Cainitas a lo largo de la Avenida central de la ciudad. La clepsidra, el gran reloj de agua de la cercana Hagia Sophia, anuncia la hora para todos.
Al extremo de la Avenida central se encuentra el Milion, o piedra militar a partir de la cual se macan todas las distancias en el imperio. La estructura es de doble arco, con una cúpula que descansa sobre cuatro arcos, y sobre la que hay estatuas de San Constantino y Santa Helena. Ésta sujeta en la mano una cruz encarada hacia el Hagia Sophia. La Avenida, desde aquí hasta el Foro de Teodosio, está flanqueada por una doble fila de pórticos de anchas columnas. A la sombra del Milion, los vendedores exhiben sus mercancías, los mercaderes pregonan sus productos, y leones de mármol con vetas negras montan una guardia eterna.
Cuando cae la noche, la mercancía normal suele ser apartada en favor de lo curioso y exótico. Muchos de los “vendedores nocturnos” de la Avenida, anticipando la naturaleza de sus clientes, procuran ofrecer extraños, ocultos y asombrosos objetos de todo el mundo. Por la noche es posible encontrar en la Avenida mercancías de la India o incluso de la lejana Cathay, y más de un ambicioso Cainita ha descubierto una reliquia de los tiempos de los Ancianos.
Los tejados de los pórticos están adornados con una plétora de estatuas, paseos y agradables, terrazas romanas para los que quieren evitar el agobio de las multitudes. Aquí, las imponentes vistas de Constantinopla capturan la mirada. El ondulado terreno de la zona, el verdor, la arrebatadora arquitectura y las tres fronteras acuáticas atraen por igual a amantes y artistas y pensadores. Aunque el gentío de la plaza del mercado se reduce al llegar la noche, aún se puede encontrar gente en las terrazas: algunos dando un paseo nocturno, otros reunidos para discutir los asuntos del día. Los hijos de Caín se mezclan con ambos grupos.
