[Trama] Designios Oscuros

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Corso
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[Trama] Designios Oscuros

#1

Mensaje por Corso » 17 Ene 2021, 09:20

Florencia
6 de Febrero de 1997


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El tembloroso dedo pulgar volvió a apretar el botón del intercomunicador.

- Di Passo, a central. Adelante, central...-

Sentado en el asiento del conductor, con la puerta medio abierta y con su arma bien aferrada a la mano, Antonio di Passo volvía a intentar contactar con la comisaria central de Florencia. Algo que llevaba haciendo durante los diez últimos e interminables minutos, sin obtener respuesta.

Al otro lado de la cuneta, apenas a cincuenta metros de dónde había aparcado, podía ver la silueta recortada en la bruma del Fiat Tipo que ocuparía las portadas al día siguiente. El brillo de los halos de luz de los faros de aquel otro vehículo se había convertido para él en el de los ojos de una bestia nocturna al acecho, engullendo con su luz un gran número de hambrientas moscas y mosquitos en encabritado vuelo. - Adelante, central... - Nada.

¿Cuándo sería capaz de contactar con la maldita caballería?, rogaba mientras el reflejo sobre el capó de la cambiante luz de la silenciosa sirena que brillaba sobre el techo de su coche patrulla teñía su rostro de rojo y azul, y rojo y azul, y rojo y azul...pintando de oscuro bitono su cara palidecida y ojerosa. Hacía un par de minutos que le había desconectado el sonido para poder concentrarse, por lo que, pese a todo el ruido que se abría paso lentamente en su cabeza, allí solo había silencio.

Di Passo miró de forma instintiva por el retrovisor, intentando asegurarse de que no había nadie por los alrededores, pero sus nervios estaban tan crispados que casi se sobresaltó al verse reflejado en el pequeño espejo. Aún así, lo hizo y se enfrentó a ese otro «yo» casi descarnado, de gruesas arrugas y renacida congoja. Su rostro seguía petrificado, y su desbocado corazón sobrecogido. El viejo inspector, un hombre cuyo aplomo había sido una de las herramientas que le habían forjado como uno de los más respetados detectives del cuerpo de carabinieri, apenas era capaz de articular más palabras de las que formulaban la urgente llamada - Adelante central... - repitió, rascándose una mal afeitada barba canosa. Quizá fuese por la falta de sueño, pero su propia voz le pareció absurda y distante, como si fuera otra persona - y no él mismo - quien hablaba. Sin embargo, sabía que todo lo que había pasado allí pertenecía a la vigilia, al mundo real, y no lo onírico o fantasmal.

Era el ruido blanco al otro lado de la línea lo que le anclaba a la realidad, de la misma manera que las pequeñas botellas de grappa vacías y desparramadas sobre el suelo de su coche le aferraban a sí mismo. Harto de esperar, inspiró hondo y soltó el aire pesadamente con los labios formando una estrecha apertura; vaciando su diafragma de nervios, impaciencia y temor. Al menos la úlcera había decidido darle una tregua esa noche, pensó. Luego dio un largo trago al frío café irlandés a medio beber que había comprado una hora antes y terminó de armarse de valor. Dejó la radio descolgada, y poco a poco, volvió a salir para reencontrarse con aquella familiar pesadilla.

«Los viejos fantasmas de uno siempre acaban volviendo», sentenció.


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Ricardo.



Fiorella le dio un nuevo puntapié a la oxidada lata de coca cola con la que llevaba jugando desde hacia un rato, y el eco del metal rebotando contra el suelo resonó por todo el pasadizo como el golpeteo de un martillo contra un yunque. ¿Qué importaba? Allí abajo nadie iba a reprenderla por una actitud tan pueril y ruidosa. Bajo la superficie, la pequeña cainita solía dar rienda suelta a su preadolescencia eternizada, y además siempre encontraba algo entre la basura que caía de la superficie que le sirviese como juguete. Tras levantar los brazos en gesto triunfal, tal y como le había contado que hacía Marcelo - cuando estaba vivo - salió corriendo tras la lata, dispuesta a rematar de nuevo. Tras ella, a pocos metros, la atenta mirada de Ojo Puto seguía sus movimientos con una sonrisa de condescendiente paternidad.

«El submundo de Florencia se había convertido en su peculiar patio de recreo», pensó Ojo puto, y las dudas y añoranza le recomieron como cada vez que saltaba a las cloacas de la ciudad desde que su hermana de clan había abandonado la manada.

Sin embargo, no era momento para dejarse llevar por el recuerdo. De hecho, si algo prevalecía en el ánimo de Nardone era la impaciencia. Si había acudido allí esa noche era para encontrarse con otro de los nosferatus de Florencia, y o bien se estaba retrasando demasiado, o algo le estaba impidiendo asistir a la cita. Hasta donde él sabía, Lorenzo Giordiano, cofrade de " L'illuminato", no era un cainita prolijo en socializar más de lo estrictamente necesario, pero tampoco nunca había dado por zanjado un encuentro antes de comenzarlo; menos con un hermano de clan. Y, sin embargo, allí estaba, en el punto de encuentro y con más dudas a cada minuto que pasaba de que Lorenzo fuese a aparecer. «Extraño» - decidió, finalmente - «¿Para qué citarle, entonces?»

Sin tiempo para responder a su propia pregunta, su oído recogió el sonido de un pequeño y lejano chillido. Al principio pensó que podía tratarse de las ratas o algún otro animal agonizando en base a las teorías de Darwin, pero descartó la idea tras unos segundos de atención. Había algo casi humano en aquel eco agudo. Llevado por la curiosidad comenzó a recorrer el pestilente canal subterráneo con sigilo, moviéndose sin levantar ruido alguno hasta que estuvo lo suficientemente cerca para entender que no se trataba de un quejido de dolor físico, sino de un sollozo. El llanto desconsolado de una figura encapuchada, agazapada y escondida en un rincón oscuro; y que, pese a los esfuerzos de Ricardo por ocultar su presencia allí, le observaba con la hostilidad de quien se ve sorprendido. Nardone se detuvo en seco, sintiendo aún sin ver su rostro, como el otro marcaba una invisible linea de advertencia entre ellos. El olor a lágrimas de sangre se filtró por la nariz del Ductus. Pero sobretodo, por encima de la sorpresa o la amenaza, sintió su desconsuelo como algo propio. Una oleada de profunda tristeza inundó al nosferatu, que bajando la cabeza tuvo que contenerse por no dejarse abatir por un incomprensible desconsuelo.

- No vendrá. Y él, tampoco - apenas un entrecortado susurro entre el llanto, y volviendo a levantar la vista Ojo Puto se descubrió solo de nuevo; como una estaca clavada en el suelo de las entrañas de Florencia. Estaba casi seguro de que aquel cainita era el inefable joven malkavian de la ciudad en alguno de sus inexplicables arranques de locura; pero aunque casi agradeció no tener la oportunidad de preguntarle por Giordiano, o peor, por el motivo de sus desvarios - quién podía llegar a aguantar las locuras de un hijo de malkav - el encontronazo le había dejado con poco cuerpo para seguir esperando al nosferatu.

Media hora después ya llevaba recorrida la mitad de la distancia de regreso al refugio de la Manada Sin Nombre por la red de alcantarillado. Cuando al fin volvió a salir a la superficie vio a Lennart y Marcelo en la puerta del refugio hablando acaloradamente. Sus rostros presagiaban tormenta.


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El escritorio era una pequeño vertedero de vasos de cartón, post-its engurruñados y ceniza desparramada a aquellas horas de la madrugada. Reflejo de lo que llevaba siendo su vida el último medio año: un completo desastre. Uno entre el que se había empezado a sentir cómoda. Últimamente, pasaba más tiempo en la redacción del que todo el mundo le aconsejaba, pero las destartaladas oficinas de La Gazzeta di Firenze se habían convertido en el único agujero en el que no tenía que dar explicaciones de por qué había roto su matrimonio.

Paulina Pagliacci, tenía medio cuerpo tendido sobre la mesa y la estrecha barbilla apoyada sobre la palma de su mano mientras miraba el monitor de su equipo informático, casi con desinterés. A golpe de «click», los últimos sucesos en la Toscana iban apareciendo en sus pupilas sin que ninguno de ellos le llamase lo suficiente la atención como para no hacerlo desaparecer tras un par de segundos. «click...click...click». Un anodino titular tras otro en un día anodino más de su aburrida - no quería pensar que fracasada - vida como periodista. Frustrada, encendió otro de sus largos Hilton, y tras dar una profunda calada, miró el teléfono a su derecha entre la densa y gris nube de humo que interpuso entre ella misma y lo que no quería, pero debía hacer.

- ¿Qué voy a decirles? - pensó, frotándose el puente de la nariz.

Llevaba retrasando la llamada a Roma casi seis meses. Seis largos y pesados meses en los que aún no había encontrado una forma - o una que ellos pudiesen entender - de explicarles qué era lo que había pasado entre Luigi y ella. ¡Por el amor de Dios!, sus padres llevaban juntos más de cincuenta años, cómo les iba a hablar de «aburrimiento», «costumbrismo» o «falta de pasión» menos de una década después de que ella se hubiese casado. La tacharían de niña egoísta y caprichosa, como siempre; y eso en el mejor de los casos. Una cosa era que se hubiese largado de Roma con apenas una maleta arrastras para vivir el sueño de ser reportera, e incluso que se hubiese casado con Luigi solo un par de meses después de haberle conocido, pero que quisiese divorciarse de él por razones como aquellas sería para ellos algo poco menos que inconcebible. «¿Y si llevaban razón?» No, por supuesto que no, pero aquella pregunta y la falsa duda que suponía era lo que había hecho pasar tanto tiempo. Tantas llamadas vacías y sin fuerza para sacarles el tema. Tantos «nos vamos de vacaciones y no tenemos tiempo de pasar por casa». Tantos «estamos tan liados con el trabajo que no podemos ni ponernos al teléfono». Tantas mentiras. Hasta que las llamadas a sus padres empezaron a dilatarse en el tiempo; primero un par de veces al mes, y ahora...bueno, ahora ya no estaba segura de nada, y podía ser que hubiese pasado demasiado tiempo para que pudiese regresar a Roma sin verse sometida a miles de reproches; al abrigo de sus amorosos y patriarcales brazos tradicionalistas.

Sin estar convencida del todo, Paulina alargó la mano y sujetó el auricular suspirando, resignada. Había llegado el momento de enfrentarse y responsabilizarse de sus decisiones. Casi se cayó de la silla cuando el teléfono empezó a timbrar entre sus dedos antes de que pudiese marcar.

Pocos minutos después, la llamada que nunca era capaz de hacer, una vez más volvió a quedar aplazada.


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Lennart.



Mientras la noche envolvía de niebla y frío las calles de Florencia, el letargo fue abandonando al sacerdote de la Manada Sin Nombre. Poco a poco, el lasombra iba sintiendo el peso de su propio cuerpo y cómo la vitae empezaba a despertar sus extremidades; animando su cadáver en un entorno que ya le era familiar.

Aún después de tanto tiempo, el cosquilleo de renacer a la tinieblas otra noche más le provocaba un pensamiento extraordinariamente revelador y mordaz: «La muerte nos sonríe a todos, todo lo que un hombre puede hacer es devolverle la sonrisa» - recordó la cita de Marco Aurelio. Hacía décadas que él había devuelto esa sonrisa y se había convertido en un vampiro. Un cainita, un monstruo bebedor de sangre humana: en el rostro de la muerte para otros. Otro más de entre los que conformaban la legión de no muertos que habitaba en Florencia. Aquella ironía obró que su propia y gastada sonrisa tirara de la comisura de sus labios resecos y agrietados.

El guardián se incorporó lentamente y extendió sus sentidos, olfateando por la nave en búsqueda de alguna señal de la presencia de sus cofrades, pero no halló rastro alguno de ellos. Solo percibió el zumbido de las moscas que zumbaban alrededor, el correteo de alguna que otra cucaracha cerca de sus pies y el sempiterno olor a humedad y óxido pegado a las paredes y las vigas del viejo almacén. Por lo demás, el refugio estaba tan silencioso como el interior de una tumba - otra ironía más -. Lennart, estaba solo.

A excepción de los gatos...

No fue algo inmediato, ni demasiado sorprendente, pero tras unos segundos se dio cuenta de que había al menos media docena de ellos repartidos por el refugio. Seguramente se tratase de una camada en busca de alimento o calor, pero había algo extraño en ellos; o más bien en su comportamiento. Los mugrientos felinos parecían estar observando los movimientos del lasombra con más interés del que podía ser habitual. Allá a donde se dirigiese, podía sentir como su carne era atravesada por sus brillantes miradas, y cómo, si se acercaba a alguno de ellos más de la cuenta, éste erizaba el pelaje del lomo amenazando con atacarle si daba un paso más. Lennart enarcó una ceja, sorprendido; aquella actitud no era normal, ya que aunque no había desarrollado el poder de tratar con las alimañas al punto de afinidad con que lo hacían los dos nosferatu de la cofradía, especialmente su desaparecida hermana enmascarada, los animales solían limitarse simplemente a apartarse de él con timidez, pero ni huían corriendo, ni nunca se habían mostrado tan agresivos como para amenazar con morderle.

El presentimiento de que algo andaba mal fue abriéndose paso en la mente del turinés, que animado por el rumor de un extraño chillido cruzó el almacén a paso vivo y salió al exterior. Una vez fuera, se quedó pasmado ante la visión de las decenas de ratas que corrían calle abajo, huyendo y entrando en tropel por los sumideros de las aceras como un torrente tangible de pánico.

Lennart era un cainita difícil de sorprender, racional y pragmático, pero empezó a preocuparse cuando, sin previo aviso, los aullidos de los enormes perros de presa que guardaban algunas de las naves del polígono irrumpieron en mitad de la noche como si algún tipo de alarma hubiese saltado. La respuesta a esa llamada llegó a su espalda cuando los gatos empezaron a maullar con estridencia, y como dirigidos por una batuta invisible, al unísono. El lasombra no pudo evitar girarse con una cautela que no sabía de dónde había nacido. Allí estaban, tras él, perfectamente colocados en hilera, con el rabo tieso y los colmillos expuestos.

La crispada bestia de Lennart se sacudió a la puerta del refugio comunal, como si alguien estuviese arañando con tiza una enorme pizarra dentro de él.

Tras un par de minutos - que bien podían haber pasado por horas para él - todo volvió a la normalidad. Los aullidos cesaron de pronto; los gatos se dispersaron por todas partes; y en la calle, vacía de ratas, la carrera de otro animal nocturno que se acercaba empezó a reconfortarle.

Hasta que Marcelo llegó a su lado y, con la cara desencajada, le contó todo.


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Marcelo.



Marcelo dejó caer al suelo el cuerpo que sostenía entre los brazos y se limpió la sangre que le cubría la boca con el dorso de la mano. - Joder, vas hasta el culo de anfetas - le dijo al chico inconsciente que yacía a sus pies. Al brujah antitribu no le agradaba demasiado el sabor del plasma contaminado, pero a aquellas horas era difícil encontrar una bolsa de sangre que estuviese limpia. Gozza escupió un espumarajo a un lado, se encogió de hombros y se puso en cuclillas sobre él. Era un chaval de unos veinticinco años, moreno y - por qué negarlo - bastante atractivo; ahora que se fijaba detenidamente en él. La tentación de borrar la marca de sus colmillos del cuello del chico le hizo sonreír. Hacía tiempo que esa costumbre de los «camaratas» por mantener la mascarada había dejado de tocarle los huevos, así que, lo que hizo fue quitarle la cartera para pagarse un taxi hasta el club. Al abrirla, cotilleó entre las tarjetas, deteniéndose en una de ellas en particular. Al menos era socio de la Fiorentina.

«Algo es algo, capullo», pensó, antes de darle un par de palmaditas en la cara, como agradecimiento por el servicio prestado; de tiffosi a tiffosi. Tras eso, le recostó sentado contra la pared del callejón y le sacó la polla, que aún estaba medio erecta por el beso. Extrajo del pantalón el resguardo de la entrada del partido de esa noche y la colocó en una de las manos del chaval, colocándole la otra alrededor del capullo enrojecido. «Así, joder,que todo el mundo vea cómo se celebra un cuatro a cero». Conforme con su obra, se levantó y salió del callejón dejando al chico como un muñeco porno a medio inflar.

Media hora después bajaba de un taxi y enfilaba el camino hacia el lugar que le procuraba verdadera diversión. Ni siquiera había llegado y ya había media docena de luchadores esperando en la entrada, con los puños a punto y la carne preparada para ser decorada de moratones. Alguno de entre aquellos desgraciados aún no lo sabía, pero iba a pasar una mala, muy mala, noche bajo los cuidados del brujah.

- Caballeros...- saludó, con una afiladísima sonrisa cruzándole la cara. Mientras sacaba las llaves que abrían las puertas de aquel templo de sudor, sangre y huesos rotos los demás se hicieron a un lado. El jefe había llegado, y parecía que estaba contento.

Uno de los hombres se adelantó, llamando su atención, y Gozza reconoció en el tipo a uno de los ghouls de la Spiral; un tal Ticco, que cumplía a la perfección el papel estereotípico de matón siciliano bien vestido por su patrón. Ticco era un enorme armario ropero de más de dos metros, cabeza rapada y elegante traje oscuro; tan enorme que parecía estar encajado en la misma calle con calzador. Sin mediar más palabra, el gigantesco ghoul le ofreció un sobre en el que había escrita una única palabra, un viejo nombre conocido: «Lupus».

Gozza asintió y el ghoul, con la tarea cumplida de haberle entregado el sobre en persona, se marchó entre las miradas acojonadas del resto. Marcelo no llegó a entrar en el club esa noche, y aunque sabía que él no tenía nada que ver en absoluto, a la sorpresa y desconcierto iniciales por lo que leyó en el interior de la carta le siguió una sensación de miedo que hacía tiempo no le asaltaba: había quien podía señalarle, aunque solo fuese indirectamente, a él. Si aquello era cierto, ¿Qué pretendía la gangrel? ¿Ponerle nervioso? ¿Asustarle? ¿O tal vez le estaba intentando avisar para que se preparase?

No tenía forma de saberlo, pero antes de darse cuenta ya estaba corriendo como alma que lleva el diablo en dirección al refugio. Al llegar se encontró con uno de sus cofrades en la puerta, completamente a solas. Lennart parecía contrariado por algo, incluso un poco asustado, podría decir, pero fuese lo que fuese lo que ensombrecía el rostro de su sacerdote, tendría que esperar. El brujah lo soltó sin rodeos, dejando que la noticia cayese como un témpano de hielo en mitad de la noche.

- D´Abraccio ha muerto. Han asesinado al Obispo.



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(Un Día después)

Portada de «La Gazzeta di Firenze»

¿Il Mostro ataca de nuevo?


Redactora: Paulina Pagliacci.
Florencia, 7 de Febrero de 1997.



En la noche de ayer, 6 de Febrero, el Cuerpo de Carabinieri de Florencia encontró los cuerpos sin vida de S.R y F.L, de 25 y 32 años respectivamente, en uno de los parques de la ciudad. Según ha podido saber esta redacción, los dos jóvenes fueron asesinados dentro de su vehículo a primera hora de la madrugada en lo que parece el «modus operandi» del llamado «Il Mostro», el asesino en serie que acabó con la vida de decenas de parejas entre finales de los años 70 y mediados de los 80. Durante este tiempo la población se vio envuelta en uno de los grandes misterios de la crónica negra del país, por lo que las autoridades han decidido llevar la investigación «bajo la más absoluta y necesaria prudencia».

«No podemos permitir que un suceso aislado en el trascurso de los últimos casi quince años dispare la alarma social, por semejante que sea», ha dicho el portavoz de la policía esta mañana en comparecencia de prensa, antes de añadir en su breve comunicado que «La investigación se ha iniciado siguiendo los protocolos habituales y le aseguramos a la población que no repararemos en recursos y esfuerzos hasta que el culpable de esta desgracia sea llevado ante la justicia».

Esta llamada a la prudencia y a la confianza en las fuerzas de seguridad ha levantado todo tipo de reacciones entre los florentinos, sobretodo en aquellos que no olvidan que «Il Mostro» nunca fue atrapado, como es el caso de J.C., familiar de una de las víctimas del asesino en 1978 «Nunca dieron con él, y si de verdad ha vuelto tampoco lo harán ahora».

Testimonios como este han vuelto a poner de actualidad un nombre ligado íntimamente al del antiguo asesino, el del detective Antonio di Passo. Como muchos de nuestros lectores recordarán, Di Passo fue quien estuvo al mando de la investigación de los salvajes crímenes pertrechados por Il Mostro, y quien señaló la posibilidad de una serie de sectas satánicas interesadas en realizar rituales oscuros.

Hasta el momento, la gendarmería no ha hecho públicos más datos sobre el suceso. La alcaldía de la ciudad ha comparecido también esta mañana en rueda de prensa, y en la misma línea que la policía ha hecho un llamamiento a la prudencia, «Déjenlos trabajar y mantengan la calma, todos seremos informados cuando la investigación vaya avanzando. Aún no sabemos nada», ha dicho su portavoz en un intento porque el pánico no tome voz en las calles. A lo que ha añadido sus condolencias a los familiares de las dos jóvenes víctimas «Nuestro dolor y nuestros corazones están con todos ellos».

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Horcado
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Re: [Trama] Designios Oscuros

#2

Mensaje por Horcado » 18 Ene 2021, 11:26

Nardone se marchó con sus guantes en la mano; satisfecho de no haber tenido que atizarle a aquel que pareciera Guido de los Malkav un puñetazo en la mandíbula para tranquilizarle, ante tal actitud y presentarse en el lugar de su cita, con precisamente su ductus…

La idea de Guido armándose de valor para actuar de emisario y la ausencia de Lorenzo suscitaban en Ricardo la idea de algo preocupante, y no podía dejar de pensar en compartir con sus dos compañeros de manada las únicas palabras que oyó.

¿Cuál podría ser la razón de tal tristeza? ¿De qué dos ausencias le estaba hablando? Con toda probabilidad Lorenzo sería una de ellas. ¿De quien se trataba y porqué suscitaba en el Malkavian tanta tristeza y desesperación?

Apresurándose por los atajos que poca gente conocía del subsuelo, atravesó parte de la ciudad.
Acababa apenas de rodear la nave que constituía su refugio y se encontró directamente con una extraña escena: Lennart y Marcelo evidentemente disgustados en la puerta de la nave.

Hasta ese momento podía tener sus dudas. Pero cuando Marcelo se le acercó y le dio la noticia, haciendo una pausa para que sus palabras impresionaran la mente de su interlocutor, el Nosferatu permaneció sin aliento, poniendo toda atención.

Cuando Ricardo se recompuso de su silencio, les contó la ausencia de Lorenzo en su cita, y la extraña aparición del chiquillo del Obispo asesinado.

Era evidente que Nardone se arrepentía por no haber conversado unos cuantos minutos más con Guido, a pesar de su locura.

Hasta ahora el horror del Malkavian y la imprecisión en las sospechas de Nardone, habían hecho pensar en un brote de locura del chiquillo.

Sin embargo, la situación se puso aún más tensa ante las palabras de Lennart. La cosa resultaba falsísima, a tenor de lo experimentado por el sacerdote.

Ahora la cuestión era, ¿qué pasos debían dar en tales circunstancias? ¿quién hay detrás de la agitación de los animales?

Tras el intercambio de informaciones, Ricardo permaneció en silencio, quizás intentando encajar todas las piezas sueltas por los hechos acontecidos.

-Nos enfrentamos ante un peligro muy grande; deberíamos mantenernos al margen o por el contrario buscar en nuestros lazos con L'Iluminatto o La Spirale hasta que conozcamos completamente qué es lo que está sucediendo?

-No es frecuente que el cerebro de una organización secreta como la nuestra, sea también un hombre de acción. Siempre me pareció un pensador con fuerte carga de relajación, dejando la aventura en la sangre a modo de fiebre por parte de los que le rodeaban. La Maldición de Malkav pudo hacer que perdiera la perspectiva, y se rodeara de la gente menos adecuada. Tenemos que ver en qué punto nos deja esto dentro de la ciudad.
Última edición por Horcado el 30 Ene 2021, 17:26, editado 2 veces en total.

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Jimbo
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Re: [Trama] Designios Oscuros

#3

Mensaje por Jimbo » 19 Ene 2021, 08:15

El despertar tras el letargo diurno era una sucesión de rutinas para Lennart. Desde la toma de consciencia hasta el incorporarse. Posteriormente, se despojaría de la ropa de corte militar que utilizaba durante ese letargo para ir, desnudo, hasta el baño donde se ducharía. El contacto con el frío físico de las baldosas de la antigua fábrica le traían de vuelta a la realidad, arrebatándole de esa vigilia en la que se encontraba durante unos minutos. Ducha con agua fría y vuelta al despacho que le servía como estancia privada para vestirse de acuerdo al plan que tuviera para esa noche. Recogería la edición vespertina de la prensa tanto local como nacional que le depositaban en el buzón y la leería mientras repasaba el correo recibido. Siempre y cuando Marcelo no se la hubiera tomado prestada para leer los resultados del Calcio, claro.

Pero, de dónde habían salido esos gatos? El primero de ellos le pareció algo extraño, pero un segundo y la actitud de estos despertó todas sus alarmas. Ese día no necesitaría la ducha de agua fría. Se enfundó las botas y, desde arriba, observó la zona de los talleres. El chillido que le guió al exterior, las ratas huyendo como, literalmente, ratas, los ladridos de los perros, los gatos finalmente respondiendo y por último, su Bestia respondió. A qué? Lennart no lo sabía, pero algo le estaba llegando a su subconsciente, a la parte irracional y lo que fuera, no le estaba gustando. Los chillidos de las ratas, los ladridos, los maullidos de los gatos, todo se mezclaba con el grito sordo que su Bestia emitía.

Finalmente, todo fue tanquilizándose, aunque muy lentamente. Muy lentamente. Lo sucedido había dejado sus nervios a flor de piel, tanto por lo inesperado, lo irracional, como por los sentimientos que acababa de experimentar; y en aquel momento, llegó Marcelo.

- D´Abraccio ha muerto. Han asesinado al Obispo.

- Qué? - Fue la única respuesta que la alterada mente de Lennart logró formular

La explicación, incluso con la carta en la que Lupus le contaba lo sucedido, no acababa de asentarse en su mente. Lennart, normalmente tranquilo, controlador, estaba en una especie de estado de shock del que le estaba costando salir. Y que de repente apareciese su Ductus con más noticias preocupantes, no ayudaba nada.

- Nos enfrentamos ante un peligro muy grande; deberíamos mantenernos al margen o por el contrario buscar en nuestros lazos con La Divina Comedia hasta que conozcamos completamente qué es lo que está sucediendo? - había concluído Ricardo Nardone, Ductus de los Senza Nome

- Esto me huele muy mal. Si como dice, mi Ductus, el comportamiento de los animales de esta zona es algo que encaja en lo sucedido y si mi Bestia ha sido la única que ha sentido algo, me huele aún peor. Algo sucedido por aquí cerca?

Lennart se llevó la mano al mentón, escuchando las siguientes reflexiones de Ricardo

- Todo esto me da muy mala espina y no sé quienes son nuestros aliados en esto. Sí, quizás sean los de La Divina Comedia la carta más segura: La Spiral a través de Lupus le ha hecho llegar la carta a Marcelo, seguro que la Carini estaba detrás de eso, no veo a Lupus actuándo por libre, tendremos que desconfiar de ellos. Y bueno, con Guido vagando por ahí y Lorenzo sin acudir a su cita, por ahí o tienen problemas, o ellos son el problema, o como dice usted, quizás esté rota... Podríamos intentar localizar a Guido, quizás sepa él algo, aunque con cuidado; no creo en las coincidencias. Y luego quizás seguir camino al Palazzo Pitti? Allí podríamos tanto intentar averiguar algo como asegurar nuestra lealtad al Arzobispado!

El Guardián había pronunciado esas últimas palabras con vehemencia, casi alterado, algo muy inusual en él. Tras un momento de pausa, sintiendo unas miradas preocupadas de sus cofadres, se dirigió a Marcelo:

- Siento mi tono, hermanos, es una noticia, una situación que nos ha pillado a todos desprevenidos. Sr. Gozza, como definiría su relación con Lupus? Y cómo cree que se podría haber enterado de los hechos la Gangrel? Y hay en la carta algo más interesante?

Marcelo Gozza (Endimion1)
Brujah antitribu

Re: [Trama] Designios Oscuros

#4

Mensaje por Endimion1 » 22 Ene 2021, 18:42

-Pero qué cojones -espetó el brujah claramente alterado. ¿En serio os estáis escuchando? Os ponéis a cotorrear en la puerta del refugio como dos viejas chochas con la que está cayendo... Joder, Ojo Puto, que tu cita no ha acudido y unos putos gatos te han estado vigilando, a saber mandados por quién Lenhart, todo esto sin tener en cuenta QUE EL OBISPO D´ALESSANDRO HA MUERTO.

Marcelo, que desde que había leído el contenido de la carta de Lupus se sentía alterado y más nervioso que de costumbre, hizo inmediatamente un gesto a sus hermanos y, medio empujándoles, les hizo pasar dentro del refugio a la par que cerraba la puerta tras de sí y se dirigía hacia la "zona común" de la antigua fabrica, aquel lugar donde, con mas frecuencia de la que a él le gustaría, se sentaban a debatir sobre la ciudad, la manada o cualquier otra aburrida chorada. Estaba claro que el florentino estaba alterado y, si bien era normal verle tomarse todo con la pasión y celeridad propias de los de su sangre, en aquella ocasión este "desbocado" entusiasmo rozaba lo enfermizo y paranoide, máxime cuando, una vez en la sala común, procedió a cerrar todas las puertas y ventanas, desconectar el cable del teléfono, por miedo a los dispositivos de escucha que había visto en las películas de espías de serie b que ponían a altas horas de la madrugada tras los partidos de la Fiorentina, y a encender una pequeña lámpara, para poder verse las caras, mientras tomaba asiento en "su" sillón, con quien tan buenos momentos de fútbol había compartido frente al cochambroso televisor de la sala.

-Respondiendo a tu pregunta sacerdote Lupus y yo tenemos lo que podría llamarse una "relación de conocidos" -retomó el brujah una vez sus hermanos se hubieron sentado. Nos conocimos hace unos años y, si bien os puedo decir que bajo esa piel de loba se esconde una serpiente manipuladora, lo cierto es que no tengo dudas de su compromiso con la Espada, por lo que dudo que esté mintiendo en lo de la muerte del Obispo.

Marcelo se detuvo entonces por unos instantes para aclararse la garganta, lo que estaba por salir ahora de su boca no iba a ser agradable. Las sospechas y miedos que habían aflorado en su mente desde que conoció la fatídica noticia no habían hecho más que darle vueltas en la cabeza, con todas las consecuencias y ramificaciones que esto podía llegar a tener...

-Si realmente el Obispo está muerto creo que podemos darnos por jodidos y, por supuesto, no creo que debamos confiar en nadie -concluyó el florentino. Los dos sois conscientes de mi "poco apreciado" pasado, algo que he dejado atrás pero que jamás dejará de perseguirme, al menos hasta que el cabrón de mi sire esté muerto. Sin dudas el resto de cainitas de Florencia ya habrán caído en ello y querrán, por la vía rápida y para ganar méritos para postularse como nuevo Obispo, cobrarse mi cabeza. No tengáis duda de que vendrán a por mí, y por extensión a por vosotros, al darme cobijo dentro de esta manada, aunque solo sea como medida de "seguridad" por si acaso estoy involucrado. No creo sea un misterio que, en la ciudad, muchos aún me consideran un puto camarata y que, muerto D´Alessandro, que fue quien me dio una oportunidad de ser digno para el Sabbat aún con mi impertinencia la noche de mi "presentación", tiene vía libre para ello.

Gozza aguardó, entonces, un momento para que sus hermanos digirieran lo que acaba de decir. Aquella había sido un torpedo contra la línea de flotación de la manada, de aquello no había duda, pero lo que estaba por salir de la boca de Marcelo era, al menos para él, algo mucho más gordo y que les comprometía todavía más.

-Luego está el asunto de Alberto y de mi sire. -retomó el brujah apoyando sus codos en sus rodillas e incorporándose levemente para mirar fijamente a los ojos de sus hermanos. Como bien recordarás Nardone se nos escaparon del almacén en llamas de entre los dedos la noche en la que me uní a la Espada jurando venganza. Han pasado ya varios años desde aquello y, por desgracia, estoy seguro de que esos cabrones han tenido tiempo de sobra para prepararse y volver para ejecutar su vendetta, tanto contra mí como contra los que me ayudaron... No sé si estarán o no involucrados en toda esta mierda, pero no debemos pasarlo por alto. Desde luego, por sí mismos, esto les viene grande, o al menos eso creo, pero ¿Quién sabe que putos poderes han podido desarrollar durante estos años o si tienen algún puto camarata más ayudándoles? Sea como sea debemos ser, como ya os dije antes, mas precavidos que de costumbre y fiarnos, solamente, de los pocos que, realmente, sean dignos de nuestra confianza.

Marcelo esperó, entonces, a escuchar que tenían que decir el nosferatu y el lasombra. De aquellas palabras, y de las que estuviesen por venir en aquella reunión, nacería el futuro más inmediato de la Manada Sin Nombre.

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Horcado
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Re: [Trama] Designios Oscuros

#5

Mensaje por Horcado » 25 Ene 2021, 20:37

Nardone aceptó a regañadientes la invitación del Brujah para entrar, y escuchó con cierta indiferencia sus palabras, interpretando su arrebato como algo bastante frecuente en Marcelo.

El brillo de aquella pequeña lámpara, proyectaba acogedoras formas allá donde el Nosferatu mirara. Los restos de madera se agolpaban, como siempre, en diferentes rincones, y se podía respirar ese reconfortante olor a pino fresco por todos los lados.

Suspiró y negó con la cabeza

-Sería arrogante pensar que somos objeto de vigilancia por el único hecho de tenerte con nosotros. (a pesar de las amistades de Marcelo con Lupus) Y doy por supuesto que no somos tan relevantes (ni Lennart ni el propio Ricardo) como para que vengan dándole un repaso a nuestro refugio. En cuanto al peligro de Alberto y compañía, habrá que ponderarlo. Entiendo perfectamente el valor de la ciudad para La Torre. No en vano luché mis primeros años en la espada como integrante de una manada nómada, neutralizando los peligros conforme llegaban. Muchos años han pasado y muchos amigos han caído o se han ido hasta llegar a hoy. Tú también lo sabes. A pesar de todo, me parece demasiado grande este atentado al poder como para ser perpetrado única y exclusivamente por agentes distantes de La Torre. Sin conocer los pormenores, me aventuraría a decir que hay alguien en el poder dentro de La Espada, que ha provocado la caída de d’Abraccio, pero al contrario que tú, creo ha habido tiempo suficiente para que el crédito que te concedió d’Abraccio lo hayas devuelto a la Espada y ante todos. La Espada No es una panda de anarcas.

Sus palabras resonaban en la sala. Nardone cuidaba la vocalización de cada palabra como tantas otras veces, para que el sonido de su voz no quedara ridiculizado al encontrarse con sus deformes labios. Su boca, grande y recta se quedó quieta y sus grandes y redondos ojos negros pasaron a observar a un Lennart cabizbajo; aparentemente impresionado o desolado.

Difícil definir qué le pasaba por la cabeza tras tal remolino de malas noticias para el grupo; el futuro de La Espada en la ciudad se tambaleaba. De conocer los agentes de La Camarilla el destino de d’Abraccio, seguramente, estarían poniendo en marcha su ofensiva…

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Jimbo
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Re: [Trama] Designios Oscuros

#6

Mensaje por Jimbo » 26 Ene 2021, 09:01

La actitud casi agresiva de Marcelo, la paranoia consiguiente, sus vehementes palabras acerca de lo sucedido hacía casi 10 años, eso era parte de la naturaleza del Brujah. De la misma manera que también lo eran su accionismo, su ímpetu y personalidad arolladora. Características todas ellas que hacían de Marcelo el contrapunto que necesitaban las personalidades más reflexivas de sus cofrades. Personalidades que hacían que su Manada se complementase, teniendo distintos puntos de vista, y eso les ayudaría sobremanera en los tiempos que parecían acercarse.

Estas, resumidamente, fueron las reflexiones que pasaron por la mente de Lennart en su periplo desde la entrada del refugio hasta que las últimas palabras de Nardone dejaron de resonar en el taller. Escuchó todo, mientras su mente trabajaba y llegó a la conclusión que él, Lennart de di Bricherasio, no había ido allí para quedarse en un rincón lloriqueando como ¿un malkavian?. Y ese último pensamiento le parecía el mejor camino para esa noche.

- Tiene razón, mi Ductus. No creo que nadie con dos dedos de frente sea capaz de creernos detrás de esto. Y puede que sí, que el asesinato del Obispo sea parte de un problema mayor.

El Sacerdote de los Senza Nome se llevó el dedo al labio inferior, buscando las palabras que formularan sus reflexiones sobre las informaciones que poseían y las opciones que se les presentaban

- Por otro lado, se necesitará una cabeza de turco, y ¿cuándo les ha importado a los gobernantes cortar el miembro más débil? Y ese asunto de Lupus me huele mal, conozco demasiado a los míos- Terminó sus reflexiones casi en un susurro, porque esas eran implicaciones que la joven manada no podía permitirse - Pero los tiempos de incertidumbre son también tiempos de oportunidades y aquí hay muchas oportunidades

Lennart percibió que la situación se estaba serenando después de que todos hubieran asimilado las informaciones de las que disponían. Se levantó, creyendo saber que los allí reunidos necesitaban, incluso él mismo, algo de movimiento, de acción para alejar los fantasmas que cada uno llevaba en su mente.

- Por eso les propongo, de nuevo, ir al lugar en que se econtraba Guido, a ver si le encontramos todavía allí y conseguimos sacar algo en claro de su confundida mente. ¿Qué les parece?

Marcelo Gozza (Endimion1)
Brujah antitribu

Re: [Trama] Designios Oscuros

#7

Mensaje por Endimion1 » 28 Ene 2021, 17:35

El brujah sintió algo de alivio y sosiego al escuchar a su Ductus. No era extraño que esto sucediese, pues Ojo Puto era esa clase de cainita que sabía cómo y cuándo hablar. Era como ese jugador que siempre pasa desapercibido, que controla el centro del campo y el tempo del partido casi sin que te des cuenta, capaz de agitar el partido con un par de pases y directrices a sus compañeros o de dormir el juego cuando el rival más aprieta. Caso distinto era el de Lenhart, cuyo trato condescendiente para con las palabras del nosferatu primero y del propio Marcelo después no agradaban al florentino. Además él mismo no estaba de acuerdo con la propuesta del sacerdote pero finalmente, y como manada unida que eran al fin y al cabo, acataría lo que se acordase o lo que su ductus le dictase, no en vano, y tal y como le habían inculcado el propio Nardone y Alessa en su iniciación, esa era la esencia de pertenecer a una "familia" como esta, no siempre estarás de acuerdo con lo que se haga, y como buen hermano compartirás tus inquietudes con tus otros hermanos pero, al final, la voluntad de la manada no puede ser cuestionada, pues entonces se perdería la fuerza de la misma.

-Como siempre dices lo que necesitamos oír Ojo Puto. -repuso con un talante visiblemente más calmado el brujah. Pero joder, no podemos bajar la guardia. Como ha dicho Lenhart se van a buscar cabezas de turco, y la mía es la que creo que tiene más papeletas porque por mucho que pensemos que mi período de prueba ha pasado y que he devuelto a la Espada todo, o al menos gran parte, de lo que me ha dado habrá a quien no le tiemble la mano ni la convicción para arrancar las malas hierbas, o al menos lo que ese cabrón piense que es una mala hierba.

Marcelo se detuvo entonces, cogiendo aire y sopesando muy bien lo que iba a decir. Las palabras de Nardone ciertamente le habían tranquilizado, pero la sutil sospecha que había deslizado era como una bola de demolición contra sus nuevas creencias. ¿Acaso dentro del Sabbat había hueco para la traición y las confabulaciones que tanto había visto en camarata de mierda?

-Sobre lo de que hay un "interesado" en que se hayan cargado al Obispo -repuso el brujah mirando fijamente a los ojos de su ductus. Creo que deberíamos cogerlo con papel de fumar, no se si me entendéis. El simple hecho de pensar de que algún cabronazo esté usando los métodos de los lameculos de la Torre para desestabilizar lo que tantos años ha llevado al Obispo construir es algo que me preocupa, casi más, que un ataque de la Camarilla. Si perdemos aquello que nos hace fuertes, nuestra unidad y nuestra convicción, no somos mejores que ellos y perderemos nuestra ventaja. No se que piensas sobre eso sacerdote pero, tal y como yo lo veo, creo que deberíamos guardarnos toda esta mierda para nuestros adentros y ser especialmente sensatos y prudentes al tratar con otros miembros del Sabbat. Por supuesto acataré tus órdenes Ojo Puto, como he hecho siempre, pero creo que es mi deber como cofrade el mostrar mi desacuerdo hacia un "acercamiento" a quienes pueden querer destruirnos. Confío en tu juicio para elegir lo mejor para la manada, y no dudes que lucharé y dejaré hasta la última gota de mi sangre para que lo que tantos años nos ha costado formar no se caiga como un puto castillo de naipes al que un niñato le pega un manotazo.

Una vez hubo terminado volvió a recostarse contra el respaldo de su sillón y aguardó, pacientemente, a lo que los otros cofrades tuvieran que decirle, con la tranquilidad y la satisfacción del que sabe que ha hecho lo que debe, aunque no sea plato de buen gusto...

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Horcado
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Re: [Trama] Designios Oscuros

#8

Mensaje por Horcado » 30 Ene 2021, 17:27

Había severidad en los ojos de Ricardo cuando se propuso a contestar a Marcelo:

-Tus preocupaciones, por ahora carecen de sentido. Es agradable oír en ti un tono mesurado, casi perfecto, pero lo último que ahora quiero oír es que el grupo no tiene determinación conjunta.

Hizo una pausa sin dejar de mirar los gestos del joven exfutbolista. Al cabo de un tiempo, prosiguió:

-El tuyo es un simple mensaje con unas palabras. Por ahora no le des mas vueltas. Si esa cabrona de Lupus te hubiera dado más problemas seguro que habrías compartido tal información, y aunque yo no la descartaría como una amenaza, sí que es verdad que deberíamos quedarnos al margen de ella para empezar, por protegernos y protegerla a ella.

Nardone miró sin proponérselo al ventanuco rectangular frente a él, por donde la luz entra casi rabiosamente al amanecer, que ahora apenas dejaba pasar claridad suficiente.

Quedaron los sonidos de la sala. Crujidos. Las grandes puertas de metal vibraban con el viento del exterior…

-Vivimos la época de mayor manipulación de masas que ha conocido la historia de nuestra especie. La publicidad, los medios de comunicación… Nunca antes han dispuesto de tantas posibilidades para descubrirnos. Y la tendencia es cada vez mayor. No caigamos en la trampa de atraerlos con nuestras acciones, Marcelo, (en relación a la disparidad de negocios que tienen los tres) porque es por ahí por donde nos pueden hacen más daño.

Tras otra pausa en la que parecía que algo tomaba cuerpo en su memoria, Ojo Puto prosiguió dirigiéndose a Lennart:

-Tiene usted razón, señor Lennart. Seamos optimistas, sea lo que sea lo que nos espera allí abajo, nos podemos mover con mucha rapidez y si consiguiéramos dar con Guido, podríamos conseguir más información a tiempo para protegernos. No soy de los que se quedan sentados rascándose el sobaco mientras haya algo estimulante que hacer por ahí fuera.
Última edición por Horcado el 13 Feb 2021, 16:46, editado 1 vez en total.

Marcelo Gozza (Endimion1)
Brujah antitribu

Re: [Trama] Designios Oscuros

#9

Mensaje por Endimion1 » 05 Feb 2021, 18:40

Marcelo se puso en pie, con semblante serio a la par que decidido, mirando a los ojos a su ductus. El nosferatu había hablado, y ahora solo quedaba el mostrar el respeto y obediencia debidos, para que así no se viera debilitada la mañana.

-Pues manos a la obra -contestó en tono vehemente el brujah. Cuanto antes comencemos con esta "misión de reconocimiento" antes terminaremos con la visita a las alcantarillas.

Al florentino no le hacía demasiada gracia tener que moverse por el subsuelo y tener que soportar el nauseabundo olor de las alcantarillas pero sabía que, en el fondo, aquello era por el bien de todos y, como buen cofrade, debía velar por la seguridad y el bienestar de su familia, y por ende de la manada. Tomando paso firme y decido se dirigió hacia su habitación. No es que lo necesitase, al menos no creía que fuese necesario para aquella "ruta turística" pero aún así cogió su pipa y su navaja del falso fondo de su armario y se las guardó dentro de la chupa de cuero que llevaba puesta. Toda precaución era poca y, si bien no tenía la intención de usar aquellas armas contra un hermano del Sabbat, si es que esté se "oponía violentamente" a que lo encontrasen, sus sospechas no habían desaparecido del todo y, a saber quien cojones estaría buscándolos en aquel momento...

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Jimbo
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Re: [Trama] Designios Oscuros

#10

Mensaje por Jimbo » 09 Feb 2021, 11:25

La mirada de Lennart siguió los gestos del Brujah, sus palabras, y al ver que se dirigía a la parte superior de la fábrica, Lennart asintió con la cabeza y se incorporó.

- Mi Ductos, ¿qué le parece la idea de que intente recopilar información de alguien ajeno a Florencia? Quizás una mirada desde fuera, nos diga algo. Ahora cuando baje, me dice

Las palabras a Nardone no necesitaban más contexto, Ricardo había visto al Lasombra varias veces hablar de diversos temas con su antiguo Sire, del que sabía que era una Lasombra de alto rango al que le unía una relación muy estrecha. Sin esperar una respuesta inmediata y recogido en sus propios pensamientos, Lennart se dirigió al antiguo despacho que ahora hacía de aposento.

Antes de cambiarse, tecleó en su teléfono móvil las palabras "Obispo de Florencia asesinado, ha oído algo?" y lo guardó en la memoria del mismo, listo para mandarlo con un solo click. Mientras pensaba en las informaciones de las que disponían, se enfundó unos pantalones de corte militar de color negro y un jersey de cuello vuelto en tono caqui. Unas botas de senderismo completaron su indumentaria. Tomando de nuevo el teléfono y una cartera con dinero en metálico y tarjetas de crédito, bajó al taller.

"Obispo de Florencia asesinado... esto tiene mala pinta" trabajaba la mente de Lennart mientras esperaba para ponerse en marcha cuando estuvieran todos reunidos, recapacitando sobre las palabras de Nardone y Marcelo. "Y animales como locos, la Bestia a flor de piel. ¿Habrá sido algo local? O en toda Florencia?"

- Hermanos, estaba reflexionando sobre si lo que he vivido con los animales de la zona, si lo que mi Bestia ha experimentado, ha sido algo local o algo más generalizado... ¿Les importa, le importa, mi Ductus, que realicemos una búsqueda de "cosas extrañas" en nuestro refugio antes de abandonarlo?

Después de eso, estarían listos para proseguir lejos de su Refugio esa noche que había comenzado de forma tan preocupante

Cerrado

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