Webvampiro

No contestó él a su nombre. Blanca bajó la cabeza. Estaba claro que la tensión era tal que no había espacio para cosas tan banales. Cuando salió por la puerta el sonido de la pelea le llamó la atención y vio que una de los dos contendientes era la propia Marga. Y el otro, Santiago.

"¿Habrá conseguido el Abrazo?¿será ya uno de ellos y esto es la prueba a la que le somete Damiá para probar su valía como vástago? No parece herida como nosotros...desde luego si se está midiendo con Santiago es porque ahora será capaz de poder hacerlo..."

Andaba sigilosamente tras Trías pero por el rabillo del ojo intentaba ser espectadora de lo que podía captar de la pelea. Y seguía pensando.

"Y si ahora es uno de ellos...¿me verá como simple ganado o me recordará como amiga?No pudimos hablar a solas en toda la noche..."

Al siguiente paso su torso le recordó lo muy dolorida que estaba y que si en algún momento se le había planteado la locura de ayudarla, sería más un estorbo. O peor aún, la propia cena. Volvió a sentir miedo. Aquello desde luego, era una película de terror. Siguió al hombre de las gafas hasta la habitación, pensando que simplemente, si había un balcón podrían esconderse ahí.

Era el momento de seguir huyendo, ahora tengo dos cronómetros en marcha; uno para salvar mi condición como mortal arriesgándome a ser perseguido por los hechos, el otro para salvar en apariencia los hechos y arriesgar mi mortalidad. Solo no tengo la más mínima oportunidad, así que debo confiar en esta extraña unión en la desdicha. Sigo de cerca al caballero cuyas gafas parecen no haberse alterado lo más mínimo en su rostro, pese al horror del que acaba de salvarnos. Lo que me sorprende es que parezcan no inmutarse ante el nuevo horror que se nos presenta, la desconocida posibilidad de salir de aquí para sobrevivir otra noche más.

Tres figuras pasan, ignorando la pelea....que se recrudece.

Suena un disparo.

El reloj marca las 12.