Re: [CA] 9pm, primer piso
Publicado: 26 Jul 2019, 14:12
Enarco una ceja dudando de si lo que ha salido por mis labios ha sido diferente de lo que estaba pensando en decir. Me tomo mi tiempo para analizarlo, y con el rostro con una leve mueca de desconcierto reconozco que sí, que he dicho exactamente lo que pensaba, es decir, lo que me acaba de decir Marta...
Si fuera otra persona, ahora mismo estaría haciendo un resoplido de complacencia con la mueca de la burla. Pero habiendo comprobado lo que me ha dejado ver esta mujer, junto con esa mirada que acojona, mi sentido común me sugiere que prosiga con la seriedad y la atención que requiere esta situación.
Me parece raro que no haya entendido unas palabras tan claras. Por lo que interpreto que o me estaba ignorando completamente o que me está tomando por idiota. La primera no lo creo, puesto que de otra manera si quiera se hubiera molestado en mirarme a los ojos. La segunda sería la obvia, ¿pero acaso no es esa la mirada natural de estos personajes? por el momento no he encontrado a ninguno que si quiera piense en nosotros de otra manera que no sea la indiferencia. Siendo benévolo, claro.
La parte buena de la situación, es que me acaba de confirmar algo que sospechaba más que fielmente. Sólo tenemos una carta, y ganará el que sepa usarla mejor. Por suerte creo tener al menos una opción con Niobe. Ahora, intento ganarme otra con esta zorra astuta y monstruosamente peligrosa... psicópata de mierda...
Sigo tomándome el tiempo para escoger las palabras adecuadas. Lo último que busco es ofenderla. Tan siquiera molestarla. ¿Inquietarla? eso estaría bien si tuviera alguna posibilidad de hacerlo, que por el momento me está demostrando que será de lo más complicado, si es que es siquiera posible.
-Oh, mi señora, lo lamento- Empiezo demostrándole todo el respeto que mi calidad social permite demostrar con palabras. -Posiblemente no he sabido expresarme correctamente por la respuesta que acaba de darme- vuelvo a pausar dejando un tiempo para analizar su posible reacción, si es que el hielo puede tener. -Aún así, me alegra que corrobore lo que he dicho, eso me deja las posibles dudas que aún pudiera albergar de la incredulidad de la situación, despejadas- digo con la más absoluta tranquilidad, serenidad y templanza. Parece mentira que todos los sinónimos que tengan que ver con el fin, ya sea mediante palabras, actos y/o miradas, puedan tranquilizarme de esta manera... tengo claro que si no fuera por la enfermedad que tengo, estaría rezando por salir de aquí cagando leches... incluso volvería a creer en Dios con tal de aferrarme a cualquier clavo hirviendo que me invitara a poder seguir respirando unos días más...
-Tengo claro que si salgo de aquí, será siendo uno de ustedes, y que las posibilidades son pocas- Pauso echando una mirada a la sala, observando que cada vez hay más rostros nuevos. -Más bien, debería decir, ridículas viendo que esto cada vez se parece más a Las Ramblas en época de verano- Digo sonriendo con resignación, que no abandono, sino aceptando y siendo consciente de todas y cada una de mis palabras.
-Si pudiera elegir mi muerte, sin duda sería observando la belleza más absoluta que pueda haber en esta sala, y es evidente que la mezcla de elegancia, frialdad, astucia e indiferencia que transmite usted, por el momento, no tiene punto de comparación- pauso para observarla detenidamente, siendo conocedor que aunque me gustaría ningunear a su acompañante, no sería un gesto inteligente por mi parte, puesto que tengo que exprimir todos los recursos que tengo a mi alcance, y mientras no tenga que mentir, mi rostro no debería albergar ningún gesto que hiciese creer a las damas que estoy siendo hipócrita, o peor aún, lameculos. Y por suerte, en estas cuestiones no tengo que preocuparme, puesto que nunca se me ha dado bien mentir, por lo que procuro no hacerlo nunca, y si tuviera que hacerlo, sería manipulando la verdad para créermela primeramente yo.
Tuerzo levemente la cabeza en dirección a la niñita caprichosa que está al lado de Lagard. -Si quiera el lienzo perfectamente trazado que tiene a su lado, con esos toques caprichosos y frescos que en cualquier otra situación volvería loco incluso al más exigente de los amantes- Termino sonriéndola con evidente gesto de amabilidad. Enseñándole que no pretendo ser su enemigo, ni siquiera perjudicarla en lo absoluto. Alzando sus virtudes sin desvelar sus defectos, evitando así tener que mentir, y por ende, se me note en el rostro. Al menos esa es la intención.
Mi actitud pretende ser educada, sincera, estable y templada. No pretende lamer botas. Ni mucho menos ha quedado enamorado de ninguna de las dos. Tengo claro que lo mejor que tengo en esta vida está ahora mismo camino a casa para estar con mi preciosa hija. Nunca conseguirán favores de mi creyéndose que puedo ser un juguete en sentido sexual. Un juguete seguramente, pues todos los que respiramos en esta sala lo somos ahora, y posiblemente mucho tiempo después de conseguir ser uno de ellos. Esta es la vida que nos espera, la que anhelan algunos, la que no me queda más remedio que conseguir a mi. Ante todo en esta vida están los principios, sin ellos... ¿qué clase de monstruos somos?