[Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

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Jimbo
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[Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

#1

Mensaje por Jimbo » 21 Jul 2021, 08:31

Florencia
7 de febrero de 1997

Imagen

El ocaso trajo consigo la vuelta de la consciencia. El mágico momento en el que el sol desaparece de la vista para dar paso a las horas de oscuridad había sido para el humano Lennart un instante sutil, delicado, del que disfrutaba sobremanera apoyado en el murete de la Chiesa di Santa Maria del Monte Cappuccini, mirando al Po y al fondo, muy al fondo, la majestuidad de los Alpes.

Pero esos eran tiempos que se fueron para no volver. Y ni siquiera una vida eterna, mucho menos "esa" vida eterna, los traería de vuelta.

El último alba les había enviado a cada uno a sus estancias, sumidos en sus propios pensamientos. Sobre todo a Marcelo, se dijo el Lasombra, el cuál volvió a repasar lo sucedido la noche anterior: la muerte, no, el asesinato, se corrigió, del obispo, el comportamiento de los animales sobre todo en su refugio, la perturbadora imagen descrita por el Brujah. La Manada Sin Nombre tenía mucho que tratar antes de ponerse a actuar, y eso le preocupaba al controlador cainita.

Escogió sus ropas con cuidado, con una mirada desdeñosa a la bolsa donde yacía lo que quedaba del trasiego por las cloacas y que iría a la basura ipso-facto. Para esa noche: pantalones "dockers", zapatos cómodos, camisa con los puños doblados hasta el antebrazo. Preparado.

Los minutos previos al sueño diurno los había estado pensando en cómo ayudar a su Coterie en estos momentos, en como utilizar su posición como Sacerdote de los Sensa para darles un empujón sobre todo anímico. Y llegó a la conclusión de que una Vaulderie les vendría muy bien.

Una Vaulderie especial.

Lennart volvió a la habitación de Fiorella y recogió uno de los alfileres que utilizaba la joven para sus trabajos de "reconfiguración de muñecas", por llamarlos de algún modo. Sacudió la cabeza, absolutamente innecesario vivir así, pero cada uno..., concluyó antes de abandonar la pestilente estancia para dirigirse al refugio de Alessa. Entrar allí le devolvió la paz espiritual. Sí, estaba seguro que era lo que necesitaban, así que abrió uno de los cajones para tomar una de las cuentas de cristal que allí había. Una pequeña, de color azul, la cual compliría su función a la perfección.

En esos dos objetos, se dirigió de nuevo a su habitación para recoger la cazoleta militar, la misma de su primera Vaulderie en Florencia. La mantenía siempre lista, preparada. Con esos tres objetos en las manos, se dirigió a la estancia común, al rincón que reservaban para reuniones, rituales, discusiones, charlas amistosas, enfados, reconciliaciones, para todo lo que hace de un grupo una familia.

Y sobre la mesa, dispuso esos tres objetos, y sentado en una silla, buscando las palabras adecuadas, Lennart esperó a sus hermanos.
Última edición por Jimbo el 29 Jul 2021, 11:56, editado 2 veces en total.

Marcelo Gozza (Endimion1)
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Re: [Trama] Palos de Ciego, 07.02.1997

#2

Mensaje por Endimion1 » 22 Jul 2021, 18:15

Para cuando Lenhart llegó a la estancia común Marcelo ya había dejado el refugio comunal. Su sangre brujah corría con pasión y frenesí desbocado por sus venas desde la noche anterior y por ello que fue el último de los miembros de la manada en sumirse en el letargo y el primero en despertar de él. Aquella sensación no era desconocida para el florentino pues, ya desde sus años como mortal, siempre había mostrado gran ansiedad e impaciencia siempre que sucedía, o estaba próximo a suceder, algún evento que pudiese afectar a su existencia. Fue por ello que, sin pensar demasiado en las consecuencias, decidió salir a tomar el aire y, de camino, aprovechar para alimentarse.

La noche anterior había abusado de sus dones y, aunque en el camino apresurado de vuelta a casa había tenido la oportunidad de tomar un "tentempié", la bestia de su interior demandaba más alimento para apaciguarse. Además, tal y como le había enseñado la experiencia, sus dones podían permitirle hacer todo lo que quisiera pero requerían del uso masivo de vitae para poder darles rienda suelta. Caminó por los alrededores de la antigua fábrica y, si bien aún era temprano, no tardó demasiado en vislumbrar a dos jóvenes yonquis que, entre risas, se dirigían a un callejón para meterse un chute. Los siguió, a cierta distancia, hasta que la pareja se sentó en el suelo y uno de ellos sacó una jeringuilla. En ese instante, y como si se tratase de una exhalación, Marcelo apareció a toda velocidad al lado de uno de ellos y le propinó un fuerte puntapié en el esternón, que vino acompañado del crujido de un par de costillas rotas. Al tiempo, y mientras el yonqui al que había pateado se esforzaba por llenar de aire sus pulmones, tomó al otro por la garganta y clavó sus colmillos en él. Bebió lo suficiente para no acabar con su vida y, como si se tratara de un despojo, lo arrojó a un lado fijando su atención en el hombre al que había golpeado. Se abalanzó sobre él, dejando cierta libertad a la bestia para que disfrutase del festín, y tomó lo que por derecho de caza le correspondía. Una vez hubo terminado se limpió con la manga de su chaqueta, propinó un par de golpes a los dos desgraciados, limpió las heridas de la mordedura y tomó el dinero que llevaban encima. No es que lo necesitara ni le importara pero, tal y como estaban las cosas, era mejor no llamar demasiado la atención y el fingir una paliza con robo era lo mejor, dadas las circunstancias, pues no sería bueno ni para su manada ni para el propio florentino que la policía destinara recursos a investigar un homicidio en los alrededores de la fábrica.

Tras la caza Marcelo notó como la bestia comenzaba a calmarse y, ayudado por su voluntad, pudo volverla a encerrar en su interior, al menos hasta que su presencia fuese otra vez necesaria. Aún así su mente seguía bullendo, lanzando ideas y teorías, a cual más enrevesada, sobre todo lo vivido la noche anterior. De manera instintiva, y buscando calmar aquella "tormenta de ideas", el brujah comenzó a correr por los estrechos callejones, sin destino y como alma que lleva el diablo, enfocando sus pensamientos en saltar, esquivar, girar y moverse a toda velocidad. En aquella vorágine de velocidad y derroche físico, sin llegar a recurrir a sus poderes, Marcelo sintió cierto alivio y, como inmerso en un trance, notó como una sensación de "paz interior", difícilmente explicable en alguien que realiza ese tipo de esfuerzo, se adueñara de su ser. Continuó corriendo y, cuando se quiso dar cuenta, se encontraba en lo alto de un parque, un tanto desorientado, pero sin duda a cierta distancia del refugio. Se sentó en el suelo e inspiró hondo, en un acto tan reflejo como inútil para llenar de aire sus pulmones, y entonces cayó en la cuenta en lo estúpidamente que había actuado aquella noche. No solo se había ido del refugio sin avisar a sus hermanos, lo que dado las circunstancias podía llegar a ser malinterpretado, sino que además lo había hecho sin compartir con ellos todo lo que había descubierto la noche anterior y, además, se había expuesto de manera estúpida alejándose tanto de la fábrica. Al menos su mente ahora estaba despejada y su fuego interior parecía haberse calmado un poco. Tal y como le había dicho Alessa en su iniciación el debía ser el acero templado con el que sus hermanos pudieran contar en todo momento, la roca a la que sujetarse cuando la corriente de la vida, o la no vida, fuera tan fuerte que amenazara con llevarse por delante a la manada y, muy a su pesar, sus actos egoístas de aquella noche no habían contribuido a ello.

Sumido en estos pensamientos se puso en pie comenzó a caminar en dirección al refugio. Se percató que, por suerte para él, no estaba demasiado lejos, apenas a 15 o 20 minutos a pie. Tenía que apresurarse en volver, pero también debía hacerlo manteniendo un perfil bajo. Con un puto asesino de Obispos suelto, un grupo de los jodidos locos campando por las cloacas y un jodido escultor majara dando rienda suelta a su "arte" por la ciudad no era prudente moverse solo, y mucho menos hacerlo tan alejado de la seguridad de su refugio, todo ello sin contar con algún "eventual encuentro" con un miembro de otra manada que quisiera tomarlo por el jodido mata Obispos...

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Horcado
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Re: [Trama] Palos de Ciego, 07.02.1997

#3

Mensaje por Horcado » 26 Jul 2021, 11:10

Los ruidos que llegaban a la gran sala utilizada como almacén y garaje que Nardone frecuentaba como lugar de descanso, indicaban que alguno de sus compañeros ya había despertado.

A pesar de ello, el Nosferatu permaneció inmóvil. Reflexionando sobre lo acontecido la noche anterior, lamentando no haber tomado alguna clase de…

Durante el letargo diurno, tuvo un sueño ligero cargado de pesadillas. Aunque su consciencia no alcanzaba la plenitud hasta que su cuerpo y sus extremidades realizaran ciertos movimientos de resucitación, la actividad semiconsciente le había llevado por pasajes apocalípticos. En el último de ellos, el Obispo yacía en sus brazos, moribundo, y le decía: “Me has robado a mi hijo”.¿?

Echó un ojo a las tres puertas cerradas que separaban esa sala de otras dependencias del local, y apoyó los pies en el suelo.
Avanzó por la estancia como un borracho tambaleante, como si hubiese entrado en un plano de existencia hasta entonces insospechado, mientras terminaba de recuperar por completo todas sus aptitudes.

Eran muchas las cosas que hubiera deseado hacer. Habría vendido su alma inmortal por poder retroceder en el calendario una misera semana sabiendo lo que sabía ahora.

Una vez alcanzada la sala en la que esperaba Lennart, miró con curiosidad los objetos seleccionados por su sacerdote para materializar el pequeño rito que realizarían, y que serviría como vínculo apreciativo en el esbat.

En el mismo momento en que cruzó su mirada con la de su compañero, Nardone comprendió que estaban solos, y se preocupó bastante ante la desaparición de Marcelo, conocedor de la desazón en su cabeza ante lo que les describió, aunque sabedor de lo acostumbrado del Brujah, a tomarse este tipo de concesiones a sabiendas del esbat convocado.

Aún no había nada claro, y a Nardone, de algún modo le incomodaba creer que estando aún allí sentados en su refugio, las cosas iban a mejorar.
Parecía que nunca llegaran a tiempo de alcanzar las pistas que les pudieran ayudar a esclarecer cual iba a ser el futuro inmediato de Florencia en lo que a ellos respectaba. ¿Seguiría siendo la clave de las incertidumbres el chiquillo del Obispo como le indicaban sus visiones?

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Re: [Trama] Palos de Ciego, 07.02.1997

#4

Mensaje por Jimbo » 28 Jul 2021, 10:09

Lennart esperaba, su cuerpo tranquilo pero su mente trabajando. La espera, tener paciencia, le habían sido inculcadas desde su niñez: sus decimonónicos padres le daban especial valor al significado de la espera, una educación clásica frente al mundo acelerado al que se enfrentaban. El paso de los años acentuó esa capacidad, algo que en tiempos como ghoul le sirvió para no desesperar, sabiendo que el abrazo sería cuestión de tiempo. Y sabiendo que el tiempo dejaría de tener valor.

Así que allí estaba, manos extendidas sobre la mesa y los objetos recopilados entre ellas. Cuando llegó su Ductus ya había llegado a varias conclusiones, así que, a modo de saludo, se las comunicó a Nardone.

- Mi Ductus, creo que tendremos que andarnos con cuidado, pero tenemos margen de maniobra. Es el momento de tomar decisiones, y creo que una breve ceremonia nos ayudará a unir nuestro pasado con nuestro presente, a vigorizar lazos que querrán que se nos debiliten. Que nos ayudarán a ser uno y fuertes.

Y Ricardo Nardone, el Ductus de la Cofradía Sin Nombre, asintió con la cabeza.

Marcelo entró por la puerta del Refugio, y viendo a sus cofrades sentados a la mesa en silencio, se unió a ellos. Pasaron así, en silencio, un instante que a alguno le pareció interminable, a otros liberador. Lennart alcanzó la cazoleta y el cuchillo ceremonial y habló, con una voz pausada, lenta, vocalizando hasta la última letra. Proyectada hacia adelante.

- Hermanos, nos encontramos en una situación que requiere fortaleza, unidad, sacrificio. Revigoremos nuestro vínculo, no sólo con el presente, sino también con el pasado - pasó su mano por encima de la cuenta de vídrio azul, por encimal del alfiler - para tomar decisiones que nos lleven al futuro

Alcanzó el cuchillo y con un rápido corte la vitae empezó a brotar preciosa, espesa, roja. Caía en la cazoleta, lentamente, y pasado unos segundos, con una breve orden mental, el guardián cerró su herida. La cazoleta pasó entonces a Nardone y Marcelo, los cuales aportaron parte de sí, de su ser, al contenido del recipiente, que volvió a Lennart.

- Esta hermandad no está completa sin los recuerdos, sin ese bagaje que era parte de nosotros. Por eso añado este alfiler, esta piedra, porque contienen la esencia de los que no están y aqunque tampoco estarán, sí nos acompañan en este camino.

Y bebió de la cazoleta.

Cuando todos hubieron imitado a su Sacerdote, el tono del Lasombra cambió, pasando a ser el habitual, con el deje Piamontés que acortaba las consonantes y un cierto "afrancesamiento" de la pronunciación. Sus cofrades, ya acostumbrados, comprendieron de inmediato que era el paso de la parte litúrgica al momento de narrar acontecimientos, decidir qué hacer, planear sus siguientes pasos.

- ¿Qué sacásteis en claro de ayer? Yo, aparte de que tenemos que organizar un sistema de seguridad más eficiente de nuestro refugio, poca cosa. Tenemos que mostrarnos en círculos para dar nuestro apoyo a la Espada, mostrarnos, pero en concreto, no se me ocurre mucho... es más, ¿deberíamos buscar información activamente de lo sucedido ayer? O por el contrario, ¿deberíamos preocuparnos de que no nos embarre el fango que se comenzará a repartir?

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Re: [Trama] Palos de Ciego, 07.02.1997

#5

Mensaje por Horcado » 29 Jul 2021, 10:30

La conversación avanzaba con los tres sentados bajo la siniestra y mortecina luz de una pequeña lámpara industrial de latón que colgaba del techo de la habitación. Varias polillas revoloteaban alrededor, ofreciendo sus sombras en movimiento a las paredes de la sala.

Consciente de lo controvertido de su visión, decidió no mostrarles ni siquiera una parte de la misma que, considerando la situación actual, crisparía aún mas los nervios del grupo, ya de por sí frágiles.

En un momento de la charla, Nardone apoyó el codo izquierdo en la mesa para así poder sujetar su cabeza con facilidad, tapándose la boca y parte de la cara con el puño. Ya habían pasado muchos años desde que su forma de hablar fuera ridícula. Había aprendido de nuevo a vocalizar y había dejado de escupir al gesticular, pero ante conversaciones cerradas, aún mantenía la costumbre de ocultar indirectamente su órgano oral.

-Al materializar tal golpe al Sabbat, un golpe tan evidente, con tanta tosquedad, los ejecutores deben cuidar de no acabar ellos mismos siendo golpeados del mismo modo. Por eso temo que sea demasiado pronto para mostrarnos ante la Espada. Mis razonamientos cada vez se acercan más a las conclusiones que obtuvo Marcelo la noche anterior. No deberíamos ponernos en el punto de mira de ninguna de las cofradías, ni dejarnos manipular por sus sesgos ni por sus hallazgos si nosotros mismos no podemos refrendarlos. En esta situación, frente a la amenaza, debemos de actuar con contundencia incluso con los que considerábamos nuestros aliados, porque la lucha de poder en la ciudad ya habrá dado comienzo.

Hizo una pausa pensativo y prosiguió:

-Si tenemos que renunciar a la verdad, cuanto más a la mentira…

Su mente volvió inconscientemente al chiquillo del Obispo. Su sentimiento de tristeza, el vínculo mas allá de la pérdida del mentor con el que se identificaba en cierto modo con él. Percibir ese sufrimiento, engendraba cierta compasión en el Nosferatu, pero aun así había algo que no encajaba.

-Por otro lado, y refiriéndome a Guido, cuando no dependes ya en lo interno o en lo externo de tu padre, cuando vas y vienes con libertad, eliminas la mentalidad que te apega. Ese factor repleto de “impedimentos”. Por eso, en un principio creo que no deberíamos ni proteger ni defender abiertamente al chiquillo. Si siempre ha parecido que buscaba la soledad, parece que ha encontrado lo que buscaba habiendo desaparecido sus protectores. Permanecer neutrales como cofradía no nos va a hacer mejorar nuestro status, pero no empeorará el negocio de Marcelo, en el que, por cierto, podríamos dejarnos caer en algún momento de la noche, tras realizar las tareas que creamos oportunas. Considero que si defendemos nuestros intereses como cofradía, sabremos dónde poner nuestra atención, Sr. Lennart.
Última edición por Horcado el 17 Oct 2021, 20:56, editado 2 veces en total.

Marcelo Gozza (Endimion1)
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Re: [Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

#6

Mensaje por Endimion1 » 02 Ago 2021, 10:22

Marcelo llegó al refugio, aún sumido en sus pensamientos pero con sus ideas bastante más claras, con la intención de dar explicaciones sobre sus actos a sus hermanos pero, al encontrarlos en la sala común esperándole para iniciar un ritual, decidió que aquella conversación tendría que esperar. Había aprendido, durante su aún breve pertenencia a la Espada, que aquellas celebraciones no eran caprichosas ni se realizaban de manera aleatoria o salvaje, tal y como le habían inculcado durante su "antigua" no vida, sino que tenían un fuerte significado para los que participaban de ellos y se utilizaban, como en este caso, para reafirmar el compromiso voluntario entre los cofrades como iguales.

Con toda la solemnidad de la que era capaz el brujah bebió de la cazoleta cuando llegó su turno y, con atención, escuchó lo que sus hermanos tenían que decirle. Primero oyó las palabras de su sacerdote durante el ritual, reconfortantes a la par que apaciguadoras, sin duda para calmar los corazones de sus hermanos y ofrecerles una situación propicia para expresar sus sentimientos de manera libre y clara. Después vino la propia opinión de Lenhart, sobre como debía la Sin Nombre "dejarse ver" ante otros miembros de la espada. Una puta mierda de idea en opinión de Marcelo, sobretodo teniendo en cuenta su propia situación y todas las posibles ramificaciones que un atentado como el que se había perpetrado la noche anterior podía tener. Después Ojo Puto tomó la palabra, serio y sereno, dando un enfoque mucho más pragmático y propio de alguien de su posición, enfrentado totalmente al planteamiento del Lasombra. Tras ello sus dos hermanos giraron sus rostros hacia el florentino, a la espera de que diera su opinión sobre todo lo que había vivido la noche anterior, como si quisiesen que sus palabras fueran las que dirimieran aquel "entuerto". Marcelo, entonces, tragó saliva y se dispuso a hablar, comenzando con las explicaciones sobre su ausencia, pero tras ver como sus dos hermanos cumplían a la perfección con su papel dentro de la manada, Lenhart proporcionando la unidad y serenidad que aquella familia necesitaba en aquel momento y Nardone ejerciendo de líder firme y de confianza, decidió dejar a un lado aquellas "excusas". Estaba claro que tanto el sacerdote como el ductus estaban al corriente de que algo en el interior del brujah no estaba del todo bien, y de que lo sucedido la noche anterior le había afectado de una manera que solo el propio Marcelo conocía, pero, al igual que ellos se habían esforzado en cumplir con su papel dentro de la Sin Nombre, el florentino debía hacer lo propio, siendo la piedra donde la manada se anclase y se mantuviera firme para no ser llevada por la fuerte corriente que los acontecimientos de la noche anterior estaba trayendo consigo.

-Yo estoy de acuerdo con lo que dice Ojo Puto. -comenzó Marcelo. Tal y como están de jodidamente putas las cosas lo mejor será mantener un "perfil bajo" y ser muy selectivos con quien nos relacionamos. Tenemos que pensar en todas las posibilidades y, si bien lo del asesinato del Obispo apesta a camarta que hecha para atrás, no deberíamos descartar la opción de que alguien dentro de la secta, sediento de poder, esté buscando hacerse con el control de la ciudad...

El brujah sabía lo que aquellas palabras conllevaban; el mero hecho de insinuar algo así de un hermano Sabbat era, cuanto menos, peligroso pero, del mismo modo, sabía que estaba entre iguales que le aceptaban y le respetaban y, a buen seguro, aquella idea ya se les había pasado por la cabeza tanto a su ductus como a su sacerdote, aunque probablemente el único con huevos para decirlo en voz alta había sido el florentino.

-De todas maneras estaré a lo que decida la Sin Nombre, como siempre, dispuesto a ser el instrumento ejecutor de la voluntad de nuestra manada. -repuso Marcelo. En cuanto al tema de Guido y las putas cloacas creo que no debemos dejarlo a un lado. Allí abajo se cuece una buena mierda y yo sigo con la corazonada de que el chiquillo del Obispo sabe o vio algo relacionado con la muerte de su padre y, por pura supervivencia, se está esforzando por esconderse en ese puto laberinto subterráneo. Además, y según me dijo un humano que supuestamente se relacionaba con él, allí abajo también hay un grupo de jodidos encapuchados que andan tras él, aunque por suerte parece que Guido es una rata escurridiza y no se deja encontrar fácilmente. Estos encapuchados al parecer son lo peor de lo peor, unas jodidas bestias sin escrúpulos que a saber que coño hacen ahí abajo. Y luego está lo del escultor loco de los huevos y su "profecía" sobre el final de todo...

Marcelo quedó, entonces, a la espera de ver que decían sus hermanos. Él ya había hecho su parte y dado su punto de visto, ahora tocaba a la manada decidir que hacer y a él acatar la voluntad nacida del consenso entre iguales...

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Re: [Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

#7

Mensaje por Horcado » 16 Ago 2021, 22:27

Con las últimas palabras de Marcelo, la cara de Lennart intentó mostrar extrañeza, quizás una extrañeza poco grata. Tras esas graciosas gafillas, no hubo finalmente ningún gesto de desconcierto, ni comentario alguno acerca de la historia de los encapuchados. Nardone pensó que quizás su propia expresión sería también la de sorpresa.

Sin realizar comentarios que añadieran mayor turbación, Nardone se levantó de aquella mesa y dando por sentado que sus compañeros le estaban siguiendo, avanzó con cierta lentitud hasta llegar a una cochera, que ya hacía tiempo se había convertido en una amplia habitación con unas escaleras que llevaban a las dependencias del altillo, y que todavía guardaba el viejo vehículo que acostumbraban a utilizar. Al Nosferatu no le gustaba pensar que su almacén era demasiado grande para ellos ya que a pesar del desorden, las dependencias podrían servir de refugio a más cofrades, cuando el grupo se hiciera más grande.

Ricardo tampoco quiso decir más sobre su motivo para ir al local. Obtener información de primera examinando como en otras ocasiones, a los cainitas que allí llegaban de todas las partes de la ciudad. Su preocupación estaba en qué tipo de cainitas se iban a encontrar esa noche, y cómo no, considerar a todos y cada uno de ellos sospechosos.

Con una sudadera dada de sí, y unos vaqueros andrajosos, por pura negligencia, se puso en marcha y fue seguido por sus dos compañeros.

Hablando en términos humanos, no era una parte recomendable de la ciudad. Todos aquellos edificios y bloques de apartamentos oscurecidos por el humo y el hollín parecían ocupados, pero sin embargo se percibía un débil indicio de desuso, como si la posibilidad de un abandono inminente fuera apremiante. En uno de los rincones había una motocicleta y un coche, viejos y oxidados, que daban la impresión de que hacía tiempo que la movilidad estaba fuera de su alcance.

El líder de los sensa nunca se sentía del todo cómodo con su imagen, y tampoco estaba muy de acuerdo con mezclarse con un puñado de bolsas de sangre, por lo que, en resumidas cuentas, gran parte de la velada la iba a disfrutar en unas estancias contiguas que funcionaban como almacén y puerta de escape. Sería el lugar perfecto si alguien de su propio clan quisiera ponerse en contacto con él, y si no, en cualquier caso, siempre podría ser Marcelo quien trajera al interlocutor a hablar con su Ductus, si creyera que fuera necesario.

Tras apearse del vehículo a unos metros de la puerta trasera y atravesar un pasaje largo y oscuro, llegaron a la fría habitación en la que Nardone comenzaría la noche. Una vieja mesa de madera maciza del tipo de las de las bodegas y cuatro taburetes, llenaban dicha estancia. Notó la mirada fija de Marcelo en él, cuando puso en práctica el uso de su disciplina favorita, que combinada con las sombras, ocultaría de una primera vista el horror que pudieran causar sus deformaciones.

-¿Tengo aspecto de drogadicto, amigo mío? – se dirigió a Marcelo, con un tono burlón en su voz, mientras esbozaba una malvada sonrisa…

Marcelo se limitó a seguir avanzando en silencio y adentrándose en el local. Al poco rato ya estaban Lennart y Nardone solos; apenas hubo tiempo para reaccionar y ya entraba un hombre arrastrando sus pies, prácticamente semiinconsciente, como providencialmente dirigido por el Brujah. Nardone idealizó el gesto de Marcelo, contemplando al primer borracho alborotador de su noche, aparentemente como una cuba, con al cara contusionada. Era pequeño, con tez morena y una complexión fuerte. Tenía ambas mejillas inflamadas y su ojo izquierdo completamente hinchado y cerrado.

Nardone realizó una mueca similar a una sonrisa, y apenas le susurró “dolce far niente”, querido Marcelo, “dolce far niente”.

-Por ahora nos divertiremos. Ya habrá tiempo de adentrarse en arenas movedizas.

Marcelo Gozza (Endimion1)
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Re: [Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

#8

Mensaje por Endimion1 » 29 Ago 2021, 12:28

Marcelo observó a su ductus con un rostro algo disgustado por sus palabras. Era plenamente consciente de que "ese" que llevaba a cuestas no era, ni por asomo, alguien con quien pudieran hablar de todo lo sucedido la noche anterior pero, del mismo, Ojo Puto también sabía que aquello no era más que un tentempié, un entretenimiento para evitar que tuviera que dejarse ver entre la multitud...

-Tomad hermanos, un pequeño aperitivo de mi parte. -dijo el brujah lanzando el cuerpo del borracho a los pies de sus hermanos. Voy a dar una vuelta, a dejarme ver, con algo de suerte algún miembro de la Espada aparecerá por aquí esta noche, aunque solo sea por ver si sigo en la ciudad y tratar de echarme el guante. De todas maneras no estaría de más que, cuando os cansaseis de holgazanear, os dierais un "paseíto" por el garito. Lo mismo hasta puede que os deje repartir unas cuantas hostias en la arena, si es que os veis con ganas, y de paso, si algún miembro de la Espada tuviera intención de joderme os tendría para cubrirme las espaldas...

El florentino dejó, entonces, a sus dos hermanos en el almacén, junto a los barriles rotos y vacíos y las cajas de botellines rotas, vacías y apiladas que se encontraban rodeadas de polvo, ratas y telarañas. Con paso firme entró en la gran sala común del local, una suerte de sótano amplio donde el olor a sudor, sangre, alcohol y humo se mezclaba creando un ambiente cargado y, desde luego, malsano. Se alegró de no necesitar respirar al tiempo que dejaba que su vista se extendiese por todo el lugar. Hombres y mujeres se apiñaban alrededor de la zona central del sótano, donde una arena de combate, rodeada por tablones de madera que hacían las veces de barrera, se había en un improvisado circo romano donde unos "gladiadores" un tanto venidos a menos soltaban adrenalina y peleaban por sobrevivir dentro de la arena. Caminó por entre las gentes que allí se encontraban, luciendo su mejor sonrisa y saludando a los "parroquianos" del lugar. Si bien era cierto que no le agradaba el tener que confraternizar con los humanos aquello resultaba una "obligación" para atraerlos a aquel antro y, así, poder dar rienda suelta a sus sentimientos y satisfacer sus deseos más oscuros. Devorar el dolor, el miedo y la adrenalina que los luchadores de la arena demostraban era como una droga para Marcelo. Aquellos sentimientos, que de alguna forma que no entendía quedaban "impregnados", por así decirlo, en la sangre de los que combatían, le daban a su sustento un sabor que Marcelo adoraba. Quizá fuera la mezcla de alcohol, tabaco y adrenalina que corría por las venas de los que luchaban pero, fuera como fuese, aquello era algo a lo que el brujah no estaba dispuesto a renunciar.

Mientras tanto también aprovechó para "buscar" a algún miembro de la Espada que pudiera haberse dejado caer por ahí. Era cierto que Marcelo no tenía muy buena fama entre los Sabbat, debido a su condición de recién llegado y a que muchos sospechaban de su lealtad a la secta, pero aún así no pocos de los más violentos y belicosos cainitas de la ciudad se dejaban caer, de vez en cuando, por el local. Incluso en alguna ocasión se habían organizado combates entre vampiros, con plena libertad de uso de disciplinas, con objeto de demostrar la fuerza y la habilidad que cada cual tenía y, de camino, aquellos enfrentamientos servían para fortalecer a la propia Espada, de la misma manera que un herrero afilaba una hoja contra la rueda, o al menos eso quería pensar el Florentino.

A la espera de que sus hermanos se animasen a adentrarse en la zona común, y con especial atención a la llegada de algún cainita, Marcelo se dispuso a disfrutar de aquella noche, con la esperanza de que el plan de su ductus diera los frutos esperados...

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Re: [Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

#9

Mensaje por Jimbo » 07 Sep 2021, 11:22

Pantalones casual, camisa blanca remangada hasta el antebrazo, zapatos resistentes de cuero y una chaqueta de esport que dejó sobre uno de los cajones del almacén, quién de los parroquianos se la va a querer llevar. La American Express en el bolsillo secreto del pantalón y las palabras de su Dama en su mente: "la Visa es de pobres"

El trayecto hasta el local, por llamarlo de alguna manera, de su cofrade le había puesto de un excelente humor. Lennart había abandonado el Refugio sumido en oscuros pensamientos, pero la charla de Marcelo, la actitud de su Ductus, le hacían creer que ellos, los Sensa Name, saldrían de la complicada situación que azotaba Florencia mejor de lo que estaban hace apenas un par de semanas. Sí, a río revuelto, ganancia de pescadores, y ahora estaba muy revuelto y él, Lennart Emanuele di Bricherasio Bernadotte, se consideraba un gran pescador.

El Guardián había estado varias veces en el local de Marcelo, y aunque no le agradaba, lo comprendía. Entendía a los que allí se reunían y sabía que su aspecto llamaría más la atención que el de su Ductus. Pero se manejaría bien: una pizca de Intimidación junto con un simple "Vete" le darían la tranquilidad para observar lo que se cocía en el local.

Abrió la puerta para adentrarse en la nave central y agradeció que su cuerpo no sudase, porque parecía que literalmente se cociese algo allí dentro. Tomó un Cigarello de su pitillera y lo encendió, mientras esperaba a que sus ojos se acostumbraran a la luz del local. Y observó a su alrededor, recostado contra la pared.

Una vez hubo localizado a Marcelo, al que hizo un gesto con la cabeza, se dedicó a estudiar el entorno. Los presentes se desplazaban de una manera que le parecía aleatoria, tomando cervezas de una caja con hielo situada en una de las esquinas y juntándose, hablando entre ellos, muchos disfrutaban del combate que se celebraba en la tarima central, pero otros símplemente vagaban en círculo. Lennart se preguntó si realmente, como esperaba Marcelo, algún Cainita estaría allí esa noche, y buscó: gente solitaria, gente que no sudase, que no bebiese, gente que observara a su alrededor.

En definitiva, buscaba a otros de su estirpe.

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Horcado
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Re: [Trama] Palos de Ciego (Florencia, 7 Febrero 1997)

#10

Mensaje por Horcado » 17 Sep 2021, 16:19

Un momento después la puerta volvió a abrirse y a la nave central entró un hombre. La indumentaria no había variado: Sudadera con capucha y vaqueros agujereados. En cualquier caso, la apariencia sí lo había hecho, o al menos lo suficiente como para que una concurrencia tan selecta como la que allí había no notara su auténtica naturaleza. Para el Nosferatu no resultaba difícil suavizar sus facciones para que nadie lo notara.

Era curioso después de todo. La curiosa escena que planteaba Marcelo en su garito todas las noches. Borrachos, adictos, espléndidos tiradores y aficionados a las apuestas, busca vidas que siempre podrían hacer cualquier cosa a cambio de algo...

A Nardone no le gustaba rodearse de aquellas personas. En realidad de ningún ser humano. La ironía de tener que ocultarse pareciéndose a ellos. Ése “morir para ser yo mismo”…

Avanzó tranquilamente hacia el rincón en el que se encontraba Marcelo. Si Lennart hubiera vuelto la vista en ese momento, hubiera visto a su ductus cruzando la gran sala a sus espaldas, pero parecía más concentrado que ellos en dirimir al rebaño para encontrar algo de oro en la inmunda batea que era aquel antro.

Por su parte, Ricardo, desearía para esta noche que al menos, por las calles circularan extraños rumores…

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