[Anaís] Reforzando la seguridad

Moderador: Baudelaire

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#111

Mensaje por Baudelaire » 09 Dic 2020, 20:36

Museo se ríe contigo hasta que le haces notar la presencia de la liebre. Él, se muestra inusualmente sobresaltado por el animalito. Tanto, que da un par de pasos hacia atrás hasta dejar su espalda pegada al árbol. Extiende su mano apuntando al collar que trae, lo observas y notas que parece hecho de hierro puro.

Aléjala, signora Anáis. Es horrible y puede destruirme… o a cualquier hada, en todo caso.

La liebre echa la cabeza hacia atrás y salta directo al cuello de Museo. Al tocarlo con el aro metálico, una enorme herida se abre allí. Apenas alcanzas a reaccionar y tiras de la cola de la liebre. Con un movimiento rápido, retiras el objeto y lo arrojas lejos del niño. La criatura desaparece dejando una suave bruma azulosa que se disipa lentamente.

Aou… ha dolido mucho.

El pobre pone su mano sobre la herida, sangra profusamente y apenas alcanzas a reaccionar para tomarle en brazos, con ello evitas que se golpee la cabeza contra una gran roca.

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Leohan
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#112

Mensaje por Leohan » 10 Dic 2020, 05:29

Lanzo una mirada a la criatura ¿acaso tenía ese collar anteriormente? Viendo el susto de Museo, pretendo tomar una piedra para arrojársela; pero el animal se me adelanta, abalanzándose con velocidad hacia Museo ¡Tonta! ¡Debería haber usado el tiempo para colocarme entre los dos, en vez de buscar un proyectil!

El niño-hada exclama de dolor, aunque la liebre no parecería haberlo mordido, sino sencillamente expuesto su piel al adorno de hierro. Independientemente, tomo el collar del animal y lo arrojo en dirección a la arboleada. Sin perder tiempo, voy junto a Museo, que sangra profusamente.

Escucharlo expresando su dolor me causa sentimientos encontrados: Si se hubiera lastimado una vena o arteria escencial, de seguro se habría desmayado de inmediato. Y ser capaz de hablar significa que tampoco se ha lastimado su tráquea. Independientemente, sin perder tiempo coloco la manga de mi camisa sobre su cuello. No es ideal, pero servirá para hacer presión.

Quizás sea mucho pedir, pero intenta no entrar en pánico. La herida no es mortal, pero debes mantenerte quieto. El otro motivo es que su corazón no lata demasiado rápido, volviendo al sangrado más difícil de controlar.

Veo cómo mi camisa se mancha rápidamente, y la cálida sangre empieza a manchar mi brazo… ¿Qué tal si soy yo la herida, y él quién me intenta ayudar? Mi sangre se comportaría como un potente ácido para su piel ¿Qué tan dispuesto estaría mi primo a resistir el dolor? Es una suerte que no tenga que averiguarlo.

Quizás tiene un buen motivo para temerme. Me guste o no, por mucho que quiera al niño, es un hecho que mi mismo cuerpo lo repele a él y a todos los de su especie.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#113

Mensaje por Baudelaire » 10 Dic 2020, 11:53

Si bien Museo intenta hablar, todo lo que consigue es murmurar.

La herida solamente podrá ser sanada con el tiempo, ni siquiera la magia de las hadas puede ayudar.

Un ruido te alerta, la liebre ha mordido el collar y tras saltar gira sobre si misma como una atleta olímpica. El arma cruza los aires directamente hacia el rostro del niño, pero en esta ocasión tus reflejos funcionan y la atrapas con la mano contraria a la que presiona la herida. Devuelves el artilugio con la puntería que te caracteriza y se incrusta en medio de los ojos de la criatura… saliendo por su nuca. Tan rápido ha sido tu movimiento que solamente ahora, cae muerta. La sangre deja un pequeño charco en el piso… que, poco a poco, comienza a desvanecerse en una extraña niebla.

Con la manga empapada, sabes que debes cambiar a la otra. Pero la sangre está siendo contenida y, poco después, la hemorragia se ha detenido. Lo que ha sido imposible es evitar que el pobre se desmaye por la pérdida. Y, como temías, es imposible utilizar la tuya para reponerla.

Estimas que tienes menos de una hora para conseguir un físico y alguien que pueda hacer la donación. De otro modo, Museo morirá.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#114

Mensaje por Leohan » 23 Dic 2020, 04:17

Si ha perdido tanta sangre, tiene sentido intentar reemplazarla, ¿cierto? Mi padre nunca me ha mencionado alguna operación semejante, pero la verdad es que tiene sentido.

Sólo un físico de verdad sabría qué hacer. Tendría que ser alguien con experiencia. Alguien en Venecia… pero ¿llegaré a tiempo, teniendo que cargar con el cuerpo inconsciente del niño? Incluso siendo más liviano, no es como cargar una mochila. No existe una forma cómoda de agarrarlo, y debo hacerlo con cuidado.

…Llegaría al caserío con bastante facilidad, sin embargo ¿Pero quién podrá ayudarme allí? La curandera no es ni por suerte lo suficientemente hábil.

Tendré que hacer una apuesta. Ir al caserío, pero no buscando una persona. Si puedo encontrar un carruaje, o por lo menos algún animal de monta para que nos lleve a Venecia, quizás con suerte llegaríamos a tiempo.

Sosteniendo al niño con firmeza, parto hacia la conocida ubicación. No hay tiempo que perder, así que deberé considerar mis siguientes pasos en el camino.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#115

Mensaje por Baudelaire » 23 Dic 2020, 13:59

Un ruido de galope se acerca por el camino principal, así que te detienes justo luego de salir del sendero. Todavía con Museo al hombro, tomas cobertura para poder observar quién se acerca. Para tu alegría, es Giancarlo acompañado de un soldado que viste el tabardo del doxe.

Tras dejar tu escondite, haces señas para llamar su atención. Se detienen sin mayores dificultades, desmontando casi al unísono. Reconoces al acompañante de tu camarada inquisidor como el guardia que te ayudó durante tu visita a Elizabeta.

¿Qué ocurre, Anaís?

Giancarlo observa el bulto que es Museo ahora y, tras una breve explicación, le haces saber los últimos acontecimientos. Asiente y te ayuda a subir a Museo en la parte delantera de la montura del caballo del soldado, que le asiste para acomodar al niño. Te sonríe y te invita a subir a su corcel.

Cascada te llevará a Venecia sin dificultades.

Se quita un collar y te lo entrega. Es el sello de la guardia doxal, te dará paso libre en el acceso… definitivamente la providencia está obrando maravillas. Museo podría ser salvado, si te apresuras. Solamente te queda decidir si querrás que Giancarlo te acompañe en la cabalgata. Podrían encontrar más animales infernales por el camino o, quizás, mercenarios de Elizabeta que podrían estar vigilando y quizás intentarán cortarles el paso.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#116

Mensaje por Leohan » 23 Dic 2020, 21:57

El mostrarle a Giancarlo el pergamino de Museo deberá esperar a cuando no haya una emergencia. De momento acepto el collar del soldado ¿Es de la guardia doxal? Me pregunto si sabrá en qué condiciones se encuentra Alessandro...

No, Anaís. No hay tiempo para distracciones. Debo moverme velozmente.

Sin embargo, estando a punto de emprender la cabalgata, pauso y observo a Giancarlo. Aún con la providencia de mi lado, hay ciertos obstáculos que me sería demasiado difícil sobrellevar sola.

Creo que sería mejor que me acompañes, si tienes el tiempo, digo a Giancarlo. Sé que Elizabeta tiene guardias por todas partes. Si decidieren no dejarme entrar a Venecia poco les importará el sello. Recuerdo aquella vez en la cual el guardia me había arrebatado mi preciado medallón de la familia Medici y lo guardó en su bolsa. Pero es menos probable que intenten algo si me acompaña alguien más. Especialmente un florentino con un apellido como el nuestro.

Hay otros motivos, claro, pero no para los oídos del guardia.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#117

Mensaje por Baudelaire » 24 Dic 2020, 14:46

Giancarlo nota tu inquietud y como se la traspasas a Cascada. El guardia con mucha dulzura, se acerca a acariciar el cuello de su montura. Se nota que es más que una simple relación de sumisión entre jinete y corcel. Ella y el soldado han forjado una amistad.

Signora Anaís. Soy parte de la célula inquisitorial que trabaja en la ciudad. Mi nombre es Benjamín Dandolo.

Menuda sorpresa, otro pariente del doxe... y, justo resulta ser quién te ayudó aquella vez. Sigue haciéndolo ahora con su enorme jaca, que ya se ha calmado. Y, con una pequeña mirada que ella te entrega, también te contagias de esa tranquilidad.

Justamente venía a buscarte, pues nos han alertado que han visto algunos animales infernales en la ciudad. Parecen escabullirse a través de las alcantarillas, circulan los rumores y la gente está asustada... incluso Elizabeta, que fue mordida en un tobillo por un tejón.

Te alegras por un segundo del nefasto acontecimiento de esa mujer horrible, pero te apresuras a quitarlo. Nunca deberías regocijarte de la desgracia ajena, ni siquiera de tu peor enemiga. Giancarlo monta a Ludovico y tras nombrarlo le invita a cabalgar. Cascada le sigue instintivamente, mientras giras para ver la sonrisa de Benjamín. Seguramente se encargará de los asuntos pendientes en el caserío.

Cruzan vertiginosamente los recovecos del bosque. Claro, el heraldo conoce una ruta secreta que probablemente es desconocida por los espías de la burgomaestra. Los árboles lucen extraños, algo más retorcidos y se ven recubiertos de un extraño musgo anaranjado que te recuerda al cambio de cabello de Museo. Claro, un pasaje por el Territorio de las hadas, pero Giancarlo quizás no debería enterarse todavía.

Un par de subidas y bajadas después, cruzando por un par de lomas que tienen sendos claros en el centro con una cruz del tamaño de dos corceles, el primero... y una pequeña gruta con un altar consagrado a la virgen, el segundo. No van hacia el noreste, sino un poco al suroeste. Tocan el borde del Adriático en una pequeña caleta de pescadores, donde un bote capaz de cargar fácilmente a 4 monturas está atado a un malecón. El cielo se está encapotando y se anuncia una horrible tormenta.

Cascada y Ludovico, sin detenerse, dan un salto a la cubierta. Giancarlo desmonta y espera a que hagas lo propio, tras bajar cuidadosamente a Museo y acomodarlo semisentado contra el único mástil del navío. Desde tu posición, todavía elevada, notas que tu primo sigue respirando... su pancita sube y baja armónicamente. Sin duda estas monturas entrenadas han sido capaces de evitarle cualquier contratiempo.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#118

Mensaje por Leohan » 27 Dic 2020, 17:47

¿Benjamín Dandolo? ¿Pariente de mi madre, quizás? Independientemente no me sorprende demasiado verlo como un miembro de la célula inquisitorial de Venecia. He visto ya en él las virtudes que caracterizan a las personas que la Inquisición Sombría suele buscar.

Sin embargo, no hay tiempo para presentaciones, y apurada marcho por los caminos que Giancarlo conoce.

Si lo voy a pensar bien, la herida de Elizabeta es un pésimo presagio. Si ella no está segura, ¿quién podría estarlo? La pequeña Perséfone ha sido atacada ya. Aún en el mejor de los casos, en que se hubiera quedado con Lessi, ¿qué tan segura estoy de que las alimañas no lograrían infiltrarse en el palacio doxal? Es mucho más motivo para apurarnos.

Al subir al navío reviso a mi primo. Parece aún estable. Es un buen presagio. Seguramente Giancarlo sabrá cómo entrar a Venecia sin que llamemos la atención, y luego será una cuestión de encontrar un físico capaz de curarle. La verdad es que aquellos venecianos practicantes de la profesión que no hayan sido alumnos de mi padre, han sido por lo menos colegas, así que la mayoría deberían aceptar el ayudarme... especialmente cuando se trata de un niño herido.

Las cosas estarán bien, Museo. Ya verás.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#119

Mensaje por Baudelaire » 27 Dic 2020, 18:18

Mientras estás hablándole a Museo, Giancarlo ya ha sacado varias sogas y las va tendiendo para permitir que el niño se mantenga seco. Con la lluvia chisporroteando en la cubierta, se convertiría en sopa rápidamente. Aunque, conociéndolo, sabes que le da igual mojarse... con el primer encuentro mostrándote sus habilidades natatorias.

Anaís, me temo que Benjamín lo ha notado. Ese chiquillo no es humano, ¿cierto?

El heraldo lo sabe, seguro fue algún gesto realizado por Benjamín.

La casa de Murnau es capaz de reconocer lo sobrenatural sin mayores dificultades. Él y yo guardaremos el secreto, por el momento. Si quieres contarme algo más, tenemos para dos horas de viaje al menos. Me costará un poco más maniobrar el timón y la vela, pero habremos arribado al cementerio de disidentes a tiempo.

La tormenta, viniendo del sur, en ningún caso impediría la comunicación fluida. Sin embargo, al llegar a Venecia, será diferente. Rayos, truenos y relámpagos harán imposible toda conversación.

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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad

#120

Mensaje por Leohan » 27 Dic 2020, 18:45

Miro a Giancarlo con seriedad. Ésto podría complicar las cosas. Ya planeaba revelar la verdad, aunque en forma progresiva, pero es algo muy diferente si él y Benjamín van a pensar que yo estaba ocultando algo.

Echo un suspiro.

Tienen razón. Museo no es humano. Aunque ésto es conocimiento nuevo para mí, y hace tan sólo pocos meses que él mismo se ha enterado, y ni siquiera está muy seguro de qué significa para él. Tomo el pergamino que había guardado en mi escote, al no haber llevado conmigo mi bolso. Me dio ésto, pero me dijo que le era imposible leerlo. Pensaba dártelo. Mi entrenamiento de la Inquisición Sombría fue sólo de combate, así que imagino que alguien de tu Orden estará mejor capacitado para entenderlo.

Me quedo callada por un momento, pero luego vuelvo a hablar.

Algo más para dejar en claro: humano o no, Museo es mi primo. Si debo escoger entre mi familia y la Inquisición Sombría, siempre elegiré a mi familia. No creo que Giancarlo vaya a traicionarme, por supuesto, pero lo mejor es dejar las cosas en claro.

Cerrado

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