Webvampiro

-La persona que debería importarte eres tú. A nadie podrás ayudar sin recibir atención médica, terminarás con una hemorragia interna que te matará un poco más tarde.

Rápidamente, mientras está reincorporándose, lo tomo en brazos para intentar bajar la escalera con él y hacer que el personal paramédico se encargue.

"Ya que no debería estar aquí, por supuesto que iré al hospital con él".

"Joder Blanca, espabila" piensa apretando los ojos para ahogar las tímidas lágrimas que pretendían recorrer su mejilla, "tampoco has hecho ninguna estupidez, y si la has hecho, sigues viva, vamos, piensa qué vas a hacer ahora..."

Miró de nuevo el salón. El sonido lejano de la ambulancia que irrumpía la fiesta se había presentado como una oportunidad para que todos los vástagos centraran su atención en ese incipiente peligro de ruptura de Mascarada, aunque ella seguía viendo cómo se movían las piezas. Y una de ellas había llamado su atención nada más verla apartada del resto.

Desde luego el esbozo de realidad o ficción soltada por Santiago era un filón que no podía desaprovechar, aunque se hubiera quedado en eso. Y no era buena idea quedarse sola en medio, además. Así que se acercó al hombre que parecía intentar pasar desapercibido sin ningún exito. Y con mucha educación le preguntó.

- Buenas noches, señor Orellana, perdone el atrevimiento...pero quería darle la bienvenida a la fiesta. Al parecer, con el asunto de la ambulancia el ambiente está tan revuelto que se han perdido las formas - y le extendió la mano cortésmente - me llamo Blanca Vidal, usted no me conoce...no he podido evitar acercarme a saludarle, tengo entendido que es usted un erudito y yo estoy relacionada con el mundo de la arqueología....y....bueno, ya me entiende.

Block estaba perdido en medio de la sala. Todo lo que había construido estaba ahora en ruinas. Volvía a la posición de inicio cuando otros ya estaban adelantados en la carrera.

Siguió buscando en la sala algo a lo que agarrarse, desechaba completamente intentar acercarse a Damía, ya había alguno que tenía una ventaja considerable y demasiados a su alrededor. Cuando estaba a punto de resignarse a ser un mero espectador Oscar Orellana entro por la puerta. No sabia mucho de él, y no lo había contemplado como una opción, aunque si tenía cierto interés en su sangre, diferente a las demás según lo poco que sabía.

“Quien no arriesga no gana” pensó para si mismo y se dirigió hacia él.

-Buenas señor Orellana. Señor Sepúlveda.Dijo inclinando la cabeza. Es un placer conocer a alguien con sus conocimientos, sin duda algo de lo que me gustaría oírle hablar.

Damià y Santiago:

- Ah, cara mía, es difícil ser objetivo cuando uno está frente una mujer bonita -dice Fredo, zalamero. Ya estoy muy acostumbrado a Chiara. Lo que me pregunto es si Damià me permitiría gozar de tu compañía unos instantes, a solas. ¿Se lo preguntarías por mi?

Marga recibe varias impresiones del comentario de Fredo: halago por sus palabras, peligro por su naturaleza, recelo por Chiara al ser nombrada y "puesta en segundo lugar"... La mujer echa un rápido vistazo a Chiara observando si tal apreciación le ha afectado de algún modo, aunque sea sutil, o se mantiene con su habitual profesionalidad.

Marga echa un vistazo alrededor, pues Damià justo se ha marchado unos instantes antes con Julián, quedándose Santiago cerca. Observa como a través de los ventanales de un balcón se encuentra el poderoso vampiro con Julián, y no termina de ver que sea buena idea interrumpirlo.

Vuelve la vista hacia Fredo, indicándole con su amplia sonrisa que siempre pone cuando tiene que llevar la contraria o poner una objeción a alguien a quien no quiere contrariar.

Claro que sí, Sr. Fredo. Se lo preguntaré en la primera oportunidad que tenga, pues -gira unos segundos su cabeza hacia el balcón- el Sr. Grifols parece querer algo de privacidad en estos momentos.

Vuelve la mirada hacia el Giovanni, y el vampiro puede ver cierta vacilación al ir a expresar algo. Quedarse a solas conmigo es... ¿cómo con Santiago? Aunque está claro que algunos pensamientos se han cruzado por su cabeza, Marga comenta con rápidez: No tiene pensado marchar pronto de la fiesta, ¿verdad? -pregunta, para asegurarse que puede cumplir con la intención de Fredo y a la vez ganar algo de tiempo para que Damià salga del balcón.

Oscar Orellana no parece ser muy fan de la atención que de pronto recibe por dos vías diferentes. Mira su reloj, como si esperase la llegada de alguien e intenta sonreír a Blanca para parecer agradable y social...pero es claramente torpe en su intento.

- ¡G-Gracias! -dice, alargando la mano como si fuese a responderle, pero luego retirándola como si temiera que es mala idea, para terminar al fin tomando la mano de Blanca de nuevo para saludar. Es incómodo, pero se nota que él lo está pasando mucho peor- ¿Arqueología? -dice, de pronto interesado. Se aferra a ello como un clavo ardiendo- ¡Interesante, cuénteme más!

Pero antes que prosiga Blanca, se acerca Antonio.

- B-Buenas noches -dice, algo aturullado- Yo...bueno, no sé si podría hablarle de lo que soy experto...no sé si me entiende. Quiero decir...que yo...que bueno, ya sabe....eh...
- Que no va a dar una conferencia sobre ocultismo -corta Sepúlveda, seco. Mira a Block, pero no parece desconfiado, sólo algo brusco al hablar- Porque no sería adecuado.

Orellana asiente, visiblemente perturbado. Parece que se escuda en el ghoul para el evento social, si pudiera quedarse sólo...sería mucho más influenciable.
Chiara aparta la vista cuando Marga la mira. Parece saber algo que la mujer no, algo que le preocupa lo suficiente como para no ser capaz de observar de frente la escena...pero no dice nada, ni pierde la máscara de perfecta secretaria.
- Quería irme pronto -dice Fredo, antes de lanzar un bufido- Pero las cosas se han complicado un poco, como has visto. Me interesa ver cómo se desarrolla la noche. Y bueno, tengo el aliciente de poder gozar de tu compañía en algún momento.

Fredo lanza una mirada al balcón y arquea una ceja, curvando sus labios en una sonrisa pícara

- ¿No te preocupa que tu amigo, el que te ha vendido tan bien, esté hablando a solas con nuestro amigo común Damià?

Cita:

-¿Seguridad? Hm...- Adán de la Cruz hace un barrido por la sala, observando atentamente a los presentes. Es teatral, ya que no necesita hacer tantos aspavientos para demostrar que mira, pero quiere que Rebecca sea consciente de dónde se posan sus ojos con cada palabra- Tenemos dos personas con derecho al abrazo. Una de ellas, Grifols, es...mucho peor que yo -dice, riendo por lo bajo mirando al Malkavian hablar con Julián- El otro, acaba de entrar y parece un saco de nervios. ¿Crees que ese prototipo triste de profesor se interesará en alguien como tu? Lo siento cielo, pero no pareces alguien con aspiraciones de erudito.

Adán se lleva ambas manos a la espalda, cruzadas, un gesto que ha repetido un par de veces durante la noche. Sonríe a la chica, confidente, como si le estuviera contando algún secreto.

- Fabra era tu opción más segura, aunque claro, eso implicaba pelearte con otros...-comenta de pasada, echando una mirada a Blanca- Te quedan los demás: dos Giovanni que te venderán a peso al mejor postor, las dos mujeres sentadas en el sofá y las voces de fuera. Una perspectiva difícil. ¿Y te atreves a pedirme que te de seguridades?

Adán se rie de nuevo, como si la desesperación que inspira la sala fuese algo en lo que se regodease. Lo que está claro es que no la sufre.

- De todos los clavos ardientes de la sala, soy el único que te está ofreciendo una alternativa. No te voy a escribir un contrato, si es lo que pretendes. Si no tomas mi oferta tu...-se encoje de hombros- Me iré a otro lado

Las diversas opciones le parecen una lista interminable a Rebeca-una lista de posibles verdugos. Odia tener reconocer que es verdad, y se estremece al pensar que casi pensó que podría haberlo hecho Santiago. ¿Que hubiese pasado entonces? Él no tenía ese ansiado permiso, así que de haber salido las cosas como planeaba, a esas horas ya estaría doblemente muerta. Mira a cada uno de los candidatos y al resto de posibles protectores y sabe que no tiene nada que ofrecer a esos otros clavos ardiendo.

"Debería estar agradecida de poder siquiera intercambiar estas palabras", se dice. Sin embargo, no puede evitar que su voz en su cabeza suene con reproche. Es consciente entonces de lo mucho que desea poder acabar esa noche y dejar de culparse por errores en jugadas que aún no ha realizado.

-Tiene razón, lamento si he sonado algo descortés-dice-. Aprecio sinceramente la oferta-dice, mirando la tarjeta de nuevo.

Recuerda entonces el nombre del local. Aunque Adán ya le ha dicho que prefiere no hacer publicidad del local, la curiosidad le puede enormemente, ansiosa por preguntar, y más aún, por saber qué clase de secreto tiene que ocultar del resto de los vástagos.

Está a punto de preguntarlo, fruto de su propia curiosidad e ingenuidad, cuando el sonido de las sirenas de una ambulancia rompen el ruido de la calle de coches y bocinas. Cada vez más cerca, esboza un rictus de preocupación, juntando varias piezas del sencillo puzzle que une a Ramón y a Luis. El silencio en la entrada es la pura incertidumbre entre lo que va a ocurrir, pero los segundos pasan largos y nada parece ocurrir. Y sin embargo, la tensión es palpable-al menos para ella.

-¿Cree que va...? Ya sabe. A traernos problemas-pregunta, refiriéndose a Luis, Ramón y Fabra. Quiere preguntar qué será de Ramón, pero teme encontrar una respuesta que se aplique a los propios errores de los que quedan.

Ella sonríe después de mirar a Antonio cuando este se une a la conversación con Orellana. El corte que le pega el otro hombre a Block hace que eche un vistazo rápido también al emisor del mismo.

"Vale, ha quedado claro, este tipo es el que protege al Regente tremere de la manipulación del nido de víboras en el que estamos, pero no entiendo cómo un hombre tan pusilánime tiene el cargo que tiene en este estanque de tiburones. Ni tampoco por qué tiene derecho de Abrazo. Debe ser muy bueno en lo suyo para estar donde está, pero aún así, esto no encaja...¿quién es el que maneja los hilos de esta marioneta?" piensa rápidamente mientras vuelve a mirar a Oscar.

- Arqueología, sí, estoy especializada en el período de las guerras púnicas, ¿sabe? Trabajo en el Museo de Historia de Barcelona, me encargo siempre de las ilustraciones de las exposiciones...bueno, soy la que se encarga de traer al presente lo que fue el pasado...tiene su magia - para un momento para observar si lo que le está diciendo a Orellana le parece interesante y prosigue - gracias a ello, cualquier persona puede ver la realidad de entonces...pero perdone, estoy hablando sin parar y no le dejo decir nada a usted, pero es que la Historia me apasiona...

Ahora mira de reojo al tipo antipático, desde luego conquistarlo no va a ser fácil.

Fredo:
- ¿No te preocupa que tu amigo, el que te ha vendido tan bien, esté hablando a solas con nuestro amigo común Damià?

Marga mira hacia el balcón, observando como Damià y Julián conversan. Pretende jugar conmigo -piensa sobre el comentario de Fredo. De otra persona podría empezar a pensar mal, pero mucho tiene que haber cambiado Julián si está intentando jugármela -reflexiona con cierta seguridad. Y... -a la cabeza se le viene la situación acaecida en el piso de arriba- ...mucho tendría que pobrar Julián para ponerse a mi altura esta noche -concluye, forjando una sonrisa espontanea en su rostro. En ese momento, se da cuenta de que ya ha dado los primeros pasos en ese mundo tenebroso. Que está empezando a dejar atrás el punto de partida de todos los invitados de esa noche. El regusto a esa deliciosa sangre que probó un rato antes vuelve a ella y le ilumina la mirada.

Podría desconfiar de mi amigo... -vuelve la mirada hacia Fredo- ...así como es sano desconfiar de cualquiera. Pero tengo mayor confianza en mi misma, y... -vacila unos instantes- ...en lo acontecido y hablado con Damià en otro lugar. Marga no puede evitar girar la vista hacia Santiago, dándose cuenta de que se ha mantenido cerca de él. Observa su cabeza gacha y su actitud humilde, y una pequeña punzada de pena y compasión aparece en su estómago. Ha sido gratificante abrirle la boca con la navaja -este pensamiento se cuela en su mente sin pretenderlo, sin saber de dónde ha aparecido. Marga procura ignorarlo y vuelve la vista a Fredo, para mantener su atención centrada en la conversación.

Block sonríe y mira a Orellana.

-Comprendo comprendo, aun así, debe entender que si se tiene la oportunidad de escuchar a un experto en su campo hay que intentar aprovecharla. Pero bueno seguro que luego podríamos comentar algunos asuntos.

Block dirige su mirada hacia Sepúlveda “Se supone que tiene algún peso en su clan, por lo menos la confianza de este para ser el escudo de Orellana. Vamos a ver que podemos sacar…”

-Dígame Sepúlveda, ¿Qué sería lo adecuado?

- Va a traerse problemas a sí mismo -dice, tras ver como los dos hombres desaparecen escaleras abajo- He estado en Elíseos menos organizados que este que han castigado duramente infracciones menores que esta, aunque viendo cómo está la ciudad...

Se encoje de hombros, como si fuese consciente de golpe con quién habla. No deja de ser un tema de política de la Estirpe y dar vueltas sobre ella con una mortal es charlar de asuntos con un no lego. Por ello, vuelve a ofrecer su sonrisa.

- Entonces, ¿aceptas mi oferta? -dice, tomando la barbilla de Rebecca- Si tanto la aprecias, ¿por qué no aceptarla? ¿Prefieres ir a hablar con tu amiga Blanca, a ver si comparte contigo un poco del saco de nervios erudito, hm?
- Aprovecharse dice.... - El ghoul suelta un chasquido con la lengua y niega con la cabeza- No tienes ni idea. Tontear con los conocimientos antiguos de esta manera tan despreocupada...¡como si estuviéramos hablando del precio de los tomates en el mercado! -niega de nuevo con la cabeza, ahora con más fuerza. Block puede reconocer a un perturbado cuando lo ve- Ten más respeto por las fuerzas oscuras, o te devorarán. Lo adecuado sería....sería no querer saber tanto. Mantenerse puro. Y alejado.

Orellana mira a Sepúlveda como el padre que mira a su pequeño de cinco años mancharse toda la ropa nueva de chocolate al comer. Molesto, pero inevitable y comprensible. Esboza una tímida sonrisa de disculpa.
- Lo...oculto tiene sus riesgos, es cierto -afirma el hombre, un poco más seguro- Pero como otros artes y ciencias. No creo que la postura adecuada para tratar con los Antiguos Secretos sea la de castigar la curiosidad, pues es ésta la que nos ha traído al día de hoy y a la gloria de la Pirá....de los conocimientos actuales -Carraspea, intentando centrarse- ¿Guerras Púnicas? Ah, ¿no sería más adecuado ir más al sur? Creo que en Barcelona hay pocos restos sobre esa época, pero sin duda habrá visto los restos romanos de la ciudad. A mi me gusta pasear por las calles con ruinas, aunque estén mezcladas con la arquitectura reciente.
- Ah, maravillosa, maravillosa- dice Fredo, sonriendo. Pero un instante después hace un gesto con la cabeza y señala a Santiago- Pero mira lo bien que le va al muchacho sirviendo a nuestro amigo común Damià. - Santiago levanta la vista, remarcando sin querer la frase- ¿Seguro que quieres poner todos los huevos en la misma cesta?

El Giovanni sonríe. ¿Es una oferta sutil? Muy posiblemente. ¿Pero cuáles las consecuencias? ¿Y los límites del contrato? ¿Es una prueba para ver si ella es leal a Damià o es un interés verdadero en conseguirla de aliada?