Despertar: Una Nueva Era

[Variable]

Una Nueva Era

Estamos en el año 2020. Coincidiendo con su octavo año a cargo de la ciudad, el príncipe Marcus ha decidido otorgar permiso para crear progenie a un buen número de neonatos, con el fin de repoblar y asentar su poder en Madrid.

Este derecho es otorgado en muy raras ocasiones, y supone que, por defecto, los nuevos Sires van a tener que deber un favor al príncipe. Es una jugada maestra por parte de Marcus, pero también una oportunidad excelente para unos neonatos que, de repente, van a subir un escalafón en la jerarquía de la ciudad.

La presentación de los nuevos retoños será oficial a partir de la ceremonia que conmemora el ascenso al poder del príncipe, una espectacular fiesta que será organizada por Elena, su chiquilla. Este evento tiene el nombre de "La Promesa".

En el Prólogo, jugaremos el periodo inmediatamente anterior a "La Promesa", el que implica el Abrazo y la introducción en sociedad de los nuevos vástagos. Bien sea como mortal o como vástago, para participar en este capítulo (y obtener la debida experiencia), todos los personajes deben postear en este hilo un post introductorio en el que se introduzca a los personajes en un momento inmediatamente anterior a cualquier post que pueda suceder en el capítulo. Colocar ese post implica tener que gastar un punto de sangre.

Cronológicamente, este capítulo comprenderá desde Enero de 2019 hasta el 1 de Febrero de 2020, día anterior a la celebración de "La Promesa".

En tiempo de juego real, este capítulo tendrá una duración variable todavía por definir. Se avisará del final del capítulo con tiempo suficiente para cerrar los temas pendientes.

[Pilgernd]

Un temblor hace resonar las paredes y el suelo bajo mi cuerpo, lo que me hace reaccionar sobre exaltado. Observo alrededor lentamente para acostumbrarme a la oscuridad imperante, y poco a poco me desperezo.

El lugar posee un silencio sepulcral a estas horas, los demás permanecen en ese estado totalmente inactivos, la mayoría parecen muertos con sus ojos cerrados, pero algunos duermen con los ojos abiertos, algo que aún me perturba cada vez que me doy el tiempo para observarles en ese estado tan quieto, ¿yo dormiré de la misma manera? Aún no me acostumbro tan bien como les digo a esto, especialmente a sus caras extrañas… de seguro es el efecto de una droga, como al krokodil o las metanfetaminas, pero una muy fuerte como para deformarlos así… debe ser eso, pues parece que yo no luzco como ellos… aún.

Me agarro mi cabeza con ambas manos, mientras estoy sentado aún en el suelo y repito sin parar en mi mente, hasta que los demás se despierten el mantra que me llevo diciendo en los últimos días.

“Soy Cristian, vine a Madrid como turista. No soy un yonqui ni era asiduo a las drogas, soy un humano no un chupasangre (Y esos perros ¡¿qué?!) o como sean que me llaman los demás. No soy un monstruo (Pero esos instintos siempre estuvieron ahí, ¿no?) puedo controlarme y deseo recuperar mi vida (¿Seguro que deseas recuperar aquello que llamabas vida?)...”

[Livia]

Había algo peor que dormirse y eso era despertarse, abrir los ojos a un mundo cruel y tan poco interesado en los libros como en pagarle las facturas. Casi siempre se despertaba de muy mala leche, tanteaba con la mano en el cajón que le servía de mesilla de noche para ponerse las gafas. Después encendía la luz, para ver un sótano que más bien parecía una cuevecilla excavada en la roca. No era un lugar muy agradable pero era lo que tenía y allí había pasado uno de los mejores momentos con su padre, cuando aún vivía, ayudándole a restaurar viejos tomos a punto de perderse para siempre.

- Buenos días, papá - murmuró, dándole un beso a una vieja fotografía de marco metálico y desgastado.

En esos momentos, recién levantada, con un pijama de ositos y los pies sobre una viejas zapatillas, se puso a soñar despierta con tiempos mejores hasta que una musiquita molesta le recordó en su móvil que iban a pasarle la cuota de la seguridad social de ese mes.

- ¡Maldita sea mi estampa! -pronunció, furiosa, llevándose la mano a la frente y corriendo descalza escaleras arriba para tener cobertura -¡Que haya dinero suficiente, por favor!

Con la cara pegada al móvil trasteaba su cuenta bancaria en una colorida y alegre aplicación. Al conocer el resultado de su saldo, se dejó caer en un viejo sillón con orejas en la trastienda que le hacía de sala de estar y almacén. No es algo que le hiciera mucha gracia pero había que volver al tajo. Al de verdad, al que daba pelas y mantenía esa ruina de negocio fundado en 1901.

- Eh, ¿hola? Mira, ¿qué tal estás? Perdona que te moleste a estas horas. Es que este mes ha sido un poco flojito, ¿no tendrías algún trabajillo para mí? Con adelanto a ser posible...

Qué forma más bonita de empezar el día...

[Toxizer]

" Jab, bloquea bien esa vacaburra, un poco de baile. Jab y combinación, 1,2,3 al torso, el último le ha dolido. Atrás, que venga, ven, ven, directo rápido, bien. A castigar el hígado, ahí ... bloquea, bloquea, no hay dolor, putos brazos de hierro joder. A fajarse, que no se le suba a esa capulla; así así, mierda, la campana"

Dos mujeres se enfrentan en un combate de boxeo en un patio vecinal del madrileño barrio de Orcasitas. Son las 12 de la noche pero aún hace un bochorno increíble. Hay público alrededor del patio y en todas las ventanas montando un escándalo tremendo. Las luchadoras se encuentran en sus respectivos rincones.

- Tienes suerte de que sea solo a puños - dice Eusebio "Matador" a su protegida, Jessica - Josefa está acostumbrada a las mma y usa su peso para la lucha en suelo, recuerda que está en tu terreno. Vamos a por el sexto campeona.

" Matador tiene razón, soy más rápida que esa mostrenca y jugamos con mis reglas predilectas"

Jessi mira a una ventana del primer piso y su mirada se encuentra con la del misterioso jefazo que ha aparecido como salido de la nada. Según Salva "el Manco", es un tipo importante que hacía años que no aparecía por Madrid.

" Puto Salva, se debe estar hinchando con las apuestas" - piensa la joven al ver a su "promotor" correteando entre el gentío.

Suena la campana, las dos mujeres se ponen en pie y retoman el combate. Jessi se lanza con agresividad contra Josefa "la Chancha", una impresionante luchadora de 1,85 y 90 kg de peso. Jessi, mide 1,80 y pesa 61 kg. En una competición oficial deberían luchar en categorías distintas; sin embargo, esto es la calle y Jessi debe pelear con quien sea. En los últimos años ha luchado con todo tipo de hombres, mujeres y hasta con un burro; con reglas de boxeo y de artes marciales mixtas.

" Te voy a coser a hostias Chancha. Esquiva, esquiva, ¡ Esquiva joder! Bien, bajemos un poco, aún quedan 4 asaltos más. Menudo jab de mierda, ¿ De que va esta tía? Ok, era eso, no me impresionas. "

De repente, Josefa logra meter un uppercut a la mandíbula de su bella contricante. Jessi cae al suelo, el árbitro empieza el conteo pero ésta se incorpora con rapidez. El invitado sorpresa de la velada, un apuesto gitano de mediana edad que luce un traje blanco, se ha incorporado con gesto de preocupación cuando la joven ha caído al suelo.

" Mierda, me ha cazado, veo que aún le queda fuelle, debo cansar a esa cerda"

[Ebetta]

Estaba en esa acomodada casa, no era lujosa pero si hogareña y extrañamente cómoda. Llevo dos años viviendo aquí y aun no me he acostumbrado, como me voy a acostumbrar a vivir con alguien? siempre he vivido mas o menos sola, con independencia.

Me ducho, me visto y me pongo unos tejanos rotos, una camiseta blanca ceñida de manga corta, mis botas y una chupa de cuero. Aunque sea verano, tengo frio por las noches. Preparo mi mochila, donde voy metiendo una libreta con apuntes, el móvil, el cargador externo, una muda, algo de maquillaje y unas ganzúas. Son del trabajo pero que despiste el mío, siempre me lo acabo llevando encima.

Salgo de mi habitación, el no está, como muchas noches antes de despertarme. Miro el reloj, aun dispongo de un par de horas antes de irme a trabajar y en la mesita de al lado una copa llena con una nota que dice "sírvete tu misma. Te quiero aunque no te lo creas".

Cojo la copa de vitae y me asomo en la gran ventana que hay con forma de arco, donde muchas veces le veo a el tomarse la copa y pensar tanto, mientras bebo, observo, esta noche la cosa esta animada, me encanta, supongo que es ese evento de las shopping by night, perfecto para mi.

También pienso en lo que me dijo hace poco de mi presentación ante la sociedad, tengo miedo, no me gusta no saber a lo que me enfrento y eso me hace sentir en desventaja. No quiero pensar en ello, bastante tengo con pensar en porque hay tantos hombres que matan a sus novias y esposas. Aquellos hombres que no aman a las mujeres.

Dejo la copa, y pienso "me apetece volver a leer ese libro. Ojalá el fuera como Mikael Blomkvist"

[Novalis]

El despertar fue desconcertante, cuanto menos. Las sabanas de seda acariciaban su piel emborrachando sus sentidos. Le embargó una sensación de desasosiego, de hambre y ansiedad colmada por la suave fragancia de agua de rosas que dejó su última amante, una de las mas caras que había en el selecto catálogo del Red Velvet.

El resonar de unos nudillos contra la madera laqueada en blanco y oro de la puerta centró de nuevo sus pensamientos, mientras se levantaba apartando con el pie los fragmentos de una copa de cristal tallado del hotel. Abría su mesilla de noche y comprobaba el cargador con un clic metálico de su magnum al tiempo que respondía a la insistente llamada.

- ¿Chuso? ¿Algún problema?

Respiró hondo, tratando de gobernar sus instintos, como si tuviera que cabalgar una bestia furiosa atado solo con cadenas a su lomo encabritado.

- Uno de los miembros de la banda del barrio. Dice que el yoyas es.. ya sabe.. un chivato.

El Djin golpeó con fuerza la puerta, haciendo llover serrín de sus junturas mientras volvía a imponer sus nervios de acero.

- Llevadlo al Bar, que lo dejen envuelto y listo para entregar allí. Hemos de zanjar esto cuanto antes, llegaremos al fondo del asunto.

La noche seguía siendo su única aliada, y además de no poder lidiar con los problemas de la calle durante el día, debía confiar en los descerebrados de sus propios hombres. Sabiendo que si dejaba a alguien demasiado listo al cargo, tendría que acabar deshaciéndose de el. Y sin embargo, todo aquello que hacía en vida ahora parecía teñir de oscuridad y rabia su corazón. Como si cada muerte alimentara una bestia que pugnaba por tomar el control en una orgía de sangre eterna, una de la que no iba a salir vivo, cazado como un perro rabioso por los verdaderos señores de la ciudad.

Y aún quedaba lo peor, seguir los complejos rituales, ganarse un lugar entre los malditos para seguir medrando entre los inmortales. Apenas había conseguido labrarse un nombre entre las bandas de gitanos, los rusos y los malditos colombianos con sus sucias corbatas para tener que apostar más fuerte en un juego extraño, contra gente mil veces más poderosa y peligrosa que un matón sudamericano o un paramilitar tarado empapado en vodka.

Tendría que aprender las reglas del juego, dominar la jerga y mantener los pocos vínculos que tenía con sus aún más escasos aliados en la secta. Le iba a tocar chupar muchas pollas hasta ganarse un sitio en la danza macabra. Y sin embargo, el poder que ofrecía excedía sus sueños más húmedos, y su ambición más exacerbada. Iba a resultar una semana interesante.

[Pelaje-de-Luna]

Cuando Miguel despertó hacía ya un par de horas que el Sol se había ocultado. Saliendo del contenedor metálico se encontró en el mismo callejón de siempre, en la parte trasera del edificio que él llamaba santuario, Debería haber incluido una habitación para animales nocturnos el pensamiento cruzaba su mente cada día cuando se levantaba, al principio con tono de broma pero cada vez más en serio.
En el momento en que puso un pie en el asfalto un coro de aullidos, maullidos y Dios sabe qué mas le recibió con entusiasmo, y perros, gatos e incluso alguna paloma comenzaron a aparecer desde todos los rincones del callejón para subírse encima suyo y lamerle o restregarse con sus piernas. Tras un rato de calmarlos, y al comprobar sus ropas Unos vaqueros destrozados, una camisa gris vieja y un gastado abrigo largo, voy presentable, comienza a caminar hacia el santuario de animales en el cual básicamente vivía junto al resto de la familia parte de la cual iba a recibirlo todos los días al despertar.

Al llegar a las puertas del edificio se encontró de frente, saliendo, a un hombre vistiendo tan harapiento como él mismo llevando una bolsa de plástico llena de algo. "Buenas noches Rodrigo, ¿a qué tanta prisa?· El hombre, dándose por aludido, se quedó quieto unos momentos antes de darse la vuelta, visiblemente nervioso. "Hola Miguel. Buena noche se ha quedado, ¿no? Yo ya me estaba marchando después de visitar a los perros." Trató de marcharse lo más rápido posible, pero se detuvo al darse cuenta de que estaba rodeado de perros cerrando un cerco alrededor suyo con cara de pocos amigos. "Llevamos haciendo esto un tiempo ya, viejo amigo, sabes que deberías dejar de coger los donativos que deja la gente. No son muchos y cada vez menos estos días, y nosotros cada vez más. Fíjate, hace tres días Marineta parió tres cachorros y creo que necesita la comida más que tú." Rodrigo no decía palabra, acostumbrado como estaba ya a estas alturas a someterse al vagabundo que controlaba estas calles gracias a sus amigos cuadrúpedos. Al entregarle la bolsa, Miguel la abrió, repartió la mayor parte de su contenido entre los animales presentes, y entregó el resto al otro sin techo. "Toma, sé que has estado pasando hambre últimamente, y no tienes muy buen aspecto de salud." No puedo descuidar las pocas bolsas de sangre que tengo. Después de todo, por cada bolsa de comida, un litro de sangre. Tal vez por eso parecía tan enfermizo.

Tras despedir a Rodrigo, entró al edificio y rebuscó en el pequeño almacén, del que sólo él tenía las llaves, para sacar los restos de comidas que la gente traía para los animales y comenzar a repartirla entre estos. Llenó los cuencos del patio para los perros, los de zonas más altas para gatos, subió a la azotea a llenar el comedero del palomar, una vez terminó hizo ronda de nuevo para alimentar a los que no habían llegado a la primera comida, e hizo una ronda más por si acaso. También chequeó a todos los animales que pudo para asegurarse de que no había ningún problema de salud, y por último puso unas gotas de sangre en los bebederos pues había descubierto que funcionaba muy bien. A los tres nuevos cachorros los alimentó con sangre directamente de la palma de la mano, que lamieron con voracidad, ya que se dio cuenta hace tiempo que una sana dieta de sangre desde pequeños los hacía crecer sanos, fuertes y, más importante, leales. Y así terminó su rutina diaria.

Una vez terminó se metió en una de las habitaciones del interior, la única libre de animales excepto por un gato o dos, que contenía una sencilla capilla cristiana llena de libros y cuadernos. Remangándose las mangas del abrigo, se descubre una fina cadena de plata atada a su muñeca que lleva colgando la cruz gnóstica, y comienza a pasar los dedos por entre los libros, la mayoría sobre filosofía, gnosticismo y diversas prácticas ocultistas, hasta detenerse en un fino cuaderno de apariencia desgastada. Al abrirlo, la primera página lee "La Voz de la Bestia" pero el resto de hojas están llenas de garabatos ilegibles y de alguna forma escalofriantes. Miguel se concentra, tratando de escuchar con toda su alma algo que sólo él puede escuchar, y comienza a garabatear en el cuaderno durante varias horas hasta que al fin termina, guarda el cuaderno, y sale al patio mientras musita Algún día entenderé lo que me quieres decir.

Ahora, supuso, era hora de alimentarse un poco. Después de todo repartir su sangre entre tantos siempre lo dejaba exhausto y hambriento.

[elpajarometalico]

Miro un momento el reloj de la cadena, las siete de la mañana, dentro de poco finalizará esta horrible jornada laboral y podré irme a mi puta casa a descansar, además me podría quitar esa mantilla del demonio que me cubre la cara. Es insoportable y da calor. Miro a cámara, esperando la siguiente llamada del borracho desesperado de turno ¡Hay que ver como es de aburrida y absurda la gente con su sufrimiento¡ Si supiesen todo por lo que yo he tenido que pasar se tragarían su asquerosa lengua y se irían a una cueva muertos de vergüenza. Pero , en fin, que se le iba a hacer, para eso estaba ella allí, para "acabar" con su "sufrimiento", ser el último hombro sobre el que llorar desesperadamente a cambio de una bonita tarifa que me permitiría obtener un sueldo a fin de mes.

Suena el ruido del teléfono

"Muy buenas, dígame" digo intentando poner la voz más dulce que puedo. El hombre me devuelve el saludo desde el teléfono y me pregunta sobre si su novia le está poniendo los cuernos ¡Oooh, vaya , originalidad al poder¡ No por nada era la tercera vez en una noche que alguien me preguntaba sobre ese mismo tema, casi me da que podría hacer un puto estudio sobre el número de infidelidades diarias en Madrid. Empiezo a echar las cartas del tarot esperando a ver si sale algo interesante, quizá la muerte o el demonio y así animar un poco lo que queda de noche, de todas formas, en un momento dado podría forzar la interpretación de las cartas para dar más salsa a la situación.

La torre. No está mal. Una buena oportunidad para sacar negocio.

"Según las cartas dicen que podrían ser ciertas sus sospechas, de todas formas, algo me dice que puedo obtener más información " Nunca estaba de más intentar conseguir un poco más de dinero. El hombre muestra un tono de cierta desconfianza, no es para menos . Sin embargo, con un poco de empatía se pueden lograr resultados increíbles "Querido, noto por tu voz que estas confuso por toda la mala situación que estas viviendo, pero si me has llamado es porque los astros lo han querido así. Creo que deberías aprovechar para despejar todas tus dudas y quedarte un poco más tranquilo." Mis argumentos le convencen, tampoco hacía falta insistir mucho, por su voz se nota que está ebrio y que tendrá una buena resaca.

En esta ocasión sale la Luna. El arcano perfecto para que le cobren más a uno. "Ha salido la Luna, alguien de tu entorno te está ocultando algo ¿Sabes quién podría ser? Quizá con una tercera tirada..." El hombre accede como si aquello fuese una vulgar tragaperras, hago una tercera tirada, ya aburrida de la situación. Vuelvo a mirar el reloj ,las siete y cuarto, ya es hora de irme a mi casa. Me invento algo sobre que los arcanos dicen que es su mejor amigo y el hombre cuelga furioso con un "Lo sabía". Ea, fin de mi jornada laboral,además de una relación de pareja y otra de amistad, todo en menos de 15 minutos, me estaba superando.

Entro en los camerinos y vuelvo a pensar en lo estúpida que es la gente en su pesares. Menos mal que no conocen la vida de una, ni lo que se puede esconder detrás de las mascaras y las telas. Si lo supieran, verían que eso sí son problemas.

[alastor31]

¡Maldita sea mi puta suerte! ¿que hice yo para merecer esto?
Ahí estaba yo tirado en el suelo rodeado de mi propio charco de sangre. Recibí 2 balazos, uno de ellos en mi abdomen y el mas jodido de todos fue el que recibí en el pecho a la altura del pulmón. Se que no me quedaba mucho de vida....
En ese momento odiaba a mi padre mas que a nada en el mundo, se lo merecía por todo el daño que nos causo a mi madre y a mi. Pero ¿porque mi madre también tuvo que morir? Ella no era culpable de nada. Nada mas entrar por esa puerta esos hijos de puta cogieron de rehén a mi madre y reclamando que mi padre pagara esa deuda.
- Paganos o tu mujer pagara las consecuencias - Dijo uno de ellos.
- Por favor, dadme solo unos días y os juro que os lo devolveré - Mi padre suplicando sobre sollozos. (Mentiroso de mierda)
De nada sirvió... decidieron ejecutarlos a los dos.
Yo acobardado en mi cuarto después de un día largo de estudio para mi graduación.
Registraron la casa buscando inútilmente algo de valor. Yo no tenia escapatoria y me encontraron.
No rechistaron y recibí los dos balazos que iban a acabar con mi miserable vida.
- Vamonos, aquí no tenemos nada que hacer -
Pasaron los minutos y cada vez que tosía era como si me hubiera pisado un elefante, mas sangre expulsaba por mi boca (que ironía, con lo que me encanta el cine gore).
En el momento que mi vista se iba nublando y sentenciado mi final algo o alguien apareció.
- Vaya, vaya.. tienes muy mal aspecto - Escuchaba esa voz sarcástica en mi cabeza.
Era el principio de mi salvación o mis descensos al infierno.