[CA] 11pm, terraza
Publicado: 16 Ago 2019, 22:52
La oscuridad de la noche ha caído definitivamente sobre la terraza. Las pocas luces que provienen de la calle no son suficientes para evitar las sombras que se proyectan sobre el suelo, haciendo difícil para los mortales distinguir bien los detalles de lo que les rodea. Marga, sin embargo, se da cuenta pronto que su vista es levemente mejor de lo que recordaba: quizás sea la luna, quizás sea la adrenalina....o quizás la propia sangre que ha probado y que le ha dado una extraña sensación.
Julián, por su parte, sólo es capaz de distinguir la silueta recortada de la mujer en la terraza. Apenas puede verse bien la expresión de su amiga, no digamos ya las decoraciones de la ropa y el movimiento de los dedos.
Aparentemente están solos. Fredo ha desaparecido sin dejar rastro y Damià no parece encontrarse aquí.
Sin embargo, unos pies rozan y cuando giran la vista a uno de los rincones más alejados, Santiago está ahí, observándoles. No le hubieran visto de no ser por ese sonido que ha hecho, a todas luces accidental. Su respiración es agitada y parece nervioso, cosa extraña dado que ya no necesita sus pulmones. Quizás un viejo gesto del que no se ha desprendido todavía. Algo le altera y ver llegar a los dos mortales no le tranquiliza precisamente.
De lejos, el sonido de unas sirenas se hace más intenso, al tiempo que lejano, como si los problemas mundanos de la acera lleguen a ese mundo de inmortales sobre los cielos, pero de un modo distante y distorsionado.
Julián, por su parte, sólo es capaz de distinguir la silueta recortada de la mujer en la terraza. Apenas puede verse bien la expresión de su amiga, no digamos ya las decoraciones de la ropa y el movimiento de los dedos.
Aparentemente están solos. Fredo ha desaparecido sin dejar rastro y Damià no parece encontrarse aquí.
Sin embargo, unos pies rozan y cuando giran la vista a uno de los rincones más alejados, Santiago está ahí, observándoles. No le hubieran visto de no ser por ese sonido que ha hecho, a todas luces accidental. Su respiración es agitada y parece nervioso, cosa extraña dado que ya no necesita sus pulmones. Quizás un viejo gesto del que no se ha desprendido todavía. Algo le altera y ver llegar a los dos mortales no le tranquiliza precisamente.
De lejos, el sonido de unas sirenas se hace más intenso, al tiempo que lejano, como si los problemas mundanos de la acera lleguen a ese mundo de inmortales sobre los cielos, pero de un modo distante y distorsionado.